1. El propósito del mensaje Cuando se escribe es prioritario definir el propósito de nuestro mensaje y, consiguientemente, adecuar el texto de manera que pueda cumplir la función que aspiramos. Por ejemplo, la redacción de una Solicitud no podrá ser nunca igual al formato de una Información o de una Amonestación. A manera de ejemplos, presentamos a continuación fragmentos de varias comunicaciones hipotéticas sobre el mismo asunto, en las cuales se puede apreciar cómo el propósito de cada una obliga a emplear expresiones diferentes en cada caso. -Exigencia: “Hacemos de su conocimiento que, a partir de esta fecha, el uso permanente del uniforme reglamentario será obligación de todos los empleados de la empresa”. -Solicitud: “Conocedores de su tradicional disposición para atender los requerimientos de los trabajadores, nos dirigimos a Ud. con el objeto de solicitarle considerar la posibilidad de que la empresa asuma el costo de nuestros uniformes de trabajo”. (Obsérvese el uso del halago como mecanismo de convencimiento, y la forma como se suaviza el impacto de la solicitud mediante el uso de la expresión “considerar la posibilidad”). -Buena nueva: “Nos complace informarles que la empresa ha decidido asumir el costo de los uniformes de todos los empleados”. -Recordatorio: “Cumplimos con recordarles la obligatoriedad del uso permanente del uniforme reglamentario”. -Amonestación: “De continuar su reiterada omisión del uso del uniforme reglamentario, nos veremos en el forzoso deber de prohibir su entrada a las instalaciones de la empresa”.
7