Optimización de alimentos
PARTES DE LOS ALIMENTOS QUE DESPERDICIAMOS
Y SON COMESTIBLES
A
Muchas veces nos deshacemos de las hojas, las cáscaras o las semillas, que son comestibles y además constituyen un dechado de nutrientes.
provecharlos no solo es sinónimo de ahorro o cuidado del medio ambiente, sino también de salud, en tanto que muchas de esas partes que desechamos son las que más beneficios nutricionales nos regalan. Veamos algunos ejemplos. PEPITAS DE SANDIA
Las pepitas de esta cucurbitácea, que para muchos constituyen un estorbo a la hora de degustarla o un desecho, son comestibles. Además, regalan un patrimonio nutricional de lo más provechoso, pues son una buena fuente energética y además tienen mucha fibra, proteínas, minerales como el magnesio, el zinc o el calcio y grasas poliinsaturadas, especialmente ácidos grasos omega 6. En la cocina, podemos usarlas para elaborar infusiones o mantequilla, como topping de ensaladas e incluso lácteos. Si queremos darle un toque tostado, basta con hornearlas durante unos minutos. Por su parte, la corteza es rica en citrulina, un aminoácido que mejora el rendimiento físico y coadyuvante de la salud cardiovascular. Además, interviene en la síntesis de la arginina, un aminoácido que mantiene la salud del corazón y el sistema inmunológico.
“SON UNA EXCELENTE FUENTE DE FIBRA, PROTEÍNAS VEGETALES, GRASAS POLIINSATURADAS Y OMEGA 6”
40
CÁSCARA DEL HUEVO
Efectivamente, la cáscara también se come, aunque su aspecto sea de lo menos apetecible. No es una novedad, pues hace tiempo que podemos encontrarla en forma de polvo en el mercado. No obstante, tenemos la opción de prepararlas en casa. Para ello, hervimos las cáscaras con el objetivo de eliminar las bacterias y evitar así una intoxicación. Luego las dejamos secar, las horneamos y, finalmente, las trituramos. Podemos usarlas en la ensalada, para restar amargor al café o espolvorearlas en sopas, salsas e incluso postres. En el ámbito nutricional despunta por su elevado contenido en proteínas y calcio, de hecho, supone el 95% de la cáscara, un mineral clave para la salud ósea. Además, la membrana interior, la que se adhiere a la clara del huevo duro, es rica en colágeno y queratina.