Nº 105 - Octubre de 2020
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Carta abierta a un político sensato Muy señor mío: No sé si estoy incurriendo en algún tipo de absurdo al mezclar los conceptos de ‘político’ y ‘sensato’, pues la política, vista desde fuera, parece una completa insensatez. Sí, sí, ya sé, disculpe usted, que los políticos se dejan la piel en el intento, que son incomprendidos en su lucha por el interés general y que, tópico arriba o abajo, todo su empeño gira en la noria del bienestar de sus votantes y conciudadanos. Conozco el percal, de tanto como lo oigo repetir, mañana, tarde y noche. Lo que pasa es que lo repiten tanto que uno acaba acostumbrándose a la música y se olvida de la letra. Claro que son ustedes —o la mayoría de ustedes, tampoco hay que generalizar— los que hace tiempo se han olvidado del significado de una letra que repiten como un eslogan lejano. Como aquello quizás de la “chispa de la vida” que nos largaba la Coca-Cola cuando yo era joven y que ahora ha perdido todo el sentido, porque los tiempos son otros, las necesidades son otras y otros son los caminos que aún hoy nos llevan a Roma. No sé si me entiende. Por eso dudo de que política y sensatez vayan de la mano, aunque me concedo algún resquicio a la duda y aún creo que haya políticos sensatos. Al menos uno, al que dirijo esta carta abierta, sin más pretensión que expresarle mi perplejidad por lo que últimamente está pasando en el ámbito político español. O más concretamente, para no generalizar, que las comparaciones se dicen odiosas, en el ámbito político madrileño. Claro que como Madrid es el rompeolas de todas las Españas muchos de los disparates que allí se generan llegan en forma de resaca al resto de España. Me explico. Madrid está atravesando una pandemia terrible, por causa del Covid-19, por otro nombre Coronavirus. Hay contagios diarios, hospitalizaciones diarias y muertes diarias. Es un tema de salud que en mi ingenuidad creo que hay que enfocar médicamente. Ya digo, en mi ingenuidad, que tiene poco de política, pues nunca he recibido de la política otra cosa que malos tragos. O sea, por resumir, es un problema médico que hay que atacar médicamente. Pura tautología. Pues bien, y este es el meollo de mi carta, los políticos madrileños se empeñan en enredarlo todo políticamente y, en lugar de buscar soluciones médicas, se empecinan en buscar culpables políticos de una situación que se les ha ido de las manos porque no la entienden. Aparcan el problema médico, que es el problema de los ciudadanos que dicen representar y que les eligieron en su día para eso, y sacan el ábaco de contabilizar votos, engolan la voz y cargan contra el enemigo. Pero no el enemigo sanitario, esa puta pandemia que nos envenena el alma y las listas de espera de los hospitales, sino contra el enemigo político, ese que puede hacerles perder votos si los ciudadanos votantes entienden que puede aportar soluciones. Mientras tanto el coronavirus se descojona de la risa. Y termino mi carta. Los ciudadanos de a pie, los que no soñamos con cargos institucionales ni con reforzar nuestro sueldo con cargos que igual nos quedan anchos, solo demandamos soluciones médicas al problema médico. Que ustedes se diviertan en el Congreso y en las ruedas de prensa adyacentes buscándole tres pies al gato electoral y señalando los defectos del contrario, a nosotros simplemente nos cabrea. Bueno, y nos asquea. Que yo sepa no los elegimos en su día para que nos irriten con este circo electoraloide. Pero, aunque se hayan olvidado del por qué fueron elegidos y sé que la comodidad de sus escaños no es propicia para tal recuerdo, me gustaría insistir en que los problemas médicos se atajan desde la medicina y que la política debe ser solo un vehículo para facilitar los medios. Pura ingenuidad.. En fin, preso de esta mi ingenuidad, dirijo esta carta a algún político sensato, consciente de que, si alguno hubiere todavía y a la vista de los últimos despropósitos madrileños, seguramente habrá presentado su dimisión antes de que esta carta llegue a su poder. Atentamente,
Francisco Trinidad
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Nuestra foto de portada: José Luis Cuendia, “Guendy ”
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Foto del Mes. Karol Poland
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José Luis Cuendia. Un año después
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Francisco Trinidad. Zafarrancho en el despacho
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Gloria Soriano. El destino de Frank
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Laudelino Vázquez. El marqués de Miego
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Monchu Calvo. Milagros, vecina de Sevares
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Alfonso Camín. Las ideas de Juan de Pin
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Juan Depunto. El tiempo pasa
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Fotos seleccionadas. Septiembre 2020
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Lori Nix
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Irina Dzhul / Segundo Korda
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Pepe Latas. Edición Technicolor
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David du Chemin. Ideas robadas sobre originalidad
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Nadima / Claudio Serrano
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Andrei Kezzin. Un poco de luz sobre el retrato
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Alexis W.
PROMOTOR y DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: José Luis Cuendia, «Guendy» DIRECCIÓN, DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Francisco Trinidad DIRECTORA DE COMUNICACIÓN: Lola González
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Número Octubre de 2020
Reservados todos los derechos de reproducción total o parcial tanto del texto como de las imágenes. Las imágenes están protegidas por las leyes de copyright internacionales. Para cualquier consulta o sugerencia contacte con nuestro correo electrónico info@moldeandolaluz.com moldeandolaluz.com
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Foto del Mes f Septiembre de 2020
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Foto: Above the clouds, por Karol Poland
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Un año después
José Luis Cuendia, “Guendy”
Un año después es un ambicioso proyecto que parte de un corto con todo un equipo de profesionales de primera línea, con la intención de convertirse en un largometraje a la espera de la buena acogida se espera tenga en los festivales cinematográficos del 2021. Los problemas que han ocasionado las circunstancias que rodean al “Covid19” no han sido pocos, pero se puede decir que han sido salvados tras los duros días de rodaje en las localidades de Serín, La Fresneda, La Felguera, Isla del Carmen (Luanco), playa de San Pedro de Antromero y Hospital de Cabueñes de Gijón; irónicamente con las restricciones y dificultades que nos imponía en la vida real el principal móvil del argumento de la película el “Coronavirus”. Fotos del ambiente en el rodaje de exteriores. Este cortometraje, partiendo del presente nos lleva a un futuro cercano, pero distópico, y ahí́ tenemos una gran variedad de referentes de calidad. Pero en realidad esa distopía que nos espera, no es más que un pretexto para el tan manido “... Y sí...” que desde el principio de los tiempos ha servido como motor a la literatura, a los cuentos, a las canciones... Lo cierto es que se trata de una historia de familia, de amor, de responsabilidades... Aún así́ su trama es bastante original, ya que parte de un suceso autobiográfico, lo que imprime un sello ineluctablemente personal a todo el film. Volviendo a los referentes distópicos y futuristas que nos sirven de marco, tenemos dos series de televisión que nos hablan del confinamiento y la inhabitabilidad de la Tierra, “Colony” y “Los 100”. Pero se quedan en la superficie, el meollo de este cortometraje se nutre de grandes historias de amor, destacando entre todas ellas, la película que nos ensenó́ que “Amar significa no tener que decir nunca lo siento”. Hablamos de “Love Story”, y de su forma de afrontar una enfermedad terminal con una sonrisa en el alma, y preocupándose más por los que se quedan, que por uno mismo. Y al hilo de las grandes películas de amor de todos los tiempos, “Casablanca” y la generosidad en la despedida son un pilar fundamental del clímax de esta cinta. Otro drama romántico, con un cáncer de fondo, esta vez más moderno, “Noviembre Dulce”, aporta su mirada fresca y esperanzadora ante una inevitable despedida. La idea de que el amor perdura más allá́ de la muerte, tiene su referente en la obra de arte moderno del director Vincent Ward, “Más allá́ de los sueños”. Película que también sirve como inspiración en el tratamiento de las imágenes y la estética de “Un año después”. No podía faltar “Los puentes de Madison”, con su innovadora visión del amor en la edad de oro, y la difícil elección entre el corazón y la responsabilidad hacia los hijos. Por última cabe mencionar la influencia de “La vida es bella”, en cuanto a la preocupación por el bienestar de los hijos, incluso en un panorama sin esperanza, en cautividad, sin futuro. TAG LINE: Y si las circunstancias externas nos obligaran a elegir entre apagarnos poco a poco o acabar con dignidad. ¿Quién influiría más en la hora final? SINOPSIS: En un futuro cercano pero distópico, donde todo el planeta permanece confinado en sus casas, un matrimonio debe enfrentarse a un cáncer de pulmón del marido, que si bien en un principio tenia curación, debido a la imposibilidad de recibir tratamiento quimioterapéutico a causa del ineludible encierro domiciliario, se ha convertido en una enfermedad terminal. En este marco nos encontramos con la difícil decisión de seguir adelante y morir poco a poco, o enfrentarse al problema y terminar con todo de golpe. Mientras tanto, el hijo de 35 años de este matrimonio, se convierte en la disyuntiva entre la cabeza y el corazón, entre la responsabilidad o el destino... Y al final es quien debe decantar la balanza. TARGET: Todo el público en general
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▼ Personajes Principaes Director. Eduardo Castejón A ka Banin Santana. Nacido en el Principado de Asturias; licenciado en dirección escénica y dramaturgia, cuenta en su haber con distintos masters y seminarios encaminados a la dirección teatral y cinematográfica, además de destacar por su avidez en el campo de la investigación audiovisual. Tras varios años dirigiendo teatro profesional, obras de Shakespeare, Oscar Wilde, Tennesse Williams, etc., debuta como director de una serie de ficción para la televisión, con “LJ Detective”, un thriller de acción, que está ambientado en el narcotráfico y que consta de dos temporadas de 10 capítulos de 42 minutos cada una. Su segundo gran proyecto como director, ha sido el largometraje de terror para el cine “Somos los Marven”. También para el cine ha dirigido el documental sobre nutrición “Ángeles y Demonios”. Por ultimo ha dirigido los cortometrajes “Sueño de una calurosa noche de verano”, “El dolor de una pérdida” y “Él”. En octubre de 2020 comenzará el rodaje de su segundo largometraje como director “Los 7 de Lucifer”. En su país de origen ha participado como presentador y director de varios programas en diferentes cadenas de televisión. También ha dirigido programas de radio, como locutor principal.
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Juan/Padre: El protagonista de la historia. Un buen hombre, elegante y educado, aquejado de un cáncer de pulmón, que si bien no es terminal, si es peligroso. Para él, su familia está por encima de su propia vida. Pepe Ruiz: Madrileño de pura cepa, este actor se ha erigido a lo largo de los años como una de las mayores estrellas del teatro nacional. Compaginando su prolífica carrera en las tablas, con el cine y la televisión. Tanto es así́ que destacar un solo titulo se vuelve ardua tarea. El éxito le acompaña desde sus inicios con la mítica serie “Estudio 1”. A partir de ahí́, numerosos títulos han ido engrosando su curriculum. Para el cine películas como “Dónde estará́ mi niño”, “La noche del ejecutor” o “Política correcta” entre otras muchas. Y en televisión ha sido un rostro habitual, llegando incluso a crear un personaje que ha traspasado fronteras, amen de a las propias series donde aparecía dicho personaje, “Avelino”. “Escenas de matrimonio” para Telecinco, “La familia Mata” para Antena3, “Matrimoniadas” para RTVE... Y así́ podríamos llenar páginas y paginas... A modo de ejemplo, “Verano azul”, “Teresa de Jesús”, “la sopa boba”, “Lo que yo te diga”... Y etc, etc. Cabe destacar entre otros premios “La antena de oro”, entregada por Antena3, o el “Premio Júbilo” entregado por el “Grupo Planeta” por su trabajo en televisión.
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Rosa/Madre: Pura bondad y amor. Perdidamente enamorada de su marido, y una madre ejemplar, que supo mantenerse como un pilar para sostener a la familia ante la perdida de un hijo. Siempre más preocupada por su esposo y por su hijo que por ella misma. Junto con su marido conforman una historia de amor realmente bonita. MARÍA LUISA MERLO: Hablar de María Luisa, es hablar de la historia viva de nuestro teatro y nuestra televisión. La gran dama del teatro español, y una de las grandes de todos los tiempos de nuestra tele. Tan solo su calidad humana es capaz de superar a su infinito talento como actriz. María Luisa debuta en 1959 de la mano de José́ María Forqué́ en la película “De espaldas a la puerta” logrando un éxito fuera de precedentes. A partir de 1965 centra su carrera en el teatro y la televisión. Siendo un rostro habitual de los míticos programas de RTVE “Estudio 1”, “Primera fila “ o “Novela”. 1973 marca la fecha de otro gran éxito, la comedia “Compañera yo te doy” para RTVE. Siguiendo el hilo televisivo, años mas tarde se metió́ en la piel de Rosa, en una serie que revolucionaria la forma de ver las “Sitcom” en este país, “Media Naranja”. Y de un éxito a otro, como es costumbre en la carrera profesional de María Luisa, la serie “Aquí́ no hay quien viva”, líder indiscutible de audiencia durante todos sus años de emisión, donde interpreta el personaje de Leonor. Desde 1986 forma parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. María Luisa ha sido galardonada con innumerables premios, entre ellos “Antena de Oro de Tv”. Ha recibido el “Premio Ercilla de Teatro”, o la “Medalla de Oro de las Bellas Artes” del Ministerio de Cultura, entre otros muchos. Lo dicho, la gran dama de nuestro teatro nacional.
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Andrea/Novia: De buen corazón, pero con unas prioridades muy claras, su carrera profesional como actriz. De extraordinaria belleza, sacrifica su relación en pos de alcanzar el éxito, no sin sufrir en el alma el peso que ello conlleva. Laura Vignatti: Cuando el talento y la belleza se dan la mano, surgen actrices como la argentina Laura Vignatti. Tras formarse en dos de los centros más prestigiosos de España, “La Escuela de interpretación Cristina Rota”, y “El Estudio actoral Corazza”, decide trasladarse a Méjico para convertirse en la gran estrella de la televisión que a día de hoy es. Con más de medio millón de seguidores en Instagram, y una legión incontable de fans en las distintas redes sociales, que sin lugar a dudas la adoran, Laura sigue manteniendo los pies en la tierra, trabajando duro y sorprendiéndonos con cada nuevo personaje que interpreta. Debutó en el 2012 con la telenovela “Que bonito amor”. De ahí́ pasó a ser la mala más mala, y más bella en “Sueño de amor”. Al año siguiente, de nuevo sorprendería a toda la audiencia con un nuevo cambio radical para interpretar el papel de Daniela Córcega en la telenovela “Mi marido tiene familia”, y en la temporada posterior “Mi marido tiene más familia”. Personaje que llevaría al teatro con el musical “Aristemo”, e incluso llevaría dicho personaje a la serie “Juntos el corazón no se equivoca”. Y siguiendo con los musicales, Laura se unirá́ al elenco del laureado musical “Aventurera”, representado durante más de 20 años por todo Méjico y por los Estados Unidos. Más adelante cambiaría de registro con el personaje protagonista de “Alicia” en “Sin Miedo A La Verdad”. Y a este le seguiría otro protagónico más, el de “Ileana Barrios” para la telenovela “Soltero con hijas”. En la actualidad se encuentra rodando la gran apuesta de la temporada de “Televisa” “La Mexicana y el Güero”, donde interpreta a “Sofía”, el personaje antagonista de la novela. Las escenas en las que participa Laura Vignatti, son rodadas para el corto por “Televisa” (México).
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Mario/Hijo: Un hombre de familia. Ante la perdida de su hermano, se vuelca en el cuidado de sus padres, siendo un apoyo insustituible. Tanto es así́, que desatiende su propia vida personal, tanto a nivel laboral, como a nivel amoroso, para dedicar el máximo tiempo posible a sus progenitores. Generoso y desinteresado hasta la última de sus consecuencias. EDUARDO CASTEJÓN: Es un actor muy polifacético, que acumula una dilatada y exitosa carrera. Debuta en la pequeña pantalla en la conocida serie televisiva “Hospital Central”. Y de ahí́ siguieron otras como “El accidente” o “Vientos de Agua” para la cadena TeleCinco. En la serie diaria “Servir y proteger”, y en la serie semanal “Cuéntame”, ambas para RTVE. En la serie “Gigantes” de Movistar plus, en “SMS” de la cadena La Sexta y en la serie “La valla” de Antena3. El Salto a la gran pantalla lo da como protagonista del largometraje “El último invierno”, al que siguieron los largometrajes “Somos los Marven”, “El crucigrama de Jacob” de RTVE y “Buscando a Rufo”. Siendo el protagonista de todas estas películas al igual que en su ultimo trabajo, “El Extranjero”, película rodada en Cuba. Además hemos podido verle como protagonista de varios videoclips musicales, de artistas como Paula Rojo, o Miryan Millán, e incluso en el videoclip de Pitbull y Shakira “Get it started”. Cabe resaltar que fue elegido Míster Universo en 2006, y que gozó de una exitosa carrera profesional como modelo en su adolescencia y primeros años de juventud. En octubre de 2019 recibió́ el premio al mejor actor internacional de 2018 por la sociedad internacional “Siisdet”.
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▼ Otros Personajes
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Presidente. Un hombre serio, pero afable. Con una inusitada credibilidad a pesar de tratarse de un político. Un faro de esperanza para la población, ante la inminente crisis internacional que se avecina. ANTONIO ALBELLA: Nacido en Alcalá de Henares, en 1968, Antonio Albella debutaría como presentador en televisión en el año 1990, en el programa de Antena3, “Tan contentos”, presentado por Consuelo Berlanga. De ahí saltaría a los escenarios de todo el mundo, como cantante del grupo “Locomía”, obteniendo un éxito a nivel mundial sin precedentes para un grupo de música disco español. Años más tarde Antonio abandonaría “Locomía” para volver a la televisión, formando parte del elenco actoral de series tan importantes como “La casa de los líos”, “Este es mi barrio”, o “Lleno, por favor” para Antena3. “Maitena: Estados alterados” para la Sexta. “Hermanos y detectives” para Telecinco, o “Cuéntame” y “Centro médico” para RTVE. Cabe destacar, que durante todos estos años participando en series de televisión, nunca se ha bajado de las tablas del teatro, su autentica pasión, y donde ha recibido sus más laureadas criticas, por obras como “Hamlet, Príncipe de Dinamarca” de Shakespeare, o “Diez Negritos” de Agatha Christie.
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Enfermera Andrea RMS Nacida en Málaga hace 33 años, Andrea es la perfecta conjunción de las artes escénicas. Actriz, cantante y bailarina, cada vez que salta a un escenario se hace más difícil distinguir en cual de las tres disciplinas destaca más. Debuta en el cine con la película “Rey Gitano” de Juanma Bajo-Ulloa, a la que seguiría el largometraje de Juan Esterlich “Bombay Goa Express”. Y entre medias varios cortometrajes. Rostro habitual de la pequeña pantalla, la hemos visto en series como “Dreamland” o como cantante en diferentes galas de “RTVE” o “Telecinco”. Ha sido corista en “La Voz” España, “El Hormiguero” para “Antena 3”, o “Late Motiv” de Buenafuente para “Movistar Plus”. Ha acompañado a artistas como Pitingo, David Bustamante o Pastora Soler, y ha pertenecido a “Gospel Factory”.
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Doctor. Un hombre serio y distante pero de sonrisa afable. Inspira una gran confianza cuando habla, llegando a convertirse en un faro de esperanza para nuestros protagonistas.. José Santa Clara Es una de las voces referentes dentro del panorama del doblaje de voz español. Como actor cuenta entre sus títulos con las películas “El último invierno”, “Buscando a Rufo”, ”Somos los Marven” y “El crucigrama de Jacob” para RTVE. Además ha participado también para la gran pantalla, en los cortometrajes “El último adiós “, junto con Ana María Vidal y Manolo Zarzo, y “Al Alba” con Carlos Iglesias. Para la pequeña pantalla ha formado parte del elenco principal de la serie “LJ Detective”. Cabe reseñar a modo anecdótico, su gran parecido con el personaje protagonista de la serie “Breaking Bad” “Walter White”
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▼ Extras / Figurantes DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA
JOSÉ LUIS CUENDIA PALACIOS. “GUENDY”: Es un fotógrafo freelance con más de 40 años de experiencia, y que acumula varios galardones y menciones por su trabajo, entre los que cabe destacar: Diploma de honor: “Médicos Sin Fronteras”, por la difusión de sus imágenes en los viajes realizados con esta ONG. Distinción de honor de APRODEH. Asociación Pro Derechos Humanos. Premio de Amnistía Internacional, por el trabajo fotográfico “Madre Coraje”, en Villa El Salvador, Lima, Perú́. Primer Premio “Social Photography” Awarded by Tbilisi State University (Georgia) Premio especial al mejor trabajo fotográfico por “No seas gallina y deja de fumar” en el Certamen “Publicidad Creativa”, Organizado por la Junta de Andalucía. EXPOSICIONES: *Rincones y Detalles. *Perú cerca del cielo lejos del paraíso. *Síntesis Fotográfica. *Bellezas Robadas. *Miradas Sin Fronteras. *Luces Sin Fronteras.*Trabajadores. *Fotografía Conceptual. Ciudades donde han sido expuestas algunas de sus exposiciones. Oviedo, Gijón, Mieres, La Felguera, Grado, Pola de Laviana, Pola de Siero, Ginebra, Zurich, Tbilisi, Madrid, Sevilla, Huelva, Cartaya, Lisboa, Lagos. Trabajos especiales para portadas de libros, miembro del jurado de diferentes concursos fotográficos. Creador de la red social de fotografía “Moldeando la luz”, con más de 1.300 fotógrafos de todo el mundo inscritos. Creador y Director de Fotografía, de la revista mensual de fotografía y literatura “Luz y Tinta” que ya va por la edición de su nº 104. Propietario de Guendy Studio Photography. Postproducción Fotográfica.
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Participan en este corto más de 50 extras, algunos de ellos muy conocidos (Sorpresas) AÑO
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JEFE DEL EQUIPO TÉCNICO DE OPERADORES DE DRON TONY MANSO: Es un fotógrafo profesional FreeLancer que lleva 35 años compaginando esa profesión con la Diseñador gráfico. Propietario del estudio de fotografía “Hache fotografía S.L.” desde hace 12 años, además es un talentoso y reconocido operador de drones titulado, con distintas acreditaciones, entre ellas:... -Operador autorizado por AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) y dependiente del Ministerio de Fomento. -Operador Autorizado para vuelos profesionales con Drones. REG.2018051973. -Radiofonista Nacional de RPAS. Debido a la importancia para la firma visual de este cortometraje, de que los planos sean filmados con distintos tipos de dron, los activos que Tony ha seleccionado de su entre toda su flota para obtener un óptimo resultado son : PHANTOM 4 XIAOMI MI DRONE 4K DJI MAVIC MINI
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EFECTOS ESPECIALES Y ETALONAJE DARIO SIERO:
Compositor de VFX, estudió Ingeniería Informática en la Universidad de León. Posteriormente realizó dos máster en postproducción y composición de VFX en Madrid y Londres. Desde entonces ha trabajado en Madrid, Vancouver y Montreal para proyectos como “Juego de Tronos”, “Aquaman”, “Zipi y Zape 2”, “Cuerpo de Élite”, “La Peste”, “La Zona”, “La Catedral del Mar”, “Arde Madrid”, “El Día de Mañana”, “La Peste”, “Domesticado”, “La Tribu”, “La Cordillera”, “Morir”, “The Pirates of Somalia”, “Órbita 9”, “ Estiu 1993”, “No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas”, “La Promesa”, “The Darkness Keeper”, “Of Kings and Prophets”, “Kamikaze”, “Carmina y Amén”, “My place in the Woods”, “Pool” o “Kelebegin Rüyasi”.
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TEMA MUSICAL PRINCIPAL AINHOA CANTALAPIEDRA:
Tema Musical “Si te cuesta respirar” Salta a la fama en 2002 tras ganar la segunda edición del prestigioso programa “Operación Triunfo”. Su victoria en “OT”, fue minuto de oro en RTVE, y también uno de los momentos más vistos en la historia del programa que cuenta ya con 10 ediciones. A partir de ahí́, Ainhoa ficharía por la famosa discográfica “Vale Music”. Su primer álbum “Esencia Natural”, fue producido por el mismísimo Emilio Estefan, cosechando grandes éxitos, como alcanzar el número 4 en las listas musicales españolas o un Disco de Oro. Tras una larga y exitosa carrera en España con la publicación de cuatro discos, la creación de la banda sonora original de la película “Glup” y de haber sido dos veces finalista para representar a España en Eurovisión, Ainhoa decide emprender la aventura mejicana fichando entre otras, por la cadena de radio y televisión más grande que existe a nivel mundial, ”Televisa Publishing”, como autora y compositora. Comenzaría su andadura en “Televisa”, componiendo los temas musicales de la novela de fama mundial “A Que No Me Dejas“. Otra faceta en la que Ainhoa ha destacado en los últimos años, es en la de componer canciones, letra y música, para otros artistas españoles y latinoamericanos, ganándose una gran reputación a nivel mundial como cantautora.
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PRODUCTOR MUSICAL MAX MILLAN
Productor musical, DJ, y en definitiva un artista polifacético. Es quien se encarga de la Banda sonora original. Crea unas espectaculares versiones restiling de grandes éxitos a nivel mundial de grupos como “Queen”, “Pólice”, “Kiss” “Red hot chillie peppers”, etc. O de temas de bandas sonoras como las de las sagas de películas como “Rocky”, “007 James Bond”, o “Misión Imposible”. Combina dichos temas, con producciones originales propias a medida de los requisitos de la serie. Haciendo que la música sea un elemento vivo en la serie, y uno de sus mayores atractivos. Comienza a producir muisca en el año 2003, tras varios años como DJ. La mayoría de sus trabajos han alcanzado el Top 100 en las listas Billboard. En los últimos años saca a la venta varios singles, muy premiados por la critica, llegando incluso a obtener tres Top Ten en ITunes. En el año 2016, para cumplimentar algunos de sus conocimientos técnicos, participa en la MAT Music Academy, del dúo “The Reloud”, con los cuales posteriormente comenzará unas grandes colaboraciones musicales, que han tenido una fuerte repercusión en el sector a nivel mundial. A modo de ejemplo sobre su trayectoria, su éxito “Blossom ( dance and love )” alcanzó el no 1 en las listas de Polonia y Ucrania, el no 30 en las listas Rusas, y el no 33 en las listas Italianas. En 2018 funda “Solidwavestudio”, un estudio de producción musical que cuenta habitualmente con la colaboración de los artistas y técnicos de sonido más reconocidos en el sector. Desde su fundación se convierte en uno de los estudios de producción más prolíficos y con mas éxito del panorama italiano e internacional. Sus producciones se pueden ver y escuchar en ITunes, Traxsource, YouTube, Spotify, y en las listas de éxito de las principales emisoras radiofónicas. Para terminar no podemos dejar de mencionar sus múltiples colaboraciones con los DJ’s más importantes del mundo.
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MUSICA DE AMBIENTE ALBERTO GARCÍA:
Posteriormente, estudia el grado en composición en el Centro Superior Katarina Gurska como alumno de David del Puerto. Después continua su formación con el Master en Composición para Medios Audiovisuales también en el el Centro Superior Katarina Gurska. Para cine ha compuesto la Banda sonora original de la película “El crucigrama de Jacob” para RTVE, por la que recibió́ una candidatura a los premios Goya 2018. También ha compuesto la B.S.O. de varios cortometrajes, entre ellos, “Exit”, “El vigilante” “37” o “Vamos a llevarnos bien” Ha recibido el premio “AMAS” a la mejor banda sonora original en los años 2017 y 2019. El premio “ATR” en el año 2017 por la BSO del videojuego oficial de la serie de RTVE “Carlos Rey Emperador”. Premio “Gava” 2018 a la mejor banda sonora original.
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JEFE DE PSICOESTÉTICA Y PELUQUERÍA RAMIRO FERNÁNDEZ: Decir Ramiro Fernández, suele ser lo mismo que decir “Psicoestética”, puesto que éste hombre natural de San Miguel de Nembra, Asturias, ha conseguido que la profesión de peluquería y barbería, trascienda un paso más allá́. Sin duda Ramiro es el mejor embajador del concepto de la “Psicoestética” Reconocido por sus compañeros de profesión como el “número uno” en Peluquería Psicoestética en España y Europa, ha escrito varios libros sobre el tema, como por ejemplo “Cómo triunfar en la era de la imagen”. Galardonado como “Ovetense del año”, es un habitual de los programas de televisión y radio, no solo por su trayectoria como psicoesteta, sino también por sus habilidades como comunicador. A nivel mediático, Ramiro siempre será conocido como “El peluquero de la Selección Española de Fútbol”, con quien lleva más de 28 años como peluquero oficial. Pero no solo nuestros campeones del Mundo han pasado por sus manos, a los Sergio Ramos, Iniesta, Iker Casillas, se les unen otras figuras como el brasileño Kaká, o por no abundar en el deporte, personajes de la talla histórica del ex-presidente de la extinta Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, Nelson Mandela, Severo Ochoa, Adolfo Suárez o Arturo Fernández. Para terminar el resumen de una extensa biografía profesional de un hombre que se ha hecho a sí mismo, cabe destacar algunos premios internacionales que Ramiro ha recibido, como el “Peine de Oro Internacional”, o la “Percha de Oro a la Elegancia”.
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JEFE DE PRENSA Y RELACIONES PÚBLICAS JESÚS MARTÍN: Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Salamanca y Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo, en la rama de Administración y Dirección de Empresas/Márketing. Jesús Martín es, desde hace años, una de las voces más conocidas de la Cadena SER en Asturias. Redactor y presentador de programas e informativos en “Radio Asturias – Ser”, Jesús es, sin duda, uno de los periodistas más queridos y valorados del Principado de Asturias. Delegado de las emisoras afiliadas del Grupo Radio Asturias durante varios años. También desempeñó el puesto de Jefe de Administración y Coordinador del Departamento de Publicidad y Márketing/Relaciones Publicas en dicho grupo de emisoras. Fue Coordinador General/Director Adjunto de la cadena de televisión regional “Localia Televisión Asturias” hasta su cierre Tras su paso por la televisión retoma su trabajo como redactor y presentador en Radio Asturias.
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CASTON BROOS PICTURES presenta
Un año después
Making of *** Así se hizo, tras la cámara
Edición por Banin Santana. Sonido directo y post producción de sonido Manuel Agudo. Diseño gráfico Itsel del Toro. Operador camara unidad 1 David Pascual. Operador de camara unidad2 Daniel López. Director de fotografía José Luis Cuendia, “Guendy” Jefe de iluminación Jota Pascual. Directora de arte Deborah Madrid. Script supervisor Marta Martínez. Diseño de vestuario Marco Mian. Jefe de atrezzo Freddy Rivero. Servicio de peluqueria canina “Dogger dog Desing”. Jefa de make-up Lili Lifer. Productor ejecutivo Eduardo Castejón. Jefa de producción Ana Hevia. Ayudante de dirección Hugo Álvarez. Director unidad de mexico Ricardo Pérez Gil. ESCRITA Y DIRIGIDA POR Eduardo Castejón
Arriba, Pepe Ruiz con Hugo Álvarez, Ayudante de dirección. Hugo es el fotógrafo oficial del Real Oviedo. Ha trabajado para varios periódicos,, portadas de libros, especializado en fotografía de deportes Abajo, la hora del maquillaje.
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Arriba, Sala de espera Hospital de Cabueñes (Gijón) Abajo, Ramiro Fernández abandona la peluquería“Psicoestética” para meterse en el papel de un prestigioso neumólogo. Pasando visita en la habitación de Juan/Padre (Pepe Ruíz)
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Pepe Ruiz, hospitalizado. ¡Que no me muero, coño¡ Siempre hay momentos para tomarse a risa el drama entre toma y toma
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El Director Eduardo Castejón comenta con Presidente del Gobierno (Antonio Albella) detalles de la próxima toma. A la derecha, el Presidente del Gobierno (Antonio Albella) en una de las pausas de su discurso a la nación
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Arriba, con el equipo de rodaje el día del discurso del Presidente. Faltan los de sonido que ya habían recogido. Abajo, Pepe Ruiz repasa sus diálogos mientras los técnicos preparan el sonido en la habitación.
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Arriba, ensayando algunos de los momentos más dramáticos de “Un año después”. Abajo, dudas y sugerencias
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Arriba, atentos al televisor, el Presidente se dirige a la Nación Abajo, el último día de rodaje nos acompañó la televisión del Principado de Asturias TPA. Al final terminaron todos en la cama del enfermo a petición del director de fotografía.
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Arriba: Último día de rodaje Abajo, esperando una llamada
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Arriba, Rápido que vamos a empezar… Abajo, escuchando al Presidente, se va a confinar el planeta…La chica más baja de los siete es Carmen López, debutó en la gran pantalla con la película “El Orfanato” encarnando el personaje de “Alicia”. A este film, le siguió “Pasos” de Federico Luppi, y posteriormente “Sobrevivir a un hijo”. Además Carmen es la actual campeona del mundo de Parasurfing, campeona de España y subcampeona de Europa. Y al igual que le ocurría a su personaje de “El Orfanato”, Carmen es invidente, pero eso nunca le ha supuesto un problema, solo un reto más que superar a lo largo del día. Reto del que siempre resulta vencedora.
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Arriba, la noticia del confinamiento se recibe en las sidrerĂas de Asturias Abajo, la noticia es recibida por los viajeros del bus del rodaje
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Los moldeadores de la luz, Maylin y Felipe, en el bus utilizado para el rodaje.
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El director de fotografía de “Un año después” José Luis Cuendia “Guendy” con María Luisa Merlo y Pepe Ruiz. José Luis Cuendia “Guendy” director de fotografía, con el actor Antonio Albella (Presidente del Gobierno) y con el actor y director de ”Un año después” Eduardo Castejón. (Mario/hijo).
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Francisco Trinidad
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Zafarrancho en el despacho Mi mujer se pone muchas veces imposible, con exigencias domésticas, del todo lógicas, por otra parte, pero que a mí me incomodan. Como todo lo que rompe mi rutina, que me produce una suerte de desequilibrio áspero y compacto, casi vértigo. Pero cuando se pone realmente pesada, insistiendo un día y otro sobre el mismo tema, no me queda más remedio que plegarme a sus pretensiones si no quiero que sus llamadas de atención se conviertan en gritos y sus gritos en lágrimas o sollozos acompañados de reproches que anuncian otras tormentas. Tal me ocurrió la semana pasada. Después de cuatro o cinco días diciéndome que tenía que ordenar el despacho, que es una vergüenza que lo tengas así, que no cabe un papelote más, que el polvo lo cubre todo, que…, el martes pasado me levanté decidido y entré a saco en el despacho, dispuesto a dejarme la piel en el empeño si hacía falta y dejar mi lugar de trabajo cotidiano como los chorros del oro, que es una expresión a la que mi mujer se agarra cuando me recrimina mi dejadez. Empecé por la gran estantería en que se acumulan los últimos libros que me van llegando y donde tengo, además, una serie de manuales que hasta ahora me resultaban imprescindibles para algunas consultas y cotejos puntuales de datos: diccionarios, historias de la literatura o de España y otra serie de manuales que últimamente, con el auxilio de internet, cada vez utilizo menos, si es que alguna vez los manejo, más que nada por costumbre. Llené una caja con libros que seguramente no usaré más; y luego otra, siguiendo el mismo criterio; y finalmente otra más. Y aquello pareció abrir una espita, una especie de furor que me llevó de estantería en estantería en lo que más que una limpieza fue una poda. Llené varias cajas con libros y con carpetas de documentos que tampoco usaré más. Cuando vi aquellas cajas apiladas y los estantes desnudos, sentí una especie de vértigo. Aquello era una ruptura con un pasado lejano en el que todo eran proyectos y la entrada en un mundo que cada vez se cerraba más sobre sí mismo. Alguna vez leí que ser viejo es vivir más de recuerdos que de proyectos. Así que me sentí viejo. Aquellas cajas resumían mi renuncia a proyectos que ya no se materializarán y aquellos anaqueles vacíos me ponían frente al espejo de mis propias contradicciones: toda la vida viviendo de, por y para los libros y ahora les hacía pasto de traperos. Menos mal que mi biblioteca, la que reúne los libros de los que jamás me desharé, sigue viva en la habitación de al lado acumulando polvo y recuerdos por igual. Algún día también tendré que limpiarla a fondo, aunque no pienso retirar ninguno de sus volúmenes. Claro que eso será cuando ya no aguante más la insistencia de mi mujer, que se asomó al despacho a media tarde y, cuando vio la purga tan drástica a la que lo había
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Cuando dejó de llover, mis manos estaban debajo de su blusa, torpes y atrevidas, y sus labios pespunteaban el lóbulo de mi oreja. Oímos que alguien hablaba cerca de nosotros y nos separamos bruscamente. En aquel momento, arruinada definitivamente la fiesta y con las primeras luces del atardecer sombreando el prado de la romería, comenzamos a andar hacia casa. En algún momento del camino nos cogimos de la mano y antes de separarnos quedamos citados para el sábado siguiente. sometido, me preguntó si no me arrepentiría más adelante. “No voy a tener tiempo”, pensé, pero ante ella opté por encogerme de hombros. E chi lo sa, susurré, abrumado y nostálgico por partes iguales. Al día siguiente, sin embargo, me levanté animoso. Como primera medida, saqué las cajas al pasillo y luego limpié a fondo las estanterías, coloqué holgadamente todos los libros con que me había quedado, dispuse en buen orden las carpetas que había decidido conservar y coloqué algunas piezas de cerámica y algunas placas de reconocimientos varios dándole aire y color a la estantería. Después me senté en esta mesa de trabajo y comencé a sacar, limpiar y volver a colocar todo lo que contienen sus seis cajones, desde bolígrafos y plumas estilográficas hasta discos duros externos, llaves de memoria y otros útiles de escritorio. Lógicamente, me deshice de una serie de objetos que me habían llegado en distintos momentos y que había ido metiendo en los cajones por no tirarlos directamente. Allí había teléfonos móviles antiguos, con sus respectivos cargadores; cables de distintas procedencias sin uso definido; ratones de ordenador abandonados a su suerte, seguramente obsoletos; y otras antiguallas guardadas sin sentido —como un cuerno de caza o una máquina para liar cigarrillos— y que fueron directamente a una caja de cartón con destino a la basura. En el último de los cajones encontré un sobre con tres viejas fotografías, de color ya desvaído, y un recorte de periódico. Una de las fotos mostraba el rostro de una joven, como de quince o dieciséis años, de media melena y ojos muy abiertos; a pesar del paso del tiempo y de la pérdida de color se apreciaban perfectamente sus facciones y aquella sonrisa que iluminaba la fotografía. En el reverso, escrito con letra insegura: “Con todo mi cariño” y una firma, Elena, envuelta en una rúbrica ovalada. En las otras dos fotos aparecíamos la chica y yo, apoyados en una valla rústica y con una inconfundible escena de romería detrás de nosotros. Cuando vi esas dos fotos una primera lágrima recorrió mi mejilla. No sé cuántos años hacía que no las contemplaba, aunque recuerdo perfectamente el día que conocí a Elena, una tarde de verano en una romería. Ella iba con unas amigas de su misma edad; yo, solo, a la espera de que llegaran mis amigos. Me llamaron la atención sus ojos o su sonrisa o todo junto, qué sé yo, y siguiendo un impulso inexplicable me acerqué a ella y comencé a hablarle. Ella aceptó mi charla, sorprendida, pero cómplice, y participó de manera decidida, dejando sonar los cascabeles de su risa. Cuando nos dimos cuenta, nos habíamos alejado de sus amigas —“Ya las encontraré”, me dijo, encogiéndose de hombros, cuando se lo hice notar— y seguimos charlando, contándonos nonadas de adolescentes, pienso ahora, aunque entonces lógicamente mi visión fuera muy distinta. Pasamos juntos un par de horas, acaso algo más, mientras recorríamos el espacio de la verbena, los carruseles en que los niños se divertían encandilando a sus padres y abuelos, y acabamos en el baile donde, a ritmo de un viejo bolero carraspeado por un vocalista con mejor voluntad que ritmo, unimos nuestros pechos mientras arrastrábamos los pies. Luego atacamos un vals y un corrido, un pasodoble, una cumbia, acaso un tango, figuras de baile, en fin, que servían para el abrazo mientras nos susurrábamos niñerías al oído. El tiempo pasó al ritmo de un suspiro y, sin darnos cuenta, comenzó la noche a asomar su rostro de ceniza. Sin saber cómo, casi por ensalmo, aparecieron las amigas de Elena y se la llevaron en volandas. Antes nos dieron tiempo para una breve despedida —nuestras manos unidas por la ansiedad— y para citarnos, de nuevo el sábado siguiente, en la romería de San Roque, aquí al lado. Así pasamos las tres o cuatro semanas siguientes, de romería en romería, de risa en risa. Hasta que, allá a mediados de septiembre, fuimos un domingo a la que llamaban Romería de los Piescos. Había estado todo el día nublado y a media tarde comenzó a lloviznar y finalmente a llover a cántaros. Tuvimos suerte y pudimos refugiarnos bajo el alero de una cuadra cercana, medio tapados por las hojas de un
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Foto (retocada para envejecer): Anna
castaño. Allí estuvimos en silencio unos primeros minutos, refugiados de aquella lluvia que caía con fuerza; luego comenzamos a hablar, de todo y de nada, hasta que nuestras manos tropezaron al azar y nuestros labios inexpertos se juntaron en aquel primer beso que nos abrió las puertas del olimpo. Cuando dejó de llover, mis manos estaban debajo de su blusa, torpes y atrevidas, y sus labios pespunteaban el lóbulo de mi oreja. Oímos que alguien hablaba cerca de nosotros y nos separamos bruscamente. En aquel momento, arruinada definitivamente la fiesta y con las primeras luces del atardecer sombreando el prado de la romería, comenzamos a andar hacia casa. En algún momento del camino nos cogimos de la mano y antes de separarnos quedamos citados para el sábado siguiente. Pero aquel sábado no apareció. Inútilmente esperé a la puerta de la cafetería que habíamos convenido. Inútilmente miré una y mil veces mi reloj para ir comprobando, según pasaba el tiempo, que Elena no llegaba. Cuando entendí que no vendría me acerqué hasta su casa, por si acaso le hubiera pasado algo y pudiera enterarme, pero en aquel cuarto piso en que vivían parecía no haber nadie: las persianas estaban bajadas y no se apreciaba ninguna luz en su interior. Pasé la noche inquieto y desperté varias veces, triste y con la fiebre propia del desconsuelo, hasta que al día siguiente, a primera hora, llegó a casa mi amigo Alfredo para comentarme lo sucedido: Elena se había suicidado la mañana anterior arrojándose por la ventana. Nadie sabía por qué. Dos semanas más tarde, cuando ya mis lágrimas habían dejado de fluir a todas horas y se reservaban solo ciertos momentos del día, apareció por mi casa el fotógrafo ambulante que nos había hecho aquella foto en la romería. Pagué las dos copias, sabiendo que una de ellas nunca llegaría a su destinataria, y las metí en un sobre junto con una foto de Elena que me había dado una de aquellas tardes y con un recorte de prensa en la que se daba la noticia del que calificaban como “trágico suceso”. Alguna vez, a lo largo de estos cuarenta años, ha surgido el sobre, siempre en alguna mudanza o alguna limpieza, y he mirado estas fotografías, con la misma añoranza, el mismo desconsuelo, sin saber qué había pasado y preguntándome por qué el destino me había jugado tan mala pasada. Cuando ya había metido el sobre de nuevo en el fondo del cajón, entró mi mujer, cada vez más asombrada de la limpieza que estaba llevando a cabo, y reparó en las lágrimas que yo trataba de ocultar. —¿Qué te pasa? —preguntó solícita. —Nada especial, recuerdos… Y no fui capaz de agregar lo que realmente pensaba: el recuerdo más triste de mi vida.
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Foto: Daniel Kordan
Gloria Soriano
Foto: Maikel Reyfman
El destino de Frank PARTE II
El Cuaderno de Bitácora V. EL AMIGO Cuando me despierto, una piel de oso me cubre. El zorro también me da calor. Su cola abriga mi cabeza y de vez en cuando me empuja el mentón con el hocico impidiendo que me vuelva a dormir. Poco a poco descubro el glaciar, su pureza, y me doy cuenta de los cuidados recibidos, del afecto, del amigo que me ha descongelado el corazón.
VI. LA CAZA Dos hombres con vestimentas coronadas por capuchas largas como túneles, donde guarecen sus rostros, están inclinados sobre el hielo. Recorro la distancia que nos separa seguido por el zorro y abrigado con pieles que ocultan mi fisonomía, pero no mi altura. Mi acompañante, blanco y esponjoso, apenas levanta dos palmos del suelo. Los dos pescadores nos miran atónitos justo un momento antes de que una foca se enganche en la red. Les ayudo a sacarla y entre los tres la arrastramos hasta el iglú. El zorro nos sigue danzando alrededor de la presa.
VII. EL BARCO DE FRIDTJOF NANSEN Hay un barco atrapado por el hielo con tres mástiles visibles desde la distancia. Aunque inmóvil, tiene vida. Distingo hombres que limpian la madera o se dedican a tareas que no sé precisar. Nadie está ocioso. Me aproximo, blanco entre el hielo, hasta que alcanzo a leer su nombre en el casco.
VIII. LA CONSTRUCCIÓN La mitad de los hombres trasladamos madera desde el barco hasta la boca de la mina, donde la otra mitad asciende por la montaña clavando los troncos que marcarán la senda de las vagonetas. Somos extranjeros, los únicos habitantes de una isla donde los osos acechan. Trabajamos para el americano.
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IX. LA MINA Avanzo por un pasillo oscuro entre hombres sucios de carbón. La luz es mortecina. Bajo los cascos, las manchas ocultan los ángulos y desdibujan los rostros. Contengo mis zancadas y las adapto al ritmo de los demás, la espalda encorvada, el pensamiento protegido por la fatiga. En la superficie, el sol que nunca duerme ilumina las vagonetas colgantes que se extienden desde el valle a la montaña. Al llegar a las casetas de madera, hago un gesto de despedida con la mano agitándola por encima de la cabeza como si estuviera protegiéndome del ataque de los pájaros, y entro por la puerta número siete.
X. LOS HIPERBÓREOS Gigantes con piel de nieve, labios rojos y cabellos de lana blanca me miran complacidos desde la inmortalidad. Danzan despreocupados o pasean felices por los jardines, envueltos por la música, bendecidos por los dioses. No tengo conciencia del presente.
Las montañas cuajadas de minerales son marrón oscuro, salvo en la cima, coronada por una lámina de nieve. Entre sus laderas de musgo y líquenes asoman los brazos de los glaciares. No hay árboles, ni hierbas altas. No hay más ser vivo que dos renos paseando entre una hilera de casas de colores y un arroyo.
XII. DECISIONES Salimos de la mina y, despojados de la sombra pegadiza que nos abraza al entrar, bebemos en la cabaña. El jefe habla de una playa en Virginia, al otro lado del océano. Apuro mi vaso con la determinación de ir hasta allí.
XIII. LA PLAYA Desembarco y leo Norfolk escrito con grandes letras. No sé si se trata de un cartel de bienvenida, de situación o de propiedad. La gente del puerto me mira con recelo y a pesar de la suavidad del clima siento que hay algo inhóspito en el aire. Caminando hacia el este me adentro en una gran extensión de arena bañada por el mar que supera todo lo imaginado.
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Foto: Antonio Martínez
XI. LA CIUDAD
Foto: JohnAavitsland
XIV. LA CASONA Innumerables ventanas y varias puertas, una gran entrada principal, dos pisos, claraboyas bajo el tejado. Es la casa del judío que controla los negocios del puerto. La admiro. Lo admiro. Aunque él no me ha creado, dependo de su poder.
XV. LOS HIPERBÓREOS Gigantes con piel de nieve, labios rojos y cabellos de lana blanca me miran complacidos desde la inmortalidad. Danzan despreocupados o pasean felices por los jardines, envueltos por la música, bendecidos por los dioses. No tengo conciencia del presente.
XVI. EL ÚLTIMO VIAJE Zarpamos. A Savona, grita el capitán. El cartel de Norfolk se pierde en la lejanía. El buque a vapor está más despoblado que la isla de los osos, y tiene las entrañas de una mina. En medio del agua infinita, sin glaciares, un avistamiento de ballenas.
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Foto: Anna Averianova_ XVII. EL NAUFRAGIO Un golpe desplaza la carga y una avalancha de carbón se me viene encima. Consigo desenterrar la cabeza e intento levantarme, pero el barco se inclina y me vuelve a tumbar. Arriba hay carreras y entrechocar de cascotes. A mi lado, corrientes de agua que me cubren y arrastran hasta el profundo pie de una montaña submarina.
XVIII. LA ETERNIDAD Mi cuerpo de algas, nutrido de mar, exhala un burbujeo de peces de colores. Gigantes con piel de nieve, labios rojos y cabellos de lana blanca me miran complacidos desde la inmortalidad.
XIX. LOS HIPERBÓREOS2 Gigantes con piel de nieve, labios rojos y cabellos de lana blanca me miran complacidos desde la inmortalidad. Danzan despreocupados o pasean felices por los jardines, envueltos por la música, bendecidos por los dioses. No tengo conciencia del presente.
XX. LOS HIPERBÓREOS3 Gigantes con piel de nieve, labios rojos y cabellos de lana blanca me miran complacidos desde la inmortalidad. Danzan despreocupados o pasean felices por los jardines, envueltos por la música, bendecidos por los dioses. No tengo conciencia del presente.
XXI. LOS HIPERBÓREOS4 Inmersión número 31 3 Inmersión número 32 4 Inmersión número 33 2
Gigantes con piel de nieve, labios rojos y cabellos de lana blanca me miran complacidos desde la inmortalidad. Danzan despreocupados o pasean felices por los jardines, envueltos por la música, bendecidos por los dioses. No tengo conciencia del presente.
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Foto: Ionut Caras
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Laudelino Vรกzquez
rec Foto: G
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El Marqués de Miego en su castillo Si estuviera su amigo El Director, ese personaje curioso, que a los cincuenta años, aún vive con y de mamá, porque según él, ha nacido y vive como un artista, que lo mismo te pinta un cuadro genial en su mente que te dirige las mejores películas que imaginarse puedan, pero que, por supuesto, jamás se molestaría en intentar llevarlo a cabo porque eso queda para los mediocres, empezaría la escena con un trávelin circular de la habitación muy lento para poder apreciar los detalles. Una primera toma del enorme ventanal del salón, desde el que se disfrutan los campos verdes sin límite de la propiedad, en los que sus antepasados se divirtieron con su deporte preferido durante siglos. Es verdad que ya no hay ciervos, ni jabalíes, ni siquiera las codornices y perdices, cuya caza a partir de mediados de agosto suponían la distracción preferida de los Miego, plasmada en numerosos cuadros que se desparramaban por todo el palacio como recuerdo de un tiempo que ya no volverá, pero todavía se pueden vislumbrar sobre el terreno los restos de las plazas de ojeo, las sendas abiertas sobre la hierba a base de caminar y caminar siguiendo a los animales. Y el enorme castaño que marca el principio de la propiedad, separada del camino por un muro de más de cuatro metros que permite vivir en el centro de la ciudad y a la vez, en otro mundo. No solo en otro mundo físico, sino también temporal. Siguiendo con el trávelin, pararía frente al espejo que preside el salón. Papá le decía que era del siglo XVII, cuando los espejos grandes solo se los podían permitir reyes o nobles especialmente ricos, y como todos y cada uno de los muebles que aún sobreviven, fue papá el que lo consiguió de la forma en que papá conseguía las cosas. No quiere pensar en nada que traiga a papá a la memoria, porque a pesar de los años, sigue odiando con ferocidad la memoria de un padre omnipresente, al que debe absolutamente todo lo que puede ser, pero también lo que es ahora mismo, apenas nada más que un nombre en una larga lista, plasmada en el árbol genealógico que ocupa casi una pared del salón. Y eso no es poco. Nada menos que un verdadero y auténtico Verdejo, el penúltimo de una historia brillante, llena de hombres valientes que lucharon por y para la corona y de damas que dedicaron su vida a hacer felices a los hombres que tuvieron la suerte de compartir la vida con ellas. Un Verdejo, se repite contemplándose en el espejo, satisfecho de la imagen que ve reflejada; un hombre de edad mediana, muy bien conservado en su opinión, un tipo de un metro setenta centímetros por más que en el lejano tiempo en que aún existía el servicio militar, el funcionario que lo midió se empeñara en que apenas sobrepasaba el metro sesenta. Un imbécil más que solo creía en lo que veía o en lo que le decía aquel trasto de medir. Como le ocurre demasiado a menudo con esa gente que no quiere aceptar la realidad.
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—Soy el Marqués de Miego —se repite—, y este es mi castillo. Deja que una sonrisa triste flote sobre el rostro que él considera augústeo, noble, sereno, y se coloca de forma que la panoplia familiar, se refleje sobre su cabeza en el espejo como una corona. Un rey, un rey en su castillo, se repite, mientras una lágrima estúpida que contradice su imagen de noble hidalgo inquebrantable, pugna por invadir las mejillas recién rasuradas. Necesita recorrer cada uno de los rincones del salón, cada mueble cargado de historia, aunque sea la de un padre depredador, poco menos que robando legalmente las propiedades de los desgraciados que caían en sus redes, cada trazo de pintura en los cuadros que reflejan las escenas de caza. Necesita volver a repetirse su propia historia una vez más. El hombre capaz de resistir los embates de una sociedad que camina hacia la nada, mientras él se aferra a su honor, a su hidalguía, a su mundo. Un hombre capaz de dar lecciones de cultura a cualquiera. De escribirle esas cartas a su amada, de replicar los poemas de Lope con esa gracia. Un hombre único, que había decidido permitirle entrar en su vida. —¿Qué no entendió esa mujer? Vuelve a repetírselo otra vez, a repasar la historia hasta el mínimo detalle sin encontrar dónde puede estar el fallo; todo estuvo claro desde el principio, cuando le explicaba los méritos de las matronas que ocuparon el marquesado junto a sus maridos durante siglos. —Una dama debe entregarlo todo por amor —¿Qué no entendió esa mujer? Las luces van cayendo sobre el parque al que da la ventana del salón, y a medida que las farolas empiezan a iluminarse, la bonita ficción del castillo comienza a diluirse en una realidad gris: bien, solo es un parque público y no el territorio de caza de su familia, pero sigue siendo un Verdejo. Es verdad que, si mira el reverso del espejo descascarillado, encontrará un desagradable «made in China» impreso en una pequeña placa, pero la imagen que devuelve sigue siendo la de un hombre interesante. En un salón de veinte metros cuadrados, pero interesante. Un tipo capaz de recitar la lista de los reyes godos, al que esa mujer no quiso aceptar como rey. Esa mujer que ha tenido la osadía de elegir. De decidir por sí misma. Y que le ha dicho con toda la amabilidad del mundo que no aspira a gobernar un castillo. Una mujer, maldita sea, que ahora que las luces no permiten construir un mundo a su gusto y a su imagen, prefiere decidir por sí misma qué quiere hacer con su vida. Y eso es lo que el Marqués de Miego, no puede consentir. No aquí, en su palacio. Una voz lejana, que pugna por salir de alguna parte, parece querer gritarle que el castillo no existe, pero con un gesto rápido, aparta el molesto sonido de su cabeza, vuelve a mirarse en el espejo y sonríe. —El marquesado de Miego, lo fundó un Verdejo allá por el mil… A esta voz, sí que le permite que siga hablándole, que le cuente esa realidad tan hermosa en la que él reina en su castillo
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Monchu Calvo
Milagros Fernรกndez
Milagros, vecina de Sevares Sevares es un oasis verde en la selva arbolada de Bañanti. Un balcón desde el cual nuestra vista recorre uno de los espacios más hermosos del Parque de Redes. A nuestros pies el espejo liquido del pantano de Tanes, y asomados a él, los pintorescos pueblos de Abantro y Tanes, con sus casas de colores que se reflejan en la quietud de sus aguas. Esta es una historia que ya el tiempo va diluyendo en la memoria de los que lo vivieron, por eso apuré el sentarme con una anciana mujer de Tanes, a la sombra de una fresca antojana, y dejar que fluyeran las anécdotas y los retales de la vida de otra mujer, a la que el destino no se lo puso fácil. Milagros, se llamaba, y de apellido Fernández. El lugar donde vivía, a pesar de su belleza, era un lugar alejado de los pueblos del entorno, que, aunque visualmente parecieran cercanos, llevaba más de una hora llegar a Coballes o Tanes, y eso exclusivamente a pie o en caballería, cosa que a ella por su pequeño tamaño le era imposible realizar. En una humilde casa, sin disponer de ninguna comodidad de las que hoy disfrutamos con normalidad, vivía con una hermana que acabó muriendo al parir una criatura, fruto al parecer de unos amores del “monte” como los llaman cuando son ocultos. Las vecinas más expertas en estas situaciones, del vecino pueblo de Coballes, ya vieron que aquella criatura venia de mala posición, y a pesar de hacer todo lo posible, a falta de médico, no se pudo salvar ni a la madre ni a lo que traía en su vientre. A raíz de quedarse sin la compañía de su hermana, tenía miedo en la soledad de la casa, que no disponía de luz, salvo algún candil de petróleo y poco más, y tenía miedo, sobre todo, al que ella sabía que había embarazado a su hermana. Contaba que una noche sintió ruido fuera de la casa, era una noche cerrada, pues hasta las estrellas se habían ocultado entre las nubes. La pequeña mujer, presa del miedo, pasó su diminuto cuerpo por la ventana que acompaña este relato, cosa que nos parece casi imposible viéndola ahora, y se fue a esconder a una cabaña cercana, donde se cobijó hasta que llegaron los primeros rayos del día. Tenía un bulto grande en un brazo, de bastante mal aspecto, ella decía que la había mordido un lagarto y le había llevado un trozo de carne, y que también debido a una mordedura, su cuerpo se había negado a crecer. Aquella humilde casa la tenía empapelada con periódicos, a los que recortaba unas cenefas con formas geométricas para poner en vasales y estanterías. La cocina era un llar directamente en el suelo, y de aquella estancia ennegrecida por el humo, salía una empinada escalera hacia el dormitorio, que los que la conocieron no daban crédito a que aquel pequeño cuerpo subiera por allí.
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Era hábil tejiendo cestos de blima, que luego vendía en algún mercado de Tanes cuando las fiestas del Cristo. Todavía nos mostró una vecina de Coballes algún cesto hecho por ella.
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Cestos fabricados por Milagros Cuentan también que durante una gran nevada, y sabiendo sus vecinos del pueblo de Ablaneu de su aislamiento prepararon un grupo de rescate hasta su casa; llegados a ella, se negó a acompañarles, y tuvieron que reducirla entre varios para transportarla amarrada a una escalera a modo de camilla. En ese pueblo estuvo una larga temporada, casi dos años. Era hábil tejiendo cestos de blima, que luego vendía en algún mercado de Tanes cuando las fiestas del Cristo. Todavía nos mostró una vecina de Coballes algún cesto hecho por ella. También le gustaba hacer ganchillo, y nos cuentan que se fijaba en las telas de araña para copiar sus dibujos. A las fiestas patronales del Cristo, acudía con un ramo de laurel que cortaba con curiosidad, y llevaba como un tesoro muy preciado para ofrecerlo al santo. La gente de los pueblos la tenía en cuenta cuando realizaban la matanza, y le ofrecían chorizos y morcillas que ella muy orgullosa enseñaba a los que iban a visitarla. En la última etapa de su ida, le arreglaron el ingreso en un asilo de Oviedo, llamado “La Malatería”, atendido por monjas, donde acabó sus días esta valiente y decidida mujer. En el trascurso de la charla con la informante que me narró la vida de esta mujer, recordando lo de “antes” salen a colación antiguos molinos, encuentros con “fugaos” y fiestas donde los romeros, que acudían de lejanos lugares, ofrecían a los santos cera, lacones y panes de maíz, para que los favores divinos mitigaran las escaseces y penurias en aquellos tiempos donde la vida era todo un ejercicio de supervivencia, como nuestra protagonista de este relato, la vecina de Sevares. Milagros.
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Alfonso Camín
ALFONSO CAMÍN Nació en Gijón en 1905. Tras haber trabajado en una cantera, se traslada a Cuba, donde se inicia en el periodismo, siendo redactor de los periódicos La Noche, y del Diario de la Marina y llegando a dirigir la revista Apolo. En 1914 regresa a España como periodista del Diario de la Marina para cubrir la Primera Guerra Mundial. Se estableció en Madrid, donde habitó hasta 1936 y es en la capital española donde conoce a la que será su esposa Rosario Armesto. Fue director de la revista Norte desde 1929 hasta su fallecimiento. Al estallar la guerra civil vuelve a emigrar trasladándose primero a Cuba y luego a México. Regresa el 25 de septiembre de 1967 a Gijón donde falleció. Está enterrado en el cementerio de San Félix, en Porceyo. Es considerado el Poeta Nacional de Asturias, pero sobre todo, su gran aporte a la literatura mundial fue abrir el camino, siendo pionero de la poesía afroantillana. Sus poemas desde inicios de los años 1920, influyeron en muchos de los poetas que siguieron ese rumbo, Girao, Carpentier y Guillén, entre otros. En 1981 fue nombrado «Hijo Predilecto y Poeta de Asturias». Extractado de https://www.cancioneros.com/ at/1721/0/biografia-de-alfonso-camin
Las ideas de Juan de Pin Juan de Pin calose la boina. Pasaba el príncipe de Asturias entre grandes fanfarrias marciales. La calle estaba llena de banderas. De penachos en forma de torrentes de plumas. De sables al sol. De botas charoladas y de herraduras de plata. —Juan de Pin, quítate la boina. —Yo soy republicano, rediós. Y más liberal que Riego. —Pero, hombre. ¿Qué tiene que ver que seas republicano o liberal para que te quites la boina? ¿No oyes la Marcha real? —Que toquen el Himno de Riego. Juan de Pin guardó silencio con la boina calada. Envolvió un cigarrillo de mal tabaco. Pegó el papel con saliva. Sacole chispa a la piedra a golpes de pedernal. Guardó el mechero. Y se acogió a una de sus razones. —Además, Riego era asturiano. La Marcha real es austriaca. Esto último lo había oído decir Juan de Pin a un librepensador de Langreo. Fracasé. Juan de Pin no me hizo caso. Siguió con la boina calada hasta los ojos. Ni quiso ver la cara del hijo del rey. Para no oír la Marcha real, que atronaba los aires asturianos, volvió a taparse las orejas con el pañolón de batista lleno de cuadros escandalosos. —Presénteme a don Melquíades —me dijo Juan de Pin después de que pasó el príncipe. —Bueno, hombre, bueno. Llegada la ocasión, le presenté a Melquíades y a Pedregal en la calle Corrida. Juan de Pin les dijo que él era más liberal que Riego; más republicano que Salmerón y más reformista que don Melquíades. Que por don Melquíades había andado a palos con todos los «retrógrados» de Serín; que en Veriña consintió en no vender más pan de la su tahona a los monárquicos; y que consentía en tener una vaca tueria por no querer emparentarla con un toro que uno de sus vecinos tenía a medias con el conde de Revillagigedo. Pasó el verano. Yo me interné en la corte con los primeros vientos de octubre. Mi escarcela no me daba licencia para esperar a comer las castañas en los magüestos familiares. Unos meses después, Juan de Pin se plantó en Madrid. Sin echar carta por delante. Sin pedirle permiso a los coraceros del rey. Sin fijarse siquiera, al pasar por la Puerta del Sol, en el ojo de buey que finge el reloj de Gobernación. Rinchábanle a Juan de Pin las botas nuevas, color de avellana. Su traje, de un verde claro, recordaba a los
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El general Riego prados en la otoñada y a los castaños al cubrirse de hojas. Hasta me creí que Juan de Pin olía a fronda nueva. En un dos por tres, sin abandonar el rabil de acero con el que medía la mesa del café como si fueran las costillas de un prójimo, me dijo sus intenciones. Contó su historia. Los «retrógados» le habían hecho cerrar la tahona del Llano de Abajo. En consecuencia, había vendido hasta la xarré, en la que su pobre mujer luchaba a diario en la repartición de pan, mientras él pasaba las horas en el chigre bebiendo sidra, pellizcando las carnes duras de las taberneras. Claro que esto no me lo contó Juan de Pin. Ahora, Juan de Pin dejaba diez hijos y la mujer encinta. Se iba para América, a los cincuenta años, a probar fortuna. En tal guisa venía a que yo le diera unas cartas para La Habana. Juan de Pin, no obstante estos reveses, seguía siendo más republicano que Salmerón y más liberal que Riego. Un día me acompañó a la Sociedad General del Publicaciones. Juan de Pin no creía que yo «sacara dinero de los papeles». Y a veces no le faltaba razón. Para cerciorarse —no pude desprenderme de él— subió conmigo a un tranvía frente a Palacio. No sé si era el santo o el cumpleaños de la infanta Isabel. Lo cierto fue que apenas se podía andar a un lado y otro de la calle de Bailén. El tranvía avanzaba a paso de entierro. Las cabezas se descubrían. Los sombreros temblaban en lo alto del brazo. El rey y la reina pasaban en automóvil. Iban a saludar a la infanta. La gente se aglomeraba en medio de la calle. En las aceras. Detrás del tranvía marchaban los reyes.
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Fernando VII pintado por Goya Iba yo en la plataforma oyendo las cosas de Juan de Pin. Dando grandes chupadas a una mala tagarnina española. No ardía ni a cien tirones. Se hubiera salvado tranquilamente de las iras de Nerón en el incendio de Roma. El rey ya estaba a unos pasos de nosotros. Quitándose y poniéndose el sombrero. Repartiendo saludos como quien reparte avellanas. De izquierda a derecha. De derecha a izquierda. La popularidad es terrible. Requiere de gran ejercicio de brazo. En la cara, una gran colección de sonrisas. El rey llevaba cruzada una pierna sobre otra. Unas piernas largas, como dos pértigas. Y el cigarrillo humeante en la mano, mintiendo sortijas azules. La cara de la reina, blanca y matinal, recordaba la flor del cerezo. —Juan de Pin, quítate la gorra. Pasa el rey. —Yo soy republicano, rediós. Y siguió con la gorra puesta. El automóvil del rey ya estaba casi enfrente de nosotros. Como íbamos de pie, en la plataforma, si el rey se dignara darnos la mano, nos hubiéramos tenido que inclinar yo y Juan de Pin. —Juan de Pin, quítate la gorra. Te mira el rey.
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Nota del Editor Rafael del Riego y Flórez (1784-1823), conocido como General Riego, fue un militar y político liberal español que el 1 de enero de 1820 se alzó en Andalucía con el objetivo de derrocar el régimen absolutista de Fernando VII y restablecer la Constitución de 1812 que fue firmada a regañadientes por el rey. Se inició así el llamado Trienio Liberal (1820-1823) que, junto con la Segunda República (1931-1939), adoptó el Himno de Riego como himno nacional español frente a la Marcha Real vigente desde que Carlos III la declarara “Marcha de Honor” el 3 de septiembre de 1770.
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Sidra y música de la tierra. Una estampa de España desvaída. Allí estaba Juan de Pin. Orondo y jovial. Dándole sidra al gaitero para que no cesara de hinchar el fuelle. Para que de vez en cuando entonara La soberana, acompañado por Juan de Pin, que no quitaba la oreja del puntero, del fuelle y hasta del roncón de la gaita.
—Sí, pero yo no lu miro a él. Juan de Pin seguía de frente a mí. De espaldas al rey. Pero, de pronto, la curiosidad hizo que Juan de Pin mirara con el rabillo del ojo. Con tan mala suerte que; al mismo tiempo, la casualidad hizo que don Alfonso alargara su sombrero a medio metro de las narices de Juan de Pin. Hasta la gente creyó que el rey saludaba a mi hombre. Todos los ojos se fijaron en Juan de Pin. Asombrados de aquella distinción del monarca. Juan de Pin se quitó la gorra. Rápidamente. Atropellado y torpe, con las dos manos. Su cara de asturiano saludable se tiñó de carmín, como una manzana. El automóvil del rey partió rápido, dejando atrás al tranvía, lento y cojitranco. Media hora después, cuando nadie se acordaba del rey, Juan de Pin aún seguía con la gorra entre los puños. Sin saber qué hacer con ella. Parecía que llevaba un nido en la mano. Y que se le habían roto los huevos al tropezar en el camino. Le di las cartas de Juan de Pin. Y Juan de Pin, más liberal que Riego, partió para La Coruña. Tomó un barco y llegó a La Habana. Dos años después llegué yo. En la Quinta del Obispo se celebraba una fiesta española. Cada mata de mangos mentía un árbol de Navidad, lleno de farolillos de verbena y de cintas multicolores. Alegría desbordante. Entusiasmo del desterrado, hecho a fuerza de hiel y de recuerdos, de nostalgias patrias y familiares. Cantos regionales. Banderitas rojo y gualda tremolando en la fronda del trópico. Sollozos de la gaita. Dolor ronco del tamboril. Mozas falsificadas luciendo trajes de la región. El pañolón asturiano. El rojo de geranio del faldellín gallego. La gracia nevada de la mantilla. Pero vacía la celda donde estaban condenados unos ojos ladrones. El mantón andaluz retando al sol como otra red de llamas. Pero sin el clavel de sangre de las fiestas de toros. Sin el ritmo, violento y cálido, de aquel cuerpo de guitarra, que iba matando piropos a taconazos de amor. Sidra y música de la tierra. Una estampa de España desvaída. Allí estaba Juan de Pin. Orondo y jovial. Dándole sidra al gaitero para que no cesara de hinchar el fuelle. Para que de vez en cuando entonara La soberana, acompañado por Juan de Pin, que no quitaba la oreja del puntero, del fuelle y hasta del roncón de la gaita. No pensaba echar raíces en Cuba. Ya tenía once hijos. La mujer no estaba encinta. Y él pensaba ponerla. Panadero por vocación, artista en el oficio, para él la mujer era un horno más de la tahona. Y horno que no cuece pan no es un horno. Es una ruina. En estas consideraciones se deslizaba la fiesta. Las risas de las mujeres. Las canciones del terruño. De pronto se oyeron los acordes de la Marcha real. El primero en descubrirse fue Juan de Pin. Tal emoción sentía, que yo escuchaba crujirle el pajilla entre las manos. Alguien pronunció un discurso. Al final, los aplausos estremecieron las copudas matas de mangos. Se agitaron corazones y banderas. —¡Viva España! ¡Viva el rey! —¡Viva el rey! ¡Viva España! Juan de Pin había sido de los primeros en gritar: ¡Viva España! Y acabó gritando ¡viva el rey! —¿En qué quedamos, Juan de Pin? ¿Y tus ideas liberales? —¡Qué concho sé yo! En la patria, España y rey son dos cosas distintas. Pero fuera de España, yo no sé qué pasa. Se enredan como las cerezas en el ramo. Va uno a comer unas y come otras. O se las come todas juntas con hoja y todo. Se le escaparon dos lagrimones a Juan de Pin. Luego vació media botella de sidra en dos copas. Y puso una en mis manos. —Bueno, Juan de Pin, ¿y el Himno de Riego? Gravemente volvió a llenarme la copa de sidra. —Es la sangre de la tierra —sentenció Juan de Pin. Y no gritó otra vez viva el rey, porque le miré cara a cara.
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Juan Depunto
El tiempo pasa II. Toda una vida 1
Toda una vida me estaría contigo no me importa en qué forma ni dónde ni cómo pero junto a ti… Los Panchos, 1944-1981
Final del verano Ayer, primero de septiembre, andabas deprimido, aunque ahora esto no es correcto decirlo: hay que volver a decir triste, sencillamente triste, como se dijo toda la vida. Fue Piedad quien te descubrió que era ella, Inés, con sus desplantes reiterados, la causante de tus bajonazos. De nuevo ha rechazado tu oferta de concierto. No contestó el mensaje, ni te contestó el teléfono. Irás con tu hija, su hija. Y hoy, jueves 2 de septiembre, es tu primer día de trabajo después de las vacaciones. Te ofreciste a los compañeros para hacer lo que hiciera falta; te dijeron que eligieras tú y preferiste quedarte con las visitas a los ingresados y la consulta, mientras ellos operaban, que es lo que más les gusta, y tú también hacías lo que más te gusta: hablar con las personas, convencer, de buen grado, a las personas. La elección fue acertada. No llegaban a la decena los ingresados, pero una necesitó, entre sollozos, contarte las tragedias de sus vidas. De la de ella y de la de su hija. Solo a ella le dedicaste una hora (cuando lo habitual son tres minutos). Te lo agradeció profundamente. Y lo mejor es que le sentó bien desahogarse contigo. Esa actitud diplomática, jesuítica como la llama críticamente tu amigo el cántabro, la llevas siempre contigo, como si fuera, es, parte de ti aunque no seas creyente. Tú prefieres llamarla actitud diplomática y conciliadora, de escucha activa. Dices que los cirujanos lo sois de cabecera. Cirujanos de cabecera. No solo debéis operar. Operar quizás sea lo de menos. Sois ante todo médicos que además o particularmente operáis, como otros puedan manejar el rayo, el fonendo o el tubo de endoscopia. Pero todos sois médicos, médicos en el sentido de clínicos, de profesionales que tratáis con pacientes. 1
Se puede ver en el n.º 75 de Luz Y Tinta, página 46, la nota “Cambio de rumbo” acerca de la estructura general de la obra “El tiempo pasa”, de la que forma parte este capítulo que pertenece a su segunda parte “Toda una vida”.
Enlace: http://amantesdelafotografia3.ning.com/profiles/blogs/luz-y-tinta-no-75
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A la pobre mujer de tu primera visita tras las vacaciones, la que se desahogó contándote su secreto, lo que más le preocupaba era morirse sin que Seviusta se enterara de la profunda injusticia que algunas fuerzas vivas de la ciudad cometieron con ella. Lo intentó en los periódicos más oficiales, sin éxito. Los poderes fácticos y no tan fácticos, pesan mucho, como una losa. Le diste el nombre de un periodista progresista y amigo al que consideras honrado, Alonso Pedregal, del Diario de Seviusta, con una tarjeta tuya, abierta, en la que le pusiste unas palabras: “Esta señora tiene una historia para contarte, si la crees de interés su sueño es verla publicada”. Y ésta es su historia: Entró a servir con 14 años en el cortijo de una casa de alta alcurnia de la provincia de Seviusta. Quedó embarazada del señorito y la despidieron sin más. Hasta ahí lo típico, lo habitual. Al poco tiempo encontró marido que además se hizo cargo de su hija, adoptándola y dándole sus apellidos. Más adelante falleció este buen hombre y ella quedó en el paro con varios hijos y una miserable pensión de viudedad. Fue entonces cuando contó a su hija, ya adulta, sus verdaderos orígenes y ambas fueron a la casa del padre biológico de la muchacha a pedir ayuda. Le informaron que “el señor” había muerto hacía 20 años y que había sido incinerado, despidiéndolas con cajas destempladas. Por ese tiempo es cuando me confesó su tragedia. Tú olvidaste su nombre pero no la historia, que te vino de nuevo a tu memoria cuando por casualidad hace unos años leíste esta noticia: “Reconocen a la hija de una criada como heredera de un terrateniente ya fallecido”. El juez le reconoció la paternidad a través de pruebas de ADN del hermanastro y le correspondieron 15 millones de euros. No sabes, porque no te acuerdas de su nombre ni de más detalles, si fue la misma persona que te contó sus cuitas, pero en cualquier caso la historia te impactó. Los humanos tenemos que vivir de esperanzas y entre éstas están los sueños. Sin ellas y ellos nos moriríamos, o en cualquier caso se nos quitarían las ganas de seguir viviendo. Necesitamos pensar en el futuro porque el presente se nos ha ido al pasado sólo con pensarlo, y el pasado ya no existe. Solo queda por tanto el futuro, que es lo único sobre lo que se puede influir. Sólo existe el futuro porque el tiempo pasa. Por eso es lo que más le preocupa a Woody Allen, porque vamos a pasar en ese futuro el resto de nuestras vidas. Y de ahí también el éxito del cielo (y del infierno) y por ende el de las religiones. P. D.: Para preservar la identidad de las personas aludidas en el artículo, las fotos que lo acompañan no tienen nada que ver con la historia real contada en el mismo. Están puestas solamente como ilustración de lo que es un cortijo tradicional andaluz bien conservado, un hospital, etc.
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Fotos seleccionadas f Septiembre de 2020
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a new day, por david d.
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
above the clouds, por karol poland
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aire, por irina
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
alsace-france, por françois arnaud
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amanecer en la isla de pascua, por yuri gagari
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
amanecer en meteoras. grecia, por loco matarov
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anna fedosienko, por nadima (shibina nadegda)
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
arabian nightsla mil y una noches, por a. zharov
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arquitectura vanguardista., por isadora del valle
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
autumn is coming, por sergey s
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autumn is here, por edward gordeev
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
autumn is here, por edward gordeev
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aves
002, por antonio martinez rodriguez
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
baĂąo de espuma., por guendy
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blessed water, por duong dinh
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
blue and green, por george
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bluebird, por mario gustavo fiorucci
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
carnicero, por mario gustavo fiorucci
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castillo..., por kristof brow
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
christal, por ionut caras
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cĂłrdoba, por kuriaki
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
dawns a new day of fishing, por aleksandre
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Dystopian stories, por Arkadiy —89
Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
sobre el agua, por manuel antonio centeno llorente
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desde el puente de la academia, por rosina smit
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
dibujos playeros anti-covid, por pepe latas
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duelo de titanes., por deven o’toole
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
dystopian stories, por arkadiy
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el palacio del bundestag de berlĂn, por isadora del vall
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
ensenada de oliencu. de maylin
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fashion, por catherina
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
fruto del bosque, por antonio martinez rodriguez
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golden bodies, por gen
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
hablemos, por paulina stpetersburg
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huangshan, por daniel
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
i will continue to accuse you te seguirĂŠ acusando, por a. zharov
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i will continue to accuse youte seguirĂŠ acusando, por a. zharov
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
imágenes de etnografía rusa., por margarita k
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kyushu de daniel
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
la doma, por mario eduardo blanco garcĂa
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levitating, por vladimir
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
looking for the spirits de m.dasha
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luces del atardecer, por loco matarov
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
luces despuĂŠs de la tormenta, por jl.maylin
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mariposa multicolor, por mario gustavo fioruc
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
mi naranja, por paulina stpetersburg
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midnight, por makapeh
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
mirada en negativo, por lorna aguirre
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montana, united-states, por pelayo
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
museo, berlĂn., por k i k e
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my portraits, por eric
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
my portraits, por eric
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nadima
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
naked, por ilich bczon
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naked, por ilich bczon2
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
nocturna en espines, por monchu calvo
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nude, por talyuka
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
ocuppations and professions, por nodia
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ocuppations and professions, por nodia
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
paris, por françois arnaud
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paris, por françois arnaud
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
parque nacional torres del paine, por vaio
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paseo en la niebla, por oscar rubén suárez
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
play of light, por olga
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portrait of man, por sergey
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
portrait, por m.dasha
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portrait, por s.benz
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
portrait, por s.benz2
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portraits of women, por sergey
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
purtova, por andreeva
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red angel, por voytsekhov
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
redes, por saravut whan
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retrato a las
12, por raul viciano alberich
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
retratos atĂpicos de pepe latas
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returning de regreso, por s.ivanov
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
roca blanca, por alex
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rojo, por sasha
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
saludo matinal, por chema
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san juan de gaztelugatxe, país vasco, por raúl gorostiza
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
santorini, por victor houvardas
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sasha, por daria
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
sea wolf, por kezzin
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sea wolf, por kezzin
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
september, por maikel reyfma
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snack, por mario gustavo fioruc
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
snail, por eleonor
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songs full of nostalgia, por a.polyakovvfr
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
still life, por michael
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studio shot, por kalynsky
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
su mirada en mĂ, por lorna aguirre
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sunrise or sunset, por jl.maylin
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
the air has no shame, por lucas el
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the freshness of nature, por dmytro
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
the smell of flowers, por oxana
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top legendario, por aleksey
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
tre cime di lavaredo3, por karol poland
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valentín álvarez, por mario eduardo blanco garcía
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
woman portraits, por pavel
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woman portraits, por pavel
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
woman portraits, por pavel
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yemen, por yuri gagari
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
you were telling me, por igor
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bodegĂłn, por marta gomez
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
buachaille etive mor
..., por kristof browk
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detalles.......moldeados con la luz, por joan anglas
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
dream by the sea, por duong dinh
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dreams, por vladimir
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
el ramu, por marta gomez
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el titiritero, por ildefonso robled
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
enedina, por monchu calvo
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estilo de la cultura thai lanna. tailandia, por saravut whan
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
eyes like stars, por yi wan
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eyes, por catherina
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
fast drysecado rĂĄpido, por s.ivanov
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golden bodies, por gen2
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
grotta del diavolo, por oscar rubén suárez
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guggenheim.bilbao, por arantxa
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
hormigas, por carlos gianoli
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huangshan, por daniel
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
love, por nataly
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mont saint-michel, por e.horobets el
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
new-york, por ingrid sanz
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paula riba por raul viciano alberi
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
perdiendo la cabeza por amor, por chema
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retratos asimĂŠtricos, por pepe latas
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
secretary, por lenin kaspov
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still lifes, por tатьяна
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
stop, por ionut caras
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suavemente, por lorna aguirre
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
the kiss, por ignachenco
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through the lens, por ruslan
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
veriña, por david morán barbón
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wang church, por karol poland
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Fotos seleccionadas, Septiembre 2020
whims of nature, por kinsuk lin
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İstanbul,-turquia, por osman naim —201
Lori Nix
Todo lo que vemos en las fotografías de Lori Nix existe de verdad; las imágenes no han sido retocadas. Cada obra de la serie “The City” (La ciudad) representa un paisaje postapocalíptico en miniatura, confeccionado meticulosamente a pequeña escala por Lori durante un período de unos cuantos meses. Esta artista de Brooklyn se describe como una fotógrafa “no tradicional”, ya que el tema de sus fotos ha sido manufacturado en vez de “encontrado”. Representa el declive de la humanidad, fotografiando una ciudad sin habitantes y en la que las estructuras realizadas por el hombre se deterioran (la madre naturaleza ha reclamado para si misma museos, teatros y bares). Se aprecia claramente la influencia de los grandes pintores románticos, que eran expertos en el arte de representar tanto el horror como la belleza. Sin embargo, en la obra de Lori, el peligro y el desastre se ven atemperados por un toque de humor; una manifestación de euforia como la que podría mostrar un niño al ver desastres naturales como una tormenta de nieve, una inundación o una plaga de insectos. Cuando Lori describe la serie “The City”, en la que la flora, la fauna y los insectos reivindican un paisaje que era suyo antes de que el hombre lo invadiera, Comenta: “Me da miedo lo que nos depara el futuro si no cambiamos nuestra forma de pensar con respecto al clima, pero al mismo tiempo me fascina lo que un mundo cambiante puede traernos”. https://vimeo.com/165461598
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Irina Dzhul
Artística belleza oscura No sé si ha sido voluntario o el azar ha querido ordenar la forma en que me llegan las carpetas de imágenes que Irina nos regala, pero el factor tiempo ha sido clave en la construcción de su mundo de reminiscencias mágicas. Primero dio forma a un estadio intemporal, pero inevitablemente construido en un pasado mágico en el que una inexistente tradición apache, se autoconstruía ante nuestros ojos, anunciando el nacimiento de los mundos de Irina a través de un embarazo más que real. Después, el pasado servía de fundamento para dar forma a una idea de presente, en la que la más absoluta modernidad se transformaba en futuro; superhéroes vestidos con armaduras de un tiempo que remitía a Nunca Jamás, para desembocar en esta entrega en la que, vestidas con la luz matrix, las figuras, arquetípicas de la Eva y el Adán redivivos, vuelven a nacer a un mundo que ya no existe; el futuro intuido en las formas de este presente, mascarillas para nacer y respirar en una casi nada, figuras estilizadas, pero en cuya construcción podemos intuir la amenaza primigenia de un Lovecraft. No sería inimaginable que ese hombre renaciente, en cuya espalda se acopla el nexo de la nueva vida, derivara en ser cercano a lo acuático, pues lo vemos flotando en el líquido amniótico de un útero universal, el de nuestro futuro, nuestro mundo. Seguramente elegiremos el futuro tecnológico y limpio, que podemos recrear esa mujer nueva, esa Eva reconstruida entre siluetas de plasmas, pantallas y naves espaciales apenas intuidas. Pero la amenaza de un futuro oscuro, también subyace en estas instantáneas, cada vez más perfectas, más sugestivas, más amenazadoras. Sea como sea el futuro, ya está aquí. Y con él todos nosotros, encarnados en estos jóvenes sin edad. Ya están aquí. Ya estamos aquí. No sé si Irina quiere sugerirlo, pero parece insinuar, que serán otras fuerzas, otras realidades las que decidirán cómo será, en todo caso, nosotros no tendremos la llave. Aceptemos un presente que puede caminar en cualquier dirección, pero sin dejar de vigilar la peligrosa deriva a la que podemos vernos arrastrados, porque el futuro no nos espera, ya está aquí.
Segundo Korda
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Pepe Latas
Edición Technicolor Proceso 2 Este mes he intentado emular el proceso 2 de Technicolor, centrando la atención en los procesos de color sustractivo, principalmente rojo y verde, a través de un pequeño resumen, extractado de varios sitios de internet, explicando a grosso modo, lo que era dicho proceso. Technicolor es un proceso de cine en color inventado en 1916 y no una película como algunos creen, originalmente Technicolor se creó como un sistema de dos colores (rojo y verde). En el Proceso 1, un prisma detrás de la lente de la cámara exponía dos fotogramas consecutivos en un solo negativo en blanco y negro, uno de los fotogramas bajo un filtro rojo, y el otro bajo un filtro verde. Como los dos fotogramas se exponían al mismo tiempo, la película debía filmarse y proyectarse al doble de velocidad. La exhibición requería un proyector especial con dos aperturas, una tras un filtro rojo y otra tras un filtro verde, dos lentes, y un prisma ajustable que alineaba las dos imágenes en la pantalla.
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Con el Proceso 2, sin embargo, la diferencia era que el negativo en dos
componentes ahora se usaba para producir una película en color sustractivo. Como los colores estaban físicamente presentes en la copia, no se
requería un equipamiento de proyección especial, y la correcta visualización de las dos imágenes no dependía de la habilidad del proyeccionista,
lo llamativo de este proceso era que, al eliminar un color, solo existían dos dimensiones de tono. Lo que creaba una armonía de color por trabajar en un rango de color limitado.
Esta es la definición de color sustractivo (menuda palabreja): La síntesis
sustractiva es un modelo que explica la mezcla de pinturas, tintes, tintas y
colorantes naturales para crear colores que absorben ciertas longitudes de onda y reflejan otras.
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David du Chemin
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Ideas robadas sobre la originalidad A nadie le gusta que le llamen imitador. Entre las grandes actividades de muchas personas creativas cotidianas se encuentra el deseo de originalidad, de hacer cosas que nadie más ha hecho. ¿Es posible? ¿Es deseable? ¿Y no sería mejor para nosotros gastar nuestras energías en convertirnos en individuos más distintos y dejar que la originalidad se cuide por sí sola? Hablemos de eso. Mientras escribía este episodio, que trata fundamentalmente de originalidad, se me ocurrió que pasar una hora, como hice yo, buscando citas, de otras personas, sobre originalidad, era irónico al más alto nivel. Quizás debería estar haciendo un episodio sobre “Irony” en su lugar, porque no puede ser una buena señal que mis propios pensamientos sobre la originalidad sean poco más que derivados. ¿O es eso? Quiero decir, TS Eliot dijo que “los poetas inmaduros imitan; los poetas maduros roban “. Ralph Waldo Emerson dijo que “todos mis mejores pensamientos fueron robados por los antiguos”, que es solo la forma irónica de Ralph de admitir que sus propios pensamientos habían sido criticados previamente por otros muchas generaciones antes. Pablo Picasso, a quien parece citar cada vez más a menudo en estos días, dijo “los buenos artistas toman prestado, los grandes artistas roban” y como esta cita es tan cercana a la de su contemporáneo, TSEliot, Hay muchas posibilidades de que uno de ellos le haya robado la cita al otro, lo que también es profundamente irónico o simplemente demuestra el punto. Probablemente sean ambos. Mis búsquedas sobre el tema de la originalidad arrojaron cientos de citas, cada una de ellas similar a la siguiente, pero todas llegaron a 1 de 2 extremos, el primero es: ¡tienes que ser original, no sirve de nada ser otra persona! El segundo polo fue: todo es derivado y los grandes artistas se lo roban todo. Entonces, ¿cuál es la verdad? Como tantas cosas en la vida, creo que la sabiduría se encuentra en ambos. Es la tensión entre ellos donde está la libertad. Creo que la cita del cineasta francés JeanLuc Godard es la más esclarecedora: “No es de dónde se toman las cosas, es a dónde las llevamos”. ¿Qué significa ser original? ¿Es posible? ¿Es deseable? ¿Y es posible escapar a la sospecha de que todo lo que estamos haciendo es simplemente derivado?
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Puedo recordar desde que mis recuerdos del patio de la escuela me llevaron, siendo llamado, y llamando a otros, un imitador. Respaldados en esos recuerdos están las emociones que vinieron con esas acusaciones. Todavía recuerdo que me llamaron imitador y el tipo de actitud defensiva que despertó en mí. Todavía puedo sentirlo. Quiero darme vueltas en mi silla incluso ahora y lanzarme hacia atrás: ¡no lo soy! ¡Usted está! No muy original, lo sé. No creo que pudieras haberme llamado mucho que me pusiera los pelos de punta más rápido. Si realmente quisieras presionar mis botones, no había mejor manera. Todavía no lo hay. Recientemente vi un video en YouTube en el que un fotógrafo sugirió que una de mis imágenes bien podría ser una copia de la suya, y tardé una semana en no querer apresurarme a defenderme. ¡No lo es! Al decir eso, me doy cuenta de que TODAVÍA quiero defenderme. Nadie quiere ser un imitador ni ser visto como tal. Incluso los niños de 5 años lo entienden. La mayoría de nosotros pone una parte de nosotros mismos en el trabajo que hacemos y cuando se sugiere que el trabajo no nos refleja a nosotros, nuestra visión, nuestras elecciones o habilidades, pero de hecho alguien más, bueno, no es de extrañar que perdamos nuestro sentimiento emocional. poniéndose de pie por un momento. O una semana. Si somos todos los copos de nieve que nuestros padres nos dijeron que somos, individuales y especiales, y diferentes a todos los demás, y si nuestro arte, sea lo que sea, está destinado a contener una parte de nosotros, ¿qué significa eso para el trabajo que de repente es? ¿Revelado NO ser original? Creo que significa, o lo tomamos como que significa, que NOSOTROS mismos entonces no somos tan únicos como pensábamos y esa es una píldora existencial difícil de tragar. Creo que es importante recordar algunas ideas que ayudarán a replantear esto o traerlo de vuelta a la perspectiva. La primera es que todos estamos creciendo hacia la individualidad. Claro, todos nacemos diferentes y únicos, pero esa diferencia entre nosotros probablemente no sea un abismo tan grande como nos gusta pensar. Tus huellas digitales y las mías pueden ser tremendamente diferentes. Pero, ¿cuántas variaciones realmente esperamos ver si extraemos una muestra de todos los que viven hoy? ¿Qué tan diferente crees que se verán esas impresiones? En el mejor de los casos, son variaciones de un tema. Lo mismo ocurre con los copos de nieve, seguro que en teoría entendemos que todos son diferentes, pero seamos honestos, un copo de nieve sigue siendo un copo de nieve. Pero no somos copos de nieve. La mayoría de los copos de nieve están en camino de convertirse en agua nuevamente, especialmente en estos días. Comienzan únicos, increíblemente complejos y se derriten lentamente de esa complejidad e individualidad, y vuelven a la simplicidad de una gota de agua. Nosotros, por otro lado, pasamos de la simplicidad a una mayor complejidad. O podemos, si seguimos aprendiendo, seguir convirtiéndonos en las personas en las que nos estamos convirtiendo. Un día nosotros también nos volveremos a disolver en los elementos de los que venimos. Pero por ahora, nos estamos convirtiendo cada vez más en nuestras propias personas distintas, extrayendo de otras influencias y experiencias, haciendo elecciones y conexiones que otros tal vez nunca hayan hecho, ni vuelvan a hacer. Tu trabajo no es ser único y mantener esa singularidad, ni defenderla. Tu trabajo es volverse cada vez más único. El hecho de que todos estemos convirtiéndonos en individuos de mayor complejidad es un gran consuelo para mí. Significa que existe la posibilidad de que el tinte no se haya fundido. Es como si todos hubiéramos sido formados a partir del mismo trozo de arcilla sin rasgos distintivos y nuestro trabajo es convertirnos en las personas únicas que hemos creído que somos desde el principio. Entonces, cuando miramos lo que hacemos y nos lamentamos de su propia falta de singularidad, ¿no ayuda ser capaz de admitir ante nosotros mismos que está en un continuo y que nuestro trabajo, junto con nosotros mismos, se está volviendo único? No necesi-
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tamos defender esa singularidad, sino trabajar para lograrla. En la dirección que solo nosotros podemos tomar a medida que nos convertimos cada vez más en las personas en las que tenemos el potencial de convertirnos. Si eso es cierto, creo que encaja muy bien con otra realidad, y esa es la noción inevitable de que todos estamos trabajando con las mismas materias primas. Vivimos y trabajamos en un sistema cerrado. Es como si estuviéramos todos encerrados en el mismo estudio juntos y nada entra ni sale. Entonces, cuando nos preocupamos de que nuestro trabajo sea derivado, tenemos razón. Está. Por supuesto que es. A ninguno de nosotros se nos desliza algo nuevo con lo que hacer lo que sea que creamos. De hecho, no es solo que estamos comenzando con los mismos materiales que los demás, sino que estamos usando lo que sobró de generaciones anteriores y reciclamos lo mejor de él de nuevas formas; todos esos creadores también estaban tratando de ser originales, de hacer lo suyo con todo su corazón y esperando desesperadamente que nadie los llamara imitadores. Porque lo que hacemos que sea derivado significa que deriva o proviene de otra cosa. Bueno, a riesgo de sonar como un niño de 4 años, ¡duh! Claro que lo hace. Hemos permitido que la acusación de derivación se convierta en un insulto, no en un reconocimiento honesto de las limitaciones con las que todos trabajamos, específicamente la falta de materiales verdaderamente nuevos. Eso no significa que no haya innovación y no sugiere que debamos renunciar a la búsqueda de la originalidad, pero sí significa, creo, que hay una manera diferente de ver la originalidad, una manera que nos acerca a la originalidad, libertad y autenticidad y nos empuja más lejos de la necesidad neurótica de confirmar cuán diferente es nuestro copo de nieve, como si los remolinos de sus huellas dactilares realmente se destacan entre los miles de millones de otros. ¿Qué te parece eso para una metáfora mixta? En primer lugar, en el momento en que definimos “original” como diferente de todos los demás, nos estamos comparando a nosotros mismos y los méritos de quiénes somos y lo que creamos, con esos otros. No estás diciendo que mi trabajo es original porque es mío , sino porque no es como lo que ha hecho nadie más. ¿Te imaginas hacer de eso el foco de tus esfuerzos creativos? ¿Qué tan agotador sería? No creo que tenga que recordarte la toxicidad de las comparaciones, no importa lo absurdo de intentarlo. Buuuut, todavía voy a hacerlo. ¿Es eso realmente lo que quieres de tu vida y tu trabajo? ¿Simplemente no agradar a los miles de millones de personas con quienes compartimos este estudio cerrado? ¿O los 108 mil millones de Homo sapiens que han caminado por este planeta hasta ahora? Eso no solo suena como una tarea verdaderamente sísifo, sino que incluso si pudiera lograrlo, no hay garantía de que su trabajo sea un reflejo de usted. Diferente por ser diferente, sí. ¿Único? Tal vez. ¿Pero original? No. Puede que me esté partiendo los pelos aquí, pero eso es tan parte de mí como mezclar mis metáforas, así que abróchate el cinturón. Ser original probablemente signifique varias cosas. El lenguaje es orgánico y podemos usar la misma palabra para significar cosas diferentes. Pero así es como yo lo veo. Ser original significa que una cosa es fiel a sus orígenes o refleja esos orígenes. No quiero que mi trabajo sea diferente al trabajo de otros, específicamente; Quiero que sea como yo. No quiero que sea diferente, quiero que sea mío. Y a medida que crezca hacia una mayor individualidad, mi trabajo, espero, seguirá el ritmo y crecerá en esa dirección. Se mantendrá fiel a sus orígenes y los reflejará. De la misma manera que hay personas que quieren crear una obra maestra sin poner el esfuerzo y el enfoque para convertirse en un maestro, también hay personas que quieren que su trabajo sea original, y por lo tanto verdaderamente individual, sin poner el trabajo en convertirse, ellos mismos, en individuos verdaderamente distintos. Creo que, si no pensamos demasiado en ello, nuestro trabajo nos reflejará, siempre y cuando no estemos tratando activamente de copiar a los demás. Creo que
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hay un momento para copiar. Así aprendemos. Y creo que, en algún nivel, siempre crearemos trabajo que sea verdaderamente derivado porque todos trabajamos con las mismas materias primas. La pregunta que nos pide Jean-Luc Godard no es de dónde obtenemos nuestros materiales, sino a dónde los llevamos. O esa es una de las preguntas. Pero podría haber una pregunta aún más profunda, y pide que se explore. El arte sólo puede llegar tan lejos en la individualidad como el artista quiera o pueda aceptarla. Y aunque el dominio del oficio es importante, no estoy hablando de eso. Sé que todos creemos que somos diferentes y especiales, y mamá tenía razón cuando dijo que no había nadie como nosotros y que deberíamos “ser nosotros mismos”. Pero probablemente ya hayas descubierto que “simplemente ser nosotros mismos” no es No es la historia completa; que en realidad es más una cuestión de convertirnos en nosotros mismos, y eso es una vida de opciones, no simplemente una voluntad de aceptar a la persona que somos. Porque si sigues siendo la misma persona a los 40 años que eras a los 4 años, y no te has vuelto más complejo, más interesante y más individual de lo que tenías potencial cuando eras niño, Creo que el enfoque en la originalidad y el miedo a la derivación o la imitación no es el punto. No es que provenga de un deseo de demasiado, algo inalcanzable, sino que proviene de querer muy poco. ¿Es eso todo lo que esperamos es simplemente ser diferentes de los demás? ¿Es eso suficiente para ti? ¿Y cuánta energía tendremos que gastar para hacerlo? ¿Cuánto de nuestros días y nuestro enfoque deberán dirigirse a lo que los demás están haciendo para estar seguros de que no nos estamos convirtiendo en imitadores sin saberlo? Probablemente sea saludable recordar que no ser como los demás no es lo mismo que ser verdaderamente uno mismo. Creo que Emerson tenía razón. Como el suyo, todos mis mejores pensamientos han sido robados por aquellos que me precedieron. Mis pensamientos no son puramente míos. Incluso en esta cuestión de originalidad, CS Lewis intervino hace años, haciéndose eco de mis propios pensamientos. Dijo: “Incluso en la literatura y el arte, ningún hombre que se preocupe por la originalidad será original: mientras que si simplemente tratas de decir la verdad (sin importarle ni un centavo la frecuencia con la que se ha dicho antes), nueve de cada diez veces, volverse originales sin haberlo notado ”. Dice que la originalidad será un subproducto natural si el trabajo que crea es fiel a lo que es y si no se centra en la originalidad en sí. Entonces, ¿por qué es esto tan difícil? Porque es más fácil, por un factor de millones, centrarse más en hacer arte original que en convertirse en una persona original. Una persona más compleja y fascinante que es realmente ellos mismos. Es mucho más difícil tomar todas las demás obras de artistas de todas las disciplinas, todos los escritores, los poetas, los músicos, los pintores, los grandes y divergentes pensadores, y permitir que su trabajo nos transforme en la persona en la que nos estamos convirtiendo, en lugar de simplemente. copiando sus formas y permitiendo que nuestras vidas se conviertan más en un homenaje a nuestras influencias que en un reflejo de la persona distinta en la que nos ayudaron a convertirnos. Cuando se trata de citas como la de grandes artistas que roban y no copian, la que más me gusta proviene del autor Dave Eggers en su libro, A Heartbreaking Work of Staggering Genius. Él dice: “” Todos nos alimentamos unos de otros, todo el tiempo, todos los días “. Prefiero eso a la idea del robo porque puedes robar una idea sin que te cambie. Pero lo somos, o nos convertimos en lo que comemos. Nos transforma. Yo tomaré la transformación sobre el hurto menor cualquier día. Por eso es tan importante que nos expongamos a influencias diversas y divergentes. Sería una persona muy diferente sin la poesía de Gerard Manley Hopkins, las pinturas de Monet o el Grupo de los Siete de Canadá, sin la fotografía de Elliott Erwitt o la música del cantante y compositor canadiense Bruce Cockburn. Sería diferente sin los años de viajes y las experiencias que me han hecho quien soy, el
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aprendizaje que he perseguido y las personas de las que he aprendido. Y a medida que avance, me convertiré cada vez más en un producto de todas esas voces e ideas, y de mis reacciones a ellas. Y tú también. Mientras preparaba las notas para este trabajo, estaba escuchando el álbum de Miles Davis, Kind of Blue. La fotografía de la portada de ese álbum fue realizada por el legendario fotógrafo neoyorquino Jay Maisel. Hay una historia sobre Jay que creo que se relaciona muy bien con esta discusión. Estaba dando una clase de fotografía cuando uno de sus alumnos le preguntó: “¿Cómo hago fotografías más interesantes?”, A lo que Jay respondió sin perder el ritmo, “Conviértete en una persona más interesante”. Entonces, con el permiso implícito de TS Eliot y Pablo Picasso, si me preguntas cómo crear un trabajo que sea más original, en otras palabras, inconfundiblemente tú, entonces mi respuesta robada es: conviértete en un tú más inconfundible. No dejes de robar a los demás. Aliméntate de ellos. Tener más hambre. Ingiere todo lo que puedas de todas las fuentes que te intrigan y con las que resuenas. Sea curioso y siga más hilos. Tenga la mente abierta sobre ideas que no le son familiares y que difieren de las suyas. Aprenda todo lo que pueda y deje que se sume a la complejidad en la que se está convirtiendo. Deja que te transforme. No se preocupe por ser original, no se enfoque allí. Concéntrese en convertirse en una versión aún más rica, profunda y compleja de la persona que es. Cuanto más único el artista, más original y único se vuelve el arte. ¿Será derivado? Por supuesto que lo hará. ¿No se deriva todo de otra cosa? ¿Pero es eso lo que más anhelamos preguntar? ¿No es lo que realmente queremos saber un poco más complejo y un poco más liberador? ¿No quiere saber realmente, no de dónde obtuvo las materias primas, sino a dónde las lleva? ¿No estamos todos esperando descubrir no si nuestro trabajo se deriva de otros, sino si será verdaderamente nuestro?
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Nadima (Shibina Nadegda)
Jane Eyre, en la niebla de la vida Recuerdo vagamente la primera vez que leí Jane Eyre, de Charlotte Bronté, la historia de aquella “institutriz pobre, vulgar y huérfana”, como se define ella misma y que a mí, solitario y soñador, recién salido de una adolescencia plagada de lecturas y de amores quiméricos, me recordaba al Oliver Twist, de Dickens. Había leído aquel mismo verano el Wether, de Goethe, centón de lágrimas y pasarela al suicidio, pero no me impactó tanto o yo ne le dí tanta importancia, quizás porque en la historia de Jane Eyre se congregaban los suficientes elementos como para que un jovenzuelo de provincias sin más ilusión que la de leer tendido bajo un árbol —sub tegmine fagi, que dijo el poeta— reparara en que la vida fluye más allá del amor, más allá del dolor y sobre todo más allá de las propias contrariedades de la propia vivencia. Cuando la releí muchos años más tarde en una traducción magnífica de Carmen Martín Gaite, comprendí que aquellos amores contrariados entre la institutriz y su rico señor, así como todas las historias infantiles de maltrato, de enfermedad y de estricta educación, no eran más que el envés de una moneda, de una de las treinta monedas que cada uno debemos entregar como pago a la traición de sobrevivir. Comprendí entonces —palabras de Martín Gaite— “que la novela es todo un libro de la vida, una confesión certera de un completo itinerario espiritual, y una exhaustiva ilustración de la lucha entre conciencia y sentimiento, entre principios y deseos, entre legitimidad y carácter, de una mujer que es la «llama cautiva» entre los extremos que forman su naturaleza.” Dentro de esta tensión vital, en la novela —y esto acabo de verlo ahora, a través de estas fotos de Nadima— subyace, casi como un leit-motiv, la pasión por el dibujo. Tanto que en un momento determinado la protagonista, aunque hambrienta, en vez de soñar con manjares inalcanzables en su vida cotidiana, sueña con aquellos dibujos que ilustraban su imaginación: “Aquella noche, al acostarme, no pensaba, como de costumbre, en una cena de patatas asadas calientes o de leche fresca y pan blanco, lo que constituía mi distracción habitual. En vez de ello, me parecía ver en la oscuridad una serie de ideales dibujos salidos de mi lápiz: casas y árboles pintados a mi gusto, rocas, ruinas pintorescas, vaquitas, mariposas volando sobre purpúreas rosas, pajaritos picoteando cerezas, nidos de avecitas llenos de huevos como perlas y rodeado de festones de hiedra...” Todo un mundo al alcance de su pincel imaginario, o como la propia autora escribe, del calidoscopio de su imaginación: “Un trozo de mar entre las rocas, la luna elevándose sobre el mar y un navío cruzando ante su disco, la cabeza de una náyade coronada de flores de loto surgiendo entre olas, un enano sentado en un nido...” Este es el clima que recrea nuestra Nadiama en esta serie de fotos en las que la joven Jane, ataviada con ropas de tonos grises y terrosos y con su inabatible gesto de tristeza, sale a un campo nebuloso, con árboles envueltos en una niebla que subraya la grisalla del paisaje y de su propia tristeza, para buscar un rincón del paisaje y dar rienda suelta a su imaginación en su block de dibujo. No sabemos exactamente lo que dibuja, en qué rincón de la imaginación se ha detenido su lápiz, pero tampoco importa. El clima de alrededor, los árboles oscuros, el gesto adusto de la artista, nos hablan de amor y de tragedia, eros y tánatos, como dijo el doctor Freud, la inevitable pulsión de la vida y la muerte: la vida soñada a través de sus dibujos —el amor indeclinable a Rochester, ciego y manco al final— y la muerte agazapada tras todas sus desgracias, tras la niebla romántica de todas las vivencias y todas sus contradicciones. Impagable Jane Eyre. Asombrosa Nadima.
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Un poco de Andrei Kezzin
luz
en un retrato
Durante 15 años en fotografía escénica, he desarrollado un sistema simple para mí que me permite simular la luz, poner las cosas en orden en mi cabeza y facilitar enormemente el trabajo en el set. Toda esta charla sobre “esquemas de luz” suele ser innecesariamente confusa, presupone la presencia de un “modelo” y en la mayoría de los casos no tiene ningún sentido, porque está ligado a una situación concreta. Propongo una solución bastante sencilla al problema de la preparación para el trabajo. Para hacer esto, necesita organizar la luz en cuatro categorías: 1. Duro / Suave 2. Dispersos / recolectados 3. Contraste / Sin contraste 4. Luz del visor / Luz de la cámara (no fuentes de luz, sino la luz que incide directamente sobre el objeto de su elección) Puedes entrenar para distinguir estas características en cualquier momento de tu vida. Por ejemplo, estás en casa, tumbado en el sofá, bebiendo una cerveza y mirando una bombilla en el techo. Da una luz difusa y dura, y su contraste disminuye a medida que aumenta la altura del techo. Y la vista de su apartamento, desde la ventana de enfrente, es una imagen gráfica brillantemente iluminada, sin un centro compositivo, sin énfasis en ningún tema. Es decir, serás visible, pero no será interesante mirarte, a menos que seas una chica desnuda. (Perdón por el sexismo, los hombres desnudos también son normales, todo depende del espectador) En este ejemplo, se puede apreciar inmediatamente la ráfaga de fotografías de bajo grado de la serie “desnudos”. donde en el centro de atención, en un marco uniformemente iluminado, una chica desnuda. Con el mismo éxito en el horno la mayoría de los “fotógrafos de familia” con sus aburridas composiciones en estilo, “Fotografío alegría y belleza, pureza y amor”. Una imagen enmarcada debe tener corrientes de luz. Después de cambiar su dirección, controlar su tamaño, haces que el espectador viaje a través de la imagen, experimente tus sentimientos, se sumerja en tus pensamientos, de hecho, la luz en la fotografía escénica es la parte principal de su guión. No el único, sino el que es visible primero. Escribiré en pocas palabras lo que significa todo esto. La luz dura y suave son las dimensiones de la fuente de luz. Cuanto mayor sea la fuente de luz, más suave será la textura del objeto iluminado que transmite la sombra. En consecuencia, la luz dura maximiza la textura. Todo parece sencillo, pero hay un matiz. Solo la dirección de la luz es decisiva. Su intensidad, las características del propio dispositivo, la potencia relativa a otras fuentes de luz, etc., toda esta información en la etapa de la idea es una basura que te impide enfocarte específicamente en la imagen. Cualquier fuente de luz es nominalmente dura. Y para suavizar la luz al efecto que desea, existen cientos de dispositivos de marketing. Confíe en mi experiencia: el 90% de lo que le vende una tienda fotográfica es simplemente sacar dinero de la población. Porque para casi cualquier tipo de trabajo, las manos hábiles tienen suficiente «frostram”. Aquí hay algunas imágenes en las que utilicé un “marco” como “accesorio” suavizante
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Foto1 Me encanta trabajar con Rama. Este elemento le permite ajustar con mucha precisión el flujo de luz en tamaño, dirección e intensidad. Por alguna razón, para el fotógrafo promedio, resulta ser de alto nivel. Lo que prueba la incompetencia de la mayoría de ellos. En el cine, esto es lo primero con lo que empiezan a trabajar los futuros operadores. La distracción y la concentración de la luz es comprensible al oído. Hay decenas de dispositivos para concentrar un haz de luz. Mi preferencia personal son las fuentes de lentes. Como Dedolight o Arri . O enfocar accesorios que no consumen la mayor parte de la potencia del dispositivo. Ahora no hablaremos de las diferencias en trabajar con flash y luz constante. Este es un tema para un artículo separado. Aquí hay algunas imágenes, por ejemplo. Uno se dispara en destellos, el otro es permanente. En ambos, la luz está bastante bien enfocada en los héroes. El contraste de la luz está determinado por su proximidad al sujeto. Y hay un detalle divertido que hay que aceptar y perdonar. La luz intensa también puede ser de bajo contraste. Pruebe esto con una lámpara de mesa y un medidor de exposición. Cuanto más aleje la lámpara del sujeto, menor será la extensión de exposición dentro del encuadre. La imagen se vuelve más suelta. Y más difícil es concentrar su atención en algún tema en particular. Después de llevar la lámpara a una distancia suficiente, su luz se volverá tan baja en contraste e intensidad que el monitor de su computadora portátil dominará en esta configuración. Acerque su nariz al monitor. En este momento el musgo está encendido suave, luz contrastante, y la bombilla actúa como relleno . Es decir, cambió al estado de Luz para la cámara. Para obtener buenos ejemplos de cómo mejorar artificialmente el contraste de la luz en un objeto, consulte los entre bastidores de Annie Leibovitz. El espacio requerido “brilla” con un paraguas con software traído lo más cerca posible. Luego, se hace el segundo marco y las dos imágenes se pegan en una. El artista recibe una suave luz de contraste en toda su altura. Y la imagen, una clara dirección del escenario. Esto no es ni malo ni bueno, esta es la forma de trabajar. Personalmente, he elegido el camino de la “iluminación justa. De lo que me
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foto2 No mires el color. La correcciĂłn de color tambiĂŠn es un tema independiente.
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Foto3 arrepiento ahora. A continuación se muestran algunos ejemplos con luz real y sin montaje. La imagen completa está hecha en un marco:
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La luz de la cámara, también conocida como luz técnica, además de luz de relleno, se está convirtiendo poco a poco en una cosa del pasado. Inicialmente, esta opción ayudó al fotógrafo a compensar la falta de rango dinámico de la cámara. Ahora este problema ocurre cada vez menos. Una cámara moderna tiene un alcance tal que puede mantener una imagen estable a una profundidad de 3 o más exposiciones en ambas direcciones. En la práctica, se ve así, compré un Phase One, establecí la apertura en 5.6 y disparé al azar. El resto se puede ampliar en captcha. Chicos, esto realmente funciona. Lo comprobé yo mismo. Porque no siempre hay suficientes fuentes de luz. Por ejemplo, en esta imagen, si no me falla la memoria, hay 14 de ellos:
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Por separado, todo esto suena y parece bastante simple, pero en realidad todavía no siempre converge. Se necesita algo de experiencia. Y la constante sistematización de la luz en cualquier tiempo libre. Por ejemplo, tu esposa te lava la cabeza por llevar un estilo de vida inútil, la miras gritando en la luz tenue y sin contrastes de una ventana de San Petersburgo. Enciende el televisor de pantalla ancha a su derecha y observa el flujo de luz suave que acentúa su figura y los movimientos bruscos de la mano. La
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Foto4 imagen se vuelve equilibrada. Ahora sabes exactamente quién es el héroe principal de este sitio. El manejo competente de todas las características descritas de la luz permite al autor dar vida a sus ideas en su cabeza. Solo necesitas practicar un poco. Pero aquí nuevamente hay un matiz. La luz es la parte de la fotografía en escena que debe aprenderse como la tabla de multiplicar de un estudiante de secundaria. Después de todo, la luz es solo la punta del iceberg. Esta es una matemática simple que incluso el fotógrafo más astuto puede dominar. En realidad, la situación es que la mayoría se detiene en la etapa inicial, descuidando otros medios de contar historias en las artes visuales. Analizaré lo anterior con mi propio ejemplo. La tarea consistía en hacer un retrato para el concurso de peluquería. Maestra Marina Moskaleva. Necesito tomar una serie de fotografías donde la luz enfatice con gracia el trabajo de Marina. Las imágenes son de hombres adultos, en la estética de “marinero brutal”. El algoritmo de solución fue el siguiente. Para enfatizar la forma de la cara, pero sin elevar mucho su textura, utilizo una corriente de luz recortada, suave y contrastante, del tamaño de una y media del diámetro de la cara. Con esta luz, mostraré arrugas más profundas y obtendré la imagen de un héroe de película con sabiduría. Al mismo tiempo, las pequeñas arrugas no se arrastrarán, lo que le dará al rostro algo de “glamour”. Esta corriente de luz servirá como la principal para el moshi sin romper la forma del cabello. Yo fijaré el peinado con la parte de arribadifusa, suave, de bajo contraste, ligera. No fallará la textura del cabello y le dará brillo. Resaltaré el fondo con un punto de luz suave, que no dejará textura, sin importar lo que distraiga del primer plano. Dirigiré el degradado a lo largo de la pared de tal manera que las partes más brillantes del peinado coincidan con la parte más oscura del fondo. Más un ligero “relleno” de la cámara, para “prender fuego” los ojos. Me tomó alrededor del mediodía deambular por la ciudad para escribir este guión. En el propio estudio, me tomó 25 minutos exclusivamente editar la luz.
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▲Foto5
Espero que mi experiencia y este artículo te ayuden en tu camino hacia tu retrato perfecto. El mío, lo hice hace 2 años. Luego pasé por encima de Denis Raikov (maquillador) y Lena Zolotareva (diseñadora de vestuario) con una solicitud para tejer Amadeus para mí. Aquel cuyo Réquiem he escuchado hasta la médula. El Réquiem de Mozart, una de las principales piezas musicales de mi vida. Y de alguna manera fatídica para mí. La imagen se convirtió en el primer retrato grande en mucho tiempo, lo cual era completamente inusual para mí entonces. Junto con Lena, elegimos las telas para el disfraz y la peluca. Probamos el maquillaje en inocente Sukhodol . Ah, y torturé bien a Raikov. Para el papel de Amadeus, invité a Deniska Shvets . Por cierto, este es el mérito de Alexandrova Julia., porque, inicialmente, estaba pensando en otro héroe. Por lo demás, Denis tiene una sonrisa encantadora de 48 dientes y es un artista maravilloso. Como resultado, la imagen estuvo en el aire durante varios meses. Tardaron varias semanas en formarse. Detallado por un par de días. Y se hizo en 4 horas. Filmamos con el fuerte “Dies Irae” sonando en círculos. Locura, luz, sangre y ojos ardientes de Amadeus. Fue una toma muy hermosa. Y muy importante para mi. Hay una gran cantidad de todo lo personal en él. Esta es, de hecho, mi primera historia completa como artista.
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▲Foto6
La foto se estrenó en otoño de 2016 en Berlín. Vivo allí ahora. El retrato nunca se ha vendido. Mucha gente se apegó a él. Y niños entusiastas y madres asustadas e, incluso, un director, así, se paró y rompió durante mucho tiempo, a comprar o no. También expuso en Colonia y en otros lugares. Ahora mi Mozart está en una pequeña galería en el centro de Prenzlauer Berg. La galería es propiedad de una pareja gay y se llama Friendly Society. Eligieron esta imagen entre muchas otras. Los chicos tienen buen gusto. En resumen, la gran historia en las imágenes, durante dos años. Entonces, ¿qué estoy haciendo esto? No recuerdo cómo encendí la luz en absoluto. Completamente automatico. Este momento simplemente desapareció de mi cabeza. Finalmente aprendí a hacer retratos en una caminata.
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Repertorio de Fotógrafos Españoles
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Alexis W. Vive y trabaja entre Madrid, Berlín y las islas Canarias. Alexis Pérez Montero expuso por primera vez en 1993, en el marco de la bienal internacional de Fotografía Fotonoviembre de Tenerife. A los 18 años comenzó́ a fotografiarse, en blanco y negro, utilizando su cuerpo desnudo como motivo de la representación. Su trabajo transita por las poéticas del desnudo y los territorios del cuerpo, haciendo un acercamiento a las contradicciones del sujeto y aristas del conflicto humano y el individuo a través del retrato. el deseo, los limites entre lo público y lo privado, el otro, el genero, la identidad y la sexualidad, entendida esta como una construcción cultural, son temas a los que siempre recurre. La ventana indiscreta, obra en construcción, es una referencia en su trayectoria, como proyecto rector que organiza las líneas discursivas de su trabajo. Empezó́ en 2003 en la calle Pelayo de Madrid, colgando de los balcones de los edificios aleatoriamente imágenes en cajas de luz. Dicen que el objetivo de un fotógrafo es congelar el tiempo, y mantener un instante en una crisálida eterna para conservarla para el deleite y conocimiento de los observantes del futuro. Con ese afán de perpetuar la imagen el fotógrafo canario Alexis W, propio y endémico de la isla meridional del Hierro, tras ejecutar durante años una ardua labor
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de retratista de su entorno, nos muestra una mirada sin filtros y sin adornos de los habitantes de su contexto virgen. Esta isla de olor a mar y lava, por la que siente una enorme devoción, ha sido el hervidero y foco de sus miradas durante su amplia carrera, y a pesar de desempeñar grandes proyectos nacionales como podría ser La Ventana Indiscreta de Madrid, la isla llama y crea una extraña adicción o embrujo que cautiva su alma y le inspira a continuar luchando por sus principios. Sus series han viajado posteriormente de los balcones a diferentes espacios expositivos, como la de los boxeadores, expuesta en 2009 en el museo de la Freedom Tower de Miami (Florida. EE.UU.), la serie Mi colección de vidas en el Tenerife espacio de las artes, o Hetairas cartografías literarias en el Caam (las Palmas de Gran canaria). Presente en PHotoespaña 1999, 2000 y 2010 con diferentes trabajos. en 2010 se realizó una exposición conmemorativa de La ventana indiscreta en la Galería Fernando Pradilla de Madrid. Publicaciones seleccionadas San Borondón, retrato de un sueño, Madrid, Ediciones del Umbral, 2010; Mi colección de vidas, Tenerife, TEA, 2010; La ventana indiscreta, Madrid, ediciones del Umbral, 2010; Hetaira, cartografías literarias, Madrid, ediciones del umbral, 2011. www.alexisw.net
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Fotografías que despertaron conciencias
El puente aéreo de Berlín Julio 1948 Berlín. República Federal de Alemania. Entre el 26 de junio de 1948 y el 30 de septiembre de 1949, una ciudad entera sobrevivió gracias a un puente aéreo, la operación humanitaria más grande que jamás se había llevado a cabo: durante 462 días, más de 278.000 vuelos despegaron de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña con destino al aeropuerto Tempelhof de Berlín, donde en el momento álgido de la operación aterrizaban casi 1.400 aviones al día. El puente aéreo garantizaba el suministro de alimentos, medicamentos y carbón a la población de los sectores occidentales de la ciudad. El ejército soviético había aislado Berlín del resto del mundo mediante el bloqueo de carreteras y vías de ferrocarril. Fue el primer episodio de la guerra fría y el ensayo general para el equilibrio geopolítico emergente, que se prolongaría hasta la caída del muro de Berlín. En aquella época, Walter Sanders, uno de los mejores fotógrafos de la revista estadounidense LIFE, documentó el puente aéreo en la capital dividida. Era un fotógrafo de origen alemán que había emigrado a Estados Unidos en 1933, después del ascenso de Hitler. Esta fotografía en blanco y negro, con las figuras recortadas nítidamente sobre un fondo brillante, podría ser un fotograma de una película de John Ford. Todos los elementos dramáticos están presentes y bien equilibrados: los escombros en el suelo, las paredes de las casas derrumbadas por las bombas, la multitud inmóvil con la mirada puesta en el cielo y la silueta de un gran avión descendiendo desde las nubes. El avión no estaba cargado de bombas, sino de caramelos: de hecho, los aviones de carga C47 habían recibido el apodo de Rosinenbomber (“bombarderos de uvas pasas”) porque a su paso solían dejar caer paquetes de chocolate, chicles y almendras garapiñadas, que colgaban de pequeños paracaídas, un regalo especialmente dirigido a los niños. Mientras Moscú trataba de matar de hambre a la población de Berlín, Estados Unidos lanzaba una diplomacia dulce: una operación que tuvo un fuerte impacto emocional en la opinión pública alemana y que ayudó a definir la relación futura entre ambos países.
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