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Migración venezolana, una bomba de tiempo Con un permiso especial para trabajar, estudiar y recibir atención, el gobierno busca beneficiar a más de 400.000 migrantes del vecino país. Recientemente, la Alcaldía y la Arquidiócesis de Cali abrieron un albergue temporal para más de 400 venezolanos que fueron desaloja-
dos de las inmediaciones de la Terminal de Transporte. Gracias al apoyo recibido, algunos pudieron continuar su viaje hacia Ecuador, pero la mayoría empezó a tramitar los papeles para conseguir un permiso de trabajo y así tener la posibilidad de establecerse en el país. Episodios similares se han visto en Barranquilla, Cartagena y Medellín, pero sin duda la peor situación se vive en la frontera binacional, particularmente en Cúcuta, donde, como lo reportó el corresponsal de la BBC, la ola migratoria venezolana está casi en todas partes y produce sentimientos encontrados en los habitantes de la ciudad. “Por un lado está la solidaridad con los vecinos que deben cruzar la frontera con la esperanza de correr mejor suerte que en casa. Sin embargo, por otro lado está la sensación de sentirse invadidos en sus espacios públicos, amenazados laboralmente por quienes están dispuestos a hacer el mismo trabajo por menos dinero e
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incluso intimidados ante lo desconocido”. Según el censo realizado por el Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos de Colombia (RAMV), la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, Migración Colombia y el DANE, en Colombia hay 442.462 venezolanos, pero la cifra es mayor (supera los 900.000) ya que la mayoría no se registró por temor a ser deportados y, de hecho, muchos de esos llegaron al país a través de trochas y permanecen de manera ilegal. De los registrados, el 70% son adultos, 26% niños y solo un 2% adultos mayores. Como es de esperarse, el departamento de Norte de Santander es el que más migrantes venezolanos se encuentran alojados, 18% del censo, le siguen Guajira con 16%, Bogotá 9,83% y Atlántico con un 9,67%. La búsqueda de trabajo es quizá una de las problemáticas más importantes reveladas por el censo. Según los datos registrados, 23,6% de los censados están en situación de informalidad, 21% son independientes y 18% de ellos están desempleados. La situación de desem-
pleo e informalidad, de acuerdo con Anif, afecta al mercado laboral colombiano. Según los escenarios planteados por Anif, en Colombia hay aproximadamente 2.4 millones de personas buscando trabajo, lo que representa una tasa de desempleo del 9,4% de acuerdo con el último informe del DANE. Sin embargo, si las empresas contrataran el 50% de los venezolanos que se encuentran en el país, esto implicaría un aumento de la tasa de desempleo del 0.3%. “Ahora bien, si consideráramos que la probabilidad de contratación es tan solo del 20%, el incremento en la tasa de desempleo alcanzaría el rango entre un deterioro de 0.6pp hasta 1.7pp en el desempleo nacional. Esto significa que la tasa de desempleo nacional podría ascender del 9.4% actual (promedio año) hacia el rango del 10% al 11%, en función de la mayor oferta de los inmigrantes y de su tasa de contratación”, dice el informe. Por otra parte, los graves problemas de salud que enfrentan los migrantes son prioridad para el gobierno colombiano. El problema recae especialmente sobre el sistema de salud que se encuentra en déficit y, de acuerdo con Anif, el costo de atender a cada paciente puede ser la mitad de una Unidad de Pago por Capitación -UPC- del régimen subsidiado ($359.845/persona en 2018), de modo que si se tratara de unos 200.000 inmigrantes, ello representaría unos $72.000 millones/año. Días antes de terminar su mandato, y tras recibir los datos del censo, el expresidente Juan Manuel Santos, firmó un decreto para entregar un permiso especial de residencia por dos años a los venezolanos censados con el cual pueden buscar trabajo, estudiar y acceder al sistema de salud.
el decreto regula la convalidación de los estudios de los venezolanos, quienes podrán realizar este trámite de manera gratuita.