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4. Las maravillas de Mei Con ella, vuelven las uñas extravagantes. Mei Kawajiri, la nail artist que se disputan las celebridades, crea diseños maximalistas y sus miniaturas causan sensación en Internet y en las pasarelas. P o r PAU L I N E B O R G O G N O
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FOTO: @NAILSBYMEI
diós al “menos es más”. Con Mei Kawajiri, más conocida por su Instagram @nailsbymei, se impone el maximalismo. Largas, puntiagudas, destellantes, ornamentadas con diamantes en 3D, decoradas con tonos pop o diseños kitsch, retro, incluso bizarros… tiene uñas del color que quieras. Para la joven artista japonesa, la imaginación es el límite.
BUSQUEDA PERPETUA Comenzó a los 19 en un salón de manicuría de Tokio. Después de algunos años de práctica, fue por más y abrió su propio local en Nueva York. Como no hablaba bien inglés, se comunicaba con sus clientas a través del nail art. Mucho más que un oficio, su pasión se convirtió en su modo de expresión. En 2013 recibió a su primera celebridad en el salón: Heidi Klum. “¡Yo estaba un poco nerviosa!”, recuerda hoy. Lo que entonces no sabía es que la top model sería la iniciadora de una larga lista. Bella y Gigi Hadid, Ariana Grande, Dua
Lipa, Rosalía, Karlie Kloss, pero también Marc Jacobs o la estilista Lotta Volkova. Todas y todos recurren a su talento. Si Kawajiri puede jactarse de su agenda, es porque explora al máximo su creatividad. “Estoy en la búsqueda perpetua de nuevos diseños. En cuanto me aburro, creo cosas nuevas. No por nada me mudé a Nueva York. Siempre pensé en llegar a ser número uno en lo mío”. Una apuesta ganada gracias a su trabajo, siempre minucioso, pero también porque no duda en realizar hasta los pedidos más delirantes.
SIMBOLO DE PERTENENCIA SOCIAL Consideradas durante mucho tiempo como demasiado vulgares, las uñas XXL chillonas hoy son símbolo de poder, de compromiso y hasta de feminismo. La decoración no es solo un producto de la moda contemporánea. En la Antigüedad, se utilizó con fines sociales, espirituales y religiosos. En Egipto o Babilonia, las mujeres se teñían las uñas con gena para afirmar su estatus. Para los incas, la uña sobre la