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El verano despierta al sector Algo se mueve en el sector hotelero y hostelero y el movimiento implica vida y esperanza.
presentan una imagen esperanzadora. Me refiero al grupo de WhatsApp de Javier Robles, alias Gurri. Ligado profesionalmente al grupo Pastores, es probablemente, uno de los cocineros que más ha hecho por el conocimiento y reconocimiento del ternasco dentro y fuera de Aragón. Aparte de esto, es, desde hace un tiempo, Presidente de la Asociación de Cocineros de Aragón. Pues bien, en el grupo de WhatsApp, Gurri va informando de ofertas de trabajo que le van llegando. Es una especie de INAEM instantáneo, más ágil, más dinámico y además, altrurista. Desde hace unos meses, las ofertas han recomenzado a llegar. Cada una de ellas significa una empresa abierta, unas expectativas de negocio, un cierto volumen de demanda. A veces la macro no incide en la micro: es así. La macroeconomía estudia los sistemas económicos de un país en su conjunto, empleando magnitudes generales y tratando de obtener una visión global. La microeconomía por su parte, estudia el comportamiento de cada unidad económica: los individuos, las familias, las empresas, los mercados. Pero muchas otras veces, comprobamos cómo los dos niveles económicos se conectan y retroalimentan. El tablón de anuncios de la Escuela de Hostelería del IES Miralbueno, antes del verano, en un año cualquiera, ofrece decenas de ofertas de trabajo a su alumnado. El tablón se queda, literalmente, pequeño. En este caso, la conexión entre las magnitudes macroeconómicas y el rectángulo de corcho de una escuela es palmario; es evidente.
horeca 26
En los años 2009 y 2010, el tablón de anuncios dejó de florecer. Más aún: se convirtió en un páramo. Como cuando un anciano del lugar indica que una nevada así o una tormenta asá no se había visto en el pueblo, aquella depauperación de la actividad económica no tenía parangón. Muchos alumnos emigraron: Alemania, Holanda, Inglaterra. Sencillamente, no tenían muchas más opciones. Eran estudiantes normales. Y probablemente, en circunstancias normales, jamás hubieran salido de España para trabajar. Hoy por hoy, ninguno de ellos ha vuelto.
El año pasado llegaron a nuestro tablón de anuncios dos ofertas de trabajo. La primera en el Pirineo aragonés. La segunda en El Matarraña. Fueron dos zonas que salvaron como pudieron la temporada estival. Este año las ofertas de trabajo se multiplican. Es cierto; venimos de una cifra cercana a cero, así que debemos alegrarnos, pero con matices. Otros indicadores, aparte de nuestro índice de ocupación del tablón de anuncios, también
¿Suficientes indicadores? Ciertamente ninguno de los citados es comparable al Instituto Nacional de Estadística. Pero lo cierto es que el sector hostelero y hotelero despega. Y que lo haga es una feliz noticia, sin demérito de que las ayudas a las empresas deben de llegar, porque no todo Aragón es Benasque o Albarracín y el verano en Zaragoza es complicado, y muchas empresas necesitan esas ayudas para poder, precisamente, pasar el verano.
