Nicanor Aráoz: Sueño sólido

Page 35

como una especie de hogar, un hecho material que preserva el deseo y lo vuelve visible, que ordena los signos demasiado veloces del caos sin necesariamente reconducirlos al capital.

reproduce el mandato que pudo verse grafiteado sobre algunos muros de Chile durante la sublevación social de 2019 y 2020: “OTRO FIN DEL MUNDO ES POSIBLE”. No es, entonces, que sea más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo, sino que hay una actitud artística para la que las realidades fluctuantes se enciman y se encaraman en el límite de lo conocido. Este raro híbrido entre los paradigmas de la inmanencia y lo transcendental habilita la posibilidad de pensar una respuesta desde el arte frente a la crisis que implica la mecanización de la vida humana y la reducción de lo vital a un estado –simbólico o literal– idéntico al de aquellas cosas que no están vivas.

Philip K. Dick planteó la urgencia por superar “la falsa idea de que una alucinación es un asunto privado”, y esa pareciera ser la tarea que desde hace años Aráoz está tratando de llevar adelante. Socializar la sustancia amoral y sin materia de la alucinación, materializarla al transformar los objetos del mundo en agentes públicos al servicio del deseo. Un más allá como hecho industrial. Dick citaba además a San Pablo, que en sus Cartas a los corintios decía que tener el don de la profecía y comprender todos los misterios del mundo no significaba nada si falta el amor. Aráoz sin duda pertenece a una familia menguante de personas artistas, aquellas dedicadas a amar cada objeto, a hablar con cada animal, a atender cada deseo del mundo, los nobles y los que se proyectan al ras del suelo, los ruines, los poco dignos. Si el romántico era un explotado por el deseo, la subjetividad posromántica de Aráoz es la de un profeta hiperexplotado por ese nuevo deseo que incrementó su masa y su velocidad, asistido por la microelectrónica. Su obra podría leerse en términos penales como una tentativa, un delito que está en marcha pero que aún no se consuma: profanar el arte y obligarlo a contagiarse aquellos atributos antigénicos del capital; hacer que el arte pueda alcanzar al capital en su capacidad de desterritorialización rápida, que pueda servir para reorganizar la materia con una potencia expresiva emancipadora, que sea un consorcio de poderes integrado por todos los reinos, por todas las sustancias.

En todo procedimiento quirúrgico hay que exponer lo que está oculto para empezar a sanar; la utilidad histórica de los y las profetas fue la de traducir la abstracción de los sueños, de los arrebatos mentales llenos de imágenes y palabras, con el fin de prevenir o rectificar el rumbo de la historia. Los mecanismos larvados de la producción del deseo, los fetiches posindustriales, los subproductos impensados de la lógica de la hiperexplotación: todos son fundamentos que deben ser reintegrados a un orden sensible por algún profeta moderno, aunque más no sea desde el absurdo o desde el capricho. Este trabajo tiene que ver con la idea de un papel emancipador de la fabulación artística, que se expresa en Aráoz como un arreglo de elementos interhistóricos, intermateriales; humanos, no-humanos, capitalistas, poéticos, embalsamados, vegetales, musicales, informáticos. Aquel viaje que no se hizo terminó convertido en algo más: su sustancia perduró en transformaciones anímicas y objetuales; en lecturas compartidas, jarrones, jornadas de trabajo con asistentes, borracheras. Ese primer impulso se condensó en una miríada de otras cosas que acabaron funcionando

33


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.