Boletín Alas-OE #350

Page 39

OBSERVATORIO ECLESIAL AÑO 7 * 09 - 15 MAY 2020 * NUM. 350

comunitaria del Maestro, partiendo y repartiendo pan y vida, como Él. ¿Recuerdan la película Cinema paradiso? Al final el que fuera niño y regresara adulto al pueblo une los trozos censurados de las cintas y proyecta en la pantalla lo que en su momento los espectadores no pudieron ver y nos deja ver a nosotros casi con unción de niños: uno tras otro, de tantos protagonistas, de tantas historias, se van sucediendo todos los besos de amor. Quisiera que -de modo análogo a ese final feliz- alguna vez pudiéramos escuchar de verdad, con el corazón, todo lo no dicho por toda la humanidad a lo largo de los siglos y milenios. En El primer hombre, una obra autobiográfica impactante, Albert Camus, casi llora –diría yo- el misterio de su madre que sufría tanto y sin embargo callaba siempre. ¿Cabría pensar en un final más feliz para el gran escri-

tor que -sentado a los pies de esa madre tan amada- pudiera al fin oírla desatar su lengua casi muda y soltar en libertad el alfabeto que le fuera negado? Por si acaso no queda claro, para mí el ―cielo‖, si es, tendrá que ser memoria universal, poesía, canto, palabra, porque como el cantautor italiano Roberto Vecchioni: yo soy en las palabras, amo las palabras, porque cada palabra es una vida que me transforma. ¡Qué bello final de los tiempos! Donde el final no fuera el silencio sino la Palabra, oír todas las palabras silenciadas, o no escuchadas, o quizá no entendidas, y sentir -al fin- hondamente todos los besos dados o no dados, recortados o guardados en el mundo mago de cada uno. (amerindiaenlared.org) 07/05/2020

ÁMBITO ECLESIAL 35. El „cura del morral‟ y sus 47 años de caminar con los pobres Puebla. Con una conciencia social heredada desde la cuna, aprendida de su papá, líder obrero, y enriquecida con la esencia propia de una vocación rebelde, Gustavo Rodríguez Zárate cumple este 6 de mayo, 47 años desde su ordenación como sacerdote, en un camino de servicio que ha dedicado a las causas de los más débiles, entre ellos, los migrantes y los indígenas. Quien también muchos conocen como ―el cura del morral‖ fue estudiante en el Seminario y luego tomó el compromiso pastoral, cuando Puebla apenas salía de los años convulsos de las revueltas estudiantiles y los crímenes de Estado. A él lo tildaban de ―cura comunista‖, por ponerse del lado de los jóvenes en su ejercicio sacerdotal.

ricalismo de la Iglesia Católica, que se siente de una casta superior. ―Eso no va conmigo, ni con la Iglesia, ni con Jesús‖, dice en entrevista a propósito de su casi medio siglo como sacerdote. Los años difíciles Su visión de la realidad cotidiana, en un tiempo en que las marchas estudiantiles y la represión se respiraban en las calles de Puebla, en la transición de los años 60 y 70, lo llevó a ser tildado de revoltoso y, como una forma de castigo, le fue retrasada su ordenación. ―Me retrasaron la ordenación dos años, sin saber para cuándo, sin decirme qué vas a hacer. Entonces, debes tener creatividad, inventiva, leer estudiar… mantenerte activo, porque si no te desesperas. Para mí eso fue muy fuerte‖.

Con los años y el trabajo en varias parroquias, el Padre Gustavo fijó su labor en el acompañamiento de los migrantes, lo mismo con los centroamericanos que pasan por cientos de miles por el territorio poblano y del país, que con los mexicanos y poblanos que van a Estados Unidos a buscarse una vida mejor.

El Padre Gustavo recuerda con claridad esos años, porque no era regular que se retrasara una ordenación y, en su caso, ―quería ver si tronaba, pero no troné‖.

Es desde hace 13 años párroco de la Asunción, en Puebla capital, en donde tiene un albergue para los llamados transmigrantes, que cruzan territorio poblano en su paso hacia el sueño americano, y ha sido cabeza y guía de peregrinaciones a Nueva York. También es el encargado de la Pastoral de la Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Puebla.

―Era yo muy inquieto. Trabajaba con los jóvenes, con los estudiantes, con las pandillas… Era una época de una universidad muy comunista. Hablaba yo con ellos, con los chavos preparatorianos. Me llevaba yo a muchos universitarios a la Sierra a hacer visitas, campamentos. Esa fue la razón por la que se asustaron (las autoridades eclesiásticas).

Gustavo Rodríguez entiende su sitio cercano a la gente, muy distinto del cle-

―Yo soy seminarista en la época del 68, entonces me tocó aquí en Puebla el 70 y 71 y el 73 todavía‖.

Rosendo Huesca, entonces obispo auxiliar, le pidió que lo acompañara como ayudante en la Sierra y ―calmó mis ímpetus‖.

39


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.