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DIRECTORIO
MVZ. Francisco Domínguez Servién Gobernador del Estado de Querétaro.
Lic. José Alfredo Botello Montes Secretario de Educación.
Ing. Gilberto Alvaradejo García Coordinador de la USEBEQ
Lic. Gitzel Guadalupe Botello Rubio
CONSEJO EDITORIAL Maestra Maribel Rodríguez Martínez Maestra Alicia Aguilar Hernández Maestra. Elpidia S. Vega Alvarado Juan Gabino Barrera Espinosa
Coordinadora Operativa
Mtra. Maribel Rodríguez Martínez
Subcoordinador de Gestión Educativa.
IBR. Gilberto Alvaradejo García
Subcoordinador de Gestión Administrativa
BUZÓN DE SUGERENCIAS Tus comentarios y sugerencias
nos ayudan a mejorar escríbenos a puntodencuentro@usebeq.edu.mx
Mtra. Ma. Del Pilar Puga Tovar Directora de Evaluación
de la Política Educativa l
Lic. Marco Villeda Ruiz
Esta publicación fue editada por Par Tres Editores, S.A. de C.V. www.par-tres.com
Mtro. Cruz Huerta Hernández Director de Educación Primaria
Diseño de portada © 2021, Tzintli Camacho.
Lic. Eda Karina Rubio Rubio
Diseño de Interiores © 2021, Patricio Rebollar.
Director de Educación Inicial y Preescolar
Directora de Equidad y Apoyo a la Educación
Se prohíbe la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin la anuencia por escrito de los titulares de los derechos correspondientes. DISTRIBUCIÓN DIGITAL
ÍNDICE
EDITORIAL ............................................................................................................. 4 EN LA DIVERSIDAD ESTÁ LA DIFERENCIA Dra. Silviana Rubio Rodríguez .......................................................... 7 PUNTO DE ENCUENTRO Maestro Rafael Zúñiga Guerrero ................................................ 10 NUESTRA IDENTIDAD Lic. Eda Karina Rubio Rubio .............................................................. 18 DESDE LA ESCUELA Juan Gabino Barrera Espinosa ................................................... 23 EL ARTE DE LA PALABRA Maestra Alicia Aguilar Hernández ........................................... 26 DE LA BIBLIOTECA DEL MAESTRO Maestro José Leal Correa ................................................................ 29 COLEGIADO Maestra Ma. Guadalupe Ramírez Arellano ..................... 32 EL ARCA DE LA MEMORIA Juan Salinas y López ............................................................................. 36
EDITORIAL Mtra. Maribel Rodríguez Martínez
Hoy es un día especial para nuestra comunidad educativa, principalmente para educación básica en el estado de Querétaro; porque hoy cobra vida una idea que nació de una necesidad pocas veces escuchada, por compartir decires y haceres que nos alientan, animan, provocan, apasionan y que generan reflexiones que nos acompañan y que nos permiten concretar, como hoy, un espacio educativo profesional de intercambio; hoy nace nuestra revista educativa digital:
Esta revista ha nacido con el propósito de convertirse en un espacio de divulgación de artículos, donde los profesionales de la educación puedan disponer de un lugar en el que reflexionar sobre el hacer cotidiano de sus prácticas profesionales, sea como plataforma que permita difundir una gran diversidad de publicaciones del ámbito educativo. Además, pretende ser un recurso que contribuya a la formación permanente del profesorado, dado que se compartirán visiones en torno a la gestión de recursos, personas, procesos, entornos y resultados como elementos que interactúan en los diferentes ámbitos de desempeño de los profesionales de la educación. En estos momentos en los que docentes se han visto en una serie de cambios inesperados, más que nunca se hace necesario crear espacios de comunicación. Con la firme intención de contar con información de relevancia para hacerle frente a los retos venideros,
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a las dificultades actuales y otear acompañados de otros especialistas, las líneas que dibuja un escenario educativo que próximamente se acerca; es por lo que espacios de colaboración educativa, como Punto de encuentro cobran inusual relevancia. Ante la diversidad de problemas vividos, el aprendizaje es claro, no existe una estrategia que por sí sola resuelva todo, ni lo podemos hacer solos; es momento de identificar las áreas más sensibles y trabajar con ellas, pero sobretodo, es la mejor oportunidad de delinear mejores escenarios educativos, interrelacionando las emociones, conductas, pensamientos y conocimientos, que nos preparen para nuevas etapas y procesos que, seguramente están por venir.
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INVITADO ESPECIAL
Los retos de la Nueva Escuela Mexicana
La realidad no es estática, por ello las herramientas y procesos en los cuales se ve inmerso el estudiante, deben permitirles adaptarse a un mundo dinámico, globalizado y de interacciones diferentes. La escuela aparte del conocimiento, brinda la relación con otros, los espacios de interacción permanente en las que participan los alumnos, son precisamente esos espacios los que distinguen la escuela de otros espacios de convivencia, se da una interacción entre iguales. El estudiante se cuestiona por qué aprende en la escuela contenidos que encuentra fuera de ella, de hecho incluso más actualizados; de ahí el reto de una Escuela Nueva Mexicana (NEM) y funcional, generar entornos más eficaces de aprendizaje, diseñar trayectos formativos que les permitan adentrarse en un mundo de información, seleccionarla y hacer uso de ella aplicándola desde su contexto, a situaciones que requieran utilizar lo aprendido. La innovación, la imaginación y el gusto por aprender se desmotivan cuando éste no le sig-
En la actualidad, uno de los principales problemas de la educación, es que no es actual en todas sus aristas. Los estudiantes se encuentran supeditados a formas, organizaciones y paradigmas de antaño; la contingencia sanitaria nos ha forzado a voltear la mirada y repensar que la escuela tradicional ya no tiene sentido, un modelo estandarizado en el cual el maestro expone e instruye, el estudiante atiende y obedece funcionó hace décadas, hoy ya no es pertinente. Mientras afuera de las escuelas hay dinámicas, procesos y tecnología que refleja una era en la cual la información es abundante, en donde la alfabetización digital es un reto que apenas se inicia; dentro de las escuelas las prácticas, organización y rutinas escolares siguen siendo las mismas de hace décadas. Si bien es cierto que no es únicamente en la escuela en donde se aprende, las formas de la enseñanza y de organizar una escuela, hoy son obsoletas.
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nifica al estudiante; porque no le encuentra utilidad, aprende desde el contenido y las formas, para “pasar” de grado, un modelo así no le permite a los estudiantes adentrarse en un mundo de posibilidades para construir soluciones a problemas reales. Hoy sabemos que la estrategia debe ser, intervenir en los procesos de aprendizaje para mejorar los resultados. Así como los estudiantes aprenden de sus iguales, los docentes y directivos aprenden y desaprenden de sus colegas; las herramientas y propuestas son muchas, en un mundo tan amplio de posibilidades, los docentes y los colectivos escolares se enfrentan hoy al reto de romper con el aula tradicional y emigrar a un modelo flexible no sólo de organización curricular, sino además, con nuevos modelos de enseñanza y aprendizaje, de nueva organización escolar física y de transversalidad en las diferentes disciplinas.
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EN LA DIVERSIDAD ESTÁ LA DIFERENCIA Dra. Silviana Rubio Rodríguez
La educación ha sido objeto privilegiado de grandes aspiraciones de la sociedad, concediendo a la escuela, un papel central en la creación de una cultura que enaltezca y propague las virtudes y la historia que definen la comunidad nacional. En la época prehispánica, en los templos escuela, se transmitía a niños y jóvenes una rígida disciplina así como conocimientos religiosos y militares. Durante las primeras décadas de la Conquista, los franciscanos ofrecieron educación en internados conventuales a los hijos de señores y principales mexicas, con el doble objetivo de enseñarles la lectura y la escritura del español y evangelizar a los indígenas. (OEI, 2007) Durante el siglo XX, se ejercieron diversos proyectos que han impulsado la conformación progresiva del sistema educativo mexicano. A partir del proyecto de Vasconcelos (1921), desde la fundación de la Secretaría de Educación Pública hasta el proyecto modernizador, cuyo despegue puede situarse a principios de los setenta y cuyo fruto son historias concretas en las prácticas esco-
lares de la vida cotidiana; principalmente en el nivel de primaria que ha sido referente cualitativo de los niveles educativos anteriores y posteriores. En la década de los ochenta, la política educativa tiene un carácter integrador y su filosofía es la modernización educativa, estableciendo vínculos entre la educación y el trabajo productivo, en términos de formación para la vida (Latapí, 1998). A partir del año 2000, siglo XXI, se suscita un movimiento importante de expansión y reforma en torno a la educación básica, que siembra las bases de la educación para todos, mediante la Declaración del Milenio, en la cual, los países integrantes de la ONU reafirmaron su compromiso para lograr un mundo más pacífico, más próspero y más justo hacia el 2015. Actualmente, el Sistema Educativo Mexicano promueve un enfoque inclusivo, el cual implica que: «El sistema escolar debe adaptarse a las necesidades de todos los alumnos y simultáneamente reconocer sus distintas capacidades, ritmos y estilos de
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aprendizaje sin distinción de ningún tipo» (SEP, 2017, p. 20). La Secretaría de Educación Pública promueve un currículo flexible mediante el documento de Aprendizajes clave en la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación básica para que las escuelas fomenten procesos de aprendizaje que atiendan las características particulares de su contexto escolar y comunidad. Ante este escenario, la SEP señala que la inclusión:
todo el sistema educativo; debe estar diseñada para acoger a comunidades educativas inherentemente diversas y atender las diferentes expresiones de esa diversidad. Apunta que: […] la diversidad es expresión de libertad y se encarna jurídicamente en el derecho a la diferencia. Las sociedades abiertas y democráticas la protegen y la cultivan. En la educación básica se pretende que la diversidad sea una ventaja en dos sentidos: por un lado, permite aprender a convivir y, por otro, promueve el desarrollo cognitivo de los estudiantes. (SEP, 2019, p.110)
Debe ser concebida como un beneficio no sólo para las personas vulneradas o los grupos tradicionalmente excluidos, sino para todos los actores que participan en el proceso educativo. En este sentido, uno de los principales objetivos del planteamiento curricular es que los estudiantes aprendan a convivir, trabajar y relacionarse en grupos multiculturales, bilingües, plurilingües, de contextos económicos y lugares de origen distintos para formarse en la interculturalidad y comprender la diversidad como una fuente de enorme riqueza. (SEP, 2018, p. 23)
La educación inclusiva no concibe la discriminación en ninguna de sus formas, hace justicia a la diversidad de las condiciones de aprendizaje y a las barreras que enfrentan los alumnos, en donde prevalece el pleno respeto al derecho a la diferencia, dando cabida a la pertenencia e identidad colectiva, a ser valorados y tener objetivos comunes sin importar sus diferencias. Por tanto, la educación inclusiva requiere un cambio de paradigma, en el que nosotros y los otros, confluimos en el acontecimiento de aprendizaje desde el reconocimiento de la educación, un derecho universal para todas las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, así como de la diversidad, la cual, siendo un valor, constituye el reconocimiento del derecho a la igualdad y la cali-
Para el proyecto de nación que da sustento a la Cuarta Transformación, surge la Nueva Escuela Mexicana como un instrumento del Estado para reorientar el Sistema Educativo Nacional y garantizar que, a nadie se le debe excluir del ejercicio de este derecho a la educación, teniendo como rasgos fundamentales que: la educación inclusiva debe ser el eje que estructura
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dad educativa, fundamentado en la valoración de su diversidad. Este paradigma exige cambios fundamentales en la forma de pensar nuestros espacios educativos y, sobre todo, nuestra vida diaria. La diferencia, no como problema sino como valor, la diversidad como principio rector de la educación y, en consecuencia, favorecedor del desarrollo humano. El desafío que subyace es cómo construir una sociedad sin excluidos, una escuela habitable en donde niñas, niños, adolescentes y jóvenes se conviertan en el centro del proceso educativo, reconociendo y valorando quiénes son, cómo aprenden, cuáles son sus intereses, sus debilidades y fortalezas; como aprendices del conocimiento, de sus entornos sociales y culturales. Sólo entonces, desde la enseñanza, podremos ofrecer las mejores opciones para que todos se involucren activamente y encuentren sentido a lo que aprenden y al mundo en el que están insertos. Para lograr este propósito inclusivo, se requiere de políticas educativas claras y de creencias firmes de todos los agentes que integran la comunidad educativa.
Referencias Latapí, Pablo (1998). Un siglo de educación en México I. México, FCE. Secretaría de Educación Pública (2017). Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación básica. México, SEP. Secretaría de Educación Pública (2017b). Modelo educativo. Equidad e inclusión. México, SEP. Secretaría de Educación Pública (2018). Aprendizajes clave para la educación integral. Estrategia de equidad e inclusión en la educación básica: para alumnos con discapacidad, aptitudes sobresalientes y dificultades severas de aprendizaje, conducta o comunicación. México, SEP. Secretaría de Educación Pública (2019). Estrategia Nacional de Educación Inclusiva. Acuerdo Educativo Nacional. México, SEP. OEI (2007). Evolución del Sistema Educativo Mexicano. México. ONU (2000). Declaración del Milenio. Nueva York.
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PUNTO DE ENCUENTRO Mtro. Rafael Zúñiga Guerrero
vida y descubriendo el sentido de nuestra existencia. De esta manera, entramos al mundo de la acción y la reflexión con el sueño de transformar lo que somos, lo que sentimos y pensamos, siempre con la esperanza de vivir despiertos. Esto implica tener un mejor estado emocional, por eso la importancia de vivir, favorecer y recordar, desde la escuela, todos aquellos sentimientos positivos, así como reflexionar en qué nos benefician los sentimientos de pánico, ira, desprotección, inseguridad, desconfianza, dependencia, desilusión, impotencia, intolerancia, desesperanza, entre otros, «sentimientos de deterioro» como los denomina Muñoz (2009, p. 70); algunos son de expresión en nuestras escuelas, y hoy con mayor frecuencia, a causa de la pandemia provocada por el COVID 19. El punto es cómo ir desde estos «sentimientos de deterioro» a los «de desarrollo», como la esperanza. La propuesta es que lo hagamos desde la pregunta, como técnica de aprendizaje, ya que es un buen principio para el análisis,
…no entiendo la existencia humana y la necesaria lucha por mejorarla sin la esperanza y sin el sueño Paulo Freire, Pedagogía de la Esperanza
La escuela, constructura de esperanzas
Necesitamos estar vivos para tener esperanza, porque con actitudes pasivas, contemplativas consumistas e irreflexivas, hay poca posibilidad de hacer esperanza, es más, ni siquiera para imaginarla; porque la esperanza solamente florece en la vida, estando despierto y dispuesto, pensando, en la acción consciente, con paciencia, no en el activismo ni en el hacer mecánico y monótono. Parafraseando a Fromm (1990): «La esperanza es una forma de ser, viviendo con plenitud y mostrando atención y disposición para actuar en el momento que nacerá lo que se espera sin desesperarse». (pp. 18, 21 y 23)
La esperanza conlleva acción creadora, y de ésta nace el reconocimiento de la necesidad y la pasión para satisfacerla; provocando movimiento a nuestra
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para seguir con una cadena de ellas y que, poco a poco, nos lleven al encuentro con la esperanza, este sentimiento de alegría el cual Muñoz clasifica dentro de los «sentimientos de desarrollo», los cuales, dice ella, son aquellos que: «[…] van en el sentido de lo constructivo a lo que favorece el desarrollo del potencial humano». (p.49)
gunta, las mejores expresiones humanas. Tenemos esperanza y propósito de vivir porque es gratificante ser partícipes de educar en valores a quienes miramos como la esperanza de nuestra nación. Cuando encontramos propósito, sentido a nuestra vida, tenemos esperanza, tenemos motivo a seguir trascendiendo, a seguir encontrándonos, reconociéndonos. Cortella (2018) dice: «En una vida con propósito soy autor de mi propia vida. No soy alguien que simplemente vive» (p. 42).
En el presente trazamos esperanzas
La escuela es la institución per se para ayudar a construir las esperanzas y sueños de las niñas, niños y adolescentes. En ella les hacemos preguntas, los escuchamos, orientamos, solucionamos problemas, leemos cuentos, ejercitamos rutinas, escribimos notas, ensayamos obras teatrales, planeamos clases, asignamos tareas, esperamos respuestas. Lo hacemos porque estamos pensando en el futuro, creyendo que existiremos, y si no, tenemos la satisfacción de que otros valorarán la formación humanista que hoy realizamos. Trabajamos en el aquí y en el ahora porque tenemos la esperanza de estar mañana, con el sueño y la expectativa de encontrar, en cada acto y en cada pre-
Por lo tanto, no soy solamente el docente que actúa, que opera el programa, sino también el que diseña el guión, un docente con la esperanza de hacer y actuar con más y mejores guiones para formar ciudadanos que sean autores de su propia vida. Un docente que tiene razones de colaborar en construir el presente de sus alumnos porque en el futuro todos nos beneficiaremos de él, tan sólo por el hecho de recordar lo maravilloso que fue acompañarlos en la construcción de sus aprendizajes e imaginar su grandeza al transitar exitosos en sus nuevos retos. Conlleva ayudarlos a desarrollar su potencial humano, fortaleciendo su sensibilización por el cuidado del otro, de sí mismo y de la naturaleza. Sobre todo, enseñándolo a fluir en los «sentimientos de deterioro», a
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vivir con esperanza y vigorizando sus «sentimientos de desarrollo».
La pregunta guía a la construcción de esperanzas
Estamos convencidos que la pregunta es una estrategia didáctica adecuada en la construcción de esos sentimientos de desarrollo que requiere el alumno. En ese sentido, el docente tiene dentro de sus roles enseñar a preguntar, preguntarse a sí mismo y promover que el alumno se haga preguntas. La pregunta es conocimiento, abre a más sabiduría, cuestiona adoctrinamientos, rompe la cosificación, permite el análisis, ayuda al descubrimiento de sí mismo, promueve el aprender a aprender, el aprender a ser, lo humaniza y orienta a construir esperanzas, a retener recuerdos e imaginaciones gratificantes. Así nos preguntamos: ¿Por qué es importante tener esperanzas, recuerdos e imaginaciones agradables? Porque la esperanza es un sentimiento positivo de futuro que nos da alegría al pensar en aquello que deseamos, soñamos y en ocasiones, queremos repetirlo por lo gratificante que fue. Sin esperanza, y con recuerdos e imaginación nocivas, estamos vacíos,
sin dirección, sin soporte, colocados en el rincón de la infelicidad, la pura receptividad sin reflexión, la pasividad sin sueños, contemplaciones sin compromiso. La pregunta apoya al desarrollo de habilidades de pensamiento; por medio de ella, explicamos nuestros diversos y hasta contradictorios pensamientos, sentimientos y comportamientos, al mismo tiempo que profundizamos en ellos reflexionando. Una situación para reflexionar nuestros sentimientos, es lo que hoy nos provoca el COVID 19; porque mientras para unos es oportunidad y esperanza, para otros es tragedia, impotencia, inseguridad, pánico, ira. Pongamos atención en las siguientes expresiones de compañeras y compañeros de trabajo, generadas por la actual pandemia: «Me siento insegura, con miedo de regresar a mi escuela. Camino rápido para separarme cuando encuentro alguien que no trae cubre bocas». Otro compañero comentaba: «No tengo miedo, pero tampoco estoy contento, tengo enojo, ira, con lo que está ocurriendo». Uno más decía: «Es una oportunidad para reflexionar la libertad que teníamos para salir a saludar, abrazar y expresar el cariño que sentimos a nuestros seres queridos, y al mismo tiempo, confío, tengo el optimismo
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y la esperanza de que pasará pronto». De estas expresiones y otras, surge una cadena de preguntas que nos llevan a pensamientos y sentimientos positivos como la esperanza. Aquí algunos ejemplos: ¿Cómo te beneficia tener inseguridad para cumplir tus proyectos? ¿Cómo aprovechas tu enojo, para empujar tus planes? Me dices que, al jugar futbol, eres muy precavido para no salir lastimado, ¿cómo aprovechar esa precaución que tienes en el juego para no salir contagiado del COVID 19? Escucho que ya quieres salir a ver a tus amigos, ¿qué debes hacer para ayudar a disminuir los contagios? ¿Cómo te ha favorecido el confinamiento en casa a causa de la pandemia? Las preguntas nos orientan a construir sentimientos de desarrollo a partir de aquellos de deterioro.
El equilibrio emocional ayuda a construir esperanzas
Vivir sin esperanzas es como si estuviéramos petrificados, cosificados en el mundo del sinsentido, en el impasse. Y aún con movimiento, pero viviendo en el mundo de los recuerdos que nos perturban, que han sido frustrantes, que al traerlos al presen-
te nos atormentan; son nocivos para la salud, no ayudan a estar bien para construir esperanzas; son pensamientos y sentimientos negativos. Tengamos presente que: «Recordar sucesos desgraciados o imaginar amenazas hipotéticas puede hacernos muy infelices» (Punset, 2007, p. 237).
Por eso, no tiene sentido volver al pasado que ata, que daña; mejor hagamos que la actividad de la escuela sea vivir un presente con recuerdos felices y luchemos por conquistar esperanzas que muevan nuestras pasiones. Para fortalecer sentimientos positivos vividos en el pasado, podríamos preguntar: ¿Cuáles son los momentos maravillosos que viviste el año escolar pasado? ¿Cómo puedes revivir esas experiencias para tus próximas clases? ¿Cuáles son las experiencias relacionales exitosas que tuvimos en el PEMC anterior y que hoy podríamos rescatar? Aprender a pensar, y pensar positivamente, siempre ha sido una prioridad, y hoy en la escuela con sobrada razón, ya que: «El enfoque negativo invariablemente terminará en desesperación, pérdida de entusiasmo, sensiblería, menosprecio y desviación del deber. En resumen, el pensamiento negativo significa el principio del fracaso en la vida» (Shri, p.18).
Y en la escuela educamos para triunfar, para ser felices,
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para ello, acompañamos a pensar lo que somos, lo que sentimos, lo que pensamos y cómo nos comportamos. En ella aprendemos a conocernos, porque es sabiduría elemental para vivir nuestra vida y profundizar en ella. En este sentido, la pregunta es estratégica, ya que con ella podemos reconocer y arribar a pensamientos y sentimientos positivos, como el cariño, la felicidad, la esperanza; asimismo podemos dar fluidez, sin represión, a aquellos que por su duración, intensidad y frecuencia nos dañan, como el miedo, la tristeza, el enojo. También es importante reconocer que, ante un mismo suceso, encontramos emociones diversas y contradictorias, y mientras la tristeza, el miedo y el enojo no sean duraderos, intensos y frecuentes, cubren funciones importantes de supervivencia como: la atención, en el ejemplo de la tristeza; la seguridad, caso del miedo y de poner límites y hasta de empuje, caso del enojo. El problema es cuando las percibimos extralimitadas, cuando las padecemos, entonces nos deterioran, dañan. Dado que esas emociones negativas son resultado de pensamientos tergiversados, torcidos; entonces, resulta necesario que la escuela sea la fuente de sentimientos
positivos, canal para que fluyan aquellos que nos pueden perjudicar y lugar para enderezar esos pensamientos. Tengamos presente que, al propiciar estados psicológicos positivos como la alegría, la felicidad, la esperanza y otros, se favorece la disminución de la mortalidad y se prolonga la longevidad (Rankin, 2014, p. 167). Por otro lado, cuando impedimos que fluyan las emociones negativas, al reprimirlas o evadirlas, es muy seguro que tengamos repercusiones nocivas para nuestra salud física y psicológica, nos perjudican de una u otra manera. Marian Rojas (2019) afirma que: «Si uno guarda lo que siente por miedo a lo que piensan los demás, por temor a quedar en ridículo o por incapacidad para expresarlo, eso termina causando un daño. Las emociones se acumulan y nos perjudican; son sombras que perturban nuestro cuerpo y nuestra mente (…). Las emociones negativas, (…), pueden favorecer la aparición de enfermedades» (pp. 152-153 y 156).
Todos queremos estar sanos, y en este tema caben preguntas como las siguientes: ¿Cómo te ayuda el enojo para tu salud? Me dices que vives con mucha prisa, algún día escuché que la prisa provoca estrés y éste deteriora la salud: ¿Qué opinas de esto? Escucho que tu artista favorita tiene un cuerpo envidia-
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ble porque come sano y esa es una razón por la que la admiras; ¿Qué te diría al observar que cotidianamente comes papitas y bebidas endulzadas? ¿Cuál sería tu primer paso para tener mejor salud? ¿De qué manera el docente puede crear un clima áulico de respeto que favorezca la expresión de las emociones? ¿Cómo me ayuda expresar mi tristeza? ¿Qué puedo hacer para pensar en un mejor amanecer?
resultados positivos, porque anteponen el análisis y evitan la distorsión cognitiva. Esto es tener altas expectativas en ellos, creer en ellos, aceptarlos, aprobarlos, valorarlos. Hay varios estudios al respecto, donde los resultados son extraordinarios si fincamos nuestra práctica diaria en esperar lo mejor de ellos. En la investigación publicada en 1968 por Rosenthal, sus conclusiones fueron las siguientes: «Si los educadores anticipan que aquellos a quienes guían van a tener un desempeño excelente y un desarrollo en su capacidad intelectual, estos acabarán por confirmarlo en su rendimiento y 2) lo contrario; cuando los maestros esperan que sus alumnos no van a destacar, estos no sólo no ven acrecentar su rendimiento, sino que, incluso, éste comienza a mermar» (Cajina, 2015, p. 95).
Las altas expectativas llevan esperanzas
Tener esperanza para que podamos decir convincentemente: «Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes» (Khalil Gibran), es posible, si promovemos y practicamos cotidianamente, en nuestros alumnos y docentes, la reflexión para provocar pensamientos positivos y particularmente sentimientos del futuro como la esperanza; si damos confianza para que esperen activos un mañana mejor y sepan que, en cada acto de su vida escolar, y de su vida en general, hay adversidades, pero en ellas también encontrarán beneficios, expectativas y esperanzas. Que se den cuenta que así obtienen
¿Qué tipo de expresiones podemos decir a nuestros alumnos para hacerlos sentir que pueden, que lo lograrán sin causarles impotencia? ¿Cuáles son los retos que te trazas para este año escolar? ¿Cómo te darás cuenta que vas cumpliendo esos retos? ¿Qué te ocurre cuando logras algunos puntos de tus metas? Además de obtener resultados positivos en nuestros alumnos, teniendo expectativas altas en ellos, es posible que se sientan contentos, optimistas, tranquilos, en sí más felices. Bachrach (2019) lo confirma en el siguiente texto:
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«Mantener expectativas «correctas» en tu vida puede ser central para mantener un estado general de bienestar y felicidad» (p. 184).
Luego entonces, también provocamos un estado de ánimo agradable, sentimientos de desarrollo si les decimos que es posible lograr buenas calificaciones, aprobar el examen, mejorar su conducta, desde luego, siempre que esas expectativas estén a su alcance. Por ello la importancia de iniciar con metas pequeñas e irlas dosificando, para que, poco a poco, vayan escalando el reto y las expectativas sean las «correctas».
De la adversidad surge la esperanza
Así como la escuela vive las contradicciones, caso de las expresiones por COVID 19 que mencionamos más arriba, también en los contextos sociales, a lo largo de la historia de la humanidad, han existido posturas contradictorias que van desde lo más trágico a lo más esperanzador. Por ejemplo, en el año 2000, Bill Joy, publicó el artículo: El futuro no nos necesita, el cual decía que las tecnologías de este siglo: «Amenazan con convertir a los humanos en una especie en peligro de extinción».
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El artículo hace tres advertencias, una de ellas dice: «Algún día, microbios modificados por ingeniería genética escaparán del laboratorio y harán estragos en el mundo…» (Kaku, 2014, pp. 409-410). Por su parte, Morín (2012) reconoce la ambivalencia de la tecnología, afirmando: «El desarrollo de la biotecnología ofrece posibilidades prodigiosas tanto para lo mejor como para lo peor» (p. 99). Notamos que la contradicción es parte de la historia, el tema es reconocerla y educar para el optimismo, la perseverancia y crear sentimientos esperanzadores, a pesar de la adversidad, de la contrariedad. Reflexionemos lo que dice el poeta: No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños.
(El poema se ha atribuido a Mario Benedetti, pero al parecer es anónimo).
Por favor, sigue construyendo el sentido a tu vida, explicita tus expectativas y sigue ayudando a construir pensamientos, sentimientos y comportamientos positivos, porque con ello, llenarás tu vida de sueños y esperanzas.
Referencias Bachrach, Estanislao (2019). En cambio. Aprende a modificar tu cerebro para cambiar tu vida y sentirte mejor. Editorial Grijalbo, Ciudad de México. Cajina, Gregory (2015). Tu mente es extraordinaria. Un viaje de lo posible a lo real. Ediciones B, S. A. Barcelona España. Cortella, Mario Sergio (2018). ¿Por qué hacemos lo que hacemos? 20 principios para encontrarle sentido a tu vida. Editorial Planeta, primera edición, ciudad de México. Fromm, Erich (90). La revolución de la esperanza. Hacia una tecnología humanizada. Fondo de Cultura Económica de Argentina. Buenos Aires, Argentina. Kaku, Michio (2014). El futuro de nuestra mente, el reto científico para entender, mejorar y fortalecer nuestra mente. Editorial DEBATE. Impreso en México. Morín, Edgar (2012). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Paidós. Impreso en España. Muñoz Polit, Myriam (2009). Emociones, sentimientos y necesidades. Una aproximación humanista. México, D. F. Punset, Eduardo (2007). El alma está en el cerebro. Radiografía de la máquina de pensar. Santillana Ediciones Generales, México. D.F. Rankin, Lissa (2014). La mente como medicina. Un nuevo paradigma de salud, medicina y curación. Ediciones Urano, Barcelona España. Rojas Estapé, Marian (2019). Cómo hacer que te pasen cosas nuevas. Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida. Editorial Planeta Mexicana, bajo el sello de editorial DIANA. Ciudad de México. Shri Mahaprajna, Acharya (2010). El arte del pensamiento positivo. Editorial Lectorum, México, D.F.
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NUESTRA IDENTIDAD Lic. Eda Karina Rubio Rubio
Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio hay que cambiar. Elliot Goult.
La docencia como profesión está sufriendo cambios debido a la evolución de las demandas de la sociedad hacia los sistemas educativos, por los cambios en la manera de apropiarse de lo que concede legitimidad al profesorado: el conocimiento, la cultura profesional docente, como la de casi todas las profesiones, es reacia a los cambios. Pero necesariamente hemos de evolucionar para seguir siendo una profesión docente en la que la socialización previa influya en las creencias que el profesorado desarrolla, en el contenido que se enseña y crea identidad, con una clara predilección por el conocimiento práctico y el aprender de la experiencia, caracterizada por el aislamiento, y en donde los alumnos son la principal fuente de motivación del profesorado. Debemos dar respuesta a esta sociedad actual que es cada vez más dinámica, la globalización ha traído una revo-
lución de cambios más allá de los aspectos económicos, políticos, educativos, ambientales, científicos, los que han significado profundas transformaciones sociales. En este contexto, la incertidumbre parece ser la ley fundamental, el cambio aparece como condición, el mundo al que pertenecen las escuelas, en consecuencia, se caracteriza hoy por una inestabilidad, y una incertidumbre social crecientes, debido a que la escuela es el lugar donde se materializan las teorías y el ámbito donde las personas pueden aprender diferentes áreas del conocimiento y del saber. Bajo este contexto tan apremiante, el ejercicio de la docencia aparece interpelado y apremiado a introducir cambios en las actuales prácticas pedagógicas, lo que según Hargreaves (2003), ha significado convertir a la docencia en una «profesión paradójica», refiriéndose con ello a la duplicidad de exigencias actuales, que incluso pueden aparecer como contradictorias entre sí, es más, incluso se presentan requerimientos sociales a la pro-
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fesión, que van más allá de los conocimientos disciplinarios y técnicos especializados; en ocasiones, los docentes nos vemos presionados al asumir responsabilidades con los estudiantes, derivadas de problemas en la estructura social, que se han generado de la falta de apoyo y programas sociales para la intervención de problemas en las familias; a estas exigencias, se agrega, por un lado, el reconocimiento de los docentes como actores clave en la búsqueda de la calidad educativa, resumido en la frase: «La calidad de un sistema educativo tiene como techo la calidad de sus docentes» (Barber & Mourshed, 2008:15). Por otro lado, la profesión docente se presenta desvalorizada social y económicamente, más aún: «Los docentes siguen vistos como ejecutores pasivos de lo que se decide en los niveles superiores, operando los currículos y cambios en los cuales no han tenido ni voz, ni presencia, ni capacidad para tomar decisiones» (CEPAL,2004:93).
De esta forma, el propio docente se encuentra en una dualidad en términos de «lo que es» y «lo que debiese ser», situación que constituye una fuente contradictoria de valoración social que amenaza y cuestiona su Identidad Docente, que, por una parte, aparece siendo tensiona-
da desde la sociedad en su conjunto, y por la otra, desafiada a mejorar sus prácticas pedagógicas. El desarrollo de la identidad profesional, la reflexión y la práctica pedagógica son claves para la formación inicial y continua de los profesores. Los procesos reflexivos permiten resolver situaciones que tensionan la identidad profesional docente, la cual es construida y transformada durante las prácticas pedagógicas desde los ámbitos escolares, en los que emerge la interacción docente en la formación, el fortalecimiento y la actitud de profesionalización. Estos procesos están dinámicamente relacionados y determinan la identificación, la identización y la identidad con el rol de la práctica como profesor en formación, guía, acompañante, orientador, gestor de aprendizajes, siempre con un fin. Es por ello que surgen múltiples interrogantes: ¿Qué es lo que me identifica con mi colega? ¿Qué es la identidad? ¿Dónde está mi identización? Partiendo de la premisa que ser docente es: Retomar la formación continua y permanente al servicio del otro y para el otro, siendo una aventura emocional e intelectual, en la que se promueve la existencia de personas deseantes e inteli-
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gentes, es ser líder de un cambio, vocación de servicio, compromiso humano, ser un guía responsable, profesional, orientador, constructor de aprendizajes y saberes, promotor de conocimiento, es dejar huella, trascender abriendo nuevos horizontes, desarrollando estrategias que acompañen a otros al descubrimiento de sus propios recursos, habilidades y competencias. Es primordial considerar que las prácticas pedagógicas de formación inicial permiten desarrollar la identidad profesional docente (tanto del profesor en formación, como del profesor tutor y del profesor guía) porque es un espacio curricular en el que se construyen comunidades, se comprenden y elaboran relaciones con los demás y con el mundo, y además, se adquiere el sentido vivido de lo que se es, reflexionando desde una perspectiva cognitiva de los procesos como el mecanismo más importante para la creación de identidad profesional docente. En este mismo sentido, plantean que la identidad docente no es algo que se fija ni se impone, sino que se negocia a través de la experiencia y el sentido que se le da a esa experiencia a través de la reflexión, siendo este, un factor determinante en la formación de identidad, y por tanto,
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debería ser un elemento central en los programas de formación de profesores. El contexto de la práctica, y la apuesta por el desarrollo del pensamiento reflexivo del futuro profesor, permite tener el contexto de los desplazamientos y cambios en la identidad de un profesor (Beauchamp, 2015). El entorno escolar, la naturaleza del contexto institucional o de los estudiantes, el impacto de los colegas y de los directivos escolares, influyen en la configuración de una identidad nueva. Entendiendo que la identidad profesional docente es la forma como los especialistas en la educación se definen a sí mismos y a los otros. Es la construcción de sí mismo, la cual evoluciona a lo largo del servicio y puede verse influida por los contextos escolares, políticas educativas y reformas… e incluye compromiso personal, disposición para aprender, las creencias así como los valores que permiten ser mejores profesionales. Es conveniente subrayar que el desarrollo del docente no sólo depende de su formación, sino depende del contexto donde actúa, donde ejerce como docente, ya que un maestro puede dar clase por la mañana en una institución y por la tarde en otra, por lo tanto, el maestro se está enfrentando a diferentes contextos,
lo cual quiere decir, que, no hace las mismas actividades en las dos instituciones, las estrategias que utiliza son totalmente diferentes ya que los alumnos no son los mismos y sus necesidades no son iguales. Por lo tanto se debe considerar que: • El vínculo entre la identidad profesional y personal de un profesor o profesora está estrechamente relacionado con su práctica, ya que la identidad es la experiencia negociada del sujeto, e implica la identificación de la pertenencia a una comunidad, considera la trayectoria de aprendizaje del individuo y supone la participación en contextos locales nacionales y globales. • La identidad profesional docente proviene de la posición de la persona dentro de la sociedad, la interacción con los demás y la interpretación de sus experiencias. Comienza por la autopercepción de ser maestro, maestra y continúa con tratar de ser visto por otros como tal. Así, las creencias y conceptos de «buen maestro» se derivan de sus teorías implícitas y se reconfiguran en la práctica a través de procesos de reflexión. • La identidad profesional es un proceso no lineal caracterizado por las dificultades que son eficazmente superadas con la
apropiación de competencias profesionales puestas en contextos reales de desempeño. En este proceso, aparecen contradicciones que producen malestar, tensión y dudas que colocan al profesor en la encrucijada de la determinación social; la mirada individual y subjetiva, la cual no consiste en la repetición de un modelo fijo, sino en la trayectoria autónoma elegida por el individuo entre las diferentes alternativas que podría tomar en los criterios individuales de elección, son determinados por procesos reflexivos y marcan diferencia con la identidad socialmente compartida por el grupo de personas dedicadas a la misma función, por lo tanto, se asume y se da la identificación y la identización. El primero, se da por el sentido de pertenencia que caracteriza y asocia a un sujeto con un colectivo; el segundo, es un proceso de individualización donde el sujeto decide qué elementos del grupo le son propios, cuáles adopta y cuáles no, qué lo hace similar al grupo y en qué se diferencia. La construcción de la identidad se da por el trabajo conjunto entre la identificación y la identización, lo que hace dinámicas e interactivas las fases de crisis y desafíos que experimentan los maestros. Estos, despiertan pro-
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cesos de exploración, compromiso y evaluación, motivados por los sentimientos y facilitados por la relación de contigüidad o relación de confianza con otros. La construcción y transformación de la identidad profesional docente es un proceso dinámico e interactivo que permite configurar una representación de sí mismo como profesor, movido por fases interrogativas generadas por situaciones interpelantes (internas y externas al sujeto) y respaldado por procesos de identización e identificación. Es facilitado por lazos de contigüidad y la búsqueda de sentimientos de congruencia, competencia, autoestima y autogestión. Es dependiente de la representación que el profesor tiene como persona y de la que tiene de otros profesores y de la profesión. Para concluir, la identidad profesional docente es la representación, que el profesor en ejercicio o en formación, desarrolla de sí mismo como profesor o profesora, y se centra en los conocimientos, creencias, valores, actitudes, conductas, habilidades, objetivos y aspiraciones que se asigna como propios y que surgen en la interacción consigo mismo, las responsabilidades profesionales, los colegas y la escuela como institución so-
cial siendo un elemento fundamental para combatir la desvalorización social del maestro.
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DESDE LA ESCUELA Juan Gabino Barrera Espinosa
El valor de ser maestro
En la vida, he tenido la oportunidad de conocer maestros admirables, pero, el que ocupa un lugar especial es el maestro que inicia sus primeros años de servicio docente en escuelas multigrado. Es común pensar, que en la escuela de organización completa, en la que cada grupo es atendido por un maestro, el alumno recibe una educación de calidad y, que en la escuela multigrado, donde todos los grupos son atendidos por un solo maestro, la educación es deficiente y destinada al fracaso. Hoy en día, alumnos de las escuelas multigrado han obtenido resultados positivos en las pruebas que se han aplicado, gracias a los materiales de apoyo y al diseño de estrategias, pero, sobre todo, en la esperanza de los maestros multigrado, la esperanza sobrepasa a la experiencia: porque la experiencia no es lo que me sucede, sino cómo reaccionamos ante lo que nos sucede. En nuestro país, un alto porcentaje de las escuelas de edu-
cación básica son multigrado; a nivel nacional, los planes y programas de la SEP están diseñados para escuelas de organización completa. La responsabilidad de diseñar y organizar los contenidos curriculares y las estrategias en el aula multigrado, las desarrollan los propios docentes en sus diferentes contextos. La escuela multigrado representa un reto, planificar las actividades escolares poniendo en juego conocimientos y habilidades didácticas, trabajar simultáneamente con niñas y niños de diferentes grados, atender a la diversidad de edades e intereses, propiciar que los alumnos avancen a su nivel, decidir los propósitos y los aprendizajes esperados, seleccionar los contenidos, proponer cuándo y con qué frecuencia organizar la enseñanza para trabajar un tema común con actividades diferenciadas por ciclos, grados e incluso individualmente, además de describir las actividades que propicien el trabajo cooperativo y las tareas compartidas entre los alumnos de diferentes grados, ofrece la oportunidad de formarse real-
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mente como docente. Ser educador de NNA en escuelas multigrado, es una de las profesiones educativas más difíciles, no sólo por la enorme responsabilidad social que esto implica, sino por el conjunto de competencias que el maestro pone en juego día a día. Le corresponde la inmensa labor de formar a los alumnos en la disciplina, que permite primero emprender la tarea de conocer, y después enfrentar con éxito las dificultades de la vida, preservando y cultivando la curiosidad infantil, logrando que se convierta en la puerta al desarrollo de la inteligencia, además, deben conseguir que todos sus alumnos aprendan lo que tienen que aprender y que lo hagan en el momento propicio, con alegría y confianza. Hoy podemos afirmar, que las escuelas multigrado no son escuelas incompletas sino diferentes, que las escuelas multigrado posibilitan un trabajo integral hacia el desarrollo de competencias básicas, el trabajo colaborativo y la autonomía. El trabajo multigrado promueve la acción tutorial entre las niñas y los niños , el apoyo del alumno mayor al menor, le permite al primero revisar sus propios procesos de aprendizaje, con lo cual desarrolla su capacidad de aprender a
aprender, además de aprender a enseñar. Más importante aún es el papel del maestro multigrado como organizador de las actividades pedagógicas, es difícil o imposible medir si los alumnos valoran el ejemplo del maestro que participa en forma directa en su educación, ya que la educación es una comunicación espiritual permanente entre el maestro y el niño. Educar a los niños en escuelas multigrado es ser maestro de maestros, como escribió el pedagogo soviético Vasili Alexándrovich Sujomlinski en su libro Entrego mi corazón a los niños: «Si el maestro sólo enseña cómo educar, pero no está en contacto directo con los niños, deja de ser un educador, estaría cerrado el camino que lleva al corazón de los niños si no se comparten con ellos intereses, aficiones y aspiraciones, perdería la cualidad más importante del pedagogo: la capacidad de comprender el mundo espiritual de los niños. La comunicación viva, directa, cotidiana con los niños es una fuente de ideas, de descubrimientos pedagógicos, de alegrías, de tristezas, de decepciones, sin las que en nuestro trabajo es imposible la creación. Quien no conoce al niño no puede ser educador». (Sujomlinksi, 1986)
Trabajar en escuelas multigrado da herramientas como las que se integraron en la Propuesta Educativa Multigrado (PEM 05, 2005), con elementos sencillos, accesibles y funcionales que lle-
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vaba a los docentes a planear por tema común para todo el grupo, para después diferenciar actividades por ciclo o grado, respetando el nivel de complejidad de los alumnos, atendiendo simultáneamente los grados que tienen en su grupo, disminuyendo los tiempos de espera; una parte importante de esta propuesta era la aplicación de actividades permanentes. Conocer y vivenciar la estrategia de Redes de Tutoría, donde enseñar es un acto de amistad que tiene lugar en dialogo de iguales, una forma de aprender haciendo por medio de un Guion de Tutoría, en la que maestros y alumnos practican, reflexionan y retalimentan, adaptándose a las condiciones particulares de cada estudiante, culminando esta estrategia en una demostración pública de lo aprendido; ambas estrategias favorecen la atención a la diversidad. (Cámara Cervera, 2018) Una vez superado este reto, el maestro será capaz de reconocer en él un potencial pedagógico, y estará preparado para enfrentarse a cualquier aula. Este ciclo escolar 2020–2021, sin duda pasará a la historia debido al confinamiento por el COVID 19, SARS-COV 2, lleno de emociones y satisfacciones, de encuentros y desencuentros,
pero, sobre todo, aprendiendo. El profesor Rafael Ordaz dice: «Un aprendizaje fundamental es la lejanía acompañada, desde la distancia hemos estado cerca de nuestros alumnos obteniendo como resultado la presencialidad absoluta, siempre cerca estando lejos»; esto nos señala que en nuestro país nada está perdido, a pesar de tantas carencias, contamos con maestros capaces y comprometidos con la niñez queretana, que de una forma u otra, han estado al frente de una escuela multigrado.
Referencias Cámara Cervera, G. (2018). Tutoría y comunidad de aprendizaje en escuelas públicas multigrado (1997 - 5018). Ciudad de México, México.: Aprender con Interés A.C. PEM. (2005). Propuesta educativa Miltigrado 2005. México, D.F.: Constantine Editores, S.A. de C.V. Sujomlinksi, V. A. (1986). Entrego mi corazón a los niños. Moscú: Progreso.
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EL ARTE DE LA PALABRA Mtra. Alicia Aguilar Hernández
Escuela: Es el lugar donde hay buenas personas que te enseñan a estudiar. José Antonio Rivera Morales, 9 años El gran diccionario Infantil, Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro, 2018
La escuela en casa
En el año 2018, llevé a cabo un proyecto apoyado por el Programa Estatal de Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro, en el cual, el objetivo principal fue que, alumnos y alumnas de escuelas del Estado, tomaran la palabra y definieran el mundo a través de su mirada. El ejercicio resultó, además de divertido, demasiado interesante; las definiciones que los niños y niñas realizaron provocaban una especie de resignificación del mundo. Hubo definiciones muy profundas, incluso me atrevo a decir que algunas rayaban en lo filosófico. La maestra Beatriz Soto, coordinadora de la Biblioteca Infantil de la UAQ, escribió en el prólogo que: «Las palabras sólo cobran sen-
tido cuando están construidas de lo vivido», y para mí, como educadora, fue realmente gratificante leer la definición con la que comienzo este texto. Pensar que José Antonio pueda construir esa definición para escuela me llenó el corazón de orgullo. Sabemos que un proceso educativo siempre va de la mano con tres factores fundamentales: los alumnos, los padres de familia y el docente, que es la piedra angular de la que parten los aprendizajes. Sin embargo, debido a las circunstancias por las que atravesamos en este 2020, ha sido necesario cambiar el espacio físico de la escuela y la hemos llevado a cada uno de los hogares de las familias mexicanas, siendo éstas, heterogéneas, con características y necesidades diversas, pero dentro de ellas, uno, o varios miembros de la familia han tenido que entrar de lleno a las actividades escolares, cumpliendo, muchas veces, el papel de mediador o transmisor de los conocimientos. Hoy, más que nunca, el papel de la familia juega un factor determinante en los procesos educativos.
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A través de estos meses hemos ido aprendiendo unos de otros, fortaleciendo las prácticas, en busca de conseguir los aprendizajes esperados de los niños, niñas y adolescentes. Los logros se van obteniendo sobre la marcha. Por lo pronto, ahora sabemos que hay algunas premisas que ayudan a que la escuela en casa se desarrolle de una manera mucho más efectiva, con algunas sencillas acciones como son: • Destinar un espacio para que los alumnos realicen sus actividades escolares. • Definir tiempos y horarios para la realización de las actividades. • Brindar a los alumnos, en medida de lo posible, materiales para la realización de sus actividades. • Acompañar los procesos educativos de los niños, niñas y adolescentes. • Mantener una comunicación fructífera y eficaz con los docentes. • Propiciar que los estudiantes vayan desarrollando su autonomía y hábitos de estudio. • Ser conscientes de la responsabilidad compartida que hay entre los actores educativos. • Trabajar en la parte emocional para sobrellevar la nueva normalidad.
Dice Meirieu (1990) que: «El desafío es hacer aprender más que enseñar», y en eso estamos, en esta nueva modalidad hemos tenido que adaptar nuestros espacios, nuestros tiempos, nuestros conocimientos, y juntos, maestros, padres de familia/tutores y alumnos, avanzar en este camino que se nos presenta y aprender de todo esto. La escuela en casa ha dado la oportunidad a padres, madres, hermanos, tíos, abuelos, amigos, etc., de ser partícipes del hermoso proceso de enseñanza-aprendizaje, a retomar la relevancia que tienen, ha venido también a desafiarles, a poner retos o responsabilidades que habíamos delegado. Los hábitos y costumbres se han modificado, la televisión ha tomado su papel como un medio de aprendizaje más, los celulares suenan con notificaciones que los docentes envían para llegar hasta la intimidad del hogar. Aún hay mucho por hacer, mucho por modificar, pero hoy sólo quiero valorar lo que hemos realizado bien, valorar eso que se hace y retomar lo que puede seguir construyendo nuestro aprendizaje y puede que sea utópico; puede ser que estemos muy lejos de alcanzar una escuela que sea completamente efectiva y más aún en tiempos
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de pandemia, pero la belleza de la utopía radica en su función esperanzadora, el hecho de soñar con lugares mejores que los que poseemos, que por muy injusto y desolador que sea nuestro entorno, debemos hallar la manera de encontrar uno mejor. Cierro mi texto con la esperanza puesta en que la definición de José Antonio siga siendo la misma : «La escuela (en casa) es el lugar donde hay buenas personas que te enseñan a estudiar».
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DE LA BIBLIOTECA DEL MAESTRO Mtro. José Leal Correa
Leer en tiempos de Pandemia
Evidentemente, después de ocho meses de pandemia, surge más de una interrogante entre los docentes y directivos en torno a al aprendizaje y la enseñanza de la lectura. Los docentes de grupo a cargo de los alumnos que cursan el primero y segundo grados de primaria, (especialmente los primeros), durante los meses de julio y agosto tuvieron una gran preocupación en torno a cómo trabajar en la distancia para lograr desarrollar la lectura en sus desconocidos alumnos. Dicho en otras palabras, en esta primera circunstancia, la lectura de ciertos materiales como: El libro para el Maestro de Lengua Materna Español, se convirtió en una fuente para la capacitación y actualización tanto de docentes como directivos. Con cierto agrado observamos que en los grupos de WhatsApp de docentes, y otras redes sociales, circularon algunos materiales elaborados por la fundación Zorro Rojo que abona-
ban a la necesidad mencionada en el párrafo anterior: es una obviedad y se ha repetido hasta el cansancio; ni docentes, directivos, ni sistemas educativos estábamos preparados para el trabajo a distancia. En los días más recientes, al acercarnos al cierre del primer periodo de evaluación, nuevamente docentes y directivos, hemos tenido que leer y releer el último acuerdo de evaluación (11/03/2019), la circular correspondiente, amén de una gran cantidad de notas/noticias, que previamente al posicionamiento de la Secretaría de Educación Pública, circularon en redes sociales y grupos de WhatsApp. Resulta evidente que el tiempo que dedicamos a leer la información, que recibimos en los canales informales, aumenta el nivel de estrés y escasamente contribuye a fortalecer nuestra toma de decisiones. En otro orden de ideas, la búsqueda de certeza en las acciones directivas que se han emprendido en el presente ciclo escolar, en la Zona 15 de Educación Primaria de San Juan del Río,
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nos ha llevado a leer al Dr. Gabriel Cámara y a algunos de sus colaboradores. Durante el intento de conformar una Comunidad de Aprendizaje, nos hemos encontrado con docentes y directivos ubicados en casi la mitad de entidades del país, listos a participar en el arranque del esfuerzo monumental del Estado de Colima y a participar en el Encuentro Interestatal de Nayarit. Justamente, en las actividades de tutoría virtual de los dos estados, mencionados en el párrafo anterior, he tenido la fortuna de conocer e intercambiar desafíos de tutoría con el Mtro. Guillermo Golzman, docente jubilado argentino, líder de la Comunidad de Aprendizaje de Neuquén. Y para quienes aún estamos en esa búsqueda del rumbo para lograr los anhelados aprendizajes esperados de los alumnos, los invito a escuchar el siguiente testimonio de los logros que pueden alcanzar bajo la modalidad del trabajo de la Tutoría Personalizada (quizás la mejor parte de los testimonios sean las voces de los propios alumnos): https://www. youtube.com/watch?v=osxHeUFdJzc Al momento de escribir las presentes líneas, Facebook me ha hecho recordar que durante noviembre de 2019, en compañía de maestras mexicanas de preescolar, primaria y secunda-
ria, logramos concretar la visita a docentes argentinas como parte del proyecto: Intercambio Epistolar. Dicha experiencia, además de permitirnos viajar y conocer a docentes y escuelas argentinas, nos puso en la posibilidad de leer a Isol, Andruetto, Hinojosa, Baranda, López Olalde, Lome; entre otros escritores que enfocan sus creaciones literarias para alumnos de preescolar y primaria principalmente. Permítaseme la siguiente vanidad: «Comprar un libro en ‘El Ateneo’ es tan emocionante como robárselo» (Sic). Y sin ánimo de que se constituya en una receta a seguir, la actual circunstancia de la pandemia aún nos ha brindado momentos y espacios para practicar la lectura por mero esparcimiento; es en ese tenor que he intentado no quemarme leyendo a Guillermo Arriaga en Salvar el fuego, Premio Alfaguara 2020; con Yolanda Reyes he disfrutado de los gratos momentos que se viven al Volar; de la pluma de Jorge Volpi he conocido El insomnio de Bolívar, excelente ensayo que permite identificar el rumbo político y literario que ha seguido la gran nación latinoamericana que alguna vez imaginó el prócer libertador. El Mtro. Enrique Lepe tuvo a bien regalarme algunos libros, de esos que te atrapan y en me-
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nos de veinticuatro horas terminas con una sensación rara en la garganta: Ecos del desierto de Silvia Dubovoy; Los ojos del perro siberiano de Antonio Santa Ana y El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon.
En breve
Un grato descubrimiento en estos días de pandemia, ha sido la aplicación STORYTEL, donde por $99.00 puede uno escuchar audiolibros durante 99 días. Si bien el catálogo no es 100% actual, sí permite seleccionar desde las recomendaciones de la semana, clásicos para todos, aprende algo nuevo, historias que saltaron a la pantalla y libros que hacen pensar; entre otras secciones más. También permite activar el «modo sin conexión». Justo en esta aplicación he escuchado, no sé si debería decir «he leído», Las flores del Mal de Charles Baudelaire; El cuervo de Edgar Allan Poe; El amante polaco de Poniatowska, entre otros títulos.
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COLEGIADO Mtra. Guadalupe Ramírez
¡Trabajo colegiado, resultado de éxitos!
El trabajo colegiado es un espacio en el que se privilegia el diálogo, las reflexiones, el seguimiento, la evaluación, la interacción y la toma de decisiones que encauzan el quehacer educativo de una institución que busca la excelencia organizacional. Es de reconocer que los directivos y docentes viven y valoran día a día; reflexionan y establecen estrategias en colectivo sobre cómo mejorar el trabajo académico en las aulas, en cómo impactar con mejores resultados que podrán verse en un tiempo no lejano respecto a la formación de las niñas, niños y adolescentes. Por lo que, se vuelve necesario replantear cómo formar a los futuros ciudadanos con valores bien cimentados, que sean competentes, seguros en la toma de las mejores decisiones, con proyectos de vida bien cimentados, honestos, solidarios, incorruptibles e íntegros como lo marca el Art. 3° Constitucional.
Constantemente nos hemos puesto a reflexionar en: ¿Cómo poner en práctica la filosofía de la Nueva Escuela Mexicana? ¿Cómo replantear la estrategia para lograr mejores resultados con todos los alumnos? ¿Cómo lograr escuelas eficaces? ¿Cómo lograr la excelencia organizacional? Tenemos varias interrogantes en nuestra mente y en nuestra propia práctica, nos enfrentamos a múltiples problemáticas supeditadas a desarrollar un nuevo esquema de mejora y actuación ante los nuevos retos del siglo XXI. Las problemáticas van desde el ausentismo, reprobación y rezago escolar, siendo las más complejas en nuestro sistema educativo nacional. Se vuelve necesario replantear cómo se está viviendo la pedagogía en contextos marginados, con carencias económicas, con falta de conectividad en condiciones desiguales, en comparación con otras escuelas de nuestro Estado. Sin lugar a duda, tenemos grandes desafíos en educación y éstos exigen replantear nuestro actuar en las aulas y en general:
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en la escuela; es importante no olvidar que la esencia y el centro de todo lo que realizamos son los niños, niñas y adolescentes, considerando «no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera del logro de los aprendizajes». Así pues, los desafíos que tenemos comienzan desde la organización en colectivo, el liderazgo de los docentes y del directivo, el sentido de pertenencia en la escuela, la actitud del docente, su motivación intrínseca, el dinamismo, la organización, la creatividad y las propuestas que se derivan de las necesidades pedagógicas en la institución. ¿Cómo replantear una Nueva Escuela Mexicana en nuestros tiempos? ¿Cómo fortalecer los colectivos docentes desde un liderazgo compartido y democrático? ¿Cómo dar seguimiento y evaluación en los procesos formativos de todos nuestros alumnos? ¿Qué es necesario mejorar desde la función de cada actor educativo? La conducción de las actividades académicas debe ser muy cuidada, exige poner en juego nuestras capacidades individuales y colectivas al servicio del bienestar común, puesto que todos los estudiantes, sin excepción alguna, tienen Derecho a recibir una educación de excelencia. Cuando se ponen en juego las capacidades colectivas de
todos los docentes y del director en la institución educativa, su impacto es mucho mayor que cuando lo hacemos solos. El trabajo colegiado y la colaboración, como lo dice Sammons Pam, son condiciones importantes para la unidad de propósitos donde las escuelas efectivas tienden a recibir la participación constante del personal con relación al funcionamiento de la escuela. Por tanto, los alumnos logran mayor éxito en escuelas con procesos de toma de decisiones, en el que las opiniones de los maestros son representadas y consideradas con seriedad, luego entonces, cuando se involucra a los docentes en esa toma de decisiones y la elaboración de pautas escolares comunes, se crea un sentido de propiedad, de pertenencia y participación, se crean relaciones y vínculos recíprocos de apoyo y respeto entre docentes y director, concretando el trabajo colegiado. Es por eso que, la excelencia organizacional de los colegiados es perfectamente aplicable en la escuela. Así pues, la escuela es una organización humana orientada a brindar servicios académicos y administrativos, orientados a la educación. Se rescatan las siguientes conclusiones: a) La excelencia organizacional en los colectivos involucra
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la combinación de tres principales procesos: eficacia, eficiencia y creatividad individual. b) La eficacia tiene que ver principalmente con los objetivos operativos, y la estrategia adoptada o diseñada siendo congruente con la misión, los valores institucionales y la visión de futuro de la organización. Se puede decir que, estos tres elementos conforman el corazón modernizador de la escuela. c) Por otra parte, la eficiencia tiene que ver con la administración de la infraestructura de recursos que tiene disponible la institución para cumplir con la eficacia. d) La creatividad individual también puede denominarse como desempeño sobresaliente, donde el proceso organizacional tiene que ver con la eficacia y la eficiencia. En resumen, la eficacia tiene que ver con el cumplimiento de la misión, los valores institucionales, la visión y los objetivos operativos. Generalmente los recursos que son necesarios en la infraestructura de la escuela son los recursos humanos capaces y capacitados, es necesario un clima laboral que favorezca que los colaboradores cumplan con los objetivos de sus puestos de manera colaborativa con todo el grupo colegiado.
Ahora bien, la organización institucional de la escuela, se vive y se materializa con el diseño del Programa Escolar de Mejora Continua, en el que se consideran ocho ámbitos, tomando en cuenta las principales necesidades derivadas de un diagnóstico objetivo. Poco nos preguntamos y concientizamos: ¿Qué es el Programa Escolar de Mejora Continua? ¿Cuál es su función principal? ¿Es un requisito administrativo o es el eje rector de la planeación organizacional? El reto actual del Sistema Educativo es ofrecer al alumnado una educación de excelencia, por lo tanto, la escuela requiere de cambios contundentes en la forma de organizarse y funcionar. En consecuencia, los colectivos docentes elaboran e implementan un Proceso de Planeación en Colegiado, centrado en la mejora de los aprendizajes de todos los niños, niñas y adolescentes. En pocas palabras, el PEMC es el corazón que transforma la planeación, organización, el seguimiento, la evaluación y finalmente los resultados de todos los niños, niñas y adolescentes. Finalmente, todos tenemos una función para afrontar los nuevos retos poniendo al centro a los estudiantes, hemos aprendido a mejorar los procesos en la enseñanza cuidando las me-
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todologías de trabajo, hemos aprendido a transformar nuestras prácticas, hemos aprendido a pesar de las adversidades y las condiciones de trabajo, hemos aprendido a compartir experiencias y sobre todo, encontrar soluciones. No perdamos la esencia de ser docentes, pues como dijo el gran educador Justo Sierra: «Sin hombres preparados, es imposible el progreso de las Naciones». «Mi Patria es México. Debo servirla siempre con mi pensamiento, con mis palabras, con mis actos1».
1 CONALITEG. Libro de Texto Gratuito. Segundo Grado. 1960. p.212
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EL ARCA DE LA MEMORIA Juan Salinas y López
La escuela de ayer y la de hoy
Caminando por el centro de mi ciudad y con la nostalgia del tiempo, encaminé mis pasos al edificio que albergaba mi escuela. Al detenerme donde estaban mis recuerdos, vi un enorme edificio moderno, por cierto de gran presencia, dos niveles, grandes ventanales, sus muros pintados de color paja y sus patios cubiertos por grandes lonas blancas, sostenidas por mástiles pintados de color blanco… la modernidad la había tocado. De aquel centro escolar no quedaba nada, aquel de mis recuerdos de un solo nivel, de techos de dos aguas, cubiertos de tejas de color rojo, donde las aulas, una junto a la otra, parecían un ferrocarril en marcha y la dirección al frente como una locomotora, siempre de puerta abierta, desde donde la figura del director siempre cuidaba con su mirada que todos estuviéramos en nuestro vagón. Recorrí cada aula de esa hermosa escuela, de acuerdo al grado que iba cursando. Ahí, de pronto, me vi sentado en las mesas
binarias que compartíamos con algún compañero, asignada por el maestro, o en otros momentos, con aquel amigo que compartía nuestros primeros secretos y tropiezos. Fue ahí, en esos espacios, donde los maestros mostraban su amor a su profesión. En primero, la maestra Carmelita, nos mostró con cariño el camino de la lectura y las primeras poesías a la Patria, a la naturaleza y nos envió por primera vez a declamar un poema a la radiodifusora XENA, fue una verdadera algarabía en la escuela y al interior de nuestras familias; en segundo y tercero, la maestra Evangelina, por cierto una artista que nos deleitaba con su voz y acompañada de su guitarra, nos ofrecía pequeños conciertos; en cuarto, la guía siempre cuidadosa de sus expresiones de la maestra Ma. de Jesús; en quinto, la fortaleza de la disciplina del maestro Ramón y en sexto, la visión de transformar con su ejemplo del maestro Antonio. En su interior, se daban los primeros pasos a una formación futura. El aula era el laboratorio,
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el taller, el escenario donde las matemáticas eran casi siempre centradas en los hechos cotidianos, el gasto familiar, las medidas de nuestra casa, el costo de nuestros útiles escolares, hasta los problemas que nosotros proponíamos o que el maestro nos planteaba para resolver entre equipos. La Geografía y las Ciencias Naturales eran siempre apoyadas por un enorme planisferio, que pegado al muro, servía como guía para descubrir un mundo, que para ese momento era infinito. A las once de la mañana sonaba la campana y salíamos al recreo, acompañados de música infantil, cuyo sonido venía de unas enormes bocinas cónicas que se encontraban en los pasillos. Qué significativo era nuestro patio, rodeado de árboles y alrededor de ellos nos brindaban su sombra, mientras los maestros, sentados por fuera de los salones, nos observaban y junto a otros descansaban un poco. Mientras que algunos nos disponíamos rápidamente a formarnos en la tiendita escolar para deleitarnos con los taquitos, agua de sabores y una que otra golosina, otros jugábamos a la cuerda, el trompo, el cocolito, el avión y los encantados, etc. Esa convivencia nos hacía generar reglas, que el grupo se encargaba de hacerlas cumplir, so
pena de separar al compañero y aplicarle la «sanción del hielo». El sonido de la Marcha de Zacatecas, nos indicaba que nuestro recreo había terminado, nos dirigíamos agitados al salón, ahí el maestro nos indicaba que el momento siguiente era para, dibujar, iluminar, escribir, sobre lo que nos había gustado más o lo que no nos había agradado de nuestro día. Trabajos que señalaban, serían expuestos en una muestra pedagógica al final del mes y que desde luego, se enviaría una invitación a nuestros padres. Acompañados casi siempre por nuestra madre, acudíamos, señalando lo hecho por cada uno, y desde luego, se sentían orgullosos; después venía el premio, en mi caso, una paleta de hielo con sabor a limón. Cerca de la una de la tarde, el maestro recordaba el aseo de nuestro salón, que desde el inicio del año escolar, lo había integrado en equipos, todos cumplíamos y nuestros padres sabían y nos felicitaban por compartir esa responsabilidad. Por cierto, nos preocupaba que hubiera una queja en contra de algo que se hubiera hecho mal, porque los padres siempre fortalecían a los docentes y en ocasiones el castigo era doble. En los seis años tuvimos dos directores. El primero, al jubilarse,
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originó un verdadero tumulto de padres de familia, que querían agradecerle. Ese día fue fiesta, fuimos los encargados de llevar, desde un artículo de porcelana, cartas, reconocimientos de madera, hasta la señora que le insistió que no olvidara el paquete de gorditas que le había preparado en casa. Fue un momento memorable. Así era la relación de la escuela con la comunidad. La presencia de ambos directores, en diferentes momentos, fue importante; ambos nos recibían en la entrada, tenían la costumbre de pasar a los salones a desearnos el mejor de los días. Sabíamos de su autoridad, porque nuestros padres se expresaban muy bien por sus atenciones, respeto y empatía. Ellos eran los medios para saber cómo estaba la escuela y qué necesitaba, una mirada, una palabra, y todos escuchábamos sus observaciones, con voz segura, firme y tranquila. A las trece horas sonaba la campana y salíamos formados hasta la puerta de la escuela. Atrás quedaba ese espacio mágico que nos invitaba a regresar, porque ahí estaban los tesoros, que todos los días descubríamos y nos permitirían ser como decían, «profesionistas de éxito», pero sobre todo, «ciudadanos del mundo», conscientes de que en ese pensar estaba la grandeza
de los pasos de nuestra vida. Me alejé de mis recuerdos, cerré esa página y vi ese edificio nuevo, con la tecnología en manos de los alumnos y docentes, generando tal vez un mayor campo de conocimientos, con formas diferentes, pero con el mismo propósito educativo, con retos, encuentros y desencuentros propios de la tarea educativa y del tiempo que se vive pero con una visión de la escuela, que pertenece a todos y siempre será una espacio de transformación.
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BUZÓN DE SUGERENCIAS Tus comentarios y sugerencias nos ayudan a mejorar escríbenos a puntodencuentro@usebeq.edu.mx