COMO DOS MITADES Eran dos seres parecidos, casi idénticos en la configuración general. Diferían a la simple vista, en apenas centímetros, en volúmenes casi imperceptibles. Pero acercándose hasta su piel o palpando detenidamente conformaban todo un mundo de formas encontradas. Él largo y puntiagudo, ella suave y de formas redondeadas. Cantaban a su vez con voces graves o dulcemente agudas y sus canciones y sus ritmos eran todo un equilibrio de emociones. Supieron ser felices toda vez que juntos amaron y procrearon y si alguna vez estuvieron separados se enaltecieron aún más con gestos y actos trascendentes. 57