SE REÍAN De pronto fueron llegando quedaron frente a nosotros, nos miraron y se comenzaron a reír, fueron primero tímidas risas contenidas. Pero luego se soltaron en clara y manifiesta hilaridad. Porque la risa es contagiosa como la gripe, como una peste, sus risotadas se replicaron y fueron subiendo el tono hasta ser un ruido ensordecedor. Y cuando ya reían con muchos dientes, con carcajadas altisonantes, y con lágrimas en los ojos aspiraban hondo, para reír con más fuerza, nos dimos cuenta, de que no se reían de algo ocurrente o algo gracioso; Se reían de nosotros. Se nos reían en la cara y de nuestras caras, se reían de nuestra ropa, de nuestro pelo o la falta de él, de nuestros gestos y nuestras formas se reían. 89