1.
Una vida a la intemperie
A
l acercarse a la trayectoria de vida de Juana Velásquez Pavón en sus diferentes etapas, desde su nacimiento, niñez, juventud, adultez y vejez se observa que su vida transcurrió a la intemperie, sin techo propio, propiedades personales y muy poca protección. Físicamente sin la “habitación propia’’ y la independencia económica que demandaba Virginia Woolf para que las mujeres pudieran escribir, pero sí con la suficiente independencia personal para expresarse (Véase Woolf, V; 2005). Razón por la cual, la crítica literaria norteamericana Janet Gold llamó a Juana la “poeta de la calle” (Gold, J; 2001: 142), o “la poeta del hambre” para el músico hondureño Alex Palencia (1986), porque la poeta escribió desde su experiencia de orfandad, olvido, de soledades diurnas y nocturnas.
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