Revista Vuelo 12-13

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Í ndice

Monterrey, México / julio-octubre 2018 / Número 12-13

Quijote con Rocinante, 2017 Héctor Carrizosa

DIRECTORIO

Dirección: Carlos Ruiz Cabrera Coordinación editorial: Lourdes Ibarra Edición y corrección: Erasmo E. Torres Gómez Jorge Eduardo Jerezano Luna Diseño: Melody Flores Nava Literatura: Víctor Barrera Enderle Redes sociales: Victoria J. Zapata Mendoza Michelle Narváez Jara Fotografía Francisco Barragán Alberto Rangel Portada e interiores: Héctor Carrizosa Ilustración de portada: Desaparecidos, 2016 Contacto: redaccion@vuelocultura.mx Facebook: https://www.facebook.com/RevistaVuelo/ Lee online en https://issuu.com/revista.vuelo

Editorial

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La tercera fue la vencida // Óscar Tamez Rodríguez

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Los dobles estándares en el manejo de la información masiva // Cris Villarreal Navarro

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Una revolución olvidada // César Morado

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Una breve historia de terror // Gabriel Contreras

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La profesión del filósofo en el servicio público y privado // José Luis Cisneros Arellano

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Monterrey, La Sultana del Norte // Jesús Adrián Cruz Martínez

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Mis compañeros guerrilleros // Carlos Torres Rodríguez

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Héctor Carrizosa, el que vino al mundo a pintar // Rocío Castelo

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Reír desde abajo. El lado B de lo cómico // Giampiero Bucci

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Ingmar Bergman 1918-2018 // Nazario Sepúlveda

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Leer la ciudad // Selene Velázquez

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Resignificar la ciudad (un recuerdo literario de Jorge Cantú de la Garza) // Víctor Barrera Enderle

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El corrido fronterizo // Armando Hugo Ortiz Guerrero

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El Che Reséndiz // Héctor Jaime Treviño Villarreal

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Rehilete // Pepe-Hillo

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La autonomía universitaria. Esquirlas y resonancias de un antiguo y siempre joven canto alado // Guillermo Lozano Flores

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Memorial de Tlatelolco // Rosario Castellanos

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La obra pictórica de este número ha sido reproducida con la autorización del autor.

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UELO. REVISTA UNIVERSITARIA DE CULTURA, año 2, Núm. 1213, julio-octubre de 2018, es una publicación editada por Carlos Ruiz Cabrera. Calle Modesto Arreola 711, Col. Centro, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64000, Tel. (81) 8358 9109, redacción@vuelocultura.mx. Editor responsable: Carlos Ruiz Cabrera. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo N° (en trámite), ISSN: (en trámite), ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX N° (en trámite). Impresa por Ala Imprenta, 5 de mayo 494 pte., Col. Centro, Monterrey, Nuevo León. Este número se terminó de imprimir el 05 de enero de 2019 con un tiraje de 1 000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no reflejan necesariamente la postura del editor.

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EDI T ORI AL

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L DESENLACE DEL PROCESO ELECTORAL

mexicano culminado el día primero de julio de 2018 nos induce a reflexionar en torno a la siguiente pregunta: ¿cuál fue el factor decisivo en el indiscutible triunfo de Morena? Desde nuestro punto de vista, ese factor decisivo lo constituyó la presencia de un definido liderazgo político, en este caso, representado por Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial. Él fue quien mejor llenó el perfil de un verdadero líder social, configurado por su capacidad para promover un cambio al modelo neoliberal de desarrollo vigente; para proponer un nuevo proyecto de desarrollo incluyente, beneficiario de las grandes mayorías; para informar con puntualidad y veracidad sobe los principales problemas del país; y para potenciar, con tesón y paciencia, la relación dialéctica que va surgiendo entre el individuo, el grupo y el líder. Así, mientras el PRI proponía como candidato presidencial a un frío y lejano administrador (Meade) y el PAN, a un ambicioso e insustancial dirigente (Anaya), Morena proponía a un auténtico líder social (López Obrador). De esta experiencia electoral podemos obtener la siguiente valiosa lección: los liderazgos verdaderos no se inventan, pues como inversiones sociales que son, se van forjando durante muchos años de lucha, aprendiendo a oír y sentir el latido inconforme de la sociedad en general y del pueblo en particular.

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LA TERCERA ES LA VENCIDA Óscar Tamez Rodríguez 3


E

l triunfo

de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la elección del uno de julio del 2018, es el mandato del pueblo por emprender un viraje en la visión que se tiene del Estado mexicano. Desde principios de los 90 en el siglo XX, la visión cambió hacia un Estado globalizado, de libre comercio y abierto a la economía global. Las promesas de AMLO respecto a acotar este rumbo fue el factor principal que contribuyó a su victoria electoral. Luego de dos intentos fallidos como candidato a la presidencia de la República, uno en 2006 y otro en 2012, López Obrador venció de forma contundente a sus opositores. El éxito electoral del tabasqueño debe analizarse al margen de la realpolitik1, pues es un mandato del pueblo, en el mejor sentido de un ejercicio democrático, diciendo que quiere un cambio de régimen, pasar de la visión del sistema político mexicano hacia un modelo más nacionalista, popular y con visión hacia la microeconomía.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) presidente electo de México.

campaña rumbo a la presidencia de México; en el primer tercio2 de su travesía, ésta se distinguió por las confrontaciones con el presidente Vicente Fox. El segundo tercio, iniciado con el robo electoral que le hicieran y con marcada influencia negativa de Fox y el Consejo Coordinador Empresarial, AMLO enfiló su proyecto a desmarcarse de la imagen violenta que se le formó durante el primer tercio. Al término de esta parte de su campaña presidencial, pierde legal y legítimamente con Enrique Peña Nieto; pero no desiste: dejado por los partidos que le postularon, crea su propio partido político: Morena. La tercera parte de su campaña tiene como insignia el crecimiento electoral de AMLO y su marca, Morena, en todo el país. Él como persona logra penetrar a los estados del norte, principalmente en Nuevo León, donde su crecimiento marcó diferencia. El mejor momento para AMLO y Morena, el que marca el antes y después en lo que definiría la elección presidencial del 18, fue la elección para gobernadores en el Estado de México (Edomex)

El contexto El año electoral inicia en septiembre del 17; con él se estrena el mamotreto llamado “ley electoral”, el cual presenta una amplia cantidad de inconsistencias, enredos, absurdos, lagunas y elementos para hacer sospechar que está hecho para manipular y controlar los procesos eleccionarios democráticos. De entrada, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) debió ser interpretada en diversos momentos por la autoridad electoral, entiéndase INE o TRIFE; pero no sólo eso, sino implementar una serie de reglamentos a la misma que en ocasiones terminaron siendo opacos, farragosos o incomprensibles. Luego del triunfo de AMLO en la entonces Jefatura del Gobierno del Distrito Federal, en el año 2000, el expriista se centró en hacer su

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y Coahuila; en ambos, Morena fue rival y parte fundamental de la elección. En el Edomex el aparato gubernamental nacional y federal debió entrar en operación para superar por un mínimo marcador a la poco conocida maestra Delfina Gómez Álvarez. El triunfo del priista Alfredo del Mazo no pudo legitimarse ante la derrota frente a Morena, no obstante de las evidentes ‘marrullerías’ que debieron hacerse para no perder el bastión del grupo Atlacomulco, base electoral del todavía presidente EPN. La conclusión de los empañados triunfos priistas en Edomex y Coahuila, fue el banderazo para la carrera presidencial. Por el PAN, Ricardo Anaya se consolidó como presidente de este partido y un político joven con buena imagen; por su parte, el PRD vivió la peor desbandada de militantes quienes cruzaron la calle y se sumaron de uno en uno y por montones al proyecto presidencial de AMLO. En el PRI, con el viejo estilo renovado y desaseado de EPN se manipuló al tricolor, violentando las formas, llevando a cabo una convención en la que reformaron los Estatutos del otrora partidazo y abrieron la puerta a los llamados candidatos ciudadanos3 no militantes, primera herida a los órganos vitales de ese instituto político. Su mayor orgullo, la militancia, ahora fue despreciada, acusada en silencio de corrupta por los vicios de quienes controlan el poder en ese partido. Los liderazgos de barrio, de colonia, los jóvenes y mujeres afines al pensamiento priista, hoy padecen la carga de la corrupción, la impunidad y la ineficiencia de los gobernantes emanados de ese partido, y sin culpa alguna ahora ellos cargan la mácula. Al inicio del año electoral arriban nueve partidos nacionales: PAN, PRI, PT, PRD, Verde, Panal, MC, Morena y PES. Aunque en política no hay casualidades, casualmente estos partidos se pudieron agrupar alrededor de tres candidatos

al inicio del año electoral arriban nueve partidos

Pan, Pri, Pt, Prd, Verde, Panal, MC, Morena y Pes...

nacionales:

presidenciales; así, en las tres coaliciones formadas pudieron cohabitar moros y cristianos, tirios y troyanos, legítimos y espurios. La coalición llamada ‘Por México al Frente’, integrada por el PAN, PRD y MC, se veía como una opción de cambio sólida y fuerte ante la posibilidad de estrenar las coaliciones de gobierno en el país. La otra coalición opositora al régimen o al partido en el gobierno, fue la encabezada por Morena, acompañado por el PT y el PES, este último, partido con bases religiosas y postulados radicalmente opuestos a los de los morenistas en temas fundamentales como el derecho a la vida, el aborto y otros más. Sin embargo, se juntaron, y como las otras dos coaliciones, fueron el mejor ejemplo de pragmatismo híbrido, desideologizado y basado en el botín electoral. La tercera coalición la integraron el PRI y el Verde, que ha acompañado al tricolor en sus más recientes aventuras electorales y en el poder legislativo federal. Con ellos estuvo el Panal, partido formado e identificado con los maestros, el sector poblacional quizá más resentido con el gobierno federal y el régimen peñanietista. Así, tres equipos de tres agrupaciones ideológica y operativamente disruptivos se lanzaron a la liza electoral. Junto a ellos se innovó la figura de candidatos independientes, permitiendo a más de una docena de suspirantes, aventureros y chiflados incidir

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en la aventura electoral. Al final de la meta llegaron sólo los dos con posibilidades reales de alcanzar el primer escalón: la candidatura. Ellos fueron Margarita Zavala, única mujer en todo el proceso con la lápida que representó ser esposa de Felipe Calderón Hinojosa; el otro, Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, quien llegó plagado de cuestionamientos por parte de la autoridad respecto a la legalidad de su proceder al recolectar firmas para su registro. En abono a Jaime Rodríguez sólo podemos agregar que, casualmente, la autoridad electoral en el 2018 le señaló y marcó las mismas faltas que le dispensó en el 2015 (claro que reiteramos, en política no existen las casualidades, por tanto, usted saque sus conclusiones). Desde el principio y derivado de esas lagunas antes referidas en la legislación electoral, la autoridad el INE —para ser exactos—, se comportó como El Tirantes de la AAA en la lucha libre. Para completar el cuadro, el Trife le hizo segunda al estilo de Viruta ante las payasadas de Capulina o como el carnal Marcelo —el de Tin Tan— con el cómico tamaulipeco. Inició el proceso electoral con cuatro candidatos, los cuatro fantásticos: La mujer invisible (Margarita), el joven irreverente que incendia lo que toca (Anaya), el hombre elástico, el sereno líder genio que surge del mismo sistema que promete cambiar, un híbrido del PRIAN (Meade) y la mole, el invencible a garrotazos, el de piedra, feo, pero adorable para el pueblo (López Obrador). Más tarde se sumó silver surfer, ese personaje surgido del mismo grupo de los otros cuatro, pero renegado, resentido (Jaime). Al medio tiempo de la contienda, hubo la primera y única baja de los cinco candidatos que finalmente aceptó el Trife y obligó al INE a reconocer; por tanto, la mujer invisible abandona y acepta no tener posibilidad alguna, abdica, y contrario a lo esperado no se suma a ninguna de las campañas de los cuatro restantes.

Una campaña política sui géneris. Todas las campañas políticas tienen en común que hay un candidato oficial, el cual representa al sistema, al statu quo del régimen y que, por razones obvias, es el enemigo a vencer, pues cuenta con el apoyo del aparato gubernamental; lo mismo aplica esto en México más que en cualquier democracia del mundo. La oferta de ese candidato es la continuidad en las políticas públicas, el régimen, la estabilidad y, en síntesis, la continuidad del establishment. El otro elemento común en todas las campañas es el candidato opositor, el que ofrece el cambio, el que reivindica las causas de los resentidos con el sistema, el que pretende conjuntar a los opositores al régimen y ofrece un cambio de rumbo en la visión de Estado que se tiene; la base de su campaña es el cuestionamiento al actual gobierno y, por supuesto, al candidato que representa al sistema vigente. La elección del 18 fue sui géneris, como ya lo referimos; hubo cuatro y luego tres candidatos opositores al régimen, dos surgidos del mismo régimen neoliberal vigente desde los 90 del siglo XX y dos con propuestas disruptivas al sistema. La elección se polarizó, para beneficio de AMLO, en una forma distinta a la que establece la liturgia de la estrategia política. La disputa no fue contra el candidato oficial, quien terminó viviendo una campaña gris y sin presencia social. La disputa fue entre los dos candidatos de oposición fuertes: Ricardo Anaya —apodado Canallín por AMLO en el segundo debate— y AMLO. El primero con una propuesta de cambio “gatopardo” y el segundo con una oferta electoral populista basada en el rencor, el resentimiento y la ira del pueblo con la clase política y sus decisiones.

Los debates mediáticos. Hubo tres debates mediáticos con formatos diferentes, en un esquema farragoso, poco atractivo

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Participantes en el segundo debate a la presidencia de México: Jaime Rodríguez Calderón, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Andrés Manuel López Obrador junto al presidente del INE Dr. Lorenzo Córdova Vianello.

mexicanos nos preocupan, la diferencia fue que Meade y Anaya surgían de proyectos manchados de corrupción, tema central de la campaña de AMLO a quien le rindió los frutos esperados y algo más. Los debates fueron pérdida de tiempo, pequeños reality show dentro del proceso. Tuvieron nula influencia, pues los tres se inclinaron por los ataques al puntero, los cuales no hicieron mella en su caparazón electoral. Por el contrario, contribuyeron a consolidarlo en las preferencias electorales, según las encuestas, que, dicho sea de paso, no se equivocaron como en las dos pasadas elecciones presidenciales. Lo cual abre la duda sobre si entonces la herramienta estadística utilizada fue obsoleta o en su caso hubo una abierta manipulación.

y deslucido donde las figuras centrales fueron los periodistas moderadores y no los candidatos. Debates donde era imposible debatir, no por el formato —como tanto aducen algunos sesudos— sino por la cantidad de contendientes en la mesa y el tiempo aire empleado para la pasarela. Antes de llegar al primer debate, el rumbo de la contienda ya estaba definido: el centro de la elección era AMLO, quienes estaban a favor del tabasqueño y los que no, es decir, los aspirantes representantes del PRIAN —Meade y Anaya— buscaron en todo momento llegar a una final de dos fuertes, nunca lo lograron y la elección del uno de julio fue de tres opciones: dos en contra de AMLO, dos en contra del PRI y una sola diferente, disruptiva, representante de un nacionalismo tropicalizado. Los candidatos de la coalición encabezada por el PRI y la encabezada por el PAN, dedicaron su artillería a desgastar a Andrés Manuel; pretendieron hacerlo ver como un peligro para México, como el representante del pleistoceno, poseedor del ADN de los dinosaurios del régimen hegemónico. Todo simple guerra sucia. Revisando las propuestas electorales de los tres candidatos fuertes, se pudo observar que eran recurrentes en los asuntos centrales que a los

Un final anunciado Tal como se percibía entre la sociedad, las encuestas proyectaron un triunfo holgado del candidato de Morena por sobre sus competidores. Ganó AMLO con el 53.19% de los sufragios emitidos correspondientes a 30,113,483 votos; un triunfo indiscutible que da legalidad y legitimidad al vencedor, el candidato antagónico al sistema político vigente y con ello se derrotó al proyecto

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neoliberal imperante en las últimas tres décadas. Venció sin propuestas de gobierno innovadoras, sin oferta política social simplemente ofertando honradez, legalidad, honestidad y un gobierno justo, como si estos valores no fueran inherentes a todo gobernante. Es precisamente esa falta de valores, llevada al extremo por los gobernantes del siglo XXI, lo que sirvió de plataforma a Andrés Manuel, cuyo triunfo anunciado tuvo como ingrediente de suspenso, no la disputa entre los candidatos, sino la duda de si la autoridad electoral manipularía el proceso para descarrilar al candidato de Morena. Fue, pues, una elección donde pareciera que el gobernante en turno tuviera en el candidato más radical a su candidato, donde al candidato que se apoyó desde el poder se le apoyó con malas decisiones: como los aumentos al costo de vida, los combustibles y, en lo general, con decisiones que en todo momento fueron nutrientes al descontento social existente. Hoy tenemos presidente electo, el primero autodenominado de izquierda en la Historia Presente, el primero reconocido por las izquierdas mexicanas como suyo. La historia del gobierno autollamado de ‘la cuarta transformación histórica de México’ aún no se escribe.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Notas Es la política basada en acciones concretas y prácticas, la política del día a día que no está escrita en los libros de teoría o filosofía política y es la que en realidad se ejerce a partir de un pragmatismo operante. 2 Si dividimos el tiempo de campaña de AMLO, tuvo tres tercios, el de su enfrentamiento contra Fox, el segundo en su presidencia legítima durante el sexenio gobernado por Felipe Calderón y el que inició en 2012, con la conformación de su propio partido político, Morena. 3 El PRI en su Asamblea Nacional, vota y aprueba que pueda haber candidatos a los cargos de elección popular sin militancia en el partido. Ciudadanos de esos llamados apartidistas que pueden ocupar los cargos de elección popular a los que aspiran los militantes y que ahora son relegados. 1

Índice de ilustración Pág. 3 Méndez, José / EFE (2018) Fotografía tomada de https://www.tendencia24.com/ mexico/amlo-prepara-el-nuevo-aeropuerto-internacional-de-cdmx/ Pág. 4 Agencias (2018) Fotografía tomada de https://www.lapagina.com.sv/internacionales/ imparable-andres-manuel-lopez-obrador-este-domingo-en-elecciones-mexico-2018/ Pág. 6 CNN en Español (mayo 2018) Fotografía tomada de https://cnnespanol.cnn. com/2018/05/21/segundo-debate-presidencial-en-mexico-lo-que-los-candidatos-dijeron-sobre-la-relacion-con-estados-unidos/ Pag. 7 Torres Santesteban, Anisley (2018) Fotografía tomada de http://www.cubatv.icrt.cu/ andres-manuel-lopez-obrador/

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N

unca antes las industrias cul-

la información

NO es INOCENTE, las NOTICIAS son

turales operaron con tanta eficacia instilando su versión de la realidad a través de los medios masivos a su servicio. Nunca antes el indefenso ciudadano común estuvo expuesto a una ofensiva ideológica tan implacable y nunca el persuasivo mensaje subliminal, disfrazado de neutralidad, fue tan inadvertido. La actitud mental del inofensivo receptor común es la de asimilar el sistemático proceso de adoctrinamiento colectivo de una forma sumisa y resignada. Su conducta es la de un ser subdesarrollado, dependiente del poder estabilizador que lo controla. No ofrece ninguna reacción, carente de recursos analíticos no se entera, no cuestiona, simplemente acepta toda la agenda de contenidos de la información manipulada que se le ofrece. Ya Camilo Taufic, durante la escalada imperialista contra el régimen de Allende, escribiría: “la información no es inocente, las noticias son mandatos, el periodismo es una forma de dirección social”1, este modelo se aplica a los medios de información masiva en general. El receptor de la ofensiva masiva de información controlada es un ser oprimido que no solo no se percata de la opresión ideológica que se le instila sino que acepta sin pestañar la versión de la vida que los medios le ofrecen, admira a quienes lo sojuzgan mentalmente y reivindica su condición de dominado como algo positivo que le ofrece protección y seguridad, por más precarias que ambas sean. Durante la Guerra Fría, la cruzada anticomunista de los medios surtió unos efectos masivos que persisten en la actualidad. El receptor inoculado con la fermentada información negativa y desfasado de la actualidad continúa echando pestes contra países como Venezuela y Cuba, en donde de acuerdo a la propaganda recibida, el sistema impide a sus ciudadanos viajar al exterior cuando a él, con su sueldo miserable impuesto

mandatos, el

PERIODISMO es una forma de dirección social.

- camilo taufic

por su venerado sistema capitalista, no se le permite salir de su reducida vivienda “de interés social” de vecindario en serie. La función esencial de los medios masivos de información es legitimar el poder que los financia y protege. Ya Carlos Marx en el primer capítulo de La ideología Alemana, escrito junto con F. Engels, señalaba: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante… Los individuos que forman la clase dominante… regulan la producción y distribución de las ideas de su tiempo y, por ello mismo, hacen que sus ideas sean las ideas dominantes de la época” 2. Para el receptor ideológicamente dominado, el hecho de que esa misma entidad desconocida para él, —la clase dominante que le dicta sus opiniones y orienta sus actividades—, también lo pueda castigar brutalmente si se llegara a rebelar, no le preocupa. La sistemática manipulación de la conciencia colectiva se ejerce a través del manejo de diversos instrumentos de adocenamiento. Estos mecanismos no solo se limitan al lenguaje que emplean los medios masivos cuando reproducen mensajes

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Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, declarando a los medios sobre el tiroteo sucedido en un hotel de Las Vegas en octubre de 2017.

rigurosamente con apego a los protocolos legales establecidos, este tratamiento en extremo considerado no se emplea en la detención de ciudadanos de la raza negra o de origen hispano. Las redes sociales reproducen diariamente innumerables casos en que individuos de la raza negra, por mínimas infracciones de tránsito, son víctimas de extremo abuso policiaco. También son comunes las expulsiones de individuos de la raza negra de restaurantes sin ninguna justificación. La transmisión del trato parcial que reciben los afroamericanos estadounidenses se vincula a un significado de perpetuación de referencias estereotípicas. En los actuales Estados Unidos, donde se vive una atmósfera similar a la víspera de la Segunda Guerra cuando los judíos eran expulsados de los restaurantes y sus negocios arrasados, la impune violación de los derechos humanos de las minorías étnicas y los dobles estándares en el tratamiento informativo de dichos ataques no solo se circunscriben a individuos de la raza negra. Recientemente se han multiplicado las agresiones a personas que hablan español en supermercados,

alienantes que convienen a los detentadores del poder, sino también al uso de imágenes tergiversadoras de la realidad. Un claro ejemplo fueron las declaraciones del actual presidente de los Estados Unidos ante el tiroteo desde una habitación de un hotel en Las Vegas que dejó un saldo de 59 personas muertas. El señor Trump se refirió al criminal francotirador con el término pistolero “gunman”. El causante de esta masacre era anglosajón, de ahí que en ningún momento la palabra terrorista fuera usada. El mismo trato considerado, en el lenguaje y en el protocolo, sucede cuando los perpetradores de las innumerables agresiones armadas en concurridas discotecas, iglesias o escuelas públicas estadounidenses, que han dejado una saga de decenas de muertes inocentes, son de la raza blanca. En el caso de la información concerniente a fechorías de individuos de la raza blanca, no solo la terminología que se emplea al describir al autor de un atentado es respetuosa, sino el mensaje informativo de las imágenes también presenta otro sistema de significados. Mientras el trato que se maneja en la detención de un anglosajón se da

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Andrés Manuel López Obrador (AMLO) saludando a algunos de sus simpatizantes.

dictadores latinoamericanos y tildarlo de ser una amenaza y un peligro para la “democracia” y la estabilidad social del país es una maniobra propagandística que ha dado resultados en el pasado. No importa que los otros dos candidatos del sistema PRI-PAN tengan serios delitos de apropiación ilegítima de fondos públicos, la agenda de los medios masivos es influenciar la orientación del voto desacreditando intencionalmente al candidato de las mayorías de acuerdo a las consistentes encuestas. El bombardeo propagandístico es implacable y efectivo. Utilizan la palabra populista con la misma connotación peyorativa que en décadas anteriores utilizaron el término comunista. Si un candidato como López Obrador proclama y defiende programas sociales que beneficien a las mayorías será etiquetado con el sambenito de populista, de la misma raigambre del presidente Maduro de Venezuela. La reproducción constante de mensajes alienantes es rigurosa y sistemática. La ola barbárica del crimen organizado y la ineficiente actuación de las fuerzas del Estado, o la flagrante impunidad con que los PRI-AN gobiernos han combatido los actos de corrupción de sus personeros, son tópicos ignorados, minimizados o enterrados en el atomizado raudal constante de la diaria información. Por otro lado se escudriñan, reiteran

bancos, restaurantes y demás lugares públicos. También los inmigrantes originarios de países que observan la fe musulmana son víctimas de esa campaña de odio. Este acoso contra los inmigrantes se puso de manifiesto en una nueva regulación que está vigente a partir del 18 de octubre del año pasado. Todos los inmigrantes legales en los Estados Unidos, residentes y ciudadanos naturalizados serán vigilados en sus redes sociales y serán sujetos a una investigación de quince años atrás sobre su orientación ideológica. Una vez más las contradicciones entran en juego. En la tierra de los libres, como dice su himno nacional, las libertades no son para todos. La libertad de pensamiento y de expresión está restringida a quienes nacieron en los Estados Unidos, pero no para otros ciudadanos de otras latitudes que son considerados de segunda clase. No acreedores a los mismos derechos políticos. Así como todos los adocenados por los medios se parecen, también los opresores de los medios se parecen ya que se identifican y defienden la misma agenda. En el marco mexicano de las actuales campañas políticas, la manipulación de la información está a la orden del día. Comparar al candidato de la coalición Morena, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social con presuntos

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y magnifican esquemas o escenarios conducentes a desprestigiar personalidades verticales que cuestionan la malversación abierta de los impuestos de los contribuyentes. Frente a este sutil doble manejo de la información, fuente inagotable de la rumorología, en donde siempre se da cabida sólo a la versión oficial sin entrevistas a representantes de la oposición, es difícil que el ciudadano medio con la cabeza desamueblada de lecturas, carente por completo de una conciencia crítica, enfrente esa tenue ofensiva de diseminación de los valores culturales dominantes, se reponga de ese control subliminal de sus opiniones y lo enfrente. Las redes sociales, al desenmascarar y divulgar estos enfoques parciales de la realidad camuflados de apolíticos que manejan los medios masivos de información, han desequilibrado la inocencia de los inocuos tradicionales receptores y se han convertido en baluartes de la verdadera libertad de expresión. Su decorosa función detonadora de conciencia por los intereses colectivos es semejante, toda proporción guardada, a la apertura de conciencia social desatada por la labor periodística emprendida por Lenin a principios de 1900. Desde su exilio en Alemania fundó el periódico Izkra, cuyo eslogan era: “La chispa que encenderá la pradera”. Un órgano periodístico cuya tarea fundamental era la organización del proletariado. La labor informativa alternativa de las redes sociales se puede asemejar a una chispa que despierta conciencias dormidas por la propaganda oficial siempre en defensa solapada del sistema y no de los intereses generales. Como Izkra, las redes sociales se han convertido en instrumentos de agitación por las demandas colectivas contra la hegemonía del sistema político económico establecido. En 1927, el cubano Julio Antonio Mella, colaborador en México de El Machete se refería en estos términos sobre el papel de la prensa marginal: “Solamente estando escrito por todos y expresando el sentir de toda la masa en sus varias

Hoy en día, las redes sociales son un aliado para la libertad de expresión.

manifestaciones, el periódico será útil, vendrá a ser un inmenso fuelle soplando en todos los lugares donde exista el descontento de la lucha de clases para encender la hoguera general”.3 Este modelo de participación colectiva se da en las actuales plataformas comunitarias en línea. Las redes sociales han venido a cubrir la deficiencia de los sectores de la izquierda para incluir en su agenda de proselitismo la utilización masiva de las nuevas tecnologías. Frente a los mensajes editorializados adocenantes de las poderosas industrias culturales que defienden y legitiman la actuación de las instituciones por más indecorosa que ésta sea y modelan la forma de pensar de las mayorías, plataformas en línea como el Facebook han plantado en alto la bandera de la libertad de expresión. A través de sus entrevistas de intelectuales independientes, sus transmisiones en vivo de manifestaciones colectivas demandando soluciones a los problemas sociales, con sus ácidas caricaturas, sus sarcásticos “memes”, su proyección de los sectores marginados bajo una óptica honesta, sus constantes denuncias de los abusos del poder en

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todas sus dimensiones, han creado una apertura catártica de concientización cuestionadora del manejo arbitrario de la información por los medios dominantes. Su papel divulgador de contenidos cuestionadores, en formato integral, fresco, colorido y atrayente, aunque fragmentario e inconexo ha creado una corriente de opinión objetiva basada en puntos de vista políticos diferentes a los imperantes. Las redes sociales, dejando a un lado su función distractora, han tomado la estafeta de los actualmente inoperantes medios de información masiva de las organizaciones de izquierda, las han rebasado y han retomado su misión fomentando la creación de una postura informativa discordante con la de la autoritaria clase dominante. Plataformas en línea como el “Feis”, con sus innumerables posts contestatarios, están presentando otra faceta inesperada de la teoría revolucionaria. Su presencia en los hogares de la clase trabajadora está gestionando una toma de conciencia que eventualmente repercutirá en una transformación social. La acepción de Federico Engels referente a que estamos en la prehistoria de la humanidad se confirma cuando nos percatamos de la enajenación del hombre contemporáneo por parte del aparato ideológico del Estado que divulga solamente lo que le parece y conviene a sus intereses. Todo lavado colectivo de cerebros, toda diseminación de versiones no fidedignas de la realidad, todo manejo de dobles estándares en la divulgación de la información, toda hipnótica dominación del pensamiento, son autos de prisión mental instrumentados por la maquinaria de mantenimiento del sistema, maniobras supresoras de la libertad del hombre que lo reducen a un estatus paleolítico. Ardides insostenibles, inaceptables para una sociedad que realmente se considere realmente humana.

su presencia en los hogares de la clase trabajadora está gestionando una toma de conciencia que eventualmente repercuta en una

transformación social.

Notas Taufic, Camilo. Periodismo y Lucha de Clases. P.11. Editorial Nueva imagen. Cuarta edición. México. 1977. 2 Marx, Carlos, Engels, Federico. La Ideología Alemana. PP 30 y 31, Libro en línea: http://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/I_capitulo_La_ideologia_alemana.pdf Selección arbitraria personal de cita. 3 El Machete, Núm. 71, 16 de julio de 1927. En la selección de artículos Julio Antonio Mella, de Raquel Tibol. Fondo de Cultura Popular. México. 1968. P. 255. Citado en el libro La Prensa Marginal. Raúl Trejo Delarbre. P. 47. Ediciones El Caballito. México, D.F. 1975. 1

Índice de ilustración Pág. 9 Rawpixel (2018) www.freepik.com Pág. 11 Maeve Reston, CNN (Octubre 2017) Fotografía tomada de la página https://edition.cnn. com/2017/10/05/politics/trump-las-vegas-puertorico/index.html Pág. 12 Moreno Alejandro, El Financiero (2018) Fotografía tomada de la página http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/amlo-es-un-peligro-esto-dicen-los-ciudadanos Pág. 13 Freepik (2018) Imagen diseñada por https:// www.freepik.es Pág. 14 Freepik (2018) Fotografía por https://www. freepik.es

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UVE LA FORTUNA

de acompañar —con Javier Garcíadiego— a Beatriz Gutiérrez, durante la presentación en Monterrey de su libro Episodios de la Revolución Mexicana2, alusivo a la trayectoria de Rogelio Fernández Güell (1883-1918), político, poeta, periodista y filósofo costarricense. Comentamos algunas razones por las cuales consideramos pertinente la lectura de este volumen. En primer término, porque nos habla de la Revolución Mexicana —así con mayúsculas—, el proceso político, económico y social más importante del siglo XX y que hoy tenemos profundamente relegado del debate nacional. Nadie quiere hablar de ella, como si no fuera el cimiento del México actual, —algunos historiadores han insinuado que se trató de un error histórico, que hubiera sido pertinente continuar con la modernidad porfiriana—. Ni siquiera en el partido político que se erigió como heredero quieren discutir el legado de la Revolución. No se trata de analizarla para volverse maderista, carrancista, zapatista, villista o cardenista, sino para dimensionarla históricamente, pero nadie quiere arriesgarse a contaminarse, por ahora, hablando del tema, olvidando que la constitución que aún nos rige, es legado suyo, por decir lo menos. Nadie quiere hablar del famoso Sufragio Efectivo no Reelección, en un momento en que empiezan a celebrarse felizmente reelecciones a lo largo del país. Segunda razón para su lectura, porque deja claro que el proceso de creación de conocimiento histórico es inagotable. Cuando creíamos saberlo todo sobre la Revolución Mexicana. Cuando teníamos ya infinidad de textos testimoniales, novelas de la revolución, historias revisionistas, historias pos revisionistas de la talla de Alan Knight por ejemplo3. Aparece un nuevo texto que nos aclara, nos devela aspectos desconocidos, ángulos no contemplados. Hace un tiempo un grupo de colegas tuvimos el privilegio de participar en una

obra colectiva de ocho volúmenes, el Diccionario Histórico y Biográfico de la Revolución Mexicana4 que recoge biografías, batallas, corridos, manifiestos y partidos. Pensábamos haber incluido a todos los que son. Hoy nos percatamos que no y cada vez aparecen más hombres y mujeres que participaron como el estudiado por Gutiérrez. Tercera razón: La Internacional Liberal, todo mundo habla de la Internacional Socialista, pero casi nadie conoce la primera, que en términos de Carlos Jaramillo, podemos denominar como una diversificada red de radicales latinoamericanos hermanados por la masonería para establecer en sus países regímenes laicos, democráticos y republicanos a fines del siglo XIX y principios del XX. Costa Rica, de la que se habla muy poco en

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las historias latinoamericanas se había convertido en el epicentro de una fraternidad revolucionaria que buscaba liberar a Cuba del imperio español y por ella deambularon numerosos intelectuales provenientes de Centro y Sudamérica, traficando armas, ideas y manifiestos. Nuestro ilustre vecino el tamaulipeco Catarino Garza5, por esta razón apareció refugiado en este país centroamericano, perseguido por Porfirio Díaz. A este marco de referencia liberal pertenece el filósofo Rogelio Fernández Güell. Aunque no había redes sociales, los líderes se wathsapiaban por correspondencia tradicional y los archivos de las logias y los clubes políticos están arrojando nuevas luces sobre estos movimientos. Existe aún una cuarta razón. La mirada del filósofo sobre la Revolución. Rogelio Fernández es un filósofo muy joven, formado en la España impactada por el modernismo. ¿Qué debe hacer un filósofo cuando lo atrapa un aguacero, una tormenta, una revolución? El sueño del filósofo revolucionario es situarse en el vórtice del huracán revolucionario. Sin embargo, a muy pocos filósofos les corresponde una: a Carlos Marx la de 1848, a otros los coge de improviso sin saber que hacer como a Michel Foucault que en pleno Mayo de París de 1968 había escrito El hombre ha muerto, si el hombre había muerto entonces ¿quién estaba marchando en las calles parisinas?6 cuestionaban los estudiantes. La revolución parece inasequible para los filósofos. Impuestos a realizar generalizaciones, recurrir a las abstracciones, la aprehensión de lo concreto resulta muy compleja. Karel Kosik, en Dialéctica de lo concreto, lo entendió muy bien7. A Fernández lo absorbe la Revolución Mexicana. Escribió su versión en 1915 y durante casi cien años permaneció casi desconocida en México. Entonces uno piensa como lector, ¡Ya la hicimos!, finalmente vamos a tener una interpretación filosófica de la revolución en voz de un protagonista, más allá de las crónicas de generales sus

nos habla de la

REVOLUCIÓN MEXICANA —así con mayúsculas—, el proceso político, económico y social más importante del

SIGLO XX...

subordinados. Ciertamente, a la revolución mexicana le faltaba su filósofo que la pensara, que la interpretara, por ahora tenemos la versión entre periodística y filosófica de Fernández. Quizá los lectores esperarían que su interpretación estuviera impregnada de la vanguardia marxista, del materialismo histórico, como estaba siendo interpretada por Lenin la Revolución de Octubre. La interpretación de Fernández proviene de otra vanguardia: la espiritista, con una matriz teórica en París, no en San Petesburgo. Para él, la revolución mexicana está fundada en el derecho providencial de revelarse contra los tiranos, pero finalmente su destino está también definido por la divinidad y no por las fuerzas materiales y la lucha de clases como motor de la historia. Madero debía sacrificarse, como Jesús para salvar a sus semejantes. El sentido de sacrificio es vital en la interpretación de Fernández y lo asume a un grado tal que el mismo ofrenda se vida emulando a Madero, muere también rebelándose contra el gobierno de Federico Tinoco en Costa Rica en 1918 con apenas 35 años de edad. Una gran pérdida para Costa Rica y para México. Existe aún una quinta razón: la historia escrita por mujeres. La feminización del gremio, de los y las que escriben historia en México es —felizmente— cada día más amplio. A ese gremio pertenece Beatriz Gutiérrez8 que ha escarbado muchas horas en bibliotecas y archivos para hurgar nuevas evidencias de los intelectuales maderistas que ha

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venido estudiando últimamente. Independientemente de que comulguemos o no con Fernández en el sentido de sacrificio que deben hacer los hombres para generar mejores condiciones de vida, compartamos o no la necesidad de ofrendarse, el libro vale la pena leerse. Mucho más, en un contexto de sucesión presidencial, donde el principal desafío es la legitimidad, problema que históricamente ha ubicado a México al borde de las revoluciones… Todavía queda mucho por debatir. Cierro con el epígrafe elegido hace un siglo por Fernández para la primera edición de su libro: “A la memoria de todos, los que en diferentes épocas, han padecido y muerto, por la causa de la libertad de los pueblos”9.

Notas Rodríguez, Silvio. Canción Causas y Azares. Álbum del mismo título. Editado por Solaland. Habana, Cuba. 1986. Fernández Güell, Rogelio. Episodios de la Revolución Mexicana. Edición y estudio preliminar de Beatriz Gutiérrez Müller. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. 2017. 3 Knight, Alan. La revolución mexicana. Del porfiriato al nuevo orden constitucional. México. Fondo de Cultura Económica. 2010. 4 Diccionario Histórico y Biográfico de la Revolución Mexicana. Vol. I-VIII. México. INEHRM. 1992. 5 Young, Elliot. Catarino Garza’s Revolution on the Texas-Mexico border. Durkhan. Duke University Press. 2004. 6 Castro Orellana, Rodrigo. La frase de Foucault: El hombre ha muerto. Alpha (Osorno), 2005. 7 Kosik, Karel. Dialéctica de lo concreto. Estudio sobre los problemas del hombre y el mundo. México. Grijalbo. 1967. 8 Beatriz Gutiérrez Müller. (México, 1969). Doctora en teoría literaria por la UAM Iztapalapa. Investigadora y maestra universitaria. 9 Fernández, op cit., pág. 5. 1 2

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BREVE


SOY MIGRANTE”. Esas dos palabras cambiaron el rumbo de la con-

versación. Salió de un refugio y su idea era ir a meterse a otro. Lo suyo era dar palos de ciego. Y la verdad es que no hay quien meta las manos por él, que recorre calles y matorrales y territorios desconocidos sin esperanza alguna. Es domingo, son las once de la mañana y la ciudad está que arde. Tal vez 35 grados a la sombra o más. Mientras abro la puerta del auto, un hombre me detiene. “Oiga”. Pienso de inmediato en un asalto y trato de imaginar un modo de defenderme. “Si le entrego las llaves, no habrá problema”, razono. “Señor, ¿sabe usted cómo puedo llegar al centro de Monterrey?”. Yo le digo que hay que tomar un camión o el Metro y le doy dos o tres detalles. Él me dice que estaba en la iglesia de San Jorge y que piensa irse a pie desde aquí, desde San Nicolás, porque nadie le da un aventón y no tiene los diez pesos para el camión. En ese momento me concentro en sus ojos y alcanzo a distinguir que, más allá de la irritación generada por el calor, el hombre está llorando. A sus treinta y tantos no sabe bien en qué ciudad está, ni sabe cuánto cobra el camión, ni tiene idea de dónde dormirá esta noche. O sea, que su vida es sencillamente una pregunta sin respuesta. Saco la cartera y le doy lo primero que encuentro. Agradece y se aleja, contento. Cincuenta pesos es nada, pero será suficiente para que él se salte una página y esté de pronto ya en el nuevo capítulo de una serie de terror que no sabemos quién está escribiendo.

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A

DVERTENCIA

Lo que presento aquí ha sido argumentado y publicado en 2018 en Oxímora: revista internacional de ética y política, editada y publicada por la Universitat de Barcelona. Ahí abordo el tema de la corrupción en México y propongo la figura de la persona egresada en filosofía, como alguien capaz de aportar elementos especializados en la función pública y privada a través de comités o consejos de asesoría y consultoría. No abogo por una postura platónica del filósofo, sino como un profesional en la ética y la lógica como herramientas analíticas hacia el interior de los procesos de decisión en la política y la empresa. Lo que aquí se escribe se limita a la reflexión sobre la noción de profesionista en filosofía y el compromiso que implican las características que le son propias, y que no pertenecen a otras disciplinas. Hecha la aclaración, he aquí la breve reflexión.

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medio de los diversos mecanismos de evaluación universitaria, se está en condiciones de recibir la licencia para ejercer la profesión, se sigue de ello que en los procesos sociales y privados de trabajo comunitario, ninguna otra profesión puede garantizar un amplio dominio de los conocimientos arriba señalados. En otras palabras, a un médico no le compete ser un especialista en lógica o en ética, a un ingeniero no le compete ser un especialista en axiología o en epistemología, y tampoco a un docente le compete ser un especialista en estética o en metafísica. Se obtiene como conclusión provisional de todo esto que una persona con licencia en filosofía es la más adecuada para brindar su servicio en los mecanismos que involucran decisiones con implicaciones éticas, estéticas o epistemológicas, y que sólo un egresado de filosofía puede garantizar una asesoría especializada en situaciones en las que se involucra la lógica como herramienta de análisis o la metafísica como perspectiva de vida y noción de mundo —un mundo que justifica el modo en el que asumimos los compromisos, las responsabilidades y los derechos reconocidos—. A todo esto, ¿cuál sería el ámbito de otras profesiones, de tal forma que puedan diferenciarse de la licenciatura en filosofía? De forma general, puede afirmarse que el ámbito de acción profesional de las licenciaturas y oficios del país está determinado por las competencias específicas y genéricas que pueden desplegarse al momento de poner en marcha el saber-hacer adquirido. En el terreno de la preparación superior, la profesión universitaria implica la posibilidad de ofrecer un servicio a terceras personas que, a cambio de ello, le retribuyen económicamente al prestador. No se trata solamente de un intercambio sujeto a la oferta y demanda, sino al ejercicio libre de contribuir socialmente al desarrollo cultural y económico de la comunidad. En ese sentido, la profesión adquiere un compromiso social evidente. Pues no solamente quien

Las profesiones y la filosofía Afirmo que la profesión universitaria de la filosofía le permite a quien obtenga su licencia a ejercer un servicio concreto y especializado, el cual es necesario principalmente en el ámbito de la política, la ciencia, la educación y el arte. Sostengo que se trata de un saber-hacer necesario, pues más allá de su pertinencia, el saber-hacer de quien ejerce la filosofía como profesión no es campo de conocimiento especializado del resto de profesiones y oficios. Antes de abordar las premisas y los argumentos a los cuales acudo para defender esta tesis, considérese lo siguiente, a manera de adelanto. Quien egresa de la carrera universitaria de filosofía posee un mínimo de conocimientos en torno a: 1. Los diversos paradigmas éticos que regulan los procedimientos de responsabilidad social y ecológica —así como su vínculo con la moral personal—, 2. Los procesos lógico-argumentativos válidos, que se encuentran siempre presentes en toda comunicación coloquial o científica, 3. Los múltiples modelos estéticos y axiológicos que brindan un marco comparativo en toda apreciación artística y comercial, 4. Los fundamentos ontológico-epistemológicos que fundamentan a todo procedimiento científico y educativo, y 5. Una comprensión profunda de la metafísica implícita en todo modelo de interpretación del mundo y la propia existencia, necesaria para cualquier toma de decisión en torno a cualquier postura personal o comunitaria, y todo esto permite, a su vez, el siguiente punto. Las herramientas necesarias para servir de constructor de puentes y nodos que intercomuniquen diversos sistemas de interpretación del mundo. Sin afirmar que todos estos conocimientos y haceres están acabados y perfectamente delimitados, al menos se asume que todos ellos se encuentran en el nodo central de la preparación universitaria, y, una vez concedido que culminada la preparación profesional por

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ejerce la abogacía permite a un tercero resolver un problema legal conforme a la ley, o quien ejerce la medicina conseguir que alguien más se cure o evite una enfermedad, sino que quienes ejercen estas dos profesiones, junto con quienes se desenvuelven en las ingenierías, la arquitectura, la contaduría, la docencia o el periodismo, por mencionar sólo algunas profesiones, contribuyen abiertamente al engranaje de una sociedad cualquiera. La profesionista en arquitectura debe garantizar el correcto levantamiento de una estructura habitacional, o la profesionista en contaduría genera el orden correcto en las finanzas públicas o privadas; sea cual sea la profesión de la cual se hable, todas implican una licencia que autoriza un conocimiento específico y confiable, así como un desempeño concreto conforme a la regla que le es propia, mientras ejerce su profesión. La Ley mexicana, a través de la Ley reglamentaria del artículo 5º constitucional (1993) señala en el Capítulo V “Del ejercicio profesional” en su artículo 24, que: Se entiende por ejercicio profesional, para los efectos de esta Ley, la realización habitual a título oneroso o gratuito de todo acto o la prestación de cualquier servicio propio de cada profesión, aunque sólo se trate de simple consulta o la ostentación del carácter del profesionista por medio de tarjetas, anuncios, placas, insignias o de cualquier otro modo (pág. 5) [las cursivas son del autor]. Lo propio de cada profesión es aquí un punto importante, pues permite determinar qué conocimientos y prácticas le competen. Para el caso de la abogacía, por ejemplo, le es propio el asesoramiento y conducción a terceros de los procedimientos legales, derechos, obligaciones y responsabilidades civiles que le pertenecen. En ese sentido, su terreno de desempeño se encuentra dictado por leyes establecidas en la Constitución y los códigos específicos. Para un médico, además

¿QUÉ LE ES

PROPIO A LA

FILOSOFÍA

COMO PROFESIÓN

?

de seguir los procedimientos que establece la ley positiva, también se sujetan a las leyes científicas y la rigurosidad propia de los protocolos de las ciencias de la vida. En cada una, así como en el resto, existen ejes que fungen como guías para el ejercicio profesional, algunos de ellos son de carácter ético, argumentativo y epistemológico, pero no agotan el amplio campo de teorías, hipótesis y leyes particulares que son exclusivas de otras disciplinas. ¿Qué le es propio a la filosofía como profesión? Antes de aventurarse a responder, debe considerarse el papel que el Estado establece y su vínculo con las profesiones. José Fernández Pérez, en el artículo “Elementos que consolidan al concepto profesión. Notas para su reflexión” (2001) señala que: Se entiende como formación profesional al conjunto de procesos sociales de preparación y conformación del sujeto, referido a fines precisos para un posterior desempeño en el ámbito laboral. Además, es el proceso educativo que tiene lugar en las instituciones de educación superior, orientado a que los alumnos obtengan conocimientos, habilidades, actitudes, valores culturales y éticos, contenidos en un perfil profesional y que corresponda a los requerimientos para un determinado ejercicio de una profesión (pág. 28) https://redie.uabc. mx/redie/article/viewFile/40/75

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Según esto, entonces, el perfil profesional que le corresponde determina sus responsabilidades y facultades siempre y cuando se encuentren vinculadas con el ejercicio del mismo y en un terreno laboral específico. Esto le impediría a la persona que ha estudiado una profesión determinada, asumir compromisos para cuales no ha sido preparado. ¿Por qué se permite, entonces, que dentro de un bufete de profesionistas de la abogacía, de la arquitectura e ingeniería civil, de contabilidad o de medicina —incluso en el gremio docente— tomar decisiones en torno a temas sobre los cuales no son especialistas? Esto conduce irremediablemente al vínculo con el mercado y con el Estado, y dentro de las obligaciones que todo profesionista debe cumplir, se encuentra la de visibilizar su alcance social —para terceras personas o personas morales— a través de la presentación pública de lo que implica su profesión. En ese sentido, el Estado nos obliga a que: “El anuncio o la publicidad que un profesionista haga de sus actividades no deberá rebasar los conceptos de ética profesional que establezca el Colegio respectivo. En todo caso, el profesionista deberá expresar la institución docente donde hubiere obtenido su título”. (pág. 7) [las cursivas son del autor]. Lo subrayado con itálicas implica que el perfil profesional establecido en el plan de estudios determina los saberes adquiridos y las competencias que les son propias. Si el profesionista no puede anunciarlas, al menos deberá señalar la institución de procedencia como referencia que garantiza cierto tipo de conocimientos adquiridos. Esto resolvería el problema arriba anunciado y eliminaría la posibilidad de contratar a un licenciado en Filosofía para asuntos de ética, lógica, estética, epistemología y metafísica, sin embargo debe considerarse otro punto importante. Fernández (2001), señala al respecto la relación con el Estado, y por tanto el ámbito hacia el cual los planes de estudio deben dirigirse, que ésta se sostiene sobre dos ejes:

El primero de ellos gira en torno al concepto de dominio establecido por Freidson (1970), que en su versión original significa no sólo el control sobre su propio trabajo técnico sino también sobre los aspectos financieros, las estructuras institucionales, los poderes alternos, el carisma cultural, e incluso, la construcción de la realidad social. El segundo eje gira en torno a la ubicación de los profesionistas en el mercado laboral, en donde se conjugan criterios político-sociales y económicos. En uno de los extremos del primer eje aparece el dominio profesional, mientras que, en el extremo contrario, lo hace el dominio del Estado (Nigenda, 1995). A partir de lo anterior, puede establecerse que una profesión es una comunidad autorregulada que tiene un poder exclusivo, normalmente respaldado por el Estado, para adiestrar a nuevos miembros o admitirlos en sus prácticas, reservándose el derecho de juzgar la actuación profesional de sus propios miembros. (pág. 30)

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en ciencias políticas puedan trabajar en conjunto sobre proyectos interdisciplinarios, radica en su capacidad de establecer conexiones y puentes que sirvan de interface comunicativa, en sistemas de traducción de paradigmas y enfoques… y esta no es una competencia que les sea propia. El profesionista en filosofía posee una mirada analítica y sintética que puede reconocer los cimientos sobre los cuales se funda cada ciencia o práctica profesional, identifica, podría decirse de forma metafórica, los colores característicos de la ética, la lógica, la estética, la epistemología, la metafísica y las interfaces necesarias para comunicar a cada disciplina involucrada en el trabajo. No se exige a un abogado que tenga pericia profesional en epistemología o ética, tampoco a un médico que la tenga en metafísica o lógica. Sólo una persona que se ha profesionalizado en filosofía puede encontrarse en condiciones de garantizar al menos un grado suficiente de conocimiento específico en estas áreas de su disciplina y con ello, servir de consultor para todo equipo de trabajo en cualquier ámbito laboral, de la función pública o privada. Aunque esta afirmación —sólo una persona que se ha profesionalizado en filosofía…— no implica la garantía total, pues existen muchos otros factores involucrados que podrían comprometer el nivel de preparación, puede asumirse que la licencia otorgada por el Estado lleva consigo la confianza en un sistema universitario. Este quizá sea un punto flaco de la propuesta aquí

En este sentido, podría considerarse que el Estado dicta la política que sirve de condición en el establecimiento de los alcances sociales de una profesión, junto al desarrollo del mercado al cual se encuentra estrechamente vinculado; sin embargo, más allá de esta implicación, la autorregulación de un “Colegio” al momento de establecer lo propio de una profesión, obedece también a las posibilidades pedagógicas de todo plan de estudios de ser llevado a la práctica. Dado el extenso y continuo desarrollo de las ciencias y la técnica, así como de las complejas responsabilidades sociales que deben acompañar a cualquier profesión, resulta imposible que un profesionista garantice, o adquiera al menos, un nivel de especialización y pericia (expertise) tal, que pueda suplir a otras profesiones y otros campos del saber. Si bien el desarrollo de campos de trabajo técnico y científico estan dando paso a la interdisciplinariedad, esto no elimina la necesidad de un saber específico altamente especializado. La posibilidad de la interdisciplinariedad, e incluso de la transdisciplinariedad, se sostiene gracias a la existencia de las disciplinas mismas. Un plan de estudios puede brindar las competencias necesarias para establecer vínculos aproximativos a otras disciplinas y fortalecer competencias de un trabajo colaborativo y de intercambio de paradigmas, pero no puede sustituir otras disciplinas en sí mismas. La posibilidad de que un abogado, un psicólogo, un ingeniero civil, o un licenciado

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elaborada, pues ser profesionista no es sinónimo de excelencia. En este sentido, los esfuerzos llevados a cabo por las instituciones educativas y por el aparato educativo del Estado han venido impulsando los procesos de certificación —por medio de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES)— y de acreditación —por medio del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior, A.C. (COPAES)— que para el caso de las licenciaturas en filosofía y en humanidades se atiende por medio del Consejo para la Acreditación de Programas Educativos en Humanidades (Coapehum). Estos mecanismos de autoevaluación brindan un nivel de confianza sobre el plan de estudios que permite asegurar un rango de confiabilidad en las personas egresadas… Aunque todo es perfectible. En resumen, existen mecanismos de seguimiento y evaluación que pueden contribuir a la calidad de los conocimientos y las competencias con las que cuenta una persona egresada; después de todo, la preparación universitaria es comunitaria y exige la participación de todos los involucrados. Lo que se sigue de esto es debatible: cualquiera que haya egresado de la carrera de filosofía y obtenga su cédula y título profesionales, posee el perfil adecuado para formar parte de los consejos asesores o los comités de trabajo colegiado. Su figura resulta de tanta relevancia como lo puede ser un trabajador social o un psicólogo en el sector salud o educativo, también un psicólogo en lo laboral, o un médico y un licenciado en leyes en los comités de bioética. El profesionista en filosofía encuentra un campo de acción adecuado en dichos comités o consejos de asesoría, y no se limita exclusivamente —como se ha venido asumiendo durante mucho tiempo— al ámbito de la docencia o el autoempleo —escritor—. No se trata de colocar a la filosofía como inquisidora o jueza, sino como apoyo teórico y reflexivo de cualquier proceso de toma de decisiones.

Para el caso, las decisiones que se toman en una gerencia, jefatura o dirección administrativa se convierten cada vez más, en interdisciplinarias, pues la frontera entre las disciplinas es cada vez más difusa y más compleja. Considerar las implicaciones éticas y los formatos lógicos de argumentación son, por tanto, más pertinentes y necesarios; en la medida en que se abran espacios a las personas egresadas de filosofía, su aporte y contribución permitirá establecer mayores vínculos y puentes de comunicación que atiendan a los requisitos para enfrentar cada problema situado en su contexto. En el artículo que he referido al inicio de este texto, concluyo que, en atención a lo dispuesto por la ley, la cual exige de todo funcionario público desempeñarse con ética y responsabilidad, “no puede suponerse que el funcionario público, en general, cuente con un conocimiento pleno y especializado en este rubro [de la ética y la lógica], lo que permite considerar la posibilidad de la formación de comités multidisciplinarios que incluyan profesionales de la filosofía” (Cisneros 2018, pág. 110) y con ello, ser congruentes entre la letra y la práctica en el ámbito de la administración pública e incluso, en el ámbito privado según los cánones axiológicos que les competan.

Bibliografía Jorge Fernández Pérez. “Elementos que consolidan al concepto profesión. Notas para su reflexión”, en Revista Electrónica de Investigación Educativa, vol. 3, número 1, 2001. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Disponible en https://redie.uabc.mx/ redie/article/viewFile/40/75 José Luis Cisneros Arellano. “La corrupción en la función pública: reflexiones en torno a la pertinencia de un enfoque ético desde la filosofía”, en Oxímora: revista internacional de ética y política, número 13, JulDic, 2018. Universitat de Barcelona. http://dx.doi. org/10.1344/oxi.2018.i13.22345

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“…la capital de Nuevo León, llamada justamente la Sultana del Norte, por su gran progreso, poderío y magnificencia...” Para 1880 los regiomontanos estaban ya familiarizados con una marca de puros y cigarros llamada “La Sultana” propiedad de don Manuel Rivera con sede en la Ciudad de México y cuyo único agente de ventas en la ciudad desde 1878 era el empresario José Calderón; años más tarde surgiría una fábrica de este mismo ramo con el nombre de “Reina del Norte”. “Mucha animación reina en Monterrey, con motivo del establecimiento de nuevas fábricas de Industria que vendrán a aumentar la riqueza y prosperidad de la rica y culta Sultana del Norte” (El Demócrata. Diario de Combate, 1895). Vale la pena recordar que el gentilicio para quienes habitaban en Monterrey era el de reineros, pues tras la fundación de la ciudad y según señala el maestro Israel Cavazos Garza en Breve Historia de Nuevo León, por más de 30 años el Nuevo Reino de León se limitó a su capital y dicho gentilicio “se aplicó únicamente a los de la ciudad y no a los de todo el reino cuando ya hubo otras poblaciones”; el Periódico Oficial en su edición del 22 de septiembre de 1854 hace alusión a esto al decir: “grata impresión que causaba en nuestros campesinos la mágica transformación que notaban en su Reyno, como llaman aun candorosamente a Monterrey… y hubo algunos que dijeran haciendo quizá gratos recuerdos, que su Reyno parecía ya un México Chiquito…”. “La hoy populosa e ilustrada ciudad de Monterrey, fue al principio un despreciable poblacho, perdido en la frontera, entre bosques salvajes. Sus habitantes celebraron con verdadero jubilo el tercer centenario de la fundación de la Reina del Norte como se le suele llamar a Monterrey” (El Siglo Diez y Nueve, 1896). Ya para el año de 1885 circulaba en Monterrey un periódico titulado La Sultana del Norte que

La hospitalaria, la progresista, la bella

SULTANA DEL NORTE… (Dámaso García, 1919)

E

L 19 DE SEPTIEMBRE de 1879

el Papa León XIII nombró al doctor Ignacio Montes de Oca y Obregón (18401921) obispo de Linares. En la celebración por su llegada a la ciudad de Monterrey, jueves 3 de junio de 1880, le fue obsequiado un suntuoso banquete en el Palacio Episcopal donde recitó una memorable composición poética que tituló Brindis a la Ciudad de Monterrey y que reprodujo tanto El Eco de la Frontera como el Periódico Oficial. “¡Reina del Norte, Monterrey Ilustre! / Que la suprema voluntad divina / Hoy me destina para ser mi eterna, / Mística esposa...” Así daba inicio aquella composición de quien fuera miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y traductor del griego de obras de Teócrito y Apolonio de Rodas; fue a partir de esta fecha que el término “Reina del Norte” se utilizó en alusión a Monterrey. Los periodistas comenzaron en sus crónicas, como puede observarse en los periódicos de la época, a cambiar la palabra REINA por el sinónimo de SULTANA, a usarlas indistintamente para referirse a la ciudad, más no en referencia a los orígenes judíos de la región o a los árabes que radicaban en Monterrey como algunos historiadores y/o cronistas lo han señalado, sino por su “poderío y magnificencia” en el norte de México, como lo señaló El Tiempo en 1899.

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contribuyó también a popularizar el término entre la población. “…Esta bella ciudad, la Sultana del Norte, la Reinera como se le conoce en todo el norte….es, a pesar de lo accidentado del terreno en que se asienta, una urbe de primer orden. La circundan recias montañas, las montañas épicas, como en su lenguaje robado a los dioses dijera uno de nuestros más esclarecidos poetas, y en el fondo de un barranco se yergue, industrial, activa, deslumbradora y bella, con la gracia de una emperatriz sobre de un plinto de rocas…” (El Pueblo, 1918). Lo cierto es que Monterrey ya no es aquella ciudad que conoció monseñor Ignacio Montes de Oca y Obregón hace casi 138 años, aquella que iniciaba su crecimiento industrial y la cual hoy lo hace a pasos agigantados, pero que sin duda aún conserva y tiene bien ganado el título de LA SULTANA DEL NORTE.

Fuente Hemeroteca Nacional de México / Archivo General del Estado de Nuevo León Índice de ilustración Pág. 28 Sheetz, Nathaniel C. (2004) Fotografía tomada de https://es.m.wikipedia.org Pág. 30 Wikipedia (2018) Fotografía tomada de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/ec/CerrodeLasilla.jpg

Hidalgo 2095 Pte., Col. Obispado, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64060 Teléfono conmutador: 83 33 08 00 con seis líneas, FAX: 83 33 29 01 Email: grupoorven@prodigy.net.mx

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A

ELLOS LOS CONOCÍ

cuando éramos estudiantes y activistas políticos en el movimiento estudiantil que se gestó durante el ‘69 en la entonces Universidad de Nuevo León. Una efervescencia de inquietudes justicieras recorrían los pasillos de escuelas y facultades. Las iniciativas eran de toda índole: en Leyes se pretendía destituir al director Sergio Mena; en Ciencias Químicas, encabezados por Ricardo Morales, demandaban un edificio propio presionando con la toma de la torre de rectoría. El examen de admisión generaba un ambiente de rechazo mientras Eduardo González desde el Consejo Estudiantil proponía la creación de una preparatoria popular. En Físico Matemáticas la base estudiantil exigía la destitución del director. Gilberto Guajardo, en Filosofía y Letras, señalaba la ineptitud del director urgiendo a un cambio. Era el despertar de las luchas estudiantiles en el que todos nos sentíamos compelidos a hacer nuestra parte. También entre nosotros, inmersos en las tareas políticas, estaban compañeros que, en su interior sentían germinar un involucramiento más decidido por el cambio social. Camaradas cuya vocación revolucionaria iba mucho más allá de las fronteras seguras de nuestro activismo. Estos compañeros, antes de decidir incorporarse a la guerrilla urbana, participaron conmigo en numerosas actividades políticas heredadas de la rebelión estudiantil del ‘68. Vivimos gratos momentos como parte del grupo “Chicano” de canción protesta que formamos en esa época. En esos linderos discutíamos y aprendíamos teoría revolucionaria en interminables discusiones grupales. Elaborábamos posters, mantas, volantes y pancartas; hacíamos pintas y pegas; manufacturábamos y distribuíamos periódicos y nos aventuramos en un sinfín de tareas, mientras más arriesgadas mejor; pero lo que nunca sospeché, ni tuve la más remota idea, fue que esos cercanos y queridos compañeros llegaran a ser integrantes de

un grupo guerrillero insurgente. ¿Combinaron su actividad estudiantil con la subversiva? ¿Estaban en el grupo guerrillero y en el nuestro? En aquellos días, además de otros compañeros, Tomás, Edna y Lourdes formaban parte de “Chicanos”. Aunque Tomás nunca fue un integrante formalmente hablando, siempre estaba a nuestro lado opinando en los ensayos, sugiriendo, apoyando, e incluso entrenando a compañeros en las técnicas del trabajo en artes gráficas, process, diseños en stencil, impresión en mimeógrafo, etcétera. Durante toda esa cotidiana convivencia jamás advertimos un sondeo o tuvimos una sugerencia o invitación velada de su parte para participar o apoyar el movimiento armado como método de lucha para cambiar la forma de gobierno. Cuando lo supe de cierto fue en la capital del país al encontrarme con Gustavo Gordillo en su casa de Coyoacán D. F. en calidad de refugiado por una orden de aprehensión girada en mi contra días antes en Monterrey. Se me buscaba como

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líder instigador del secuestro y quema de camiones urbanos en la plaza de Colegio Civil, punto neurálgico de toda actividad reivindicativa en la universidad. Esa amenaza me llevó a buscar el apoyo de los compañeros del Partido Mexicano del Proletariado, organización comunista que formó José Revueltas y a la cual me integré como militante. El caso es que el día 8 de noviembre de 1972 me dice Gustavo que vea una noticia en la televisión trasmitiéndose en vivo desde el Aeropuerto Internacional de Monterrey. Se trataba de un secuestro del avión de pasajeros Boeing 727 ejecutado por el grupo guerrillero “Liga de Comunistas Armados”, organización de la que jamás había escuchado hablar y vaya que era común la mención de los múltiples grupos que operaban en el movimiento guerrillero de la época. Fue durante la trasmisión donde reconocí unos nombres que me eran comunes: Tomás Okusono, Edna Ovalle y Lourdes Saucedo. Cómo no reconocerlos si eran participantes directos de nuestro grupo de música protesta, el cual actuaba en todo mitin, asamblea o paro obrero-popular-estudiantil donde era requerido. Cuando fueron apareciendo sus nombres en escena, en vivo y a nivel nacional, durante las largas horas que duraron las negociaciones gobierno-comando guerrillero, el asombro y la incredulidad me tenían el alma en vilo. Aun cuando nunca fui partidario o simpatizante de los movimientos guerrilleros que brotaban por todo el país (MAR, FUZ, CAP, L23S, FRAP, PP, etc.) esa acción reivindicatoria me causó una gran complacencia ya que, por una parte, me hizo olvidar la situación en que me encontraba y, por otra, veía cómo tenían doblegado al gobierno

federal, al ejército y al gobierno estatal ante una situación completamente fuera de lo común. El comando guerrillero que abordó inicialmente la nave compró sus boletos de viaje como cualquier pasajero. Era un miércoles 8 de noviembre de 1972, alrededor de las 9:30 de la mañana. Planearon en sólo dos días el secuestro, dada la premura en rescatar a sus demás compañeros que habían sido aprehendidos tres días antes. Curiosamente nunca antes se habían subido a un avión, motivo por el cual equivocadamente fueron primero al Aeropuerto del Norte, en Escobedo N.L., donde les informaron que los viajes nacionales salían del Aeropuerto Internacional “Mariano Escobedo”, en Apodaca N.L. Ahí abordaron junto a 110 pasajeros el vuelo 705 de Mexicana de Aviación de donde partieron con destino a la Cd. de México. A las 9:45 aproximadamente, ya sobre el cielo de Cd. Victoria, el capitán del vuelo Abel Quintana informa a la torre de control que regresaría al aeropuerto ya que unos hombres armados amenazaban con hacer volar el avión si no les eran concedidas sus exigencias. Al mando se encontraba Germán Segovia reivindicando la acción revolucionaria a nombre de la “Liga de Comunistas Armados”. Para cuando la aeronave aterriza y queda instalada en la pista ya se encontraba acordonado el aeropuerto por elementos de la policía judicial y el ejército, haciendo acto de presencia también periodistas y medios televisivos que iniciaron la noticia a nivel nacional. Conforme transcurrían los minutos para las negociaciones iniciales, los guerrilleros se fueron percatando poco a poco de que varios pasajeros eran gente importante y que estaban a bordo a su

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entera disposición, como si todo fuera parte de un plan perfecto. La lista la iniciaban dos hijos del gobernador en el estado, Licenciado Luis Marcelino Farías, a la que se agregaron dos funcionarios consulares de los Estados Unidos de América; también iban como pasajeros varios ejecutivos de alto nivel de la iniciativa privada regiomontana y concluía con funcionarios del PRI, como Graciano Bortoni, entre otros. Ante este apetecible menú consular-empresarial-político que les ponían en bandeja de plata, el comando guerrillero elaboró sus demandas: 1. liberación de cinco compañeros detenidos: Ángel Mejía, Lourdes Saucedo, Edna Ovalle, Reynaldo Sánchez y Tomás Okusono; 2. difundir en los medios de comunicación la localización de Tomás López y Porfirio Guajardo, compañeros prófugos para que abordaran el avión con ellos; 3. abastecimiento de suficiente armamento y municiones; 4. entrega de los 5 millones de pesos que la policía decomisó en la casa de seguridad donde fueron

aprehendidos; 5. reabastecimiento de combustible para viajar a Cuba, destino final de su asilo. Como dato patético y vergonzoso estuvo la devolución del dinero que sufrió un retardo inesperado: faltaban dos millones que no aparecían ya que la “autoridad” solo reportó tres millones de pesos. ¿Quién o quiénes tomaron ese dinero al momento de las aprehensiones? ¿Elementos de la policía judicial estatal? ¿Algún honesto director de la policía? Todavía es fecha que nadie supo o no quisieron saber quién se apropió indebidamente del faltante del dinero; pero lo que sí se supo y se vio a nivel nacional fueron los actos generosos de la organización subversiva. Los guerrilleros liberaron antes de viajar a Cuba a dos personas enfermas, la totalidad de ancianos y niños, incluidos los hijos del gobernador, y a todas las mujeres en general a excepción de una sola: María Emilia Mackey Velázquez, quien resultó ser la esposa del gobernador, a quien le dijeron amablemente que nada le pasaría a nadie, ni a

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ellos, mientras la primera dama de Nuevo León se encontrara a bordo. El gobierno dio total cumplimiento a todas y cada una de las demandas revolucionarias que plantearon los guerrilleros. Entre ellos mis tres compañeros estudiantes que entonces para mi asombro, del que no lograba reponerme, resultaron guerrilleros y que ya estaban prácticamente con un pie en la Cuba de Fidel y el Che, destino final de su exitosa acción. Con el tiempo llegué a enterarme que la Liga de Comunistas Armados no solo ejecutó el único y más espectacular secuestro de un avión en pleno vuelo en cielo mexicano, sino que también durante su actividad de guerrilla revolucionaria participaron en alrededor de doce acciones sin herir a ninguna persona ni soltar un solo disparo. Tras el secuestro del avión así lo declararon los pasajeros del Boeing 727: no hubo muertos, nadie resultó herido, no se golpeó a nadie, no se disparó un solo proyectil. La organización “Liga de Comunistas Armados” llegó a contar con el arsenal más numeroso que pudo poseer guerrilla alguna en México según cifras oficiales. En los archivos de la Dirección de Seguridad también estaban descritos como un grupo subversivo con una disciplina y formación casi militar, capaz de ejecutar con precisión múltiples asaltos expropiatorios sin reivindicar acción revolucionaria alguna como lo hacían los demás grupos guerrilleros. Sólo una vez disparó un proyectil y fue por error. Una bala perdida que hirió a Edna Ovalle a quien, en las gestiones para auxiliarla médicamente, se le capturó y torturó despiadadamente hasta dar con los demás integrantes del grupo rebelde. Aquel día de noviembre y una vez que partieron los guerrilleros rumbo a Cuba, después de 5 horas de negociaciones, me sentí algo nostálgico por encontrarme lejos de mi familia, de mis amigos y compañeros. Saber que tenía pendiente una orden de aprehensión y que no podía reintegrarme

a mi trajinar militante me recrudeció el deseo de volver a Monterrey. Este “gusto” me lo cumplió la Dirección Federal de Seguridad (Gobernación) varias semanas después al aprehender a más de 60 militantes del Partido Mexicano del Proletariado, de los cuales solamente yo tenía una orden para ser trasladado al penal de Nuevo León. Los demás compañeros detenidos fueron liberados posteriormente. En su mayoría eran estudiantes y maestros, y dada la masiva detención a todas luces ilegal, despertaron un sinnúmero de protestas al interior de la UNAM. Con el deseo ya cumplido de regresar a mi ciudad, ingresé al penal del estado acusado de ser el dirigente instigador del secuestro y quema de camiones urbanos en la plaza del Colegio Civil; este tipo de arrestos arbitrarios con delitos inventados era el arma de uso común que el gobierno utilizaba para descabezar al creciente movimiento universitario ansioso de espacios democráticos. Cabe aquí mencionar que durante el juicio penal que se me siguió, el sistema judicial no pudo demostrar el delito fabricado contra mi persona. Con estos antecedentes descritos, después de casi 50 años, sigue expuesta la herida sangrante

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otros más, a quienes después de sus declaraciones ministeriales los asesinaron sin que exista a la fecha una sola autoridad responsable. Los desaparecidos se cuentan por miles: padres, hermanos, amigos y vecinos arrancados de sus hogares para ser atormentados en una búsqueda frenética para que delataran a posibles opositores al régimen. La organización civil Eureka, dedicada a desenmascarar el terrorismo de Estado sigue exhibiendo día tras día los actos criminales de esa guerra sucia en que sin contemplación se involucró al ejército para reprimir a los mexicanos en esta negra etapa de nuestra historia.

que el Estado mexicano provocó al cerrar los espacios democráticos que exigía el estudiantado. La brutal y criminal represión en los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez cercenó toda opción conciliadora a la juventud. Sus mejores cuadros intelectuales en las universidades, maestros y alumnos, se vieron frustrados en sus intentos por un México mejor. Sin otra alternativa decidieron empeñar su vida por un ideal. Creyeron honestamente que el camino de la lucha armada era la vía para cambiar una forma de gobierno podrida hasta sus raíces y emprendieron una vida de riesgo constante. Las fuerzas represoras del Estado mexicano asesinaron a más de 1,500 jóvenes rebeldes en el país. A muchos los fueron asesinando después de ser capturados con vida como a Ignacio Olivares, Arturo Vives, Salvador Corral e Ignacio Salas, entre

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Héctor Carrizosa

L

A PINACOTECA DE Nuevo León, congruente con su vocación

de apoyar y difundir el trabajo de los grandes talentos de nuestra comunidad en el área plástica, realiza un merecido homenaje a uno de los artistas de más larga trayectoria profesional: Héctor Carrizosa. El maestro Carrizosa, hijo del pintor Manuel Carrizosa Velazco, nació en Monterrey, Nuevo León en 1943, y como él dice: “vine a este mundo para pintar”. Aprendió a dibujar con su padre y, un poco más tarde, trabajó al lado del gran maestro español Juan Eugenio Mignorance, quien se convirtió en su amigo, protector y cómplice de aventuras de creatividad. Cuando Mignorance falleció, heredó sus pinturas, pinceles, paleta y su amor incondicional por el arte. En 1976 decidió fundar y dirigir la Escuela Municipal de Arte. A principios de los ochenta, montó uno de los primeros talleres para realizar la difícil técnica de litografía en el Norte de nuestro país.

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Podemos embelesarnos con las figuras del Quijote que resultan una libre paráfrasis del tema literario. El Hidalgo es acompañado, algunas veces, por Sancho y Dulcinea; otras –en enormes formatos–, por un Rocinante desafiante como sus ideales de justicia, en quien se apoya en este mundo de hoy para retarlo. Además de las artes visuales, Héctor Carrizosa siente una gran pasión por la música, muestra de ello es la impactante colección de piezas en pequeño formato en las que aparecen imágenes de cada uno de los integrantes de una orquesta tocando instrumentos de viento, metales, cuerdas, percusiones o piano, dirigiendo o cantando; en las cuales captura la personalidad y la acción del músico en plena ejecución. Una importante serie de cuadros muestra los retratos de los artistas que más admira y de las personas que ama. Y para el cierre de la muestra dejé una prueba más de la sensibilidad no sólo de un artista, sino de un hombre que no soporta la ignominia, rechaza el abuso y la corrupción; en esta última área sus pinceles se convirtieron en un grito; la pieza que más estremece es de gran formato y está dedicada a hacer una denuncia del dolor de perder a un hijo, perderlo, sin ni siquiera saber si está muerto: Las madres de los muchachos asesinados en Ayotzinapa. Esta pieza está junto a otra imagen del dolor de una madre: un retrato de la Virgen María cargando entre sus brazos a su hijo muerto; cerca una mujer inmovilizada con la mirada perdida; un hombre impávido e inmóvil ante lo irremediable de la tolerancia a lo inaceptable.

La Musa 2017

* Este texto es una reproducción tomada de: Héctor Carrizosa. En el Camino del arte, publicado por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, en el año 2018.

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De la serie del Quijote, 2016

La diosa de la Medicina, 2011

GarcĂ­a Lorca, 2014

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E

N EL HABLA DE ROMA, mi

ciudad, la palabra faccia, “facha”, latín facies tiene una inmediata relación metafórica con la palabra “culo”: al tramposo que se escuda tras la inexpresividad se le dice: faccia de culo, que se endulza en faccetta de culetto frente al bambino rechoncho y simpático. Claro, así habla un plebeyo o quien quiere parecerlo, pero ¿quién no es alguna vez plebeyo en un país que tiene idioma oficial y dialectos (más de veinte) que se hablan en las relaciones íntimas o informales? Este eje cara-culo une sí, pero no permite mezclas. Reímos de y por muchas cosas, pero desde arriba o desde abajo. Tal vez el mecanismo sea el mismo, pero lo cierto es que se ríe por un sonido involuntario como por una ocurrencia inteligente. De ese tipo de inteligencia que se despierta en las volteretas lógicas de los hermanos Marx, de Allais y de Woody Allen, de lo absurdo en suma, no hablaré. Aquí pasaremos al lado del oro, para ir hacia la nigredo. Me limito a recordar que las dos comicidades conviven, dialécticamente, en las parejas de los clowns del circo, el Blanco y el Augusto, dos tipos opuestos y complementarios: uno altivo, precioso, moralista y el otro infantil, sucio, rebelde. El tipo del cómico “bajo” lo encontramos en profusión, terrenal, telúrico, como lo revela su contacto con lo obsceno, lo escatológico, lo grotesco. Lo que ahora llamamos comedia es la pálida descendencia de esos espectáculos llenos de obscenidades, palabrotas y flatus ventris que fueron las farsas griegas y romanas. Aristóteles, cuyas noticias sobre lo cómico son las más antiguas que tenemos, afirma que la comedia se origina de “los cantos de los que cargaban el Falo”, y que lleva en su mismo nombre el kómos, la exaltación que sigue al banquete dionisiaco, el nombre del cortejo en las Bacantes de Eurípides. Por algo los primeros actores de comedias, los flýakes, llevaban puesto un falo postizo, y las comedias de Aristófanes son muestras de pirotecnia natural.

La comedia que Aristóteles presenta en su Poética es la comedia ática, que no era la única forma de representación cómica griega. Como lo atestigua Ateneo de Naucratis (II-III siglo d. de C.), citando a Sosibio (III siglo a. de C) y a Semo de Delos (II siglo a. de C.) existía también una comedia dórica, representaciones de tipos y escenas chistosas ejecutadas por actores enmascarados. Tipos que tuvieron que pasar a la comedia ática, si la viejita borracha y desdentada que baila una danza báquica se encuentra también en Aristófanes. De todos modos, lo poco que Aristóteles nos dice en el primer libro de la Poética sobre la comedia, nos guía a un examen de los orígenes del género (éidos), que, según él, es uno de los seis géneros de la poética: la epopeya (epopoía), la tragedia (tragoidía), la comedia (comodía), el ditirambo (canto coral dionisiaco), la aulética y la citarística (música con palabras, acompañada por cuerdas o flauta), todas imitaciones (mímesis) de hombres en acción (práttontas). Estos géneros difieren relativamente a lo que imitan, a los medios con los cuales

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Lo que ahora llamamos COMEDIA es la pálida descendencia de esos espectáculos llenos de obscenidades, palabrotas y flatus ventris que fueron las farsas griegas y romanas. géneros, Aristóteles no tiene duda: épica y tragedia son géneros “más elevados y dignos que los demás” (1449 a). En suma: cómico, obsceno y escatológico son los bárbaros que esperamos para liberarnos de la sensatez, del buen gusto y de lo oportuno. Y para poder reír, entre otras cosas. Por esto los persigue la censura. Ahora bien, se puede censurar en muchas maneras. Una consiste en cancelar, cubrir, desaparecer. Otra, más liberal e hipócrita, en obligar a reglas una acción que consiste en la suspensión de las reglas. Como cuando la maestra dice a los niños: “diviértanse, pero no brinquen, no griten, no corran”. Aquí la sensibilidad del censor recuerda que lo cómico es también esto: gritar, alborotar, correr tumultuosamente. A cierto punto el cortejo que acompañaba la estatua del dios Falo se alborotaba y echaba a correr, cantando y mofándose de cuantos encontraba a su paso, “llevando los falóforos una visera de acanto, todos coronados de violas y hiedras”. Son estos tumultuosos estados de ánimo, lo que Platón quiere evitar en sus estados ideales. Otra censura es poner la comicidad al servicio de reglas filantrópicas, educativas, utilitarias. En este caso la maestra permite correr y brincar porque es bueno para la salud. El bien triunfa a expensas de lo cómico: al presentarse la escena lagrimosa con Chaplin o Tin Tan y la muchacha desamparada, ya no hay quien pueda reírse. Venganza de la mente burguesa, sentimental, higienista y humanitaria. ¿Qué ganamos al buscar la comicidad junto con lo escatológico y lo obsceno? Esencialmente la posibilidad de identificar lo que tienen en

imitan, y a la manera en que lo hacen. En cuanto a los medios, por ejemplo, se puede imitar con las formas y con los colores como con la palabra, con el ritmo, la armonía y la danza. Tanto Homero como el drama imitan utilizando palabras, pero Homero lo hace contando (contar: apanguelo: doy noticia, refiero) algo que no es presente, mientras que el drama (de dran, “acción” en dialecto dórico) imita presentando directamente a gente que actúa. Tenemos así, de un lado la imitación narrativa, la épica, y del otro la dramática, en la cual el narrador desaparece para dar lugar a los actores, y la representación, de directa, se hace indirecta. Ahora bien, estos hombres en acción pueden ser buenos o malos: la tragedia representa los buenos, la comedia, los malos, y esta dicotomía moral pasa también entre los poetas, los creadores, porque la primera es obra de poetas de alma noble, la segunda de gente grosera: “los más nobles representaban acciones y personajes nobles, los más corrientes representaban acciones de gente baja”. En origen, los poetas de ánimo noble componían himnos y cantos épicos, y los otros invectivas y parodias en metro yámbico, el metro del Margites, parodia del género épico que Aristóteles atribuye a Homero y cuyo nombre se hace remontar al verbo iambízein, “insultar”. La comedia, en sustancia, nacería del desarrollo de dos géneros que consisten en deformaciones, la deformación física de la parodia y la moral de la invectiva. Por esto Aristóteles afirma que “el Margites es para la comedia lo que la Iliada y la Odisea son para la tragedia” (1148 b) y define lo ridículo (geloion) “un defecto y una fealdad falta de dolor y daño”, cuyo ejemplo es “una máscara fea y torcida, pero sin dolor”. Sobre el valor de los

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Se ríe por el contraste repentino, pero también cuando el contraste es aparente. Se ríe y algo se descubre. Cuando la sátira castigat ridendo las convenciones sociales, no lo hace con intención moralista, el ejercicio de la sátira es divertido en sí mismo, el premio está en la acción misma. Con la erupción de un flatus ventris, lo escatológico nombra a su manera la verdad de la materia, el destino final de todo arte culinario y esfuerzo vital. Es la peste de la realidad ofuscando los inciensos de la abstracción. El pedo sonoro, usado como comentario, en Aristófanes o en Fellini, llega a tener dignidad de argumento. Se trata de mostrar las secretas razones del otro, pero reduciendo, rebajando, humillando, bajo el supuesto de mostrar lo que realmente es. A partir de esta revelación el nombre de las cosas cambia. En el submundo se habla así, así se entienden los diablos de Dante: común. Que es el develamiento: la exhibición de genitales, un chiste y un sonido no ceremonial son especies del develamiento. Muestran cosas escondidas y que además es bueno esconder. Y las muestran de manera súbita y explícita, sin rodeos ni tapujos. A esta revelación se responde con emoción. De repente el infierno de las bajas entrañas proyecta llamas y azufres en el cielo celestial de la razón y la moral. Se perciben equilibrios restablecidos: contra un discurso pomposo o una cursilería empalagosa, un pedo esgrima excelentes argumentos. Es el concretismo que reacciona al exceso de estilización. Pero ahora cabe notar las diferencias. Lo obsceno y lo escatológico no necesariamente hacen reír. Sólo cuando lo hacen pasan a ser cómicos. Lo que los distingue es el tipo de reacción emotiva que provocan. Lo obsceno puede provocar deseo o repugnancia, la misma repugnancia, teñida de atracción, que provoca lo escatológico. Lo cómico hace reír. De esto se trata, de reír. Lo cómico es la develación que provoca la risa.

ma prima avea ciascun la lingua stretta coi denti verso lor duca, per cenno ed elli avea del cul fatto trombetta (Inferno, XXI, 137–139) pero ya cada uno se había apretado la lengua [con los dientes mostrándola a su duque, como una señal y éste había del culo hecho trompeta Habla con el cuerpo esa parte del alma que, como dice Aristóteles, no obedece a la razón, y habla de profundis. Su verdad es un materialismo negativo, el hombre ya no es lo que come, sino lo que caga. Estamos al otro extremo del proceso generativo, al de la destrucción, la nigredo de los alquimistas. El crepitus, una parodia del spiritus con el cual, sin embargo, nos podemos defender del pánico, controlar el miedo: es apotropaico. Por esto Agnolino Gaddi (en Cellini, Vita) escarmienta así a los diablos en el Coliseo: Il ditto Agnolo... fece una strombazzata di corregie... la qual potette molto piú che la zaffetica: “ese Agnolo… hizo un concierto

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de esto se trata,

REÍR. Lo CÓMICO de

es la develación que

PROVOCA la RISA.

versiones del amor y del cuerpo, y también dos relativas literaturas, la cortés y la realista. Ahora que lo obsceno se asoma desde el arte alto, se hace menos visible, al hacerse aceptable. Pero lo paga caro. Los putas de Kirchner o los cuerpos borrosos de Bacon apenas rozan obscenidad, más una obscenidad que nunca ha pasado por las manos del placer. Huelen a sábanas sucias. El coito puede ser casto, casi nunca lo son la masturbación y la exhibición. Esta contamina lo escatológico con lo obsceno, cuando lo exhibido es el anus, con toda su carga destructiva. A pesar de sus modales rudos, la exhibición es social, necesita del otro, para ser. La masturbación, en cambio, tiene más relación con la conciencia lunar, con los espejos. Por su familiaridad con lo imaginario, activa lo obsceno, en la fantasía, con imágenes mórbidas, como los arcanos negros del arte renacentista de la memoria. Por todo esto, obsceno y escatológico son sagrados a Pan, cuyo estilo de pensamiento, el concretismo, consiste en violar la conciencia etérea. Pan es el dios del estupro. Lo cómico también es un estupro, de

de truenos… que pudo mucho más que la peste.” Todo crecimiento tiene su abono, y todo abono tiene noble origen. El optimismo de Gargantúa se manifiesta en la clara y directa relación entre la comida y su resultado final, como ha de ser en un universo bien construido, que no conoce la angustia de la entropía. Aquí, donde Rabelais no ríe en contra de las cosas, su mundo está justificado ya antes de la risa. Ésta es como un acompañamiento leve, una espuma espiritual que no emborracha. Lo cómico es más frecuente cuando Rabelais condena, y desde el fondo llega el eco del rencor de una razón ofendida. Lo obsceno parece ser la parodia de las idealizaciones que el amor hace del cuerpo. Lo que revela es el peso del cuerpo. A la gracia schilleriana de los movimientos despreocupados opone la fatiga del deseo, en sus imágenes siempre hay algo de afán y de urgencia, la pena de una carne que está más acá de la belleza, en el territorio indefinido del deseo. Es como si revelara el constante conato que todo amor es, y que esconde a sí mismo. Tiempos fóbicos como la edad media, tienen dos

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alguna inflación, por ejemplo: al pinchar la pompa del Poder, éste se queda desnudo, y hace reír. Que la verdad se encuentre en tan mala compañía no sorprende: sólo a los esclavos se les puede hacer libres. La verdad no es lo evidente, es lo escondido que de repente se hace visible. Fuera de su epifanía, vivimos en un mundo segurísimo, pero basado en la mentira, ese tipo de mentira que es una verdad consueta. Esto porque las cosas se retiran, no son, cuando esperamos que sean de tal o cual manera. Dejan de ser en el momento en que dejamos de verlas, para sustituirlas con esquemas mentales. Vuelven a ser solamente cuando nos sorprenden, cuando algo llega a penetrar nuestra escasa atención, esa pereza que siempre ve lo mismo y no ve nada. Lo cómico es uno de los medios que las cosas usan para imponerse a la atención. Una estrategia de la realidad para no ser olvidada. Uno de los aspectos de lo cómico es la continua transformación del pavor en risa. Muchas de sus situaciones nacen dentro de catástrofes toreadas en una feliz inconsciencia. Ves a Harold Lloyd colgando de una manecilla de reloj, en el vacío, y sabes que no se caerá, y si lo hará no se hará daño, y sigues riéndote. Más allá de la gravedad y la muerte, alguien contempla con asombro feliz cómo las tenazas de la Necesidad se mueven en vano; ve cómo el mundo quisiera, pero no puede, triturarlo todo. La verdad cómica se toca con mano en esa paradoja que es el carnaval, donde uno, al enmascararse, se revela. En este sentido el carnaval es Apocalipsis: revelación. Bachtin llama carnavalización ese don que tiene Mishkin, el príncipe Idiota de Dostoievskij, de disolver las ficciones, de revelar la verdad de cada persona. Y así es: el carnaval es un apocalipsis periódico. No el último y único, apenas un momento en la rueda de un mundo sin redención. Pero un momento que retorna, lo que más se aproxima a lo eterno. Entre

la repentina percepción de una incongruencia entre lo abstracto y lo intuitivo

-SCHOPENHAUER

nuestra verdadera tarea no es tanto la de determinar la

naturaleza de lo cómico, sino la de

aclarar las relaciones entre argucia y comicidad

-FREUD

los dos ciclos el orden se recompone, vuelven las máscaras sociales. Lo cómico se hace parásito de la historia, para defenderse de sus efusiones. Como la propaganda intenta atraparlo y usarlo, lo cómico se esfuma, porque no se puede reír conservando al mismo tiempo las certezas, siendo la fuerza y el tamaño de la risa directamente proporcional a la carga, ahora inútil, de la cual libera. Resultado: o la sátira es total, radical, o no es. En las sombras, lo cómico de todos modos sigue reproduciéndose. Stalin y Mussolini, que despreciaban a los coristas de su misma propaganda, se reían de los chistes de la vox populi. Según Schopenhauer se ríe por “la repentina percepción de una incongruencia entre lo abstracto y lo intuitivo”, por la victoria de lo intuitivo “natural” que “satisface inmediatamente la voluntad”. El esfuerzo de pensar es penoso, la risa es la liberación de esta pena.

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Freud, cuya teoría sobre lo cómico se parece a ésta, primero se declara fuera de juego: “nuestra verdadera tarea no es tanto la de determinar la naturaleza de lo cómico, sino la de aclarar las relaciones entre argucia y comicidad”, pero luego da una explicación dinámica y económica: reímos “por un ahorro de inhibición”, porque “un gasto que habitualmente hacemos para inhibir algo… pierde su utilidad y se descarga por medio de la risa”. Cómico es el efecto de este gasto placentero. Los dos, Schopenhauer y Freud, ven la risa como momentáneo abandono de obligaciones que nunca suscribimos y que sentimos como una pesada carga social. Pero permiten también ver que el retorno al caos sólo es aparente, porque la risa acompaña la percepción de una relación, una proximidad entre cosas, aunque sea por contraste. La risa es el festejo que hacemos a un orden, a una correspondencia entre ideas, hechos, situaciones, cuya visión sana una vieja herida. Ve un

orden que salva y lo ve donde menos era de esperarse. El primer orden restaurado se encuentra en nosotros: reír es gozoso, físico, y acompaña el placer intelectual del descubrimiento. Es una fiesta de los sentidos y de la razón. Como chispazos, como fuerzas esclavas fugitivas y alborotadas, en Atenas corrían al culto de Dionisos esclavos y mujeres. Lo que lo cómico revelaba era el secreto social mejor custodiado y universalmente conocido: que la civilización se basa sobre la represión de los instintos, y que estos son de natura erótica o agresiva. En Hesíodo, en Tucídides, en Freud, es una constatación reforzada por experiencias y pesimismos milenarios. Lo que cuenta no es ver o no la fiera, sino cómo verla. Aquí es donde lo cómico puede reafirmar su relación con lo trágico: el llanto y la risa como situaciones extremas, pequeños éxtasis, destellos de lo indiferenciado. En ambos, la conciencia se da con todo el cuerpo.

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Falstaff es más que un personaje cómico, es la actitud cómica frente a la vida, lo cómico como manera de ser. Su simple presencia impide que cualquier situación sea otra cosa que cómica. Hasta lo trágico se esfuma, como cuando aparece frente al cadáver aún caliente de Hotspur. Habla, y se lucen todas las volteretas del pensamiento gozoso: humor, ironía, absurdo. El gordo Falstaff tiene la suprema ligereza del clown, que trasforma en fuentes de placer todos los posibles reveses. Hasta los reveses fatales, seguro: él es un sexagenario “muy avanzado” en su juventud: We, that are in the vaward of our youth... Un tipo así tenía que ser censurado o castigado, de alguna manera. Las alegres comadres de Windsor, donde se le reduce a hazmerreír de damas, es la sofisticada censura parida del seno de una reina virgen. Al identificar la risa con la dépense, con el gasto derrochador, Bataille ha revelado la fuerza anti-dialéctica de lo cómico, su resistencia al orden, a cualquier orden. Se ríe en oposición, y en un mundo pacificado positivo-racional no habría porque reír, ni de qué. Se ríe desde el dolor y la imperfección. La risa del niño de Nietzsche no viene de lo cómico, viene de más allá del dolor. Lo cómico, en cambio, está más acá del dolor, es su parásito, vive de él, y se resiste, con optimismo secreto, al Optimismo Oficial, aumentando así la entropía de cualquier sistema. De aquí su secreta relación con la muerte: una risa inmensa acabaría con el mundo.

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PARA J. A.

E

N UNA AGRADABLE y soleada

tarde de verano en la que tenía 16 años de edad y un gusto por ver y conocer el cine, el buen cine, iba a ocurrir ¡por fin! la exhibición de una película de un cineasta al que conocía sólo por las lecturas de escritos, críticas, que llegaban de la Ciudad de México. Ese día, asistí a una función popular, que ocurría los jueves y viernes en el cine Rodríguez, ubicado sobre la calle Juárez, muy cerca de la plaza del Colegio Civil, cobrándose un precio mínimo y donde se exhibían tres películas europeas. Mi memoria ha olvidado por completo las otras dos películas de la función, pero sí tengo muy presente que el filme que tanto deseaba ver se proyectó en única función a las 6 pm. La cinta se titulaba en el original sueco Kvinnors väntan, que significa La espera de las mujeres; aquí se tituló, acertadamente, por cierto, Secretos de mujeres. De esta suerte vi por vez primera un filme del director de cine y teatro llamado Ingmar Bergman, que dirigía y escribía películas desde 1944 y, que en 1955, fue reconocido como un auténtico artista cuando presentó, en el Festival de Cannes, su refinada y elegante tragicomedia Sonrisas de una noche de verano, que conocí años más tarde en el cineclub del Aula Magna de la Universidad de Nuevo León. Secretos de mujeres, me hizo saber que Bergman adoraba a las mujeres y aquí, en una comedia dramática de episodios, varias damas que se hallaban solas esperando a sus maridos en una casa de verano, donde una de ellas, la acompañaba una joven soltera que se refería a un novio que tenía y las otras tres, se aburrían un poco; una propuso que contarán el secreto más íntimo de sus vidas y Bergman, el guionista con un profundo sentido de lo dramático y lo cómico —esto último no era tan frecuente en él— contó tres historias de mujeres casadas que mostraban —entonces yo no

Ingmar Bergman

lo sabía— la enorme cultura literaria del cineasta y las influencias de las obras de August Strindberg y del noruego Hendrik Ibsen. Los espectadores del cine Rodríguez, simplemente gozaron una insólita combinación del dramatismo que casi acababa en forma trágica con la comedia tan irónica como inesperada de esta película, que sin duda, era la primera de Bergman en muchos años que llegaba a Monterrey. Ojalá que esta obra se exhiba dentro del homenaje que la Cineteca piensa y anuncia realizarle. La primera historia era la de la mujer que engaña a su marido por vez primera, y única. Tras arrepentirse de lo hecho, le confiesa al esposo lo que hizo y el asunto que casi acaba en melodrama tiene una resolución creíble y aceptable. Aquí vi por vez primera en la pantalla a la actriz Anita Bjork, famosa mundialmente por su papel en La señorita Julia, según la tragedia de Strindberg, pero todo esto, lo fui sabiendo con el tiempo en un cineclub local. El segundo episodio, que fue mi favorito, era protagonizado por la muy atractiva y excelente actriz de ojos y cabello negro Maj-Britt Nilsson, que actuó en varios filmes de Bergman en los años 40 y 50. Aquí, una joven sueca se hallaba en París

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“BERGMAN, retrataba en forma admirable las relaciones de

AMOR

y

ODIO

entre los hombres y las mujeres...”

Ingmar Bergman

completo, presenciaba el trabajo cinematográfico de un auténtico artista. Por ello me volví un admirador absoluto de él, a lo que he visto casi toda su obra fílmica. El tercer episodio era protagonizado por la bella Elva Dhalbeck y un actor a quién veía en la pantalla por vez primera: Gunnar Björnstrand, que siguió siendo actor de Bergman hasta su muerte y que se hizo famoso mundialmente por su papel de escudero del caballero en la obra maestra tan conocida: El séptimo sello. La mujer contaba que la historia, más que intimista, era ridícula y describía cómo en una noche ya tarde, la pareja volvía de una fiesta elegante y se veían aburridos y cansados al entrar al elevador para llegar a donde vivían. El elevador, de repente, se detenía al ir subiendo; ellos se sorprendían, alarmaban y se calmaban, sabiendo que el vigilante se daría pronto cuenta del caso. Entonces, solos y aislados, empezaban a hacer algo que tenían olvidado: comunicarse entre ellos, pues él, por sus negocios, estaba alejado de ella. Él le preguntó qué hacía mientras estaba ausente y ella lo dejó atónito al decirle que se la pasaba muy bien con sus amantes ya que estaba muy sola. Ella le daba detalles y estaba desconcertado en extremo y le pedía perdón por tenerla tan olvidada. Riéndose muy divertida, ella le aclaraba

acompañada por un norteamericano tan reprimido como tonto. Al ver las imágenes de los dos en un cabaret parisino, la presencia de bailarinas con muy poca ropa me hizo saber lo que era el erotismo. En este sitio, lleno de música y movimiento, la joven quería divertirse, pero su compañero no; ella descubría el coqueteo discreto, elegante y muy seguro que le lanzaba un joven apuesto — un actor sueco favorito de Bergman durante esos años— y resultaba luego que ambos se alojaban en el mismo piso de un hotel; él realizaba un cortejo en silencio que luego acompañaba con una guitarra y su voz. La secuencia, además de erótica y elegante, era poética; entonces comprendí muchas frases sobre Bergman que había leído y supe que tenían razón. En la escena ella estaba en su cuarto cuando tocaban a la puerta, al abrirla sólo estaba una copa de vino en el suelo y ella comprendía el mensaje. Sentada en el piso, con la puerta entreabierta, ella veía en el pasillo la puerta del cuarto de él, que también estaba entreabierta; él, en el suelo, se puso a tocar la guitarra y a cantarle, en sueco, una canción de amor. Aunque no había subtítulos, el público adivinaba las palabras que escuchaba mientras la sala guardaba un silencio absoluto al percibir la belleza de lo que estaba viendo y oyendo, y yo, fascinado por

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que todo era mentira y se la pasaba sola, a lo que él, aliviado, comenzaba a desearla fuertemente y ambos decidían, quitándose alguna ropa, hacer el amor allí encerrados. Todo iba muy bien, hasta que el ascensor comenzó a funcionar y los dos, asustados, comenzaron a vestirse de nuevo y el público de la sala estaba riendo con gusto. Los dos entraban a la casa, para continuar, pero al sonar el teléfono, él contestaba y oía que su presencia era necesitada con urgencia y claro, el deber se imponía al placer; se disculpaba con ella y ésta, se quedaba como antes, sola y frustrada. Con este episodio del filme, Bergman comprendió que también podía hacer comedias. La cinta concluía con la llegada de los tres maridos, que eran recibidos con gusto por ellas, pero la joven no casada y de la cual hubo muy poca historia, decidía irse de allí con su novio mientras las tres parejas iban a continuar la batalla por la vida en común. Bergman retrataba en forma admirable las relaciones de amor y odio entre los hombres y las mujeres.Esto lo hizo en poco más de cuarenta obras que desde Hets-Tormento y Kris- Crisis en 1944, enriqueció como pocos el arte cinematográfico y como a mí, me hizo amar más al buen cine. Por esto y su centenario le he rendido ahora este tributo.

o sello

El séptim

Índice de ilustración Pág. 42 Evers Joost / Anefo (Octubre 1966) Fotografía tomada de https://commons.wikimedia.org/ wiki/File:Ingmar-Bergman-1966-uncropped.jpg Pág. 43 Pérez Quiñones, Ricardo / Esculpiendo el Tiempo Blog (2018) Fotografía tomada por http:// johannes-esculpiendoeltiempo.blogspot.com Pág. 44 Sebastián (2018) Fotografía tomada de https://cineuniversitariodeluruguay.org.uy Pág. 45 Pérez Quiñones, Ricardo / Esculpiendo el Tiempo Blog (2018) Fotografía tomada por http:// johannes-esculpiendoeltiempo.blogspot.com Pág. 45 Roberto, Celuloide con alma Blog (Junio 2018) Fotografía tomada de https://celuloideconalma.wordpress.com/2018/06/30/kvinnors-vantan-ingmar-bergman-1952/

Secreto

s de mu

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jeres


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É

rase una vez

una ciudad llena de montañas, con un río que la cruzaba, arroyos y ojos de agua; una ciudad llena de árboles, de construcciones de tierra con tiros de chimeneas y patios con naranjos, nogales y granadas. Quien lea lo anterior podría imaginar esa descripción para lugares fantásticos del centro y sur del país, porque suena a ensueño. Pero la ciudad que describo está justo en el noreste de México: Monterrey. Conste que no me lo invento: en los archivos históricos están las crónicas antiguas de la ciudad, hay todavía registros fotográficos de lo dicho y basta con preguntar a nuestros padres o abuelos y nos contarán de una ciudad perdida, que ahora se encuentra ahogada prácticamente en cemento. Con todo y que la modernidad, que a todos nos alcanza, ha cambiado drásticamente la cara de la ciudad, existen varias maneras de conocer y reconocer el Monterrey que existía antes de nosotros (y no precisamente con el DeLorean). Llegamos entonces al punto del que les vengo a platicar: el patrimonio arquitectónico de mi pueblo. “¿Qué?”, me dirán ustedes. “¿Patrimonio arquitectónico en Monterrey?” Y la respuesta es: ansina mero. Y no, no hablaré por millonésima vez del Obispado o de la Catedral, porque la ciudad está repleta de inmuebles con un alto valor histórico (o artístico, si queremos apegarnos a la Ley de Monumentos) de los que vale la pena hablar. Pero entremos en materia. El pasado 21 de marzo fueron demolidas dos propiedades contiguas en el centro de la ciudad (en la calle Diego de Montemayor entre Ruperto Martínez y Aramberri). Una de ellas, muy probablemente del siglo XIX, por sus características estilísticas ligadas a la arquitectura norestense: muros de sillares de caliche, cubiertas de terrado, dominando en la forma el macizo sobre el vano. La otra, de mediados de

la década de los cuarenta del siglo pasado, con formas orgánicas y rasgos de un Art Noveau tardío; esta construcción estaba elaborada con ladrillos de milpa (arcillas cocidas), con un domo de cristales de colores y ventanales completos. Ambas casas estaban íntegras. Semanas atrás se había “corrido el rumor” que tirarían dichas construcciones (abandonadas por años), para hacer una clínica. En diferentes grupos de Facebook se pedía ayuda para detener lo que parecía inminente, pero poco se podía hacer siendo propiedad privada. Quien les escribe hizo incluso un video con motivo de la quinta edición del Día del Patrimonio de Nuevo León para subirlo al Facebook de Restãurika, empresa en la que trabajo en la conservación, restauración y difusión del patrimonio cultural, sobre todo, del noreste. El lunes 21 de marzo, por la mañana, el ruido de la retroexcavadora sonó fuerte. La demolición

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cos unos ladrillos? Que tiren todo”). Por suerte eran los menos. Muchos más se sentían desolados ya que una de las construcciones, la de los años cuarenta, era la casa de sus sueños: “Solía pasar a ahí a diario sólo para verla”. “Siempre imaginé que ahí vivían duendes, desde niña”. “Soñaba con un día comprarla y vivir ahí”. “Era la casa de mis sueños y ahora, esos sueños son polvo”. “Pero si tenía un gran potencial, ¿cómo la tiraron?”. Estos fueron algunos de los cientos de comentarios lamentando dicha destrucción. Cuando el INAH llegó a parar la obra (por cierto, sin contar con autorizaciones del Instituto para alguna demolición), los trabajadores tenían una hoja de Protección Civil en donde “recomendaban” la demolición inmediata de las casonas por estar en mal estado. Sin embargo, algunos ciudadanos subieron fotografías recientes del interior y exterior de las propiedades a las redes sociales: las construcciones no tenían un solo rastro de posible colapso, estaban en perfectas condiciones; sucias, sí, pero incluso con mobiliario de la década de los cincuenta en su interior. Nadie corría riesgo alguno.

había comenzado. Cerca de las cuatro de la tarde, después de una denuncia ciudadana, el personal que labora en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, delegación Nuevo León, se enteró de las demoliciones y fueron a detener las obras. El daño ya estaba hecho. Cerca del 60 por ciento de la construcción del siglo XX estaba desecha, y habían demolido un 40 por ciento del inmueble de tierra del siglo XIX. A la par de los trabajadores del INAH llegó prensa a cubrir el hecho. Habían demolido, pero paraban las obras. Día 22 de marzo. Sellos de clausura por parte del Instituto, construcciones hechas polvo y una nota en el periódico El Norte: “Detienen demolición de casonas antiguas.” En el artículo hay más de 50 comentarios, algo realmente insólito para una nota del ámbito cultural en Monterrey, y en Facebook llegamos a contar más de mil reacciones en distintos foros: algunas personas pedían que se demoliera todo lo viejo y abandonado y se diera paso a la modernidad (“Eso es patrimonio, pero de los dueños, que ya las tiren, eran un peligro”. “Estaban todas abandonadas y sucias”. “¿Históri-

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de si corresponde al INAH o de si corresponde al INBA. Mejor debemos de hablar de la permanencia de los sistemas constructivos tradicionales de esta región y, sobre todo, entenderlos, pues son herencia de nuestros antepasados, quienes estuvieron aquí antes que nosotros y supieron comprender un contexto complicado al cual le sacaron todo el provecho posible. Esta arquitectura nos recuerda una forma de vivir más amigable con el medio ambiente y también un pasado que se nos está yendo como agua. Los inmuebles son documentos; si sabemos leerlos nos contarán la maravillosa historia de la ciudad que habitamos.

¿Qué pasó entonces? ¿Por qué Protección Civil dio una carta “autorizando” demoliciones sin un dictamen preliminar avalado por arquitectos restauradores o estructuristas que conozcan de los sistemas tradicionales? ¿Quién autorizó qué? ¿Cuáles son los nombres de los dueños? ¿En dónde estaba el Municipio de Monterrey y por qué no fue a parar la obra? ¿Después de la demolición existirá algún castigo ejemplar por parte de la federación para quien demolió? No tenemos respuestas aún para ninguna de las preguntas que desde aquí formulamos. Sin embargo, hay algo muy rescatable en esta crónica de demoliciones: la acción y movilización ciudadana. Años atrás, la demolición de bienes inmuebles de estas características no hubiera sido motivo de discusión o asombro. Hoy, con todo y haber perdido muchísimo del patrimonio arquitectónico, en este caso de los regiomontanos, ellos mismos son los que dicen: ya basta. Cabe recordar otro caso muy movido en las redes sociales, en donde también por una denuncia ciudadana, el INAH se enteró que estaban demoliendo una casona de su catálogo. Es hora de ser conscientes de todo el patrimonio perdido, pero también de no permanecer pasivos, sino de observar, conservar, proteger y, sobre todo, usar la arquitectura que ya estaba aquí. Bien valdría la pena reconfigurar la producción de inmuebles patrimoniales en Monterrey, ciudad donde existen muchos ejemplos de arquitectura de tierra (léase sillar de caliche o adobes, o de ladrillo de milpa con cubiertas como el terrado, de vigas y láminas), y dejar de hablar de fechas,

Posdata: Mientras termino de escribir, sucedió algo histórico en Nuevo León. Se ha aprobado la propuesta de un fideicomiso para la conservación del patrimonio cultural del estado, gracias a Carmen Junco, quien fuera presidenta del Consejo Para la Cultura y las Artes de Nuevo León (Conarte), una de las personas más comprometidas en el ámbito de la conservación y rescate del patrimonio. * Este texto es una reproducción tomada de: Velázquez, S. (2018). Leer la ciudad, en La zona sucia Sitio web: https:// www.lazonasucia.com/leer-la-ciudad/

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L

iteratura y ciudad:

una relación intensa que cobra fuerza a medida que ambas crecen y se desarrollan. La ciudad se transforma, no sólo como el escenario o el tema de obras de diverso género, sino como el espacio donde se concreta la escritura. A su vez, la literatura encuentra en la urbe el sitio idóneo para profundizar en los asuntos de su importancia: la experiencia humana, sus contradicciones; en suma: su complejidad. En el caso de Monterrey, el tardío arribo de la imprenta y la postergada creación de escuelas profesionales de corte liberal, “retrasaron” el desarrollo de las letras. Las primeras manifestaciones artísticas estaban vinculadas con el contexto político y social. La literatura era el vehículo para expresar ideas y proyectos políticos de corte liberal. La vida literaria, ese repertorio de conductas públicas vinculadas con la manufactura y consumo de obras impresas, ha sido desde entonces una actividad casi clandestina en la urbe regiomontana. Escritores, editores, lectores: cofradía que sobrevive a la adversidad y a los periódicos embates de la industrialización y el pragmatismo de la era actual. Sabemos de algunos autores y tenemos noticia de obras pretéritas, pero casi nada sabemos de la manera en que vivían los escritores: ¿cómo se enfrentaban a la cotidianeidad? “No toleran los gremios citadinos / tu oficio de escriba…”, reza un verso de Guillermo Meléndez. Hay algunas leyendas o recuerdos que nos permiten intuirlo: como la de la “moral disipada” de Felipe Guerra Castro o el divagar noctámbulo de Pedro Garfias: entre el fragor de las fábricas, las avenidas congestionadas y el calor o el frío intensos, los creadores nadan a contracorriente para dotar de densidad poética al espacio urbano y hacerlo un lugar más habitable.

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Los artistas transitan por las estrechas calles del centro de la ciudad y le otorgan su propio sentido. Unos experimentan su imparable transformación, otros la marginalidad que dichos procesos modernizadores llevan consigo: “No le temo a los perros que me saludan / en el fondo de la noche / como niños hambrientos de luna, / con aullidos de alucinante sombra / y viento extraviado en las esquinas…”, le canta Samuel Noyola a la otrora elegante y ahora decadente Calzada Madero. En la estela poética de estos artistas errabundos podemos ubicar la obra de Jorge Cantú de la Garza (Monterrey 1937; Monterrey, 1998). Poeta de profundos registros prosaicos y a la vez líricos, de intensos ritmos urbanos e imágenes móviles y vertiginosas. Desde la aparición de El desertor en 1959, Cantú de la Garza fue elaborando su voz poética a contracorriente de las buenas conciencias regiomontanas. El poema “De vida irregular”, escrito en los últimos años de su vida, lo define de manera nítida: No fuimos personas comunes y corrientes. / Durante muchos años tuvimos / diecinueve años. / Propensos a la disidencia y el / escándalo / ejercimos el desdén hasta la / indiferencia. / Hoy, maduros, ya, mas nunca viejos, / seguimos siendo gente rara.” Muy pronto, Cantú de la Garza buscó la concreción de su vocación en la ciudad de México, donde fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Fiel a su conducta heterodoxa, regresó a la ciudad para abrir espacios de enunciación. En los años ochenta creó el ahora mítico suplemento cultural Aquí vamos del periódico El Porvenir, y el Centro de Escritores de Nuevo León, que continúa vigente. El breve ensayo que presentamos, “Adiós a todo esto”, fue escrito en 1983, cuando se llevaban a cabo las labores de construcción de la Macroplaza en el centro de Monterrey. El viejo centro de la ciudad fue destruido para dar paso a otro “nuevo fragrante” proceso de modernización. La

ciudad se destruía para volver a construirse, tal como había venido haciéndolo a lo largo de casi un siglo (y aquí aparecen, en vertiginoso desfile de imágenes, las demoliciones del templo de San Francisco, del antiguo Hospital González, de la Penitenciaría, y de un largo y nostálgico etcétera). Una cruel ironía ha hecho de la sensación de pérdida urbana una tradición para las diversas generaciones de regiomontanos: todos tenemos un Monterrey que se ha perdido entre el escombro.

Adiós a todo esto1

Jorge Cantú de la Garza

Adiós a todo esto es el título del libro autobiográfico del poeta inglés Robert Graves. Lo tomo para este in memoriam porque me parece el más adecuado y no habría

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podido imaginar uno mejor, ya que no tengo más remedio que decir adiós a todo esto, a todo ese centro de Monterrey donde viví parte de mi juventud y donde ocurrieron algunas de las cosas más notables de mi vida. Pienso que como yo me siento ahora —como nos sentimos muchos regiomontanos ante la ruina de lo que fue parte de nuestro mundo— deben haberse sentido los habitantes de las ciudades europeas devastadas durante la Segunda Guerra Mundial. Tal vez por esta tendencia a la permanencia los polacos reconstruyeron el centro de Varsovia tal como fue antes de su total destrucción. Debo confesar que me conmovió hasta las lágrimas la fotografía que publicó el domingo pasado el suplemento dominical “El Volantín” en sus páginas centrales: el interior del cine “Elizondo” en ruinas poco antes de su destrucción total. Pienso que los “remodeladores” (de alguna manera hay que llamarlos) de ciudades debieran pensar que una ciudad es algo orgánico, vivo, palpitante, que forma parte de la vida de sus habitantes, y que mutilarla equivale a mutilarnos a todos un poco. Tal vez esto sea demasiado pedir cuando todo se hace en “aras del progreso”. Adiós, pues, a todo eso. Adiós al cine “Elizondo”, oscura cueva de las maravillas donde tantas caricias tuvieron lugar, donde tantas lágrimas se derramaron y en cuyo tercer piso besé por primera vez a una niña de dieciséis años. Adiós al local de Matamoros y Zuazua y Doctor Coss donde estudié el primer año de preparatoria y donde conocí a Manuel Morales, profesor de filosofía y prefecto de escuela, quien una tarde me invitaría un café a “La Miniatura”, al lado del cine “Rex” hoy cine “Olimpia”, para

que yo leyera ahí “El retorno maléfico”, de López Velarde que él me iba iluminando con sabiduría, pasión y “una íntima tristeza reaccionaria”. Adiós al regreso por esas mismas calles cuando yo, después de la revelación del poeta zacatecano, ya no era el mismo que una hora antes ni lo volvería a ser jamás. Adiós al bar donde una noche de 1957 —acababa de morir Pedro Infante— me fue presentado mi amigo de toda la vida, Andrés Huerta. Compañero en el aprendizaje de la poesía y del riesgo. Adiós también a la cantina de Doctor Coss y Quince de Mayo donde Poncho Reyes y yo culminamos una borrachera presidida por Manuel José Othón y en la que hablamos de astronautas que serían poetas y de un mundo mejor que nosotros íbamos a construir sabiendo que si nosotros no cambiábamos algo cambiaría. Adiós a Sears, donde también tomábamos café y visitábamos a Andrés Huertas, que trabajaba en el departamento de pollitos. Adiós a esa otra casa de la calle de Zaragoza donde una noche de verano fui feliz con alguien que jamás leerá estás líneas. Adiós al “Fornos” donde Arturo Cantú y yo creímos descifrar la clave de la poesía una noche en que, como pocas veces, llovía a cántaros. Aún ahora, cuando todavía se puede circular por calles que pronto no existirán, recuerdo a Bernardo Flores Flores, a José Rodolfo Puente, a César Garza Hernández o a Nervilo Salazar, caminando y discutiendo siempre éste o aquel tema. Adiós. Nunca más, nunca más. Adiós. Adiós.

Bibliografía Texto tomado de Una ciudad para vivir. Variaciones sobre un mismo tema, compilación, prólogo y notas de Alfonso Rangel Guerra, Monterrey: Fondo Editorial Nuevo León, 1991, pp. 239-241. 1

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A

TRAVÉS DE ESTE género musical,

la lírica popular refleja la evolución en el trato a los mexicanos en Estados Unidos. Investigadores y musicólogos de ambos países han hecho una amplia recopilación y análisis de estos temas. De hecho se plantea la hipótesis de que el corrido —a mediados del siglo XIX— tuvo su génesis en Estados Unidos, entre la población mexicana. El corrido fronterizo maneja los temas tradicionales de sucesos que conmueven a la población. Los referentes a los méxico-norteamericanos y la migración son muy abundantes, revisaremos algunos ejemplos, aclarando que aunque contienen algunos elementos verídicos, no deben considerarse como fuentes históricas, solo testimoniales. Las primeras canciones plasman la situación de los connacionales que quedaron en territorio cercenado, a raíz de los Tratados de Guadalupe Hidalgo, en 1848. En este ciclo destacan dos personajes, a ambos extremos de la frontera: Joaquín Murrieta, El Patrio, sonorense que trabajaba como gambusino en California. Los norteamericanos asesinaron a su hermano y a su esposa, se convirtió en asaltante de camino real, hasta su captura y muerte por los norteamericanos en 1853. Una copla de su corrido dice: “Yo no soy americano/ pero le entiendo al inglés/ Yo lo aprendí con mi hermano/al derecho y al revés/A cualquier americano/ lo hago temblar a mis pies”. Las hazañas y mitos de Murrieta se han recreado en historietas, radionovelas y películas. Con los Tratados de Guadalupe Hidalgo, las propiedades de la familia de Juan Nepomuceno Cortinas, El Chino, nacido en Tamaulipas en 1824, quedaron divididas por el río Bravo, vivió a ambos lados de la frontera. Luego de intentos fallidos de participar en la política de Texas, organizó en 1859 un destacamento militar para combatir las atrocidades que cometían los norteamericanos contra la población de origen mexicano.

Joaquín, the Mountain Robber 1848

Posteriormente hizo carrera militar y política en nuestro país y ocupó la gubernatura de Tamaulipas. Adquirió gran renombre por sus hazañas. Su corrido, uno de los más antiguos, lo ensalza: “Ese general Cortinas es muy libre y soberano/ han subido sus honores/ porque salvó un mexicano”. El folclorista Óscar Chávez compuso otro tema alusivo a este personaje, una de sus coplas dice: “Rinches de la madriguera/decían Juan Cortinas se roban la frontera”. Estos corridos primitivos reclaman la inequidad de los Tratados de Guadalupe Hidalgo y la discriminación que se desató. Pero los mexicanos enfrentan a los americanos de igual a igual, en algunos hasta se mofan de ellos, como en el corrido de Kiansas Kansas (1860-1870): “Quinientos novillos eran/ todos grandes y livianos/ y entre treinta americanos/ no los podían embalar. Esos cinco mexicanos/ al momento los echaron/ y los treinta americanos/ se quedaron azorados”. En algunos casos es el reclamo para ser tratados legalmente como norteamericanos, es el caso del méxico texano Gregorio Cortés. En un altercado por defender a su hermano mató a un alguacil en 1901,

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Unos hablan del transporte del contrabando hasta la frontera: “Con destino a Matamoros salieron muy de mañana/ y traían un cargamento de purita mariguana. Venían en su camioneta una camioneta azul/ todos venían procedentes desde Tuxpan Veracruz” (La Camioneta Azul). Otros del traslado ya en territorio gringo “Llegaron a San Antonio sin ninguna novedad/ y se fueron derechito a la calle Navidad. Dos mil ochocientos pesos les pagó don Nicanor/ y le entregaron la carga/ eso sí de la mejor” (Carga Blanca). La migración de mexicanos hacia la Unión Americana no fue numerosa en el siglo XIX. Tal vez en la etapa más cruenta de la Revolución Mexicana escaparon de manera temporal, como refugiados de guerra. La frontera aún era permeable y no implicaba gran dificultad el cruce. En el siglo XX el desplazamiento de la población rural se dio a ciudades que iban en crecimiento: México, Guadalajara, Monterrey, entre las más importantes; iniciaba el cambio de perfil rural a urbano de nuestro país. La migración de forma masiva a Estados Unidos se presentó con el programa binacional de braceros 1942-1964, para utilizar la mano de obra mexicana en la agricultura, por temporadas, durante la Segunda Guerra Mundial y la de Corea. El programa facilitó el desplazamiento a poblaciones muy al norte de la Unión Americana. Los requisitos mínimos para enrolarse propiciaban que hasta los varones de las grandes ciudades se inscribían. El trabajo era extenuante, pero los salarios mucho más altos que en nuestro país. Al concluir su permiso de estancia, miles de braceros buscaron la residencia definitiva o la nacionalidad norteamericana. La migración temporal legal de braceros propició la ilegal, aprovechando que la frontera aún seguía porosa. Los contrabandistas encontraron una nueva mercancía, la humana, sobre todo con

Eulalio González “Piporro”

escapó de ellos en una intrépida persecución a caballo por todo Texas. “Decía Gregorio Cortés/ con su pistola en la mano/ no corran rinches cobardes/ con un solo mexicano”. Se entregó cuando supo que tenían en prisión a sus familiares. La Ley Seca 1920-1932, y la prohibición de elaborar bebidas alcohólicas en la Unión Americana, generó una buena cantidad de corridos con los contrabandistas mexicanos, los “tequileros” o “bulegas”, (bottle glas), que incursionaban en territorio norteamericano. “Salieron desde Guerrero (Tamaulipas), con tequila y anisado/ el rumbo que estos llevaban/ era San Diego mentado. Si los rinches fueran hombres/ y sus caras asomaran/ también a los tequileros/ otro gallo les cantara”. Fue la época de los “pateros” que cruzaban el río Bravo, en embarcaciones rústicas y ligeras hechas de jarilla: los “patos”. Con la derogación de la Ley Seca en 1932, los contrabandistas mexicanos dejaron el tráfico de bebidas alcohólicas introduciendo drogas, en principio mariguana y cocaína. Persiste este trasiego en nuestro siglo, generando infinidad de corridos.

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de sus ideales/ Nosotros lo que pedimos/ es tener un buen contrato/ pa que se haga la unión/ y no trabajen barato” (La Cárcel de Río Grande). Al considerar el gobierno norteamericano la frontera como cuestión de seguridad nacional, se endureció su vigilancia. Por un lado se utilizó tecnología militar de avanzada para detectar los cruces clandestinos, y las redadas de la Migra en los centros laborales en pos de indocumentados, se hizo más feroz. En las postrimerías del siglo XX los Tigres del Norte se convirtieron en los principales difusores de estos temas, la canción más conocida es La Jaula de Oro. “De que me sirve el dinero/ si estoy como prisionero/ dentro de esta gran prisión./ Cuando me acuerdo hasta lloro/ y aunque la jaula sea de oro/ no deja de ser prisión”. La temática más recurrente en los últimos tiempos es el cruce de la frontera, por rutas inhóspitas, que se convirtió en un desafío a muerte. Otro tema que tomó protagonismo en los corridos fue el flujo de emigrantes originarios de Centro América, uno de los más emblemáticos fue Mojado tres veces, grabada en 1988: “Son tres fronteras las que tuve que cruzar/ por tres países anduve

gente que venía del centro de la república, buscando cruzar la frontera. Fue la época de los polleros. Esta situación quedó plasmada en canciones como La Balada del Bracero, de Rubén Méndez, grabada en la ciudad de México en 1953 “Cuando yo me fui pal norte me pelé por California yo no tenía cartilla ni pasaporte/ y ninguna palanca en emigración/ pero me pelé con resolución… ¡Ay qué triste es la vida/ qué triste vida la del bracero/ ay, cuánta decepción cuánta desolación”. Chulas Fronteras, tema grabado por Lalo González, Piporro, en 1957, da una visión menos dramática: “Antes iba al otro lado escondido de la gente pues pasaba de mojado/ ahora tengo mis papeles estoy dentro de la ley/ tomo whisky o la tequila hasta en medio del highway”. Piporro incluye un diálogo cómico entre el oficial americano, ingenuo, y el norteño pícaro. Por otro frente surgen, en la segunda mitad del siglo XX, corridos que testimonian la lucha de los trabajadores agrícolas por mejorar las condiciones laborales. En México no fueron muy populares, pero sí en la Unión Americana. “La cárcel de Río Grande/ de acero son sus barandales/ encierran a los huelguistas por causa

Grupo musical, Los Tigres del Norte

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indocumentado/ tres veces tuve que arriesgar/ por eso dicen que soy tres veces mojado”. Alude a al cruce de Honduras, Guatemala y México. Este repaso a grosso modo, por el folclore musical de la frontera méxicoamericana, muestra que, a más de siglo y medio de la firma de los Tratados de Guadalupe Hidalgo de 1848, persiste la discriminación contra la gente de origen mexicano, por parte de los sajones. En parte por la idea de superioridad racial, pero también por recelo. Los emigrantes de latitudes lejanas llegan a la Unión Americana con su bagaje de patrimonio intangible, historia y tradiciones. Muchos migrantes mexicanos consideran la frontera como territorio suyo. Guardan en su imaginario la injusta pérdida del siglo XIX. Como reza el corrido de Joaquín Murrieta: “De México es California/ porque Dios así lo quiso”. Tal vez a eso se deba el recelo mutuo, una cicatriz que parece no cerrar.

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E

sindical; la combativa maestra Lucilda Pérez Salazar nos acompañaba en aquella lucha. Se hizo buena campaña, pero la desilusión llegó el día de la elección cuando fuimos derrotados en toda la línea por los “charros”, a tal punto que no logramos obtener ni la totalidad de los votos de los integrantes de nuestra planilla, pues dos de ellos “chaquetearon”. En 1974, se abrió el Colegio de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL donde se impartiría la Licenciatura en Historia; en la primera generación nos inscribimos catorce alumnos y finalizamos la carrera cuatro. Luego llegaron otros compañeros, entre ellos José Reséndiz Balderas, lo cual nos extrañó, pues sabíamos que en la Escuela Normal Superior del Estado había estudiado la especialidad de Matemáticas. Pronto se incorporó Pepe a la actividad académica y a la vuelta de unos semestres ya era el profesor auxiliar de la materia de Historia de América, impartida por el talentoso investigador de origen argentino Mario Ítalo Cerutti Pignat, de allí le aplicamos el apodo de El Che, y dado que el grupo político donde me movía tenía el control de la Escuela Normal Superior, sabedor de su valía, lo invitamos a impartir cátedra en dicha institución. Pepe se sumergió con vigor en las actividades académicas tanto de la Facultad de Filosofía, como de la Normal Superior; la actividad sindical no le fue ajena, pronto llegó a ser el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Escuela Normal Superior (STENSE). Desplegó su acción en la Facultad de Filosofía ocupando diversos cargos sindicales y administrativos hasta llegar a la dirección de la misma, donde dejó profunda huella en los seis años al mando del timón de nuestro glorioso plantel. Después cubrió con dinamismo, entrega y pasión la dirección de nuestro querido Centro

staba por finalizar

la década de los setenta, del siglo XX, cuando los avatares magisteriales nos llevaron al municipio de Guadalupe, N. L., donde junto con otros compañeros fundamos la Secundaria Número 11 que llevó por nombre “Congreso de Chilpancingo”; el pujante y voraz crecimiento de Monterrey se enseñoreaba de aquellos lares, sin embargo, muchas de las nuevas colonias no tenían calles pavimentadas y llegábamos a las instituciones educativas sorteando grandes charcos y verdaderas ciénagas, donde el lodo y aguas putrefactas se mezclaban con desechos de todo tipo. El trajín sindical del magisterio estatal era dominado por el charrismo oficial y un puñado de disidentes dábamos los combates en contra del hegemónico grupo sindical, que bajo la sombra del profesor Ernesto Tijerina Cantú, controlaba la Sección 50 del SNTE. Fue en esas lides donde conocí y traté a José Reséndiz Balderas, cuando encabezó la planilla de la izquierda con el propósito de ganar la delegación

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de Información de Historia Regional, cuya sede es la hermosa Hacienda de San Pedro en General Zuazua, N. L. Las actividades realizadas por El Che fueron muchas, destacaron la organización de los dos congresos internacionales de Historia, publicación de diversos libros, ciclos sobre crónica, educación, conferencias, grabación de programas de corte histórico para la televisión universitaria, en fin, una amplia gama de acciones en pro de la historia y cultura norestense. En su vertiente como investigador, Reséndiz hizo notables aportaciones a la bibliografía histórica regional, asentadas en artículos, ponencias y libros sobre historia del noreste mexicano. La historia de vida de José Reséndiz Balderas fue una lección de tenacidad, esfuerzo, dedicación y disciplina: de aquel niño que caminaba varios

kilómetros para llegar a la escuela primaria en el agreste semidesierto del sur nuevoleonés, a llegar a ser una figura señera del magisterio y de nuestra Universidad, nos muestra la incomparable enseñanza de vencer todos los obstáculos y conseguir los más caros anhelos. José Reséndiz Balderas, Pepe, El Che pasó en la última etapa de su vida por trances difíciles en cuestión de salud; en el año de 2011, gracias a su determinación, coraje, entereza y el gran apoyo y auxilio de su esposa la doctora Mireya Sandoval Aspront salió adelante de esa dura prueba. Estas mismas cualidades y el sostén de su compañera le permitieron luchar hasta el último de sus días. El Che se ha ido, su presencia física ya no estará con nosotros, pero nos queda su obra y su magnífico paradigma de vida. ¡Hasta siempre José Reséndiz Balderas! ¡Hasta siempre Che!

F acultad de F ilosofía y L etras de la U niversidad A utónoma de

Ciudad Universitaria, 2018

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N uevo L eón


REHILETE P epe -H illo ‘ C ierr a

s u li b r o ’

Monterrey debe a Castillo mucho de su erudición; pues trabajó y dio brillo en libros y en edición.

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la autonomía universitaria . esquirlas y resonancias

de un antiguo y siempre joven canto alado1.

G uillermo L ozano F lores

L

os ecos de la autonomía,

de fundir palabra por los derechos de todos a la libertad, a la educación, se imprimen en nuestra historia –la de Occidente– desde La Revolución Francesa. Ecos que se volverían principios estadistas con los estatutos independentistas de las colonias americanas; pero, desde 1918, en Córdoba (Argentina), con El Manifiesto Liminar, fueron los estudiantes quienes encendieron la punta de aquella ala libertaria. Al ser regulada por el Estado –Obligación del Estado–, el vuelo de la autonomía se ha visto siempre minado por intereses políticos. A nuestros días, y en México, por intereses transnacionales y neoliberales; por la exclusión de un bienestar permanente, por itaria” s r e iv n u ejemplo, para los maestros, con la llamada autonomía libro “La l e d a d ta “Reforma Educativa”, impuesta por el goPor bierno de Enrique Peña Nieto. Con sus aristas muy particulares, en la oposición a dicha reforma que aún sostienen los maestros del sur del país, resuenan los ecos que en su momento contra el pragmatismo manifestaron los otrora prominentes intelectuales de El Ateneo de la Juventud; pero aún más, las ideas de lucha que emanaron del socialismo de principios del siglo XX, la Revolución Cubana y, en México, con el pensamiento de Justo Sierra, por tratarse de ideas que favorecían a la clase trabajadora. A vuelo de lucha, junto a la clase trabajadora y los maestros, los estudiantes han sido combatientes; como en caída de Ícaro a picada que, no pocas veces, ha revestido el aire de sangre y desapariciones forzadas. La autonomía de la UNAM, fue logro de esta lucha estudiantil; cosa que ocurrió, no sin

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fuertes pugnas ideológicas, balaceras y despidos, también en la Universidad Autónoma de Nuevo León entre los años setentas y ochentas del siglo XX ya que: Los estudiantes tenían una militancia vinculada a diversas organizaciones partidarias y de otra índole, lo cual era satanizado por el PRI y otros grupos conservadores, que no veían hacia su interior también como un ámbito militante. Era una forma de descalificar e intentar destruir a la oposición dentro de la universidad. (Op. Cit:7)

Sorprende que, a pesar de las pugnas ideológicas que devienen en conflictos de poder, aquel socialismo que tanto atacaron los gobiernos conservadores fue base de pluralidad para la fundación de universidades tan importantes como El Tecnológico de Massachucetts, en Estados Unidos, e, incluso, El Tecnológico de Monterrey, en el estado de Nuevo León; aunque, como acierta el filósofo y catedrático universitario Miguel de La Torre Gamboa, hayamos pasado Del humanismo a la competitividad. Fuera de las tecnológicas, la de Nuevo León es, a nuestros días, la universidad pública más cara del país; lo cual es un despropósito hacia sus mismos fundamentos ya que es cada vez menos para todos. Gran número de estudiantes sólo pueden acceder a La Máxima Casa de Estudios regiomontana, como becarios. Esto sin mencionar que peligran las becas para los trabajadores mismos y sus hijos, y la explosión a nivel nacional de universidades privadas2. Dicho lo cual, la autonomía perece seguir lejos de ser un canto alado para mayorías por insertarse desde siempre en relación al poder político que le antecede; y los estudiantes, o mejor dicho, el dinero que los padres invierten en la educación de sus hijos, un factor necesario para el logro de tales pretensiones que alcanzan cada vez menos jóvenes. Bibliografía De la Torre Gamboa, Miguel (2004) Del humanismo a la competitividad. México: UNAM; UANL Nuncio, Abraham(¿) (cord). La autonomía universitaria. Realidad y posibilidades. México: UANL Disertación basada en el libro La autonomía universitaria. Realidad y posibilidades. Abraham Nuncio (cord). UANL 2018. 2 El texto homónimo fue resultado de la tesis doctoral del mencionado catedrático. En él, ya adelantaba la ahora tan sonada “Visión por competencias”, que utiliza la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto. El libro “Del humanismo a la competitividad: El sistema educativo neoliberal”, fue publicado por La Universidad Autónoma de Nuevo León en 2004 y presenta un estudio de cómo es que la UANL y El Tecnológico de Monterrey cambian sus paradigmas educativos basados en el humanismo ilustrado por influencia del neoliberalismo económico contemporáneo; esto a pesar de que el modelo neoliberal devino en fracaso para lograr una educación más plural al intentar estandarizar la exigencia hacia el orden “mundial” –es decir, americanizado– en la educación. 1

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m e m o ri a l d e

tlatelolco Rosario Castellanos La oscuridad engendra la violencia y la violencia pide oscuridad para cuajar el crimen. Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche Para que nadie viera la mano que empuñaba El arma, sino sólo su efecto de relámpago. ¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata? ¿Quiénes los que agonizan, los que mueren? ¿Los que huyen sin zapatos? ¿Los que van a caer al pozo de una cárcel? ¿Los que se pudren en el hospital? ¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto? ¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie. La plaza amaneció barrida; los periódicos dieron como noticia principal el estado del tiempo. Y en la televisión, en el radio, en el cine no hubo ningún cambio de programa, ningún anuncio intercalado ni un minuto de silencio en el banquete. (Pues prosiguió el banquete.) No busques lo que no hay: huellas, cadáveres que todo se le ha dado como ofrenda a una diosa, a la Devoradora de Excrementos1. No hurgues en los archivos pues nada consta en actas. Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria. Duele, luego es verdad. Sangre con sangre y si la llamo mía traiciono a todos. Recuerdo, recordamos. Ésta es nuestra manera de ayudar a que amanezca sobre tantas conciencias mancilladas, sobre un texto iracundo sobre una reja abierta, sobre el rostro amparado tras la máscara. Recuerdo, recordamos hasta que la justicia se siente entre nosotros.

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