Revista Vuelo N°5-6

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VUELO

REVISTA UNIVERSITARIA DE CULTURA Monterrey [mayo-agosto, 2017]

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Índice Monterrey, México /

mayo-agosto de

2017 /

números

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Editorial, 2

Sociedad y crítica:

La masacre empresarial contra obreros rojos / Raymundo Hernández Alvarado, 3 Enganchados a las pantallas digitales / Cris Villarreal Navarro, 13 Del tiempo y la política... / Abel Moreno López, 19 Oficio de tinieblas: Conocer el cine, conocer el mundo / Nazario Sepúlveda E., 22 Jeanne Moreau, 26 Arturo Cantú: oscuros adoradores de la palabra / Humberto Salazar, 27 Dos poemas / Arturo Cantú, 30 Fotografías / Francisco Barragán Codina, 32 Fábula del hombre oscuro / Gabriel Contreras, 35 Las mujeres de Ignacio Ortiz / Alfonso Reyes Martínez, 37 Ignacio Ortiz en mi recuerdo / Gerardo Cantú, 38 Pedro Garfias, 42 Palabras en luz. (Fotografías de Pedro Valtierra) / Hernando Garza, 44 José Villagrán García: teórico de la arquitectura modernista mexicana / Álvaro Chapa González, 47 El pasado presente: Biblioteca “José Alvarado” de la Facultad de Filosofía y Letras / J. G. Martínez, 49 Pueblo de Indios de Nuestra Señora de San Juan del Carrizal de la Nueva Tlaxcala, en el Valle de las Salinas / Meynardo Vázquez Esquivel, 55 Ni dada la quiero / Armando Hugo Ortiz Guerrero, 63 Primera edición: Abel Sánchez, de Miguel de Unamuno / José Roberto Mendirichaga, 66 Documentalia: Escrito al Gobernador del Estado de Nuevo León a favor de Opus 102, 68 Manifiesto de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti, intersexual y queer (LGBTTTIQ) del Estado de Nuevo León en relación a la provocación del llamado”autobús de la libertad”, el 13 de julio pasado en Monterrey, 69 Dibujos en páginas interiores / Ignacio Ortiz.

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UELO. REVISTA UNIVERSITARIA DE CULTURA, año 1, Núms. 5-6, mayo-agosto de 2017, es una publicación editada por Carlos Ruiz Cabrera y Alfonso Reyes Martínez. Calle Modesto Arreola 711, Col. Centro, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64000, Tel. (81) 8358 9109, redacción@vuelocultura.mx. Editor responsable: Carlos Ruiz Cabrera. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo N° (en trámite), ISSN: (en trámite), ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX N° (en trámite). Impresa por Ala Imprenta, 5 de mayo 494 pte., Col. Centro, Monterrey, Nuevo León, este número se terminó de imprimir el 15 de septiembre de 2017 con un tiraje de 1 000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de los editores de la publicación.


Editorial

QUIENES ASUMEN el compromiso social y luchan por lo mejor de los anhelos humanos de redención y justicia, alcanzan la condición de combatientes. Algunos han combatido y combaten con la palabra, otros con la pluma y unos más con las armas, según sus ideas y condiciones históricas. Cierto, unos combaten para mantener el status y sus privilegios, otros con el fin de avanzar hacia realidades sociales más justas. En nuestros días es preciso combatir para poder resistir activamente el embate de los poderosos –política, económica y socialmente– dispuestos a apoderarse de todo, inclusive de nuestra ya de por sí acotada libertad y de nuestras conciencias.

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Sociedad y crĂ­tica

La masacre empresarial de 1936 contra obreros rojos Raymundo HernĂĄndez Alvarado


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N EL MONTERREY DE 1936 el empresariado regiomontano observa nervioso la alianza de un movimiento obrero con el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas del Río y teme que lleguen a contaminarse los sindicatos “blancos” manejados por los patrones, “los cuales no tenían necesidad de llegar a la confrontación ni a la huelga como lo hacían los “rojos”. En esta etapa se afianzan las estructuras posrevolucionarias, aparecen movimientos progresistas y reformas legales. Surge el comunismo mexicano luego de la Gran Depresión de 1930 y la crisis del capitalismo; hay una mejoría de la economía y el PIB y la tierra sigue en poder de los hacendados. El PNR –antecedente del PRI– se acaba de formar y su creador Plutarco Elías Calles es expulsado del país por Lázaro Cárdenas. Surge la CTM. Bajo esta atmósfera es como se da la primera confrontación abierta del siglo XX entre los empresarios locales y la política de masas del presidente de la República, quien por su lado advierte del riesgo de lucha armada. Los capitalistas se van al paro técnico. A la serie de declaraciones y descréditos entre la clase alta y el ejecutivo vendrían meses de turbulencia que hacen crisis el 29 de julio de ese 1936, en que luego de una manifestación de asalariados en el centro de Monterrey, éstos son agredidos a balazos por la propia mano de los capitanes de empresa, quienes los acusaban de ser comunistas revoltosos. Esta balacera provoca la muerte de cuatro manifestantes y heridas a más de 30 compañeros suyos, en un hecho que viene a sentar precedente en la historia criminal de Nuevo León.

En febrero de ese año ya se había registrado la huelga de Vidriera Monterrey, que marca el inicio del encono entre trabajadores, patrones y gobierno. Los obreros de esa empresa demandaban un nuevo contrato colectivo de trabajo y los capitalistas acusaban a la Junta de Conciliación y Arbitraje y al gobierno, de apoyar a los paristas. Los empresarios eran acusados a su vez de manipular a los sindicatos blancos, como parte de una maniobra que desarticulaba el movimiento obrero y convertía en marionetas a sus dóciles trabajadores. Y desde el punto de vista legal es considerado como uno de los casos judiciales penales más controversiales por haber participado miles de antagonistas, por haber detenido a más de 500 agresores sin que haya sido posible determinar quiénes dispararon. Más aún porque en las nueve armas encontradas a los empresarios se dictaminó que tenían más de un año de no haber sido disparadas.

‘Blancos’ y ‘rojos’ disputan contrato, luego se unen Todo inicia el 1 de febrero de 1936 –a dos años de iniciado el gobierno de Cárdenas–. Los obreros ‘rojos’ de Vidriera Monterrey paralizan la planta reclamando el contrato colectivo de trabajo. Disputan el convenio con los ‘blancos’ patronales, luego se fusionan y estallan la huelga. En respuesta, los patrones solidarios de otras empresas promueven “paros técnicos” en las diversas factorías atribuyendo a los comunistas el desorden. Manipulan a sus sindicatos pro empresariales y marchan por miles en protesta. Emplazan al gobierno federal a que defina su

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manifestación a fin de que defina la situación y diga si es abiertamente comunista o es respetuoso de la ley”, según la Historia Documentada de la CTM, 1936-1937 (México, 1981, p. 50).

Clase media 15%; pobres 84%; ricos, “un puñado” Para 1934 la economía nacional empieza a recuperarse después de la Gran Crisis de 1929-1932, pero seguía siendo mandada por un puñado de ricos, un 15 por ciento de clase media y un 84 por ciento de pobres, señala Luis González en Los artífices del cardenismo, vol. 14 de Historia de la Revolución Mexicana 1934-1940. El modelo es capitalista pero con una mayor participación del estado en la economía. En el campo, la tierra productiva es poseída por más de 13 mil hacendados con el control de más del 83% de las áreas ricas. Los ejidatarios beneficiados por la reforma agraria posterior a 1915 sólo eran 668 mil y poseían el 8.3 por ciento de la tierra y el resto –menos del 9%– por pequeños y medianos dueños. Cárdenas reparte más de 20 millones de hectáreas y recibe la crítica del Papa Pío X. En un documento sobre Historia de la Vidriera Monterrey, uno de sus principales accionistas, Roberto Garza Sada indica que ésta es fundada en 1902, dirigida por su padre Isaac Garza y en 1909 disfruta del régimen de exención de impuestos. Mientras, a nivel nacional estaba en expansión el proyecto de creación del Comité Nacional de Defensa Proletaria para aglutinar a la clase obrera en su conjunto, con su antecedente, la Confederación Sindical Unitaria. “Pero fue ese conflicto –el de Vidriera Monterrey– que el enfrentamiento entre los empresarios nacionales y la administración cardenista llegó a su punto más alto”, escriben por su lado Samuel León e Ignacio Marván en su obra En el cardenismo 1934-1940, México, UNAM- Siglo XXI, p. 74.

posición política y apoye a los empresarios. Lázaro Cárdenas viene a Monterrey el 8 de febrero y expone la conveniencia de resolver los conflictos en forma tripartita, además de sugerir la creación de una central obrera única. Dice que es necesario que las empresas no intervengan en la organización de los obreros como ocurría. Luego de estas declaraciones presidenciales, la Vidriera accede a las demandas de sus empleados y para el 24 de ese mes nace a nivel nacional la Confederación de Trabajadores de México. “Los empresarios de Nuevo León dijeron ser víctimas de una conspiración comunista ante la cual el gobierno no les otorgaba garantía alguna para defender sus intereses. Para ellos eran tan comunistas Cárdenas como la CTM, pero también les molestaba la política agraria y la creciente politización campesina”, refiere Carlos Tello en su libro Estado y desarrollo económico en México 1920-2006, (México, UNAM, 2007). A raíz de la huelga de Vidriera, la Junta Patronal, por conducto de Antonio Rodríguez, gerente de la Cámara de Comercio declara: “Estos actos nos dan a entender que el gobierno pretende llevar a cabo una política contraria a los intereses de Monterrey por lo cual organizamos la

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alguna, violento, carente de todo don de gentes e incapaz, por lo mismo de entender de problemas de altura, dice el cronista orgánico del Grupo Monterrey (José P. Saldaña)”, refiere por su lado Abraham Nuncio Limón, en su obra El Grupo Monterrey, (México, Nueva Imagen, 1982, p.74). El gobernador del estado lo es el cardenista Gregorio Morales Sánchez, quien acusa a los empresarios de hacer una tormenta en un vaso de agua, por lo que estos dejan de invertir y alzados amenazan con más, creando el 22 de febrero la Acción Cívica Nacionalista en la entidad, para oponerse a la agrupación proletaria y sindical. Gregorio agudiza las cosas al declarar que quiso incorporar la educación socialista a la enseñanza pública, así como de iniciar actos de gobierno para lograr que los sindicatos blancos se independizaran verdaderamente de los patrones. Todo se le complica y renuncia el 1 de mayo de 1936. El gobernador Morales es sustituido por el militar Anacleto Guerrero Guajardo, quien entrando destituye a varios funcionarios de la administración estatal y al alcalde regiomontano Heriberto Montemayor, por haberse enfrentado a los empresarios en la lucha por el control de sindicatos, indica por su lado el texto Los Gobernantes de Nuevo León, en su p. 228.

Añade que la declaración patronal de Monterrey por boca de Antonio Rodríguez es un acuerdo de paro empresarial para derrocar a Morales Sánchez, gobernador de Nuevo León, por favorecer a los sindicatos rojos a través de la Junta de Conciliación, a pesar de tener Vidriera ya celebrado un contrato colectivo de trabajo con un sindicato blanco hasta 1937. Para el historiador Israel Cavazos, “entre 1934 y 1936 no hubo menos de un centenar de huelgas y paros”, señala en el capítulo El Noreste: Nuevo León, en la obra colectiva Visión histórica de la Frontera Norte, (Mexicali, UABC, V. 5, p. 145) y agrega que la crisis laboral luego da lugar a la formación de las centrales obreras Federación de Trabajadores de Nuevo León (roja) y la Federación Nacional de Sindicatos Independientes (blanca).

‘Tata’ se reúne aquí con obreros y empresarios Ante la polarización del conflicto, el 7 de febrero de ese 1936 Lázaro Cárdenas viene a Monterrey a una manifestación de 18 mil trabajadores en apoyo a su gobierno. Al término de la marcha se reúne con todas las organizaciones obreras regias, entre estas los Sindicatos Independientes, la FROC y CGT. Les reitera a los dirigentes de todos los colores que su gobierno no tendrá preferencia por alguna central obrera. Al final, los dirigentes Valentín Campa y Juan Téllez invitan a todas las agrupaciones a participar en el próximo Congreso de Unificación Proletaria, lo cual daría origen en ese mismo 1936 a la CTM. Cuatro días después de reunirse con los obreros, Lázaro Cárdenas se junta con los empresarios regios a quienes da a conocer una serie de precisiones que suenan a regaño y advertencia. Los patrones se oponen a que los sindicatos de sus empresas hagan ronda con los rojos. “Considerábamos que se trataba de un generalón afortunado (Cárdenas), sin preparación

Acción Cívica Nacionalista, precursora del PAN Acción Cívica Nacionalista fue creada por los empresarios para crear conciencia cívica del combate al comunismo y fue considerada por los opositores como “nido de reaccionarios”. Duró menos de un año, pero logró reunir a miles entre sus filas, precisa por su lado Andrés Montemayor Hernández en su obra Historia de Monterrey. Acción Cívica Nacionalista es considerada como una de las ramas incipientes de lo que conformaría tres años después, en 1939, la fundación del Partido Acción Nacional, de orientación derechista.

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Fernando Benitez en su libro Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana III, (México, F. C. E., 1978, p. 192).

La llegada de Anacleto Guerrero al gobierno nuevoleonés marca una confusa corriente, pues siendo cardenista se da a la tarea de atacar a los que consideraba agitadores comunistas. Clausura la Escuela de Cooperativismo “y desocupa a los profesores de ideas radicales, entre ellos los doctores Mateo A. Sáenz y Angel Martínez”, dice Montemayor. En una nota local publicada por El Porvenir (Monterrey, lunes 27 de junio de 1936, p. 5) se informa que miembros de Acción Cívica Nacionalista que se reúnen en el Parque Cuauhtémoc el sábado a las 9 de la noche. Dice la nota: “Miles de asistentes produjeron verdaderas tempestades de aplausos a cada uno de los oradores que abordaron la tribuna”. ACN formaba parte de la reacción “anti cardenista o decididamente fascista” que surge de 1935 al 38, formada entre otros por los Camisas Doradas, La Confederación de la Clase Media, Liga de la Defensa Mercantil, El Comité Nacional Pro-Raza, La Unión de Comerciantes Mexicanos, Juventud Nacionalista Mexicana y Partido Cívico de la Clase Media”, entre otros. “Estaban encabezados por la Confederación Patronal de la República Mexicana, cuyos ingresos venían de Monterrey, de las compañías petroleras y de Europa”, consigna por su parte

“Esto nos llevará a una lucha armada”: advierte a patrones Cárdenas se ve obligado a expedir lo que se ha dado en llamar los 14 puntos de su política obrera. En el número 4 expresa la “seguridad de que las demandas de los trabajadores serán siempre consideradas dentro de las posibilidades económicas empresariales. El 6 niega a los patrones toda facultad para intervenir en los asuntos internos sindicales y a los trabajadores a intervenir en el derecho de los empresarios a organizarse legalmente. En el 10 hace referencia a la existencia de pequeños grupos comunistas: “Su acción en México no compromete la estabilidad de nuestras instituciones, ni alarma al gobierno ni debe alarmar a los empresarios”. El 11 indica: “Más daño que los comunistas, han hecho a la nación los fanáticos que asesinan profesores, que se oponen al cumplimiento de las leyes y del programa revolucionario y, sin embargo, tenemos que tolerarlos”. Más drástico, en el punto 13 les dice que “la

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“Está por salir un carro de ferrocarril con armas a Monterrey…”

clase patronal debe cuidarse de que sus agitaciones se conviertan en bandería política, porque esto nos llevará a una lucha armada”. En el 14 les remata diciendo que “los empresarios que se sientan fatigados por la lucha social pueden entregar sus industrias a los obreros o al gobierno. Eso será patriótico, el paro no”, según condensa el autor Leonel Durán en su libro Lázaro Cárdenas, ideario político. Dos años antes, en su campaña política a la presidencia, Lázaro había expresado a los obreros y campesinos que no eran necesarios sus vítores entusiastas o manifestaciones ruidosas, sino su preocupación constante por agruparse en un solo frente, por despojarse de prejuicios, por arrollar los obstáculos que se opongan al triunfo de los postulados de la renovación social”. Los empresarios regios no se quedan atrás y el 11 de marzo de ese 1936 “le recuerdan al presidente que en Monterrey dijo que las leyes se deben interpretar con sentido revolucionario” y que esto se prestaba a que “otras autoridades abusen por la gravedad, en extremo elástico del concepto”. También acusan a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de declararse revolucionarios antes que jueces, “que condenan al patrón por el solo hecho de serlo”, pero que “tampoco entregarán sus empresas al gobierno cuando estén fatigados”. Los iniciativos piden que todos, empresarios, obreros y gobierno cumplan la ley. Dicen que colaborarán en mejorar la condición de las clases proletarias: “sólo pedimos que se nos dé la protección legal a que tenemos indispensable derecho”. Cárdenas les responde el 14 de marzo del mismo año 36. Sostiene que hablan con pesimismo, les recrimina su postura; defiende a los ministros de la Corte y acusa a los patrones “de tener utilidades cuantiosas, en contradicción con la bancarrota que públicamente dicen tener”.

Cuatro meses después se registran los asesinatos de los cuatro obreros del que no se conoce un culpable, al menos legalmente. Un dirigente obrero, de electricistas y testigo de la balacera, Félix Torres Gámez –fallecido en 1996– da su versión en el libro Tiempos de lucha obrera, del autor Ramón Villarreal Guajardo (Monterrey, Grafo Print, 2000, p. 28): “El 29 de julio de 1936 llevamos a cabo una asamblea pública de apoyo a la lucha de españoles republicanos. El mitin se celebró frente al Casino Monterrey en la Plaza Zaragoza. Al terminar nos fuimos caminando por la calle Zuazua y al pasar por las calles de Morelos, la manifestación fue atacada a balazos desde la oficina de Acción Cívica Nacionalista (agrupación de la patronal de Monterrey)”. Mataron a cuatro compañeros: Bárcenas, Alcocer, Palacios y a un compañero ingeniero; también salió herido Tomás Cueva con dos balazos, uno en el estómago y otro en la pierna. A raíz de esto nos dimos cuenta que la patronal estaba rabiosa por los sindicatos rojos que crecían en Monterrey”, (p. 29). Torres Gámez relata en otro segmento cuando siendo diputado local junto con el general Marcelino González y el capitán Gárate fueron en una ocasión a Laredo, Texas, con el consejable Juan Bools, en una misión confidencial en la que hasta ahora, a la luz de esta investigación, se advierte la dimensión de los hechos. “Cuando llegamos a la casa de Bools le dijo al general Marcelino González: “Quiero que me haga el favor de decirle al presidente Lázaro Cárdenas que destituya al jefe de la zona militar de Tamaulipas”. “Sí señor yo le llevaré el mensaje al general Cárdenas, pero ¿qué razón tiene usted para pedir eso?”, preguntó Marcelino. “La razón es que está por salir un carro de ferrocarril lleno de armas para una empresa par-

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para decirles que siguieran, llegamos en el momento que iban bajando la cortina. A mediación sonó un disparo. Tomás dobló una rodilla. Le dije ¿qué te pasa? Nada, córrele. “Él caminó a Zaragoza y cuando sonó el disparo se iluminó el cielo, había como 50 personas disparando a la gente, se parapetó atrás de un camión (Cueva), estaba herido en el vientre, no sabía qué ocurría, sólo la balacera, en vez de seguir por la misma acera, crucé a la de enfrente y estaba viendo caer a la gente (los trabajadores), me fui por Zaragoza hasta la plaza y luego volteé por atrás del edificio para ver qué había sucedido”, añade Elizondo en el relato. “Llegaron ambulancias, hubo tres muertos, llegó la policía, cercó el edificio, se llevaron a la gente –puros capitanes de industria– no menciono nombres, los publicó en un libro Mateo Sáenz, puedo mencionar algunos, don Joel Rocha, Roberto Garza Sada, los abogados de los industriales, todo lo que era la plana mayor de industria… A todos los apresaron pero se los llevaron a la penitenciaría, pero a las cuatro de la mañana llegaron camiones de la zona militar, se los llevaron a declarar: ‘Que ellos no habían disparado, en el edificio nadie encontró ninguna arma’, consigna Elizondo en la obra. El recordado Juan Manuel refiere cual era la actividad de los 150 fascistas, llamados Camisas Doradas, traídos de la capital del país: “…jóvenes aristócratas andaban así, luciéndose como villistas, pero empezaron a hostigar a los sindicatos y donde había alguna huelga pasaban en la noche y disparaban contra la gente que estaba ahí, pero una vez lo hicieron cuando pasaban frente al sindicato de la sección 67 e hirieron a uno de los veladores”, (p. 28, op. cit.).

ticular en Monterrey”, contesta el gringo Bools. “Esas armas las querían los Garza Sada para hacer una revuelta contra el gobierno de Cárdenas”, señala Torres Gámez en su relato en la página 31 de Tiempos de lucha obrera. También refiere cómo queriendo iniciar un negocio de vidrio soplado “no pudimos levantarlo, en parte porque no lo conocíamos y en parte porque venían muchachos aleccionados por la Vidriera Monterrey y se llevaban a nuestros trabajadores a tomar cerveza, se las pagaban y los emborrachaban”. “La patronal se vale de muchas mañas y la Vidriera Monterrey no nos dejó crecer, nos tronó y nos boicoteó totalmente”, anota quien fuera el primer dirigente sindical electricista en la ciudad.

Involucrados en la matanza Otro testigo muy cercano a la zona de los disparos, Juan Manuel Elizondo, da su versión de los hechos atribuidos a los capitanes de empresa: “Alguien de la CTM promovió un mitin-protesta nocturno para que fuera más gente y ese fue el que se realizó en las escalinatas del Casino el 29 de julio de 1936, yo asistí a ese mitin... Cuando termina el último, Tomás Cueva, nos ponemos a comentar cómo había estado y se da cuenta que la gente desfilaba de Zuazua hacia el norte y a una cuadra de ahí estaban en el antiguo edificio de Correos y una famosa Acción Cívica Nacionalista, que no sabíamos que era”, refiere por su lado el líder obrero Elizondo, en la obra Juan Manuel Elizondo. Memorias, editado por Raúl Robledo Avalos, (Monterrey, UANL, 2008, p. 28). Expresa que “Tomás trató de impedir que avanzaran gritándoles ¡No, por ahí no! Fuimos a detenerlos cuando ya estaban dando vuelta por la calle Morelos y ese edificio tenía un portón grande de una cortina de fierro. Logramos casi llegar hasta ponernos entre la puerta y ellos

Las manos que disparan De cinco movimientos de huelga que ha tenido la Vidriera, el de 1936 ha sido el más agudo. En su libro El Grupo Monterrey, el investi-

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Andrew custodia a patrones, luego es el candidato del PAN

gador Abraham Nuncio Limón señala: “Ante una serie de despidos arbitrarios, el Sindicato General de Trabajadores de Vidriera Monterrey formado desde 1934, le disputa la titularidad del contrato colectivo al que la ostentaba con la aprobación –literal– de la empresa: uno llamado irónicamente Sindicato Rojo Independiente Vidriera”, (p. 72). La revista Actividad, el órgano de difusión económica del empresariado se transforma en un medio informativo que critica cada paso del gobierno cardenista en favor de obreros o campesinos. La agrupación empresarial Acción Cívica Nacionalista ya estaba integrada en Monterrey. Para el 29 de julio de 1936 se concentran miles de trabajadores no blancos en la plaza Zaragoza, hablan Tomás Cueva, dirigente de la FTNL, además de representantes de albañiles, meseros, mineros, estudiantes. Piden la disolución de Acción Cívica y de los Camisas Doradas. Los trabajadores no responden provocaciones de jóvenes cristianos de la ACJM en el mitin. Al término, los ahí reunidos se lanzan contra los rijosos, quienes se refugian en el local de Acción Cívica. “El grupo que los siguió quiso ser alcanzado por varios de los dirigentes para evitar un posible enfrentamiento”, añade Nuncio Limón. “En el interior de ACN se hallaban los empresarios más representativos de Monterrey. Extrañamente sesionaban en pleno. Más tarde se quejarían al presidente de la República de haber sido agredidos por la chusma”. Esta “agresión obrera” dejó tirados en la calle más de 30 trabajadores heridos, entre ellos Tomás Cueva y dos muertos José Guadalupe Palacios, de Artes Gráficas y Feliciano Alcocer, de Implementos Agrícolas. José Bárcenas, mesero, murió después a consecuencia de sus heridas”, refiere Nuncio citando el libro La burguesía regiomontana y su verdadero rostro.

Los empresarios llaman a la policía diciéndose agredidos. Son llevados a la penitenciaría para evitar que fueran linchados por los cientos de trabajadores. Deciden llevarlos al campo militar a cargo del general Juan Andrew Almazán (el militar sería el candidato derrotado de la coalición de derecha PRUN-PLM-PAN en la elección a la presidencia de la República en 1940). “Se prueba” que los patrones son los únicos que disparan pistolas y dos días después son liberados con pago de fianza de medio millón de pesos, sin que se determinara quién mató o hirió a quién. Las fianzas son de 100 a cinco mil pesos, según versiones de prensa. Nuncio cita un párrafo de su ya citado libro La burguesía regiomontana, su verdadero rostro: “Por primera vez en Monterrey, los patrones matan personalmente a los obreros. Los atildados, los pulcros, los circunspectos han perdido su culta ecuanimidad y ciegos, disparan asesinando a los que se atreven a pedir un aumento de salario, mejores condiciones de vida. ¿Porqué ellos personalmente? ¿Dónde estaba su policía, su ejército, sus esbirros? Sin dominar completamente el gobierno, asustados por sus propios cuentos de espantos comunistas, se sienten solos, amenazados en sus 500 por ciento de ganancia y disparan”. Para el autor, aquí el estado perdió frente a la burguesía regiomontana el control de la clase obrera. “Fue una disputa real, disfrazada de anticomunismo y llamados a la concordia de ‘los factores de la producción”.

La versión de la prensa En la parte hemerográfica de la indagación se consultaron ejemplares del periódico local El Porvenir, que el 20 de abril de 1936 titula a ocho columnas “Dos Muertos y Siete Heridos en los

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Sucesos de Anoche”. Sin citar nombres atribuye a miembros patronales de ACN “que los rojos injuriaron duramente a la Acción Cívica y arrojaron piedras a las puertas y que esta conducta desarrolló la tragedia”. Luego añade que el grupo 29 de AC sesionaba animadamente desde las 8:30 P.M. con gran cantidad de varones y algunas damas. Al caer las víctimas, como a las 10:30 p.m. llegan patrullas y vehículos del ejército. Describe que antes de eso, los obreros se situaron a una cuadra de distancia en la plaza con grandes banderas rojinegras para su mitin. El reportero del diario recoge declaraciones de ambos bandos, los que se culpan mutuamente. Un empresario no identificado afirma: “Oímos que los rojos invitaron a los del mitin a pasar por el edificio de Acción Cívica siguiendo la calle Zuazua al norte. Ordenamos cerrar las puertas de entrada ya que los ánimos adentro también estaban exaltados por el griterío de los rojos. Arrojan piedras sobre las puertas y en este momento se producen los disparos de armas de fuego, formalizándose estos entre ambos grupos”. A las 11:00 P.M. la policía recoge tres cadáveres y siete heridos de obreros. No así algún lesionado o muerto de los de Acción Cívica. Se concentran alrededor de la manzana más de dos mil manifestantes y curiosos contenidos por la policía y el ejército. El Procurador de Justicia del Estado, Ramírez Villarreal se hace cargo de las averiguaciones.

Detenidos Santiago Roel y Ricardo Sada El Porvenir identifica a algunos de los primeros 50 detenidos de los empresarios: José Páez, Ricardo Sada, Virgilio Garza, Santiago Roel “y otros más”. Por haber disparos, el caso lo atrae el Juez de Distrito. Los 525 detenidos de ACN son trasladados a la Inspección General de Policía y luego

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Peritaje militar: las armas encontradas, “no fueron accionadas en menos de un año”

al Campo Militar, donde es comandante el general Juan Andrew Almazán. Algunos de los heridos de gravedad son Tomás Cueva y José Bárcenas. Domingo Lara, Leonardo Villarreal, Mateo Barrientos, Julián Llanes y Antonio Espino, sufren lesiones de mediana consideración. Las notas del diario (sin citar la fuente) destacan la acusación de ACN contra el alcalde Heriberto Montemayor de haber asistido al mitin de los rojos en la plaza como funcionario y que a pesar de estar a media cuadra de los rivales no previó las consecuencias, por lo que luego es destituido “por irregularidades administrativas” por el gobernador Anacleto Guerrero. La ciudad se convulsiona, suceden protestas públicas de ambos grupos, incluida una marcha fúnebre con los cuerpos de los obreros asesinados. Desplegados de las organizaciones en la prensa y telegramas urgentes al presidente Lázaro Cárdenas hacen temer nuevos enfrentamientos. Jonás García de ACN culpa a los rojos de haber sido ellos los que dispararon y que la prueba de ello son los impactos en el edificio donde estaban reunidos “obreros y empresarios y gente de todas clases sociales en la sesión de Acción Cívica”. Según este dicho empresarial, las balas supuestamente disparadas por los obreros rebotaron y les impactaron a ellos mismos, matándolos e hiriéndolos. Al menos hipotéticamente. El 31 de julio de ese 1936 El Porvenir informa que la Confederación de la Clase Media responsabiliza al doctor Angel Martínez Villarreal de participar con los rojos. Al día siguiente informa que algunos abogados, entre ellos José Margáin Zozaya y Santiago Roel sacan bajo fianza a más detenidos con el Juez de Distrito, Pedro González.

El alcalde regiomontano Montemayor, niega la acusación de la ACN acerca de que estuvo instigando la tragedia a favor de los rojos y afirma que los únicos responsables son los empresarios. Para el 2 de agosto salen bajo fianza los últimos detenidos, entre ellos Joel Rocha, Antonio L. Rodríguez, Bernardo Elosúa por los acontecimientos de la calle Zuazua. El munícipe es destituido por el gobernador Anacleto Guerrero, quien media entre los bandos en pugna. Para el 3 de agosto, “los libertados se muestran sumamente agradecidos por la caballerosidad del general Almazán” informa El Porvenir. (ésta afinidad entre empresarios fundadores de lo que sería el Partido Acción Nacional llevaría a postular en coalición a Juan Andrew Almazán como el primer candidato derechista a la presidencia de la República en 1939, a tres años de la masacre obrera). Para el 7 de agosto de ese año 1936, el caso pasa a manos del Juez Tercero Penal, Rubén González Elizondo. Un peritaje a cargo de militares designados por Andrew determina que las 9 pistolas encontradas dentro del edificio de la Acción Cívica, calibres 22, 38 y 44, “no han sido disparadas en al menos un año”. Con lo que se diluye la responsabilidad a los inculpados. Este hecho es calificado por los sindicatos obreros y la FTNL como una burla gobierno-patrones hacia las víctimas, pues preguntan: “Cómo era posible que ellos portaran pistolas oxidadas y sin balas como dicen que fueron encontradas. ¿Entonces quiénes dispararon desde adentro?...porque los disparos salieron del edificio.”

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Enganchados a las pantallas digitales Cris Villarreal Navarro


La gente no se rebelará. No mirarán fuera de sus pantallas lo suficiente, como para darse cuenta de lo que está sucediendo. George Orwell, (1984)

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y el espacio hubiera sido ya descubierta y pudiéramos invitar a Orwell, Huxley y Bradbury a la sala de nuestra casa para hablar de los nuevos desarrollos tecnológicos, seguramente se sentirían aturdidos. Asistirían perplejos a la prolija precisión con que sus vaticinios distópicos esbozados en 1984 (1949) Un Mundo Feliz (1932), y Farenheit 451 (1953) se han hecho realidad con gran exactitud en las primeras dos décadas del siglo XXI. Orwell vería cómo la sobrevigilancia feroz que el Hermano Mayor desplegaba sobre los ciudadanos de su estado totalitario se ha vuelto realidad en el uso común de las cámaras adheridas a las laptops que pueden grabar inadvertidamente la vida privada de sus usuarios, en los dispositivos GPS en nuestros teléfonos, tabletas y autos que constantemente monitorean nuestros movimientos y en el mercadeo ilegal de bases de datos en donde se comercia con información que va desde nuestro historial médico hasta posibles antecedentes delictivos. El control mental a que él hizo alusión en su obra también se pone de manifiesto en las herramientas de programación con que empresas como Google, Chrome, Microsoft, Facebook y Apple husmean en nuestras vidas, en nuestra navegación en la Red, para así torpedearnos con la publicidad personalizada que más apele a nuestras inclinaciones consumistas. Datos obtenidos producto de esa vigilancia sobre la sociedad son vendidos a agencias gubernamentales. Un ejemplo de manipulación de la opinión pública son las empresas de “bots” que utiliza el PRIgobierno. Con la creación de cuentas falsas de Twitter atacan a quienes critican a personajes políticos del gobierno mexicano que los financian o para apuntalar agendas que quieren sacar adelan-

te. Otra variante de estas operaciones es el recientemente descubierto espionaje cibernético con que el gobierno ilegítimo de Enrique Peña Nieto monitorea a periodistas y sectores ciudadanos específicos. El sistemático lavado de cerebro colectivo que conduce a los individuos a amar y a defender el sistema que los oprime es otra realidad que Orwell detectaría enseguida. Vería cómo los miembros de esta sociedad, atrapados en la prisión eterna de las deudas de las tarjetas de crédito, están convencidos de lo felices que son y que no existe ningún motivo para elaborar algún planteamiento opuesto a la ideología imperante del partido del “Gran Hermano”. Los lemas preponderantes del partido gobernante, en 1984, se reciclan en nuestro tiempo: “la ignorancia es la fuerza”, “la libertad es la esclavitud” o “la guerra es la paz”, son enunciados contradictorios con los cuales “la policía del pensamiento” de nuestro tiempo continúa retroalimentando y perpetuando el estado de cosas que priva en nuestros días. Estado de cosas en que un buen número de ciudadanos mantienen una existencia mecánica, una subsistencia aislada, al margen de cualquier valor humano en la que deambulan como zombies sin estar al tanto de ello. Por otro lado, Huxley asistiría a una variante de la hipnopedia que en Un mundo feliz programaba las conductas de los diversos segmentos de la sociedad de acuerdo a su función predeterminada a cumplir en la misma. Programación que en todos los niveles estaba dirigida a inocular los individuos con la percepción de que eran completamente felices en la ejecución de sus tareas cotidianas. El condicionamiento adoctrinador a que eran sometidas las diversas clases sociales en Un mun-

i la teletransportación en el tiempo

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Aldoux Huxley

Ray Bradbury

George Orwell

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A Huxley le sorprendería ver cómo al país más poderoso del orbe, a través de sus herramientas mediáticas, le ha funcionado su venta propagandística de una imagen demócrata al mundo. Le asombraría ver que ese perfil de paladín de la libertad con el derecho inherente a imponer militarmente sus “instituciones democráticas” a cuanta nación independiente convenga a sus intereses, siga vigente; que ese modelo de dominación siga operando sin mayores cuestionamientos masivos cuando las suyas propias enfrentan una extrema crisis de credibilidad después del reciente presunto “hackeo” a sus elecciones presidenciales. Vería confirmada la fácil manipulación de la sociedad por la casta dominante cuando fenómenos contestatarios espontáneos como las saludables posturas políticas del precandidato demócrata a la presidencia Bernie Sanders en el 2016 serían divulgadas limitadamente por los medios masivos. Sus ingentes demandas sobre salud y educación pública gratuitas que obtuvieron un eco ciudadano contundente, sin mayor seguimiento serían dejadas en el olvido. La indiferencia programada en la población sería recuperada en cuanto el sistema reacomodara sus mecanismos de distracción y retomara los métodos de sumisión amorosa hacia el “Gran Hermano”. El substituto del soma, droga legal que creaba una sensación de feliz bienestar emocional entre los miembros de esa utópica sociedad que describe Huxley, lo encontraría en nuestros días en el uso regulado de ansiolíticos como el Alprazolam, el Valium, el Loracepam y el Cloracepam. Fármacos con efectos tranquilizantes que reducen los episodios de ansiedad provocados por los estragos que la desequilibrada sociedad actual infringe al individuo y que le provocan un transitorio estado de artificial felicidad. Huxley también encontraría que aparte del consumo crónico de bebidas alcohólicas y demás drogas psicotrópicas, otro mecanismo de escape y potente distractor del acoso del sistema opresor sería el abuso de la utilización de las redes sociales. La nueva adicción que enfrentan el hombre y la

do feliz se ha vuelto realidad con la repetición insaciable de mensajes subliminales que la televisión, los medios masivos de comunicación y las redes sociales infunden en la subconsciencia del individuo. Aleccionamiento personalizado que induce al espectador a creer en ciertos paradigmas, asumirlos como dogmas personales y a descalificar cualquier modelo de vida diferente al impuesto por la élite del sistema. Estos dispositivos electrónicos a los que accedemos diariamente cumplen con su cometido de priorizar la publicidad comercial y divulgar la propaganda subrepticia que trabaja en el interior del individuo la percepción de que el mundo es un sitio maravilloso y que los problemas ingentes hay que dejárselos a Dios. Esas consistentes tareas controladoras desarrolladas conforme a un plan maestro han moldeado la mentalidad pasiva del hombre contemporáneo de una manera definitoria. A la vez, cada visita que un individuo hace a su cuenta, cada “like”, cada comentario, cada compra en línea o cada fragmento de información que inocentemente exponga, serán vinculados a registros masivos de datos que irán configurando con mayor precisión el perfil del usuario. Recopilación de inclinaciones personales que ulteriormente serán utilizadas con objetivos mercantiles. La programación subyacente a cargo del Internet ha modificado a tal grado los hábitos de los individuos de nuestro tiempo que cuando el asiduo visitante de las redes sociales pierde la señal del mismo, se presenta una aguda crisis de ansiedad. No estar conectado a la Red trae consigo un estado de profunda congoja e incertidumbre, es como cortar el cordón umbilical con su fuente de abastecimiento mental. Por ejemplo, el “Feisadicto” llega su casa cansado pero, alterando sus patrones de alimentación, antes de dirigirse a la cocina a prepararse su cena se va primero al sitio en donde está su computadora para ver si en el tramo de tiempo entre su centro de trabajo y su casa se perdió de algo importante.

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cias con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación interactiva. Carr dice que una prolongada exposición al Internet puede inducir una reestructuración de nuestra capacidad para realizar funciones tales como leer un libro o meditar. Advierte que si el cerebro se adapta completamente a la naturaleza frenética y fragmentaria del Internet, puede llegar a perder su habilidad de absorber conocimientos profundos e incluso la misma esencia sensible que nos define como seres humanos. Mientras un individuo de la generación anterior llegaría a su casa a descansar, a disfrutar de su vida privada, ver algún programa de tv, disfrutar una película en algún servicio de paga, leer algún libro de su interés, o simplemente a conversar con la familia; en nuestros días la laptop, el teléfono “inteligente” o la tableta Ipad, que cada miembro de la familia tiene en sus respectivos cuartos, han reemplazado la interacción humana en una forma casi absoluta. Ahora pareciera que la capacidad para aprehender recursos intelectuales como el intercambio de opiniones, la retroalimentación de eventos esclarecedores, la lectura que eventualmente crearía un sedimento generador de pensamiento independiente, de tolerancia a lo diverso o de una conciencia crítica hubieran desaparecido para ser sustituidos por un consumo cotidiano de banalidades disgregadas en diversas plataformas electrónicas de acceso instantáneo. A este paso, pareciera que los autores de las novelas de ciencia ficción mencionadas hubieran sido viajeros en el tiempo y habiendo vivido en nuestros días hubieran regresado al siglo anterior para escribir sobre lo que aquí atestiguaron. Sólo así se entiende que su narrativa se haya visto proyectada a nuestra actualidad donde la capacidad humana para la concentración, para el análisis de problemas sociales y la reflexión comunitaria sobre alternativas para resolverlos, parece estar desapareciendo. La recepción dispersa e indiscriminada de una vertiginosa e inconexa temática procedente de in-

mujer de nuestros días es la extrema fascinación con este vehículo digital interactivo. Huxley vería azorado cómo el hombre y la mujer de nuestros días, sin el menor reparo ante la posibilidad de miradas indiscretas, han desarrollado una fijación narcisista por dar a conocer una imagen perfecta de sí mismos en las redes sociales. Hay una necesidad obsesiva de mostrar a los demás que se es feliz. Facebook, blogs, Instagram, Twitter, con sus plataformas de envío de fotos y mensajes: Facebook messenger, Telegram, line, Snapchat y Whatsapp, integran todo un abanico de mecanismos sutiles de control. A través de estos la cultura corporativa penetra la aislada vulnerabilidad del ser contemporáneo y atrapa en sus garras a un gran sector social sin grandes recursos mentales para defenderse. Por el mismo camino, Bradbury vería cómo los libros han sido desplazados a un rincón olvidado por el trance hipnótico que lleva aparejado el uso de los libros digitales. Obras electrónicas cuyo acceso instantáneo al hacer la descarga en un Kindle de Amazon o el Nook de Barnes & Noble es sencillo y muchas veces más barato. Leer un tratado científico o una obra literaria para muchos resulta aburrido y pierde atractivo si se le compara con leer en una pantalla el volumen deseado o ver gratuitamente en You Tube la película basada en el texto literario en que se está interesado. Como en la obra de Bradbury donde los libros estaban prohibidos y para evitar su lectura eran condenados a la hoguera con todo y las casas sospechosas de albergarlos, en nuestra sociedad los libros impresos corren el peligro de desaparecer ante la embestida de los nuevas tecnologías digitales. Nicholas Carr, autor de Lo superficial. Lo que el Internet está haciendo a nuestro cerebro, señala que descubrimientos en las neurociencias hechos por los pioneros Michael Merzenich y Eric Kandel han revelado que nuestro cerebro para cambiar la adquisición de conocimientos del libro impreso a la pantalla digital ha tenido que redirigir sus hábitos neuronales para responder a las nuevas experien-

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contables fuentes, muchas de ellas iletradas, es la nueva modalidad de adquisición del conocimiento. Cápsulas anodinas de información obscura sin contenidos éticos atiborran la mentalidad del hombre contemporáneo y moldean su conducta de acuerdo a los intereses del sistema económico que rige nuestros destinos. Publicaciones virales compartidas que van desde un abuso policiaco hasta las gracias de un niñito encantador, originan una aséptica mirada de reprobación o de placer en el usuario convertidas en unos minutos en un conformismo aterrador que lo reconcilian con el mundo. Contenidos constructivos y edificantes como el amor a los demás, salvo en las contadas páginas analíticas que hay en la Red, están generalmente proscritos. En “1984”, Orwell profetizó un sistema de vida en donde el ciudadano común estaría perpetuamente vigilado, ya lo estamos. En Un mundo feliz, Aldous Huxley predijo que los nuevos dictadores habrían de usar métodos más sutiles para la sumisión voluntaria de los dominados; ya ha ocurrido. Bradbury pronosticó una sociedad en donde el conocimiento de la humanidad acumulada en volúmenes de libros sería destruido; en nuestros días el rampante desprecio por la cultura y la educación del hombre es una realidad impuesta por el neoliberalismo. Frente a todas estas profecías apocalípticas cumplidas, no venderse, no colaborar en el fortalecimiento de la estructura que nos rige, ir contra la corriente es estresante y el precio a pagar es el ostracismo social. Es una larga jornada la que hay que bregar para llegar a construir en cada uno de nosotros una intocable libertad interior frente al poder establecido. Esa libertad inviolable sólo puede ser alcanzada con una formación intelectual sólida que la sostenga y defienda. Esa blindada mentalidad independiente sólo se dará cuando el individuo logre apartarse de todos esos mecanismos que explotan y esclavizan su mente. La vocación de servicio, el activismo por mejorar la condición humana, la solidaridad con los desvalidos, la orientación social, la preocupación

por el bien común, quedan desvanecidos en la avalancha de instantáneas viñetas de contenidos histriónicos insulsos. Todo lo que reivindique la individualidad, el egocentrismo, el interés personal, el primero yo y después yo, es diseminado sistemáticamente con profusión como valor sublime a perseguir. Asumir una identidad subversiva contra el orden establecido por la élite, lleva siempre aparejados una elevada voluntad de resistencia y un leal compromiso por mejorar la condición humana. La imperiosa transformación social nunca se dará por individuos sentados enfrente de un tablero y una pantalla. Por más textos iluminadores que escriban, oprimir teclas no tiene un gran efecto social. Lejos del conformismo de los cuartos encerrados y con el teclado de la laptop, el iPhone, o el iPad al servicio de mejores causas, el rescate del modelo de vida y de país que todos soñamos se tiene que dar desde abajo. La transformación social se ha de dar cara a cara en el trabajo colectivo de la fábrica, en la escuela, en el sindicato, en los vecindarios organizados, en las cooperativas, en las marchas en las calles. Deslindados de la élite aciaga, la clase intelectual tendrá que bajar de su torre de marfil y emprender esa clase de compromiso minimalista con los sometidos que no saben que lo están. Sólo el trabajo de hormiga en la actividad política nos salvará del aislamiento a que nos han conducido las así llamadas redes sociales. Enarbolando la bandera del amor por los demás, los diversos segmentos sociales insumisos, unidos construiremos el mañana en que seremos libres. Orwell, George. 1984. Barcelona: Editorial Austral, 2010. Huxley, Aldous. Brave New World. New York: Harper & Row, 1932. Bradbury, Ray. Farenheit 451. Barcelona: Editorial Minotauro, 2007. Carr, Nicholas. The Shallows: What the Internet is doing to our brains/ How the Internet is changing the way we think, read and remember. New York: W. W. Norton/ Atlantic Books, 2010.

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Del tiempo y la polĂ­tica... Abel Moreno LĂłpez

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D

que hay tiempo para todo… Hay tiempo de tirar cuetes y tiempo de recoger varas… Hay tiempo de vacas flacas y tiempo de vacas gordas… Tiempos para sembrar y tiempos para cosechar… Hay tiempos para la guerra y tiempos para la paz… Hay tiempos para llorar y tiempos para danzar… Tiempos de labor y prosa, la hora feliz, la era de la paz y con los trolls, la hora de abrazar… Hay quien dice que el tiempo lo cura todo y quien replica diciendo que el tiempo de los bueyes se acabó… Algunos presumen la sabia virtud de conocerlo y otros en cambio añoran perderlo “tan acremente como en otro tiempo”. En política –y sobre todo en materia electoral– observar los tiempos es tarea fundamental… En otro tiempo el reloj político era un símbolo y era una expresión recurrente de los políticos de viejo cuño que tenían como prototipo a Martínez Domínguez. Se hablaba entonces de respetar y no adelantar el reloj político, casi como una referencia sacrosanta a la sucesión ya presidencial, ya gubernamental. No faltaba el elegante que anunciaba los prolegómenos de la sucesión y el combativo que arengaba señalando: “Ya es la hora…” Cuando se trata del cronos electoral, el término se pluraliza y ya no es el tiempo, sino los tiempos. Revisar los tiempos, observar los tiempos, respetar los tiempos, los tiempos, los tiempos, los tiempos… Desde luego, hay que distinguir entre el calendario político y el calendario electoral… Mientras uno es permanente, el otro se circunscribe al espacio temporal reservado para las actividades comiciales. Los tiempos electorales son fuente de permanente agitación y controversia; si una materia destaca por su dinamismo esa es la electoral. Reformas van, reformas vienen y como ahora, aún no se empiezan a aplicar las reformas recientes

y ya en los órganos legislativos aguardan nuevas iniciativas en esta temática. Diría Chava Flores: “Hay que reformar la reforma”… Ya hace casi seis años de la incorporación de conceptos como precampaña y actos anticipados de campaña y precampaña; se discutieron sus términos y se debatieron los alcances y por momentos hasta pareció que la cosa iba en serio y que en lo sucesivo habría una nueva actitud de los actores políticos, cuidando no caer en hipótesis de violación a los tiempos de promoción. Vista a la distancia, esa reforma ha tenido pocos actores dispuestos a cumplir puntualmente los plazos legales, más bien parece que el enfoque favorito de los políticos de uno y otro color, es retar a la autoridad a dar cumplimiento a las disposiciones en la materia y mientras no haya sanciones específicas, continuará la competencia para ver quién puede violar con mayor éxito las normas electorales respectivas. En todos los partidos, con mayor o menor intensidad se aprecia a los actores políticos desatados ya no sólo en el antiguo futurismo, propio de pitonisos y oraculeros, sino en el presente precampañismo, sólo comparable con la histórica proclividad al madruguete y el destape de los viejos protagonistas de la política. Si en otros tiempos la movilidad era impedimento, hoy el inmovilismo es fatal y al diablo con don Fidel y la legislación electoral. Hay que moverse para salir en la foto y en el video, sobre todo en formato de webflyer en las redes, de pendón o spot y con su justa dosis de photoshop… (y venga el botox para lograr los votos). Desde que la ley regula los tiempos de campaña y precampaña, todo mundo se promociona abiertamente, utilizando las justificaciones más diversas para evadir el exacto cumplimiento de la ley… Algunos dicen que no hay violación porque no usan recursos públicos y otros porque su promoción se hace fuera de los horarios laborales, y hay quienes en el colmo del cinismo realizan su promoción al tiempo que denuncian al

ice la conseja popular

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adversario por lo mismo. Por si fuera poco la autoridad dice que ahora sí irá en serio y presume reglas duras y piso parejo, pero descarta sancionar a los adelantados, porque no ha iniciado el proceso electoral… Estos son los tiempos que corren y se viven y aunque sería de esperarse que todos fueran puntuales, resulta que el único atrasado es el árbitro. Y el timing? tan importante en política como en otras artes marciales, ya lo abordaremos en otro instante, lapso o momento… El tiempo es uno de los inventos fundamentales que ha hecho el hombre para organizar su existencia y así lo mismo se mide en segundos que en minutos, horas, días, lustros, décadas y un interminable etcétera… Para algunos se mide en trienios o sexenios, mientras que para otros, quizás los más, quisieran reducirlos a quincenas y porqué no mejor a catorcenas… El tiempo pasado se refiere a acontecimientos que “influyen” en nosotros, pero no viceversa. En el tiempo presente los acontecimientos se ligan a nosotros por relaciones de reciprocidad por así decirlo, nos influyen y los podemos influir. El tiempo futuro se refiere a acontecimientos en los que si bien nosotros podemos “influir”, ellos ya no pueden influir sobre nosotros. Pero más allá de la filosofía cronológica, no hay que olvidar que en política, sobre todo en nuestra política, “el futuro existe y el pasado insiste”… Desde luego, no se trata de la simple referencia a que el año entrante habrá renovación presidencial y que ello ha generado primero expectativas y ahora ya casi acciones abiertas de algunos personajes interesados en mostrar que este “es su tiempo”. Ellos han dado a entender que quieren, que suenan, que sueñan… Pero no son los únicos… Hay otros que también respiran y por tanto, aspiran y suspiran… La “comodidad” de las curules suelen generar esos efectos… Las secretarías del ejecutivo, las

dirigencias y hasta la simple imaginación, mueven las ansias, despiertan los apetitos y construyen las expectativas… Y yo, ¿por qué no?, se autopregunta el que no es capaz de autocontestarse ¿y por qué sí? Así, construyendo candidaturas y palacios en el aire, transcurre el inexorable tiempo hasta que finalmente llega el momento, ahora sí, de la verdad… Y suele ocurrir que alguien que quería, no podía ser por culpa de un impedimiento, un insalvable requisito, un candado y de pronto, aparece el cerrajero presidencial, tomando la forma de asamblea y dice el consabido conjuro electoral: “abréte sésamo”… Y mientras el futurismo se convierte en pasatiempo favorito de los que suenan y sueñan, de los que aspiran y suspiran, y de todo su entorno, el tiempo, ese implacable, se acerca con su cauda de expectativa y realidad… Y así, los que sólo apostaron al futuro y no respondieron al presente, tendrán como losa su pasado… Los que se entregaron con exceso a su presente y no atendieron la planeación que siempre es futuro, quedarán reducidos a vivir las glorias de su ayer… Estamos a días de iniciar un nuevo proceso electoral … Ha llegado la hora de sumar, hacer balance y apostar… Jueguen su juego… El futuro aguarda y cada quien sabrá cómo lo toma; para unos inalcanzable, para otros desconocido, pero para todos oportunidad. La máxima indica aprovechar el tiempo, creyendo como Cervantes que éste, suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades. Sin olvidar que Chaplin alguna vez dijo: “El tiempo es el mejor autor, pues siempre encuentra un final perfecto”. En fin, la conjuncion del tiempo político con los tiempos electorales ya está aquí, la carrera inicia… Cuidado con las zancadillas… ¡Y el lodo!... Hasta la próxima…

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Oficio de tinieblas

Me llamo Nojoom, tengo 10 aĂąos y quiero el divorcio. Dir: Khadija Al-Salam. Yemen. 2016.

Conocer el cine, conocer el mundo Nazario SepĂşlveda E.


N

un hecho que sucedió durante los años 80 y no recuerdo cuando fue exactamente, pero sí sé que pasó durante la segunda mitad de esta década. Fue el encargado de una sala de cine que entonces existía, el responsable de que ocurriera en el área metropolitana el hecho de que allí se exhibiera cine internacional de calidad y que el público asistente –bueno, no toda la gente– respondiera positivamente ante un asunto tan infrecuente y la respuesta que motivó en una persona de la ciudad ante este caso. Una sala de cine que se llamaba “Cinema del Valle”, que funcionaba como tal desde los años 60 y que era el único cine de la Colonia del Valle, en su última etapa de existencia se convirtió en la única sala de arte, ya que la persona que la administraba y dirigía, amaba las películas de otros países que por su origen y su temática eran rechazadas y despreciadas por los que manejaban entonces las mejores y más grandes salas de la ciudad; y decidió exhibirlas, ya que muchas de éstas se hallaban enlatadas y olvidadas en muchas distribuidoras de films que sólo se ocupaban de manejar el omnipresente cine de Hollywood. De esta suerte, el “Cinema del Valle” empezó a proyectar películas de China comunista, Polonia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Colombia y recuerdo cómo me impresionó conocer el film Yol, que venía de Turquía, ya que nada sabía de este país y pude disfrutar de un cine excelente que había ganado premios importantes en festivales, y lo mismo me ocurría con el cine soviético de los años 70 y 80 y que a causa del anticomunismo furibundo de los censores que manejaban esta ciudad, no podía ni debía tener distribución comercial. El público de la Colonia del Valle y de muchas partes de Monterrey, llenaba con frecuencia las funciones de la mencionada sala y cuando se anunció el par de funciones ocurrentes en la tarde y la noche de la monumental película francesa Napoleón, hecha en 1926-27, por el francés Abel Gance y recons-

truida y sonorizada por los norteamericanos, la sala tuvo un lleno total durante las cuatro horas que duraba la cinta y el esfuerzo del administrador del cine había sido recompensado. Pero, ¿cuál fue la respuesta de la prensa local de entonces ante el interés que había despertado en los regiomontanos el cine de arte? Ocurrió que un periódico local era el enemigo nada oculto de las películas que no fueran de Hollywood, y se dio el caso de la total ignorancia al estreno del film danés El festín de Babette, ante el cual se hizo un silencio absoluto, a pesar de lo mucho que le gustó al público y el remate fue una nota de la prensa en la que un dizque crítico se preguntaba qué podía haberle ocurrido –el tono era de preocupación– al administrador del “Cinema del Valle” para que estuviese programando películas extrañas en las que aparecían culturas y personajes con una idiosincrasia totalmente distinta a la de los mexicanos y “con la que no tenemos que ver” (sic). Era evidente que sólo Hollywood era comprensible y aceptable para esta persona que proclamaba su derecho absoluto a ignorar lo que el cine internacional mostrara aquí de Europa, Asia, África, Oceanía y Latinoamérica. Yo, mientras tanto, aprendí mucho sobre la forma de ser y actuar de los que vivían en Nueva Zelanda, Dinamarca, China y muchas más partes del planeta que no conocía, mientras alguien proclamaba su derecho a la ignorancia y el gusto en proclamarla. Mucho tiempo ha pasado desde entonces y todavía desconozco el cine de países que no sé cómo son, y cuando hace días llegó aquí el film que sucede en un país que se halla al sur de la península que ocupa casi toda la Arabia Saudita y que se llama Yemen, lo fui a ver con gusto el primer día de sus funciones y este fue el resultado. El título original, traducido, es largo y explica mucho acerca de la protagonista principal: Me llamo Nojoom, tengo diez años y quiero el divorcio. Sin duda no faltarán los moralistas escandalizados que observen la edad de Nojoon

o puedo olvidar

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das crueles e inhumanas. La historia de Nojoom es auténtica y quien dirigió y escribió el film, es una cineasta llamada Khadija Al-Salami, que al igual que la niña también fue casada muy joven y ahora lucha con su trabajo fílmico para evitar que esta barbaridad siga pasando, sobre todo entre el pueblo campesino y el film, que logra evitar el melodrama lacrimoso y sentimental, ha ganado el reconocimiento internacional que merece y espero que Khadija Al-Salami haga más cine como éste. El caso de Nojoom, que a pesar de ser tan pequeña tenía una gran fuerza de voluntad, logró contar con la fortuna de hallarse un juez liberal y de ideas occidentales que decidió apoyar a la niña y batalló para lograr convencer al padre y al marido de Nojoom de que lo que habían hecho con la niña era un delito y al concederle a ella el divorcio, se establecía un precedente en la sociedad yemenita y por el resultado, el caso pudo ser filmado y la película se hizo en coproducción con Francia, lo cual le aseguró una mejor distribución mundial. Pero las copias del film, aquí

(se pronuncia Niyúm) y la situación de que ella, una niña campesina, desee divorciarse y que es esta primera película yemenita que aquí se conoce; es una descripción muy real y sincera de la sociedad que vive en ese país árabe, y quien dirigió el film se ocupa en mostrar a las comunidades campesinas dedicadas al cultivo del café que habitan en montañas muy empinadas y peligrosas en las que es fácil desbarrancarse; luego, sale el contraste de la vida en Saná, la capital del país, que es bastante occidentalizada y la niña Nojoom es muy influida por el cambio de sociedad, sobre todo porque en Saná, el padre de ella decide venderla a un viudo campesino de treinta años que paga por tenerla y el padre deja de tener derechos sobre ella; el film denuncia la condición de las niñas que son casadas sin poder oponerse a ello, ya que la sociedad yemenita, por lo menos la muy tradicionalista, las ve como objetos que están para el consumo de los muy machistas y sexistas varones que se ostentan como muy fieles a Alá y a las costumbres que, al menos en el film, son criticadas y considera-

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son sólo dos y resulta que el periódico que hace años rechazaba el cine internacional de calidad lo sigue haciendo y el estreno fue ignorado sin concederle recomendación alguna y Khadija Al-Salam no existe para los que insisten en que el cine internacional es el que se realiza en Hollywood, en Hollywood y en Hollywood. Cosas de la idiosincrasia ¿no es así? Volviendo a la obra de Khadija Al-Salami, le admiré lo bien que empleó la técnica del flashback para explicar lo sucedido en la aldea a la familia de Nojoom y luego para mostrar el infierno de la vida matrimonial de la niña al lado del marido y de una odiosa suegra. La narración fílmica es tradicional, lo cual no es un defecto, y la lectura del film sigue la estructura de un relato hecho con una fotografía impecable y una edición muy cuidadosa. No hay que dejar pasar que la niña, llamada Reham Mohammed, está muy bien dirigida para convencer al público que hasta que fue abusada por el marido, ella era tan inocente que abandonó la ceremonia

de su boda para ir a jugar con las amigas de su edad, y es la pérdida de esta inocencia el detalle más dramático de una historia que tuvo un final afortunado. Cuando salí de la sala de cine en esa calurosa tarde de verano, supe que había conocido una parte del mundo que me faltaba, y disfruté, además, una muy buena muestra de lo que es el cine internacional contemporáneo. Al ya fallecido administrador del desaparecido “Cinema del Valle”, le hubiera encantado el film yemenita, y con gusto lo hubiera exhibido en esa sala y el público hubiera asistido a verlo, a pesar de que Yemen tiene una idiosincrasia rara (?) y que no va para nada con el espíritu (?) de Hollywood. Mientras tanto el film yemenita estará unos cuantos días en sólo dos salas y luego pasará por breve tiempo en la Cineteca para desaparecer pronto y en las muchas e inútiles salas del área metropolitana seguirán predominando las mediocres y estúpidas gringadas que, eso sí, tienen una idiosincrasia adecuada (?) para el público local. Así están las cosas.

Amigos que apoyan a Vuelo:

Ing. José Hernández Cervantes Ing. Concepción Martínez Ávila Lic. Ramiro González Cárdenas Profr. Alfonso Víctor Villarreal Moreno Lic. Gerardo Leal Blanco

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Jeanne Moreau


Jorge Rangel Guerra

Arturo CantĂş: los oscuros adoradores de la palabra Humberto Salazar


E

1955 y 1960 se publicó en Monterrey una revista que cambiaría completamente la concepción de la poesía y la forma de escribirla en la ciudad. Un grupo de entonces jóvenes estudiantes de la Universidad de Nuevo León serían sus promotores principales: Arturo Cantú, Homero Garza y Hugo Padilla. Ellos, junto a otros de su edad, integraron lo que Padilla llamó “una especie de minusválido Ateneo de la Juventud” regiomontano, que se reunía los sábados a realizar lecturas conjuntas comentadas en la Biblioteca Universitaria. Son los jóvenes escritores e intelectuales a quienes desde entonces se identificó con el nombre de la revista que publicaron: Kátharsis. Arturo Cantú Sánchez fue uno de esos jóvenes que renovaron la expresión poética en el Monterrey del medio siglo veinte. Fue también uno de los “becarios regiomontanos” de don Alfonso Reyes en El Colegio de México, como se deja ver en las páginas del alfonsino Diario VII (1951-1959), recientemente publicado (1915). Luego de su primera incursión capitalina, Cantú regresaría a la Universidad donde permaneció por algunos años, como profesor en las Facultades de Economía y de Filosofía y Letras. De entonces es su publicación El problema del bachillerato (1964), así como las antologías preparadas para las materias de estudios generales en Economía. De regreso en la ciudad de México, desempeñó diversos cargos en la administración federal: Secretaría de Programación y Presupuesto (1977); Coplamar (1978-1982); ISSSTE (1986-1988); en la Embajada de México en Nicaragua (1983-1984), y editaría la página cultural de El Día y el suplemento cultural de El Nacional (1989-1994). Aunque muy tempranamente se alejó de la creación poética, mantendría siempre entreabierta la puerta del interés por la poesía. Una prueba de ello es su importante estudio sobre Muerte sin fin de José Gorostiza: En la red de cristal (UAM, 1999), publicado a los 60 años de la edición original del poema, leído por primera vez en aquellas apresuradas jornantre

das juveniles, “en una sola tarde” (Padilla), en la Biblioteca de la UNL. Sobre este libro, David Huerta escribió: “A estas alturas, ya no sabemos con exactitud quién o quiénes leen poesía en México. Si yo formulara esa inquietud en forma de pregunta, tendría que poner, en la respuesta, en lugar destacado y primerísimo, el nombre de Arturo Cantú, de manera que debería decir esto,

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rotundamente: en México, Arturo Cantú y apenas dos o tres personas más leen poesía. El resto hace como que lee y hace como que entiende…” Héctor Aguilar Camín lo recuerda (“El camarada Vadillo”, Nexos, marzo de 1990) como el autor del palindroma “más natural que registra el idioma castellano”: “Sana tigre, vas a correr rocas a ver gitanas”, y como el anfitrión de José Revueltas en los días del 68 cuando éste vivió durante un par de meses en su casa, como huésped “clandestino” a voces. En repetidas ocasiones invitamos a Arturo Cantú a reunir sus poemas juveniles aparecidos en Kátharsis, con otros publicados en diferentes medios culturales a lo largo de varias décadas. Su respuesta siempre fue una media sonrisa que cumplía sobradamente como respuesta. De momento, la obra de Cantú, en prosa y verso, con excepción de su estudio sobre Gorostiza, se encuentra dispersa en diversas publicaciones de Monterrey (Kátharsis, Armas y Letras, El porvenir, Nueva Salamandra) y de México (unomásuno, La jornada, El Día, El Nacional, Universidad de México).

Los dos poemas que aquí se incluyen, aparecieron en Kátharsis, en sus números 9-10 (junio-julio 1956) y 17 (octubre de 1957), cuando Cantú contaba con 20 y 21 años, respectivamente. Desde su número inicial, de octubre de 1955 Kátharsis ponía los puntos sobre las íes, con un lenguaje desconocido hasta entonces en Monterrey. En su editorial (y las editoriales siempre las escribió Cantú, según aclaración oportuna de Hugo Padilla) postula: “Aquí, frente a la espalda irreverente del vulgar, se construye la astilla, el pedernal, la fábula; siniestramente crece lo diabólico, anida lo inconsútil, se estanca lo podrido. De aquí brotan los dioses y los cantos, la angustia encarcelada, la embriagante fragancia de los cuerpos, la palabra perdida… El verbo ha de salvar o hundir el universo, él lo puede todo, desde astillar el mundo hasta hacerlo de nuevo diamantino. Aquí estamos nosotros, pues, oscuros adoradores de la palabra…”, escribe el joven poeta de 19 años. Arturo Cantú Sánchez nació en Monterrey, N. L. en el año de 1936, y murió en la ciudad de México el 4 de septiembre de 2006.

Escuela Preparatoria Núm. 2

de la Universidad Autónoma de Nuevo León [1955-2017]

Ing. José Ángel Ovalle González, Director

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Toda la soledad que hay en tus ojos de pantera dormida tus labios de cascada infinita cerca de mí finos y suaves como el agua la plena redondez que hay en la angustia de tus senos ocultos en tus pezones frágiles erectos lo que me niegas hoy lo que no me dirías aunque muriera aquí clavado de rodillas las aves voluptuosas de tus manos tus muslos órbitas desencadenadas como sombras de pronto prisioneras Todo el rencor que hay en tus ojos de vórtice nevado por las lágrimas el congelado frío que reservas a mis dulces axilas tu voz opaca y resonante como estertor agónico y orgiástico tus manos de paloma equidistantes tu alambicado corazón dispuesto el oculto ignorado de tus dientes tu amorw todo tu amor de avispa incandescente tu agreste seriedad pálida y niña de cirio que aún no arde lo que no me conoces lo que ignoras del fuego de mi pelo la sobriedad de ti cuando tú quieres y el quebranto de cabra montés que te atosiga tu corazón de sangre sin orillas el resonante júbilo sin ecos de tu risa tus alegres maneras de muchacho cansado de la vida la sombra de tu cuerpo sorprendido como una prostituta enamorada tus ingles de navajas flexibles y estiletes de sombra perforados tu región de cristales inviolables la doncellez de piedra bajo el agua que te circunda a nado tu voz de címbalos marchitos y de ceniza en fuego tu serpiente de sol sin horizontes la acritud de tus sílabas desnudas la franca rebeldía de tus senos que se desatan como fieras liberadas Tus ojos de reptil bajo la lluvia la alegría en derrota de tu risa el derruido templo en que dejabas tu doncellez de eunuco entelerida tus proféticas cejas de sibila toda la madurez de tus caricias en tu entera intención de no jurar palabras y a veces la espesa miel ardiendo entre tus labios para que nadie finja que te odia.

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Revista Kátharsis, núm. 9-10, junio-julio de 1956.

Arturo Cantú / Dos poemas

Toda la soledad


Los ríos circuncisos El hombre llora a veces, canta, agita su penacho de nervios hasta que caen las plumas, esos frágiles puentes luminosos de palabras, lágrimas y risas. Se agita, sí, como un salto instantáneo de agua turbia, coruscante culebra, látigo despiadado de sí mismo, hacha de luz que muerde el propio cuerpo de su tiempo. Dioses hay que lo miran ciegamente, esferas solo de cristal de viento.

Cuán duro, Dios, de tu inviolado trono sin descender jamás cual lluvia de oro a fecundar las jóvenes matrices, sin alegrar tus ojos de marfil transparente con núbiles caricias largamente esperadas, sin tocar otro cuerpo, o sin sentirlo, con tus aguas de plata, sal o cielo, ¡tan ajeno al contacto de otros labios! Pobre de Ti, Dios mío, que te pudres de ausencia entre tus ríos circuncisos y no puedes tocar mis trémulos cabellos, ni saber de los ojos que te miran.

Dioses de sombras que arrebata el viento, ¡qué tragedia de espasmos infructuosos!

(¡Oh maravilla retorcerse aquí, en la tierra, llorar la sal del mar y desgarrarse el alma!) Ojos más providentes y más tristes izaron desde el polvo nuestros huesos.

Gracias a Ti que te contemplas solo reflejado en el agua de ti mismo, los felices mortales se destrozan, se abrazan, languidecen;

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Revista Kátharsis, núm. 17, octubre de 1957.

por tu pálida frente los ávidos se encuentran son dichosos y lloran; de Ti la fuente, el mar, los pájaros, el denodado sol de junio y las parejas cómplices.

¿Y qué? Si agrias arañas engendradas por su humeante cabeza y maléficas sombras apenas escuchadas, qué, si la barahúnda de las torres desplomadas de susto y los platillos orquestales de la fiesta y el ácido punzón de las mentiras y las soeces caravanas tránsfugas; ¿qué pues que llore, gima, grite? llagas sin fin lo estrujan en la noche y pus destilan, cómo no retorcerse, mientras pálidos, graves, tristes dioses de nostálgico ver, y acaso solo uno, más triste y solo y pálido, contemplan sus criaturas.


Fotografías / Francisco Barragán Codina

Colegio Civil, 2017.

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Luna, 2017.

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Cruces de sombra, 2017.

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Fรกbula del hombre oscuro Gabriel Contreras


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ace muchos años,

en la antigua ciudad de Bajmahed La Hermosa, Nasrudín el Sabio juntó a muchos niños y jóvenes en la plaza. Alzó los brazos pidiendo atención y gritó, acomodándose el turbante: -Eeeeeeyyyyyyy, ahora. Esa era su manera favorita de comenzar su trabajo de pregonero y contador de historias. Nasrudín dio dos golpes sobre el suelo y miró a su alrededor. Cuando todos estuvieron con los ojos bien abiertos, les contó esta historia… –Había una vez, en un país muy lejano, un hombre que se creía rey. Ese hombre tenía las axilas apestosas y miraba a todos en el pueblo con desdén: “–Admírenme, soy el rey, quiéranme. Es una orden”. A veces, ese hombre les escupía gargajos a sus vecinos. “–Son ustedes unos cobardes, dónde está su espada, los reto a todos, a todos juntos, son tontos, son unos tontos muertos de hambre”… Y no, no es que ese hombre fuera malo, simplemente… El hombre oscuro tenía su carácter. Cuentan que se levantaba siempre muy temprano, se calzaba sus botas de piel de serpiente, cargaba su espada y repartía caprichos aquí y allá: “–Quiero esto, quiero aquello”… No, no es que estuviera loco, claro que no, él sólo quería ser poderoso, muy poderoso. Él solo quería… tenerlo todo.

Como el hombre que se creía rey tenía una corte compuesta por lacayos miserables, torpes y débiles a causa del hambre, sus caprichos se convirtieron siempre en instrucciones, las instrucciones en órdenes, y las órdenes en realidades. “–Ahora, quiero un viaje a la magna Tayhajan, y deseo ir acompañado de todo mi equipo, no me importa el precio; ahora, quiero correr montado en un cerdo adentro de la sala de Palacio, tiene que ser un cerdo babeante y asqueroso, como a mí me gustan; ahora, quiero bailar desnudo en la plaza, en medio de una nube de opio; ahora, quiero que me hagan unos versos y una escultura con mi rostro… Y quiero… bañarme en miel y en oro”… Todos sus caprichos fueron minuciosamente cumplidos. Sus lacayos sudaban y se sangraban las manos para que todos esos deseos fueran realizados. Hasta que un día, el hombre oscuro amaneció realmente de malas y decidió prohibir el canto de los flautas. “–Odio esos estúpidos sonidos, odio la madera, el barro de las flautas, exijo que se mueran todas juntas, no me gustan, no les entiendo… Ahora… ahora sólo quiero escuchar el choque de las espadas entre sí. No más música, quiero… sonidos de guerra”. En ese momento, un rumor de suave música y una amenazante ola de gritos comenzaron a sonar frente a las puertas de Palacio…

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Las mujeres de Ignacio Ortiz Alfonso Reyes Martínez

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l rostro habita suspendido en el tiempo,

impenetrable, misterioso, traspasado por las huellas de placeres vividos en los jardines de su propio insomnio. El color toma terreno, se asienta entre las sombras y las luces: golfos congelados por el silencio, oleajes que cuentan las batallas de los cuerpos, nacidas en hoteles de pecado y ebriedad. La imagen, la apariencia solitaria, lucha también contra el olvido que cubrirá insaciable formas y voces atrapadas entre las caudas de polvo que inundarán después los espacios del cuadro. Las mujeres del pintor Ignacio Ortiz nos miran hipnóticas, sumergidas en las horas; nos cuentan una historia oculta que corre por el río de las vidas. En ellas acecha la tentación; vagan entre el sueño de un paraíso prometido que crece incesante y el deseo –flor alada del fuego–, que se desborda. Construidas con una emoción equilibrada, son la síntesis del estilo personal de un artista que nunca ha renunciado a sus voces interiores, que aborda la materia y la ordena en la armonía plástica. Dramas son en los que habla lo oculto a nuestros ojos. En el repetir de las formas: ovales, triangulares, cuadradas, se construye con sintaxis única el discurso de la belleza.

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Ignacio Ortiz en mi recuerdo Gerardo Cantú Guzmán

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falleció en la Ciudad de México Ignacio Ortiz. Fuimos siempre grandes amigos. Nos conocimos aquí, en el Taller de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León, con maestros como Alfonso Reyes Aurrecoechea, Juan Eugenio Mingorance, Elena Tolmacs, José Guadalupe Guadiana, Gene Byron, José Guadalupe Ramírez, Jorge Rangel Guerra y varios más. Mi grupo en el TAP éramos: Aquiles Sepúlveda, Pablo Florez, Marcos Cuéllar, Ignacio Ortiz y yo. Nacho llegó de Michoacán, a trabajar como mensajero en una tintorería; fue subiendo desde abajo. Estaba también Marcos Cuéllar. Formábamos un trío. Para estudiar en “La Esmeralda”, del INBA, nos ayudó Juan Eugenio Mingorance, de quien yo decía que no era español, sino “mitad gitano y mitad moro”, lo que siempre le causaba una carcajada. Al graduarnos en la Escuela de Artes Visuales de la UNL, dimos clase a alumnos como: Guillermo Ceniceros, Javier Sánchez, Saskia Juárez, Efrén Yáñez, Armando López, Esther González, Manuel Durón, Alberto Cavazos. El licenciado Raúl Rangel Frías, rector, impulsó nuestra estancia en el DF. Para entonces, ya éramos amigos de don Alfredo Gracia Vicente, en la librería y galería “Cosmos”. En la Ciudad de México nos recibió José Guadalupe Guadiana. Primero nos llevó con el artista y monero venezolano Pedro León Zapata, pero nos ganó “La Esmeralda”. Allí los maestros fueron: Carlos Orozco Romero, Jesús Guerrero Galván, Manuel Rodríguez Lozano, Pablo O’Higgins… Todos ellos fueron muy cordiales con nosotros. Conocimos al gran Diego Rivera y a lo más selecto de la ace pocas semanas

Escuela de Pintura Mexicana. Estamos hablando de 1953. La beca consistía en $333.33 pesos mensuales, suficientes para cubrir la pensión de la casa de asistencia en Revillagigedo y Arcos de Belén. En México conocimos a Lázaro Cárdenas, a Magda Donato, a Pablo Neruda. Muchos años después, como la novedad era la prosperidad y empuje del Grupo Alfa, ya en la década de los setenta, a nosotros, como maestros, nos pusieron el Grupo Alfalfa. La Ciudad de México siempre me ha cautivado: soy un regio-chilango. Con Ignacio Ortiz me ligó siempre una fuerte hermandad. Coincidíamos en el amor a la pintura y en la reinvindicación de los pobres por la vía del marxismo, aunque nos separaba cierta rivalidad profesional, a veces una muchacha y la relatividad del dinero. Los tres –Marcos, Ignacio y yo−recibimos una beca de la República Checa, entonces parte del bloque soviético. El licenciado Rangel Frías, siendo ya gobernador del Estado, ayudó mucho a que esto se diera. Recuerdo que doña Romelia Domene de Rangel, previendo el invierno que se avecinaba para quienes viajábamos a Europa, le pidió a su hijo Ernesto ropa gruesa para que pudiéramos

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aguantar los fríos de Praga, que llegaban a los 20 grados bajo cero. Le dijo a Ernesto, poeta y luego abogado y notario: “A ellos les ha de servir esta ropa más que a ti”. Era el año de 1956. La experiencia en Checoslovaquia fue única. Viajamos por avión, de Monterrey a México-Toronto-Londres-Zürich-Praga. Llevábamos unos sombreros charros de paja. En la Academia de Artes Plásticas había ya unos 15 mexicanos. Primero nos pusieron a aprender el idioma, mismo que entiendo y hablo a la fecha, y luego iniciamos las clases. Las checas nos deslumbraron. Eran cariñosísimas. Me hice novio de una de ellas, aunque el romance fue más breve de lo que yo hubiera querido. Nacho conoció allí a su primera esposa. Después de varias, se casó con la búlgara Esveta, con quien tuvieron a Acasia. En esos años, ¡teníamos todo por descubrirlo! Praga era y es una maravilla de ciudad. Su río Moldava, su distribución urbana, sus conciertos, sus museos y parques… todo nos cautivó. Yo compuse un poema a Praga, la ciudad no suficientemente conocida ni amada. Cargaba conmigo desde México dos cuadros: un autorretrato y una maternidad. Ambos óleos me sirvieron para para darme a conocer en la Acade-

mia. Trabajábamos muchísimo en los talleres. La comida no era tan mala, pero estábamos en la postguerra y aún se racionaban los alimentos. No faltaban el té y la cerveza. Los domingos me la pasaba en el Museo de Arte Moderno de Praga. Allí me empapé de Picasso, Klee, Chagall, Miró… Nacho regresó a México con su joven esposa y allí pusieron después una galería y tienda de antigüedades. Yo seguí con Marcos a París, pero eso es tema de otro material. A Monterrey regresé en 1961. Calzada Madero, entre Villagrán y Bernardo Reyes. Después me casé con Marinés Medero, cubana, mi eterna compañera. Tuvimos tres hijos. Ahora hay tres nietos. Los matrimonios nos seguimos viendo aquí y en México. Nacho fue siempre el mismo: un tanto reservado y meditabundo. Pintaba bien y era igualmente muy buen maestro de artes plásticas. Dominaba muchos géneros. Su muerte me impactó. Me hizo recordar muchas de nuestras irresponsables andanzas. Hoy que se ha ido, no puedo menos que beber a su salud una copa de vino y decirle que no lo olvidamos en Monterrey; que aquí hay mucho de su obra; y que su nombre evoca juventud, madurez y plenitud.

Ignacio Ortiz Cedeño, (1934-2017). Nació en La Piedad, Mi-

choacán, en 1934. Se trasladó con su familia a la ciudad de Monterrey a los 12 años de edad, y desde entonces empezó su vocación por la pintura. A los 18 años ingresó al Taller de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León, del cual sería director en 1960, y en donde fueron sus maestros: Carmen Cortés, pintora española, José Guadalupe Ramírez, Jorge Rangel Guerra y otro español, Juan Eugenio Mingorance. Ayudado con una beca otorgada por Raúl Rangel Frías, rector entonces de la Universidad, el joven Ignacio viajó a la ciudad de México para estudiar en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”. Esos años tuvo entre sus maestros a destacadas figuras del arte mexicano: Diego Rivera, José Clemente Orozco, Rufino Tamayo, Jesús Guerrero Galván, Pablo O’Higgins, Santos Balmori, Germán Cueto, Carlos Orozco Romero y Manuel Rodríguez Lozano. Por su gran talento, la Universidad de Nuevo León le otorgó otra beca para estudiar en la Escuela de Artes Plásticas de Praga, Checoslovaquia, de 1958 a 1960. En 1968 obtuvo una beca para estudiar un doctorado en Historia del Arte en la ciudad de Uppsala, Suecia. En una de sus estancias europeas, Ortiz conoció a quien sería una de sus grandes influencias: Pablo Picasso. Fue invitado por el gran español a visitar su taller en Vallauris, Francia. Su primera exposición fue en 1947 y fue el inicio de muchas otras a lo largo de su vida: en México, los Estados Unidos, Suecia, Francia, Checoslovaquia, Bulgaria y España. Murió en la ciudad de México.

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Óyeme, Pedro Óyeme, Pedro: unas palabras de partida. ¿Sabes?, somos unos pocos de tus amigos. Otros no pudieron venir, los pájaros y las estrellas. Mira: esto se acabó; tu dolor y tu soledad. Ahora empiezan los nuestros. En el umbral del tránsito oscuro, antes de que te vayas, déjame decirte: eras un viejo madero inútil, herido en el costado, ah, los arrecifes, batido por las aguas, comido por la sal. ¡Viejo madero inútil, mascarón de proa! Tu ojo inmóvil y estrábico, escrutaba el misterio, poeta, de tu España de siglos. Baja a tierra, que has llegado por fin a puerto, para que te ablande la ternura de nuestro suelo. Quedas cual dormido gorrión. Deja aquí tu sangre dulce en los terrones nuestros, alza la voz al cielo y tiende tus poemas al sol entre México y España. Hasta luego, Pedro.

Oración fúnebre improvisada por Raúl Rangel Frías en el entierro del poeta Pedro Garfias. Panteón del Carmen, Monterrey, Nuevo León, el 9 de agosto de 1967. (Fragmento).

Pedro Garfias Salamanca, 1901-Monterrey, 1967


Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León 67 años en la cultura Ciudad Universitaria, 2017

Sindicato de deTrabajadores Trabajadores Sindicato delalaUniversidad UniversidadAutónoma Autónoma de de Nuevo Nuevo León León de

“Unidos enlucha la lucha porlalajusticia justicia yyelel saber Unidos en la por saber” 1964–2017 1964-2017 53 años de presencia sindical y de apoyo a la cultura 53 años de presencia sindical y de apoyo a la cultura Dr. Félix Martínez

Dr. Félix Martínez Lazcano Lazcano SecretarioGeneral General Secretario

Albino Espinosa 1330, Centro, 64000 Monterrey, N.L.


Palabras en luz

[Fotografías de Pedro Valtierra] Hernando Garza

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n el vértigo de los días actuales,

es necesario recordar a personajes de la literatura nacional y latinoamericana que forman y han formado parte del panorama de las letras y las artes de la segunda mitad del siglo XX y las primeras del XXI. Por ello, la exposición “Palabras en luz. Fotografías de Pedro Valtierra”, es una auténtica joya, un seminario visual, de urgencia para la memoria contemporánea, que se exhibe en la sala acristalada norte del Colegio Civil Centro Cultural Universitario, sede de la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL. La muestra consta de 36 imágenes en blanco y negro, capturadas en el período de 1982 a 2001, en situaciones cotidianas, sin poses, en redacciones, jardines, escaleras, oficinas, ceremonias, trayectos, en charlas, relajados, en la calle, a un lado de un árbol, bibliotecas, incluso en aviones. Imágenes irrepetibles de nuestros autores. La compilación incluye poetas, periodistas, ensayistas, narradores, conductores de televisión, dramaturgos y guionistas de cine, promotores, directores de suplementos, revistas y publicaciones, hombres y mujeres de las letras. Fue en esta exposición donde se mostraron por primera ocasión esta serie de imágenes de personajes, algunos de ellos ya desaparecidos, escritores tan relevantes como Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Fernando Benítez, Carlos Montemayor, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Eduardo Galeano y el pintor y dibujante Francisco Toledo. Valtierra tiene imágenes de Elena Poniatowska, Elena Garro, Carmen Boullosa, Cristina Pacheco, Bárbara Jacobs, Silvia Molina, Ricardo Elizondo, Daniel Sada y José Saramago; además de Andrés Huerta, Jai-

me Sabines, José Emilio Pacheco, Vicente Leñero, Sergio Pitol, Luis González de Alba, y el cantante Joaquín Sabina.La lista de personajes incluidos incluye también a Marco Aurelio Carballo, Armando Ramírez, Eraclio Zepeda, Guillermo Samperio y David Martín del Campo, Alí Chumacero, Luis Cardoza y Aragón y Renato Leduc, Eduardo del Río, “Rius”, Edmundo Valadés, Augusto Monterroso y Federico Campbell. En perspectiva, las fotos son un legado de inestimable valor y forma parte del patrimonio cultural intangible. Cada personaje representa trayectoria, ideas, debates, obras, percepciones, creaciones, libros, proyectos. La importancia de la exhibición no solo consiste en promoverlos, sino también en incentivar a la comunidad universitaria y al público en general, a que conozcan sus obras y carreras literarias. Pedro Valtierra cuenta con 40 años de trayectoria, y entre sus reconocimientos más reciente tiene el ser ganador de la Medalla al Mérito en Ciencias y Artes 2016, en la categoría en Artes Visuales que otorga la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México. En 1986 fundó la Agencia Cuartoscuro y en 1993 la revista del mismo nombre. Ha realizado 320 exposiciones a nivel nacional e internacional, publicado libros y también ha recibido premios en el país y el extranjero, son los casos del Premio “Rey de España” en 1998 y el Premio Nacional de Periodismo en 2014, entre otros.

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Pedro Valtierra. Joaquín Sabina y José Saramago en un evento de la comandancia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Ciudad de México, 10 de marzo de 2001.

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Pedro Valtierra. Elena Poniatowska con Gabriel García Márquez, Cuartoscuro.com, México, D.F., junio de 1986.

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José Villagrán García: teórico de la arquitectura modernista mexicana Álvaro Chapa González


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Villagrán García, (Ciudad de México, 1901-1982). Egresado de la Escuela de San Carlos en 1922, fue maestro desde 1924 en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de México, de la que después fue director y maestro emérito. Creador e impulsor de la teoría de la arquitectura mexicana, fue maestro de un racimo de arquitectos que destacarían luego a nivel internacional, integrantes de la primera generación modernista de acentuado énfasis en lo nacional, como Enrique Yáñez, Juan O’gorman y Agustín Hernández entre otros, en cuyos proyectos y obras realizadas reflejarían después los conceptos y teorías básicas iniciadas en el aula bajo su cátedra. El maestro Villagrán considera que existen, además de los valores básicos de lo útil, lógico y estético, el de tipo social, principios aplicados en sus obras, como la Clínica de la Granja Sanitaria (1929), el Instituto de Higiene de Popotla y el Hospital de Cardiología de la Ciudad de México (1937), como lo vemos claramente expuesto en la obra Villagrán, teórico de la arquitectura mexicana, del doctor en arquitectura Ramón Vargas Salguero, editado por la ASINEA, en donde se da a conocer su biografía más completa, las conferencias impartidas, las cartas personales y los artículos periodísticos publicados por él. Vargas Salguero expresa con entusiasmo su aprecio por el maestro –de creencias católicas–, y con una mente abierta e incluyente considera los aspectos sociales que según su criterio, enriquecen la teoría–doctrina de la arquitectura mexicana y que propone JVG. Hemos de decir que los tres primeros valores: lo útil, lo lógico y lo estético, Villagrán los toma de Vitrubio, como lo expresa claramente y señala: “Quien desconoce históricamente las necesidades reales de la sociedad mexicana posrevolucionaria de esta época, no puede hacer una buena obra arquitectónica en nuestro país”. Y agrega un cuarto valor: lo social, donde incluye a comunidades como la nuestra, con carencias de recursos y muchas otras necesidades insatisfechas desde hace

siglos, y que la “arquitectura de estilo” ha sido y es incapaz de responder a los más básicos reclamos. Pretende unir las prácticas de la profesión en arquitectura a las teorías congruentes a la realidad que se vive. Un arquitecto no podría resolver los problemas que se le plantean sin conocer las necesidades de su verdadera y cabal utilidad social, es decir, partir de la realidad propia de los usuarios para realizar un buen programa que permita surgir un partido, sin copiar estilos imperantes como se hacía, y se hace, con mucha frecuencia. Villagrán García estaba en contra del formalismo como moda desde hace más de medio siglo. Nos dice en sus escritos y conferencias que “a un pueblo como el nuestro lleno de pobres, es inútil ofrecer cajas verticales con vitrales coloreados y sofisticadas formas hiperbólicas de concreto”, porque esto es el equivalente a dar “comidas de lujo a quienes no tienen ni vajillas de plata ni servicios de etiqueta, evitar hacer obras de relumbrón con timbres personalistas, –lo que se sigue llamando arquitectura de firma, algunos proyectos caros, edificios públicos hace poco construidos, son pagados desgraciadamente con los impuestos de los pobres contribuyentes mexicanos”. La teoría-doctrina del maestro Villagrán fue y es todavía una verdadera revolución que terminó siendo una gran escuela; pretende no sólo una estética formal, sino una auténtica y cabal ética profesional. Impulsa una renovación constructiva, conservando la propia individualidad del arquitecto, ya que en cada una de las obras que realice, deberá tener un criterio sano que será el camino de donde surgirá, como torrente, la teoría mexicana, que estará hecha por responsables arquitectos mexicanos. Su propuesta se concreta en partir del conocimiento real del problema que se va a solucionar en una realidad social; será entonces como cimiento sólido, bien fundamentado, para hacer una auténtica arquitectura mexicana, evitando las “recetas” y la copia de revistas “extranjerizantes”, y las reglas no válidas de otros países, ajenos obviamente a nuestra idiosincracia.

osé

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El pasado presente

Biblioteca “José Alvarado” de la Facultad de Filosofía y Letras [ Notas para su historia ] J. G. Martínez


III. La Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras

Para dar continuidad a las obras en proceso en la Ciudad Universitaria, y no dejar en suspenso el edificio correspondiente a la FFyL por falta de recursos económicos, se pensó y puso en marcha la solicitud a don Carlos Guajardo para destinar el fideicomiso a la construcción del edificio. La solicitud fue aprobada y el edificio original –sin los agregados actuales– principió sus actividades en 1962, una vez inaugurado por el presidente Adolfo López Mateos en el año 1963. En esta época la biblioteca funcionó en el segundo piso y parte del tercero; en el segundo estaban las mesas de lectura (36) y las oficinas de servicio al público; en el tercero, la estantería con los libros. De los 2,200 volúmenes con que contaba en 1955, creció en forma rápida hasta 1961, llegando a 4,500 ejemplares, pero posteriormente atenuó su crecimiento. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que a partir de esta fecha –septiembre de 1961– la biblioteca ya no contó con recursos propios. Sin embargo, como dejamos apuntado, el altruismo de los nuevoleoneses vino a paliar las carencias económicas y, por disposición de los familiares del poeta Simón Guajardo –con quien estamos en deuda, según lo señala Raúl Rangel Frías en sus Memorias–, la otra parte de su biblioteca personal fue donada a la Facultad (Simón Guajardo fue integrante del Grupo “Renovación”, junto con Ruy González, Antonio César Cantú, Alfredo Rangel Relamy y José Alvarado. Dirigió en forma anónima varios números de la Revista Estudiantil y uno cuando menos –el número 47– de la misma revista cuando cambió su nombre a Renovación, esto en el año de 1927. También participó activamente en el proyecto para fundar la Universidad de Nuevo León. Es autor de numerosos artículos periodísticos publicados en El Porvenir y de dos libros de poesía: Canciones de soledad, 1937, y Musa loca, inédito hasta la fecha). La profesión y los gustos literarios determinaron las especialidades que formaron a este acervo. Aunque no conocemos el número ni el sello que los identifique, si podemos afirmar que la mayoría de estos libros eran de literatura,

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Escuela de Verano y los Cursos Preparatorios, la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) se concibió, y al nacer en 1950, dio a luz –los libros son entes luminosos– a su biblioteca. Es decir: los libros pasaban de mano en mano entre los maestros y luego de éstos a los alumnos. Por ejemplo, algunos libros de don Francisco M. Zertuche llegaron a las manos de los primeros estudiantes: David Martell o José Ángel Rendón; o de las manos del doctor Federico Uribe pasaron a las de Carmen Alardín, Homero Garza o Ramiro Garza. La Facultad, por necesidades de espacio, tuvo que cambiar varias veces de lugar y al hacerlo, trajo consigo a su inseparable compañera, esto es, a su biblioteca. En su peregrinar, la FFyL ocupó los siguientes sitios: — De 1951 a 1952, cuando se fundó oficialmente, en la calle Washington Núm. 416, oriente. — De 1952 a 1955, en la calle 15 de mayo Núm. 419, poniente. — De 1955 a 1962, en la calle Zaragoza Núm. 244, norte. Los lugares que ocupaba la Facultad los ocupaba también su biblioteca. Es precisamente en el último periodo cuando se instituye el fideicomiso aportado por don Carlos Guajardo para adquirir los libros –clásicos y modernos– solicitados por maestros y alumnos de la FFyL. Es gracias a don Carlos –hombre culto y sin prejuicios ideológicos–, industrial de Monterrey, que llegan a la biblioteca los clásicos españoles publicados por Editorial Aguilar, y obras de los escritores franceses modernos publicados por Gallimard. (Si se toma un libro del acervo general y se descubre un sello que dice: “Fondo Ricardo Guajardo”, sabrán que tienen en sus manos una obra comprada con dicho fideicomiso). Es en este periodo cuando la biblioteca enriqueció sus estantes y contó con fondos claramente estipulados para comprar los libros que se necesitaban. esde la

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en especial de poesía, y una cantidad reducida de derecho. Donativos posteriores aumentaron el acervo bibliográfico de la biblioteca. En 1970, la profesora María Terán Tovar, decidió donar la biblioteca personal de su esposo, el distinguido maestro Francisco M. Zertuche (1905-1956). Esta biblioteca fue recibida por el director, doctor Jorge Rangel Guerra. La especialidad de este acervo estaba centrado en literatura española clásica, enriquecida con investigaciones referidas a su época. El profesor Zertuche nació en San Pedro de las Colonias, Coahuila; estudió filosofía y letras en la Universidad Nacional y llegó a Monterrey en 1929. Impartió varias cátedras de literatura en la Escuela Nocturna de Bachilleres y en 1945 fundó la Escuela de Verano. Escribió en la revista Armas y Letras y dictó cátedras de su especialidad en la naciente Facultad de Filosofía y Letras. Al reunir sus ensayos se han publicado, post mortem, varios libros: Literatura mexicana de los siglos XVI, XVII y XVIII, Sor Juana y la Compañía de Jesús y Lope de Vega. Su biblioteca forma parte del acervo general y sus libros pueden ser identificados porque llevan escrito su nombre con pluma fuente: Francisco M. Zertuche. (Ignoramos la cantidad de volúmenes donados). Durante la gubernatura del doctor Pedro Zorrilla Martínez –hombre sencillo, culto y amigo de periodistas e intelectuales–, se hicieron las gestiones para adquirir la biblioteca personal del escritor nuevoleonés José Alvarado –que había ocupado la rectoría de la UNL de 1961 a 1963–, fallecido en la ciudad de México el 23 de septiembre de 1974. Los trámites duraron un año, tiempo exigido por la doctora Cándida Pérez de Alvarado para poder cumplir con las tradiciones tabasqueñas. Al concretarse la compra simbólica de la biblioteca personal de José Alvarado (19111974), ésta se trasladó a Monterrey. El encargado de sellar cada uno de los libros con el lema “ESTE LIBRO/PERTENECIÓ/A LA BIBLIOTECA/ DE JOSÉ ALVARADO”, fue el poeta Ernesto Rangel Domene. Dicho fondo fue entregado para

su custodia a la Facultad de Filosofía y Letras, y recibido por el director, licenciado Tomás González de Luna, en brillante ceremonia celebrada el 7 de mayo de 1975. El acervo estaba formado por 4,500 ejemplares, 10,000 artículos publicados en periódicos y revistas; pero éstos eran copias de los originales –carentes de fecha y lugar de su publicación–, recortes de periódicos –El Nacional, Excélsior, Siempre!, El Día, y otros más– con artículos de su autoría, fotografías y cartas de sus familiares. También, por colecciones de revistas: Revista Estudiantil, Futuro y otras. A esta ceremonia asistió la esposa de Alvarado, quien hizo la entrega oficial. La acompañaron Renato Leduc, Enrique Ramírez y Ramírez y Alí Chumacero. Al día siguiente, o sea, el 8 de mayo, la doctora Cándida llegó a Lampazos de Naranjo, lugar de nacimiento de Pepe Alvarado, para donar a la biblioteca de ese Municipio cinco grandes cajas con libros (de 1200 a 1,500) y dos retratos. Los libros quedaron en el lugar que ocupaban las oficinas del PRI y los retratos se encuentran actualmente en las oficinas del Palacio Municipal. Del acervo hemerográfico que tiene en custodia la Facultad de Filosofía y Letras se han publicado: Escritos (1984), Alvarado el joven (1992), Deferencias para José Alvarado (1994), Tiempo guardado: cuentos y novelas cortas (2000), y se prepara para este año Tiempo guardado en futuro. Por ser el de Alvarado un acervo muy valioso, se retiró del acervo general para evitar pérdidas, y se destinó un espacio para su consulta. En estos momentos, por gestiones hechas por su director, licenciado Abraham Ibarra ante la dirección de la Facultad, se consiguió presupuesto para remozar el espacio y modernizarlo, uniformar el acervo empastándolo de un mismo color y adecuar estanterías y mesas para comodidad de los investigadores. De 1950 a 1974, a la biblioteca se le nombró sólo así: Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, y es a partir del 7 de mayo de 1975 cuando las autoridades universitarias y la dirección de la Facultad decidieron llamarla Biblioteca “José

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Alvarado”, nombre que porta con orgullo desde entonces. Fue a partir de ese año 1974 cuando la FFyL creció en forma rápida, impulsada por el desarrollo económico e impelida por la necesidad de ampliar su espectro académico se crearon los colegios de Sociología, Historia, Pedagogía y Traducción o Lingüística. Este mismo año se organizó la División de Estudios Superiores, diseñada por los doctores Elí de Gortari y Adolfo Sánchez Vázquez. Se crearon las maestrías en Metodología de la Ciencia, Enseñanza Superior (1975) y Bibliotecología (1979); en estos años nace la Escuela de Teatro. Debemos puntualizar que con la oferta educativa creció también el número de estudiantes y con éstos la necesidad de espacios adecuados para estudiar y consultar las bibliografías proporcionadas por los maestros. Si bien la biblioteca no tuvo un presupuesto fijo entregado puntualmente, sí se hacían compras de libros con la autorización de los directores en turno. Vino a salvar esta carencia, de nueva cuenta, el altruismo de los nuevoleoneses. Para dar apoyo a la recién creada licenciatura en pedagogía, se adquirió en un precio simbólico el acervo del profesor Daniel Urencio Ramírez, en el que los estudiantes pudieron

consultar a todos los clásicos de la pedagogía y a los modernos de esos años. Después llegó la donación de la hija del licenciado Aurelio Martínez González, formada por 2,545 textos con especialidad en historia y en arte. Luego la del doctor Juan José García Gómez, formada por 3,000 libros con especialidad en literatura hispanoamericana. El doctor Juan José García Gómez fue autor también de varios libros de poesía, como Ezequiel Suicida, entre otros, y pionero en la creación de programas televisivos de apoyo a la enseñanza. En fecha reciente, dos de los más prestigiados poetas jóvenes, catedráticos de la FFyL, donaron un importante acervo con textos de su especialidad: poesía y crítica literaria. Ella, Minerva Margarita Villarreal, autora de El corazón más secreto, y Mar del Norte. Como se puede apreciar, la biblioteca creció en forma desmesurada: de los 2,200 volúmenes con que contaba al nacer, aumentó a 4,500 con el fideicomiso aportado por la familia Guajardo, y con las compras y adquisiciones de acervos particulares llegó a tener un total de 46,997 ejemplares en el año 2000. Las necesidades internas crecieron en forma proporcional al aumento de estudiantes. En los primeros años nunca pasaron de 30 alumnos inscritos y para atenderlos, cuando solicitaban algún

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libro, estaba siempre la secretaria del director que hacía de todo; este trabajo múltiple lo realizó por muchos años Sara Hilda Treviño –1950-1961–, hasta que se nombró –esto cuando la Facultad pasó a formar parte de Ciudad Universitaria–, a una bibliotecaria con el cargo de jefa. Los responsables de la biblioteca fueron primero “encargados”, después “jefes” y actualmente “directores”. Al aumentar el número de libros fue aumentando también el personal. En los primeros años ingresaron como trabajadores personas ligadas a los libros, a quienes podemos llamar “románticos”, aficionados a la lectura y por lo mismo enterados de las vanguardias literarias; otros eran recomendados y no faltaban los “inadaptados” que llegaban a la biblioteca por algún tiempo y sobre todo como un castigo; algunos más llegaban nombrados por influencias políticas. Pero, al crecer las necesidades, los usuarios necesitaban un servicio más eficiente, la entrega de los libros con mayor rapidez, hacer sugerencias complementarias de otros textos y orientaciones más precisas. Fue con la señora Carmen Mireya Ortiz como “jefa” (1974-85), cuando arranca la modernización de la biblioteca. Antes habían ocupado la jefatura José María Palos, Benjamín Morquecho y David Calderón Mar; ellos intentaron organizarla utilizando el Sistema Decimal Dewey, mas no lograron terminar su proyecto. Fue la señora Carmen Mireya quien solicitó y consiguió de la dirección de la Facultad el dinero para comprar los libros de clasificación y catalogación más modernos, y se rodeó de gente semiprofesional en el campo de la bibliotecología; decimos semiprofesional porque habían egresado de otras facultades, pero por haber tomado algunos cursos de capacitación en este terreno, tenían las armas de trabajo suficientes para comprender la catalogación y clasificación de la biblioteca; entre los que colaboraron con la señora Mireya destacan: el licenciado Abraham Ibarra Fernández, la doctora Enriqueta Ortiz, el licenciado Manuel Rodríguez Ortiz, la licenciada Guadalupe Elidé Núñez y el licenciado Michael Levitas. Los movimientos universitarios han cimbrado

siempre a la universidad. En uno de ellos, la Facultad fue “tomada”, asaltada varias veces (1973) para deponer y luego nombrar a otros directores. Durante uno de esos movimientos, suscitado en busca de la separación de Psicología, la biblioteca fue ocupada por los “separatistas”, quienes se llevaron una cantidad no cuantificada de libros, supuestamente todos los relacionados con la entonces naciente Facultad de Psicología. (Todavía se espera la restitución de dicho material, al menos del que tenga el sello “Fondo Ricardo Guajardo). Al ser depuesto un director, el entrante cambió a los “jefes” de cada departamento, entre ellos al de la biblioteca, perjudicando su desarrollo y buen funcionamiento. De 1975 a 1986, la Facultad funcionó en forma estable –al crearse la División de Estudios Superiores para obtener una mayor especialización, nació con su biblioteca, dependiente hasta ahora de la “Biblioteca José Alvarado”–, aunque por la falta de personal especializado y tecnología de vanguardia, siempre con un rezago importante de libros sin catalogar y sin clasificar. En este tiempo han ocupado la jefatura de la biblioteca Martha Flores de Nuncio, y los licenciados José Luis Méndez, Mario Pérez Delgado y Abraham Ibarra Fernández. Con el nombramiento del licenciado Abraham Ibarra, la biblioteca entró de lleno a la profesionalización; el nuevo personal contratado tuvo que cumplir con dos requisitos indispensables: ser egresado de la licenciatura en bibliotecología y estar familiarizado con los sistemas de cómputo. Para ello se contó con el apoyo total del director, licenciado Nicolás Duarte Ortega, para los gastos generados, la compra de estantería, y las máquinas de cómputo adicionales, los gastos de encuadernación de la revista Siempre! y del acervo personal de José Alvarado. Antes se destinaba para esto la renta obtenida por la concesión de la cafetería y mucho antes sólo de las donaciones que esporádicamente llegaban de la rectoría. Todo esto facilitó la modernización a la que se aspiraba, sin olvidar las gestiones realizadas ante instituciones internacionales como la Fundación

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llos clásicos latinos y griegos traídos a nuestros terruños por militares, gobernadores y canónigos –muchos de ellos en tiempos prohibidos–, y que ahora se consultan con toda libertad. El espíritu de Alonso de León, de Martín de Zavala, de fray Servando, de Gonzalitos, de Alfonso Reyes, de José Alvarado, de Raúl Rangel y de tantos otros, dialogan con los estudiantes y fortalecen la sospecha de que los nuevoleoneses han sido siempre un pueblo que aspira y lucha por la alta cultura.

Bill Gates y la Dialog Corporation, y el Proyecto Federal FOMES, del cual se recibió un apoyo financiero considerable. En la automatización de la biblioteca deben destacarse los siguientes momentos: En 1986 se dieron los primeros pasos hacia la Catalogación en forma automatizada, utilizando un software denominado “MICROISIS”. En 1994 toda la información almacenada se transfirió a la Dirección de Sistemas e Informática de la UANL. En ese mismo año –1994– se instaló el laboratorio de cómputo asignado al Colegio de Bibliotecología, aprovechado también para dar capacitación continua a los bibliotecarios. Al inaugurarse contaba con siete máquinas para esta función, y más adelante con veinte. En el año 2001 se digitalizó la información contando con las siguientes bases de datos: a) 2,027 ejemplares capturados y procesados. b) “InfoLatina”, con consulta en línea a más de dos millones de artículos. c) “ProQuest”, que dispone de 2,600 publicaciones académicas a las que pueden consultar en forma gratuita. d) “Dialog Ademic”, con 630 bases con referencias o con texto completo. e) “British Library”, para la recuperación de documentos. En 1982 se inauguró el nuevo edificio, que hoy ocupa la Biblioteca “José Alvarado”, donde se obtiene el número de clasificación LCD, sistema utilizado en la biblioteca del Congreso de los EUA, empleado en bibliotecas con más de 50,000 ejemplares. Es preciso enfatizar algo que resulta evidente al leer estas notas: el afán por la cultura de los nuevoleoneses y su altruismo en favor de las instituciones de cultura superior, incluidas sus bibliotecas; este espíritu enlaza los antecedentes lejanos y los antecedentes cercanos a la Biblioteca “José Alvarado”; aquí se encuentran, si no los libros originales, sí las ediciones posteriores de aque-

Bibliografía ARMAS Y LETRAS, Boletín mensual de la Universidad de Nuevo León, edición facsimilar, primera época, 1944-1950, tomo I, Gobierno del Estado de Nuevo León/Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México, 1993. ARMAS Y LETRAS, Boletín mensual de la Universidad de Nuevo León, edición facsimilar, 1951-1957, tomo II, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México, 1998. Cavazos Garza, Israel, El Colegio Civil de Nuevo León: contribución para su historia, Ediciones del Centenario del Colegio Civil, Universidad de Nuevo León, Monterrey, México, 1957. Cavazos Garza, Israel, Escritores de Nuevo León: Diccionario bibliográfico, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México, 1996. Elizondo, Juan Manuel, Memorias improvisadas, UANL, Filosofía y Letras, Monterrey, México, 2001. Flores de Nuncio, Martha, Historia de las bibliotecas en Nuevo León, Dirección General de Bibliotecas, México, 1993. Flores Gómez, Helio/Rangel Frías, Raúl, Apuntes históricos del Colegio Civil del Estado de Nuevo León 18591920, Imprenta del Gobierno, enero de 1931. Testimonios sobre el Colegio Civil [por] Miguel García Cantú y Leticia S. Herrera, UANL, Colegio Civil, Preparatoria Núm. 1, Monterrey, México, 1993. González, Héctor, Siglo y medio de cultura nuevoleonesa, Ediciones Botas, México, 1946. Zapata Aguilar, Gerardo, Bibliotecas antiguas de Nuevo León, UANL, Monterrey, México, 1996. UNIVERSIDAD: Órgano del Consejo de Cultura Superior, Monterrey, N. L., (Núms. 1, 2, 3, 4, 5 y 6; de 1942 a 1946).

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Pueblo de Indios de Nuestra Señora de San Juan del Carrizal de la Nueva Tlaxcala, en el Valle de las Salinas Meynardo Vázquez


El Valle de las Salinas

de Alcalde Mayor del Real de Minas de San Nicolás en el Valle de las Salinas, al capitán Francisco Báez de Benavides. Sólo a partir de entonces sus vecinos ejercerán cargos de república.3 Las huellas tlaxcaltecas en la historiografía de Nuevo León son consignadas por el capitán Alonso de León al hacer referencia –quizá– al primer pueblo de indios tlaxcaltecas en este reino. El 1 de noviembre de 1646, De León recibe comisión de fundar un pueblo de indios; la constancia de que cumplió el mandato se encuentra referida en su Relación y Discursos : “…donde hoy están poblados los tlaxcaltecos, que es la labor de los propios de esta Villa de Cadereyta”.4 Otro indicio más de los tlaxcaltecas en el Nuevo Reino lo comparte Don José Eleuterio González; el eminente doctor Gonzalitos publica en 1877 sus Apuntes para la Historia Eclesiástica. Allí, entre otros temas, refiere la existencia de este pueblo de indios en el valle de las Salinas, anota: “en 1685 vino de gobernador el marqués de San Miguel de Aguayo (…) este mismo marqués fundó, con indios tlaxcaltecas, el pueblo de Nuestra Señora de San Juan, en 16 de mayo de 1687. Este pueblo ya no existe y estaba en las inmediaciones de Santa Elena”.* 5 Santiago Roel, en sus Apuntes Históricos de Nuevo León, publicados por primera vez en 1938, sugiere un lugar distinto para el asentamiento tlaxcalteca, ubicándolo en lo que hoy es Higueras; apunta: “…D. Agustín Echever y Subízar, marqués de San Miguel de Aguayo (…) En su tiempo (…) fundó el pueblo (…) titulado Nuestra Señora de San Juan, frente al Cerro de Camaján, en la hoy municipalidad de Higueras; pero éste duró muy poco tiempo”.6 No diciendo don Santiago Roel las causas del “poco tiempo” de duración del pueblo talxcalteca. Al no citar fuentes, los autores dejan al libre albedrío sus dichos. Eugenio del Hoyo7 al referir al pueblo de indios tlaxcaltecas cita a Gonzalitos. Israel Cavazos8 por su parte cita a Santiago Roel. Estos diferendos, aparentemente de poca monta, al paso del tiempo adquieren simpatizantes que,

H

acia el primer tercio del siglo XVII, la ciudad de Monterrey conservaría intacta la jurisdicción otorgada desde su fundación de quince leguas por cada viento, es decir 62 kilómetros, 850 metros por punto cardinal; en sus términos hacia el norte registrará la primera disminución al crearse el Valle de las Salinas1 en 1638. Esta área hasta entonces de la capital del Reino, registraba un notable incremento en las actividades mineras, agrícolas y ganaderas, propiciando un aumento poblacional; de San Francisco (Mina) hasta El Carrizal (Marín) la ribera del río Pesquería Grande registró asentamientos significativos, pocos como el Pueblo de Indios que aquí abordamos, enfrentaron dificultades para sostenerse, por el acoso y ambición de sus vecinos criollos, contra quienes enfrentaron los tlaxcaltecas un largo litigio; finalmente sus pobladores terminarían convencidos por el gobernador justiciero Jerónimo de Barbadillo y Victoria y por él guiados en 1715, a abandonar las disputas y el pueblo que ellos habían construido, e ir a fundar la misión de Purificación en el Valle del Pilón. No obstante, su iniciativa de plantar el pueblo de Nuestra Señora de San Juan del Carrizal, propició el establecimiento de un nuevo asentamiento habitado por los criollos y constituido en el mismo sitio. Previsor, Martín de Zavala, gobernador del Nuevo Reino de León —de 1626 a 1664—, ordenó las gestiones correspondientes para otorgar jurisdicción, tanto a la Villa de Cadereyta, que refundó en 1638 y había dejado sin definir su jurisdicción, como a la nueva alcaldía que instalaría en el Valle de las Salinas. El licenciado Juan de Sigüenza, abogado de la Real Audiencia de la Nueva España, presidió las diligencias que definieron y otorgaron la dotación para el territorio jurisdiccional de las nuevas alcaldías mayores.2 Ese año de 1638, el Valle de las Salinas obtiene la delimitación de su jurisdicción; sin embargo, será hasta el 1 de octubre de 1646 cuando el gobernador Martín de Zavala entregue el primer título

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sí, la aliada más sobresaliente en el avance conquistador y fundacional español hacia el norte de la Nueva España. Por servicios prestados a la corona española, Los tlaxcaltecas fueron, por derecho del rey Felipe II, asimilados a los conquistadores; obtienen Cédula Real que les otorga derechos entonces sólo concedidos a los peninsulares. La decisión del monarca es ejecutada por Luis de Velasco, virrey de la Nueva España. Estas prerrogativas se conocen como Capitulaciones del Virrey Velasco favorables a los tlaxcaltecas para que emigren hacia el norte a fundar pueblos y ayuden a reducir a los chichimecas.11 Entre los privilegios que los tlaxcaltecas obtienen destaca el que “…sus subcesores y descendientes de mas de ser hidalgos e libres de todo tributo alcabala e servicio personal (…) gozen todas las libertades exsenciones e privilegios (…) puedan tener e traer armas y andar a caballo ensillado sin incurrir en pena. (…) e fundar e formar pueblos”.12 En 1591, al amparo de dicha capitulación, ochenta familias tlaxcaltecas emprenden un largo viaje, trasladándose de su lugar de origen a territorio del valle del Saltillo, y fundan la Villa de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Buena tierra, agua suficiente y su destreza en el trabajo agrícola, generaron un excedente propicio para lograr un considerable aumento demográfico. Ello propició que en el otoño de 1674, “…su población había aumentado de ochenta familias [sic] a más de quinientas desde su fundación, y que ya no había suficiente tierra ni agua para sus necesidades en expansión.”13 Ante tal circunstancia, el futuro de las nuevas familias tlaxcaltecas no tiene más destino que volver a emigrar. Su rumbo continuará siendo el norte. Se decía entonces que en esa dirección abundabann los metales de buena ley; aunque a decir de las noticias de la época lo que abundaba eran indios naturales, identificados generalmente como chichimecas, dueños de montes y ríos, con una continua y amplia movilidad estacional, indómitos, belicosos y dispuestos a morir antes que some-

sin documentar o recoger evidencia histórica o arqueológica, construyen sobre ellos nuevos imaginarios. La cronista de Higueras, Leticia Esther Montemayor Villarreal, al referirse al pueblo tlaxcalteca, sin citar a Roel ni fuente documental alguna, ubica el pueblo de indios tlaxcaltecas en Higueras “…en la ribera del río Pesquería, frente al cerro de Camaján”. Continúa: “quedó despoblado, a finales del siglo XVII, pero se volvió a fundar a principios del siglo XVIII (…) en el lugar donde hoy se juntan la arroyos de Ramos y Caja Pinta”.9 El prevalecer en la historiografía regional lo asentado por Roel sobre el sitio de asiento del pueblo tlaxcalteca, puede estar asociado al número de ediciones y de ejemplares que circulan de su libro Nuevo León, apuntes históricos. En poco más de cuatro décadas, esta obra suma diez ediciones. En la de 1980, se lee en el colofón: “El tiraje fue de cincuenta mil ejemplares”.10 En contraparte, la obra referida del doctor José Eleuterio González se publicó un par de veces en el siglo XIX; sus Apuntes para la Historia Eclesiástica, publicados en 1877, los incorpora a su Colección de Noticias y Documentos para la Historia del Estado de Nuevo León, 2ª. ed.,1885. Y en la década de los setenta del pasado siglo XX, la UANL realizó una modesta reedición de su Colección de Noticias y Documentos para la Historia del Estado de Nuevo León.

Los tlaxcaltecas: protagonistas de esta historia

Sabemos que la conquista de México-Tenochtitlán realizada por los peninsulares contó con el apoyo de naciones indígenas descontentas o enemigas del imperio azteca, y que su triunfo estuvo sustentado en las alianzas que lograron concertar con las altas culturas prehispánicas, lo cual imprimió al proceso de conquista un carácter multiétnico. Entre los aliados se encontraban los tlaxcaltecas; su participación fue reconocida en la conquista y triunfo de los ejércitos de Hernán Cortés contra el imperio mexica. Esta nación indígena no será la única pero

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terse al conquistador intruso y violento. Las familias tlaxcaltecas que demandaban tierras para su cultivo y sustento, organizan su desplazamiento desde San Esteban de la Nueva Tlaxcala, primero acompañando en el avance fundacional a los peninsulares rumbo a la Coahuila. Otros grupos acompañarían a los religiosos franciscanos en su deseo de fundar misiones y reducir a los indios de tierra adentro. Los tlaxcaltecas son el arma suave que utilizará la corona para someter a las numerosas bandas de indios naturales o chichimecas, arma suave que genera textiles, cerámica, adobes, que labra la madera, cría ganado y sabe y puede hacer producir abundantemente la tierra. Un rasgo sobresaliente o de aprendizaje, que muy pronto demuestran los tlaxcaltecas, es hacer valer los privilegios concedidos por la corona y, por lo tanto su disposición a emigrar por su cuenta, sin los religiosos ni peninsulares de por medio. Esto dicho queda de manifiesto cuando, en quince días del mes de mayo de 1686, ante el gobernador y capitán general del Nuevo Reino de León, don Agustín de Echeverz y Subiza, marqués de San Miguel de Aguayo y caballero de la orden de Santiago, se presentan siete vecinos del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, dirigidos por Felipe de Jesús, y solicitan al gobernador del Nuevo Reino un puesto que llaman el carisal “…para poblar las dichas tierras questan Bascas y despubladas y nos de licencia Vuestra Señoria en nombre de su Magstad el Rey nuestro Sr y siavxilio a Vss° para la dha poblason que tengo determinado a ser con los demas pobladores y compañeros mios que son los siqientes domingo ramos y Antonio ramos y Bernabe Pascual todos con sus mugeres y sus yijos Yo como hijo que soy i desendiente de los pobladores que fueron deste dicho pueblo de San esteban de Tlascala hahuelos y padres mios y desendientes mios piden de Vss° me de yanpareen los privilegios que tienen los Pobladores de nuebas tierras con todo lo nesesario ha ellas y lo pido y suplico en nombre de su magestad el Rey nuestro Sr el que no ayga personas que nos perturven, como son españoles y esto le pedimos y suplicamos Vss° interponga

su avxilio y anparo para vien nuestro que se nos conceda todo nesstta [ilegible] Phelipe de Jesus, Capitan Bernabe Gonsales, Domingo rramos, Antonio rramos, Bernave Pascual, Melchor rramos, Santiago Jose, Felipe.”14 Agustín Echeverz y Subiza, antes de obtener el título de gobernador del Nuevo Reino de León, había ejercido el de protector de los indios tlaxcaltecas y huachichiles en el pueblo de San Esteban del Saltillo[sic], en la Nueva Vizcaya.[15] Esto pudo ser factor en la respuesta inmediata y favorecedora que ofreció a los indios solicitantes: “… que busquen el puerto mas a proposito que les paresiere para fundar el pueblo que pretenden, que tenga las comodidades necesarias para su permanencia y haviendo hallado ocurran ante su señoria pidiendo mas en forma lo que les convenga con numero determinado de las familias que han de poblar y los aperos y las demas cosas nesesarias a dicha poblacion, con cuia propuesta se determinara con mas ampliasion lo que sea en maior aumento que en todo aquello que fuese de su maior alivio su señoría coadiubara para su permanencia y ninguna persona les impida con ningun pretexto la execucion de lo aqui contenido, pena de que se procedera contra quien de ello contradiciere y asi lo proveio y firmo con dos testigos de asistencia por no haver en este reino escribano publico ni real. El marqués de San Miguel de Aguayo, testigo Juan Bautista Chapa.”16

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Se deduce por el escrito de arriba, que los solicitantes conocen las ordenanzas reales para descubrir, pacificar y establecer nuevas poblaciones; cuando realizan su solicitud los peticionarios conocían palmo a palmo la región, incluidas por supuesto las tierras solicitadas; por ello, eligieron lo que consideraron el mejor sitio para fundar su pueblo y lo hicieron bajo la advocación de Nuestra Señora de San Juan. Se comprometieron con el gobernador a hacer iglesia, casas, huertas, sembrados y realizar crías de ganado. El paraje elegido era donde un tal Juan Hernández había dejado abandonadas una acequia y cuatro caballerías de tierra cercanas al río de la Pesquería grande. Allí era conocido como “lo de Juan Hernández”. Aunque la mayor extensión de tierras se ubicaría al norte del río de la Pesquería Grande, la población quedaría asentada al sur del río arriba señalado, al noroeste del camino real, conocido también como “el paso de las carretas”, camino que venía de Monterrey, seguía rumbo a la Hacienda del Carrizal y de allí a San Gregorio de Cerralvo.17 El contingente tlaxcalteco reinició gestiones para la instalación de su pueblo hasta febrero de 1687, diez meses después de haber recibido autorización para instalarse; argumentaron en su demora enfermedades y otros inconvenientes que se les ofrecieron, según informaron al gobernador: “…emos estado sacando una acequia para poder principiar la fundación de nuestro pueblo (...) pedimos y suplicamos sea servido de meternos en la posesion y se amojonen y señalen de términos (...) sea Vs° serevido de darnos algunos alivios de rejas, azadones y unos bueies, y maíz para semilla para este principio (…) en el dicho puerto que llaman de Juan Hernandes (...) con la advocación de nuestra señora de San Juan (…) por ser los contenidos de esta dicha petición gente política y de buenas costumbres atraerán a los indios chichimecas naturales de este reino a que se les agregen y vengan en conocimiento de nuestra santa fe católica.”18 El alcalde mayor del Real y Valle de las Salinas Diego de Villarreal, por mandato del gobernador

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se presentó a otorgar posesión de dicho pueblo, tierras, y territorio de dos leguas**. El 12 de mayo del 1687, comunicaba al gobernador reiterando que el territorio a otorgar sería sólo de dos leguas, “…los contenidos –decía–, pretenden se les de dos leguas por cuadro que vienen a ser ocho leguas en circuito (…) alegan que han de venir a avecindarse más de dichos quince vecinos…”19 El 16 de mayo de 1687 –como lo dejo escrito Gonzalitos–, Diego de Villarreal tomó protesta a Juan Bautista Chapa como medidor nombrado y juramentado; él ejecutaría el deslinde y amojonamiento del pueblo de Nuestra Señora de San Juan del Carrizal “…y habiéndose prevenido un cordel con una vara castellana de a quatro quartas midió en mi presencia (…). Se tiraron cuatro cordeladas de 7,072 varas***. (…) hecho la primer cordelada orillas del río y se fueron siguiendo hasí al rumbo del norte pasando en cercanía de la casa que tiene cerca del dicho río Juan de las Casas (…) como media legua de las lomas que forman el puerto de Camahan digo por donde se va a la mina deste nombre…”20 Igual distancia se midió al oriente: 7, 072 varas; al sur se completaron hasta el río de la Pesquería Grande 5,500 varas. Las restantes 1572 varas (1,317 metros) se midieron atravesando el río hacia el sur, que fue donde quedó asentada la población, que aún hoy podemos ubicar en un plano de Nuevo León de 1906, y en otro plano del municipio de Zuazua realizado por el ingeniero David del Pozo.21 Un error del escribano en la descripción de la primera cordelada, provocaría que don Santiago Roel, tomando textualmente la primera línea de la descripción, dedujera que el pueblo tlaxcalteca tendría su asiento en lo que hoy es Higueras.22 El escribano anota: como media legua de las lomas que forman el puerto de Camahan, efectivamente media legua del puerto de Camahan nos ubica frente al actual Higueras, sólo que el escribano corrige sin emmbadurnar el papel, él corrige escribiendo y continúa: “…digo por donde se va a la mina deste


dad de México. Lo otro, que los dichos indios están excedidos en cantidad de tierras de las que disponen las reales ordenanzas siendo dispuesto –por las ordenanzas– dárseles una legua por cada viento –ellos– están en exceso (…) –y luego viene la descalificación– No son indios naturales sino advenedizos originarios del Pueblo de Tlaxcala de la Villa del Saltillo, y lo otro no estar poblado en política de pueblo, ni tener sembrados, ni asistir, porque siempre andan fuera de la congregación como es público en este Reino “…en que redunda ampliación a este reino y aumento en las rentas decimales y las partes contrarias –los tlaxcaltecos– no han servido ni servirán de más, que haber estorbado el que se acomoden en dicho puerto muchos vecinos e hijos de este Reino, que se hallan desacomodados y grabados en la guerra que asisten contra las invasiones de los indios, y los contrarios –o sea los tlaxcaltecos– no lo hacen ni lo han hecho, antes sí han venido a lograr lo que hemos conquistado los hijos de éste reino…”24 Los conceptos con que se agrede y se hace patente el menosprecio a los tlaxcaltecas estarán presentes en los documentos realizados por los diferentes funcionarios del Nuevo Reino y que van conformando los autos de este litigio; en el expediente se puede observar que se repiten los calificativos de: /indios advenedizos,/no han servido, ni servirán más que haber estorbado/ han venido a lograr lo que hemos conquistado los hijos de este reino/siempre andan fuera de su congregación. El alcalde mayor del Valle de las Salinas, Juan Bautista de Villarreal, a petición del gobernador se presenta al Pueblo de Indios a realizar una vista de ojos en octubre de 1695, pasando lista de presente a cada una de las familias sumando un total 84 personas de todas edades; conoce la iglesia techada de zacate y dice tener: diez y nueve morillos, “…así mesmo (…) reconoció las tierras que están debajo de riego y la acequia ser bastante para el sustento de dicho pueblo y su congregación.”25 Con los resultados de las diligencias realizadas por el alcalde mayor del Valle de las Salinas, el gobernador concluye que: “…dichos indios pare-

nombre…” Probablemente don Santiago Roel no continuó leyendo, como sí lo hizo Gonzalitos. Don Santiago consignó sólo la primera línea de una escritura embarazosa. Con lo anterior cerramos el tema de la ubicación del pueblo tlaxcalteca. Antes de fundar y deslindar el pueblo tlaxcalteca existe una disputa con Juan de la Casas, toda vez que éste había pedido las tierras de lo de Juan Hernández cinco años atrás a don Juan de Echeverría, gobernador del reino. Sólo que no tomó posesión de ellas. Además Juan de las Casas, como cualquier otro vecino de la época, debía saber y quizá supo, que la fundación de villas o pueblos dejaba sin efecto las mercedes otorgadas con anterioridad. Su disgusto y encono lo sobrellevará al obtener como compensación de parte de los tlaxcaltecas un surco de agua para su hacienda, de la acequia que los indios habilitaban para su pueblo. Con las constancias de posesión, deslinde y amojonamiento de su pueblo los tlaxcaltecos se toman las cosas con demora para instalarse, su principal impulsor el gobernador Agustín Echervez y Zubiza deja el gobierno la primera quincena de septiembre de 1687 y aún éstos no se instalan, ejercerá entonces de gobernador interino Francisco Cuervo Valdez, después como teniente de gobernador Pedro Fernández de la Ventosa, Martín de Mediondo y Antonio Fernández Vallejo. El 10 de junio de 1693 asume como gobernador del Nuevo Reino de León el sargento de las milicias reales Juan Pérez Merino a él le solicita el alférez Joseph de Ochoa23 en 23 de septiembre de 1695, dos sitios de ganado uno para ganado mayor y otro para menor y “…cuatro caballerías de tierra con saca de agua del río de la Pesquería Grande por bajo del paso de las carretas de la parte norte (...) (Aquí inicia la controversia entre Ochoa de Elejalde y los tlaxcatecas habitantes del pueblo de Nuestra Señora de San Juan). “…consta –dice Elejalde– no haber cumplido –los tlaxcaletcos– con la calidad con que se dieron dichas tierras para dicho pueblo, no estando comprobado con él testimonio de su pueblo(…) se les mandó pasasen a presentarlo ante el señor fiscal de su majestad de la ciu-

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ce no haber cumplido con el asiento que hicieron para la fundación que se obligaron según su capitulación (…) para las familias que tienen congregadas es muy suficiente la cantidad de tierras que tienen señaladas y en ellas no han sembrado más que dos Fanegas y un Almud teniendo lo demás baldío y embarazado (…) –la decisión del gobernador es contundente– dejó libre para sus ejidos y términos del dicho pueblo una legua de las dos que tenían señaladas (…) y mando se pase a hacer la dicha merced conforme i a donde lo pide el dicho Joseph de Ochoa (…) –y sentencia– que dentro de un año que corra desde el día de dicha notificación cumplan los dichos indios con la obligación para adelantar y poblar, labrar y beneficiar las tierras de dicho pueblo, como así mismo la fabrica de la iglesia ornamentandola y poniéndola con la decencia que se debe y viviendo en forme de política con apercibimiento que de no hacerlo pasare a demoler dicha congregación y encomendar dicho puesto a personas que puedan labrar y fundar haciendas de labores para la mayor ampliación de este reyno.”26 Amenazas, hostigamiento y corrupción se observan al continuar revisando este litigio que como muchos de esta naturaleza, son largos y desgastantes; la incertidumbre de la resolución provoca que el entusiasmo de los pobladores por seguir trabajando las tierras del pueblo decaiga. A su fa-

vor tienen la real cédula que reconoce los mismos derechos que a los criollos y españoles, pero ya se han sembrado en el ambiente regional valores adjudicados a los indios que se afianzarán y desarrollarán construyendo imaginarios e identidad en los habitantes del reino. En 1715, el licenciado Francisco Barbadillo y Vitoria arriba al Nuevo Reino de León con la encomienda del gobierno virreinal de resolver la crisis que generaba la existencia de la esclavitud de los indios originarios habitantes de estos valles, –no la de los indios advenedizos como los tlaxcaltecas–, que reducidos en el sistema eufemísticamente llamado congrega, vivían en condiciones de esclavitud. Barbadillo sabedor de las medidas que hay que tomar, pide a los vecinos del Pueblo de Nuestra Señora de San Juan lo acompañen y ayuden a fundar el pueblo de Nuestra Señora de la Purificación en el Valle del Pilón, e integrar allí parte de los cientos de indios naturales rescatados de las haciendas de los descendientes de los primeros pobladores de este reino, y de cientos más que se escaparon de las reducciones y se remontaron en la sierra de San Carlos en la Tamaulipa. Para 1749 aún se encontraban los tlaxcaltecas antiguos vecinos de San Juan del Carrizal, viviendo en el pueblo de Purficación.27 ¿Desapareció el pueblo tlaxcalteca? No. Sólo

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cambió de nombre y de habitantes. El 9 de febrero de 1716, un grupo de veinte y ocho españoles, –como asímismos se decían los criollos–, encabezados por el capitán Diego González, denunció las tierras que los indios dejaron desmanteladas: “… que eran las que con título para fundar el pueblo de Nuestra Señora de San Joan de la nueva Tlaxcala tenían pobladas en las orillas del río destas Salinas (…) la cual villa pretendemos fundar sin gasto para la real hacienda y pondremos por nombre San Joan.”28 El 4 de marzo de 1716, aparece autorizada por el gobernador Báez de Treviño la fundación de la Villa de San Juan, en el carrizal, en el Valle de las Salinas, en territorio del hoy municipio de Zuazua. NOTAS 1. Este pueblo se menciona con diferentes títulos en los documentos consultados: Nuestra Señora de San Juan en el Valle de las Salinas./ Pueblo de Nuestra Señora de San Juan de la Tascala (sic)/ Pueblo del carrizal de Nuestra Señora de San Juan del Valle de las Salinas/ Pueblo de Nuestra señora de San Juan/ Pueblo de los Indios Tlaxcaltecas de Nuestra Señora de San Juan/ Puesto de Nuestra Señora de San Juan de los indios tlaxcaltecas. 2. Archivo Municipal de Monterrey (AMM). Actas de Cabildo. No. 2, febrero 1638, No. 7 y 8 de marzo 1638. Véase la Enciclopedia de Monterrey, tomo i. Una ciudad con memoria. pp. 253-257. “Milenio Diario de Monterrey”. Multimedios. 2ª. edición, 2008. 3. AMM. Ramo Civil, vol. 6, exp. 34, folio 15, no. 13. 4. Historia de Nuevo León, con noticias sobre Coahuila, Texas, Tamaulipas y Nuevo México, escrita en el siglo xvii por el Cap. Alonso de León, Juan Bautista Chapa y el Gral. Fernando Sánchez de Zamora. R. Ayuntamiento de Monterrey. 1980 p.70. 5. Apuntes para la Historia Eclesiástica de las Provincias que formaron el obispado de Linares. Desde su primer origen hasta que se fijo definitivamente la silla episcopal en Monterrey, recogidos y ordenados por José Eleuterio González, (edición oficial). Monterrey, Imprenta del gobierno en palacio a cargo de Viviano Flores, 1887, pp. 46-47. 6. Nuevo León, apuntes históricos, licenciado Santiago Roel, Ed. Castillo, Monterrey, 1980, p. 45. 7. Historia del Nuevo Reino de León, Eugenio del Hoyo, (1577-1723), Ed. Al Voleo, México, 1979, p. 451. 8. Personajes de Nuevo León (y algunos de otras partes)

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perfiles biográficos, Israel Cavazos Garza. Ed. UANL, Monterrey, 2009, p.70. 9. Biblioteca Milenio del Bicentenario, Nuevo León a través de sus municipios, t II, pp. 294-313, primera edición, 2010. 10. Nuevo León apuntes históricos, op.cit. 11. San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Documentos para su historia. 1591-1991, IV Centenario del arribo tlaxcalteca al Valle del Saltillo, investigación y paleografía: Carlos Manuel Dávila Valdez e Idelfonso Dávila del Bosque, 219 pp. y dos anexos, Saltillo, Coahuila, febrero de 1991, pp. 49-57. 12. Íbidem, pp. 52-53. 13. Las colonias tlaxcaltecas de Coahuila y Nuevo León en la Nueva España, Adams B. David, edición del Archivo Municipal de Saltillo, R. Ayuntamiento de Saltillo 1991-1993, Saltillo, 1991, p.113. 14. AMM, Ramo Civil, vol. 22, expediente 8, fol. 7. 15. Personajes de Nuevo León (y algunos de otras partes), perfiles biográficos, Cavazos Garza Israel, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, 2009, pp. 6971. 16. AMM, Ramo Civil, vol.22, exp. 8, fol. 7. 17. El Noreste Cartográfico. Configuración Histórica de una Región. Octavio Herrera. Fondo Editorial Nuevo León, 2008, pp.153 y 285. 18. AMM, Ramo Civil, vol.14, exp.16. 19. AMM, Ramo Civil, volumen 22, exp. 8, fol. 13. 20. Íbidem. 21. Op.cit. Octavio Herrera, p.285. AGNL, Mapoteca histórica, Plano 250, Zuazua. ESC. 1:1000 000. 47.4 x 33.2 cm. 22. Nuevo León, Apuntes históricos, Santiago Roel, 3ª ed., Monterrey, 1948, p.41. 23. AMM, Ramo Civil, vol.22, exp.8. Joseph Ochoa de Elejalde fue funcionario público en 1690, 1693 y 1699 es alcalde ordinario de la ciudad de Monterrey, varios años ocupó también el cargo de regidor. Véase El Muy Ylustre Ayntamiento de De Monterrey desde 1596. Israel Cavazos Garza. 24. AMM, Ramo civil vol. 22, exp. 8. 25. Íbidem. 26. Íbidem. 27. Los tlaxcaltecas en Coahuila. Carlos Manuel Valdés Dávila e Ildefonso Dávila del Bosque, Biblioteca Tlaxcalteca. Fuentes documentales, Gobierno del Estado de Coahuila, 1999, pp.189-190. 28. AMM, Protocolos, vol.10, exps.1, 8. * Santa Elena, nombre antiguo del actual municipio de Zuazua, se titula así al independizarse de Marín. ** Una legua equivale a 4,190 m. Boletín del AGNL, vol.1, número 4, p. 29. *** Una vara equivale a 0.838000 m. Íbidem.


Ni dada la quiero Armando Hugo Ortiz Guerrero

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Le dije la vendo barata porque en ella me engañó la ingrata que no supo nunca mi amor apreciar. Reynaldo Martínez

D

he recorrido la Calzada Francisco y Madero, de un extremo a otro, de la calle Antonio I. Villareal a la avenida José Eleuterio González, a pie o en vehículo, a la luz del día, por la noche y, en tiempos idos, hasta en la madrugada. Después de pasear tanto tiempo por ella, me llamó la atención un condominio, en el cruce con la calle Ignacio Zaragoza, con una enorme manta que informaba su venta. A principio de este año se cambió por otra para anunciar el Machaca Fest, se retiró hace poco y el inmueble se continúa ofreciendo. Ocupa un cuarto de manzana y es la construcción de mayor altura en la Calzada Madero, con doce pisos, (cuarenta y tantos metros de la cúspide a la planta baja). De hecho es el único rascacielos en la avenida. Está deshabitado desde hace buen tiempo, pese a que sus puertas tienen candados y cerrojos, muestra deterioro, vidrios rotos y graffitis hasta en los niveles superiores. Para mí es un misterio el motivo del abandono, al estar en una óptima zona comercial. Puede suponerse que fue por formar parte de un intestado que tardó en resolverse, o tal vez continúa en juicio. Fue construido por los propietarios de una afamada mueblería del rumbo: “Muebles y Tapizados Monterrey”, ya desaparecida. Había comercios y negocios en la parte baja y departamentos familiares en los pisos superiores. Debió inaugurarse entre 1955 y 1960, cuando despuntaba en Monterrey la era de los rascacielos. El primero fue el edificio “Chapa”, en Padre Mier y Emilio Carranza, terminado en 1949, también de doce pisos y cuarenta metros de altura. Una década después se concluyó el

Condominio “Acero” en 1959, con veinte pisos y sótano en dos niveles; fue durante muchos años el de más altura en la ciudad. Ambos siguen funcionando a la fecha. Los gigantes posteriores florecieron en la parte sur de Monterrey. En este tercer milenio el más reciente, el “Pabellón M”, en Juárez y Constitución, mide 214 metros de altura. Con su modesta estatura, el inmueble de Madero y Zaragoza continúa como cacique del barrio de la Calzada Madero, junto con el Hotel “Yamayell”, por la calle Arteaga. Se ve sólido, hartas toneladas de concreto y acero, mas luego de tanto tiempo en venta, parece que no hay quien se anime a lanzar una oferta. Hasta hace cinco años la fiebre fue construir viviendas unitarias en la periferia de Monterrey. La tendencia actual son las habitaciones verticales en el primer cuadro de la ciudad. Aun así se antoja difícil que surja un valiente que quiera comprar el edificio para su uso original: renta para oficinas y departamentos familiares. Tal vez ni los actuales propietarios le entren. Cuesta un dineral modernizar instalaciones de electricidad, agua, líneas telefónicas, elevadores, además le falta estacionamiento, para aquellas épocas no era requisito para un condominio contar con este anexo. Cuando se construyó, a lo mucho se estimaba en promedio un automóvil por familia, hoy es uno por cada miembro de ella. Es una odisea encontrar espacio por la Calzada Madero, hay sólo sitios disponibles en parquímetros y algunos estacionamientos públicos. De tanto ver el anuncio empecé a sudar calenturas ajenas, a preocuparme por el elefante

urante más de seis décadas

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marrón. ¿Qué destino le espera? Se encuentra en el limbo, no se perciben elementos arquitectónicos de interés, tiene un estilo utilitario, pragmático, una caja de zapatos, no figura en los catálogos fotográficos de inmuebles destacados de la ciudad. Tampoco se puede calificar de antiguo porque le falta al menos medio siglo de supervivencia. Existen compañías inmobiliarias en plan de cacería, pero sólo compran a precio muy castigado inmuebles del centro de la ciudad y pagan por el valor del terreno, no de la construcción; no les interesa como patrimonio histórico. Incluso demoler el edifico tal vez resulta más costoso que su rehabilitación, más que su construcción hace seis o siete décadas. No se puede utilizar mazo y talache, tampoco buldozer o bola de demolición. La técnica recomendada es la implosión: un estallido bajo control para que los escombros caigan en su propio perímetro, sin dañar construcciones aledañas o a personas. Se hace en pocos segundos. Lo tardado son los preparativos y la posterior recolección de los es-

combros. En Nuevo León se anuncian empresas dedicadas a tales menesteres. ¿Qué uso se le podría dar a ese terreno ya vacío? La moda es edificar plazas comerciales con algunos “Oxxo” y “Súper 7” y varios cajones de estacionamiento. Este condominio forma parte de una serie de inmuebles cercanos a la Calzada Madero, deshabitados y la mayoría en ruinas. En algunas urbes que se ha dado este mismo fenómeno, han sido ocupados por los llamados “Okupas”, algunos de clases marginadas y otros por jóvenes más o menos preparados, o la autoridad los ha recuperado para espacios culturales. A nuestras autoridades no les da esta visión. A las construcciones deterioradas de uno o dos pisos, les aguarda su demolición ¿Habrá quien reviva el condominio de Madero y Zaragoza, como el Ave Fénix, o cuánto tiempo pasará para que caiga pieza por pieza? Si no se vende pronto, tal vez yo me anime a hablar por teléfono y preguntar su precio. Quupara cada miembro de la familia, a lo mucho estis.

Hidalgo 2095 Pte., Col. Obispado, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64060 Teléfono conmutador: 83 33 08 00 con seis líneas, FAX: 83 33 29 01 Email: grupoorven@prodigy.net.mx

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Primera edición

Abel Sánchez, de Miguel de Unamuno José Roberto Mendirichaga

M

Unamuno (1864-1936) -junto con José Martínez Ruiz Azorín, Jacinto Benavente, Antonio Machado, Pío Baroja y varios más- fue integrante de la llamada Generación del 98 en España. Dominó todos los géneros literarios. Por citar algunos libros, en Lírica: Poesías (1912); Teatro: La esfinge (1898); Narrativa: Niebla (1914); y Ensayo: Del sentimiento trágico de la vida (1913). Su obra póstuma, Diario íntimo, fue publicada en 1970. Para la reseña a Abel Sánchez, de Unamuno, elijo la edición de Letras Hispánicas de Cátedra, de Carlos A. Longhurst (ed.). En la introducción a la novela, Longhurst explica que la novela en cuestión “la escribió Unamuno en una de las peores épocas de su vida”, en plena primera guerra mundial, cuando se daba una fuerte disputa entre anglófilos y germanófilos. En 1914 fue destituido injustamente de la rectoría de la Universidad de Salamanca. Así, el leitmotiv de la novela escrita hace un siglo será el odio. Abel Sánchez está escrita en 38 breves capítulos que invitan a la constante lectura. Un supuesto diario de Joaquín, la Confesión, es la pauta para el relato. La narración arranca con este texto: “No recordaban Abel Sánchez y Joaquín Monegro desde cuándo se conocían […]. Aprendió cada uno de iguel de

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ellos a conocerse, conociendo al otro. Y así vivieron y se hicieron juntos amigos desde nacimiento, casi más bien hermanos de crianza”. Pero desde el inicio de la novela deja ver el autor que Joaquín envidia tremenda, enfermizamente, a Abel. Joaquín, médico, tiene una novia, su prima Helena, cuyo nombre evoca la mitología griega. Y sucede que Abel, artista, inicia por pintar a ésta y termina siendo novio de Helena, casándose con ella. Ésta es coqueta y calculadora. La joven pareja tiene un hijo, Abelín. Entre tanto, Joaquín, un poco por despecho, se casa con Antonia, noble mujer que resulta ser “un regazo en que esconder la cabeza […]”. En Joaquín crece la envidia hacia Abel, desde la noticia del embarazo de Helena. La lectura del Caín de Lord Byron confirma a Joaquín en la idea de que fatalmente está condenado a la infelicidad, porque es incapaz de amar a nadie. Pero viene el embarazo de Antonia, con lo que los Monegro tendrán una hija, Joaquina. En uno de sus cuadros, Abel Sánchez pinta un Caín que es ampliamente comentado por la crítica de su ciudad. Joaquín, buen orador, ofrece un banquete para celebrar el éxito del pintor, mismo en el que alaba a su rival. Pero sucede que para Abel no hay tal rival; que él no odia a nadie, y menos a Joaquín. Entretanto, éste busca ser odiado; no es feliz en la paz. Helena dice: “No te fíes de él…, no te fíes de él…; cuando tanto te ha elogiado, por algo será…”. Nada cura a Joaquín de su envidia. Su mujer, Antonia, trata de acercarlo a la fe, que había perdido desde hacía mucho. Procura que vaya a la iglesia y se confiese, como remedio a su enfermedad. Abel reclama a Joaquín esa novedad, con lo que se da formalmente la fractura entre ambos amigos. Pero resulta que el hijo de Abel, que estudia medicina, se acerca a Joaquín como a su maestro. En tanto, Abelín se enamora de Joaquina y se casan. Joaquín pide a Abel una difícil condición: que vivan en casa de ellos. Por bien de paz, acceden los Sánchez. Nace un niño, Joaquín segundo. Las relaciones entre las dos familias son poco gratas. Helena trata de dominar y Joaquín, pese a que goza del niño

la mayor parte del tiempo, se percata de que su consuegro Abel, con sus dibujos, tiene embelesado al niño. Joaquín habla airadamente con Abel. Le reclama su desdén y falta de amistad. Abel dice que el nieto teme a Joaquín por el contagio de “su mala sangre”. Entonces Joaquín le toma por el cuello y le grita: “¡Bandido!”. Abel, que estaba débil en su corazón, lo que sabía el facultativo, muere en ese instante. Llega el nieto y se da cuenta del suceso, por lo que llama a su abuela Helena. Joaquín habla solo: “Le he matado, sí, pero él me estaba matando; hace más de cuarenta años que me estaba matando. Me envenenó los caminos de la vida con su alegría y con sus triunfos. Quería robarme el nieto…”. Entra Helena a la habitación y Joaquín heladamente le informa: “Que la enfermedad de tu marido ha tenido un fatal desenlace”. Ella lo acusa de haberlo matado. Tiempo después, Joaquín cae en una honda melancolía. Viéndose morir, reune a sus familiares, confiesa su falta de amor y les pide perdón. “[…] Besó a los suyos. Horas después rendía su último cansado suspiro”. Miguel de Unamuno. Abel Sánchez. Una historia de pasión, Edición de Carlos A. Longhurst, Col. Letras Hispánicas 398, Segunda edición, Cátedra, Madrid, 1998, 207 pp., ISBN 84376-1359-0.

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Documentalia

Escrito al C. Gobernador del Estado de Nuevo León a favor de Opus 102.1 bien de estación. Tal agresión nos parece alevosa e injusta. Porque se hace desde el interior de una institución cultural, a la necesaria y excelente labor de maestros y conocedores de música de Radio Nuevo León que, por cierto, no la aprovechan para autopromoverse ni para convertirla en plataforma lucrativa, como es el caso de la locutora García González, como puede verse en esta liga: https://www.google. com.mx/search?rls=aso&client=gmail&q=Olga+Nelly+Garc%C3%ADa,+Radio+Humana&authuser=0&gws_rd=cr&ei=gSBtWa-6G4nWjwSYl5jgCw. Pero el problema es no sólo ese. En el Estado no tenemos otra estación cultural que difunda programas sobre música, plástica, literatura y otras manifestaciones artísticas, sino Radio Nuevo León. Es decir, que aquellos que no somos partidarios de las voces motivacionales (o “inspiracionales intuitivas”, según la locutora García González), y deseamos escuchar, en vez de ello, música clásica, y en general buena música, no tenemos otra opción. Por lo anterior, señor gobernador, le solicitamos que dé las instrucciones pertinentes a efecto de que Radio Nuevo León se ciña a la programación emblemática por la cual ha ido creciendo la audiencia que la sintoniza y que sea considerada igualmente la necesidad de elevar el nivel y el tiempo de la programación donde tenga cabida el debate sobre los problemas comunes, pues pensamos que la misión de esta radiodifusora, que es financiada con dinero público, debe ser la de educar cultural y cívicamen-

Monterrey, Nuevo León, julio 28 de 2017.

C. Jaime Rodríguez Calderón, Gobernador Constitucional de Nuevo León, Presente. Quienes dirigimos a usted, de manera atenta y respetuosa, la presente comunicación, consideramos importante que se valore lo que ha significado para la cultura en nuestro estado el trabajo realizado, a lo largo de varias décadas, por Radio Nuevo León, la transmisora dependiente del gobierno del Estado. Consideramos que no sólo forma parte de un circuito cultural (Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Ópera Regiomontana, Ballet de Monterrey, Facultad de Música de la UANL, Ballet Folclórico de Monterrey y otras instituciones vinculadas a la música); también ha resultado un gran apoyo para la música en todos sentidos y para el resto de las expresiones culturales en el Estado. Vemos por ello, con preocupación que aquí queremos trasmitirle, que algunos segmentos de la programación de Radio Nuevo León han venido siendo sustituidos por programas que están lejos de sus contenidos culturales, como podrá usted escuchar en el audio grabado en el disco compacto adjunto. La locutora Olga Nelly García González, protagonista de este programa llamado ¿Qué hay contigo?, anteriormente trasmitido de manera comercial, hace una excitación a los escuchas de Opus 102.1 para que, si no gustan de la música clásica, cam-

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Manifiesto de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti, intersexual y queer (LGBTTTIQ) del Estado de Nuevo León en relación a la provocación del llamado “autobús de la libertad”, el jueves 13 de julio en Monterrey.

te a un público cada vez más demandante en ambas cuestiones. Le agradecemos anticipadamente su atención y le pedimos que considere nuestra solicitud, para los efectos de su respuesta, teniendo en cuenta el derecho de las audiencias al que apelamos para ser escuchados por usted. Atentamente. FIRMAS: Laura Patricia Aceves Tejeda, Laura Nohemí Acosta Martínez, Ricardo Aguilar Cárdenas, Dominga Balderas Martínez, Josefina Benavides, Daniel Butruille, Arnulfo Canales, Leonardo Gerardo Cantú González, Silvano Cantú Martínez, Gerardo Castillo, María Laura Castillo Aceves, Javier Castillo Leal, Rebeca Clouthier, Gabriel Contreras, Guillermo Cortés Melo, Miguel Covarrubias, Rolando Cruz Elizondo, Alfonso Elizondo, Mayela Espinosa Obregón, Flor Fraire, Salvador Galván Borja, José Luis García Krauss, Eloy Garza, Mauricio Glennie Porras, Gerson Gómez, Carlos Gómez Díaz de León, Santiago González, Mario Alberto Hernández Hernández, Juan José Herrera, Armando López Pérez, Guillermo Martínez Berlanga, David Martínez Garza, Ricardo Martínez Leal, Jessica Elodia Martínez Martínez, Silvia Mijares, Juan Carlos Montero Bagatella, Consuelo Morales Elizondo, Abraham Nuncio Limón, Roger Nuncio, Lylia Palacios Hernández, Ximena Peredo, Eduardo Pérez de Lara, Gabriel Rangel, Alejandra Rangel Hinojosa, Alejandra Reyes Carrales, Alfonso Reyes Martínez, David Ricardo Cavazos, Raúl Rubio, Alfonso Teja-Cunningham, Andrés Edilberto Torres Ramos, Minerva Margarita Villarreal, Ernesto Villarreal Landeros, Meynar-

El odio Diversos organismos sociales y religiosos han creado campañas más o menos exitosas en los últimos años para tratar de revertir los avances dados en México en el tema de Derechos Humanos, particularmente los de las mujeres y las personas del colectivo lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual, intersexual y queer, tratando con ello de impedir que estos avances se den en las entidades federativas donde aún no han sido garantizados por sus respectivos órganos legislativos o por acciones del ejecutivo estatal, aplicando el principio pro persona. Es importante señalar que los derechos humanos no son concedidos graciosamente por la sociedad o por el estado, sino que las personas los poseen por el solo hecho de ser personas; a una sociedad moderna y democrática le toca respetar y al estado garantizar el goce y ejercicio de esos derechos. Esta certeza ha quedado establecida de manera sólida en la Constitución gracias a la reforma en materia de derechos humanos del mes de junio de 2011. Pareciera ocioso repetir que el Artículo 1º constitucional dice literalmente en el párrafo cinco:

do Vázquez Esquivel. c.c.p. C. Manuel González, Srio. Gral. de Gobierno c.c.p. C. Oswaldo Antonio Robles López, Dir. de TVRadio Nuevo León

Radio UDEM https://youtu.be/FfwQEGrFjjA

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de orientaciones sexuales e identidades o de expresión de género, a los que ellos han llamado de forma ignorante y reduccionista “ideología de género”. Cabe mencionar que en España se prohibió circular a este autobús mediante una orden judicial, ya que promueve la discriminación y la homolesbobitransfobia.

Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. La oración termina con un punto y para quien sepa entender debería bastar este punto para entender que no hay agregados, notas al margen y que no dice en ninguna parte: se aplican restricciones. De aquí se desprende que cualquier llamado a negar derechos elementales como el matrimonio y lo que de éste se deriva: seguridad social, herencia, adopción de hijos, seguridad patrimonial, se encuentra en clara contraposición al espíritu constitucional y es, además, discriminatorio; es ilegal e inmoral. Decimos que pareciera ocioso repetir lo que ya se sabe, pero al parecer algunas personas del lobby religioso y de la misma comunidad LGBTTTIQ, parecen ignorar y olvidar esto.

Monterrey responde Ante la inminente visita del “autobús de la libertad” a Monterrey, ciudad que ostenta el nada honroso primer lugar nacional en discriminación, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (ENADIS 2010), diversos liderazgos de la comunidad LGBTTTIQ y aliados, se reunieron para intercambiar opiniones y acordar acciones de respuesta frente a la iniciativa difusora del discurso de odio. Convocado por el Movimiento por la Igualdad en Nuevo León (MOVIINL), fue un encuentro plural, representativo de la diversidad cultural, identitaria, política y generacional de la comunidad LGBTTTIQ en Monterrey, un esfuerzo por construir estrategias desde la horizontalidad y el respeto. Como producto de un diálogo respetuoso entre las y los interesados en generar acciones más allá del activismo digital, se acordó implementar una estrategia de respuesta al discurso de odio, siempre respetuosa del marco legal y en defensa de los derechos humanos y de la vida misma de cada una y cada uno. Se acordó también que la respuesta debía ser pacífica pero firme. En una ciudad indolente y hostil a los cambios sociales, conservadora y acostumbrada a ver a las personas como números, la respuesta debía ser ejemplar y de escala nacional. Ante la hipocresía del Frente Nacional por la Familia e instancias afines, como la que preside Juan Dabdoub Giacomán, que dicen defender a la familia, los valores morales y prioritariamente a la infancia con el grito de guerra: “Con mis hijos no te metas”, mientras

El “Autobús de la libertad” Se trata de una iniciativa impulsada en México por Juan Manuel Dabdoub Giacomán, presidente de la organización denominada Consejo Mexicano de la Familia, uno de los tantos membretes de mayor o menor peso que integran el Frente Nacional por la Familia. El “autobús del odio”, como apropiadamente ha sido llamado por activistas y periodistas, recorre el país como lo hizo anteriormente en España, visitando instancias legislativas, gubernamentales, y espacios públicos para exponer sus exigencias: que se respete el derecho de los padres a educar a sus hijos dentro de sus creencias religiosas y códigos morales, y que el estado no imparta educación sexual a menores, basada en información científica y en arreglo a los principios constitucionales de no discriminación y respeto a la diversidad

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sus principales aliados se encuentran en la alta jerarquía católica y en los liderazgos de iglesias evangélicas que se han distinguido por ignorar y encubrir los múltiples casos de abuso sexual a menores, al grado de proteger a los perpetradores de estos crímenes, los liderazgos reunidos en torno a la convocatoria del MOVIINL, decidieron que la respuesta al autobús del odio debía ser puesta en esa contradicción de una iniciativa y sus promotores, evidenciando así su discurso incoherente y falaz. Se decidió convocar a rueda de prensa el jueves 13 de julio a las 8.00 de la mañana en las escalinatas del Palacio de Gobierno para leer un comunicado referente al tema de la pederastia clerical bajo el mismo lema acuñado por los conservadores: “Con mis hijos no te metas”; esa sería la primera acción del día para después trasladarse a la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el estado, una de las paradas que tenía prevista en su agenda el autobús, y exigir a Juan Dabdoub que cesara su difusión de mensajes discriminatorios y aceptara debatir el tema públicamente. Sin embargo, al término de la rueda de prensa en Palacio de Gobierno, llegó la noticia de que el autobús se encontraba sobre la calle Ocampo, en el centro de la ciudad, en las afueras del Hotel “Ambassador”; entonces el colectivo decidió trasladarse a ese punto para expresar su exigencia de que no circule el autobús, se cancele la difusión de sus mensajes y Dabdoub acepte debatir. Ninguna de las acciones del colectivo durante esa jornada, tuvo tintes de ilegalidad. Es lamentable que los grupos conservadores y retardatarios del progreso social, y hasta algunas personas LGBTTTIQ, desinformadas, reproduzcan versiones que hablan de agresiones y conductas violentas. Todas las acciones del colectivo fueron ejercidas en el marco de la legalidad y con pleno respeto a la integridad de los ocupantes del autobús. Si bien el grupo de activistas rodeó el autobús con una bandera de tela y se situó

alrededor del mismo colocando mensajes contra la exclusión y discriminación en papel adhesivo, en ningún momento el colectivo usó violencia física, armas, fuego o cualquier herramienta que pudiera resultar lesiva para la integridad o la vida de persona alguna. Dos corporaciones de seguridad pública: la Policía Municipal de Monterrey y la Policía Estatal “Fuerza Civil”, así como observadores de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y representantes de medios de comunicación nacional como El Norte–Reforma, Televisa, Milenio, Proceso y otros, estuvieron presentes y pueden dar fe que ninguna persona portaba armas, se encontraba intoxicada o agredió físicamente a algunos. La prueba contundente de esto es que ninguna de las dos corporaciones realizó detención alguna, ningún medio de comunicación consignó estas conductas y los integrantes de organizaciones afines a Dabdoub y el autobús del odio no levantaron ninguna denuncia ante la autoridad correspondiente. No existió ninguna agresión por parte del colectivo plural de la diversidad. Es profundamente injusto, falto a la verdad e ignorante de la historia del país, de los movimientos sociales libertarios y de la comunidad LGBTTTIQ que se afirme lo contrario o que se ponga el acento en algún conato de enfrentamiento físico que se pudiera haber dado de manera aislada; es injusto y falta a la verdad quien juzga y afirma cuando no estuvo presente y no conoce el contexto. Para ejemplificar diremos que dos compañeras transexuales fueron agredidas y humilladas verbalmente por un grupo de jóvenes que apoyaban la iniciativa de Dabdoub, mas eso no es del conocimiento de quienes juzgan en base a lo que observan, desde la comodidad de su hogar, a través de una pantalla. Lo cierto es que en Nuevo León la comunidad LGBTTTIQ se encuentra en la indefensión ante la hostilidad social y gubernamental; lo cierto es que México ocupa el segundo lugar mundial en crímenes de odio por orientación sexual

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o identidad o expresión de género; lo cierto es que en Nuevo León han ocurrido varios de estos asesinatos, uno de estos plenamente documentado como crimen de odio por homofobia, crimen ignorado hasta por algunos liderazgos de la comunidad LGBTTTIQ; lo cierto es que en Nuevo León siguen sucediendo vejaciones por parte de las corporaciones de seguridad contra las personas LGBTTTIQ; lo cierto es que ante una acción, una reacción. Ante todo ello, es injusto, irrespetuoso, criminal y miserable que se nos exija guardar silencio y agachar la cabeza o esconderse tras un teclado mientras nos están matando. La principal y más grave y violenta agresión, la que arrebata la vida todos los días a las personas, es negarle el derecho a existir y gozar de las mismas prerrogativas que todos los seres humanos.

Los liderazgos y colectivos participantes en la acción del jueves 13 de julio tenemos las manos limpias y la frente en alto; la mirada puesta en las lecciones del pasado y en la construcción de una sociedad más justa, democrática e incluyente; u sabemos que para ello, las circunstancias exigen actuar con firmeza y decisión, siempre dentro del marco de la legalidad pero, sobre todo, estando siempre presentes ahí, donde suceden los agravios y donde queremos hacer que sucedan las soluciones. A nuestras hermanas y hermanos LGBTTTIQ y a la sociedad toda, en Monterrey, Nuevo León, y en todo México, queremos decirles que aquí estamos y estaremos, construyendo esperanza y espacios de justicia y solidaridad, caminaremos con quien quiera caminar y lucharemos hasta por quienes no quieran luchar. Monterrey, Nuevo León, a 19 de julio de 2017.

Suscriben: Aguayo Rivas Jennifer/ ICM Monterrey Cristo En Ti, Cadena Rodríguez Jessica Ma., Cardona Alanís Sandra H./ Voces De Mujeres En Acción, A.C., Colectivo Feministas Nuevo León, De León García Yarely Yazmín, Del Ángel Mendoza Kenia, Garza López Luis David, Garza López Luisa Rebeca, Garza Rodríguez Nadia Lorena/ Iglesias Comunitarias Metropolitanas de México A.R., Género, Ética y Salud Sexual, A.C., Gómez Macías Carlos/ Trans Amor, A.C., Hernández Paredes María Fernanda, Hernández Ramírez Angélica/ Proyecto Litiga, Jiménez Ruvalcaba Vanessa/ Voces de Mujeres En Acción, A.C., Leal Zeidan Josefina De La Luz, León Gómez Fernando, Montalvo Adame Rocío Maybe/ Únete Pueblo, A.C., Muñiz Guerrero Pedro Alexis/ Colectivo Resistencia Consciente, Muñoz Mendoza Juan José, Ponce Castañeda Vicky, Pro Salud Sexual y Reproductiva, A.C., Reyna Trinidad José Vicente, Robles Rodríguez María Guadalupe, Rodríguez González Raúl/ Centro de Cultura Neopagana De Monterrey, Rodríguez Garza Ignacio Alberto/ Asociación por la Integración, Respeto y Equidad ITESM, Rodríguez Platas Mario Alberto/ Divesitas, A.C., Romero Ortiz María de Lourdes/ Organización El Closet Lgbt, A.C., Sandoval Xaúl/ Regiogay.Com, Santos Rodríguez Daniel/ Casa Apostólica Monterrey, Santoyo Guerrero Mercedes Olivia, Solís Omar, Urriola González Carla/ Centro Regiomontano En Sexología, Ac Cresex Ac, Ventura Vega Missael, Zoraida Olivares Martha/ Centro de Cultura Neopagana De Monterrey, Aruba Williams/ COMAC género y sexualidad.

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VUELO REVISTA UNIVERSITARIA DE CULTURA PUBLICACIÓN BIMESTRAL

Editores: Carlos Ruiz Cabrera y Alfonso Reyes Martínez Coordinación editorial: Lourdes Ibarra Arte: Armando López

/ Alfonso Reyes Martínez y Francisco Javier Galván Castillo. Portada de: Ignacio Ortiz.


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Jeanne Moreau

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Las mujeres de Ignacio Ortiz, por Alfonso Reyes Martínez

1min
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Manifiesto de la comunidad LGBTTTIQ de NL sobre el "autobús de la libertad"

9min
pages 70-73

José Villagrán García: teórico de la arquitectura modernista mexicana, por Álvaro Chapa González

3min
pages 48-49

Óyeme, Pedro

1min
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Abel Sánchez, de Miguel de Unamuno, por José Roberto Mendirichaga

4min
pages 67-68

Ignacio Ortiz en mi recuerdo, por Gerardo Cantú Guzman

5min
pages 39-42

Palabras en Luz (fotografía de Pedro Valtierra), por Hernando Garza

2min
pages 45-47

Biblioteca "José Alvarado" de la Facultad de Filosofía y Letras, por J.G. Martínez

14min
pages 50-55

Pueblo de Indios de Nuestra Señora de San Juan del Carrizal de la Nueva Tlaxcala, en el Valle de las Salinas, por Meynardo Vázquez

22min
pages 56-63

Al Gobernador de NL a favor de Opus 102.1

3min
pages 69-70

Ni dada la quiero, por Armando Hugo Ortiz Guerrero

4min
pages 64-66

Fábula del hombre oscuro, por Gabriel Contreras

2min
pages 36-37

Fotografías de Francisco Barragán Codina

1min
pages 33-35

Dos poemas de Arturo Cantú

3min
pages 31-32

Arturo Cantú: los oscuros adoradores de la palabra, por Humberto Salazar

3min
pages 28-30

Conocer el cine, conocer el mundo, por Nazario Sepúlveda

7min
pages 23-26

Del tiempo y la política, por Abel Moreno López

6min
pages 20-22

Enganchados a las pantallas digitales, por Cris Villarreal Navarro

12min
pages 14-19

,La masacre empresarial de 1936 contra obreros rojos, por Raymundo Hernández Alvarado

22min
pages 4-13

Editorial

1min
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