Amorosa Pestilencia Itzia Rangole “Porque allí, por los resquicios o por el aire, con el celo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia y les hace dar con todo su recogimiento al traste”. Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.
I
III
asta la edad media el amor fue considerado una enfermedad. Quien lo padecía experimentaba severas fiebres y largos períodos de inapetencia, combinados con arrebatos emocionales. Los cuales bien podrían ser considerados los actos de un demente. A quien amaba con arrebato, sin sosiego, con obsesión, se le consideraba un enfermo.
¿Cómo debe de ser el amor? ¿Cómo se ha de amar? ¿Quién dictamina los términos y condiciones a seguir? ¿Es amor si es un sentimiento sosegado, o tiene que ser impetuoso y abrasador para poder recibir tal nombre? ¿Se ha de preferir un emoción prudente y cultivada, o una pasión avasalladora que obceca a quien la sufre? ¿Debe ser el amor permitido en todas sus manifestaciones, sin importar los impedimentos que encuentre a su paso? ¿En que medida los personajes, que no sean los amantes, deben intervenir en la historia de amor?
H
¿Qué es lo que tiene el amor que nos vuelve locos?
Para Julio Cortazar, el amor será una especie de rayo que nos tritura los huesos, dejándonos aturdidos e inmóviles ante él. En el nombre del amor, Julieta y Romeo se desprendieron voluntariamente de sus vidas. En el nombre del amor también, Helena huyó con París y jurando, del mismo modo por él, regresó junto a Menelao, más de nueve años después de su partida. Solo por amor se pueden explicar los actos de Julio Cesar. Un hombre de 52 años, emperador romano, en la cúspide de su carrera, casado, se arrodilla ante la regente de un país que él tiene políticamente conquistado. Una regente que se auto proclama como la reencarnación de una diosa. Por amor, Julio Cesar se arrodilla ante Cleopatra. Por amor, Cleopatra se suicida al saber de la muerte de Marco Antonio, su segundo esposo, el hombre de confianza de su primer difunto compañero. II Pero, ¿qué es el amor?
Shakespeare dirá de él que: No es amor el amor
que al percibir un cambio, cambia
o que obliga al distanciado a distanciarse. ¡Oh no! Es un faro inmóvil
que contempla las tempestades y no se estremece nunca.
El amor no es un navío que se pueda perder o hundir con las mareas, es - por el contrario - la luz que señala el camino a tierra firme. No es el mar misterioso, sosegado o impetuoso lo que describe el amor, sino un faro, una estructura que soporta las olas del mar.Fue quizás el amor lo que unió a la reina Victoria con el príncipe Alberto y lo que hiciera que, al perderlo, por el resto de su vida, la reina vistiera de luto. 46
Catherine Earnshaw ama a Heathcliff, pero las buenas costumbres dictaminan que no ha de hacerlo. Él es un peón de casa, un vagabundo recogido en el camino por su padre, un forastero con un origen incierto, de actitud tosca, de entendimiento limitado y de carácter violento. Para la hija de un hacendado, Heathcliff representa la última opción para contraer matrimonio, salvo que se quiera caer en la deshonra. Heathcliff ama a Catherine y escucha a escondidas cuando ella lo desprecia por su condición y anuncia se ha de casar con otro. Heathcliff enloquecido y furioso huye. Regresa años después, poseedor de lo que para él le había arrebatado la felicidad: el dinero. Heathcliff ama a Catherine, pero también la odia. Es la decisión de la mujer que ama de casarse con otro, lo que finalmente los separa. Por el contrario, Isabella Linton, una joven de sociedad, hija de buena familia, por algo que confundió con el amor, escapa con Heathcliff, para recibir