Trotamundos Angeles Montañez
Tengo plumas de fuego atoradas en la tráquea,
pero sentimos que los sueños son distintos,
siempre que caigo en versos de olvido;
un fragmento de tu cuerpo se ha desprendido
porque he tenido la necesidad de renacer y las tengo clavadas en mi carne,
para que curen mis huesos y purifiquen de mis pulmones el perfume del poema perdido.
Me he sangrado en cada encuentro de horas absurdas, cada vez que me duermo entre letras de golondrinas, como si fuera el mismo silencio que los inspira, el mismo cielo que los atormenta.
Me pregunto dónde se entierran las semillas
cuando se mueren las flores internas, si hay que abrirnos el cuerpo y sacarlas al sol
para que pierdan la amargura;
si hay que bañarlas en agua de río,
porque no sólo es tu mente quien te abandona, con la mitad o la mayoría de tus pulmones, y una vez ajeno a ti,
el túmulo viaja a mundos alternos,
donde el vicio es inexistente y el exceso nunca es basto. Entonces el sol yace muerto,
porque no se necesita más que para embellecer el sueño, pero en este mundo carece de poder,
porque se hinca ante voluntad de las reinas lunas,de las lunas que se pasean coquetas frente al cosmos,porque aquí no son inertes,aquí son la vida después de la muerte; entonces, al llegar, se deja caer en el pasto, que no es verde, ni amarillo, ni seco,es azul intenso, es el mar en la tierra, el cielo de noche.
o dejarlas secar en un frasquito vacío,
Y el agua, el agua se rige por sí misma,se le antoja a veces ser nada, y todo, a veces contiene el reflejo de mil narcisos,
y hacer con ellas un collar,
y otras el oleaje suena a gritos de auxilio,
y regalar una cada que pregunten por el artesano,
ni quién se ha abandonado al meter en sus bolsillos las piedras que llevaba en los hombros.
esperar a que se tornen café oscuro llevarlas en pecho como corazón
regalar una cada que te enamoren palabras de terrazas surrealistas, o el barro de cada tal vez. Sueños de fiebre
porque no olvida quién ha muerto en su cuerpo,
También ha hecho el amor con tantos mortales y tantas musas,
Cuando en nuestro propio cuerpo nos quemamos,
y se ha quedado con lo más temible o más precioso de cada sexo.
y vertemos nuestras cenizas entre órganos vitales;
Terminando de bañarse en lo que fueron aguas benditas,
en nuestra mente propia nos consumimos,
nos dejamos a lo desconocido de nuestras cuerdas vocales, a nuestra historia interna,
cuando viajamos del corazón a la sangre;
dejamos, entonces que nos arranquen la vida
y jueguen con ella, sin saber con certeza quién ni a dónde la llevan; 8
antes de tornarse en un rojo escarlata, sume su cuerpo en un tronco de laurel, y se mueve como pecadora en el interior, para subir a las ramas,tomar una estrella y reconstruir el corazón desmembrado que se robó.