Irvin Alejandro Cortés Juárez A primera vista Borges y Arlt son antípodas literarias, la literatura refinada y la de barrio. La de laberintos imposibles y la de ciudades llenas de aceite, la de la exactitud en el lenguaje y la de la narrativa algo torpe. Pero en el fondo de su literatura, en donde se muestra la perspectiva del mundo que cada autor, se ve la coincidencia que tienen dos escritores muy diferentes. Relación a través de los velos de imaginación que nos cubren, esos imaginarios que nos hacen seres humanos. Borges lo ve en el ser humano a través del lenguaje y Arlt en la sociedad a través de nuestras normas morales. En el principio era el verbo: Borges La literatura de Borges aborda lo imaginario, como el lenguaje nos permite crear cosas fantásticas, historias, ideas, dioses y a nosotros mismos. Para Borges nos creamos a partir del lenguaje. Nuestro “Yo” parte de la estructura gramatical en la cual ubicamos nuestra subjetividad en contraposición al “Otro”, a aquel que no soy yo. Nuestra realidad son palabras, una de las infinitas posibilidades que hay. Como en el cuento El Jardín de Senderos que se Bifurcan, en el que se habla de un libro que trata de abarcar la totalidad de posibilidades de una historia. Somos una de las posibilidades de un libro infinito. No somos un ser dado sino un ser que con cada acto va definiendo quién es. Borges al poner que nos definimos a partir de un lenguaje, que nos deja interactuar con el mundo exterior y con otras subjetividades, comparte la postura de Wittgenstein de 42