Mori ergo sum Salvador Montediablo
Dentro del ataúd tuve un sueño en el que me veía a mí mismo dormido en la cama teniendo una pesadilla. Debajo de la cama asomaba un rostro igual al mío, el cuál jaló el pie de quién arriba gesticulaba terror y pánico, quien con el jalón despertó solo para darse cuenta que su Yo muerto le observaba desde el más allá, desde un sueño dentro del sueño eterno.
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