Reporte SP 56

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ReporteSextoPiso Publicación mensual gratuita • Abril 2021

a d a t r pzomes de les niñes Feli le b a e r colo

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ReporteSextoPiso

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Recomendación de los editores

Lecturas

Política e inocencia | 4

Dos poemas | 27

Melancolía hechizante | 7

Cuando Eduardo escribe, sale narrativa | 30

Ernesto Kavi

Juliana Granados entrevista a Simon Hanselmann

El rock no ha muerto, ¡viva el rock! | 10 Zappa: un clásico taimado  |  12

Grecia Cáceres

Brenda Navarro

Islamofobia, «islamo-izquierdismo», (post)fascismo | 35

Lucio Nani entrevista a Enzo Traverso

Carlos Velázquez

La teoría de la oscuridad  |  15 Martí Gil Bartomeu

De fan, a guitarra rítmica de Octubre XX  |  17 Ligia Urroz

Treinta años del Green Mind de Dinosaur Jr.  |  19 Wenceslao Bruciaga

Columnas La montaña de la muerte | 24 Rodrigo Márquez Tizano

Próximamente… | 25 José Hernández

Psicología de la disolución | 39 Judas Glitter

Sueño grupi de una noche de otoño  |  21 Juan Gerardo Aguilar

Rica: lo siento mucho  |  23

Portada de este número: Peter Kuper

Mariana H.

Reporte Sexto Piso, Año 7, Número 56, abril 2021, es una publicación mensual editada por Editorial Sexto Piso, S. A. de C. V., América 109, Colonia Parque San Andrés, Coyoacán, C. P. 04040, Ciudad de México, Tel. 55 5689 6381, www.reportesp.mx, informes@sextopiso.com.

Editor responsable: Eduardo Rabasa. Equipo editorial: Rebeca Martínez, Diego Rabasa, Felipe Rosete, Ernesto Kavi. Dirección de arte y diseño: donDani Reservas de Derechos al Uso Exclusivo 04-2021-020813245067-102. Licitud de Título y Contenido en trámite. Impresa en los talleres de Editorial Impresora Apolo, S.A. de C.V. ubicada en Centeno 195, Colonia Valle del Sur, C. P. 09819, Iztapalapa, Ciudad de México. Este número se terminó de imprimir en abril de 2021 con un tiraje de 3,000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.


Recomendación de los editores

Política e inocencia Ernesto Kavi

E

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1.

n septiembre de 1940, cuando París ha sido ya ocupada por los nazis, Walter Benjamin se marcha de la ciudad, decidido a abandonar Europa, presintiendo que su vida y su obra corren peligro, y que la guerra total está próxima. Después de un largo viaje, llega a Marsella, enseguida se dirige a Port-Vendres y, de ahí, emprende por las montañas una agotadora travesía ¿La naturaleza humana ha hasta llegar a Portbou. Su único equipaje sido, es y seguirá siendo es una maleta en la que lleva su último manuscrito. Lisa Fittko, una judía viene- por siempre la inocencia, a la Gestapo, que lo envíen a un campo sa que se encarga de ayudar a todos los o ha sido manchada hasta de concentración y, sobre todo, que su perseguidos a atravesar la frontera hacia manuscrito desaparezca. Junto con sus España, le pregunta a Benjamin qué lleva el final de los tiempos acompañantes, toma una habitación en en esa maleta: por el pecado de Adán? La el poblado para pasar la noche. Al día si—Ahí dentro va mi nuevo manuscrito guiente, el 27 de septiembre, a las siete de respuesta a esta pregunta, la mañana, después de escribir una carta —responde Benjamin. —Pero, ¿por qué se ha traído consigo que desató batallas feroces para Theodor W. Adorno, Benjamin inesa maleta… si solo vamos a explorar el giere una gran cantidad de morfina, la entre los hombres más eru- suficiente para quitarle la vida. Sus perteterreno? —Mire, esta maleta es para mí lo más ditos, la conocemos bien. nencias quedan al resguardo del juez, con importante de todo. De ninguna maneinstrucciones de enviarlas al Consulado ra puedo perderla. Es necesario que este La consecuencia de esa res- de Estados Unidos en Barcelona. manuscrito se salve. Es más importante puesta la pagamos aún hoy Se ha especulado mucho sobre el maque yo mismo. nuscrito que llevaba consigo Benjamin al El día en que llegan a Portbou, las au- en día: la creación de la momento de morir. Gershom Scholem, su toridades españolas instruyen a los guar- idea del «pecado original». amigo más cercano, cree que se trataba dias fronterizos a no dejar pasar a nadie del llamado Libro de los pasajes (Das Passque no pueda probar su nacionalidad. Benjamin no lleva conagen-Werk). Otros más especulan con que se trataba de las sigo documentos, solo un papel emitido por la Embajada de tesis Über den Begriff der Geschichte. Estados Unidos. Los guardias le niegan el paso hacia España. 2. Benjamin teme lo peor, que lo denuncien, que lo entreguen En 1942, Adorno editó en una oscura revista universitaria, la Zeitschrift für Sozialforschung (Revista de investigación social), un texto que cambiaría el rostro de la filosofía política por


siempre: las tesis Sobre el concepto de historia (Über den Begriff der Geschichte), de Walter Benjamin, el manuscrito que probablemente llevaba consigo al momento de darse la muerte, y que quedó incompleto. La primera de las tesis, una de las más herméticas, habla de un enano jorobado, maestro de ajedrez, que está escondido bajo una mesa y mueve secretamente las piezas del tablero, venciendo a todos. Ese enano jorobado es la teología, «la misma que hoy —dice Benjamin—, como se sabe, además de ser pequeña y fea, no debe dejarse ver por nadie». Benjamin, con esa curiosa imagen del enano jorobado, nos decía que la teología es quien está detrás de todos nuestros movimientos, los más ordinarios y los más grandes, los estéticos y los políticos, a pesar de ser la disciplina pequeña y fea que nadie quiere ver. Desde la publicación de ese texto, muchos filósofos y escritores han sabido entrever la mano de la teología que, secretamente, sigue moviendo los hilos de nuestras vidas: Jacob Taubes, Carl Schmitt, o, más cerca de nosotros, Giorgio Agamben. La última muestra de ese trabajo es El Reino y el Jardín, un libro muy breve pero cuyo alcance, cuyas consecuencias, si las llevamos hasta el final, podrían cambiar la faz del mundo occidental. En este trabajo trata de reconstruir y explicar los mecanismos y los dispositivos a través de los cuales la teología cristiana comienza el proceso «que llevará al paraíso, de ser un lugar de delicia y de justicia originaria, a ser solo el ambiguo escenario del pecado y de la corrupción».

3. Imaginemos a un niño que, en el año 354, nace en Thagaste, la actual Souk Ahras, en Argelia, cerca de la frontera con Túnez. El imperio romano está en agonía, viviendo sus últimos años. Es un extraño mundo, plural, viejo y nuevo a la vez, donde se mezcla la cultura griega, la latina, el judaísmo, el cristianismo naciente, y las tradiciones de los pueblos bárbaros que poco a poco comienzan a invadir el imperio. Ese niño se educa en la periferia, pero gracias a la ayuda de su padre, quien le pagará costosos estudios, logra entrar en los centros universitarios más importantes de África: Madaura y Cartago. Más tarde, una vez terminada su formación, a pesar de la oposición de

su madre, ese joven, imaginando una nueva vida, atraviesa el Mediterráneo, y se instala en Roma y más tarde en Milán, donde será profesor de retórica y de literatura de jóvenes tan ambiciosos como él. Regresará a África años después, donde será nombrado obispo de Hippo Regius, lugar en el que morirá el 28 de agosto del 430, en una ciudad asediada, destruida y saqueada por los vándalos. Roma había caído ya veinte años antes, bajo el ejército de Alarico el visigodo. Ese hombre se llamó Agustín de Hipona, y transformaría por siempre la vida de toda la cultura occidental, hasta límites inimaginables.

4. Debemos saber que Agustín nunca tuvo en sus manos la Biblia tal y como nosotros la conocemos. No leía el hebreo, y el griego lo leía con dificultad. Su único acceso a las fuentes bíblicas era a través de las diversas traducciones latinas —poco rigurosas y fiables— de la Septuaginta, es decir, de la Biblia hebrea traducida al griego. Jerónimo de Estridón, su contemporáneo y con quien tuvo muchas disputas, estaba traduciendo en ese momento la versión de la Biblia que conocemos hoy en día. En ese contexto, la interpretación de los pasajes bíblicos, traducidos de una lengua a otra por personas que no siempre conocían las fuentes originales, era una de las principales actividades de los teólogos. Tanta confusión solo podía generar grandes polémicas. Una de ellas, sin duda la más importante, fue el debate en torno a la naturaleza humana: ¿la naturaleza humana ha sido, es y seguirá siendo por siempre la inocencia, o ha sido manchada hasta el final de los tiempos por el pecado de Adán? La respuesta a esta pregunta, que desató batallas feroces entre los hombres más eruditos, la conocemos bien. La consecuencia de esa respuesta la pagamos aún hoy en día: la creación de la idea del «pecado original». El ser humano, antes de haber cometido cualquier acto, desde el nacimiento, es culpable. Y toda su vida, si quiere encontrar la salud, la salvación y el perdón, deberá dedicarla a expiar esa culpa originaria. Esta historia la conocemos bien. Lo que casi todos ignoran es que la creación del pecado original es obra de ese joven ambicioso que, un día, partió de Argelia, enseñó literatura en Milán y, a la mitad de su vida, se convirtió al cristianismo naciente. Los mecanismos a través de los cuales Agustín crea la doctrina del pecado original son muy sutiles, tanto que aún ahora los teólogos discuten su procedimiento. Todo está en unas cuantas palabras mal traducidas intencionalmente, para así generar una interpretación forzada de un fragmento de

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la Epístola a los romanos (5, 12), de Pablo de Tarso. Agustín, con estos mecanismos, trata de combatir a toda la tradición cristiana anterior a él, que no consideraba la existencia de un pecado original. Antes de Agustín se creía que el pecado no era una sustancia que se transmitía de forma natural, sino obras y gestos que el ser humano podía o no acometer. Si los acometía, entonces la caída se repetía en cada uno, como si cada ser huma- ¿Y si el ser humano, liberano fuese cada vez expulsado del paraíso do de la culpa, siempre en «de algún modo inenarrable». Pero, ¿por qué Agustín defiende con estado de inocencia, convir- No es el primero en imaginar esto, antes Walter Benjamin ya había afirmado tanta ferocidad su nueva doctrina? Este que la sociedad sin clases de Karl Marx es el punto que traza la frontera entre tiera el paraíso terrenal en era la forma secularizada del Reino meel cristianismo «primitivo» y el que co- un paradigma político? Lo siánico. Sin embargo, la propuesta de nocemos hoy en día. Para Agustín había Agamben va más lejos, y se centra en las una razón eclesiástica y otra teológica. que Agamben nos propone consecuencias de un gobierno vinculaLa razón eclesiástica es la siguiente: si es que imaginemos una do estrechamente con la idea del paraíso el pecado se transmite de forma natural, desde nuestro nacimiento, entonces los forma de gobierno que coin- terrenal, es decir, un lugar donde el ser sacramentos y, especialmente el bautis- cida, en términos teológicos, humano no sea culpable. ¿Podríamos imaginar por un instante mo, son necesarios. Agustín afirma: «si la naturaleza humana puede ser justa, con el paraíso terrenal y con todas las consecuencias políticas, jurídicas, económicas, sociales, estéticas, de entonces Cristo murió en vano». Lo que la instauración del Reino. una forma de gobierno donde no existe está en juego aquí es la necesidad de la la culpa ni la deuda? La economía de la salvación se sustenta Iglesia como institución y de sus sacramentos. Si el ser humaen la idea de una deuda que debemos pagar, y que contraeno fuese justo, libre e inocente, no habría necesidad de ninmos al nacer. Pero, ¿y si no existiese esa deuda? La deuda, la guna institución encargada de salvarnos de nosotros mismos. culpa, han sido mecanismos utilizados para mantener un poLa razón teológica no es menos aterradora: el pecado deder sobre poblaciones enteras. Pero tan solo son creaciones be implicar no solo al cuerpo del ser humano, sino también morales, que hoy hemos asumido como obligaciones legales a su naturaleza y a su vida. La culpa no debe estar centrada o económicas, y que ponen en una posición de superioridad en la acción o en la obra de un individuo, sino en la vida en sí a los acreedores. Sin embargo, no debemos nada a nadie, ni misma y en todas sus funciones, sobre todo la reproductiva. somos culpables de nada. Ni los individuos, ni la comunidad, De esta forma, todos los gestos, las obras y los pensamientos ni las naciones. «Solo el Reino da acceso al Jardín —nos dique tendremos a lo largo de nuestra vida estarán manchace Agamben—, pero solo el Jardín hace pensable el Reino». dos por la culpa. Para salvarnos de ella solo tenemos un caDicho de otra forma: solo la política nos da acceso a la conmino: entregarnos a la gracia divina, que es dispensada por dición humana, pero solo la condición humana —inocente, la Iglesia a través de sus sacramentos. La Iglesia tendrá que sin culpas y sin deudas, en su naturaleza paradisíaca e incogobernar nuestros gestos y nuestros pensamientos si quererruptible— hace posible la verdadera política. • mos entrar en la economía de la salvación. La operación que aquí acomete Agustín tiene consecuencias devastadoras, aun para nuestro tiempo. El biopoder, es decir, los mecanismos con los cuales los gobiernos legislan y controlan nuestra vida y nuestros cuerpos, es la transposición directa, en nuestros días profanos, del pecado original.

5. Giorgio Agamben, después de desmontar los engañosos mecanismos de la doctrina de Agustín, amparándose en diversas tradiciones heréticas, nos propone una alternativa: ¿y si el ser humano, liberado de la culpa, siempre en estado de inocencia, convirtiera el paraíso terrenal en un paradigma político? Lo que Agamben nos propone es que imaginemos una forma de gobierno que coincida, en términos teológicos, con el paraíso terrenal y con la instauración del Reino. «El Reino —dice— es necesario porque los hombres deben reencontrar en su misma condición terrenal la felicidad de la que fueron privados». 6

EL REINO Y EL JARDÍN Giorgio Agamben Traducción de Ernesto Kavi Ensayo Sexto Piso 2020 • 140 páginas


Recomendación de los editores

Melancolía hechizante Juliana Granados entrevista a

Simon Hanselmann N

ada tan refrescante en estos momentos como las viñetas de Simon Hanselmann. Si por un lado reflejan la precaria realidad, el tedio, el «No future» y el hedonismo depresivo de toda una generación —agravados por la pandemia—, por el otro, los dibujos, los colores, las texturas, y sobre todo las situaciones por las que atraviesan sus personajes, garantizan a quien se acerque a ellas una memorable carcajada. Esa es la magia del nacido en 1981 en Launcenston, Tasmania, la ciudad con mayor índice de criminalidad de Australia. Hijo de padres drogadictos, Hanselmann encontró en el dibujo, con apenas ocho años, una inmejorable manera de escapar de su realidad, no solo en el plano imaginario sino también en el material. Sus historias, sus personajes y su estilo lo han convertido en una figura destacada en el ámbito internacional del cómic. Adentrarse en su universo, lleno de sexo, drogas, alcohol, televisión, pero también de amistad, de amor, de deseo y de hilarantes momentos por los que todas y todos hemos pasado alguna vez, es una experiencia necesaria en estos momentos de angustia pandémica que parece inacabable. La autenticidad de Hanselmann no radica en que de un momento a otro aparezca un gato chupándole el culo a una bruja, o en que un patético y pedísimo búho quiera ligarse a una chica; ni en que un hombre lobo se suicide por no superar una ruptura amorosa. El australiano logra que las complejas relaciones humanas sean digeribles a través del humor. Además, nos muestra que es válido sentirse fracasado, deprimido o ansioso, y que estas sensaciones no son eternas, siempre y cuando se mantengan los amigos y la música. Megg, Mogg y Búho revelan que el no hacer ni esperar nada, un deseo que patina entre el nihilismo y el valeverguismo, es también un actitud crítica-pasiva frente a la vida y hacia esa sociedad tan perversa que nos acoge desde el nacimiento. Sus dibujos son tan genuinos que no existe manera de no engancharse con él. La depresión, la ansiedad, las adicciones, la frustración y el tedio son temas frecuentes en tus historias, tratados además con mucho humor. ¿Sientes que estas afecciones y padecimientos, que de hecho tú mismo viviste en algunas etapas de tu vida, pueden conectar de una manera positiva con las experiencias y sentimientos de tus lectores?

Supongo que es catártico para ellos. Es evidente en el fenómeno del internet, donde la gente dice «literalmente soy yo» o «me siento visto/atacado» cuando ve un meme que habla de ellos. A la gente le gusta verse reflejada en el arte que consume o que llama su atención. ¡Estúpidos egoístas! Pero sí, el humor es muy importante. Uno necesita ser capaz de reírse de las cosas y, sobre todo, de uno mismo. La vida es jodidamente horrible, pero no hay necesidad de ser un amargado empedernido. Iluminar lo jodido nos permite ver el lado cómico del horror. Yo no podría sobrellevar las cosas sin la comedia. El humor negro es el mejor, es el que se mantiene al filo de la navaja y derriba tabúes, es la comedia pe-

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ligrosa. Hoy no hay suficiente material de este tipo, todo se forma, meditación. Aunque también atrapa tus eventos trauha vuelto muy aburrido y serio, como si trataran de meterte máticos en un ámbar ficcional que te permite flotar sobre ti alguna lección moral en el culo con un reluciente dildo. Remismo. Hace que te sientas como un dios, creando mundos cientemente he estado comprando toneladas de dvd viejos. que se desarrollan en las mentes de los otros. Como una linda Hollywood ha muerto, el stand-up ha muerto, la comedia por e intensa droga, algo parecido al dmt. internet está también fuertemente asociada con «la derecha» Pero crear esa mierda y leerla es extremadamente difereno «la izquierda». La única comedia pura, impoluta, que queda te. Trato de no pensar mucho en mis lectores, no los tomo en el mundo son los cómics de Megg, Mogg en cuenta, excepto al tratar de aclarar las y Búho. Yo jamás trataría de decirle a mis El humor negro es el cosas tanto como me es posible para que lectores qué pensar, solo quiero entretener- mejor, es el que se man- tengan una digestión sencilla y placentera. los y hacerlos reír, tal vez que sientan algún disgusto o que queden medianamente eno- tiene al filo de la navaja Hemos visto que te gusta subvertir el género, jados. Para mí eso es la comedia. ponerlo en duda, transformarlo y rebelarte freny derriba tabúes, es la Hay quienes piensan que estos padecimientos depresivos, exacerbados en las últimas décadas en todo el mundo, deben usarse en clave revolucionaria, como si todos los tristes, angustiados y deprimidos del mundo pudieran en algún momento levantarse contra un sistema que los oprime, al obligarlos a estar «bien». ¿Crees que este planteamiento tiene que ver con tus personajes y con las historias que nos cuentas?

comedia peligrosa. Hoy no hay suficiente material de este tipo, todo se ha vuelto muy aburrido y serio, como si trataran de meterte alguna lección moral en el culo con un reluciente dildo.

Dudo fuertemente que una banda de flojos, deprimidos, obsesionados consigo mismos, perdedores quejicas como ellos logren alguna vez algo. Nada de valor, en todo caso. Tal vez puedan arruinar algunas cosas para otras personas, romper algunas otras, pero: ¿qué tan bueno es eso? Yo tiendo a no hacer públicos mis problemas personales, a no transmitirlos a ninguna otra persona, más allá de mi arte. Encuentro muy embarazoso lo que algunas personas revelan sobre sí mismas a los otros. Es como si no quedara en nadie ningún rastro de orgullo. Con frecuencia, me encuentro profundamente exasperado por mi existencia diaria, pero me gusta intentar proyectar un aura de fortaleza y capacidad. Megg, Mogg, Búho y Werewolf Jones ciertamente no son ejemplos a seguir, ni tampoco representan ningún tipo de movimiento. ¡Son individualistas devotos! Organismos egoístas. Ellos son los únicos responsables de cada cosa y todo lo malo que les pasa; crean sus propios problemas. Tienen todas las herramientas necesarias para el éxito, pero las desperdician y se sabotean todo el tiempo. Uno debe reír de ellos o empatizar con ellos, pero nunca alabarlos. ¡Son una bola de cabrones! Has dicho en entrevistas que para ti resulta terapéutico dibujar, ¿has pensado en lo terapéutico que es para los lectores leer tus viñetas, poder identificarse con tus personajes y reírse de sí mismos al hacer suyas tus historias?

El principal beneficio que me otorga dibujar es no tener que pasar tiempo con otras personas, o evitarme estar fuera de casa. Una vez que estoy encerrado en «la zona», toda la «realidad» que rodea a este costal de huesos y carne se evapora del todo. Me quedo con una tarea única que me consume por completo. Es la existencia pura. Supongo que es, de cierta

te a las formas hegemónicas. ¿Cómo crees que tus historias pueden alentar a otras personas que siguen sufriendo por su identidad?

Sí, carajo. No lo sé. Solo hago lo mío. Espero que en un futuro el género no sea una cosa tan jodida y cada quien pueda usar la ropa que quiera sin que a nadie le importe. Ni siquiera me gusta hablar de eso, odio los debates interminables. A veces solo me quiero vestir como mujer, y


lo hago. Fin de la historia. Cada quien podría hacer lo que le diera la gana y dejarme fuera de eso. Rechazo el lenguaje moderno y las etiquetas, son solamente ruido. Soy un mamífero, atado por la gravedad a una enorme esfera de tierra, existo en una era de concreto y circuitos eléctricos, lejos de donde debería de estar, en la naturaleza. Pertenezco a una red de seres desnudos que cazan bayas. No debería de tener tiempo de pensar en el «género». No suelo ser acosado negativamente en las redes, lo que atribuyo a que no me meto en eso todo el tiempo. Yo solo presento cómics humorísticos (o eso espero) y algunas veces me toman fotografías, en las que ocasionalmente visto prendas que aparentemente son para los mamíferos «femeninos». Para alguien que batalle con cualquiera de nuestras modernas disforias de clase, que parecen ser tan populares en nuestra realidad construida a base de mentiras, podría pensar que quizá le resulte inspirador. Soy una prueba viviente de que se puede vestir cualquier prenda que se quiera y encontrar el amor y el éxito, y sobrevivir a la pesadilla distópica del paisaje infernal que nos hemos construido, con nuestro complicado balbuceo y nuestro exceso de pensamiento. Y no es que la naturaleza sea mejor, es jodidamente brutal. Comer y coger utilitariamente. Así es, la existencia es una maldición. La muerte vendrá como un cálido abrazo. Estoy cansado. ¿Crees que detrás del tedio y el hastío que muestran tus historias existe un cuestionamiento sobre la dificultad cada vez mayor de relacionarse con los otros y con nosotros mismos?

Por supuesto. Megg, Mogg y Búho es completamente sobre las relaciones con los otros. Una de mis escenas favoritas es cuando Werewolf Jones, tras haber tenido una tremenda pelea con su esposa, se pone a mear por la ventana, mientras le

Hechizo total Simon Hanselmann Traducción de César Sánchez y Alberto G. Marcos Fulgencio Pimentel 2019 • 176 pp.

9 Otros títulos: Bahía de San Búho (2015) Melancolía (2016) Hail Satan! (2016)

grita al universo: «Las relaciones». Lidiar con otros humanos es muy cabrón. Mirarse en el espejo es todavía más duro. Sabemos que tus libros no son para niños, pero quizás poner en la mesa estas temáticas «vedadas» pueda ayudar a iniciar esa conversación con ellos con preguntas sobre el sexo, las drogas y la depresión, ¿qué piensas acerca de eso?

Mi primera hija está por nacer, en alrededor de ocho semanas. Acabo de terminar de pintar su habitación. Ciertamente, no la dejaré engancharse con nada como Megg y Mogg hasta que tenga al menos dieciséis. Los niños necesitan disfrutar de su inocencia por todo el tiempo que les sea posible. Mi madre, cuando yo tenía nueve años, me sentó y me dijo que era adicta a la heroína y me explicó de qué se trataba todo eso. Realmente no necesitaba saberlo. Mi hija jugará al lego y caminará y andará en bicicleta y nadará y hará lo que ella quiera hacer. Dejémosla que lidie con el lúgubre mundo de la depresión más adelante, cuando tenga que hacerlo (espero que no le toque del todo). Personalmente me molesta toda esa gente de mierda que actualmente trata de presionar a los niños. Dejémoslos ser niños. Supimos que te casaste con el cómic, ¿cómo va ese matrimonio?

El cómic y yo estamos bien, cotorreamos todo el tiempo, seguimos disfrutando de la compañía del otro y cogemos todos los días. La magia sigue ahí. Vivimos bien, sobreviviendo la pandemia, compramos una televisión juntos. Está chingón que podamos tener una relación abierta, porque también tengo una esposa mamífera con la que he procreado una hija. Espero que el cómic pueda lidiar con la bebé, que no se ponga muy loco. Espero también que yo no empiece a descuidar al cómic. Mi miedo a regresar a la pobreza seguramente me mantendrá firme. No puedes holgazanear si quieres tener éxito. Estoy compitiendo con Netflix y YouTube, y con las infinitas opciones de entretenimiento en línea. Tengo que asegurarme de que lo mío continúe, no puedo dejar que la gente me olvide y se vaya, quiero su puto dinero. ¡Tengo una maldita bebé que alimentar! • Traducción de Felipe Rosete



Dossier:

El rock no ha muerto, ¡viva el rock! 11 Ilustraciones del dossier: Cintia Bolio @cintiabolio


Zappa:

un clásico taimado

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ecir que Frank Zappa era un outsider es quedarse corto. Bastan los primeros segundos de Zappa (2020), el documental sobre su vida, para percatarnos de la dimensión de su figura. Es 1989 y Zappa es recibido como un héroe en Praga. Quizá su música podía ser calificada a esas alturas como pop en los Estados Unidos, pero en Checoslovaquia era un llamado a la rebelión. Sus discos habían servido como inspiración para una juventud que conformaría más tarde la Revolución de Terciopelo. El movimiento pacifista que consiguió derrocar al Partido Comunista que había ocupado el poder por cuarenta y cinco años. En el concierto que ofreció en Praga confesó que había años que no tocaba la guitarra. Debió ser desconcertante para los checos escuchar aquello. Zappa, el creador de himnos como «My Guitar Wants to Kill Your Mama», el que lanzó Shut Up’n Play Yer Guitar, un álbum triple en que exhibe su músculo como guitarrista, el que publicó Guitar, el disco doble que incluye una de sus mejores piezas, «Sexual Harassment in The Workplace», el que había transitado por una variedad de estilos, siempre adaptados a su particular visión: rock & roll, rock, doo woop, rock progresivo, psicodelia, jazz fusión, blues, etc., ¿había renunciado al instrumento que le otorgó fama? Sí, quizá nadie lo imaginó, pero Zappa colgó la lira y por aquellos días estaba dedicado por entero a la música clásica. La que él escribía. Que como mucho de su trabajo no se puede adscribir a ningún movimiento. No era clásica contemporánea, música de cámara ni minimalismo. Era simplemente: Zappa. Tocar la guitarra para los checos fue una concesión de parte de alguien que nunca hacía concesiones. Desde principios de su carrera Zappa se había dedicado a desafiar todo lo que se le ponía enfrente. El negocio de la música en «We’re Only in It for the Money». Al Senado de Estados Unidos durante aquella cruzada de Susan Baker por imponer la censura en el rock, y sobre todo a su propia música, cuando desarmó a una de las bandas más legendarias del rock: The Mothers of Invention. El abandono mismo del rock por la música clásica era un gesto absolutamente zappiano. No ha sido el primero en componer piezas orquestales, McCartney tiene un par de discos en el campo, pero sí en dejar la zona de confort que le representaba el rock con una carrera tan longeva a cuestas. Zappa terminó su carrera en el mismo punto en el que empezó. An-

Carlos Velázquez

tes de aficionarse al blues desarrolló una afición por Edgar Varèse: el mayor responsable de que todo lo que tocara Zappa estuviera retorcido. Zappa admiraba lo tétrico de Varèse. Nunca le interesó Beethoven o Mozart. Pero no por eso fue ignorado por el mundo de la música clásica. El director Pierre Boulez dirigió tres piezas del disco The Perfect Stranger. Zappa, el documental, está armado con muchas horas de video digitalizado de los archivos personales de Zappa almacenados en su mansión de Laurel Canyon, imágenes nunca antes vistas por los fans. Gracias a esto podemos conocer la bodega donde se resguarda el archivo completo. Dentro descansan cientos de horas de video de sus jams, en el que tocaron estrellas como Eric Clapton, además de los masters de todos sus álbums, más parte del material inédito que ha salido después de su muerte. Zappa puede presumir de sacar más discos póstumos que novelas póstumas Roberto Bolaño. Y por supuesto hay un archivo fotográfico, más las partituras de todas las piezas que escribió para ser interpretadas por orquesta. ¿Sabría Zappa desde el principio que se convertiría en uno de los músicos más relevantes de la segunda


Dossier: El rock no ha muerto, ¡viva el rock!

mitad del siglo xx? Gracias a esta voluntad de archivista es que su trabajo ha sido preservado. Y su discografía ha rebasado el centenar de títulos. De pocos artistas existe tal cantidad de títulos. De John Coltrane y Miles Davis, por ejemplo. Pero al no contar con el control total de las grabaciones, ya que muchas fueron en vivo, la calidad de estas es deficiente. Lo que no ocurre con Zappa. Sus discos póstumos son oficiales. Y se ha cuidado la calidad tanto en el sonido como en el arte con una dedicación que el mismo Zappa les hubiera puesto en vida. Por supuesto que existen bootlegs piratas, pero Zappa se anticipó al sacar él mismo grabaciones de muchos de sus shows. Lo cual fue posible gracias a que montó su propia disquera. Lo que le garantizó los derechos de su obra. En Zappa nos enteramos que su primer interés no fue la música, sino el video. Dentro de su archivo se preservan las películas caseras que realizó antes de toparse con Varèse. Da miedo imaginar que si hubiera emprendido una carrera dentro del cine nos habríamos perdido de joyas como Hot Rats, Sheik Yerbouti o Joe’s Garage. Pero Zappa supo leer la época que se avecinaba. Y el impacto que el rock provocaría. Mientras los Beatles, los Beach Boys, los Rolling Stones, The Jimi Hendrix Experience y The Who peleaban entre ellos por ver quién sacaba el mejor álbum, Zappa sacó Freak Out!, el que es presumiblemente el primer álbum conceptual de la historia. El debut de The Mothers no fue un éxito comercial, de hecho el único hit verdadero que tendría Zappa en vida sería «Valley Girl», grabada junto a su hija Moon. Pero los años han llevado a considerar a Freak Out! un clásico taimado de la historia del rock.

A pesar de que Zappa cuenta con admiradores en todo el mundo, es innegable que su música no es para todos. Y no porque sea elitista ni mucho menos. Pero se necesita un temperamento particular para conectar con ella. A mucha gente le ocurre con artistas como Bob Dylan, no comprenden jamás en qué consiste lo que atrae a otros de sus canciones. En una ocasión en una reunión me pidieron que pusiera un disco. Elegí Hot Rats. De inmediato me tacharon de antisocial. Y lo quitaron, obvio.

La música de Zappa no está hecha para escucharse en soledad, los checos son ejemplo de ello, sin embargo tampoco se puede negar que no es música que uno pone en una reunión. Te exige un grado de atención que el pop no, por ejemplo. Pero eso no le resta mérito alguno. Pero si su música nunca ha gozado de una popularidad masiva en los Estados Unidos, en Europa sí ha sido ampliamente reconocido. Y su influencia ahí es más notable. Aunado a la poca popularidad de su música se suma la poca popularidad de su figura. No es que no fuera reconocido. Pero era una figura incómoda para mucha gente del negocio de la música y personajes de la política. Por la sencilla razón de que decía lo que pensaba. Cuando el Parents Music Resource Center se fue contra el rock por considerarlo demasiado sexualizado, Zappa fue una de las pocas voces que se pronunció. No se esperaba menos. Era él quien había compuesto «Who Are The Brain Police?». Artistas a quienes se quería censurar mantuvieron la boca cerrada. Pero Zappa vivió memorables debates en público al respeto. Después de pronunciarse en el congreso, Zappa acudió al programa Crossfire. Se presentó en traje y con el pelo corto. No como el melenudo que aparece en la portada de Lumpy Gravy. Zappa demostró que era un músico serio. A pesar de que siempre se proclamó a favor del humor. Ha quedado explicito en discos como Does Humor Belong in Music? y en decenas de canciones donde se burla de la moda, de sus colegas músicos, de los mismísimos Beatles, uno de los puntos más respetados de la cultura sesentera (parodió la portada del Sgt. Pepper’s) y sobre todo de los gringos cabeza hueca, como en «Plastic People». Pero Zappa también era un pensador serio, como lo demostró al conseguir que esa batalla entre la Parents Music Resource Center y el rock se zanjara con la ahora bastante conocida etiqueta que incluyen algunos discos en

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su portada con la leyenda Parental Advisory Explicit Content. Zappa también demostró que tenía un perfil político serio. Tras ser elegido presidente de Checoslovaquia, Václav Havel designó a Zappa Embajador de Cultura y Comercio en Occidente. Pero la administración Bush se opuso. Lo que demostró que Zappa era una figura incomoda. Por lo que el presidente checo tuvo que conformarse con nombrarlo agregado cultural honorario. Zappa retrata al músico pero también al hombre. Y en él vemos a su esposa Gail hablar de la vida sexual de su marido, que se caracterizaba por ser un promiscuo incorregible. El mismo Zappa lo acepta en pantalla de manera un tanto velada. Algunas personas se han manifestado en contra de su personalidad. Pauline Butcher, la que fuera su secretaria, autora de ¡Alucina! Mi vida con Frank Zappa (Malpaso, 2016). Quien no baja a su ex patrón de ser un cretino, egocéntrico, machista, intolerante, autoritario

y con problemas para socializar. Declaraciones que ponen una vez más sobre la mesa el tema de si el artista debe ser un modelo de rectitud. ¿Y si no lo es, eso lo incapacita para dedicarse al arte? A los problemas de sociabilidad de Zappa les debemos que haya contratado como telonero a Tom Waits, sus colaboraciones con Captain Beefheart o que haya reclutado a Steve Vai para una de sus formaciones. Zappa murió de cáncer en la próstata. Se presume, y esto no está respaldado científicamente, que dicho cáncer se presenta por la nula actividad sexual o por el abuso de la misma. En sus últimos años la enfermedad lo fue consumiendo. Hasta que perdió la lucha el 4 de diciembre de 1993. Antes de morir vio su sueño cumplido, que su trabajo orquestal fuera interpretado en vivo por un ensamble de músicos clásicos. La encargada fue la London Symphony Orchestra. •


Dossier: El rock no ha muerto, ¡viva el rock!

La teoría de la oscuridad «Como artista solo podrás desarrollar tu expresión artística más pura cuando las expectativas y las influencias del mundo exterior no son tomadas en cuenta para nada».

Martí Gil Bartomeu

Revela también que «su cereal favorito se mantendrá como un misterio». The True Story About the Residents, documento con un subtítulo larguísimo, lgo así decía N. Senada, posiblemente Captain Beefheart, Official w.e.i.r.d. Book of the Residents, conformaría uno de los personajes alrededor de The Residents, banda el núcleo del primer libro oficial de Matt Groening. que desde más o menos el 69, aunque oficialmente después, Para entrarles, ellos mismos recomiendan dos corevolucionó el mundo de la música, pasando desapercibida. sas: la primera es ver el documental que le da nombre El uso de seudónimos da cuenta de lo que postulan los residentes: el a este texto, donde se puede apreciar a todas las peranonimato te permite dejarte ir, hacer lo que quieras y a ellos los tiesonalidades que los han conocido, les han intrigado, ne, cincuenta años después, innovando constantemente. los han influenciado, han participado y pues, bajita Durante muchos años nadie sabía quiénes eran, se especulaba si la mano, a ellos mismos, aunque el chiste es jugar a eran los Beatles o hasta los locazos de Cromagnon, y más adelante se que no; la segunda es entrarle a su música, disponible jugó con la idea de que eran los de la llamada Cryptic Corporation, en su página, donde tienen una sección maravillosa que daban la cara por ellos, vendían sus productos, y se encargaban que, si vas seleccionando grupos que te gustan, te dide sus relaciones públicas, además de hacerse cargo de la disquera ce qué discos escuchar. Su discografía es tan extensa Ralph Records. que la wiki tiene una página particular. Solamente de Surgen como colectivo en Luisiana, se conocen en la escuela y estudio tienen treinta y nueve discos. Y todo esto se deciden tomar camino hacia San Francisco, donde la movida muhace basándose en lo que otros fans opinan, ya que sical era mucho más abierta en el 69, con todo lo que estaba susiempre han tenido una relación intensa con sus seguicediendo con el movimiento jipi y la contracultura. Ahí, en medio dores, tanto así que desde el 2017 dentro de su página de sus primeras experimentaciones, se les une N. Senada, del que puedes hacer un remix de una de sus canciones y subirla hasta se inventan una biografía. Existen tomas donde se le ve toa la sección «I’m a Resident!». cando el saxofón con los Residents y desde esas imágenes es muy Desde que los conocí, me entregué, y creo que a cualclaro que estaban en otro pedo, medio jazz, medio rock, medio quiera le pasaría lo mismo. Inventaron los videos mucacofonía. Todavía sin nombre como grupo, mandaron un demo sicales, usaron tecnología multimedia para mostrar su sin remitente a la disquera del Captain Beefheart; en el sobre de arte, hicieron juegos de video y mil cosas más. Recuerdo la respuesta, al haber llegado como anónimo, se puso: Para los una toma que me prendió cabrón en la que muestran residentes: de ahí el nombre de la banda. una pieza en el moma de Nueva York, conformada por un El primer club de fans del grupo, llamado refri en el que está todo lo que han hecho. En una oporw.e.i.r.d. (We Endorse Inmediate Residents tunidad de viajar a la isla de Manhattan hace unos años, pregunté a medio personal del museo para ver si podía Deification), contaba en sus filas con Matt tener acceso y obviamente me tiraron de loco, hasta me Groening, a quien le encargan la tarea llevaron con el trabajador más antiguo a ver si él sabía algo. No me entendió ni madres. de escribir un ensayo sobre ellos, ya que Mientras escribo esto, me da gusto no saber quiénes destacaba por su manera de escribir. En la son o qué son. La red está llena de teorías y banda que los buscaba intensamente. Yo prefiero pensar que es un colectranscripción del documento, el genio detrás tivo donde no hay miembros fijos por cada instrumento y de Los Simpsons comienza explicando que la que, probablemente, la teoría de la oscuridad nos tendría vivos a Kurt y a Lennon, tocando juntos. Esperemos que si única verdad la tienen ellos y cuando decialgún día regresan los toquines, se me haga verlos en vivo dan abrirla al público, se sabrá. y toparme con alguno de ustedes por ahí. •

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De fan,

a guitarra rítmica de Octubre XX

Ligia Urroz

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ujeres como yo estamos hechas de música y letras. Aprendí a leer a los tres años. Mi madre lo descubrió en un viaje que hicimos de Managua a México; mientras recorríamos la ciudad, yo iba leyendo todos los espectaculares. Al principio creyó que me los había aprendido de memoria y cuál fue su sorpresa al darse cuenta «que Con la guerra civil, llegamos a la niña ya leía». Desde entonces me convertí en una máquina de México pensando en que regresalectura; me extasía ver la danza y el sonido de las letras, entrar a su campo semántico. La música es también algo que me define, ríamos a Managua en unas cuantas la traigo en la sangre por el lado paterno. Cuenta la historia fasemanas: lo hicimos treinta años miliar que a mi tatarabuela, Doña Josefa Urroz, la embarazó un obispo en su natal León, España. Ella tenía dieciséis años. Sus después. En ese periodo, he vivido la padres la mandaron lejos, lejísimos: a Nicaragua. La acompañó música de manera envolvente y consu hermana. Llegadas a Managua se instalaron como profesoras de música, daban clases de guitarra y piano. El fruto del tinua. En el colegio y armada de mi pecado resultó un virtuoso del violín, Don Luis Felipe Urroz, guitarra, entré al grupo instrumenquien que se casó con una guitarrista nicaragüense, doña Teresa María Mayorga. De ahí nació la estirpe Urroz, todos músicos tal. Tocábamos los Beatles y hasta de conservatorio y de sangre. Mi primera clase de guitarra la el Huapango de Moncayo. Después tomé a los siete años; el profesor era invidente, acomodaba mis deditos en los trastes y solíamos tocar música vernácula me inscribí al coro de la iglesia. Fue nicaragüense, Carlos Mejía Godoy era el preferido. En mi caentonces cuando le dije a mi papá que sa se escuchaban diariamente las seis horas de práctica de mi abuelo, Humberto Urroz. Él fue primer violín de la Orquesta quería entrar al conservatorio de múSinfónica de Nicaragua, luego se convirtió en el director. Essica, quería ser directora de orquesta. cuchar a un violinista estudiar es algo complejo: puede pasar Él me miró y con su acento nicaragüense me respondió: horas en un mismo compás, sin regalarte la pieza completa. «Mirá chavala, hemos salido de una guerra, no tenemos Esos fragmentos y el sonido al afinar su instrumento, se adnada, primero estudiá una carrera que te deje de comer, la hieren a las paredes mentales, es por ello que desde que nací, música siempre estará con vos». Y así fue como seguí tohe desayunado, comido y cenado música. Es ella la que evoca cando guitarra de manera silvestre, con los «guitarra fácil» mis recuerdos más niños. La que me transporta a las clases y de oído. Por suerte llevo mi propia música interna, es un de ballet donde bailábamos El lago de los cisnes entre palmeanimal vivo que me define y no me suelta. ras y noticias revolucionarias. Es el sonido de la marimba el Tanta razón tenía mi padre. que me recuerda la falda típica que vestía en mis tardes de baile folklórico, la que me hacía girar como derviche. Desde * entonces, en mi jukebox mental, puedo apretar los botones y Pasaron un par de décadas y en una fiesta de un amigo que escoger género, canción y simplemente darle play. cumplía cuarenta años, conocí una banda de covers de rock ochentero, Fronteras, dirigida por Juan Carlos Jáuregui (voz)

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y Julio Ortiz (bajo). Todos eran chapines recién llegados al df. No pasaron ni dos rolas, cuando ya me había hermanado con ellos: eran centroamericanos y tocaban la música que defiindustria —y para la banda en particular— ha sido muy dura. nió mi juventud, el opiáceo (siguiendo a Byrne) o la droga Hicimos un concierto por streaming a puerta cerrada, el cual que me crea más deseo de ella. Los seguía a los bares donde tuvo buen impacto, lo que dio una bocanada de oxígeno en tocaban, quería entintarme cantando mis himnos de rock. la moral de la banda (mas no en sus bolsillos). Hemos estado Al cabo de un par de años hubo cambios en la banda; alhaciendo videos a distancia para no perdernos de la mente de gunos integrantes regresaron a Guatemala y se creó una nuestros amigos. Si hay algo que verdaderamente extraño en nueva agrupación, Leyenda, ahora con músicos mexicanos la «nueva normalidad» es tocar en el bar con mi banda, saber(entró el saxofonista Jako González Grau y el guitarrista me cómplice de notas, rolas y miradas. Las bohemias de tintos y Isaac López), pero los líderes seguían siendo mis hermacarcajadas. No hay mejor sensación en la vida que flotar en una nos guatemaltecos. En ese entonces el guitarrista empezó esfera musical, aportando una pared de power chords o unas notas a darle clases a uno de mis hijos. A las pocas semanas el sutiles que redondean una power ballad. niño se aburrió y yo tomé su lugar, le dije a Isaac «quiero Para los que llevamos la música en el cuerpo, ella es una neaprender todas las canciones que toca Leyenda». Y fue cesidad imperiosa, un condensador de oxígeno, un regulador de así como cambié de giro; de la guitarra acústica pasé a emociones. Un cordón umbilical que no puede ser cortado. En la la eléctrica, del padrenuestro empecé a rascarle a Urgent música soy y en ella me defino. ¿Cuál es mi género favorito? Soy de Foreigner. Hace unos ocho años, estando en el bar ecléctica; dependiendo de mi estado de ánimo y actividad voy del donde tocaba la banda —el Black Dog en Santa Fe—, rock a la música clásica, de la ópera a la salsa, del blues al jazz, del Isaac me invitó a subir y a echar un palomazo, y a partir disco al Lo-Fi. El reguetón no cuenta. de entonces, Juan Carlos me dijo: «No quiero que te Que nunca nos falte la música. • bajés del escenario, esta es tu banda». Desde ese día, cdmx, marzo de 2020 me dediqué a ensayar las partes de la guitarra rítmica de todo el repertorio (el cual es amplio) y a armar mi equipo. A mis hermanos músicos les causa hilaridad la manera en la que «apunto» las canciones: entre partituras con cifrados, videos y señalamientos de lenguaje propio. Recorrí los pasillos de varios Guitar Centers hasta que di con mi guitarra: una Telecaster vintage, la cual conecto a una pedalera con varios juguetitos: Metal Muff, Sovereign, Hall of Fame, EP Booster, MXR EQ, Scarlett Love, Burnley, Whammy DT, Wah Wah, un delay y mi pedal de volumen. Mi amplificador favorito es un Fender Blues Deluxe amarillo (que ostenta manchas circulares de copas de tinto). En el 2015 al querer sacar nuestro primer CD, Juan Carlos se topó con que el nombre de Leyenda ya estaba registrado y así nació el nuevo nombre de la agrupación: Octubre XX, fecha emblemática en la historia guatemalteca. La banda siguió tocando en vivo todos los fines de semana. Del Black Dog nos mudamos al Anastasia. El 20 de octubre del 2016 llenamos el Lunario del Auditorio Nacional y desde entonces tuvimos una avalancha de conciertos privados, finales de los abiertos de tenis de Acapulco y de Los Cabos, programas de radio y televisión, etc. La pandemia nos sorprendió después de tocar en la final del Abierto Mexicano de Tenis en el 2020. Desde entonces la situación para la

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Treinta años del Wenceslao Bruciaga Green Mind de

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Dinosaur Jr.

mpecemos por ser odiosamente honestos. apenas diez u once once años en la playa de Jones de Nueva Sin ser un perito del rock alternativo gringo, en lo York en 1978. Empezaba la construcción de un álbum que personal, el Where You Been me parece la obra maestra eternizaba el ostracismo adolescente como una sentencia de Dinosaur Jr. Moralmente superior. Tan solo porque nos jodió a varios. que incluye Goin’ Home. El momento sublime de la banda de En 1991 parecía que todo el rock Massachusetts. Pero también por razones meramente oligofrénicas. Como la mayoría de las apreciaciones musicales. Fue inadaptado tenía algo que decir. Algo el disco con el que le entré al universo de una banda que brotrascendente. Sobre todo el rock gringo meaba con la intransigencia de reírse del rock clásico al mismo tiempo que lo homenajeaba con inevitable rendición. De eso que ansiaba respirar fuera del agua. Un se tratan los solos de J Mascis. Si bien corrosivos, lo acercaba día los gritos de Smells Like Teen Spirit a una tradición de pasajes de guitarra norteamericana que celebra la ambivalencia de las historias escritas por la ciudase asomaron en las radios, en mtv, y hasdanía blanca. Apenas los solos de guitarra empezaron a tener ta se colaban en los programas de videos emocional protagonismo en la discografía de los Dinosaur, Mascis fue comparado con el country abrasivo de Neil Young. nacionales y el milagro parecía revelarse. En 1993 el Where You Been tenía los ingredientes suficienPero mientras Nirvana compartía rotación con Locomía y Gates para poner caliente a un adolescente solitario: guitarrazos ribaldi, Dinosaur Jr. tenía el mejor pinche nombre que se puurgentes de atención emocional, letras azotadas, baladas de dieran cargar las bandas del rebautizado rock alternativo, del incompresión e ilustraciones de gore cursi. Como vísceras grunge, de las boy bands que se iban a la chingada conforme las pintadas con mermelada de frambuesas. camisas de franela se convertían en el nuevo atractivo de los Y es aquí cuando probablemente la seminal genialidad hombres. El imaginario de Nirvana parecía acomodarse bien del Green Mind empieza a tomar forma. Hasta ese entonces en el éxito genérico de las listas de popularidad cuando Dinoera el único álbum de Dinosaurio que no llevaba una retorsaur Jr. se desviaba de la satisfacción inmediata que producía la cida ilustración en su portada, como ya era tradición. En el fachada grunge: versos narcotizados y estribillos provenientes mismo año del Green Mind sacarían una minicompilación, del Metal. El cisma romántico de Dinosaur Jr. se convertía en Whatever’s Cool with Me, con la fotografía de un perro, y un asunto de clavados que se masturbaban con revistas de skaotros sencillos también llevaban fotos, pero no pertenetos como la Thrasher, porque a Torreón no llegaba ni el porno cían al catálogo oficial, por decirlo de un modo fanático. gay nacional. Al menos así pasó conmigo. Lo cierto es que por Sería hasta el disco Beyond del 2007 que saldría un disco de momentos fue como si estuviéramos presenciando un milagro Dinosaur Jr. con una fotografía a blanco y negro, pero esta casi análogo a cuando los Ramones o los Sex Pistols daban sus tendría un enfoque surrealista. primeros chingadazos. El grunge te sacaba el aire de la misma Green Mind probablemente sea la portada más inconforma como debió sentirse el punk en los setenta. Música para fundible e inolvidable de toda la discografía de Dinosaur los jóvenes que empezábamos a hacernos viejos a principios de Jr. La fotografía de Joseph Szabo a blanco y negro de una los noventa. Pero de todos los guitarrazos que abrían los discos niña, o niño de cabello largo, fumando un cigarrillo a sus de rock lanzados en ese 1991, ninguno se comparaba con el riff en posición de saque de «The Wagon». El track número uno del Green Mind. «The Wagon» era, y lo sigue siendo, un yunque que sintetiza la reputación de Dinosaur Jr. hasta 1991: canciones di-

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latadas en el aticismo y los dedos de Mascis para sacar elaborados pasajes de guitarras agresivas y melódicas. De hecho, la reputación ya era tan elevada que para cuando Green Mind salió al mercado, Dinosaur Jr. era el pseudónimo de J Mascis. El hombre de la eterna cabellera larga y la mirada arrogante que pone cualquier mozalbete consentido no solo habían sacado de quicio a Low Barlow con sus violentas manipulaciones emocionales. También lo echó de la banda. Mientras que la batería de Murph solo se escucha en unas cuantas canciones. Con Green Mind, Dinosaur Jr. entraba a las grandes disqueras —como lo era Sire Records— después de andar de nómadas en sellos independientes sin la alineación original. Pero la ausencia no es un asunto trágico. Si bien «The Wagon» es una canción de zozobra adictiva, mis partes favoritas son los temas «Puke + Cry» y «I Live for That Look», pues son las que más dolores de cabeza les dan a los seguidores hetero del Dinosaur. De alguna manera representan el primer gran bandazo a códigos que solo podemos traducirlos los homosexuales que confundimos el salir del clóset con egolatría. Por eso casi todas nuestras relaciones fuera de la cama pasan por el filtro del rechazo y la intolerancia que hace que todo se sienta inalcanzable, como cuando J Mascis canta: «¡Hey! Sal de mi mente, es hora de pagar el precio por nunca tener tiempo para decir algo». Y esa monotonía que impregna las pasiones de Green Mind recuerda las tardes en las que los gays no tenemos sexo. «Thumb» suena mucho a eso. A esa tragedia muy homosexual en la que realmente nunca tenemos buenos momentos. Green Mind cumple treinta años y ha envejecido bien. Es un disco perfecto en su narcisismo codificado en ironía a todas luces sensible. Nunca pretende simular el discurso de la banda que entra a las grandes ligas con los clichés de una banda unida por los infortunios y miserias de los comienzos. En Green Mind solo hay ego y aburrimiento, y por eso es fabuloso. •

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Sueño grupi

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Juan Gerardo Aguilar

de una noche de otoño

icen que el enculamiento nace del sexo y el amor, pero yo creo que también nace de la música. Uno sabe que se trata de querencia verdadera cuando hay algo que realmente te sobrecoge. Es una sensación que empieza en las tripas, sube por el esófago juligans picaculos, sino porque decidí apartarme de la pany se hace nudo en el cogote; una emoción que muere cuandilla y caminar solo rumbo al escenario indicado. do se acaban el sexo y el amor, pero permanece cuando se Así fue como de pronto me vi justo donde deseaba estar trata de la música. Por eso es que los enculados y los grupis desde aquel 1993: en la primera fila, aguardando a que sase parecen tanto. liera Suede y con un nudo en el cogote que no lograba desEl gusto por las personas es transitorio, no así lo que hacer sin importar cuánta cerveza bebiera. sientes por ese grupo al que, por lo regular desde la adoLuego vino la expectación y la incógnita respecto al setlescencia, juras ser fiel en la salud y en la enfermedad; en list, el nervio, el nudo en la tripa, la emoción pura que deslas buenas, en las malas y en las peores. Aquel grupo cubordó cuando abrieron con «She», que arrancó un chingo yas canciones estarán en tus playlist públicos y privados, de gritos y coros por parte del respetable. y por el que harás todo lo posible por cumplir tus sueños En una de esas se me ocurrió voltear hacia atrás y no de grupi, cualesquiera que estos sean. alcancé a ver el final del gentío. Todo grupi sabe qué se Yo me enculé con Suede desde 1993, cuando lanzaron siente ver al objeto de deseo musical yendo de un lado a su disco homónimo bajo el sello Nude Records y escuché otro por el escenario. Así me pasó con Brett Anderson. por primera vez «So Young». La letra, la guitarra feroz y Verlo bailar, moverse y entregarse desgarbada de Bernard Butler y el registro vocal de Brett Anderson captaron mi atención —confieso—, muy por en vivo durante una hora no hizo encima de las propuestas de Blur y Pulp, a quienes ya esmás que ratificar mi enculamiento taba escuchando en la escena britpop de inicios de los noventa. con ellos. Entonces vino lo inespeA partir de entonces, se enquistó en mí el deseo ferrado y al mismo tiempo esperado viente de escucharlos en vivo. Sin embargo, tuvieron que pasar diecinueve años para que mi sueño de grupi no solo para mis adentros: el encore con se cumpliera sino que fuera rebasado por mucho. Era 2012, «Saturday Night» y Brett Anderson una época en que el Corona Capital aún era accesible para los bolsillos de muchos provincianos quienes veíamos en bajando a convivir con la perrada ese festival la peregrinación musical más importante del año. que estábamos escuchándolo. En cuanto se hizo oficial el anuncio de que Suede venLuego, el corazón en pleno acelere y la sensación dría por primera vez a México, me resultó poco menos que de que se salía de la caja torácica cuando Brett hiimposible disimular la emoción. De inmediato contacté a la zo una pausa justo frente a mí y tuve la oportuniMarrana para decirle que estaba listo para largarnos a hacer fila desde meses antes si era necesario con tal de estar ahí viendo a mis papacitos tocando las rolas que durante casi dos décadas acompañaron el desgarriate que tengo por vida. —Bájale, no es pa’ tanto —me dijo—; también vienen New Order y los Black Keys. —Me vale madre —respondí. Ese concierto quedó grabado en mi memoria no solamente porque la Marrana y yo nos agarramos a chingadazos con unos

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dad de estrechar su mano por un momento. No me avergüenza decir que se me salieron las de San Pedro. Aquel momento quedó captado en video y sigue anclado en la parte más chingona de mis recuerdos. Al final, caminé solo hacia la camioneta para reunirme con el resto de la pandilla. Jamás me había parecido tan corto un trayecto de cuarenta y cinco minutos a pie. Cuando por fin di con ellos seguramente todavía llevaba el resabio de la energía que me insufló ese agarrón de manos con Brett Anderson, porque la Marrana me miró y me dijo: «Te ves muy fresco y muy radiante, puto; ni parece que estuviste todo el perro día en un concierto». Y, en efecto, así mero me sentía, con la dicha que solo se siente cuando ves cumplido tu sueño grupi de una noche de otoño. •

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N

o me queda duda de que donde se escucha la peor música del mundo es en los gimnasios. He asistido a distintas variedades en los últimos veinte años. Ni un solo día he tenido ganas de ir, pero voy. Tres veces a la semana, cuatro cuando mucho. Lo único que me gusta de hacer ejercicio es cuando termino. Por lo demás, no me gusta la gente que va, ni su entusiasmo, ni el cuerpo de los instructores, ni bañarme cerca de otras mujeres, pero lo tolero. Lo único que jamás he tolerado es la música. ¿A quién mierdas se le ocurrió que poner «High Energy» era una buena idea? Tracks repetitivos cuyo beat va subiendo a velocidades absurdas que ni siquiera pueden servir para marcar un trote medianamente decente. Mezclas acompañadas por sonidos que asemejan el graznido de un buitre en ácido y que escalan y escalan cada vez más rápido, cada vez más agudo, cada vez más molesto y culminan, por lo general, en un orgásmico pujido femenino. Y todo vuelve a empezar. También he escuchado con frecuencia en lugar del gemido una voz masculina muy grave que incita a pelear y a bailar con el diablo: «Fight, and dance with the devil!». Es más vieja que el Diablo mismo pero además, ¡nadie está bailando!: estamos en licras cargando pinches pesas, no en un rave comiendo tachas. Dejé el gimnasio algunos años y volví. La selección de música había cambiado pero no era mejor, ahora el reggaetón estaba en su apogeo. Ciertamente va más con el tempo de las series de pesas que haces, las lagartijas, los martillos, laterales y curl (argot propio del gym). Sin embargo, bajo el «tun-tu-cun» ad nauseam, estás escuchando puras escenas de nalgas, culo, ron, calentura en escenarios paradisiacos —«Ay Dió mío ¡qué rico!»—, mientras estás tirada en el piso haciendo «supermanes» y resoplando detrás del cubrebocas. Nada digno ni sensual. Para no aburrirme mientras camino o hago bicicleta, leo un libro. Tal vez piensen que es ridículo o absurdo, pero se me pasan más rápido los insufribles veinte minutos de cardio. Pensarán que soy una imbécil si pretendo que me pongan música ambiental o clásica para acompañar mi lectura, pero no. De hecho, no soporto la música clásica. Toda mi infancia me la pasé escuchando a Brahms, Chopin y Bach. No por elección, sino por mi mamá. En mis últimos meses de primaria el soundtrack en el camino de la casa a la escuela era «La flauta mágica» de Mozart. Todos los días. Pensarán que era una gran idea para mi formación cultural, pero no. Cuando por fin alguien del salón me invitó a una fiesta y tuve el valor de ir, todas cantaban «Change of Heart» de Cindy Lauper o «Bazar» de Flans. Todas sabían bailar, menos yo. Claro, yo sabía quienes eran Sarastro, Pappageno y La reina de la noche, ¡pero lo que necesitaba saber era quiénes eran Ilse, Ivonne y Mimí! Caraja mierda. En mi más reciente regreso al ejercicio tuve la fortuna de que la empresa de telecomunicaciones en la que trabajo proveyera a


Dossier: El rock no ha muerto, ¡viva el rock!

Rica:

lo siento mucho sus empleados de un gimnasio. Es chico pero tiene todo lo que necesitamos. Y, sí, también aquí ponen la peor música del mundo. Como somos muy pocos, quien llega primero puede poner su música y yo nunca llego antes de las 10:00 am.

Pero ni veinte años de música de gimnasio me hubieran preparado para lo que vendría: la música de «Rica». Se llama Ricardo, pero le gusta que le digan Rica; es reportero de espectáculos y le encanta, le encanta, Gloria Trevi, Mónica Naranjo, OV7 y algunas otras cosas que no logro identificar: «Él lo tiene todo pero no eres tú», «Sé un ex de verdad y trátame mal» y así. Él las canta todas con una pasión desbordada. Pone la música a tal volumen que a veces me es imposible escuchar a mi entrenador. Un día me harté y osé bajar el volumen considerablemente y Rica se encabronó. Me retiró el habla, por suerte. Pero esa afrenta tuvo represalias. Una mañana llegué más temprano para poner yo mi playlist cuidadosamente seleccionada para acompañar mi rutina. Empezaba con «Man on the Moon», de R.E.M. para calentar en la caminadora, después «Sit Down», de James, «London Calling» para empezar pesas, «The Passenger», de Iggy Pop, para lagartijas, «Bizzare Love Triangle», de New Order para la recta final, y para relajar y estirar los músculos los 9:13 minutos de «Watermelon in Easter Hay», de Frank Zappa. Era perfecta. Pero llegó Rica. Justo cuando Joe Strummer estaba cantando la frase «I live by the river!», volteó a ver la bocina, se llevó el dedo índice y pulgar a la nariz y caminó con ese mismo ademán hasta su teléfono y arremetió quitando mi música y poniendo una canción que es quizá la más horrible que yo haya escuchado jamás… así que decidí aprovecharla

Mariana H.

para fines de este texto. Se llama «Lo siento mucho» y es de un dueto llamado Río Roma en colaboración con Thalía. Un aullido melodramático de principio a fin. La letra es un muy desafortunado intento de acercarse al tema del feminicidio: el coro comienza con un «Lo siento mucho, pero mucho», así de contundente. Como punchline el coro termina diciendo «se te acaba de morir tu pendeja» (uy, qué groseros) y no solo eso, al final de la canción, Thalía, ya deschongándose, espeta un «pendejo». Vean el video, no tiene desperdicio, cada segundo es más horrible que el otro. Hace dos días, en el área de maquillaje, epicentro informativo de cualquier canal de televisión, me contaron que Rica fue despedido de la empresa. Tal vez ahora pueda escuchar mi playlist de principio a fin. Si no es así, después de la selección a la que nos acostumbró, hasta el reggaetón será bienvenido: «Hawái de vacaciones», a huevo. Así que, Rica, gracias por ayudarme a reforzar mi teoría de que el gimnasio es el lugar en donde se escucha la música más horrible del mundo, y por lo de tu chamba pues, lo siento mucho… pero mucho. •

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La montaña de la muerte

Rodrigo Márquez Tizano @rmtizano

Las manos de Mecha-Perón

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ientras la marcha peronista en versión metalera 8-bit suena de fondo a modo de aria guerrera, un autómata ciclópeo —cincelado a semejanza de Juan Domingo Perón— asalta las calles de Tokio, abriéndose paso entre los rascacielos y eliminando aviones y torretas a manotazos, como si de moscas se tratara. («Villas», el poema inaugural de Partitas, publicado por Leónidas Lamborghini en 1972, año de la vuelta de Perón, arranca con una evocación similar: «los chicos mueren como moscas / los chicos mueren como moscas / los chicos mueren como moscas»). Los comandos para manejar al armatoste tampoco son complicados: mousepad y dos teclas, una simpleza equiparable al famoso «5 por 1 / no va a quedar ninguno», que en combinación con un arsenal de referencias oscilantes entre la imaginería pop del cine kaiju y el panteón de los héroes nacionales y populares, conforma el gameplay de The Rise and Fall of Mecha Perón (Hierophant Games), proyecto ganador de un concurso convocado en 2011 por la Asociación de Desarrolladores

de Videojuegos de Argentina para conmemorar el Día de la Lealtad Peronista. Según los organizadores no había, en principio, una «voluntad política», es decir, una agenda, sino apenas una palabra sin carga, «Perón», una cáscara, apenas el significante hueco y liviano que la historia nos dejó. Es difícil comprársela. En cualquier voluntad no hay otra cosa que política. Quizá es que cuando nuestro mundo es percibido como un juego, el usuario no solo juega en él: se convierte en parte del mismo. «También el jugador es prisionero/ (la sentencia es de Omar) de otro tablero». Y, así, somos jugadores jugados en un tablero de tantas posibilidades que la infinita posibilidad, al final, por descarte, se convierte en una. La última. The Rise and Fall of Mecha Perón es, en términos técnicos, un shooter, esto es, un juego de acción y habilidad donde el jugador, o el avatar que lo representa, se bate en un duelo


En cualquier voluntad no hay otra cosa que política. Quizá es que cuando nuestro mundo es percibido como un juego, el usuario no solo juega en él: se convierte en parte del mismo.

de proyectiles —o una guerra de guerrillas— contra uno —o más: por lo general muchos más— enemigos. Pero además de «juego de disparos» se trata de una parodia y allí, en ese constante intercambio de asignaciones, radica su potencia: una escritura paródica a muchas manos donde intervienen programadores y usuarios, una escritura entendida como trajín que construye, finalmente, un nuevo canal. La parodia como proceso, escritura y lectura en «doble código» que se intercambia y se superpone, que no puede entenderse de manera lineal. Entre estas idas y vueltas las palabras se desmiembran, mutan. Pero no por ello olvidan. No en automático, al menos. A casi medio siglo de su aparición, el fantasma del General ha transitado un largo trecho: desde los afiches políticos de la Tercera Posición y los mítines multitudinarios en Plaza

Próximamente…

de Mayo a convertirse en una efigie estampada en tazas, camisetas, calcetines, juegos de mesa, imanes para el refri y un largo etcétera de artículos de consumo, una especie de «peronismo cool» que ha divagado por el inconsciente y los shoppings argentinos durante décadas. ¿Es posible que un personaje santificado y condenado, amado y odiado, abanderado de los humildes y perseguidor de sus enemigos a partes iguales, pierda cualquier connotación política y se convierta en el motivo de un bar en Palermo o en un robot gigante que aplasta edificios en Tokio? ¿Puede el titán metálico justicialista que siembra el caos al grito robótico de ¡Compañeros! percibirse como otra cosa que una metáfora cargada de sentido? ¿O se ha convertido, a fuerza de vítores y gastadas, en apenas un estereotipo? Como en el trabajo de Lamborghini, el aparato dista de ser una imitación burlesca; es más bien un «canto paralelo», casi un reordenamiento de hechos: un nuevo régimen paródico: cantado o jugado, a fin de cuentas la misma cosa. •

José Hernández · @monerohernandez The Man Who Sold the World

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Disponibles en: spdistribuciones.com


Dos poemas Grecia Cáceres 1 es cierto la época es loca y nosotros más nada que nunca sin embargo compramos una casa de campo con sueños de eternidad así somos carne de paso por el mundo carne certera carne que se estremece –de vez en cuando– al anochecer. así somos a pesar de correr hasta perder aliento seguimos contemplando la noche estrellada contando constelaciones muertas que nos bañan de su lecha lustral nos echamos en la arena caliente o en la hierba y gozamos de la breve eternidad humana hecha de fantasías y de deseos carne animada hermosa carne recubierta de tersa piel de carne de gallina cuando pasa una brisa cálida y salina cuando roza el pétalo de la lengua cuando se frotan los cuerpos que desgajándose de su pesadez brillan

así somos de paso gente que se cree buena y mejor que lee que se deshace en juicios por el bien y luego calla ante la inmensidad de la violencia y del dolor que incansable se repite sobre la tierra que es siempre franca y se destruye a nuestro paso es cierto que somos a pesar de todo y los recién nacidos lo saben bien mejor que nadie aferrarse a la vida al latido a la caricia a la ración de comida caliente a la leche que es abecedario no dejarse expulsar del tren que pasa no bajarse del andén no perder su sitio -solo hay unoabrazar a su sombra dándole forma humana crear soñar contemplar descifrar misterios insondables perseverar y sentir hasta morir en la causa humana hoy quiero decir muchísimo y me atollo, hoy quiero decir muchísimo y me atollo.

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2 el amor tormentoso del poeta no se hace nunca no se hace queda vibrando en versos más o menos buenos de esos que se lee en madrugada de lunes cuando hace frío o en una combi no tan llena - hablo de mis propios recuerdos, me disculpode esos poemas pobres irresueltos los nunca publicados los de la página arrancada al bloc todas esas noches de amor bajo la luna en los fervorosos y malos versos que son más de amor que los buenos y el sufrir y el llorar y el tensar la cuerda del alma lo más posible para arrancarle un sonido más audible que el del maullido de un gato esos poemas de amor que escribí cuando el amado era un fantasma un ideal un nombre un perfil espiado a lo lejos una emoción reverberada en mi corazón amordazado así es el amor tormentoso del poeta

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que no se conforma con nada ni con nadie que no es amor a lo sumo una combinación de palabras, un ritmo a lo más una rima pero el dolor es certero y el poema como la flecha envenenada se adentra en la carne y envenena la sangre es mejor escribir sobre la pobreza o la guerra - lo aconsejoesas no son flechas que se estrellan contra quien las lanza ciegamente y todo ese llanto destilado por la arenilla de los siglos sigue siendo salado triste y solitario mientras la ciudad desfila pobre y fea a través de las lunas de la combi o del micro mientras el poeta sueña con bizancio o trafalgar porque después de las noches agitadas y la batalla con el verso y la desilusión y el canto abandonado a la orilla del camino incierto como las piedrecillas del cuento ¿cómo regresar? volviendo el rostro a Eielson y repetir todo eso para mí es mucho más fácil mucho más suave créame usted que arrastrar todos los días el peso de un corazón desolado.


Cuando Eduardo escribe, sale narrativa Brenda Navarro

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S

i no logras identificar a la rarita del salón, es porque eres tú. Me dijeron en una conversación grupal en el Messenger de Facebook. Qué cripy, pensé. Rarita se me hacía la que vistiera raro o fuera excéntrica, o sacara puros dieces… No yo, que no hablaba con casi nadie y ni me inmutaba porque a veces, en el receso, mientras yo no estaba, ponían con gis en la pared mis apodos que cambiaban según el humor de Sony, el líder de los pendejos. No les hagas caso, me dijo Ro por un mensaje privado, pero Flo se metió y escribió: ¿A quiénes no les hace caso? ¿A los que están destinados a ser choferes de micro? ¿Cómo les va a hacer caso, iu? Y emojis verdes vomitando bytes. Pero yo le dije que ser chofer de micro no estaba tan mal, igual manejas todo el rato, pones la música muy alto y sobrecargas el pasaje para llevarte una buena mochada. Malo ser político, escribí, pero luego lo borré antes de dar send porque me acordé que su papá andaba en la comisión de su pueblo para ser Secretario de algo y eso ya apuntaba a que era político, según lo decían los griegos o los romanos, o lo que fuera que el Estado que nos representaba ante la onu dijera dentro de la Wikipedia. Si yo soy, comillas, la rarita, cierro comillas, les puse, ¿entonces qué? ¿De qué voy, qué hago? Díganme. Pero ni Ro ni Flo me dijeron porque de por sí ya era muy old y muy culero estar hablando en Facebook. Se salieron y se fueron a darme corazones a Instagram. Es solo para tenerlos controlados, pero no controlados, «controlados», sino para que convivamos. You know what I mean? Nos dijo la profesora de inglés. En Instagram no podemos hacer grupos, ni enviarnos cosas, ay, chicos, no sean así, participen, convivan, esta es la mejor época de sus vidas. Y quizá sí era cierto, para ellos, pero no para mí. Yo no sabía fingir. ¿Por qué simplemente no eres… normal? Me preguntaba mi hermana, que ya iba en la universidad y se había mudado a mi cama para no tener que tender la suya todos los días. ¿Por qué no actúas como actuamos todos y te quitas de estos problemas? Finge, actúa, ¿No sabes mentir? Pero era verdad que me costaba mentir. Incluso con el Satisfyer que trajo un día a la casa Flo. Límpialo bien, que es de mi hermana, me dijo. Esto no es un Satisfyer, le espeté, es un pingüino. Da igual, tú échate y pon debajo de ti una toalla porque vas a mojar. Pero no mojé. Vi cómo Flo se vino dos veces, y tampoco mojó la toalla, pero yo no pude ni fingir bien. ¿Para qué gimes, me preguntó Flo? Si no lo sientes, no gimas, ¿para qué? Nos reímos. ¿Por qué no te vienes, no te interesa? Alcé los hombros. O sea sí quiero, pero es un pinche pingüino, le dije. Es un pingüino y se lo enseñé muy cerca de la cara y nos echamos a reír. ¿No te vas a venir? Y le dije que sí, pero que a solas, que me cohibía, que sentía que eran competencias y que ella ya se había orgasmeado dos veces, ahora yo sentía que tenía que orgasmearme tres y que era demasiada presión. A lo mejor así sienten los pitoschicos. Me dijo Flo, a lo mejor tienes disfunción clitoral o algo similar. ¿Te han revisado? Volví a alzar los hombros. ¿Por qué simplemente


no te relajas y disfrutas? La liberación de las mujeres empieza en la cama, insistió, pero yo alcé los hombros otra vez y le ayudé a lavar el pingüino y eché a la lavadora la toalla, aunque había quedado seca. ¿Esto es raro? Le pregunté. ¿Es raro que no me quiera orgasmear enfrente de ti? Flo me miró seria. ¿Tú crees que eres rara?, —me replicó—. Pues rara, así que tú digas, uy, qué rara, no manches, me cae que esto es muy raro… No. ¿Tú me ves muy rara? Y Flo alzó los hombros. Luego nos volvimos a meter al cuarto y me ayudó a subirme la blusa mientras yo me metía la aguja. ¿Te duele? Pues lo normal, respondí. ¿Cada cuánto lo haces? Tres veces al día, le dije y quité la aguja de la jeringa y eché las dos cosas junto al frasquito a la basura. Yo veía a mi abuela hacer esto porque se le subía el azúcar, o se le bajaba, no sé, algo, era diabética, pues, se tenía que inyectar. Pero tú no eres diabética, ¿o sí?, me Si yo soy, comillas, la rarita, preguntó para tratar de igualar mi situación con la de su abuela. ¿A ti te puede dar diabetes? —insistió en saber—. Pues no, ni cierro comillas, les puse, ¿endiabetes ni muchas enfermedades, pero necesito mis dosis. Y tonces qué? ¿De qué voy, qué sí las necesitaba, ya habían pasado como tres veces que no me había inyectado y las cosas salieron mal. Dos veces en el hospi- hago? Díganme. Pero ni Ro ni tal, en una de ellas perdí al novio. El único que había tenido. De Flo me dijeron porque de por hecho todavía pensaba en él, especialmente porque él no era un pingüino, sino todo lo contrario, ni pitochico, ni aparato vibra- sí ya era muy old y muy culero dor: humano. De carne y hueso, de cuerpo grande, alto, dientes estar hablando en Facebook. derechos y voz gruesa sin llegar a ser varonil. Fuimos novios porque un día, en una clase de Antropología Nanotecnológica a Se salieron y se fueron a darme la que la profesora no llegaba puntual, él se puso a decir tontecorazones a Instagram. Es solo rías junto con sus amigos —que no eran amigos de Sony, sino todo lo contrario— y a hacer concursos de ver quién escupía el para tenerlos controlados, pero gargajo más alto que llegara hasta el techo. Las que se reían, porno controlados, «controlados», que pensaban que yo me ponía brillantina en la boca, empezaron a acosarlo con gritos: ¡Ay, no, qué cerdo eres, qué marrano! de sino para que convivamos. verdad, ¿cómo puedes ser así? ¡Qué asco! Y lo grababan en sus teléfonos con desagrado, pero aun así lo subían a sus stories con música de trap. Fue en una de las stories que identifiqué que él me veía. Es decir, alguien más lo grabó y se notaba que cuando no era su tiempo de escupir, él volteaba a mi lugar. Todos riéndose y gargajeando y él les seguía el juego, pero volteaba a verme. Tuve que ver las stories como quince veces, desde distintos ángulos. Un ir y venir dentro de mis archivos para constatar que no era la dosis de imaginación sino algo real, humano. Y sí era verdad, clarito se veía que su cabeza giraba hacia donde yo estaba en pleno trance introspectivo. A lo mejor sí soy rara, le dije cuando le mandé un mensaje directo señalándome toda pérdida mientras sus amigos se reían y él me volteaba a 31


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ver. Él respondió con emojización a full. Con chingos de corazones y risas. Nos empezamos a escribir, que si mira esta story, que si mira esta playlist. Hasta que yo le dije: Te quiero enseñar algo, pero no quiero que nadie sepa. Me dijo que a ver, y le hice un directo. Me quité la blusa y le pregunté si le gustaba mi sostén que era azul con florecitas. Me dijo que sí. Luego me quité el pantalón y me quedé en calzones. ¿Te gusta? Y me dijo que sí. No mencionó nada de las marcas en mi barriga. Si tú eres mi novio, yo me quito la ropa y dejo que me toques, le dije. Y él me dijo que sí. Nos hicimos novios y como dos semanas después vino a mi casa e hicimos como que nos comíamos un pollo loco. Él comió poquito mientras yo lo veía. Ya cuando vi que faltaba como hora y media para que llegara mi mamá, le dije que fuéramos a mi cuarto, que me iba a quitar la ropa. Y me dijo que sí. A todo que sí. Y nos besamos y me empezó a tocar y me dijo que A lo mejor sí soy rara, le dije cuando le decía quería chuparme las tetas y yo acepté, pero le hice prometer que mandé un mensaje directo señalándo- no iba a sacar fotos, ni videos, ni nada. Solo él y yo, reales. Me dijo sí. Así que me desabrochó la blusa y me tocaba torpemente y me toda pérdida mientras sus amigos que luego le dije, mejor ya chúpamelas porque no estás sabiendo hacer las cosas. Me dijo que sí y me recordó que era humano. Me las se reían y él me volteaba a ver. Él bien, me gustó, pero luego me vio las marcas en la panza. respondió con emojización a full. Con chupó ¿Qué es esto? No preguntes que no te importa. ¿Así funcionas? ¿Estás enferma? Me insistió. ¿Te parece que estoy enferma? Le chingos de corazones y risas. Nos Pues no, la verdad. Pues entonces no estoy enferma. ¿Vas a empezamos a escribir, que si mira esta reté. querer que me quite los calzones? Y él me dijo que sí y se me acerstory, que si mira esta playlist. Hasta có tembloroso y me tocó el pubis y dijo: Ah… Y cerró los ojos y tocándome. ¿Te importan las marcas? Negó con la cabeza. que yo le dije: Te quiero enseñar algo, siguió ¿Te importa que me digan las cosas que me dicen en el salón? Negó con la cabeza. ¿Te importa que no sea igual a ti y que me sienta pero no quiero que nadie sepa. Me diferente? ¿Te importa que sea rarita? Y dijo que no. ¿Me besas? Y dijo que a ver, y le hice un directo. nos besamos. Y yo sentí las pulsaciones de mi reloj interior y sabía que tenía que inyectarme pero no quería parar y dejé que me chupara las tetas, el ombligo y el pubis. Se mojó. Se sentía pegajosito, un líquido transparente entre mis dedos. ¿Puedo entrar? Me preguntó muy suavecito y yo le dije que sí y me llevó a mi cama y tiramos la ropa de mi hermana que estaba encima y me abrí de piernas y él se desabrochó el cinturón y se bajó la ropa y me besó las rodillas y me miró muy fijamente y me sonrió mientras trataba de meterse dentro. No puedo, me dijo. Sí puedes, le insistí y se lo agarré y lo dirigí hacía mí y lo dejé entrar. Él quería ver cómo le había hecho, pero yo le dije que no, que me mirara a la cara y le pregunté que si así. ¿Sientes calientito? Le pregunté y él me dijo que sí: Calientísimo, me dijo. ¿Y te gusta? Insistí y dijo: Ah. ¿Te vas a mover? Y él dijo que sí y se empezó a mover y volvió a decir: Ah. Se vino rapidísimo. Ah, otro suspiro, y me dio envidia de sus sensaciones y el reloj me palpitaba cada vez más fuerte y creí que él ya podía escucharlo. ¡Apúrate que va a llegar mi mamá! Me iba a besar y a recargarse en mi pecho cuando me empecé a poner mal. ¡Quítate, quítate! Le dije y me levanté de la cama y empecé a buscar mi jeringa para tratar de inyectarme, pero fue tarde, demasiado tarde, las manos ya me temblaban y no podía sostenerme más. ¿Qué hago? Me preguntó mientras se acomodaba la ropa. Fue lo último que escuché. Luego supe que mi mamá me llevó desnuda al hospital y ahí me recuperaron. No volví a hablarle, no quería darle explicaciones. Lo bloqueé de Facebook,


33 de Instagram y de TikTok. ¿Por qué no le explicas? Me sugirió Ro, pero yo no podía de la vergüenza. Ya sé lo que pasa cuando pasa todo, ¿sabes? Ya sé que se escucha un rechinido, que mis ojos se apagan y que la piel se vuelve plástico. Ya sé que él sabe lo que todos piensan pero no se atreven a decirme a la cara. ¿Y qué que seas la rarita, y eso qué? Me dijo Flo y me abrazó. Yo no sabía que yo era la rarita, pensaba que había más como yo, de hecho, estaba segura de que Sony se me parecía, pero lo ocultaba bien, él, contrario a mí, sí sabía fingir. •

Ilustración de Emilia Schettino



Islamofobia, «islamo-izquierdismo», (post)fascismo Lucio Nani entrevista a

Enzo Traverso

¿C

ómo analiza las diversas reacciones que se han observado dentro de la clase política francesa desde el vil asesinato de Samuel Paty? Si bien Macron parecía relativamente moderado en el tema del laicismo durante la campaña presidencial de 2017, su gobierno ahora parece atrapado en una delirante carrera islamofóbica, que se refleja muy concretamente con la disolución de Baraka City, del ccif [Colectivo contra la islamofobia en Francia] y otras asociaciones... ¿Cómo explica esto?

La única ancla ideológica sólida de Macron es su fe en la economía y en la sociedad de mercado. Por lo demás, puede muy bien pasar del antirracismo a la islamofobia, de la «sociedad abierta» al «orden republicano», de la Francia cosmopolita a la Francia orgullosa de su historia y de su «identidad», del arrepentimiento colonial al orgullo del pasado colonial, como acaba de hacerlo.

Macron es un puro producto de nuestra época, la era del neoliberalismo «posideológico». Su giro islamófobo no es el resultado de una evolución ideológica, simplemente una elección ligada a la conveniencia política. En 2017 emergió como el hombre providencial capaz de renovar un país paralizado por viejas escisiones obsoletas —ese era su discurso modernizador— y, por tanto, de unir las fuerzas de la izquierda como de la derecha. Durante la campaña electoral, cuando Marine Le Pen encarnó la retórica xenófoba, incluso pareció encarnar una nueva política susceptible de que se uniera al liberalismo —un liberalismo «anglosajón», más multicultural que nacional-republicano— una gran parte de las clases medias «progresistas» e incluso un sector juvenil de origen poscolonial. Hoy el contexto ha cambiado drásticamente. La implementación de una política social muy impopular y la brutal represión de los movimientos sociales, en particular los chalecos amarillos y el movimiento contra la reforma de las pensiones, lo han alejado del apoyo del electorado de izquierda. De pronto ya no es el hombre que quiere superar la división derecha-izquierda, sino el hombre que quiere renovar la derecha. De ahí su nueva postura de Bonaparte encarnando la ley y el orden y su nueva retórica xenófoba: dos mensajes que se dirigen, más allá de la derecha tradicional, a los votantes de

la Unión Nacional [extrema derecha]. Una vez agotada la mitología de 2017 en torno al hombre de cultura en el Palacio del Elíseo, el filósofo, el amigo de Paul Ricoeur, etc., Macron ahora se revela como lo que es: un político que navega practicando un maquiavelismo de bajo nivel, dando forma a un discurso que cambia según su conveniencia. La única ancla ideológica sólida de Macron es su fe en la economía y en la sociedad de mercado. Por lo demás, puede muy bien pasar del antirracismo a la islamofobia, de la «sociedad abierta» al «orden republicano», de la Francia cosmopolita a la Francia orgullosa de su historia y de su «identidad», del arrepentimiento colonial al orgullo del pasado colonial, como acaba de hacerlo. El ministro de la Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer, recientemente denunció enérgicamente el «islamo-izquierdismo» que supuestamente está causando estragos en los departamentos universitarios de humanidades de Francia. ¿Cómo interpretar el auge de esta categoría, pero también un cierto número de respuestas de intelectuales de «nuestro campo» que se defienden de cualquier islamo-izquierdismo?

Al no vivir en Francia, no conozco todas las facetas de este debate. El concepto de «islamo-izquierdismo» fue forjado hace unos años por el politólogo conservador Pierre-André Taguieff; pretende denunciar una supuesta colusión entre el islam y la izquierda radical antirracista y pro-Palestina.

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36 Los medios de comunicación obviamente han propagado esta etiqueta para criminalizar cualquier política antirracista. Encaja perfectamente con un discurso xenófobo y autoritario que pretende presentar al islam y a la izquierda radical como los cómplices objetivos, si no los aliados, del terrorismo islamista. Hoy cruzamos un umbral adicional con el Ministro de la Educación Nacional, que se ha marcado el objetivo de depurar la universidad cazando a los «islamistas de izquierda». Europa no había escuchado tales palabras desde la década de 1930. Para un historiador, la noción de «islamo-izquierdismo» se parece mucho a la de «judeo-bolchevismo», que fue uno de los pilares de la propaganda fascista y nazi durante la década de 1930. Entonces como ahora, se trataba de atacar a los enemigos del orden, de una cultura y una «identidad» nacionales definidas en términos étnico-religiosos. Los bolcheviques querían derrocar las instituciones, los judíos encarnaban un cuerpo extraño dentro de la nación. Hoy, los izquierdistas están atacando las instituciones y el islam está desafiando la herencia cultural de la nación. La analogía va más lejos. En la década de 1930 había un gran número de intelectuales judíos de izquierda radical, marxistas y comunistas, que habían perdido toda conexión con el judaísmo como religión. Hoy en día hay muchos intelectuales y activistas de origen musulmán, en los movimientos antirracistas y en la izquierda radical, que no tienen práctica religiosa, o que no se reconocen a sí mismos como musulmanes, como lo hicieron muchos «judíos ateos» en la década de 1930, en reacción al racismo imperante. La petición publicada en Le Monde contra el «islamo-izquierdismo» denuncia las perniciosas influencias del multiculturalismo anglosajón en las universidades francesas. Esta oleada de antiamericanismo reproduce otro cliché del discurso racista de la década de 1930. En ese momento, Estados Unidos fue denunciado como cosmopolita, «judaizado» y corrompido por las culturas negras. Hoy se agita el espectro del comunitarismo, de la interseccionalidad y de Black Lives Matter. El antiamericanismo es una de las principales características de las culturas europeas conservadoras. No soy partidario del linguistic turn [giro lingüístico], pero la forma en que lo caricaturiza el discurso neoconservador francés es bastante revelador. Los estudios poscoloniales surgidos con el giro lingüístico deconstruyeron la Ilustración, no desde un punto de vista reaccionario, para rechazarla, según la tradición del legitimismo europeo, sino desde el punto de vista de los sujetos colonizados. Se trataba de cuestionar el eurocentrismo y el colonialis-

mo implícitos en la cultura occidental, que el poscolonialismo ha estudiado principalmente en sus dimensiones estética y literaria. Esta exigencia me parece fructífera, aunque estoy lejos de compartir todas las conclusiones que algunos autores han sacado de esto. Sin embargo, el poscolonialismo sugiere que para combatir el terrorismo yihadista no basta con denunciar su horror y violencia, es necesario entender de dónde viene. Por supuesto, no hay nada que defender en el terrorismo yihadista, pero encuentra una de sus raíces, bajo formas paroxísticas y espantosas, en lo que Aimé Césaire llamó «un choque de retorno» cuando habló del colonialismo. Hoy nos enfrentamos al «choque de retorno» de unos treinta años de ocupación y guerras neocoloniales en el mundo árabe, y también al «choque de retorno» de las políticas de segregación social y étnica que Francia ha practicado con respecto a sus minorías poscoloniales, los eternos franceses «de origen inmigrante». Sin embargo, para los defensores del «islamo-izquierdismo», es mucho más fácil afirmar que el islam encarna el oscurantismo, que Francia es el blanco del terrorismo yihadista porque es la «patria de la Ilustración», y que «explicar es excusar». Hemos visto un resurgimiento, incluso dentro de nuestro campo, del uso del término islamofascismo o de «fascismo islámico». ¿Le parece una categoría relevante no solo para analizar la realidad del terrorismo islámico contemporáneo sino también para redefinir un antifascismo a la altura de los desafíos actuales?

No niego la noción de «islamofascismo», pero creo que debe usarse con ciertas precauciones. Primero, no se aplica al terrorismo islamista en el mundo occidental. Calificar de fascistas a los asesinos de Charlie Hebdo y del Bataclan o al asesino de Samuel Paty es a veces una reacción espontánea y comprensible, pero en este caso el adjetivo «fascista» tiene un significado banal y aproximado: el fascista es un fanático que mata y pone en espectáculo su violencia. Sin embargo, el fascismo clásico, tanto el fascismo italiano como el nacionalsocialismo alemán, nunca practicó el terrorismo individual. Su violencia fue la de un movimiento de masas abierto. La comparación sería más relevante entre los fascismos de la década de 1930 y Daesh antes de su aniquilación militar. Los fascismos nacieron de una Europa devastada y brutalizada por la Gran Guerra, en países dislocados, presas de guerras civiles, donde la política se hacía en las calles, con un lenguaje y medios de acción heredados de la guerra, donde cada partido político disponía de su milicia y las ideologías se radicalizaban. El islamismo radical armado nació desde la década de


1990 en un mundo árabe devastado por las guerras occidencontra Daesh. En Europa, en cambio, la categoría de «islamotales, y se ha desarrollado en algunos países como una forma fascismo» corre el riesgo de dar una garantía «antifascista» a de nacionalismo sunita radical. Desde este punto de vista, el las leyes especiales de Manuel Valls y Gérard Darmanin. Para terror practicado por Daesh en Siria e Irak podría compararse resumir mi pensamiento en una frase: me encantan los fotocon el de los regímenes fascistas europeos durante la Segunda montajes antifascistas de John Heartfield; no me gustan las Guerra Mundial. caricaturas racistas de Charlie Hebdo. Algunos analistas (Raymond Aron desde 1940) destacan que los fascismos Lo llamo «posfascismo» En sus textos recientes utiliza la categoría de clásicos eran «religiones seculares», es posfascismo, ¿cómo ayuda esto a aclarar y a decir, movimientos que, inspirados en porque, por un lado, viene actuar en la situación actual? ideologías seculares, funcionaban de después del fascismo y, por modo religioso: el apoyo que pedían a No sé en qué medida la categoría de sus seguidores era comparable a un acto otro, se trata de otra cosa. «posfascismo» permite actuar, pero me de fe, más que a una adhesión racional. Es un fenómeno que toma parece útil para aprehender un nuevo Esto es cierto, pero Europa también ha fenómeno de alcance global: el surgiconocido formas de «fascismo clerical», formas muy diversas, desde miento de una extrema derecha autocomo el régimen de Dolfuss en Austria Europa Occidental hasta los ritaria, racista y xenófoba que ya no se en 1933, el franquismo en España, cureclama como parte del fascismo. Lo llaya ideología oficial era el «nacional-ca- nuevos países de la ue, desde mo «posfascismo» porque, por un lado, tolicismo», o incluso el salazarismo en Estados Unidos hasta la India viene después del fascismo y, por otro, se Portugal. trata de otra cosa. Es un fenómeno que En todos estos casos, no se trata de y Brasil, y que aún no ha toma formas muy diversas, desde Euro«religiones seculares», sino de religio- cristalizado en una corriente pa Occidental hasta los nuevos países nes tradicionales que adoptaron una de la ue, desde Estados Unidos hasta la forma política nacionalista y radical. A ideológica con un perfil coIndia y Brasil, y que aún no ha cristaliprincipios de la década de 1980, en la herente y bien definido. zado en una corriente ideológica con un Guatemala de Ríos Montt, la evangeliperfil coherente y bien definido. zación se instrumentalizó hasta el punto de convertirse en La noción de posfascismo captura la naturaleza transitoria la ideología de un régimen genocida. Entonces, ¿por qué no de esta constelación híbrida y sin precedentes. Reúne movireconocer la existencia del «islamofascismo»? Es una derivamientos heterogéneos para los que la definición de fascisción del islam, entre otras derivaciones que no son para nada mo ahora parece inadecuada pero que, al mismo tiempo, no fascistas, así como la «teología de la liberación» latinoamericapueden analizarse sin compararlos constantemente con una na y el «nacionalcatolicismo» de Franco son dos derivaciones especie de paradigma fascista, el de la Europa del siglo xx. En antinómicas del cristianismo. Si aceptamos esta interpretaalgunos casos pueden adaptarse a las instituciones actuales ción podemos, por ejemplo, hablar de antifascismo cuando y absorber a las fuerzas políticas tradicionales (en Francia, hablamos de los combatientes kurdos en Rojava que luchan hay muchos lazos de unión entre la Unión Nacional, la derecha clásica de los republicanos, e incluso varias figuras de lrem [Los Republicanos en Marcha, el partido de Macron]; en Estados Unidos, Trump ha logrado fagocitar al Partido Republicano, etc.). En el caso de una crisis importante —por ejemplo, una descomposición de la ue— estos movimientos podrían radicalizarse, ampliar sus bases y ganar el apoyo de las élites dominantes. En este caso, se convertirían en fuerzas subversivas capaces de recordarnos los fascismos clásicos. Aún no conocemos en qué terminarán, pero contienen las premisas de un fascismo del siglo xxi. • Traducción de Ernesto Kavi

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