Estudios sobre el comportamiento legislativo y judicial Armando Hernández*
A
nteriormente, la forma de procesar la información relativa al comportamiento de las legislaturas había seguido solo una metodología de estudio individual de cada órgano legislativo (por ejemplo, estudios sobre el Congreso norteamericano), pero a través de los estudios comparados esto cambió y se hizo posible un estudio sistemático de la forma en que operan los poderes legislativos, ya que de esa manera ha sido posible construir generalizaciones sobre la forma en que estas instituciones funcionan y toman sus decisiones. Para ello resulta útil encontrar un esquema de clasificación de las legislaturas. Uno de los criterios que permitiría lograrlo es entender la fortaleza que puede tener una legislatura en el diseño de políticas públicas (policy making). El nivel de fortaleza o debilidad del Congreso en el diseño de política pública se puede medir, de manera relativa, frente al grado de intervención que tengan las instituciones no legislativas en el policy making (es decir, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial o incluso los Organismos Constitucionales Autónomos).
En ese sentido, es necesario precisar algunos de los criterios que se pueden establecer para identificar el nivel de impacto (que define su “fortaleza” o “debilidad”) del Poder Legislativo en el diseño de políticas públicas. Al respecto, Jean Blondel planteó una escala de 5 niveles que pueden ayudar a distinguir el grado de fortaleza o debilidad del Legislativo frente al Ejecutivo (el criterio para esta escala es poner en los extremos la posibilidad de que el Legislativo establezca moción de censura al Ejecutivo, o si el Ejecutivo puede disolver al Legislativo; así como las restricciones internas y externas en la operación del Legislativo). Dicho autor introduce el concepto de “viscosidad” para referirse a la mayor o menor capacidad del Legislativo en el diseño de política pública mediante el proceso legislativo. Un segundo criterio para la clasificación de las legislaturas es el grado de “apoyo acumulado” (support) de la institución a lo largo del tiempo, es decir, si se encuentra prestigiada o reconocida frente a la opinión pública como una institución sólida por su funcionamiento o desempeño histórico.