Lo electoral; más allá del voto electrónico Diego García*
N
o hace mucho tiempo se debatía acerca de la pertinencia del voto electrónico en nuestro país, desde entonces decenas de opiniones a favor y en contra se han vertido sobre el tema, el principal obstáculo a vencer, por increíble que parezca; no tiene nada que ver ni con la tecnología ni con los recursos económicos que se requieren para su implementación, estos dos temas han sido utilizados para esconder el tema real, la desconfianza. La desconfianza, en muchos aspectos, ha sido la limitante para modificar procesos y procedimientos que se realizan en torno a la preparación, organización y ejecución de las elecciones en nuestro país, pero hay que decirlo, en el andar de nuestra evolución electoral y a través de los esfuerzos por vencer esa desconfianza, se nos ha permitido tener un sistema electoral robusto, confiable, apegado a principios rectores que tratan de ser aprendidos e imitados en otras partes del mundo, aunque al interior ,se sufra de la dura crítica -sin razón-, de aquellos que lo único que saben hacer es eso: quejarse. En las pasadas elecciones, en los estados de Hidalgo y Coahuila ya se utilizaron urnas electrónicas y demostraron con creces su confiabilidad y lo oportuno que arrojan resultados claros y auditables. Algunas autoridades electorales de México tuvieron oportunidad de ver de cerca el funcionamiento de todo un sistema electoral electrónico en las pasadas elecciones de Estados Unidos y seguramente esa experiencia, será un gran impulso para
acelerar la implementación en nuestro país del voto electrónico, en todas aquellas casillas donde sea posible su funcionamiento. Pero la implementación de medios electrónicos para la función electoral va más allá del día de la jornada electoral y de la emisión del sufragio. En todas las entidades del país y desde luego en la propia autoridad rectora como lo es el INE, la pandemia provocada por el COVID-19 obligó a hacer un mayor uso de las herramientas tecnológicas para cumplir de manera cabal con la obligación constitucional de organizar las elecciones, el INE a nivel federal y los OPL a nivel local. En este sentido, el Instituto Electoral del Estado de México “IEEM” es una de las instituciones que, a pesar de la pandemia, ha encontrado la manera de no detener su funcionamiento ordinario y mucho menos lo relativo a todas las actividades previas al proceso electoral del año 2021. Su Máximo Órgano de Dirección, el Consejo General y todos sus cuerpos colegiados, Junta General, Comisiones y Comités, han sesionado vía remota gracias a las videoconferencias, lo anterior, para mantener la sana distancia obligatoria en esta época, pero ello no ha implicado que la calidad de su funcionamiento se vea mermada, consejeras y consejeros electorales han contado con la participación y apoyo de todas las representaciones políticas que integran al IEEM. Gracias a ese apoyo, confianza y acompañamiento de los Partidos Políticos, ha sido