La credibilidad Ricardo Homs*
L
a credibilidad del mensaje depende hoy de la credibilidad del emisor y esto es el eje de la comunicación pública.
La reputación del emisor hoy se construye como un atributo de su imagen pública, y esta termina siendo el aval de credibilidad en este nuevo contexto informativo. En este nuevo contexto generado por las redes sociales seguramente se han creado nuevas conductas comunicativas que hoy están llevando a la sociedad hacia una nueva visión de la comunicación pública. La información, en este nuevo contexto, dejó de ser monopolio de los profesionales de la comunicación y se volvió un producto genérico, accesible a toda persona que tenga interés en generar influencia pública. Es evidente que las redes sociales se han convertido en la autopista donde circula libremente la información sin ninguna restricción ni censura, pues ya no puede ser controlada por nadie, ni por los gobiernos ni ninguna otra entidad social. Antiguamente la censura fue un riesgo, cuando los contenidos se generaban en los medios de comunicación masiva tradicionales. En contraste hoy las redes sociales han estimulado una actitud proactiva por parte del ciudadano, que las utiliza como una herramienta que le permite expresar sus percepciones respecto a lo que sucede en su entorno. El ciudadano antiguamente era totalmente anónimo y hoy, a partir de esta nueva inclusión que ofrece la tecnología, vemos que se han creado nuevas conductas; como lo es este nuevo afán exhibicionista en el cual, todos pretendemos convertirnos en influencers y participar activamente en la vida colectiva.
Esto explica el origen de este nuevo reto que significa medir el impacto generado por cada uno de los que hoy participan en las redes sociales. A final de cuentas esta proactividad comunicativa pudiéramos considerarla como una imperiosa necesidad de afirmación pública que hoy tiene el ciudadano frente a un mundo tan amplio y vasto territorialmente, como lo es el mundo actual, creado a partir de la globalización. Frente a la inmensidad, el individuo intenta imponer su presencia “diciendo aquí estoy”. Participar hoy es tan incluyente y fácil que todo inicia creando su propio perfil y a partir de ello empezar a generar contenidos que terminan siendo la forma de participar. Estos contenidos pueden incluso terminar siendo una exhibición de la propia vida cotidiana y de nuestros anhelos. Por tanto, esta es la forma que tiene hoy el individuo de dar a conocer su percepción personal respecto de las noticias públicas. Incluso a partir de la observación simple podríamos suponer que se ha generado una psicosis de querer estar presente, aunque sea reenviando los contenidos creados por terceros. Si embargo, en la era de las fake news debemos reconocer que, en la era anterior a las redes sociales, siempre existieron filtros que evaluaban y decantaban la información que circulaba en el ámbito profesional del periodismo. De este modo, lejos del anonimato de hoy, antiguamente las noticias garantizaban la veracidad de la información que se daba a conocer. En contraste, hoy no hay ningún filtro y esto ha propiciado una saturación de contenidos en el ecosistema informativo, lo cual ha generado seguramente una polución de contenidos que circulan sin ningún control, llegando