ABOGADOS DE VALLADOLID / A fondo / 12 CIUDAD DE LA JUSTICIA
Un largo camino de ida El Ayuntamiento de Valladolid ya es propietario del colegio El Salvador y del aparcamiento del antiguo Río Hortega, que ahora quedan a disposición del Ministerio para que ubique en ellos el Campus de la Justicia Por Elisa Campillo, periodista 16 años, 8 meses y 15 días. Son los que han pasado desde que el 15 de octubre de 2004 el entonces presidente de la Audiencia Provincial de Valladolid, Feliciano Trebolle, lanzara la propuesta de crear en la ciudad un Campus de la Justicia y la firma, el pasado 30 de junio, de la compra por parte del Ayuntamiento de Valladolid de la parcela del antiguo colegio El Salvador. Década y media larga y una montaña rusa de promesas, alternativas, paralizaciones y cambios de criterio para cristalizar la que fue la primera idea sobre la mesa: unificar todas las sedes judiciales de Valladolid en torno a la plaza de San Pablo, aprovechando la cercanía del Palacio de Justicia y los Juzgados Centrales, ambos en la calle Angustias, con el desaprovechado colegio El Salvador, cerrado desde el año 2003. El objetivo: acabar con la dispersión de sedes judiciales en la ciudad, cuyo número en las últimas décadas ha llegado a superar la decena y, de paso, dejar de gastar el millón largo de euros que cada año viene costando el alquiler de una parte de ellas. Más de cinco lustros que han dado para ver pasar a tres presidentes del Gobierno, siete ministros de Justicia, dos alcaldes de Valladolid… y otros tantos cambios al frente de las instituciones judiciales y profesionales. El periplo del Campus de la Justicia, recordarán muchos, comenzó el 15 de octubre de 2004. Aquel día, durante la apertura del curso judicial, Feliciano Trebolle, que por entonces apenas llevaba un año al frente de la Audiencia Provincial de Valladolid, ya insistía en la necesidad de construir una ‘Ciudad de la Justicia’ capaz de albergar las sedes de los distintos tribunales, denunciando en su discurso la insuficiencia de instalaciones para los nuevos órganos que se fueran creando ante la avalancha de casos. Tampoco era del todo novedosa la reivindicación de Trebolle: los rotativos, ya por aquellas fechas, hablaban de que el magistrado había “vuelto a desempolvar” la idea de unificación, algo con lo que se venía fantaseando desde antes de su mandato. Queriendo hacer más palpable el asunto, Trebolle se fijó en el antiguo colegio El Salvador e inició los trámites oportunos para constatar si la idea se podía volver realidad.
Contactó con los propietarios y trasladó la propuesta al Ministerio de Justicia para que asumiera los costes de la adquisición, pero en 2007 su titular Mariano Fernández Bermejo la rechazó por su elevado importe: 30 millones de euros. Tras revisar otros edificios de la zona y recibir constantes negativas por parte del Ministerio, el presidente de la Audiencia Provincial asumió la imposibilidad
un año después, el plan parecía en marcha: Caamaño fechó la apertura del Campus para 2015, con un coste de 27,7 millones de euros y el Pleno del Ayuntamiento aprobó la puesta de la parcela a disposición del proyecto. En este marco, se iniciaron los trámites para la permuta de la parcela de Girón por el Palacio de Justicia de la calle Angustias, que con esta operación pasaría a manos del Consistorio.
ANTES
Plaza de San Pablo en los años 50. A la derecha, el colegio El Salvador en construcción / Archivo Municipal de Valladolid
de acondicionar un edificio en el centro y el plan se dirigió a buscar una parcela de titularidad municipal que tuviera coste cero, aunque hubiera que renunciar a la cercanía. Y el lugar se encontró. En 2009, otro ministro, Francisco Caamaño, se decantó por una inmensa parcela situada en el barrio Girón en la que poder construir un edificio nuevo, ajustado a las necesidades de sus usuarios, puso 16 millones sobre la mesa y se abrió a negociar con el Ayuntamiento. Solo
En ese momento todo indicaba que el plan seguía adelante: se convocó un concurso de ideas para la edificación de la nueva sede de Girón, en el que se impuso un proyecto de seis modernos edificios conectados entre sí. Pero por si faltaba algo por cruzarse en el camino del Campus de la Justicia, llegó la crisis económica. Las promesas de fondos hechas desde el Ministerio se quedaron en eso, en promesas: después de algunas partidas simbólicas en años anteriores, la cruda