Conservación de los archivos
Acceso público y profesional Una vez completados, los archivos del proyecto deben ponerse a disposición del público y de la comunidad científica, en la medida de lo posible. La difusión y publicación de los resultados es, de hecho, el objetivo fundamental de la investigación. Para facilitar el acceso a los archivos del proyecto, éstos deben almacenarse en repositorios que gocen de cierto reconocimiento. En este sentido es preferible que las autoridades competentes encargadas del patrimonio cultural subacuático reconozcan o autoricen previamente el uso de un repositorio en concreto. El reconocimiento o autorización de un repositorio que acepte archivos arqueológicos dependerá de su capacidad de conservarlos a largo plazo y ponerlos a disposición del público. Entre los repositorios más comunes están los museos, las oficinas de registros locales o los archivos de monumentos nacionales. Los centros o institutos especializados también pueden desempeñar esta función.
Reglamento de acceso Una de las razones fundamentales para depositar los archivos en un lugar adecuado es ponerlos a disposición del público y de los profesionales. Corresponde, pues, al organismo de gestión o reglamentación encontrar el mejor modo de prestar este servicio. El acceso a las partes documentales debe cumplir los requisitos oficiales en materia de archivos públicos, al igual que los archivos de materiales. El acceso a algunas piezas puede resultar más incómodo, sobre todo si se almacenan lejos de la institución donde se encuentran los archivos o requieren la preparación y supervisión especial del personal. Aun así, es preciso organizar el acceso a todos los archivos y debe existir un reglamento que rija las decisiones relativas a los siguientes puntos: • • • •
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El reglamento de acceso a los archivos debe hacerse público. Cualquier restricción de acceso pertinente debe justificarse. Deben darse a conocer los horarios de apertura habituales. Deben estipularse con claridad las condiciones de consulta del material.