Oikos 3 Revista de Cultura

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100 años

de la Chabuca

Granda

Alirio Sánchez La Comedia del Arte

Juan Calzadilla Poesía Social

Alfredo Medina la semilla del Teatro

Conversación con Darío Medina Curazaito te habla... Panorámica del Tambor Coriano Cine tertulia con Edmundo Aray UNEARTE Falcón ¡Presente!


Gobernación Bolivariana del estado Falcón

Gobernador Víctor Clark Secretario General de Gobierno Sergio Quintero

Presidente Inti Clark Boscán Dirección de Talento Humano Yoximary López Dirección de Planificación Xiomara Méndez Dirección de Administración Morelis Moreno Dirección de Auditoría Interna Milecta Hernández Dirección de Asuntos Públicos César Salas Coordinación de Arte Marianella Oliveros Centro Audiovisual Alexis Gutiérrez

Director Gabriel Jiménez Emán Consejo de Redacción Inti Clark Boscán Gabriel Jiménez Emán José Gregorio Noroño César Seco

Diseño Gráfico Elmer Ayllón Portada Obra del artista plástico Alirio Sánchez Titulada: “Aquella Tarde” Dirección: Calle Ampíes, Edificio Santa Rosa Coro. Falcón. Venezuela Depósito Legal: PP200202FA1325 ISBN : 19901673


SUMARIO

Patrimonio y derecho a la ciudad. Inti Clark Boscán 4 El arte y la cultura en Falcón. Gabriel Jiménez Emán

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Súbito y perplejidad de Coro. César Seco 8 Poesía social y utopía en América Latina. Juan Calzadilla Curazaito te habla. Enna Zavala

Conversación con el poeta Darío Medina. María Elvira Gómez

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Chabuca Granda, 100 años de la grande de América. Héctor Camacho Aular 30 Así la poesía. Miguel Márquez 32 Relatos de las Ánimas de Guasare. Pedro Chirino

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El juego disparejo. Roberto Molinares 37 Entrevista con Edmundo Aray: “El cineasta es también un combatiente”. Luis Bautista. 41 Panorámica del tambor coriano Barrio La Guinea. Enzio Provenzano La perplejidad transfigurada: una lectura de Luis A. Crespo. Gabriel J. Emán La comedia del arte en la pintura de Alirio Sánchez. José Gregorio Noroño

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La semilla del teatro. Entrevista con Alfredo Medina. Gabriel Jiménez Emán

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UNEARTE Falcón dice ¡Presente!

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En Falcón la cultura es indetenible

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A los 101 años de la Banda del estado Juan Crisóstomo Falcón

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Dinamización de la ciudad de Coro, Patrimonio Mundial de la Humanidad

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Natalicio de la eterna reina del tambor coriano, Olga Camacho 64 FILVEN Falcón 2021 65


Editorial PATRIMONIO Y DERECHO A LA CIUDAD

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no de los espacios donde hemos venido trabajando sostenidamente en estos últimos años es en el Patrimonio. En el año 2019, se impactó en 127 casas, la mayoría de la Poligonal UNESCO, área determinada como Patrimonio Mundial, y que se logra por la conformación de la Cuadrilla Patrimonial y la reactivación de la Escuela del Barro Jesús “Chucho” Coello que garantiza el conocimiento y sostenimiento de la técnica constructiva. El gobernador y hombre de la Cultura Víctor Clark, viene realizando esfuerzos y búsqueda de recursos, insumos y materiales que permitan la posibilidad de intervenir patrimonial y artísticamente. Convocando a los Maestros y Artesanos del Barro, así como a los distintos muralistas e instituciones públicas y privadas que se han sumado a trabajar por la ciudad, sus calles y hábitat. En este año 2021, en el Centro Histórico de Coro (esta expresión se usa porque es el núcleo urbano original de planeamiento y construcción de un área urbana, generalmente el de mayor atracción social, económica, política y cultural, que se caracteriza por contener los bienes vinculados con la historia de una determinada ciudad, a partir de la cultura que le dio origen y de conformidad en los términos de la Declaratoria respectiva…) para resaltar uno de los trabajos más significativos que hemos hecho, se puede resumir que se pintaron 203

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casas e inmuebles, se colocaron más de 60.000 metros cuadrados de pintura. Casas y edificaciones emblemáticas y de dimensiones realmente impresionantes: Edificio Santa Rosa, Catedral de Coro, Iglesia San Clemente, Casa de las Ventanas de Hierro, Balcón de los Arcaya y Casa del Sol, la Iglesia San Francisco, Museo Diocesano y Casa Capriles (como un complejo arquitectónico extenso), Gobernación del Estado, Alcaldía del Municipio Miranda y Edificio de CANTV, entre otros. Trabajos que ampliaron y exigieron un gran esfuerzo interinstitucional y cultural del cual estamos bien orgullosos. La orientación y programación de la Intervención fue diseñada como un abordaje diario. Inspecciones cotidianas, chequeos y comprobación de materiales usados, fueron verificados y constatados por el propio Gobernador in situ. Se realizó una planificación para la preparación de las paredes, pisos y calles. También se renovó y se actualizó la Paleta de Colores de las casas e inmuebles. La iluminación fue replanteada y combinada con juegos de luces que permiten la animación de los inmuebles. La iluminación permanente de casas, calles y plazas fue colocada con luminaria y lámparas nuevas. Las aceras y brocales fueron reparados y pintados. Así como también la colocación de Adoquinado en varias calles del Centro Histórico, tanto para la sustitución de los adoquines dañados

o que cumplieron su tiempo de uso, como en la reparación de algunos tramos que sólo requería de ajustes en la cama de arena y en su colocación. En el ámbito de seguridad, se redobló la cantidad de efectivos integrantes de la Policía Patrimonial que realiza patrullaje permanente. Debemos destacar la incorporación de un circuito cerrado de audio y vídeo que permite la vigilancia permanente y 24 horas al día de varias manzanas, calles y edificaciones. En las torres instaladas se logra la difusión de material grabado que podrá ser escuchado por todos los transeúntes estableciéndose una Radio Patrimonial. Como elemento pictórico, es interesante resaltar la realización de murales y tramas con plantillas que evocan los pisos y losetas de algunas casas patrimoniales y la visibilización de personajes, trabajadores y defensores del Patrimonio. Con rostros que destacan por ser realizados por artistas plásticos del Estado. Todas estas obras se entregaron en una primera fase para el 3 de Mayo, Día del Bicentenario de la Independencia de la Provincia de Coro. Y dónde resaltamos, se logró por ser un trabajo donde intervino más de 25 instituciones y entes privados aliados que aceleraron los procesos y las jornadas de trabajo para cumplir con la fecha y la meta fijada. Plazas, corredores, ambulatorios, hospitales y avenidas El trabajo de embellecimiento,


esparcimiento, rehabilitación de áreas y espacios públicos, es una de las orientaciones más precisas del Derecho a la Ciudad. Desde los trabajos de la Misión Venezuela Bella y programas como Barrio Nuevo Barrio Tricolor del Gobierno Nacional, en la entidad como Gobierno Regional se vienen realizando toda una serie de recuperación, rehabilitación y reparación de espacios en las distintas áreas de la salud, corredores viales, plazas y avenidas con un criterio de calidad y la convicción de hacer las cosas bien para todo nuestro pueblo falconiano. Hospitales en Coro, Punto Fijo y Pueblo Nuevo, así como Ambulatorios y Centros de Atención Integral (CDI) han sido reacondicionados y recuperados

para cumplir con sus funciones de atención médica, pero también con un trabajo estético que agradece nuestra población. Todo plaza o parque tiene áreas infantiles y de ejercicio físico que han sido instaladas para el uso y disfrute de nuestra gente. Por lo que plazas como la de Bobare y la Calle Palmasola, en la ciudad de Coro, y la plaza Renato Beluche, en Punto Fijo, son emblemáticos escenarios del color y el deporte, de la cultura y la recreación. Las plazas públicas, calles y corredores viales han sido asumidos como un proceso integral. Instituciones como Fundaregión, el Programa Juntos por Falcón, Falcón te ilumina y Serdefalca como ente adscrito a la Secreta-

ría de Ambiente, han encabezado los trabajos de asfaltado, bacheo, aceras y brocales, como también los espacios comunales, alumbrado público y reparación de canchas, avenidas y corredores. Seguiremos trabajando convencidamente que la ciudad y nuestro pueblo se merecen espacios dignos y bien protegidos y alegres a la vista. El Derecho a la Ciudad es una de las líneas de la gestión de Víctor Clark que posibilita transformar la ciudad, la conciencia ciudadana e invita a toda la población a realizar actividades de esparcimiento y ejercicio físico, de ir en familia y compartir al aire libre la esperanza y la risa de nuestros niños y niñas.

Inti Clark Boscán Autoridad Colectiva de Cultura del estado Falcón

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Editorial EL ARTE Y LA CULTURA EN FALCÓN

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l estado Falcón es un estado ciertamente complejo, por cualquier lado que se le observe. Se trata de una región muy extensa, muy diversa, con enormes posibilidades de desarrollo industrial, agropecuario y piscícola, donde se observan varios tipos de paisaje, desde el serrano hasta el costero, dunas, médanos y reservas naturales; una península con varios puertos y una zona libre, playas y montañas maravillosas, regiones con inmensas posibilidades turísticas, parte de las cuales se han aprovechado para propios y extraños. Pero también enfrenta problemas, debido justamente a esa diversidad paisajística y a sus grandes extensiones de tierras baldías, donde no siempre se pueden cubrir todas las expectativas básicas de sus habitantes, que los distintos gobiernos y emprendedores privados han enfrentado, acudiendo a las metodologías más modernas y diversas, con mayor o menor suerte en el momento de aplicarlas. Falcón ha aportado mucho al país en todos los órdenes, aunque podría dar más. Pero, de lo que no cabe la menor duda, es de la extraordinaria diversidad de su cultura popular, de sus artesanos, artistas, científicos, escritores, humanistas, periodistas y profesionales que han aportado, desde sus diferentes disciplinas, obras significativas, investigaciones vertidas en numerosos trabajos históricos, científicos o periodísticos. En efecto, Coro es una de las ciudades

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capitales con mayor número de universidades, colegios e institutos, y donde se ubica un casco histórico que ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, siendo una de las ciudades venezolanas más antiguas (494 años) atesorando en su seno numerosos museos, casas centenarias y coloniales que han sido utilizadas, muchas de ellas, para alojar centros de cultura, museos, galerías, aulas de clase, librerías, o centros audiovisuales y de esparcimiento. Hace ya muchos años se fundó el Instituto de Cultura del Estado Falcón, cuya primera directora fue la querida escritora y artista merideña Marvella Correa. Después de ella, la institución ha contado con una buena cantidad de directores como Humberto Clark y Simón Petit; en la actualidad se halla bajo la dirección del profesor y escritor Inti Clark Boscán, quien se ha empeñado en hacer de la cultura uno de los ejes transversales para echar a andar una gestión pública en esta área acorde con las necesidades de una población que experimenta, como en todo el país, una serie de limitaciones materiales derivadas de un sabotaje económico producto de injustas y absurdas sanciones de potencias extranjeras. Sin embargo, poco a poco y gracias a la gestión del gobernador Víctor Clark, se han venido recuperando zonas deterioradas en el centro histórico de la ciudad capital, mediante la refacción, reparación y ornato de sus

principales casas y edificaciones, para en una segunda fase proceder con la recuperación de sus barriadas. También ahora en esta etapa, se han sumado esfuerzos para establecer una política cultural que pueda diseñar una programación permanente, una agenda de eventos donde se puedan incluir charlas, conferencias, exposiciones, proyecciones cinematográficas, talleres musicales, artesanales y formativos en las distintas áreas, y ello permita irradiar una positiva resonancia sensible en los ciudadanos. A su vez, la puesta en marcha de la Universidad de las Artes en nuestro estado a través de dos núcleos, –uno en Coro y otro en Paraguaná– Unearte se suma, así, a cumplir un papel de principal importancia en el accionar educativo y formativo de las nuevas generaciones. Parte de este legado cultural del estado Falcón es el que es el que ha estado tratando de mostrarse en las páginas de Oikos, desde que emprendimos el esfuerzo de refundarla hace ya cuatro años, recogiendo en sus páginas algunas de sus voces y figuras más representativas en cultura popular, literatura, artes plásticas, teatro y cine, narrativa y poesía, alternando los trabajos con firmas de escritores ya reconocidos en el ámbito nacional, como han sido los nombres de Juan Calzadilla, Miguel Márquez, Edmundo Aray y otros. A la vez, continuaremos este año publicando una serie de obras litera-


rias y de investigación, donde quedarán reflejados los distintos tópicos humanísticos de la corianidad y la falconía, los cuales seguramente contribuirán a imprimir una mejor definición del perfil de nuestro Fondo Editorial Oikos. Recordemos que en el último año hemos vivido los embates de una pandemia que ha cobrado vidas humanas en todo el planeta, y apenas ahora las autoridades sanitarias mundiales han tomado las iniciativas para vacunar a los habitantes de numerosos países, a objeto de inmunizarlos, en un plan sanitario muy complicado, el cual ha dejado mucho que desear con respecto al manejo comercial de las distintas marcas farmacéuticas de la vacuna. Sea como fuere, la pandemia ha sido tan terrible en sus efectos mortales, que nos ha obligado a los seres humanos a pensar en otro tipo de convivencia, más allá del fallido sistema de capitalismo global, donde han pretendido encajarnos las erráticas prácticas políticas de las llamadas democracias representativas de occidente, donde el gobierno de los Estados Unidos puede fungir de policía de la humanidad o de árbitro de injerencias militares aquí y allá. Esta actitud supremacista ha hecho que varias nacio-

nes americanas, entre las que se cuentan Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Argentina. México y ahora Perú, estén decidiendo un cambio en sus paradigmas políticos y sociales de gobernanza. Por todo ello, la cultura y la organización popular siguen siendo los principales antídotos contra todo tipo de amenazas políticas y territoriales. Nuestras expresiones artísticas, literarias, musicales, plásticas, dancísticas, teatrales y cinematográficas son el mejor modo de mirarnos en los valores que nos han dejado nuestros ancestros, antecesores y libertadores. En este año 2021, en el cual ha coincidido la celebración de nuestra gloriosa Batalla de Carabobo, ha sido también un año de reafirmación nacional, en cuanto que el gobierno bolivariano del Presidente Nicolás Maduro ha abierto un amplio compás de participación a la oposición política venezolana, con lo cual ha demostrado una voluntad excepcional para el diálogo plural, aun con todos los desmanes que buena parece de la anterior oposición abyecta ha infligido al país por medio de un complot de robos de activos, medidas coercitivas unilaterales, e intentos de magnicidio, el gobierno venezolano ha respetado la voluntad de

la inmensa mayoría de los compatriotas que apuestan por la paz y la sana convivencia. Esta ha constituido, de muchas maneras, la línea de trabajo del gobernador del estado Víctor Clark, donde a la par de buscar soluciones para los urgentes problemas de las comunidades, también ha trazado políticas culturales coherentes a través de sus instituciones; en el caso de Indudef para apoyar a los creadores y conectar la labor cultural al tejido de la ciudadanía, y así expandir más sus expresiones creadoras al mayor número de ciudadanos. La celebración de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN) en los distintos estados –donde el nuestro tuvo el pasado año una participación estelar– ha sido una de las pruebas de esa irradiación de la cultura a las regiones. Esta ha sido también la actitud de quienes laboramos en la gerencia cultural y editorial de Incudef, al mostrar en las páginas de nuestras publicaciones los resultados de las creaciones e investigaciones llevadas a cabo por nuestros cultores, escritores, poetas, narradores y estudiosos del fenómeno artístico-cultural, en sus diversas manifestaciones.

Gabriel Jiménez Emán Coordinador del Fondo Editorial Oikos

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Crónica

Súbito y perplejidad de Coro César Seco

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e lo único que tengo certeza es que llego aquí con el mismo súbito, con la misma perplejidad con la que me asomé al mundo desde que tengo uso de razón, si es que en verdad la he tenido en algún momento. Nadie más desprovisto que la persona para hablar de sí mismo. Nada más superficial que hacerlo para acariciar la vanidad. Estoy aquí porque vengo de dónde venimos todos. Sólo que, ahora, me es necesaria una confesión en primera persona, pasar el susto y poder reconocerme entre todos ustedes que me escuchan. Qué decir. Soy hijo de César Felipe Acosta y de Carmen Custodia Seco. A mi padre lo apodaban Pelusa porque era su tez de un blanco lácteo y tenía el cabello plateado. Era alegre y ocurrente. El me dio el nombre. Mi madre era un manto de silencio que andaba por la casa cantando bajito canciones tristes. De ella tomé el apellido. Desde que emprendieron el viaje al otro ámbito, son mi acompañamiento invisible. Mi padre, llegado el viernes se untaba Marazul, un alcoholado traído de contrabando de las Antillas, se ponía un flux y salía a compartir, lo cual no era otra cosa que “echarse tragos” con amigos. Era muy sociable, dejó más ahijados que bienes. Mi madre tenía un par de hacendosas manos dispuestas siempre a socorrer, a compartir la escasa despensa con los vecinos. Esto no quería decir que socializara, prefería mantener distancia, no toleraba el abuso ni el chisme. Laboró en el viejo Manicomio de Coro, un fantasmal caserón que ya no existe, contiguo a la cárcel

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y frente a la no menos fantasmal casa donde Tirso Salaverría gritó ¡Federación!, derruida, borrada ya definitivamente. Mi padre trabajaba en asistencia social, en lo que llamaban la Proveeduría de Medicinas; de obrero cargador de bultos pasó a clasificador de los remedios que allí se expedían de forma gratuita. Mi madre trabajaba casi todo el día y nos dejaba al cuido de Zaida, mi hermana mayor. La veíamos al mediodía cuando antes de ir a la escuela pasábamos por su trabajo donde ella nos tenía el almuerzo calientico. Nos decía a mí y a mis dos hermanos, Israel y Delia: -No se les ocurra ver para atrás-, y nos servía en un largo mesón. De ellos vine. De manera recurrente algunos conocidos me preguntan cómo aguantaban a dos poetas en una misma casa. Lo preguntan quienes saben que mi hermana Celsa es-

cribe poesía y lo hace bien, pero somos de caracteres diferentes, y eso se manifiesta de alguna manera en lo que escribimos y en cómo nos comportamos. En mi familia quien ha dado “los dolores de cabeza” he sido yo. Desde un buen tiempo atrás sospecho que todos mis hermanos son poetas, aunque sólo dos escribimos. Tenemos acaso una fibra suprasensible que lo permite. En cuanto a cómo nos aguantan, respondo que somos gente tranquila. No sé si mi respuesta los convence, pero casi siempre ríen los que me inquieren, algunos con afecto, algunos con malicia. Cierta vez mi padre me dijo: -Cesita, reúnete con los magníficos-. Yo creía que se refería él a los superhéroes de las historietas que venían en el periódico, siendo niño y ya eso me parecía descabellado, en verdad no lo había entendido. Llegué a pensar que quien se


comportaba como un niño era mi padre. Con el tiempo supe que la sugerencia de que me juntara con los magníficos nunca fue descabellada. Comencé a aventurarme una cuadra más allá de mi casa, se me fueron los años en eso y ya no pude irme del centro. Cuando la calle me abrió sus puertas, encontré gente extraordinaria, seres para los cuales no encuentro otra definición que la de maestros, en el crear y en el hacer, en dar belleza y pensamiento a una posibilidad otra de estar en la siempre huidiza vida. Poetas y artistas que nos dieron su afecto y enseñanza, cuyas obras y vidas, espléndidas para mí, han sido el mayor estímulo de tránsito por las letras. Todos ellos compensaron los años de mi adolescencia en que estuve perdido por ahí, sin saber qué hacer, entregado a los vicios, a los placeres del cuerpo, a riesgo de todo tipo de peligros. Cuando digo maestros, me refiero a gente como Hugo Fernández Oviol, el poeta rojo y su voz de trueno; Rafael José Álvarez, el que trató con duendes y aparecidos, el guardián de la casa y del bosque encantado que nos llevó a conocer los cangilones de la Sierra; Lydda Franco Farías, la insurgente guerrillera de siempre, preguntando “qué hacer

con esta ciudad chorreando orines milenarios”, y dándole nombre de “ciudad patas de cabra”. Poetas inolvidables para muchos de los que están aquí. Pero también, en ese arrebato por las calles fuimos tras el encuentro de los bardos bohemios de la noche coriana, Paúl González Palencia y Ramón Miranda, que de alguna manera nos protegieron y no desestimaron levantar sus copas con nosotros. Suerte tuvimos de escuchar y atender la sabia palabra de Enrique Arenas cada vez que venía de Maracaibo. Suerte la de presenciar el otro hacer de la ciencia en las manos y el pensamiento de Ibrahím López García, o ser contertulio menor de Marvella Correa y Darío Medina, ambos poetas y profesores universitarios, fina y culta nuestra adorada Marvella, la muchacha de Zea que hizo suyo a Coro, y Darío, riguroso y temprano maestro que con hiriente ironía nos evitó el afán y la vanidad, el creernos algo cuando en verdad éramos nadie. Debo a eso que inevitablemente debo llamar destino el haber conocido a un artista de la imagen, la palabra y el objeto, exigente como lo fue Dámaso Ogaz, quien nos pasó por los ojos una sucesión infinita de cuadros que resumían la historia del arte contemporáneo, tal

como el Desnudo bajando por la escalera de Marcel Duchamp, su calificado mentor. Dámaso, el primero en hablarnos de John Cage, del silencio como posibilidad estética, de las instalaciones, que en ese momento ni puta idea teníamos de que se trataba. Sólo de estarlo frecuentando en un taller que daba en la sede del viejo Ateneo, en la calle Zamora, supimos por Marvella que Dámaso había venido de Chile a insuflar de majamanismo y absurdo al Techo de la Ballena por los años 60. El viejo nos tomó cariño y nos ponía a repartir la hoja “Poesía en la Calle”. De ello me viene ahora una anécdota que me ayudó a entender ese verídico lugar común de que “el arte sucede”. Íbamos los dos por una calle repartiendo la hoja a gente indiferente que la arrojaba al suelo sin leerla y volvíamos al recorrido para tomarlas de nuevo y seguir, en eso, encontré de una que había sido pisada por un zapato embarrado de mierda, la tomé por una punta y se la acerqué, él se quedó viéndola un rato y me dijo: -Ahora es otra cosa, es una verdadera obra de arte-. Dámaso nos enseñó como Rimbaud que teníamos que ser “absolutamente modernos” o moriríamos en el intento. Suerte la de encontrarme ami-

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gos como Emilio Chirinos, Ulises Daal, Gregorio Meléndez, Ernesto Zaléz, José Paredes y Benito Mieses, todos poetas, todos amigos de este Coro de la entraña, todos testigos oidores de nuestros primeros fraseos, sobresaltos y encuentros con la poesía. Vital haber conocido a Emiro Lobo, excepcional artista, excepcional ser que fue nuestro amigo y con el que cumplimos proyectos editoriales que nos dieron mucha satisfacción y experiencia. Henry Curiel, Nicasio Duno, Luis Colina, el maestro Domingo Medina, ahora pueden estar seguros de mi estima y de cuánto les debo. Suerte la de alguna vez caminar, como tantas veces solo, estas calles solariegas de Coro, escuchando al poeta Juan Sánchez Peláez, decirnos un verso suyo: -En la mayoría de los casos uno no sabe nada-. Y zuas, en el momento que lo dijo, se fue la luz, esa noche y tantas y después, a cada momento, como un mal irremediable de la comarca. Años después lo encontré en Caracas y me dijo: -¿Ya pusieron la luz?-. Nada es casual, nos lo muestra a cada rato la indeterminada realidad. Esa misma nocheque el poeta nos hacía un guiño con el candor de su ironía, Rafael López Pedraza, el analista, del que ya

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habíamos leído Ansiedad Cultural, un libro esencial que pocos conocen, al enterarse de que éramos de Coro, nos contó algo que nos cubrió de asombro y perplejidad. Su relato implicó a un alto miembro de la escuela jungniana en viaje por el país con el propósito (definido por el maestro en alguna parte) de hallar el “punto”, “el lugar” desde donde seguir su pista. Luego de un vuelo en avioneta que los llevó a la cueva del Guácharo, al delta del Orinoco, al Salto Ángel, a la verde planicie de los llanos con sus esteros que parecen significar un límite, a los picos nevados de Mérida y al relámpago del Catatumbo, cuando vieron en un vuelo rasante la vastedad desnuda de los médanos de Coro, el fogaje de las dunas les indicó que este era el lugar buscado. Digo esto sin importarme que sea tomado como exceso lugareño, lo digo en verdad y siempre lo he sospechado. Esta ciudad que ha visto pasar toda la historia colonial y republicana desde su fundación, ha sido para mí “punto”, sitio de desvelo, “el lugar y la fórmula”, como pedía Rimbaud. Coro es un imaginario rico y sorprendente. La poesía aquí tiene residencia, salió a brindársele a Juan de Castellano cuando llegó a estas

costas y le dictó unos versos para sus Elegías, de los cuales extraigo estos que identifican nuestro terraje: “... (hay) de cabras muchedumbre copiosa, paren a dos y tres, si más no menos, hay de caballos casta generosa, y la cercana sierra le da granos, si les falta por ser largo verano”.Coro es ese viento que a las seis de la tarde atempera la resolana. O bien ese sol heracliteano que al mediodía nos hace ver las cosas más nítidas, más claras bajo su luz de cuchillo. Sol que aún no se ha ido de la puerta. Esta ciudad es muchas cosas, todos los que son de aquí y los que han venido para quedarse lo saben. Es esto lo que nos tiene aquí, la poesía y que encontramos en el Polo Coriano expresada con sabiduría: “Preguntar es fundamento/ y talento es contestar/ ¿En dónde se oculta el viento/ cuando deja de soplar?”. El poeta es fundamentalmente una voz que habla, que dice desde el silencio. No se confunda esto con silencio cómplice. ¡Ay! El poeta es libre por naturaleza. No debe apartarse nunca del sentido de justicia, de transformación necesaria de lo dominante y establecido. El poeta es una voz poderosa que ni el mismo silencio puede callar. Creo en lo que decía Keats en sus


cartas a su amada y a sus amigos: “La poesía debe llegar como sale el sol cada día, o como cae y brota una nueva hoja en el árbol, si no llega así, es mejor que no llegue nunca”. A la poesía no le podemos mentir. La poesía busca la vida por todas partes. Es la vida y es la muerte, el principio y fin, la creación permanente. Por ella sabemos que “la muerte no ha vivido más que la vida”. El poema es el instrumento manifestado de esa experiencia. “El poema se vive antes de hacerlo, es una vieja lección nunca aprendida”, nos ha dicho Armando Rojas Guardia, desde ese otro lado de la lucidez que los cuerdos llaman locura. Esto es, una alta exigencia de verdad, y verdad es lo que pide siempre la poesía. “Belleza es verdad y verdad es belleza”, dijo el mismo Keats en sus célebres cartas. Se necesita más que talento y emociones para escribir poesía. Elegimos el riesgo para andar nuestro propio tránsito, lo elegimos antes que abandonarnos a una imaginería complaciente, el adorno, el engaño verbal no nos competía. Consciente de mi condición convulsiva dije en un poema: “La enfermedad no tolera una metáfora discreta”. Sólo hace poco me

enteré que André Bretón dijo en Nadja: “La belleza será convulsa o no”, para mí lo es, pero ello no se lo impongo a nadie. Nos ha movido pues una exigencia de verdad, una aspiración de belleza, un ansia de milagro que de sosiego a nuestro dolido espíritu. Espabilo: mechita de pabilo por donde se enciende la vela. Espabilarse: súbito, perplejidad. En esto hemos dejado el ser. Escribo porque no sé hacer otra cosa. Claro, nunca ha sido fácil abrir los ojos y aguzar el oído ante la hoja en blanco. Voy a leer por lo que pido silencio para volver al silencio.◙

[Palabras leídas el 27 de julio de 2007 en el Club Bolívar de Coro, durante la presentación del libro Lámpara y silencio, Antología poética, publicada por Monte Ávila Editores Latinoamericana en la colección Altazor].

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Ensayo

Poesía social y utopía en América Latina Juan Calzadilla

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ntes de entrar en materia me permitiré transcribir un fragmento de la entrevista que le hiciera en 1924 a Vicente Huidobro, desde París, el periodista chileno Alberto Rojas Jiménez para un diario de Santiago. El poeta se preparaba a retornar a su país natal para intervenir en la campaña electoral por la presidencia de Chile postulado por el partido comunista, del cual era miembro y agitador político. Dice así: —”Quiero ir a Chile para hacer la revolución. Mi anhelo más alto es crear un país. Y crear este país en la tierra en que nací es mi sueño de todas las noches. Sí, ir a Chile y hacer allí la gran revolución. Llevar de acá (de Europa) la mejor gente, los mejores ingenieros, los mejores músicos, los más grandes arquitectos y los dos o tres únicos poetas que hoy existen acá, capaces de crear un país como el de los faraones. ¿Ha pensado usted en lo hermoso y en lo inmenso que es hacer un país? Si me dejaran veinte años con mi querido Chile en mis solas manos, ya vería usted qué bello poema yo haría. Y sólo con veinte años de reinado”. Tal opinión, aparte de representar una utopía, pareciera disonante o contradictoria, oída de alguien que entraba en la contienda política de 1925 como integrante de un Partido comunista. Aparte de esto, Huidobro consideraba la poesía como fin en sí mismo e incluso fue cuidadoso en insistir categóricamente en que el poema, el poema que él hacía, es un invento. Si es un

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invento es un objeto y si es un objeto es autónomo. El poema es una invención de la materialidad de las palabras. Y Huidobro lo explica metafóricamente con una fórmula mil veces citada, que sigue teniendo mucho éxito: “¿Por qué cantáis a la rosa, oh Poetas? Hacedla florecer en el poema”. La declaración de Huidobro a Rojas Jiménez no es, sin embargo, un exabrupto. Corresponde a la expresión de un sentimiento muy común a todo el ámbito de las primeras vanguardias hispanoamericanas. Huidobro se siente orgulloso de que la amplitud de su concep-

ción cosmogónica del hecho poético pudiera asumirse desde del gentilicio de la patria lejana, como si la matriz de sus ideas prepotentes permaneciera, en cualquier parte donde estuviese, anclada en esa gran geografía del sueño que era América Latina para sus poetas. E igual debió ocurrirles en su tiempo a Rubén Darío y después a Neruda, y es a esto a lo que quiero referirme. Lo tres poetas se consideraban representantes de un orbe geográfico mágico y poderoso, que en sus obras trascendía de lo personal para encarnar en la voz de un gran imaginario social, de extremo a extremo de América. Y esta representatividad que privilegia lo colectivo sobre lo individual contri-


buye a proporcionar un tono épico y como prometeico y supra-humano, de manera casi generalizada y uniforme, al flexible y generoso idioma español de la modernidad hispanoamericana, repartido por todo el continente. Incluso cuando, como en Huidobro, el poeta adopta por momentos un idioma extranjero, seguimos oyendo a nuestro hermoso idioma. Las vanguardias poéticas surgieron en Hispanoamérica en el marco de proyectos utópicos que expresaban propósitos y anhelos de cambio y transformación de las sociedades, y ellas mismas se explicaban como avanzadas del progreso dado que no sólo pretendían efectuar las reformas del lenguaje poético y la ruptura con la tradición estancada en las retóricas romántica y modernista, sino que también se sentían comprometidas, a través de la revolución del lenguaje, con los proyectos de reforma de las so-

ciedades, es decir, con las utopías del pensamiento político. Sería injusto, por tanto, juzgar la modernidad poética en Latinoamérica confinándola, como se ha hecho, a la idea de un progreso exclusivamente formal, de espaldas a la realidad. Como cabría pensar si nos tuviéramos que referir a gran parte de la poesía que se escribe actualmente en nuestro continente. Las poéticas de la modernidad encajaban en las expectativas de progreso que la sociedad tenía de sí misma en el marco de la utopía latinoamericana. En otras palabras, se trataba de una poesía cuyos públicos le garantizaban plena presencia social. Entraban en el ámbito de las poderosas razones que tienen los pueblos para soñar y de cierta manera se presentaban como la ilusión materializada de esos sueños. Perpetuaban la tradición épica de los siglos anteriores. Ahora bien, la poesía no es social

sólo por su contenido, por la intención que abrigue, por las ideas que exponga o por la actitud o los compromisos políticos o éticos de los que la escriben. Es social cuando es capaz de encontrar respuestas positivas en el imaginario colectivo que la asume como su representación, cuando el colectivo se siente representado por los poetas, aún si el contenido de la poesía no fuera social. De forma que lo social es inherente a la función que cumple la poesía cuando se completa su significación a través de la expectativa que llena en el cuerpo social. Pablo Neruda es paradigmático a este respecto, no sólo porque es nuestro poeta social por antonomasia de la modernidad, no sólo por los mensajes de su obra, sino también porque lo es de cara a los lectores que se veían representados y personificados en su obra. Neruda encarna el paradigma retórico más exitoso e influyente de

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la poesía social en Hispanoamérica durante varias décadas, por lo menos hasta los años cincuenta. Para entender las razones de su éxito hay que comprender que él depone o ausculta su individualidad para asumir el ser de lo que se creía era o debía ser Hispanoamérica en una suerte de épica cuyo protagonismo autobiográfico es expresado por el poeta como una teluricidad infusa en el sentimiento de pertenencia a la naturaleza o al pueblo que se siente hablando en su poesía. He aquí su tono general, que tomamos de la Elegía a Machu Picchu, en su canto General (Edic.Ercilla): Y como una espada envuelta en meteoros/hundí la mano turbulenta y dulce en lo más genital de lo terrestre. /Puse mi frente entre la olas profundas/descendí como una gota en la paz sulfúrica/ y como un ciego regresé al jardín de la gastada primavera humana. Proponiéndose como intérprete social, Neruda nos muestra que cada hombre al hablar no es sólo uno, sino todos. Puede arrogarse la voz de cualquier cosa terrena o inmaterial siempre que se inscriba en el orbe identitario de la totalidad del cuerpo social a donde nos convoca en su prepotente monólogo. El carácter de la poesía que, con la influencia de Neruda, domina en el panorama de la lírica hispanoamericana de las décadas del 30 al 50 es en virtud de eso eminentemente social. II

tos personales y en muy contados casos la militancia de poetas latinoamericanos en grupos o movimientos europeos. Los códigos formales de éstos sin embargo no están tomados al pie de la letra y transportados en bloque a América al punto de que podemos identificar los movimientos que surgen en el nuevo mundo como pares subsidiarios de sus homólogos europeos, salvo en contados casos, como en el caso por ejemplo de César Moro y Aldo Pellegrini respecto al Surrealismo. Esas vanguardias actúan más bien como puentes, modelos o fuentes de inspiración como lo son por ejemplo para los grupos surrealistas que se formaron en países como Chile, Argentina, Brasil, Perú y Venezuela. Pero cuando toman enteramente la matriz de pensamiento y comportamiento en que se inspiran, como ocurrió con los primeros grupos surrealistas

de Chile y Argentina, el resultado nunca es demasiado fiel al original y se revierte de un sesgo idiosincrásico propio filtrado por nuestro idioma. Hay, incluso, los que como Borges, Huidobro y el propio Vallejo, reniegan inmediatamente de la influencia y se declaran creadores autosuficientes. Ni Paz ni Molina o Sánchez Peláez (y ni se diga Ramos Sucre) llegan a ser surrealistas ortodoxos. En literatura, las poéticas exógenas al ser absorbidas por nuestra lengua experimentan el mismo fenómeno de transculturación propio de todos los procesos de hibridación cultural que han tenido lugar en el continente. Este proceso puede apreciarse claramente en el modernismo brasilero, a partir del manifiesto de la Antropofagia, redactado por Mario de Andrade en l928, y según el cual la apropiación voraz de las poéticas de vanguardia debía conducir a

Las poéticas latinoamericanas (e incluyo aquí a la brasilera) están informadas por las vanguardias europeas y especialmente por los sistemas de signos derivados del Cubismo y el Futurismo que desembocarían luego en el Dadaísmo y el Surrealismo, en el Concretismo y en la poesía de los años veinte en adelante. La mayor influencia que se recibe de estas vanguardias la transmiten la lectura y los contacAldo Pellegrini, poeta argentino

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Mario de Andrade, poeta brasilero

la elaboración de un producto universal diferente en el que estarían expresados los valores de la nacionalidad brasilera. Esto es también lo que de alguna manera inspiró al movimiento de poesía concretista del Brasil. El producto siempre es distinto a la suma de los componentes originarios. Porque esos componentes actúan sobre una materia prima que no habiendo cambiado en lo esencial, sigue siendo dócil a las modulaciones que le imprime la cultura autóctona, conjugado con ese proceso de transculturación para originar lo que el venezolano Lubio Cardozo llama el Castelloamericano. Lo característico en América Latina cuando juzgamos a sus grandes poetas es que éstos constituyen individualidades aisladas en sus propios universos, renuentes a adscribirse a escuelas, movimientos o grupos. Las agrupaciones vanguardistas que se forman dentro de los procesos de internacionalización desaparecen pronto y carecen de continuidad, succionados por las resistencias que generan en ellos mismos al dar lugar a la aparición de voces superiores al colectivo, como se aprecia en el discurso

Emilio Adolfo Westphalen, poeta peruano

de poetas sobresalientes como Drummond de Andrade en Brasil, Girondo y Juan L. Ortiz en Argentina, Neruda y Pablo de Rocka en Chile, Wesphalen y César Moro en el Perú, Ramos Sucre en Venezuela, De Greiff en Colombia, Carrera Andrade en Ecuador, para referirme a unos pocos. Sin duda que cuando se examina la poesía escrita a partir de la década del sesenta, se siente que las argumentaciones para hablar de una poesía social en nuestros países parecieran irrelevantes comparadas a las del período descrito antes. Esa irrelevancia tiene su origen en el hecho de que la poesía ya no es representativa más que de los poetas que la hacen y no va de la mano de la sociedad por encontrarse los poetas lejos o aislados del curso de las motivaciones sociales de nuestra época, lo que no quiere decir que la poesía en sì misma sea menos social o que, por esto mismo, se escriba hoy una poesía inferior. O que esté elaborada con códigos más indescifrables de los que empleaban los poetas de la modernidad. Por el contrario, hay se escribe pensando en un lector más exigente y cultivado

que el de ayer. Pensando más en un lector que en un público, en un lector que posee mayor rigor crítico y posiblemente mayor diversidad de exigencias que el lector de cualquier tiempo pasado, al punto de que el número de los que hoy escriben poesía, como si encontraran refugio en ella, se incrementa cada día más en proporción al decrecimiento del público de poesía. Sin duda que las poéticas actuales se tornan más desconfiadas de lo social en la medida en que están más y más aisladas de la comunidades; lógicamente, el poeta ya no escribe para la sociedad. No sólo porque se le haya relevado de la función que cumplía dentro de ella, sino porque escribe para un lector que, en principio, reside en él mismo y con el cual mide fuerzas, confiado en que de este modo, mirándose primero en su propio espejo, podría encontrar un público más receptivo que el silencio. Puesto que la poesía no termina en ella ni en el esfuerzo de escribirla, sería vano pretender que haya alguien que sólo la hace para sí mismo. Para satisfacer su propio ego. Y sin embargo, eso también pasa. ◙

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Cultura Popular

Curazaíto te habla Enna Zavala Reseña del Barrio Curazaíto: Primeros pobladores y su diario quehacer

L

a reseña histórica de la ciudad de Coro nos ubica en territorio inicialmente habitado por aborígenes, pero al hacer referencia a Curazaíto encontramos que sus raíces son negroides, pues, sus primeros habitantes datan del siglo XVIII, muchos de ellos venían fugados de las Antillas holandesas, huyendo del estado de esclavitud al que estaban sometidos por sus amos. A través de los historiadores se conoce que población de origen africano empezó a habitar el mencionado sector, luego se fue sumando población afrodescendiente, sobre todo procedente de Curazao. Transcurrido el tiempo, ya avanzando en el siglo XIX, se conformó en Coro la “Colonia Curazoleña”, constituida por esas personas que llegaban desde Curazao, y que igualmente traían consigo sus costumbres y manifestaciones como lo era el toque y baile del tambor ; emparentándose con los habitantes del vecino Barrio La Guinea, unificando de esta manera las actividades que demostraban el sentir por su tierra. Los primeros pobladores de Curazaito se dedicaron a pequeñas actividades comerciales, compra y venta de verduras, pollos, kerosene, y la construcción de casas de barro, tanto para su propiedad como por encargo de algún ciudadano; este conocimiento

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se propagó en las técnicas de la torta y el adobe, dependiendo del tamaño y necesidades de la familia, complementadas con grandes puertas y ventanas de madera. El barrio no tenía agua ni luz. Una de las primeras personas que construyó su casa en el sector, cuando aún no tenía nombre fue la Señora Felipa Colina de Colina. Por los años 40 se aprueba el nombre de Barrio Curazaito, quedando registrado como tal. Al pasar algunos años, la comunidad se organiza y conforma la Primera Junta Promejoras del Barrio, lo que ayudó a mejorar las condiciones en cuanto a servicios públicos, tales como instalación de pilas para agua potable, alumbrado de las calles y creación del Centro Cívico Josefa Victoriana Riera, espacio dedicado a actividades deportivas y culturales. Posteriormente, los habitantes se dedicaron a crear sus bodegas y kioscos –también llamados gaticos–; así como bares y ventas de arepas, carne de chivo, marrano, queso y morcillas, productos que eran previamente encargados y repartidos a principio de semana, para ser cobrados los días viernes o sábados. En los solares de las casas la gente sembraba maíz, lechosa, guanábana, limón, auyama, mango, y criaba animales pequeños –gallinas, conejos, cochinos y palomas– para el consumo familiar. En la década del 60 se dio inicio a la construcción del Hospital General de Coro, lo que permitió el auge del sector, especialmente bodegas y bares. (muchos de los trabajadores eran foráneos). La Salsa entra al sentir de los habitantes del Barrio, traída por quienes habían emigrado a Caracas y re-

gresaban en diciembre cargados de discos de acetato y aparatos para reproducir la música, instalados en las esquinas. Para el transcurrir de los años 70 - 80, que en la ciudad se han creado más centros de estudios, los niños y jóvenes tienen oportunidad de asistir a escuelas, liceos y casas de estudios superiores como el IUTAG y la UNEFM, esta última cuenta con el núcleo de Medicina (El Cubo Azul), ubicado precisamente en Curazaito, en la prolongación de la Av. Sucre, en terrenos adyacentes al Automercado Total Market. Curazaito ha seguido en crecimiento y actualmente cuenta con 01 Ambulatorio Tipo I, 02 Preescolares, 01 escuela para educación primaria, 01 automercado,, 05 farmacias, 01 librería, 01 estadio para beisbol, en terreno lindante con el Hospital Universitario, y diversos establecimientos como laboratorios, bodegas, abastos, panaderías, charcuterías, caucheras, venta de lubricantes, así como también comercio informal. “Por qué el nombre de Curazaíto” Los terrenos donde está enclavado el Barrio pertenecían al Batallón Girardot, y por supuesto no permitían a ningún ciudadano fijar allí residencia; sin embargo, quienes eran asiduos al sector lucharon para que se les concediera vivir allí; es por eso que a finales del siglo XIX el Gobernador, Regente Pedro Heredia, aprueba la solicitud hecha por aquellos que se reunían allí, incluyendo a la Colonia Curazoleña, integrada por las familias Steckman, Faneite, Arión, Pirona y otros, y decreta el nombre de Cu-


razaito, para honrar a los curazoleños. Estos ciudadanos también mantenían la esencia del tambor y cantaban en papiamento. Separando a Curazaito del Barrio Cruz Verde existe la legendaria Quebrada de Coro, que atraviesa un espacio desde la Intercomunal Chema Saher hasta la Avenida Alí Primera. Por supuesto que colinda por la parte Oeste del Barrio Curazaito. Esta Quebrada fue testigo de la entrada a Coro de nuestro Libertador Simón Bolívar, un 23 de diciembre de 1826, hecho histórico que marca a la provincia de Coro, Ubicación Geográfica en el entorno coriano El Barrio Curazaito se ubica al Suroeste de la ciudad Santa Ana

de Coro, y sus límites son: por el Norte, Calle El Sol y Barrio La Guinea, al Sur, Avenida El Tenis y Hospital Universitario “Alfredo Van Grieken”, por el Este, Calle Colón y Sector San Antonio, y al Oeste, Avenida Sucre, Barrio Cruz Verde y Quebrada de Coro. Personajes Populares: vivos y fallecidos. Qué hacen éstos y qué hicieron aquéllos? En este populoso sector han habitado personajes a través de los cuales se identifica al Barrio, pues con su comportamiento le aportaron alegría, sosiego, temor, sentimientos que aún persisten cuando dichos personajes son recordados o se ve a los que aún están vivos. Entre estos personajes se nombra a:

 Mano Jaco. Recogía en las calles tablas, palos, botellas, y los llevaba al patio de su casa.  Petra y Sonia: Madre e hija. Vivían pobremente en una pequeña vivienda de la calle Progreso, vestían harapos y pedían en las casas. Cuando tenían oportunidad tomaban licor, se embriagaban y formaban alborotos en las calles del Barrio.  Vidal Vargas: tenía una carreta tirada por burros, en la cual recorría el Barrio y recogía basura para luego botarla lejos del sector.  Cecilio Hernández: Músico, fue conocedor y ejecutante de los géneros musicales falconianos, Promotor social.  Antenor Chirinos: Bodeguero, músico y decimista, formó parte de los músicos que acompañaron a Cecilio Hernández.  Pedro Ugarte (Mano Peche). Deportista y posteriormente fungió como entrenador de muchas glorias que enriquecieron el deporte en Curazaito, Falcón y Venezuela.  Rafael Medina (Fay). Promotor social y Entrenador deportivo, fundó el Club Social y Deportivo Curazaito.  Arquimedes Vargas (El Pollo). Trabajaba conjuntamente con Fay Medina, organizando encuentros deportivos y premiaciones en la comunidad e instituciones oficiales.  Héctor Pablo Pérez B. (Mano mocha). Albañil, boxeador, Maestro de obra.  Monche Conde: Vendía carne de cerdo.  Basilio Sivira: Vendía chivo, queso y suero. Avisaba por las casas la noche anterior y al día siguiente repartía su mercancía.

Sra. Gloria Molina y Enna Zavala

 Chela la Negra: celebraba buenas fiestas de cumpleaños en su casa.

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 Grimán: Bodeguero, vendía malteadas de chocolate con leche y huevos.  Rafael Vásquez y Magdalena de Vásquez: tenían una refresquería donde vendían empanadas de arroz con carne molida, y la mejor Frescavena del sector.  Tesia: era una vecina de normal comportamiento hasta que en una oportunidad empezó a dar muestras de desequilbrio mental. No dormía y en las mañanas caminaba por las calles Progreso y Av. Tenis, piedras en mano, entorpeciendo el paso de quienes íban temprano a clases.  Familia Echegaray: celebraban tremendas fiestas en la casa de habitación.  Andrea Elías: elaboradora de arepas peladas y mancarrones.  Sra. Aleja de Riera y Doris Riera: (Madre e hija. +) las mejores pa-

ledonias del Barrio.  Tala Noguera: Catequista, dictaba catecismo a los niños de la comunidad  Mano Yique y Antonio José: vendedores de parrilla.  Ñaco: Joven de condición especial. No vive en Curazaito pero la mayor parte del día permanece en el barrio, hace mandados, bota la basura, ayuda a transportar las bombonas del gas, y después reposa frente a la Licorería Las Palmas mientras fuma su tabaco.  Amelia Chirinos(Mella): Dulcera, identificada por la elaboración de los sabrosos bobolongos y torticas de plátano. También es costurera, oficio que desempeñó durante largo tiempo.  Chapa: Es quien se encarga de arreglar los zapatos de los vecinos del barrio, oficio que

Barrio Curazaito década años 50

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desempeña con cariño, cobra económico. Entorno cultural. Principales costumbres, manifestaciones y tradiciones ancestrales y actuales Entre los habitantes actuales del Barrio Curazaito se encuentran aún personas longevas, de mente lúcida, que pueden hacer un recuento de las diferentes actividades que se llevaban a cabo en el sector, y que involucraban a la comunidad en general; igualmente se consigue a los de menos edad, los que viven en el Curazaito actual, pero que también pueden dar su versión de acuerdo a la época que les ha tocado vivir. Los ciudadanos de mayor edad recuerdan entre sus costumbres lo siguiente: sentarse en las afueras de la casa entre las 3:00 y 4:00 de la tarde, a tomar un cafecito y compartirlo con el vecino, con la tertulia del día a día. También el ocuparse de algún otro vecino o


vecina enfermos, darle su vueltecita a ver cómo habría amanecido; preparar dulces en Semana Santa y compartirlos con vecinos y familiares, a manera de intercambio; cumplir con los velorios, bailes en diferentes casas durante la época de Navidad; sembrar en los patios árboles frutales y verduras. Y entre sus manifestaciones y tradiciones están las fiestas amenizadas al son del violín, tambora, maracas, cuatro y marímbola; cantos de Salves y Décimas, el Rosario a la Cruz de Mayo, prender la fogata vísperas de La Candelaria, asistir a la Procesión del Santo Sepulcro, realizar el Vía Crucis por algunas calles de la comunidad; elaborar cruces con palma bendita para la protección individual y de las casas; jugar al volantín; bautizos de muñecas; preparar a los muchachos para la Primera Comunión; festejar los carnavales con carrozas, reinas, disfraces y bailes. Se recuerda con especial

agrado a Cecilio Hernández y Antenor Chirinos (Músicos). Uno de los actos de más rigurosa tradición eran los velorios. En Curazaito el muerto o muerta era objeto de un ritual desde que se empezaba a preparar (a cargo de Cecilio Hernández), hasta que terminaba el Novenario o Última Noche. El ataúd se elaboraba en madera, en la misma comunidad, y durante el velorio se dejaba destapado; le colocaban dentro la ropa, zapatos, sombrero, implementos de trabajo y otros, le tapaban con un velo para evitar las moscas. El ataúd permanecía sobre una mesa, con dos velas a los lados; en puertas y ventanas de la casa colocaban cortinas blancas, realizaban la invitación utilizando un megáfono o parlante y dejaban una invitación con el bodeguero, para que este informara a quienes iban a comprar, lugar del velorio, fecha y hora del entierro.

Durante el velorio brindaban en azafates (bandejas) galletas, café, cigarros, licor, consomé para los familiares afectados; tampoco faltaba la partida de dominó, ajiléi, cartas y los cuentos para pasar la noche. A la semana siguiente empezaban los preparativos para rezos y Última noche; reparación de la casa, pintura; los familiares compraban ropa de luto. En el caso de las viudas, vestían totalmente de negro, manga larga, guantes y un sombrero que remataba en un pequeño velo hasta la mitad del rostro, medias y zapatos negros. Luto cerrado durante dos años. Después de ese tiempo medio luto, gris, blanco. Los hombres generalmente de camisa blanca y pantalón negro, marrón o azul oscuro, portando un botón negro prendido en el bolsillo de la camisa, o en su defecto, una cinta negra amarrada en la parte superior del brazo, por encima de la camisa. Con respecto a los bautizos de muñecas, las mismas eran de trapo, elaboradas por las mismas vecinas del sector. Los muchachos entusiasmados arreglaban la casa que escogían para el bautizo, con pintura y demás menesteres, mientras las hembras se encargaban de adornar. Las bebidas, pasapalos y música corrían por cuenta de los padrinos, los cuales se escogían entre los amigos, primos o vecinos, en igual cantidad hembras y varones, haciendo parejas. Podían llegar hasta un número de 20 si era posible. El Sacristán León Piña hacía las veces de Cura. Cuenta Mario Aular que “en una oportunidad escogieron la casa de la Familia Zárraga en la Calle Nueva, para efectuar el bautizo de una muñeca. Remendaron la casa por dentro, empañotaron techo y paredes, pero por fuera no hicieron nada, con la suerte que por la noche, durante el festejo cayó un chaparrón y todo el pañote del techo les cayó encima”. Para el año 1961, se decreta la construcción del Centro de Educación Familiar, con el objetivo

Sr. José Gregorio Rodríguez, Gollo “Parranda”

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de que la comunidad disfrutara un espacio que se prestara también para aprender algún oficio que le permitiera fortalecer los valores familiares y comunitarios; lograr desenvolvimiento económico, principalmente en repostería y manualidades. El inmueble estaría ubicado en la Calle Sur, entre Calles Proyecto y Quebrada de Coro; dicho Decreto estuvo a cargo del Gobernador Doctor Pedro Luis Bracho Navarrete. Para el año 1962, día 07 de Enero, el mencionado Gobernador procede a la inauguración del inmueble, otorgándolo al Consejo Venezolano del Niño, en manos de Esperanza de Pauline y Prof. Baudilia de Primera, Presidenta y Directora respectivamente. Con el tiempo las instalaciones fueron abandonadas por la comunidad, después demolidas para dar paso a la construcción del Jardín de Infancia en el cual actualmente reciben su primera formación escolar los niños de la comunidad. Los adultos mayores, más o menos en edad de 50 a 60 años, rememoran la presencia de la Salsa en el barrio, quienes eran los mejores bailarines que demostraban en las aceras el producto efusivo de su aprendizaje acompañados de un “tocadiscos”, “grabador” o más tarde equipo de sonido, con la infaltable “friiita”, mientras se esperaba la sopa dominguera. También forma parte de este escenario los juegos de beisbol o pelota caimanera en el “Llano del Padre”, después en el estadio del Hospital General, donde aún se mantiene realizándose, cada 31 de Diciembre, en horas de la mañana, un encuentro entre los equipos conformados por los jóvenes de la década del 70, quienes son adultos en la actualidad. Otro aspecto cultural importante, relacionado con el desenvolvimiento cultural de Curazaito, lo constituyeron sus casas construidas en barro, gracias a la iniciativa y sapiencia de los cultores que allí habitaban; no se manejaba el vocablo Cultor, eran simplemente albañiles que conocían unas técni-

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cas y el saber que les ayudaba a cubrir la necesidad de una vivienda. Calles de tierra, casas de barro con techos de cañón o de torta, técnica de adobe o bahareque en su mayoría, pintadas con pintura de agua u óxidos naturales, fogones y pisos de tierra apisonada. Hoy Curazaito retoma con mayor conocimiento y entusiasmo a este saber ancestral, con la construcción de los hornos ecológicos, hechos por los propios habitantes del barrio apoyados hoy día por el Ing. Víctor Piñero y Mario Aular, para paliar los inconvenientes de no tener gas en casa. También cobraron popularidad las celebraciones y tradiciones tales como los carnavales, los Rosarios a la Cruz de Mayo y Fiestas de la Virgen de la Candelaria, organizadas por los vecinos mismos. Curazaito ha sido escenario para la presentación de artistas reconocidos, entre ellos la Agrupación Un Solo Pueblo, hecho que sucedió en el año 1981, luego que esta agrupación acompañara al Padre Cantor en la Canción Necesaria, a beneficio de la no des-

forestación y destrucción del Cerro Galicia. Algunos vecinos se organizaron y trajeron a Un Solo Pueblo, la tarima estaba en la Calle Popular, y participaron las familias García y Luchón Rojas, encargándose de la logística de los participantes. La Señora Lérida García comandaba las acciones, y en casa de los Luchón se cambiaban de ropa y cuidaban de los instrumentos. Chapa y se encargaron del aspecto Seguridad, manteniendo control de los asistentes para evitar contratiempos o peleas. El quehacer cultural actual del Barrio Curazaito va de la mano de Cultores y Creadores entre los que vale mencionar a la Sra. Minerva Lugo, Efrén Peña, Héctor Zavala y Endry Hernández (cultores de la danza y el baile), Judith Hernández (Representante del teatro), José G. Rodríguez, Fredy Peña y Carlos Luis Hernández (figuras del tambor y el culto a San Juan y Santa Bárbara, acompañados en estas dos últimas por la Sra. Josefina Navarro y la Agrupación Ayé y Cuero). Los creadores arriba mencionados organizan sus actividades para

Sres. Carlos Suarce, Vender Medina y Quío Marín


honrar a otros cultores y enaltecer la disciplina que representan, por eso la comunidad disfruta de Talleres y encuentros de agrupaciones de danzas, homenajes a Santa Bárbara (cada 04 de Diciembre), y la Fiesta de San Juan (los 24 de Junio), a las que se suma la población local así como aquellas personas que vienen de visita anualmente de otras regiones del país a compartir las festividades de Curazaito. Los honores a San Juan Bautista los inició Fredy Peña, conjuntamente con la Sra. Josefina Navarro, conocida como Fina, en agradecimiento por favor concedido al mejorar la salud de su hijo Carlos Luis Hernández Navarro; posteriormente, también por el mismo motivo se suma posteriormente Zulay Cordones, quien se convirtió en la portadora del santo y es ella quien lo lleva durante toda la actividad. Se inicia la festividad adornando la casa donde mora el santo, el día 23 de Junio cantos y toque de tambores por la noche, el día 24 para festejar la misa en horas de la mañana, luego juegos populares y el sancocho colectivo para

los presentes; alrededor de las 2:00 pm empieza la caminata por las calles del Barrio, encabezada por el abanderado; luego los niños portando las banderas que simulan mariposas que van limpiando y adornando el camino por donde pasará San Juan; inmediatamente los músicos y las personas que acompañan la marcha. La imagen es trasportada por las personas que lo solicitan con anterioridad, para bailarlo a lo largo del recorrido. Así continúa llegando a diferentes casas de la localidad, donde es esperado por otras imágenes de santos, bebidas y dulces, especialmente para cantores y músicos, hasta que retorna a la vivienda donde sigue el toque de tambores. Allí permanecerá hasta el año próximo. También se celebran otras actividades como la tradicional Parranda Navideña, a cargo de Minerva Lugo y José Solis, acompañados del Grupo Experimental Cartují. Ellos acostumbran hacer el recorrido por las calles del Barrio al son de toque y baile de los tambores, para darle al Niño Jesús la bienvenida a este mundo, víspera de

Minguito, muchos anís con su frutería en la parada de busetas.

su nacimiento. Igualmente está la familia Rosendo, quienes organizan y participan en el Vía Crucis Viviente, acto que se ha convertido en tradición religiosa, destacando así la afinidad de Curazaito con la fe católica. Son múltiples las actividades, festividades, actos, personajes, personas, hechos que dan reconocimiento al Barrio Curazaito, desde su conformación inicial hasta lo contemporáneo. Entrevistas Ciudadanos habitantes del Barrio Curazaito desde su nacimiento hasta la actualidad. Cornelio Colina Cornelio es comerciante. Tiene 68 años de edad. Nació en Curazaito en la casa de habitación de la familia Colina; es hijo de la Señora Felipa de Colina, y el parto fue atendido por su abuela Pancha. Creció en el barrio, en medio de gente servicial, tiene por costumbre dar, ayudar y dice que “Cuando das, no te falta nada”. De los años 80 al 2000 en el Barrio no faltaba nada, se hacían unos fiestones. Lleva 26 años en su negocio de apuestas y venta de cervezas, con lo que ha contribuido al desahogo económico de algunos de sus habitantes; también compra juguetes de sus propios recursos y los regala a los niños del sector; igualmente brinda la sopa los domingos con lo que ha contribuido a la alegría de su gente. Con respecto al entorno cultural de Curazaito, opina que ya no hay tradiciones, “no ponemos ni la bandera”. Por eso yo aconsejo a los pequeños. Tengo 45 nietos y 5 biznietos. Se acuerda de la carreta de Vidal y las pilas de agua. Cree en la Rosa Mística y en Santa Bárbara, por sobre todas las cosas. En sus remembranzas está la Salsa y las primeras orquestas como Los Diamantes y Federico y su Combo; se escuchaba vallenato pueblerino y más folklórico. En el año 2011 ocurrieron varios sucesos dolorosos, en uno de ellos

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perdió accidentalmente un hijo, se repuso en el 2012 hasta la fecha. En la actualidad Cornelio continúa sus actividades comerciales, también vende en algunas oportunidades harina, arroz y aceite comestible. José Gregorio Rodríguez (Gollo Parranda). Gollo Parranda es un Cultor Popular, quien nació, vivió y se crió en Curazaito. Actualmente tiene residencia en el Parcelamiento Cruz Verde. Tiene 58 años de edad. Nació un 26 de Octubre de 1959. Es digno representante del Tambor Coriano. Hijo de Cecilio Hernández, igualmente reconocido por sus aportes a la cultura popular falconiana, fundador del grupo Cantores de La Sierra, conjuntamente con Apolinar Cazorla y Félix Lorbes. Con respecto al quehacer cultural del Barrio Curazaito Gollo trata el tema de las fiestas carnestolendas organizadas por la Junta Pro mejoras, presidida por su papá. En caravana, en el recorrido por las calles del barrio, la reina y su corte lanzaban al público monedas de diferentes denominaciones (0,12; 0,25; 0,50 céntimos, 1 Bolívar y hasta un fuerte). También había concursos para los disfraces.

En el Barrio también habitaban otras personas que se destacaban con sus composiciones y cantos, entre ellas Eustaquio Hernández (hermano de Cecilio), Tureyo, Leonarda Hernández, quien dramatizaba sus canciones y Sixta Hernández, quien llegó a presentarse en el Hotel Miranda personificando un Velorio de Angelito; además estaban Quintín y Félix Lorbes, quienes representaban una pelea con garrote, después de tal presentación cantaban décimas; lo que motivó a que fueran invitados a una presentación en el Parque Ferial y posteriormente al Parque Nacional Recreacional Meachiche, para grabar con Amador Bendayán. Gollo domina varios instrumentos musicales: cuatro, maracas, tambor, marímbola y charrasca. Desde la edad de 5 años se iba con Cantores de La Sierra y sus inicios fueron en las maracas. En diciembre principalmente recorrían las calles de Curazaito y sectores aledaños, llevaban consigo un Niño Jesús y al llegar a las casas decían lo siguiente: - “Dios en esta casa”… y contestaban los presentes -“Y Usted con él”. Esto daba pie para iniciar el toque y los cantos, parrandas o aguinal-

Carmen Teodora Zarraga A. (93 años)

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dos, seguidos de unas monedas que daban al fondo del cuatro, también se aceptaba algún brindis o pasapalo. -Otra de las tradiciones en Curazaito era el Velorio de Angelito. Cecilio Hernández colaboraba regalando la urna; él mismo la fabricaba, pero con la condición de que le dejaran cantar al Angelito. -En cuanto al entorno cultural actual que presenta el Barrio, Goyo expresa que “han surgido muchos valores, sobre todo en la música, agrupaciones como la de Minerva, Doris, Efrén y Endry.” Goyo Parranda dirige la agrupación Tambor Caquetío, conformado por sus hijos, hijas, nietos y sobrinos. Igual son cultores del tambor coriano. Reafirma que Olga Camacho fue su Maestra, y a ella le debe mucho. No canta a los muertos, pero actualmente fabrica urnas para regalar, aprendió con su papá y siempre está presto a ayudar. Días atrás elaboró una cruz, con palos y tablas que tienen más de 100 años, los encontró en una de las casas derrumbadas en el centro de la ciudad Santa Ana de Coro. Dicha cruz la donó al Parcelamiento Cruz Verde, para honrar el nombre del sector, y está ubicada en la Calle Benedicto García. Actualmente Gollo se dedica a enseñar a sus nietos y vecinos la ejecución de instrumentos musicales, con el objetivo de mantener vivo el tambor coriano, el sentido de pertenencia y la identidad musical falconiana. Gerónimo Antonio Chirino Laguna Tiene 62 años de edad. Es hijo de los ciudadanos ya difuntos Gerónimo Chirino y María del Pilar Laguna de Chirino. Actualmente es jubilado de PDVSA. Haciendo un recuento de su niñez en este Barrio, nos relaciona los recuerdos de sus vivencias aquí? Este ciudadano comenta que recuerda a Curazaito sin delincuencia, con la gente haciendo mucho deporte, sobre todo apoyados por Mano Peche. En el interior del hos-


pital había una cancha de basket ball, a la cual iban todos los días los muchachos del sector, y si el profesor no asistía igual ellos practicaban solos. También en sus recuerdos está la Calle Santa Rosa, con la mayoría de sus casas fabricadas en barro, con techo de torta, las cuales tumbaron alrededor del año 66 para construir la avenida y el Hospital General. Con respecto a las fiestas, dice que eran sanas, se bailaba hasta el amanecer; igual se disfrutaba de las amistades con sinceridad, los vecinos compartían la comida, existía el apoyo mutuo. Otro de sus recuerdos es el autobús azul manejado por un señor apodado Pote e´ Quaker, ya que era de baja estatura y gordito, y lo asemejaban al pote de avena de antes. Además del bus también existió una línea de taxis llamada Taxi Servicio, eran vehículos de color blanco con la capota negra, propiedad del reconocido locutor y comerciante Pepe Lupe Jordán Polanco, y que tenían parada permanente frente a la entrada principal del Hospital General de Coro, para la época. Humberto Marín Tiene 59 años de edad. Es habitante de la Calle Progreso. En el vecindario es conocido como Beto, y casi todas las tardes comparte con otros vecinos, fresqueando la tarde, comentando los acontecimientos del día. Beto dice que “Vivíamos sin lujo, pero felices”, uno se inventaba para los juguetes, con potes y palos elaboraban perinolas y no faltaban las metras. Recuerda que su mamá le comenta acerca de un señor llamado Chucho Pineda que era sastre, junto con los Estévez y los Guanipa. Chucho buscó trabajo cuando se inició la construcción del Hospital General de Coro, pero no acostumbrado al trabajo duro de pico y pala le dio un ataque y no volvió más para la obra. Beto se desempeña como ayudante de sonido e instalación del mismo, en una reconocida empresa de la ciudad.

Reynaldo José Marín (Quio) Tiene 55 años de edad. Es albañil y utility. Siempre ha vivido en Curazaíto. Recuerda que de niño la música que más se escuchaba era tocada por el Señor Cecilio Hernández y sus acompañantes, interpretaban décimas, merengues, parrandas al son de violín, maracas, cuatro, tambora, marímbola y guitarra. La marímbola era fabricada por “Chaco” Hernández y “Pipo la icotea”; se acuerda que varios muchachos se iban a casa de Cecilio “a entrepitiar”, a ver como elaboraban el instrumento mencionado. Entre esos episodios que le tocó presenciar, recuerda cuando murió Román Arcaya, lo compusieron sus compañeros (Cecilio, Félix y Chaco) con estopa y cal, el muerto duró 3 días en el velorio, sin descomponerse y los demás aprovecharon para darle duro a la tambora, cantar, tocar y darle también a los tragos. Quío conoce varios oficios, albañil, electricista, mandadero, por eso se autodenomina utility. Carlos Suarce (Cananguita) Tiene 62 años de edad. Es utility. Carlos igualmente rememora el Curazaito de antes, casas de barro

y música coriana, pero también guarda muy buenos recuerdos de cuando llegó la Salsa al Barrio… “ Por los años 60 se empezó a escuchar la Salsa, venían los caraqueños con sus radiesotes, se ponían en las esquinas a escuchar, bailar y beber, entre los que se puede contar a Juan y Catalino Colina, Ever Pérez, Tico el Oso, Lao”. En sus comentarios nos dice que la Salsa opacó la música nuestra. Uno de los aspectos más importantes que mantiene el Barrio Curazaito es la convivencia, aún persiste. Por las tardes se reúne con algunos vecinos y comentan lo bueno y lo malo que ha acontecido, pero siguen siendo buenos vecinos. Cananguita realiza trabajos de albañilería, entre otros. Hender José Medina (El Negro) Tiene 55 años de edad. Es deportista y docente ¿Existía la cultura deportiva en Curazaito? “Si, había mejor deporte, lamentablemente ha decaído”. Mi papá Fay Medina era el Director del Club Curazaito, este Barrio en boxeo y ciclismo fue muy bueno, Curazaito fue un Cuba Pequeño”. Con estas palabras inicia el Negro su relato. Los deportistas de acá fueron reconocidos, entre los cuales tenemos

Susana Y Maria, del Restaurante Divino Niño

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a Francisco Bello, Canuto Meléndez, Tico y Cheo Vargas, Richinai, Innal Faneite (Canelita), Manuel Granadillo, Regino Cotis, Eustacio Medina (Tacho), Juan La Cabra, Willian Rivero, Pecho é tabla, Vitico Pimentel, Saúl Caraota y muchos más. También refiere Hender Medina acerca de la actividad bodeguera del Barrio, se conseguía de todo y teníamos bodegueros honrados como Antenor Chirino, Jorge Laguna, Antonio Polanco, Juana Morillo y Gollo Álvarez. Entre los recuerdos referentes a músicos menciona a Rito, quien era compositor, salvero y rezandero. En una oportunidad lo fueron a buscar para rezar en un velorio y dijo: “bueno, lo rezaré cantaito por que yo lo que ando es parrandeando”. Hender “el Negro” se encuentra en su casa, en período de recuperación después de un ACV.

Miguel Davalillo. (Neno) 49 años. Nació en Coro. Es Artesano de la madera. Nació en la sede del IVSS, en Coro, y se crió en el Barrio Curazaito. -Comenta que su niñez fue buenísima, practicaba varios deportes y representó a Falcón en 6 disciplinas, entre ellas Marathon y Beisbol; participó en 5 juegos nacionales Infantil, Pre-junior, Junior y Juvenil de Beisbol. -Es Artesano de la madera, realizó el curso en el INCE en el año 1988, mientras cursaba estudios en el Liceo Coro. También trabaja construcción. -Como Artesano confiesa que “da satisfacción trabajar la madera”, por que hace lo que le cita su imaginación. La teoría la aprendió en el INCE y la práctica con el Señor Bracho, quien tenía una carpintería en la Calle Colombia, entre Calles Providencia y Democracia. -Le gusta Curazaíto por su alegría y

por que es un barrio salsero, también recuerda el Marathon que organizaba Millo Velarde para celebrar el Día de la Juventud y el día de las Madres, los hacía en la Calle Popular. -En cuanto al entorno cultural del sector, admite que actualmente se encuentra “algo apagado”, hace falta motivar a los jóvenes para que conozcan nuestra música y otros aspectos culturales. Aquí en la comunidad participábamos en carreras de sacos, furruco, metras, chavelito, perinola y muchos más. -Tuve buenas experiencias en el beisbol, lamentablemente cuando me vinieron a firmas para jugar con Aguilas del Zulia se me partió un brazo, y allí terminó mi carrera. En la actualidad Neno se dedica a trabajar la madera, está fabricando la cama para su hijo, también ejerce funciones dentro del C.C. “José Gregorio Chirino”. Las mujeres del Barrio Curazaito Todo barrio o sector mantiene una memoria en la que reposan diferentes hechos, objetos, personas, en sí, una historia local. En Curazaito las damas han desempeñado un importante rol en lo que ha sido el desenvolvimiento del Barrio, destacándose en diferentes actividades que identifican dicha historia local; damas que a través del tiempo continúan siendo el ícono que permite al individuo asociarse con la cotidianidad y la esencia del ser humano. Es por ello que se recuerda a bailadoras, rezanderas, enfermeras, deportistas, bebedoras y un sinfín de apelativos que engrandecen las vivencias del Barrio como tal. Curazaito ha tenido mujeres importantes, destacadas por su labor en la comunidad: Pancha Medina, Tala Noguera, Paz María, Octavia de Yuburí, Doris Depool, Doris Yuburí, y muchas más. Felipa Colina de Colina. Nacida el 05 de febrero de 1922, tiene actualmente 96 años. Doña Felipa es oriunda de San Hilario, estado Falcón. Llegó a Curazaito más o menos en la década

Hector Ortiz, innovado Curazaito con abastos nuevo

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del 40 y a los días se establece en el sector (sin el actual nombre para ese entonces). Le compra al señor Cunano las tierras donde pensaba levantar una casa. Cunano vendía tierras ajenas, legales o ilegales, y el terreno que le vendió a Doña Felipa era del Batallón Atanasio Girardot, por lo que se formó un problema cuando la señora empezó a construir su vivienda, pues intentaron en dos oportunidades tumbarla. Quien le llamó la atención un par de veces por su empeño de construir allí fue un militar (cuyo nombre no recuerda), que venía con la misión de disuadirla de su objetivo, y ella le dijo: “Yo no estoy aquí por necesidad, tengo dos vacas parías, que dan catorce litros de leche, y dos conucos, me trasladaron de San Hilario al Hospital Antonio Smith después del parto”; pero la suerte la ayudó ya que el militar se enamoró de una chica del sector, quien intercedió

para suavizar la situación y Doña Felipa pudo continuar con la construcción de su vivienda. Para ese mismo tiempo se decretó colocarle al sector el nombre de Barrio Curazaito, adquiriendo ya identidad legal. Felipa de Colina tuvo 10 hijos, 5 serranos y 5 nacidos en Coro; la partera era su mamá. No había agua ni luz en el barrio, sin embargo aprendió varios saberes populares a pesar de las carencias. Su mamá Pancha y el tío Beto fueron los tutores; aprendió bastante y le llamaban La Curandera. Una vez llegó una señora con su hijo que tenía 15 días con dolor de cabeza, y ella lo mejoró con sus jarabes. Entre sus saberes están: -Elaboración de reconstituyentes para hacer crecer y fortalecer el cabello, elaborado a base de plantas: concha de totumo, cola é caballo, romero, manzanilla y otros. -Cura de la culebrilla, con rezos y el yoko, erisipela con el uso del sapo.

-Depurativos y jarabes que contienen 25 plantas, para hacer parir a las mujeres. -Rezos para aliviar el mal de ojo. -Elaboración de jabones. -Echarle el agua a bebés. -Lectura de cartas. -Tejido de hamacas y capellada para alpargatas, las cuales vendían por docenas. Como una de las principales fundadoras del sector, la Señora Felipa conoce el desenvolvimiento cultural que tuvo Curazaito, por eso dice que se hacían rosarios de Cruz de Mayo, recuerda la música falconiana, salves, romances, estribillos, para carnaval unos fiestones de disfraces y para la festividad de la Virgen de La Candelaria se festejaba con rezos y se guardaba el día. Al igual que otros pobladores recuerda las bodegas más populares, la de Antenor Chirino y Juana Morillo, también comenta que los hombres eran albañiles y construían sus propias casas; otra de las actividades era la de recoger la basura, que estaba a cargo del Señor Vidal Vargas, quien usaba una carreta para ese destino. Actualmente la Señora Felipa no realiza la mayoría de las actividades a que estaba acostumbrada, se encuentra en casa bajo el cuidado de sus hijos. Celia de Marín. Nativa de la Sierra falconiana. 94 años. Celia es una dama precursora de la buena crianza de los hijos basándose en los valores transmitidos por la familia. Llegó de 25 años al Barrio Curazaito, venía de habitar en la Calle Nueva, junto con su esposo, el señor Eliseo. Vivió primeramente en una pequeña casa de barro, en la Calle Progreso, posteriormente, cuando empieza a crecer su familia, Eliseo construye una casa de bloque y cemento en el lugar donde funciona hoy la Secretaría de Salud. Allí permanecieron durante un año ya que pronto se iniciaron los trabajos para construcción del Hospital General de Coro. (A los vecinos que vivían en las calles inmediatas el

El popular Jumbo, 30 años con su cauchera de la calle Progreso.

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gobierno de esa fecha les compró sus viviendas). Adquirieron otro terreno y construyeron nuevamente, a los pocos años falleció el Señor Eliseo y la casa quedó a medio construir, sin embargo la Señora Celia no se detuvo por su viudez, empezó a trabajar como doméstica, en casas de familia y de esa manera ayudó a sus hijos a estudiar y aprender oficios que les ayudaran a salir adelante. -Nadie veía a mis muchachos en la calle, y mucho menos de noche. -La culpa de que los muchachos fallen muchas veces es de los padres, que no están pendientes, que no los recogen. -Ya yo hice bastante, crié mis muchachos. En las tardes me siento aquí en el frente de mi casa, a pasar mi rato. A sus 94 años Celia es una persona lúcida, de fácil conversación, ni siquiera le tiembla la voz al hablar. Recuerda la buena vida en el barrio, especialmente la unión familiar. Gloria María Molina Tiene 62 años de edad. Es docente en Educación Inicial. Gloria menciona el aspecto cultural con relación a la “música de antes”, que tuvo como representante a Cecilio Hernández, intérprete de música popular falconiana, “asistía sus rituales con esa música, velorios, rezos, novenarios y otros”. También comenta que Cecilio era un hombre servicial, siempre dispuesto a la ayuda para el vecino, sobre todo en situaciones dolorosas, mantenía una urna reservada. Otro aspecto que resalta es la celebración de los carnavales, se elegían reinas juveniles e infantiles y la fiesta se celebraba en casa de la Sra. Altagracia, calle La Verdad arriba, quien tenía un megáfono instalado sobre la puerta de entrada de la casa, y de él se servía para invitar a la barriada; durante la fiesta se veían carrozas, caravanas, confituras, adornos y disfraces. Con respecto al boom de la Salsa en el sector, recuerda una fiesta que hubo en casa de la familia Borges, estaba Toño Molina (+) con

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la Orquesta Comanpoli. Igualmente refiere la visita de Doña Menca de Leoni a la Plaza el Tenis (actualmente Plaza Los Mártires). También habla del Maratón de Baile que se organizó en la comunidad, bailaron varias parejas y el espectáculo duró tres días, resultando ganadores Beto Canilla y Vestalia. Gloria puede decir con orgullo que en 1981 cuando Un Solo Pueblo vino a Coro cantó con ellos e hicieron muy buenas relaciones; esta visita se realizó con motivo de haber acompañado el grupo el día anterior al Cantor del Pueblo Alí Primera durante la realización de la Canción Necesaria en defensa del Cerro Galicia. Mayra Josefina Pineda de Romero. Tiene 49 años de edad. Nació en María Díaz, en la Sierra de Falcón. Mayra, vecina del Barrio Curazaito, se dedica, conjuntamente con su familia, a la reparación, compra y venta de computadoras y sus repuestos. Se inició en diciembre de 1990, al principio vendiendo, su primer cliente fue la UNEFM, y de allí salieron otros clientes. -Aprendí “Echando a perder”, con software, manuales, al comprar los equipos nos regalaban manuales y programas, así aprendí. -Aquí se repara de todo, televisores, teléfonos, se hace software, se instala internet y redes, cámaras de seguridad y todo en telecomunicaciones. -El desarrollo de esta empresa, R&R, es una bendición, nos envuelve el día a día, da satisfacción ayudar a clientes a recuperar información que creen perdida, discos duro dañados. -El Barrio nos ha aceptado, aquí tenemos mayoría de clientes y también han aprendido muchos a trabajar con nosotros, en esta área; y de eso comemos, gracias a Dios, todos los días hay trabajo. Algunas personas dependen de trabajar en un computador, si le pasa algo lo traen a reparar y eso es un ingreso, levantamos a los seis hijos y ahora ayudamos a los nietos. Ha conocido a mucha gente por medio de su trabajo, quienes han

traído a otras personas, ahora tiene amigos de amigos. Su mensaje especialmente para las mujeres: “Hay que luchar, la vida no es fácil, quien trabaja con fuerza y esperanza, logra mucho”. ◙ Diario La Mañana. Columna: El Curazaito de Ayer. Martes, 03 de Junio de 2010. Artículo: Curazaito, el mejor barrio de Coro Autor: Mario Aular Chirinos Diario La Mañana. Columna: El Curazaito de Ayer. Martes, 19 de Julio de 2011. Artículo: El Bautizo de las Muñecas Autor: Mario Aular Chirinos Diario La Mañana. Columna: El Curazaito de Ayer. Martes, 22 de Julio de 2011 Artículo: El Ritual del Velorio Autor: Mario Aular Chirinos Diario La Mañana. Columna: El Curazaito de Ayer. Martes, 12 de febrero de 2013 Artículo: La Cueva del Humo Autor: Mario Aular Chirinos

Fuentes Orales: • Carlos Suarce (Cananguita) C a lle Progreso •

Celia de Marín. Calle Progreso.

Héctor Zavala Thielen Calle Progreso.

Hender José Medina (El Negro) Calle Popular

Humberto Marín Calle Progreso

Janeth Medina.(Mami). Calle Popular.

José Gregorio Rodríguez (Gollo Parranda). Calle Progreso

José Solís. Promotor Cultural. Calle Colombia.

Miguel Davalillo. (Neno) Cultor Popular. Calle Proyecto.


Entrevista con el poeta Dario Medina

“En la vida, el primer asombrado soy yo” María Elvira Gómez

P

or razones familiares, Darío Medina se fue para la Argentina en diciembre de 2019. Ello motivó que Maylen Sosa, Fernando Acosta y mi persona le hiciéramos una entrevista en la ciudad de Punto Fijo para desandar sus pasos y conocer de viva voz algunos pasajes de la vida y obra de nuestro querido amigo. De esa entrevista, tomé algunos aspectos y los combiné con lecturas de sus obras y la experiencia de conocerlo por más de treinta años para realizar este escrito. MEG—¿Dónde y cuándo naciste? DM—Nací en Coro en 1952, pero me críe en Cabure. Cuando nací, era muy débil y flaquito y dijeron que no me iba a salvar. Mi padre decidió entonces que me llevarían a Cabure para enterrarme en la sierra. Allá, el doctor dijo: “este muchacho lo que tiene es hambre”. Me recuperé y pasé toda mi infancia y parte de mi adolescencia allá, entre la neblina. MEG—Darío, en este punto recuerdo tu poema “Árboles”, porque me hace evocar a Cabure. Árboles Por la noche soltaban sus peces en aquel enorme acuario de humo La neblina Yo los oía desnudarse Quedarse en los puros huesos Los sentía a eso de las cinco recoger sus hojas Crepitar en las primeras lumbres Eran ellos Orumos

Pardillos Araguanes Cuerpos erguidos saliendo de la noche Poblando la mirada El séptimo día MEG—¿Cómo transcurrió ese tiempo en Cabure? DM—En medio de contradicciones: mi madre, una mujer muy religiosa y sumisa; y mi padre, un señor emplumado, un gallo más. No podía entender la actitud de mi madre, Rosario, siempre sometida a mi padre, sobre todo cuando él tomaba. Mis hermanos también se le sometían. Yo me rebelaba, me le escapaba, e incluso me burlaba de él, como lo hace el venado de piedra del cazador. MEG—¿Te sentías entonces, identificado con ese mito de la sierra falconiana, donde el venado se burla del cazador convirtiéndose en piedra? DM—Completamente. Me sentía

muy confundido y ello me llevó a buscar los libros para ver si lograba encontrar respuestas a lo que sentía. MEG—Para escribir tus crónicas, adoptaste el nombre de tu abuelo, Valoís Leal, ¿eso por qué?-- En efecto, mi abuelo materno se llamaba Valoís Leal, era de San Luis y era músico, tocaba trompeta. Él improvisaba versos irónicos para responder en las conversaciones cotidianas. De ahí, creo que surgió la ironía en mí; y de los Medina me viene la sonrisa, la zanganería… MEG—¿Cuándo dejaste Cabure? DM—Cuando comencé el bachillerato. Me vine a Coro y estudié en el Pedro Curiel Ramírez. Allí me gradué de Bachiller Comercial. Luego viajé a Maracaibo donde estudié Letras en la Universidad del Zulia. MEG—¿Cuándo comenzaste a escribir y por qué?-- Desde muy joven sentí que a través de la

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escritura podría entender lo que me pasaba. Siempre he escrito muchas notas en cuadernos. Escribir, escribir y escribir para sacar lo que está dentro de mí y verlo en esas notas. Es una forma de vivir y ya lo viví. Esas notas siempre han sido para mí, son una cuestión personal. La publicación es otra cosa. En esos cuadernos fui implacable con autores a quienes incluso admiro. De esas notas, después he publicado algunos textos. MEG—¿La escritura te ha servido de catarsis? DM—Sí, es como una depuración. MEG—El epigrama tiene un espacio relevante en tu obra. ¿Tal vez pudiéramos decir que fue la mejor vía que encontraste para dar salida a tus tempranas inquietudes metafísicas por una parte, y por la otra, a tu actitud satírica ante la vida? DM—Es así. MEG—Recuerdo este epigrama tuyo: No se puede creer En lo que no existe Sólo Dios desde luego es la excepción —Y este otro: Me halagas; no para que te escriba un epigrama… Para que no lo haga MEG—Detengámonos un poco en este punto para hurgar en tu afición por el epigrama. En Venado de Piedra tu citas a Ambrose Bierce en su “Diccionario del Diablo” donde define al Epigrama: “Dicho breve y agudo, en prosa o en verso, que a menudo se caracteriza por su acrimonia y a veces por su sabiduría”. Te he escuchado decir que desde pequeño te sentías “un poco malasangrito”. Tal vez por eso el epigrama te resultó una forma muy acorde para tu expresión. DM—Con el epigrama pasa algo: uno no se propone escribirlo, sino

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que sucede. Por ejemplo: Si la vida es, qué no puede ser. DM—Es la vida, un asombro para mí, el primer asombrado soy yo, y después, a otras personas puede decirle algo también. MEG—Algo que me ha llamado mucho la atención en tus libros Venado de Piedra y De Asombro Iluminado es la casi infinita cantidad de autores que has leído y con los que has interactuado con una actitud, si se quiere, irreverente. DM—Es un diálogo. Hay una actitud que no es irreverente. Simplemente, les exijo que me convenzan, así sea Platón. MEG—Es un diálogo de tú a tú con esos gigantes de la cultura (Epicuro, Cervantes, Nietzsche, Virginia Woolf, Kafka, García Bacca, Borges, Jorge Guillen, Unamuno, Alfonso Reyes…). Has interactuado con tus amigos y muchos autores del ámbito regional, nacional e internacional. También con los grandes de la música clásica, siempre buscando ahondar en la naturaleza humana y sus misterios. MEG—Veamos otro aspecto, la reescritura infinita forma parte de ti, ¿eterno retorno o espiral? DM—Sin duda alguna, espiral. Es volver sobre lo mismo, pero para ir a otra instancia más elevada de comprensión y de expresión. MEG—En Venado de Piedra, que escribiste entre 1996 y 2016 hiciste la reescritura de toda tu poesía previa, es una obra totalizadora. Los cambios de tu vida, de tus lecturas y de tu obra podemos verlos allí en sus cuatro movimientos: Acuario de Humo, Epigramas, De Dios, De la Vida. DM—Venado de Piedra es la metamorfosis de mi vida y mi escritura y —por qué no— plenitud. MEG—Recuerdo que hablabas mucho de Borges, ¿qué fue lo que más te acercó a él? DM—Con Borges he tenido cierta distancia por su manera de ver la

vida. Estoy más cerca de Jorge Guillén. Jorge Guillén celebra la vida. Creo que es el poeta más grande. Me ha tocado sufrir, pero Jorge Guillén me ha dicho que la vida es implacable, pase lo que pase, la vida sigue haciendo porque no deja de ser. El malasangrito todavía existe en mí…, pero hay un profundo agradecimiento a la vida. DM—Es la vida, un asombro para mí, el primer asombrado soy yo, y después, a otras personas puede decirle algo también. MEG—Algo que me ha llamado mucho la atención en tus libros Venado de Piedra y De Asombro Iluminado es la casi infinita cantidad de autores que has leído y con los que has interactuado con una actitud, si se quiere, irreverente. DM—Es un diálogo. Hay una actitud que no es irreverente. Simplemente, les exijo que me convenzan, así sea Platón. MEG—Es un diálogo de tú a tú con esos gigantes de la cultura (Epicuro, Cervantes, Nietzsche, Virginia Woolf, Kafka, García Bacca, Borges, Jorge Guillen, Unamuno, Alfonso Reyes…). Has interactuado con tus amigos y muchos autores del ámbito regional, nacional e internacional. También con los grandes de la música clásica, siempre buscando ahondar en la naturaleza humana y sus misterios. MEG—Veamos otro aspecto, la reescritura infinita forma parte de ti, ¿eterno retorno o espiral? DM—Sin duda alguna, espiral. Es volver sobre lo mismo, pero para ir a otra instancia más elevada de comprensión y de expresión. MEG—En Venado de Piedra, que escribiste entre 1996 y 2016 hiciste la reescritura de toda tu poesía previa, es una obra totalizadora. Los cambios de tu vida, de tus lecturas y de tu obra podemos verlos allí en sus cuatro movimientos: Acuario de Humo, Epigramas, De Dios, De la Vida.


DM—Venado de Piedra es la metamorfosis de mi vida y mi escritura y —por qué no— plenitud. MEG—Recuerdo que hablabas mucho de Borges, ¿qué fue lo que más te acercó a él? DM—Con Borges he tenido cierta distancia por su manera de ver la vida. Estoy más cerca de Jorge Guillén. Jorge Guillén celebra la vida. Creo que es el poeta más grande. Me ha tocado sufrir, pero Jorge Guillén me ha dicho que la vida es implacable, pase lo que pase, la vida sigue haciendo porque no deja de ser. El malasangrito todavía existe en mí…, pero hay un profundo agradecimiento a la vida. MEG.—Y eso es lo que muestras en De Asombro Iluminado, tu último libro, que concluyes así: Asombro iluminado. ‘Aire nuestro’ que en el cosmos respira. El gran sí, La Vida. MEG.—Creo que Asombro Iluminado es poesía del hombre que se busca en la complejidad de su ser, con la duda perenne que mueve al filósofo, la certeza que alcanza el teólogo y la expresión del sentimiento que encarna la poesía. Veo que el filósofo García Bacca te marcó en este libro y a través del diálogo con muchos autores, vas depurando una

convicción: el sí a la vida en el aquí y el ahora. En otro orden de ideas, tengo una curiosidad con respecto a los epigramas de 7 palabras, ¿cómo llegaste a ellos, Darío? DM.—Dicen que en la cruz, Cristo dijo 7 palabras; y un día, tratando yo de ironizar, escribí un epigrama de 7 palabras, y desde entonces, con frecuencia vienen a mi mente epigramas que tienen 7 palabras. MEG.—De ser así, creo que lo podemos considerar como un hallazgo de tu escritura. DM.—Hay otro aspecto de tu vida que me gustaría abordar. Se trata de tu desempeño en el área laboral, tanto en el Instituto de Cultura del Estado Falcón (INCUDEF), como en la Dirección de Cultura de la Universidad Francisco de Miranda. En ambas instituciones tuviste una actuación destacada como gerente. DM.—Un gerente es el que le da paso a lo que está bien y esto no es fácil. Las cosas van mal cuando no eres complaciente. Hay que armarse de valor y coraje, además de sentido estético. MEG.—Y de sentido ético también. Los años de gestión cultural te deben haber inspirado muchos epigramas. DM.—Efectivamente… MEG.—En el INCUDEF destacó

la Colección de Libros Blancos, donde muchos autores vieron la luz, pintores como Nicasio Duno, Emiro Lobo, Roberto Chirinos, Wilmer Gutiérrez y muchos otros fueron respaldados, así como el fotógrafo Fernando Acosta. DM.—Tuve la suerte de que el Conac estaba funcionando muy bien a nivel central. José Antonio Abreu desarrolló una excelente gestión y me apoyó mucho. MEG.—En la UNEFM, siendo rectora,me sentí muy satisfecha con tu trabajo. Se dio como una especie de renacimiento: la música en diferentes manifestaciones, la danza y la poesía fueron impulsadas, y se realizaron publicaciones de libros altamente novedosos en el ámbito científico. Destacaron el libro de Entomología del profesor Rodolfo Bastidas, primer libro de entomología que se publicaba en Latinoamérica, el libro de cocina del maestro Chento Cuervo y Tesoros Paleontológicos de Venezuela del profesor Orangel Aguilera. DM.—Algo que tuve presente fue que si no sabía algo me asesoraba. MEG.—Y, finalmente, Cabure, Maracaibo, Coro, han sido escenarios de tu vida. Ahora lo será Argentina. ¿Cómo te sientes, Darío, ante el hecho inminente de vivir en los espacios que cobijaron a Borges? DM.—También viví en San Cristóbal donde me sentí muy bien. Yo sé que me voy por razones familiares, pero no sé qué va a pasar. MEG.—De seguro te va a ir muy bien. Dios te acompañe. Nota: de las obras de Darío Medina, las siguientes fueron publicadas en físico: Neblina y Otros Cuerpos (1987), Crónicas de Valois (1988), Cuentos y demás Crónicas (1991), Sombra Gastada del Verbo (1991), Acción de Gracias (1994), El sol de barro de la casa del sol (1994). Venado de Piedra (2016) fue publicado en forma digital y se puede bajar de su página web (www. dariomedina.com.ve) y De Asombro iluminado puede ser obtenido a través del mismo Darío por su correo electrónico: deepigramasdm@gmail.com . ◙

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Música

Chabuca Granda,100 años de la grande de América Héctor Camacho Aular

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os hechos han demostrado que la fuerza creativa de un músico popular permanece celosamente guardada en el arca emocional de su alma. De allí que no es de extrañar, que tarde o temprano, vayan apareciendo en su fluido mental múltiples propuestas que solo él puede seleccionar, con acierto, a la hora de componer una naciente canción. También es de aclarar que no todos ellos tienen la vena y el talento para llegar a la cima de la inmortalidad musical gracias a sus

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creaciones. Dentro de estos personajes privilegiados figura la centenaria cantautora peruana Chabuca Granda, quién nació en el asentamiento minero de Cotabambas, Apurinac (Perú), el 3 de septiembre de 1920 y fue bautizada en la capital del `país, en la Iglesia de los Huérfanos de Lima, con el nombre de María Isabel Granda Larco. Sus dotes musicales comenzaron a manifestarse desde muy temprana edad.

Con el correr del tiempo, forma parte del dúo Luz y Sombra, en compañía de Pilar Mujica Álvarez Calderón, en el año de 1937. Más adelante, en 1948, resulta triunfadora en el concurso musical organizado por la municipalidad del Rímac, con el tema Lima de veras. En la década siguiente, el 21 de julio de 1950, estrena su vals criollo La flor de la canela, en honor a “Victoria Angulo, distinguida señora de raza negra, madrina de la primera cuadrilla de cargadores de las andas del Señor de los Milagros,


guardiana exquisita de nuestras buenas costumbres y tradiciones…”, según lo confesara la propia Chabuca. Tres años después, Los Chamas realizan la primera grabación de éste histórico vals, posteriormente dicha pieza sería grabada por la propia autora así como también por varios intérpretes de fama mundial. Chabuca Granda en su rol de cantautora alcanzó a grabar varios discos larga duración, entre ellos: Dialogando (Odeón del Perú, 1967), Voz y vena de Chabuca Granda (SonoRadio, 1968), Chabuca canta a Chabuca Granda (CEM, 1969), Grande de América (RCA Internacional, 1973), Paso de vencedores (SonoRadio, 1974), Tarimba negra (Moviephy, 1978), Cada canción con su razón (EMI, 1981)… y otros más. En el inventario musical de su trabajo como compositora resaltan muchos valses criollos inspirados en aquella Lima de comienzos del siglo XX, rodeada de enormes casonas con vistosos jardines internos y protegidas con enormes portones de madera tallada. En sus creaciones hay

también temas con sonido afrolimeño. Entre sus composiciones más recordadas figuran : Fina estampa, Callecita escondida, Zaguán, El surco, Una larga noche, José Antonio, Coplas a San Martín, María Sueños, Puente de los suspiros, María Landó, En la margen opuesta, Zeñò Manuè, Donde estás Adelita, Cardo o ceniza, La herida oscura, Canterurìa, El Hoyito, El fusil del poeta es una rosa, Toro mata, Pobre voz, La torre de marfil, Ese arar en el mar, Bello durmiente, Martín y su mula, Otro siglo de sueño, Amor viajero, Altas sierras, Gracia, El gallo camarón, El poeta loco, Silencio para ser cantado, Agnus Dei, El dueño ausente, Lando, Mañana will be tomorrow y otras más. A lo antes expuesto, habría que añadir alrededor de 600 canciones de Chabuca que aún no han sido grabadas y permanecen inéditas, según lo testificara su hija Teresa Fuller Granda. Chabuca Granda con su atrevido estilo para componer logró, con éxito, revitalizar las andanzas del vals criollo peruano. Sus osadas letras no dudaron nunca en compaginarse sabiamente con

los espacios melódicos que le ofrecía su imaginación. Hoy en día, su música forma parte del codiciado Patrimonio Musical Latinoamericano. Nuestra grande de América, fallece en Miami, Florida el 8 de marzo de 1983. ◙

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Poesía

Así la poesía Miguel Márquez

Hay algo más claro que el deseo de ser libre: El escribir lo que pasa o nos ocurre sin velos Ni distancias oscuras, apegado a las preguntas Que permanecen encendidas día tras día, apegado: Al enredo emocional que nos impulsa Sin ápice de tregua cada vez que despertamos, A la valentía para entender que fuimos lo que somos, Un dolor que ya no es joven pero que no envejece, La memoria afectiva como sustrato del génesis, Las pasiones que te han desgastado y te desgastan Por andar tras ellas con una linterna en la mano, El misterio invicto de estar vivos cada amanecer, Las conjeturas que tejes como manera de pensar Para estar entre las cosas con el hilo y la aguja, Los cuadernos donde trazas hipótesis y sientes Que lo que dejas al margen es lo que importa, El vivir tratando de atrapar las imágenes justas, La decepción que sufres al terminar un poema, El tremendo trabajo para dar por fin contigo, El humo que te contempla sobre el escritorio Al intentar rostros que te aproximen al corazón, Al vértigo de tu parentesco con las paredes rotas, La paciencia para seguir ensayando perfiles Y una profusa red de filamentos esenciales, La escritura que lleve en la tinta los labios bellos Que mordiste o quisiste hacerlos tuyos, El sanatorio donde convives con gente de fiar, El arpón del oficio para andar erecto en el mundo, Las mentiras que utilizas para disfrazar agresiones, El campo donde quisieras dormir por años y años, La rebeldía para andar por los bosques tupidos de la vida, Las ganas de componer canciones que atiendan A cada una de las partes y las seduzcan para tomar partido, El desafío para estar metido en las contradicciones Con la resuelta convicción de que es posible ir juntos, El afán de entender y de estudiar y de saber y defender Que todo puede ser distinto y la verdad celestial no existe, Las frases que debería decir alguien como tú al considerar El valor testimonial de la experiencia como algo supremo, El verso como un resumen y el ritmo como una metáfora, La flecha musical de las ideas y las ecuaciones sonoras, La interpretación aguda de los signos de la inmediatez En el laboratorio sensorial de un pintor matemático,

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Las heridas de la memoria y las pieles húmedas del tiempo, Los errores que forman parte de tus huellas dactilares Y en ellos a los que conservas con esmero y predilección, La alegría de hablar sin vigilantes ni carceleros, La dicha del entusiasmo que te baña los ojos igual que ayer: Cuando viste aquel mandala en la grafía profunda de los colores, La rabia ante las pequeñeces que abruman con insectos, Las miradas terribles de quienes quisieran matarnos, El sudor aceitoso que lleva la envidia en la cara, La psicología adquirida en el eterno retorno Que nada puede contra el estupor y el estupro, La errancia insólita de los astros en las arenas del cielo, El desprendimiento y la generosidad como prendas Sin cuyo brillo la opacidad gobernaría a su antojo, La risa y el humor como un par de ases perfectos, La plenitud ritual de los licores y la celebración del instante, La contemplación abismada y la sabiduría de los sentidos, La curiosidad de un jugador al buscar los naipes afortunados, El poderoso e insatisfecho anhelo de apagar las luces del barco, De aquietarnos en una gélida dimensión del horizonte infinito, La maldad que necesitas para escribir un verdadero diario, Las aclaratorias de las que eres responsable y te duelen Todavía porque a lo mejor si otra hubiera sido la cuestión, La rivalidad inevitable porque también somos animales, Lo que no hiciste cuando debías por temor o debilidad, Aquello que lograste y solo muy pocos lo advierten, El sufrimiento enciclopédico que has ido coleccionado, La facilidad proverbial para las lágrimas y el disimulo, Las peleas que cazaste a muy temprana edad, Las vergüenzas donde reparaste con náusea, La exaltación que pone los acentos más altos, Las ganas de vivir con los instintos claros y despiertos, Las temperaturas subterráneas que ascienden a la piel Al entrar en contacto con un desorden magnífico, La atracción la rotación y el cosmos de la abundancia, Los árboles que se hunden en la noche y penetran la tierra. La admiración por quienes han alcanzado el tono lúgubre O jubiloso o cínico de su inspiración intransferible. Se trata de aquellos que entroncan la sed con las ramas, Las manos con la respiración de los comediantes, La fiebre con una trascendencia que poco a poco se desnuda Y de mendiga que está reparte su elocuencia y sus manjares, La musicalidad en cada frase del espíritu y la carne de las estrellas, Los colores con las presencias nobles del alma o las paletas Violentas del sarcasmo y las retaliaciones, La nostalgia con una muchacha drogada y hermosa que habla De tú a tú con el futuro y sabe que su riqueza es interior, La soledad con un bar viejo donde alguien borracho está más solo Que aquel amor remoto en el universo espectral del abandono, Las caricias con un seno muy joven que se tensa al tacto y a las caricias, El jadeo del sexo al sentirla abierta y palpable en una estampa inolvidable, La ira con aforismos incandescentes y meteoritos rojos por la impugnación, El amor con muchas formas del pasado en un piano de cola loco y solitario, La alegría con cantidad de seres que viven en el aire y brillan y respiran,

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La tristeza con ese hombre que va de espaldas al mar sin dirección alguna, La venganza con una ristra de trapos sucios que alguien cuenta y espera, La mezquindad ruin con una mujer avara que murió en una novela rusa, El asombro con un capitán misterioso que lanzó sus ojos radiantes al agua, La religiosidad con una prostituta que ama el sol diurno de su sacramento, La creación con un sentimiento de malestar que precede a los poemas, El suicidio con una culebra picada en dos que todavía se mueve y enfurece, La enfermedad con una silla devorada por las ruinas inexorables. Algo entonces decía más claro que el deseo de ser libre: Lograr que la escritura adquiera ese poder de ser alguien más Entre los seres vivos, Una fuerza una fluidez una energía palpable y tangible Que alguien logró después de darle muchas vueltas al asunto, Después de pasar por el deslastre y atender a los signos que le pertenecían, Luego de ensayar con las sensaciones primordiales y con el tono y el ritmo En ese desafío inconcluso donde fue encontrando piezas y señales De algo que de algún modo le pertenecía y se mostraba en ocasiones Para abandonarlo de nuevo a su feroz y trabajosa orfebrería. Eso que leemos y leemos sin conocer las fuentes ni los nacientes Pero donde gozamos con sus aguas sus lagos sus ríos y sus mares, Donde escuchamos las voces y preguntas de una real anatomía Que todavía hace sentir su paso con un peso firme y humano, Donde vemos los dibujos que un viajero celoso dejó antes de partir, Allí en el entrecruce de las dudas con las palabras sollozantes, En el legendario andar y los encuentros con la luz y la sombra, Siempre a medio camino entre la satisfacción y el hastío, Entre las redes que sostienen a la materia mientras gira perfecta En un circuito admirable y los abismos de ir perdido hacia nadie, Entre la afinación y la neurosis o entre la piedra y la locura, Tal como un poeta sentado que deja abrir su cerebro por los alquimistas Y que ignora sus dones como tantos. Así la poesía.

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Narrativa

Relato de las Ánimas de Guasare Pedro Chirino

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n el año doce estaba yo en Pajarito, un puesto de resguardo que hacía de alcabala cerca de donde está hoy la capilla de las Ánimas de Guasare, en el camino hacia Paraguaná, porque no había en aquel entonces carretera, era solamente camino de burro y se iba bordeando entre la orilla del mar y el arenal, entre cujíes y playa limpia, sal, médanos y tunas. Era el paisaje que se visualizaba y una que otra casita para descansar, comer algo o beber en el viaje hacia la Península de Paraguaná. En ese entonces, me llegó una señora con dos muchachitos. Faustino Pulgar nos había dado un saco de arroz y un saco de caraota para socorrer a la gente que venía en éxodo, emigrando de toda Paraguaná; porque en ese año hubo una hambruna jamás conocida por el ser humano en la Península de Paraguaná. Faustino era el jefe de celadores del puesto de la alcabala. La señora demostraba en su esquelética figura la necesidad que estaba pasando, estaba flaquita. Al llegar, le paso una totuma de caraota con arroz, pero por tener varios días sin comer no puede tragar; entonces le digo: —Páseme las totumitas que trae para llenárselas de comida y les dé a sus muchachitos. Se las llené y se las di. Ella intenta comer otra vez pero no puede tragar; esto es como a las once del día. Luego ella se sale con su totumita de comida de la salita del puesto de resguardo y se sienta en la equina del lado arriba,

Santuario de Las Ánimas de Guasare, lugar ubicado en el istmo de la península.

pero el viento la tumbó. Salimos a verla y nos dimos cuenta que estaba muerta. ¿Muerta? ¡Muertecita! Yo estaba acompañado en aquel entonces por un señor de apellido Gamero, hijo del Doctor Medina. Él y yo hacíamos guardia en ese puesto de alcabala. Al ver que está muerta, la arrastro y la llevo para adentro y la pongo en la sala de la casa que hacía de alcabala. A Gamero no le gustó esta acción y me reclama airadamente: ¿Por qué yo había metido esa muerta para adentro? Tuvimos unas palabras por esto y le digo: —Oiga una cosa: ¡el mismo derecho que tú tienes aquí lo tengo yo! ¡Haz lo que quieras…!

En ese entonces, era Antolino Toledo, Cabo de Resguardo y Jefe de Salina. Después de discutir conmigo, Gamero se va para el sitio que llaman Paguarita. Paguarita está a la orilla del mar y tiene como bendición del cielo que a flor de tierra brota agua dulce y la sacan los burros escarbando con sus cascos, y también hay ahí un hato de ovejos. Después que se va Gamero me quedo solo y me llega una negra con una botella en las manos y me dice: —Regáleme esta botella de agua, que tengo mis hijos estroncaos, ahí alante, debajo de una matica. Se la lleno, se la doy y le digo: —Deme las totumitas que trae en

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Ilustración de las Ánimas de Guasare

el mapire para llenárselas de comida, para que le lleve de comer a sus hijos. Se va y cuando llega donde están sus hijos, los consigue muertos. De la primera mujer que llegó y murió me han quedado dos muchachitos; hembra y varón, que se han logrado salvar. Después llega un hombre flaquito que viene con hambre y me pide un poco de comida. Se la traigo y se la doy; intenta comer pero no puede tragar; me pide agua y le doy y bebe un poquito y después de esto sí pudo comer poco a poco, pero después de comer, ahí mismito murió. Luego me doy cuenta que ahí tengo como seis muertos. Después de esto me voy para que Manuel Felipe Higuera, que era el Comisario encargado de esos contornos y le participo que hay como seis muertos en la alcabala donde estoy y me dice: —No hombre, no se preocupe, yo vengo de enterrar ocho, ¡estoy cansado! Enterrálos como vos podás, hacé un hueco, les tapás la cara y le echás tierra o arena encima. Eso fue fatal, en el año doce la gente se moría por bastante. De regreso a la alcabala no consigo herramientas para hacer hueco alguno, lo que conseguí

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fue una azada con que rastrillábamos la salina; con eso hice la zanja y comencé a enterrarlos unos arriba de los otros, todos en una fosa común y los metí todos ahí. Comencé después a echarles tierra y arena y los enterré. Después de esto me traje a los muchachitos a la casa y se los entregué a mi mamá. A los dos meses Faustino Pulgar, que era Administrador de Salinas, me dice: —¿A vos como que te quedaron en esa mortandá que hubo, unos muchachitos? Le digo que sí. Él era casado pero no tenía hijos. —¿Por qué tú no me das esos muchachitos? Porque tú no vas a tener para educarlos. —Eso es con mamá, porque mamá es quien los tiene —le digo. Él fue y habló con mamá y mamá se los entregó. Pasó el tiempo y un día encuentro a Faustino Pulgar en Caracas; estaba de celador del cementerio después de ser un Jefe en Coro. El encuentro fue así: le digo al chofer del General Jurado: —Vamos hasta el cementerio. Y nos fuimos. Al llegar a la puerta veo un hombre delgado y alto y me digo mentalmente: ese hombre como que lo conozco yo. Por

curiosidad voy a verlo y lo saludo. —Mire señor, usté ha estado en otras épocas en Coro, ¿no? —Sí, yo estuve de Administrador de Salinas en Coro y ahora soy celador del cementerio aquí. Pero vale más ser celador del cementerio aquí en Caracas que Administrador de Salinas en Coro. Yo me eché a reír: —¡Ja, ja, ja! —¿Por qué me pregunta eso? —Porque yo estuve de celador con usted. Y dígame, ¿qué hizo con los muchachitos que le di en aquel entonces? —Esos son los que me mantienen actualmente. La hembra la casé con un abogado y el varón se casó con una millonaria y en estos momentos está en los Estados Unidos. Ellos desean conocerte porque yo les he hablado de ti; que tú los habías salvado y ellos querían ayudarte. Pero no tuve la oportunidad de conocerlos ya adultos, porque al regresarnos a ver a Jurado nos dice: —Vámonos ya para Coro. Y tuvimos que venirnos. Me dijo que ellos vivían en La Pastora y me invitó para su casa, pero me fue imposible irlos a visitar y no pude volver a verlos. ◙


Narrativa

El juego disparejo cuento e ilustraciones de Roberto

“Aquella confrontación tan repentina puso a prueba mis nervios. Por más que lo intentaba no lograba imaginarme como podría darse un encuentro tan disparejo” Dedicado a mi padre, Ángel Horacio Molinares, el héroe de esta historia.

Los Plateños nos recibieron con una banda musical. No estoy muy seguro, pero prefiero creer que ellos vestían como Brasil, de casaca amarilla y pantalón azul. En realidad ni siquiera puedo recordar el color de nuestro uniforme, me parece que era un azul desvaído y triste. El campo era un terreno seco, sin grama, un antiguo cementerio que aunque ahora se encontraba desprovisto de montículos, cruces y monumentos, conservaba en su seno los restos de antepasados y olvidados héroes de la guerra federal. El público, de pie, rodeaba el terreno sin gradas. Estoy seguro de que sobre el pecho teníamos el nombre del pueblo, de la escuela. Era un día despejado con un sol achicharrante. En medio de la algarabía sonó el silbato. Ambos equipos tardamos en acostumbrarnos a un balón impredecible por el terreno irregular y pedregoso. Uno de los nuestros, Guillo Tapia, estrenó sus zapatos poniendo en aprietos al guardavalla de Plato. Boñe, nuestro delantero estrella, husmeaba como un perro.

Todo estuvo muy parejo en el primer tiempo, con oportunidades de cada lado. Entre aplausos y música nos fuimos al descanso sin abrir el marcador. En la segunda parte se nos puso difícil la cosa. El Ñeca, nuestro portero, fue bombardeado, pero respondía con frialdad. El público aupaba con gritos a Plato, mientras nosotros ensayábamos veloces contragolpes. Pero quiso la suerte, cuando mejor jugaban los Plateños, dejar un rebote a los pies del Boñe. El nuestro, sin mucho brillo, con un indecoroso chute liquidó las aspiraciones de Plato. El balón entró dando tumbos de piedra en piedra como un conejo. El arquerito pataleaba de rabia mientras nosotros festejábamos. En tan solo un instante, el acogedor carácter del público cambió. El árbitro olvidó su imparcialidad y comenzó a pitar en nuestra

Molinares

contra. Aun así, el tiempo se acabó y tuvo que sentenciar el final sumando más descontento en la gente. El Público Pedía a gritos la revancha. Se armó una gran discusión. Nuestros delegados alegaban que sólo un empate podría dar oportunidad a la revancha. Habíamos ganado y punto. Salimos del terreno en medio de una silbatina. Parecía que estaban a punto de lincharnos. Llegamos al hospedaje aun burlándonos del arquerito de Plato, cuando nos detuvo el rostro severo del maestro Miguel. Las risas cesaron al instante. El maestro estaba de brazos cruzados y respiraba profundo. —La escuela de Plato no tiene derecho a revancha, pero nos han propuesto a la fuerza un juego con los alumnos de bachillerato. El Alcalde de Plato nos ha presionado.

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Un murmullo de desaprobación se levantó. El maestro hizo una pausa y pidió calma. Parecía estar a punto de llorar. Suspiró y agregó en tono de orden. — ¡Hay que ir al río a lavar los uniformes, debemos estar listos para mañana! La complementaria nos retaba para el día siguiente sin tiempo para reponernos. El partido se haría en horas de la mañana para aminorar el calor. Aquella confrontación tan repentina puso a prueba mis nervios. Por más que lo intentaba no lograba imaginarme como podría darse un encuentro tan disparejo. El amanecer nos alcanzó cansados y ojerosos. El maestro parecía haber sufrido pesadillas y estaba de un humor de perros. Mientras tomábamos el desayuno en silencio, sentí un pinchazo en las tripas. Es verdad que sentía miedo, pero me negaba a creer que aquel retortijón era resultado del temor. La hora avanzaba y nos fuimos a vestir con la seriedad de quien va a un funeral. Teníamos la tragedia pintada en la cara. Una hora antes del partido tuve que usar el baño varias veces y ya estando en camino al campo, debí desertar para internarme en los matorrales. Temía no poder jugar. Era preferible parecer cobarde que verme maculado en plena cancha.

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“Sólo nos faltaba Blanca Nieves. Éramos once enanos uniformados de un azul triste”

Desfilamos por el pueblo, pasamos por la plaza y la iglesia y enrumbamos hacia el viejo cementerio. El Maestro Miguel y el Subdirector José Santander iban delante. Las muchachas de la escuela femenina de Pedraza estaban con nosotros para apoyarnos. La gente nos saludaba y se unía en procesión. No pudiendo aguantar más, me confundí con el gentío en un leve descuido del maestro. Mi objetivo era llegar hasta una pequeña tienda de alimentos que había visto de camino al río. Avergonzado expliqué mi situación a la dueña del negocio. —Señora por favor, necesito limón y bicarbonato — Me sentía débil. Las piernas me fallaban. La doña puso frente a mí una sustancia burbujeante que prometía mantener intacto mi honor. Jaime Patiño, de diez años, uno de nuestros jugadores suplentes, me encontró cuando estaba yendo lo más rápido que podía hacia el campo de juego. — ¡El maestro Miguel está echando chispas! ¡Eres el capitán y el juego está retrasado por tu culpa! — El Maestro no quiso escuchar mis explicaciones. Al principio pensé que su molestia se debía a mi demora, luego comprendí.

El equipo de la complementaria ya estaba en cancha. Eran hombres, hombres hechos y derechos. Uno de ellos tenía la sombra de una barba recién rasurada. Sólo nos faltaba Blanca Nieves. Éramos once enanos uniformados de un azul triste. Hubo alarma, gritos, indignación, dimes y diretes. Las discusiones se alargaron hasta que por fin los delegados acordaron que podíamos apoyarnos con cuatro refuerzos para nivelar el duelo. Un negrito de Santa Marta y un barranquillero que estaban entre el público fueron convocados en nuestro apuro. Mi primo Juancho que había ido sólo a presenciar el duelo, gritó su entusiasmo cuando se enteró incluido. Por último, en vista del retraso y las presiones, el señor José Santander, nuestro Subdirector, otrora estrella del fútbol Pedrazero, se ofreció. Todos aplaudimos. Era el espaldarazo que necesitábamos. La escena daba risa. El subdirector saltó a la cancha dispuesto a jugar con pantalones largos, pero quién sabe de dónde, las mujeres de la escuela femenina sacaron unas tijeras y frente a todo el mundo cortaron el pantalón. Las mangas quedaron disparejas y cuando intentaban recortar de nuevo la más larga, el Subdirector José Santander espantó al enjambre de mujeres con un gesto brusco. El encuentro iba a darse y nadie podía decir que teníamos miedo. El voluminoso abdomen del Subdirector contrastaba con la delgadez de sus piernas, pero lo más gracioso eran sus relucientes zapatos de charol dispuestos a ser machacados. Tal vez tenía en la cara la determinación de otros tiempos, pero le temblaba un poco la quijada. En el pecho teníamos el letrero que rezaba “PEDRAZA” y cada letra me pesaba. La mano a la altura del corazón y el corazón a la altura de la boca. Las


piernas temblaban. Los esfínteres palpitaban de miedo. Cantamos el himno con voces desfallecientes. Sonó el silbato. No había tocado todavía el balón cuando ya me hallaba tirado en el suelo envuelto en una nube de polvo. El miedo inmediatamente desapareció. Dio paso a una rabia que me hizo olvidar la constante amenaza de la diarrea.

“¿Estrategia? No había estrategia. El planteamiento consistía seguir resistiendo y evitar un hueso roto”

Toda la primera parte nos mantuvimos a fuerza de reventar pelotas. Sólo cuando el Subdirector José Santander tocaba la bola, se producía alguna hilvanada de trascendencia de nuestra parte. El Subdirector jugaba sin el brillo de su juventud, prácticamente parado, pero trataba el balón con finura y estilo. Poseía un juego rastrero y preciosista. Los Plateños, tal vez por respeto, le dejaban, pero a nosotros nos daban duro. Combatíamos replegados para frenar la avalancha. El Ñeca defendía nuestro pórtico con heroísmo. Sus rodillas sangraban. Con las uñas se extraía piedritas de las heridas con precisión de cirujano. Nuestro equipo comenzó a presentar problemas. El negrito

de Santa Marta tenía grandes defectos, cuando cogía la bola no quería soltarla y además chutaba débil y desviado. El barranquillero corría como loco, parecía un toro al embestir, sin siquiera levantar la cabeza. Lo único bueno era que se daba leñazos fuertes con los de Plato. El Boñe, nuestro delantero estrella, autor del gol anotado ridículamente la jornada anterior, parecía totalmente disminuido. El temor no le dejaba accionar y era poco lo que aportaba. Nos vimos obligados a patear hacia el arco toda bola que tocáramos, pero nos faltaba fuerza el chut, a causa de la distancia desde donde lo hacíamos. En una de nuestras pocas llegadas el Subdirector me hizo un pase muy bueno. Logré eludir a dos y se la mandé a Rafael David que se había cambiado de banda. La mató con el pecho y metió un fuerte metrallazo. El arquero lo detuvo sin despeinarse. Rafael David trotó hasta mi lado, me agradeció el pase con una leve palmada y a manera de disculpa dijo. —Ese carajo es muy grande, la puerta le queda chica. — Y aunque podía parecer una excusa, simplemente era verdad. Contaban además con un rubio que jugaba con la clarividencia y genialidad que tienen algunos zurdos. Los pases del rubio, hacían más evidentes nuestras deficiencias, pero cuando fuimos al descanso comprendimos que no estábamos tan mal como imaginábamos. Habíamos logrado contenerlos durante cuarenta y cinco minutos y la gente nos aplaudía. Emocionados, llegamos a pensar en la posibilidad de marcar con un poco de suerte como el día anterior, pero inmediatamente descartamos esa remotísima posibilidad. Mientras refrescaba mi cabeza, presencié una extraña conferencia. El Director de la complemen-

taria le hizo señas al rubio para que se le acercara. Con el dedo índice le dio un golpe en la oreja como quien reprende a un niño. Yo estaba lo suficientemente cerca para escuchar. —Son buenos esos pelaos, ¡cuidado como nos echan una vaina! -El Rubio bajó la cabeza. —No se preocupe profe, esos carajitos no pueden con nosotros— Fue la única vez que lo escuché. El rubio pertenecía a esa clase de jugadores que cuando juegan, no hablan en cancha. Justo antes de reanudarse el partido, nos reunió el Subdirector para repasar la estrategia de juego. ¿Estrategia? No había estrategia. El planteamiento consistía seguir resistiendo y evitar un hueso roto. Nos gruñíamos los unos a los otros para darnos ánimo. Las mujeres de la escuela femenina agarraron a nuestro portero y le lavaron las heridas. Con tela sobrante del pantalón del Subdirector fabricaron vendas para sus rodillas. Dejaron a El Ñeca agarrotado en el pórtico. El rubio, a quién apodamos “El Mono” en pleno fragor del partido, comenzó el segundo tiempo con una demostración de magia. Su acto consistía en desaparecer con el balón en un extremo del campo y aparecer en otro lado en tan solo segundos. Hacía malabares y era un hábil escapista. Con tal repertorio

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los Plateños encarnizaron la batalla. Ellos pateaban y nosotros le poníamos el alma, aun así, no abrían el marcador. — ¡Pero si son unos pelaos! — Gritaban desde el público. Tampoco nosotros lo creíamos.

“La bola rebotó frente a la puerta y quedó coqueteando a punto de meterse sólo por el efecto de la brisa”

En un avance violento, las zancadas del “Mono” nos dejaron rezagados. Mi primo Juancho en solitario intentaba detener a cuatro atacantes. Entonces el Ñeca, chiquito y todo, salió a jugarse el físico por Pedraza. Se arrojó al balón como si en él le fuera la vida y quedó enroscado asegurando la esférica con su cuerpo, abortando la mejor jugada de Plato. La gente aplaudía y se lamentaba. A esas alturas al Ñeca no le quedaban vendajes y sus rodillas sangraban de nuevo. Hubo un

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momento en que creí no poder continuar. Mis tobillos estaban hinchados por los golpes. Desesperado busqué con la mirada a mi primo Juancho y le hice señas para cambiar de posición. “Sube tú, esos carajos me están matando”. Enrumbé cojeando hasta la puerta para quedarme en la defensa. El calzado me daba molestias hasta el punto que pensé en jugar descalzo. Miré los zapatos de charol del Subdirector y sonreí. Eran un desastre. De pronto el larguero se estremeció con un potente disparo y desperté de mis meditaciones. Apenas me dio tiempo para completar el rechazo. Un sombrero caña e´flecha aterrizó en medio del campo pero no impidió que el juego continuara. Algún gracioso lo había arrojado. El juego seguía tan caliente que pateábamos el balón con sombrero y todo, hasta que el árbitro puso orden mientras la gente reía y festejaba. Teníamos que seguir resistiendo para que nuestro empeño tuviera matices de victoria. Entonces, en vista que el tiempo moría y podíamos quedarnos con el empate, el rubio intentó otro de sus hechizos. Desde unos cuarenta metros pateó un proyectil perfecto. La maestría de aquel disparo halló al Ñeca adelantado, demasiado perdido en su limbo personal como para reponerse. Bajo un raro trance hipnótico nuestro arquero se quedó clavado. La bola rebotó frente a la puerta y quedó coqueteando a punto de meterse sólo por el efecto de la brisa. Entonces corrí con los pies echando fuego. El de la barba rasurada venía dispuesto a meterse con todo dentro del arco, pero antes, yo metí la pata, duro, muy duro, durísimo. La bola se fue a los aires llorando deformada con brutalidad. Patada de mulo. No había pateado como un niño de doce años sino como un hombre.

La música y la bulla antes contenida, estalló de nuevo. Un acordeón hizo florecer la cumbia y antes que el balón regresara del vuelo se oyó el silbato sentenciando el final. El árbitro ya no podía seguir alargando el juego. Lucía avergonzado y descompuesto. La gente ya estaba de nuestro lado. Los jugadores Plateños se echaban la culpa entre ellos. El entrenador de la complementaria se quedó mirando al “Mono” como para fulminarlo. La multitud saltó al terreno. Los perros y los niños corrían contagiados. Una lluvia de palmadas afectuosas caía sobre mi cabeza. Diez cuerpos exhaustos y sudorosos me abrazaban. Llevado en hombros, desde esa privilegiada posición, tan alto como estaba, vi el cielo que se había descapotado volviéndose azul intenso, el gentío festejando, las casas de barro, los techos de palma, el campanario de la iglesia. Una vaca atravesaba la estrecha calle. El público de Plato nos aplaudía y vitoreaba como si estuviéramos en Pedraza. Habíamos escrito una página de gloria. Los difuntos de aquel camposanto de seguro gritaban. La hazaña se había desarrollado a metros de sus lechos. Aunque los muertos fueran de Plato, la resignación del más allá los ponía de nuestra parte. Las mujeres de la escuela femenina se movilizaron como hormigas y solucionaron el problema que ellas mismas iniciaron. Habían conseguido un pantalón donado por alguna mujer de Plato, seguramente extraído del vestidor de algún marido que también celebraba en cancha, ajeno al gesto solidario de su mujer. Le probaron el pantalón al Subdirector. Le lucía grande, pero coincidía en estilo y era del mismo color del despedazado. Las mujeres se pusieron a trabajar de inmediato. No era nada que un par de puntadas no pudiera arreglar. ◙


Cine Tertulia con Edmundo Aray

“El cineasta es también un combatiente” Luis Bautista

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stamos en la ciudad de Caracas, es el año 2014 y se realiza “el Foro del cine venezolano”, una asamblea que congregó a la comunidad cinematográfica nacional para hacer una evaluación de nuestra cinematografía, y construir una agenda colectiva o plan de acción para los años siguientes. En dicho evento estuve presente junto a otros compañeros de la Red Popular de Cine y Audiovisual del Estado Falcón. Aprovechando la participación de algunos maestros del séptimo arte, junto a Francisco Hernández con cámara en mano abordamos a algunos de ellos. Las siguientes líneas son parte de una de esas conversaciones, en esta ocasión con Edmundo Aray, célebre escritor y cineasta de larga trayectoria, nacido en Maracay un 16 de Noviembre del año 1936, fallecido el 26 de Junio del 2019, a quienes queremos rendir un tributo por todo lo que hizo por la cultura nacional. -Luis Bautista: Maestro, ante todo gracias por las palabras que nos brindará. Primeramente identifíquese por favor. - Edmundo Aray, escritor, cineasta, economista, historiador y pare usted de contar LB. Maestro, ¿Por qué decidió dedicarse al cine? EA. --Desde mi adolescencia me inicié en la escritura. Comenzando en los años 60 me incorporó al cine un cineasta venezolano, documentalista, Carlos Rebolledo, me invitó a esa aventura y me atrajo realmente la actividad. Y con ese entusiasmo nos fuimos a Cabimas,

estado Zulia, y rodamos una película que tiene por título “Pozo muerto”. Un año después hicimos “Venezuela tres tiempos”, y luego Carlos hizo un largo –sin fortunapero es una gran película basada en un libro mío que lleva por título “Alias El Rey del Joropo”. Desde entonces, digamos, pertenezco al cine… LB: ¿Por qué decidió involucrarse en este mundo, que significa el cine para usted? EA: --Mira, vivíamos tiempos muy difíciles, una atmósfera de muerte terrible en el país. Sentíamos que nuestra escritura y nuestras acciones en el campo de las artes –sobre todo la plástica- no eran suficientes, creímos que el cine era una manera de llegar a un público mayor. Las circunstancias, pues, se tradujeron en persecuciones por parte de los organismos represivos del Estado, en general, con los cineastas y con

muchos escritores, sin embargo, el Estado mismo fue cuidadoso a la hora de reprimir a los intelectuales. LB: Maestro ¿ y cómo puede influir el cine en la sociedad, en la realidad? EA: --Es muy difícil, pero lo cierto es que el cine primero es una creación y en segundo lugar podía ser una especie de denuncia, eso a su vez es un acto de investigación, lo qué dicen nuestros pueblos, lo que le sucede a nuestros pueblos. Se hablaba de los humillados y oprimidos de nuestros pueblos. Bueno, nosotros fuimos consecuentes, no sólo en Venezuela, sino en toda América Latina. LB. Ahora, contextualizando un poco, estamos en el Foro del Cine Venezolano 2014 ¿Qué hace falta para consolidar nuestra cultura e industria cinematográfica? EA: --Bien, tenemos cincuenta años de lucha. hace cuarenta y ocho

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años –justamente- nos reunimos en Ciudad Bolívar y ya aspirábamos a una ley de cine, algunos bromeaban porque decían que queríamos una ley sin películas, pero estábamos haciendo películas, unos más que otros, cortometrajes o largos, en fin, todo era el resultado de hacernos escuchar y vernos, y sobre todo lograr que nuestro pueblo se viera en la pantalla, ese era sin duda alguna el objetivo fundamental, porque el destinatario del cine Latinoamericano –sobre todo en los años sesenta, setenta y ochenta-- fue nuestro pueblo. De allí que no sólo hiciéramos cine, sino que creáramos organismos que fueran fundamentales en el desarrollo de la cinematografía. Desde el punto de vista internacional fuimos participando de “El comité de cineastas de América Latina”, “La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano”, “El Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana”, “La Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños “. Y aquí, fundamentalmente logramos el fortalecimiento de los gremios para alcanzar, a tra-

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vés de una lucha sostenida y tenaz, normas legales que fomentaran nuestro cine, hasta que alcanzáramos la plenitud la ley de cine. Te hago este recuento porque es la expresión de que el cineasta no sólo es un artista, un creador, el cineasta es fundamentalmente un combatiente, y así hemos trabajado a lo largo de estos cincuenta años… Pero por otro lado voy directo a tu pregunta. En estos momentos estamos viviendo un momento de auge de nuestra cinematografía, pensamos que es necesario hacer un plan de acción por lo menos de cinco años, a los fines del desarrollo cinematográfico. Y este foro comenzó a plantearse hace dos años y finalmente hemos llegado a él y creo que tenemos una especie de gran asamblea, una convocatoria nacional, ¿por qué? porque tenemos capacidad de convocatoria, porque la gente está haciendo cine en todo el país, porque la gente quiere hacer cine en todo el país, y porque tenemos una generación nueva que es hábil y necesita nuevos caminos, hacerse escu-

char, y sobre todo ser apoyada por una legislación que contribuya a ese desarrollo, por organismos que permitan ese desarrollo. LB: ¿Algo que desee agregar? EA: --Bien, fundamentalmente creo que hablo, converso con ustedes de alguna manera sobre todo si son gente del cine, de que tengan confianza en sí mismos, tengan confianza en su pueblo, tengan confianza en el proceso de crecimiento y desarrollo del país, y que tengan confianza en la cinematografía nacional. Qué más alta expresión que las cifras que hoy tenemos de espectadores, una cifra que nos recuerda a los años setenta que eran convulsos, que nos atacaron violentamente porque nuestro pueblo asistía a las salas a escucharse. Bueno, ahora quizás estamos viviendo el momento en que tenemos más espectadores, perfectamente podemos competir con el cine extranjero y particularmente con el cine de Hollywood. Compañeros, crean ustedes en el cine, crean en nuestro pueblo. ◙


Cultura Popular

El tambor coriano en el barrio La Guinea Enzio Provenzano

P

reviamente al proponer el proyecto que se emprendió en los recintos académicos ya existía una base de tiempo, una base de relaciones de amistad con una serie de hechos que sustentaron ideas para sumarse como colectivo, y aportar desde lo real e imaginario en la construcción del hilo histórico presente en lo etnográfico, identificando pruebas palpables desde las voces con el canal de oralidad. Desempolvar , escudriñar y hacer el papel de “intrépitos” es lo que tocaría hacer como tarea en el argot popular Coriano, dentro del seno de la comunidad. Pues destacar el tema de la identidad sería un argumento apasionante, desde ese centro descubríamos sentires holísticamente conectados por elementos tangibles e intangibles, comprobables para valorarlos, darle una participación protagónica y transversalisar el auto –reconocimiento como tejido social, de grupos intercontinentales, en la qué, lo geográfico juega un papel vital en el amalgamiento genético cultural para la posterior materialización de múltiples formas de actitudes y aptitudes que se implosionarian en diferentes fenómenos fragmentados y asentados por necesidad intrínseca para gestarse en comunidad y en comunión, en este sentido; en un trabajo de antropología Socio cultural confirma José Millet (Coro. Barrio Afrocaribeño la Guinea, 2006, págs. 11-13): “Muchos autores afirman que la célula originaria de la sociedad es la comunidad y que la célula originaria de la comunidad es la fami-

lia. Pero, ¿qué es la comunidad? Comunidad es aquello que es común en el sentido de lo que pertenece por entero a los miembros de un grupo de personas afines, en términos de su subjetividad, de la cual hablaremos más adelante. Desde el punto de vista de la Sociología, comunidad es una forma particular de organización social que se logra no por voluntad del individuo, del que ella es independiente y que se caracteriza por el hecho de que sus miembros viven en común, con ayuda de recursos que pueden o no ser de su propiedad. Se trata de un grupo humano

orgánico dotado de cierto margen de libertad, en el que se nace o se accede no por contrato o mecanismo jurídico, como el matrimonio, sino por compartir espontáneamente bienes comunes, sean éstos materiales o espirituales, lo cual es su sello más significativo. Hasta cierto punto, esta visión de la comunidad remite al origen mismo de la especie humana, en el cual no había aparecido el excedente económico, y las relaciones estaban regidas por la ausencia del arte o de las técnicas dirigidas al intercambio interesado, y a la postre, al dominio de quienes no

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poseían esos excedentes, por los otros que adquirieron poder con su posesión. No obstante, cuando un grupo humano es capaz de lograr sus propios medios y recursos para la subsistencia, valiéndose de la aplicación de sus energías creadoras, hablamos de comunidad, condición de lo que ahora se denomina desarrollo endógeno, es decir, resultado de la aplicación del trabajo de un grupo que no depende, para lograrlo, de la ayuda o la asistencia del exterior. La comunidad rural ilustra, como modelo de alto valor expresivo, el peso y la función del factor subjetivo en la cohesión y preservación de los rasgos comunitarios. En ella se conservan en mayor número y con mayor significado la ayuda mutua o mutualidad, la cooperación y la solidaridad entre los miembros del grupo, capaces de sacrificar intereses personales para satisfacer necesidades de otras personas. Estos rasgos pueden ser observados asimismo en los pequeños poblados o en los asentamientos semirurales, donde ellos son menos fuertes, ni tampoco empleados con la constancia y la frecuencia con que se dan en el campo. De modo que, podemos convenir, mientras más alejada de núcleos poblacionales, en particular urbanos, más fuerte será la comunidad, del mismo modo que su

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capacidad de agenciarse recursos propios, la situará en un grado de mayor cohesión y solidez. Referimos las mencionadas citas, ya que formé parte del equipo de investigación de campo del Instituto de cultura del Estado Falcón, adscrito al Dpto. de Cultura Popular en el año 2004, junto a Luis Cazorla como Coordinador, pues desde esa trinchera y con el compañero Director del trabajo de Investigación José Millet, sumado como instructor del convenio Cuba Venezuela aportamos con nuestras experiencias hacer simbiosis con la comunidad y establecer empatía con importantes líderes, juntos al compañero y luchador social desde muy joven e identificado como cronista del Barrio, Sr Mario Aular Chirino, a quien reconocemos como investigador y apasionado historiador con un sentido de visión multidisciplinario, ya que maneja datos diversos en el ámbito de cultura, salud, educación, deporte, gastronomía y educación. Siendo estos elementos importantes de consideración como variables en la antropología social, en este sentido compartimos al referir Jacquerline Clarac “Por eso creo fundamental también regresar al trabajo de campo pero concebido como una actividad consciente y realmente multidisciplinaria (no solo a nivel de discurso) pues como dijo Devereux:

mientras más enfoques tengamos del mismo problema mejor lo podemos comprender. Estos enfoques han de ser multidisciplinarios, a fin de llegar a comprender lo que es “Ser Americano” en el pasado y en el presente, y en base a esta comprensión de nuestro ser y de nuestros problemas actuales, buscar soluciones a estos. Estoy persuadida de que la antropología en Latinoamérica ha de ser en efecto una práctica social, la cual ha de comenzar con nuestra desalienación cultural, desalienación científica, y desalienación de nuestras poblaciones. Mi práctica me ha hecho tomar consciencia de la urgencia que tenemos de producir conocimientos sobre nosotros y de no caer en modas de la antropología del norte por que estas nos pueden alienar más aún”. Pensar antropológicamente en las visiones de, ” Ser Americano” Ser “Afrocaribeños”, “Suramericanos” o “Latinoamericanos”; viene a ser entonces parte de las tareas sobre la concreción de términos en cuanto a la identidad , puesto que en los recintos académicos no dejan de cesar las influencias eurocéntricas en cuanto a los procesos interpretados, estamos motivados en la búsqueda consciente del espectro de muchas voces que fueron torturadas , secuestradas y desaparecidas imponiéndose el


carácter de la lengua española y castellana plasmándose en los archivos y crónicas, condicionando el papel de sus protagonistas en los llamados encuentros pacíficos fundacionales. En el proceso de investigación logramos sistematizar desde diferentes observaciones métodos etnográficos y etnológicos la comprobación y registro, para encontrar variables medibles en el campo científico social e históricocultural. Es necesario destacar la simbiosis como elemento subjetivo y vinculante de la realidad en los abordajes de campo, ya que unos años antes de emprender la formal investigación del Barrio afrocaribeño la Guinea, el compañero Luis Cazorla y mi persona, desde el Instituto de Cultura, participábamos como promotores culturales en la organización de eventos culturales como festivales y jornadas de reflexión de la cultura popular falconiana,

sumándonos en algunas ocasiones como músicos entre algunas agrupaciones, el repique del tambor; actividad que se realiza todos los 30 de noviembre aun hasta el presente año 2019. Dicho encuentro se manifiesta en diferentes escuelas, instituciones y comunidades del Estado con motivo de dar vísperas a la entrada del mes de Diciembre. Este carácter se considera una fortaleza para la investigación, en la que orgullosamente podemos decir nos hace valorarnos en el constrúcto histórico-antropológico generado en la convivencia para comprender una identidad local, regional y supranacional desde las raíces y las tradiciones, en las que se sumaron encuentros internacionales de saberes en torno a la cultura del tambor proveniente de las islas del caribe. Dentro del marco teórico y conceptual siempre es vital todo tipo de antecedentes, pues como dicen algunos, para comprender el

presente debe conocerse el pasado, esto muy bien nos toca ya que somos protagonistas y participes de los hechos históricos cronológicos, como fieles testimonios en lo que a dialéctica materialista se refiere , cuando caminamos por las calles, para identificar el territorio en todas sus expresiones culturales y realizando los correspondientes registros diagnósticos encontramos que en la música, esta uno de los hechos más fervorosos como símbolo identitario y el tambor juega un papel preponderante en los ritos de encuentro y celebración de alegría en espacios y fechas particulares, obedeciendo esto todo a la naturaleza de su asentamiento desde el siglo XVI . Nos parece muy importante la información y el enfoque que nos ofrecen Rafael Sánchez y José Pero* en su libro Coro, aspectos históricos, en el que afirman que, “para el año 1575, en el Sur de Coro existía un barrio de negros

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--africanos o loangos-- denominado barrio de Guinea, en recuerdo a los pobladores procedentes de las islas de Curazao, Aruba y Bonaire, inmigrantes a quienes estos autores atribuyen su fundación. Por ello a continuación vamos a glosarla a fin de que los lectores tengan la oportunidad de evaluar lo expresado por estos acreditados autores. Explican, Sánchez Rafael y José Pero: Coro, aspectos históricos (volumen II), Coro, ediciones corianidad [1991] En 1575 existía un poblado de igual nombre en la serranía de Coro. Conforme a real cédula del 27 de abril de ese mismo año, el asentamiento se extendió desde Curimagua hasta Coro. En tiempos del adelantado Heredia, predominaban unas casitas con forma de ranchitos de paja y otras construidas de bahareque, o sea, de paja, bejucos y barro en forma cuadrada tipo panela. Los referidos negros serranos visitaban el cantón de Coro los fines de semana en que tenían lugar bailes y canturías con predominio del ritmo del tambor entrelazado por lánguidas canciones en “lengua primitiva”. A fines del siglo XIX existió en Coro una colonia curazoleña, procedente de esa isla neerlandesa, donde también se repicaba el tambor y se cantaba en papiamento”. Sin duda alguna ni prejuicio histórico sobre la referencia citada; colocamos como evidencia geográfica y documental el encuentro Africano y Caquetío en el que se fusionan genéticamente, para que posteriormente surjan distintas virtudes culturales en ritmos identificados que llamamos complejo golpe de Tambor, y en la que por trascendencia al pasar algunos siglos por herencia aparecen reconocidas mujeres en su ejecución; la oralidad comunitaria recuerda a María Chiquitín, Trina Curiel, la Negra Leonor, la Negra Catricnhe, Carmen Yánez y Olga Camacho como ultima exponente de mayor impor-

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tancia y proyección en la que ya se identifica el Tambor Coriano, como también en el campo masculino los Stekman, los Faneite, los Arión, los Penso, los Curiel, Jacobo Arion, Francisco Polo, el Negro Yulio, Camilo Pirona, Victoriano Gutiérrez, Miguel Camacho, Panchón Faneite, “Chinto”, Miguel Lugo, y el popular José Luis Estevez ( Joche). Esta es la historia con sus protagonistas de primera fuente y en la que se reconocen todos por tradición en torno a un símbolo y este es el Tambor, el cual da paso a la creación de nuevas generaciones enclavadas y fundidas en lo geográfico que tiene su vistosidad rítmica

y particular y que hoy en día es un ejemplo como “orgullo de encuentros étnicos”. En el transcurso del siglo XX, los curazoleños asentados en Coro desempeñaron un papel muy importante en la reafirmación del tambor como signo emblemático de la expresión artística de la cultura tradicional popular, que había sido negada y excluida durante mucho tiempo. Hemos mencionado los nombres de algunos de los personajes más destacados en esta labor. Ellos posibilitaron que en la memoria colectiva del barrio La Guinea de la ciudad de Coro, se mantuvieran presentes algunos


elementos que remitían al pasado ancestral, en particular aquellos que siempre quisieron borrar. Volvamos a recordar los bailes del tambor que tenían lugar en La Guinea en el período de la insurrección de José Leonardo Chirino, nunca olvidemos cómo se dejaba traslucir en sus cantos lo que se estaba gestando en la sierra coriana en relación con la insurrección encabezada por aquel hombre mestizo (zambo), pero que contaba con la adhesión de esclavos, negros, mulatos libres y de parte de la población aborigen. Es importante mencionar que nuestra apreciada cultora Olga Camacho, como fiel exponente de su tambor, también deja un legado que continua su hija Zoyla Pachano con sus hijos y familiares, demostrando de esta manera una continuidad del tambor desde su núcleo familiar, atendiendo estudiantes y comunidad en general manteniendo la escuela viva en honor a “la Camachera” espacios

que están abiertos siempre para expresar el significado del golpe de tambor Coriano, así como también están presentes una generación de cultores que participaron en la formación del tambor que acompañaron a Olga en sus recorridos musicales, ellos hoy en día representan una escuela de promoción ya que transmiten la tradición a las jóvenes generaciones en pleno siglo XXI. Entre ellos destacamos a los grupos Guanahani, Son Chango, Cantar Coriano, Sierra y Canto, Cantores de la sierra, todos ellos forman parte del legado compartido y que siempre en sus presentaciones ejecutan el golpe de tambor coriano como símbolo de reconocimiento de la identidad coriana. La identidad es mutable, se enriquece o transforma, incluso puede llegar a perderse por un proceso de globalización y de falta de memoria histórica. Los símbolos, la tradición oral, la cultura tradicional popular, el reconocimiento de la

historia y la lucha por la soberanía e independencia son componentes consustanciales de lo que llamamos identidad nacional. La identidad nacional no es un resumen ni suma de identidades locales, sino más bien una asociación de estas identidades particulares, en términos que caractericen a los sujetos individuales y colectivos que se reconocen miembros de esa nación o Estado. Es por ello que expresa Canclini (2005) “Si tomamos en serio las críticas de científicos sociales que se multiplican hoy a la globalización hecha a la neoliberal (Beck, Bourdieu, Castells, Habermas), y de los movimientos sociales y políticos que buscan reencontrar niveles de justicia social y económica, de empleo y seguridad, de desarrollo educativo y cultural alcanzados por las mayorías en la modernidad (Seattle, Washington, Quito, etc.), repensar estas cuestiones parece decisivo. Porque no se trata apenas de construir movimientos de resistencia, sino de refundar la modernidad. Aparece, entonces, como indispensable la tarea cultural: repensar los significados, el sentido moderno, aceptando la complejidad de las interacciones globales. Rediscutir la autonomía de los campos culturales, políticos, económicos, y sus necesarias interconexiones”. En este sentido podemos sentir orgullo étnico en la perspectiva de Canclini, desde este territorio Geogistorico conocido como Barrio la Guinea de Coro en el Estado Falcón, el cual venimos recorriendo hace un tiempo, vamos al paso refundando esa pragmática modernidad globalizante sin desplazar las identidades, las raíces y la historia, pues para nosotros la historia se mantiene viva con esos elementos subjetivos, inculcándose colectivamente con ese imaginario que definitivamente lo hace resistente, rebelde, heroico y humano tras el andar de cientos de generaciones.

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Fuentes escritas y orales comprobadas • Aular, Mario (compilador): La Guinea, documentos. Coro, 2004. •

Domínguez, Angel S: “Los Corianos de 1.806”, p.78 –82, en Luís Alfonso Bueno: De Coro y de Corianos. Caracas, 1.976. García, Jesús: Aprendamos de la historia y la cultura afrovenezolana. Venezuela, 2003? Fondo de Canadá para iniciativas locales (FICL)

González Acosta, Arcadio: “El barrio La Guinea”. Periódico La Prensa, Coro, Falcón.

Instituto Nacional de Estadísticas (Capítulo Falcón): Multimedia.

Documentos de la insurrección de José Leonardo Chirino. Caracas. Fundación Historia y Comu-

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nidad. 1ª. Edición, 1994. •

Millet, José; Manuel Ruiz Vila y Rafael Brea: Barrio, comparsa y carnaval santiaguero. Santo Domingo, República Dominicana, Editora de la UASD, 1997.

James, Joel; José Millet y Alexis Alarcón: El vudú en Cuba. Santiago de Cuba, Editorial Oriente, 1998.

Libro de resoluciones y decretos de la gobernación del Distrito Miranda Años 1903-1906. Documento II, folio 11-12. Alcaldía Miranda. Archivo Histórico. Coro, Falcón.

Lugo, Juan Ramón: A propósito de Doscientos años de olvido. Caracas, Fondo Editorial IPASME. 2006. Sánchez, Rafael: Curiana / Instituto de Cultura del Estado Falcón/ 1970.

Sánchez, Rafael y José Pero: Coro, aspectos históricos (volumen II.) Coro, Ediciones Corianidad [1991].

Fuente digital internet. 6 Norman Whitten (1964) La cultura negra en el litoral Pacífico ecuatoriano y colombiano, en: Revista del ICAN, mayo 20, p.100. 7 Fernando Ortiz (1991) Estudios Etno sociológicos, Editorial ciencias sociales, La Habana, Cuba.

Fuente digital internet. García Canclini, Néstor. (2005) Cultura, política y sociedad. Perspectivas latinoamericanas/ desarrollo cultural; artes; arte; intelectuales; espacio público; política cultural; cultura; promoción cultural; América Latina. ◙


Poesía

La perplejidad transfigurada: una lectura de Luis Alberto Crespo Gabriel Jiménez Emán

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l verbo magro de Luis Alberto Crespo expresa una contingencia del existir, hace un recuento incisivo de la interioridad humana frente a un paisaje solar, donde los elementos de ese paisaje ofrecen los signos de un existir velado, oculto entre los intersticios del cielo y los árboles, los cujíes, los dividives, las nubes, las tunas, las lagartijas, las cabras, los pájaros, los seres humanos en medio de las grandes sabanas peladas. El demiurgo se acerca a ese paisaje de modo recatado, no dispone de una retórica literaria preconcebida desde lo occidental, sino que elige determinados elementos de ese paisaje para realizar -con ellos y desde ellos- una indagación existencial, mediante versos que pueden ser preguntas, vocablos que son como instrumentos incisivos, como dardos que intervienen ese entorno tratando de encontrar en él elementos nuevos, otros signos que le permitan establecer desde ellos una suerte de ontología, valiéndose de distintas formas de conocimiento sensible. En este sentido, la poesía de Crespo se pudiera considerar una indagación en esa íntima desmesura (como el mismo la define en el título de uno de sus libros), una mismidad que se recoge dentro de los límites del cuerpo, y luego se expande por los sentimientos y los pensamientos de quien lee. Aquella estación del verano dilatado que le permitió dar nombre a su primer libro, apun-

ta hacia este sentido, hacia la intensa canícula donde acaece esta larga inquisición sobre el ser que constituye su propuesta. Rayas de lagartija y Costumbre de sequía no hacen sino enfatizar sobre esta condición mediante el dispositivo verbal más visible de la poesía de Crespo: la magritud. Pero esta magritud no es necesariamente visceral o deliberadamente impuesta, sino que se dirige de modo natural a la otredad, como bien han observado algunos de sus comentaristas. En esta otredad tendría cabida una emoción que no siempre se mueve en planos simultáneos de necesaria ambigüedad: mientras busca eso otro, desea borrar cosas y momentos a su paso, en un doble movimiento de lo anímico. En el poema “Semejanza” adver-

timos algo de ello: “Me recorre la cerca su alambre de mujer y la palabra broza que tiene su olor El trazo del rastro sobre la hierba es rojo Juntos nos turbamos con un puñado de tierra como única ansia.” O construye una poética de la fugacidad en el texto “Hacia”: “Para alcanzarte piensa en la puerta batiente usa el lado más tenso el de tu herida ajena y si llegaras al fin construye tu aislamiento en el último lugar de ti la entrañada desmesura.”

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La íntima desmesura (2003). Mientras, en otro texto del mismo libro apreciamos la condición asomada al principio, relativa al verano como estación solar definitoria del topos del poeta, cuando escribe en “Verano por dentro”: “No estás pero me dices que te perdone Tu mano me inventa como si fueras una ciega Te apoyas en mí te abandonas como el que toma un puñado de polvo antes de silenciarlo Sí debes ser tú y no lo sabes Es marzo Lo que calcina también transfigura.” Esta perplejidad transfigurada también puede dar lugar a imágenes sorprendentes por su nitides visual, como las que se ob-

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servan en el libro La misma vez (2013), en el poema “No sé”: Una caravana de cabras blancas pasa por mi sueño Las pastoreo en un dibujo de tiza Debo llevarlas hasta donde queda el mediodía ese pueblo quemado De regreso trazo una línea de carbón para que no se me vacíen los ojos de verano Abro la ventana Una gran tiniebla la cubre Desde entonces me encandila. El poeta interroga al paisaje, y el paisaje le interroga. Y en esa doble interrogación acaece el milagro: las palabras se vuelven paisaje y ese paisaje queda, a su vez, anidado en el pasado, un pasado que le observa y le promete, acaso, un reencuentro más allá del respiro de esta vida

en aquello otro que hemos dado en llamar muerte. Crespo ha eludido deliberadamente en su poesía a los movimientos de la vanguardia europea, y se ha acercado más a las voces de lo americano raigal (Ramón Palomares, Juan Rulfo, Vicente Gerbasi, por ejemplo), a poéticas más despejadas y desnudas. Sus fantasmas son los nuestros, no los románticos o los góticos. Creo que ha logrado una poética muy propia con un lenguaje muy suyo, personal y elusivo, cuya transparencia es ilusoria: al desnudarse frente a nosotros nos deja perplejos, y al develar sus misterios frente a nuestros ojos nos deja sembrados en un nuevo misterio: el de existir frente a un inmenso solar de esa tierra larense que le observa, y de la que seguramente es un intérprete privilegiado. ◙


Artista Invitado

La comedia del arte en la pintura de Alirio Sánchez José Gregorio Noroño

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lirio Sánchez (1962), artista falconiano, Premio Regional de Artes Plásticas 2010, ha expresado que cuando pinta espera que el espectador se conecte con su trabajo, se deje llevar por lo que la obra le transmite, y así poder generar en su interior su propia historia. Considero que así debe ser, que cada espectador debe tomar la iniciativa de dialogar con la obra de arte, escudriñarla, interpretarla, recrearla; lo que le permite ir más allá de la idea, de la intención conceptual o temática desarrollada por el artista. Si bien conozco la obra de Alirio desde hace 26 años –aunque él anda en el mundo del arte desde hace 40 años–, en mi caso, como investigador y crítico de arte, no quise acercarme a él para indagar cuál es su intención artística en sus trabajos recientes; he preferido interrogar la obra y no buscar pistas en el autor. Claro está que los conocimientos previos que poseo sobre el artista y su obra condicionan mi actual apreciación. Su actual producción visual, aunque con otros ingredientes plásticos, iconográficos y compositivos, no deja de estar construida sobre la base que sostiene su poética visual, entendiéndose ésta como ideas, temas, conceptos, teorías e imaginario. En la pintura de Alirio Sánchez la figura femenina ha sido su leitmotiv, su tema central, recurrente, cuya imagen aparece de manera incesante entre follajes, entre

una profusa vegetación. A sus mujeres las vemos sumergidas, fusionadas, mimetizadas con la naturaleza; esa que resultó impactante, alucinante, mágica, indomable e innombrable para los primeros conquistadores europeos, quienes la vieron “como la exuberante proliferación de lo desconocido, donde el hombre, metamorfoseado, brota como un elemento más”, como dice Víctor Bravo en su libro Terrores de fin de milenio: del orden de la utopía a las representaciones del caos (1999). Tales características de la naturaleza americana, real, mágica, insólita y maravillosa, donde sus habitantes conviven

ensamblados en ella, ha sido un referente constante en el creador latinoamericano, quien lo ha reflejado en toda su literatura y artes visuales. Alirio Sánchez es uno de esos artistas que ha bebido de esas fuentes, de la literatura real maravillosa y del realismo mágico, que abordan lo insólito, lo irracional, lo exuberante, lo inverosímil, onírico y fantástico, categorías constantes en nuestro ser y hacer latinoamericano. Si bien antes las figuras femeninas de Alirio aparecían entre follajes, habitando solitarios espacios naturales, construidas con una pincelada suelta, espontánea, lírica, y de colores telúricos (marrones,

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ocres, verdes, grises y azules), poco a poco sus mujeres comenzaron a trasladarse a espacios interiores y a compartir en ellos con otros seres y enseres. Su paleta se vuelve polícroma y sus colores se tornan más intensos, más vivos. En sus actuales trabajos seres y enseres están dispuestos sobre una superficie pictórica fragmentada geométricamente en cuadrados, rectángulos y rombos. Significativo resulta ser, además, el ingrediente vegetal, componente que no deja de estar presente, el cual invade todas sus composiciones, pero ahora aparece con un grado de abstracción que recuerda a los arabescos musulmanes o hispanomusulmanes; es decir, formas geométricas entrelazadas que sugieren formas de ramas, hojas, flores, frutos. En la pintura de Alirio todo el espacio pictórico está ocupado, el vacío no existe; prevalece en él un horror vacui. En la obra reciente de este artista observamos que él toma y reelabora elementos iconográficos de la comedia del arte, teatro popu-

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lar surgido en la Italia de mediados del siglo XVI, género en el que se incorporan tradiciones carnavalescas, arte y técnicas de la mímica y la acrobacia. Vale acotar que el cine burlesco, el circo y la figura del payaso devienen de la comedia del arte. El Arlequín y la Colombina (compañera de Arlequín) son los personajes más populares de este género dramático, a quienes Alirio incorpora en su pintura con su característica indumentaria (la máscara, el traje de triángulos multicolores con cuadros en forma de rombo, el gorro con cuernos y la lechuguina); pero como siempre, en su obra prevalece la imagen de la mujer, quien, podemos decir, en este caso funge de Colombina, junto a perros, gatos, monos y palomas. Según, la máscara de Arlequín simboliza la síntesis de gato y mono (astuto y burlón), y Colombina, en italiano, significa palomita; fauna que, probablemente, alude a ambos personajes en la obra de Alirio. Junto a estos seres conviven enseres tales como instrumentos musicales,

teteras, peceras, candelabros, lámparas que penden del techo (o más bien parecen flotar), tiovivos y accesorios de malabares: pelotas, mazas, columpios y monociclos. Los personajes de Alirio, tanto humanos como animales, generalmente aparecen posando con la mirada fija en el espectador. En muchos casos algunos de estos adquieren posturas exageradas, incómodas o imposibles. Estas composiciones de Alirio Sánchez rompen con la lógica, pues sus seres y enseres, unos sacados de la comedia del arte, del mundo del circo, y otros de la vida cotidiana, se desenvuelven en una atmosfera extraña, insólita, inverosímil, onírica, surreal. Pudiéramos decir que este universo visual apunta hacia los “sueños encontrados” del artista –territorio en el que todo es posible–, en donde el espectador puede entrar para luego salir de allí con sus propios sueños, con su propia historia o comedia del arte.◙ Bogotá, 2021


Diálogo con Alfredo Medina, actor

La semilla del teatro ha germinado y seguirá dando sus frutos Gabriel Jiménez Emán

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lfredo Medina es uno de los personajes emblemáticos del quehacer cultural en Coro, en el estado Falcón. Desde niño tuvo inclinaciones hacia la actuación, y muy pronto buscó la manera de encauzar su vocación innata por el teatro. Nacido en Punto Fijo, estado Falcón, en el año 1955, pasaría allí su infancia; entre el 3er y 6to grado

jugó papel importante: la playa, el volantín, el trompo, la perinola, la pelota de goma o de trapo. Su hermano mayor llamado Saúl, lo traslada a la ciudad de Caracas a continuar sus estudios de secundaria. Teniendo la ocasión de iniciar sus estudios, en la Escuela Nacional de Teatro (1971). Ha laborado por largos años en la gerencia del Teatro Armonía

de Coro y ha sido organizador de numerosos festivales de cine durante muchos años. Actualmente es docente universitario en Teatro mención “Actuación” en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE)en Coro. Sin embargo, no pierde su humor y es apreciado y saludado con afecto por la gente cuando se desplaza por las calles de la ciudad, donde las personas lo reconocen por su participación en numerosas películas de los años 70, 80, 90 y 2000 bajo la dirección de Clemente de la Cerda, Livio Quiroz, Mauricio Walestein y Román Chalbaud, entre otros, donde hizo varios roles secundarios que le granjearon gran popularidad. Nos acercamos a su sitio de trabajo en la Universidad de las Artes en Coro, a conversar con él. 1.—¿Puedes decirnos cómo se inicia esa chispa tuya por el teatro y el cine, de alguna experiencia especial en la niñez o la adolescencia que te condujera a ello? —La chispa y el interés por la actuación comienzan en mi infancia, a los nueve o diez años en Punto Fijo, en el estado Falcón, gracias a la televisión. Recuerdo que mi mamá veía las telenovelas que en blanco y negro se transmitían; lógicamente también las veíamos mi hermano menor Orlando y mi prima Tana, también de mi edad. Recuerdo dos de esas novelas: “Historia de tres hermanas” y “El derecho de nacer”. Al finalizar cada capítulo yo invitaba a Orlando y Tana a jugar al “actuar”, les decía que

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imitáramos lo que habíamos visto en la telenovela, buscábamos algún vestuario extra e improvisábamos. Yo realmente lo disfrutaba. Nunca había visto una obra de teatro, lo más era el cine, las películas mexicanas que ocasionalmente anunciaba un señor en su camioneta a través de un megáfono y que proyectaban en la calle. Pero el inicio se produce realmente en la Escuela Nacional de Teatro en Caracas en 1971, bajo la tutela del INCIBA, Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes. Durante el periodo de formación José Ignacio Cabrujas lo tuve como profesor de actuación; a Isaac Chocrón en el análisis del texto dramático; a Roberto Colmenares en la expre-

sión corporal y a Rafael Briceño en la voz y dicción…ah, y a un profesor Mastrocola en la vocalización. No recuerdo el nombre de los profesores que nos daban maquillaje, esgrima e historia del teatro; y por último a Armando Gotta que nos daba dirección y montaje. En este sentido considero que con Armando Gotta tuve mi primera experiencia teatral, pues el montaba obras de teatro con nosotros, las cuales se presentaban en el teatro “Alberto de Paz y Mateos”. En dicha ocasión dirigió la “Cantata de Baden Baden” y “Lux in tenebris”, ambas de Bertold Brecht. Fue sumamente emocionante, pues aparte de poner en práctica lo que aprendíamos en nuestra formación, era

mi primer contacto con el público, y por lo tanto fue mi primera experiencia en el teatro, en 1972. 2.—¿Y tu experiencia inicial en el teatro, tienes alguna referencia teatral en especial? —En concreto se inicia con el montaje de la obra “Búfalo Bill en Credulilandia”, creación colectiva bajo la dirección de Luis Márquez Páez, en 1974, en el Teatro El Triángulo. Permíteme hacer una referencia necesaria. Los estudios en la Escuela Nacional de Teatro duraban cuatro años. A los dos años de mi estadía, cierran la escuela por falta de presupuesto, y a los que queríamos seguir estudiando nos dieron una beca para continuar en la Escuela de Arte Escénico “Juana Sujo”. Al estar culminando mis estudios – duraban dos años—Luis Márquez Páez, quien era mi profesor de actuación, me manifiesta que él tiene una invitación para ir a México a participar en un Festival de Teatro Chicano con la obra “Búfalo Bill en Credulilandia”, pero que un actor se le enfermó y no podía viajar, pero él necesita tener esa obra lista en quince días porque realizará una gira que comienza por Colombia, y él considera que de todos los alumnos en la Escuela, el único que puede hacerlo en tan corto tiempo soy yo. Se planteó que aún me faltaban dos meses para culminar mis estudios. Entonces él me responde que no me preocupe: Considere esta obra como su graduación”, me dijo. “Si es así, acepto”, la respondí, “¿Cuándo nos vamos?, fue mi respuesta. 3.—¿Cuál es el inicio concreto en estas disciplinas? —Efectivamente al día siguiente comencé mis ensayos bajo su dirección en el Teatro El Triángulo, situado en la Plaza Tiuna en Caracas. En esta obra actuaban

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dos argentinos: Carlos Converso y Carlos Martínez, y el caraqueño Carlos Contreras, quien ya había ganado el Premio Mejor Actor de Teatro; es decir, me tocó estrenarme profesionalmente con actores de alta trayectoria, lo cual contribuyó enormemente al crecimiento de mi formación. Por eso tomo como referencia en mi trabajo profesional esta extraordinaria oportunidad que me ofreció mi querido y bien recordado profesor Luis Márquez Páez, en aquel mes de marzo de 1974. 4.—De los roles que te han encomendado ¿Cuáles son los que te han granjeado más reconocimiento? En el teatro esos roles son Tío Rico Mac Pato en la obra “El Gran Acuerdo Internacional del Tío Patilludo” de Augusto Boal; otro es “Martín”, de la obra “El juicio a Martín Cortés”, autor mexicano. También bajo la dirección de Luis Márquez Páez en el Teatro Universitario de la Universidad Cen-

tral de Venezuela. Otros que recuerdo son Don Álvaro en la obra “Urupagua” de Agustín García, bajo mi dirección, con el Teatro de la Casa de la Cultura de Cabure. En televisión, he hecho del Comisario Pompeyo Pantoja en la telenovela “Paraíso” también he encarnado al doctor José Gregorio Hernández de la telenovela “Niña Bonita”, ambas de Venevisión. En los trabajos que he hecho para cine te puedo mencionar El Rolero de la película “El reincidente” y el papel de Rosalino Camacho en la película “Compañero de viaje”, ambas de Clemente de la Cerda. También aquí en Coro bajo mi dirección y autoría en encarnado a los generales Francisco de Miranda, a Ezequiel Zamora y a Rafael Urdaneta. 5.—Tengo entendido que también haces títeres y dramatizas personajes de la historia de Venezuela, como Bolívar, Miranda, Urdaneta, Zamora…

—¡Efectivamente! Títeres y pantomima. Fundé en Cabure en el año 1980 el grupo de títeres “UNIDOS”. Este nombre se debe a que éramos dos Jeannine Lisinski y yo, y estábamos unidos, aparte de producir y montar obras he dado gran cantidad de talleres de formación en estas disciplinas. En cuanto a dramatizar temas históricos puedo decirte que, en el año 2000, cuando por iniciativa del entonces Presidente Hugo Chávez y a través de la comisión presidencial viene la propuesta de celebrar el 20 de febrero, Día de la Federación. Con una dramatización, fue si se quiere una superproducción, pues se recreó en el estacionamiento de la gobernación. La Plaza Mayor de Caracas, así llamada entonces la actual Plaza Bolívar, como un gran mercado popular de la época, el asfalto se cubrió todo de tierra, se montó una gran cantidad de modestos toldos de lona, donde se ofrecían los distintos productos caseros, artesanías productos agrícolas, hasta un alambique que destilaba el famoso cocuy, y burros, chivos, ovejos, y caballos eran parte de la ambientación. En esa ocasión personifiqué al general de hombres libres: Ezequiel Zamora. Realmente fue una co-producción, puesto que la participación del Instituto de Cultura del Estado Falcón, presidida entonces por Humberto Clark fue vital; tanto así que una semana después me plantea Humberto, con la pasión que lo caracteriza: “Construyamos el Teatro Histórico, vamos, vamos, vamos a hacerlo.” Así, la semilla del teatro traída por Chávez, sembrada por Humberto y regada por mí y todos lo que me han acompañado en los distintos montajes, ha germinado, dio y seguirá dando frutos.◙

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Gestión Cultural

UNEARTE Falcón...¡Presente! Calixto Gutierrez Aguilar

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n 2008, como parte del proyecto de educación universitaria ALMA MATER, se decretó la fusión del Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón (IUESAPAR), el Instituto Universitario de Estudios Musicales (IUDEM), y del Instituto Universitario de Danza (IUDANZA) con el Instituto Universitario de Teatro (IUDET), para dar nacimiento a la Universidad Nacional Experimental de Las Artes (UNEARTE); una institución de estudios universitarios que habría de ejercer sus funciones bajos los auspicios del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria junto con el Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

UNEARTE Falcón

En 2018, durante el 4° Encuentro Nacional de Locos y Locainas, al cual asistieron el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas y el rector Alí Rojas, entre otras autoridades del sector, se suscribió un convenio entre la Gobernación de Falcón y la Universidad Nacional Experimental de las Artes, que permitió el surgimiento de una extensión de esta casa de estudios en nuestro estado. Se contaba ya con un aproximado de 1.200 personas censadas como aspirantes a cursar los Programas Nacionales de Formación (PNF) que se ofertarían en Coro y Punto Fijo: Teatro, Danzas, Artes Plásticas, Artes Gráficas, Cinematografía y Producción Audiovisual. Justo para el primer período

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académico llegué yo, invitado por unos buenos amigos que hacen vida en la universidad. En principio trabajé en el área de la fonética y en lo tocante a expresión oral y escrita, luego asumí la cátedra de “Saberes populares y tradiciones de Venezuela” juntamente con “Música tradicional latinoamericana” De modo que acompañé este hermoso proyecto prácticamente desde sus mismos inicios. Tras una brevísima pasantía por la coordinación académica de nuestra universidad, dejo UNEARTE con honda satisfacción del trabajo realizado y esperanzado en su consolidación a corto plazo. Los hacedores de artistas El perfil de UNEARTE mira nada más y nada menos que a la formación de artistas, a la profesionalización de los creadores, y esto no puede hacerse sino poniendo en contacto a los artistas consagrados con los nuevos talentos que buscan en nuestras

aulas el aprendizaje de las técnicas y la adquisición de las herramientas necesarias para la consecución de sus logros. Nótese sin embargo, que la idea no es dar a luz a una elite de actores o pintores, músicos o cantantes, fotógrafos o cineastas que desarrollen su hacer artístico, con mero afán de lucro y desarraigados de las comunidades en donde nacieron y se han desarrollado. El nuestro ha de ser un artista con claro sentido de identidad y pertenencia, consiente de la fuerza del arte como factor de comunicación y transformación. Desde que se concretara la idea de UNEARTE en Falcón, se puso al frente de la coordinación académica al reconocido caricaturista José Rafael Gutiérrez (Fucho) y en ése ejercicio se mantuvo hasta que quebrantos de salud le impidieron continuar en funciones. “Fucho”, junto con la coordinación académica, impartió sus conocimientos a los


jóvenes y nuevos ingresos en el tramo inductivo en lo tocante al dibujo de mano alzada. Su amplia trayectoria es un verdadero referente en el arte de la caricatura y la mancheta. ¿Qué decir de quienes apuntalan el proyecto UNEARTE Falcón con sus aportes docentes? En cada área de conocimiento contamos no solo con los buenos sino con los mejores. Y esto último lo afirmo sin el menor empacho. El PNF Danza, por ejemplo, en sus distintas menciones se sostiene sobre tres pilares incontestables de la danza en el estado Falcón: Cristina Falco, Orcelis Marcano y Jorge Esteva. Si al querer narrar con toda justicia la historia del arte dancístico en nuestra región se suprime a uno solo de los tres, todo lo que se diga después tendrá sabor de incompleto, de materia pendiente. En cuanto a teatro, y sólo por mencionar a la sede Coro, Alfredo Medina y Víctor Pelayo nos bastarían para dar noticia de la seriedad de este proyecto y del empeño puesto en traer a los mejores. Pero es justo hacer mención de Nolis Martin, mujer de teatro y cine, además de académi-

ca rigurosa y reconocida. Si ya como actriz es una estrella con brillo propio, como docente no se queda atrás. En el PNF Música, que egresa graduados en canto popular y en ejecución de instrumento popular, no se puede ni en Coro ni en Punto Fijo elegir un docente mejor que otro, más virtuoso en la ejecución o en la pedagogía. Ya lo dije antes, es que no solo tenemos los buenos, tenemos a los mejores en toda la región. José Gregorio Hernández o Alirio Sánchez son referencias suficientes para el programa de artes plásticas mención pintura, tanto como lo sería Daniela Primera en el área de fotografía. Mención aparte por méritos indiscutibles, merece la profesora Milagros Escobar en la sede Coro, coordinadora del programa de artes plásticas. Esta mujer de las artes, autoridad indiscutible en materia de curaduría y gerencia de museos, es sin duda la profesora más entusiasta y más profundamente comprometida con la consolidación de UNEARTE. Lo que hice hasta aquí no me permite nombrar a cuantos han colaborado con el surgimiento de la Universidad Nacional Experimental de Las Artes, pues han sido afortunadamente tantos que se hace imposible nombrarlos a todos. Con el barro que se tiene… Cuando yo, ante alguna circunstancia, me quejaba de la falta de mejores materiales o de mayores recursos para emprender algunas acciones, un amigo mío solía aconsejarme “se hacen los adobes con el barro que se tiene” Y esta frase de mi amigo me resulta iluminadora a la hora de reflexionar sobre algunos resultados muy preliminares obtenidos desde la UNEARTE Falcón. Los profesores son como alfareros y moldean el barro de primerísima calidad que llega a las aulas de UNEARTE Falcón.

De modo que todo lo que se ha conseguido hasta ahora si bien obedece al empeño y compromiso de nuestros docentes, no es menos cierto que resulta del gran talento de nuestros alumnos; vale decir de ellos cuanto ya repetí de los profesores: no solo tenemos los buenos sino que tenemos a los mejores. Muestras de cine, presentaciones locales, festivales regionales, festivales nacionales, exposiciones, dondequiera sea que vayan los alumnos de UNEARTE Falcón se destacan, y no poco.

Mirando al futuro…

Cuando suscribo estas líneas recibo con agrado la noticia de que Orcelis Marcano se encargará de la coordinación académica de nuestra universidad y eso no puede menos que llenarme de esperanza, pues cuanto dije de la profesora Milagros Escobar con respecto a Coro, puede decirse de Marcano con respecto a Punto Fijo. La universidad está en buenas manos y va por buen camino. Pero nada nace del tamaño que está destinado a alcanzar. UNEARTE es en Falcón todavía un proyecto en ciernes. Falta consolidar el tema de las infraestructuras y las dotaciones necesarias. Se hace urgente mejorar los canales de comunicación y respuesta con el nivel central. Es necesaria una campaña de divulgación de la oferta académica de UNEARTE a nivel de todos los municipios de la región falconiana. Es preciso seguir convocando a los mejores. No puedo finalizar estas escuetas líneas de esbozo sin agradecer el innegable compromiso del gobernador Víctor Clark Boscán. A su empeño y solidaria cercanía debe UNEARTE Falcón su surgimiento y desarrollo. En esta hora, en que se la convoca a sumar talentos para construir un mundo más humano, UNEARTE Falcón dice ¡Presente! ◙

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Gestión Cultural

En Falcón la cultura es indetenible

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pesar de la pandemia que nos sorprendió a todos en el 2020, la cultura en Falcón es indetenible, ya que se continuó impulsando las políticas culturales y fortalecer la gestión del gobierno de Falcón, desde INCUDEF con un gran despliegue de acompañamiento y apoyo de las actividades realizadas en el 1er trimestre del 2021 por el gabinete ejecutivo regional, afirmando los compromisos de llevar así la mayor suma de felicidad al pueblo. Cumpliendo con los protocolos de bioseguridad y apegados al plan del gobierno nacional, de trabajar en el marco del Bicentenario de la Batalla de Carabobo. • IDENTIDAD E HISTORIA. Los 201 años del natalicio de Juan Crisóstomo Falcón, en la población de Buena Vista Municipio. Falcón del Edo. Falcón, en un encuentro deportivo y cultural. • SEPTIMO ARTE. La Celebración del Día del Cine Venezolano, en sus 124 años de haberse proyectado la primera película en el país, en el Cine Miranda en Coro-Municipio Miranda, Estado Falcón, se rindió homenaje a Julio César Arteaga quien a sus 87 de vida, es un baluarte de las artes escénicas, y tributo post mortem a Elía Schnaider, cineasta y productora de la película “Huele Pega”, a Jacobo Penzo y a Néstor Jimenez, promotor cultural. • ARTE INFANTIL. En formato digital se realizó la entrega del VII Salón de arte infantil Ciu-

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El presidente de INCUDEF el lic. Inti Clark hace entrega de cuatros a niños del grupo musical infantil de cuatro


coniana 2021. Preservando y promoviendo este bello oficio y enalteciendo un compromiso histórico de nuestra idiosincrasia verdadera.

dad de Coro 2020, dedicado a la Fotografía, donde resultaron ganadores Kellibis Salazar del (Municipio Colina), el Renny Pérez y a Fabiana Arias (Municipio Miranda). • MUÑEQUERAS. El colectivo de muñequer@s de Falcón, junto @gobierno_falcon, @vclarkb, @incudef, @inticlarkboscan, La Asociación de Artesanos, La Dirección Cultural de La Alcaldía de Miranda, El Museo de Arte, celebró en homenaje al natalicio de Zobeyda Jiménez, la consentida del cantor del Pueblo, el Día de la Muñeca Tradicional fal-

• En Jornadas de atención social integral llevando alegría a los hijos e hijas de La Patria con actividades de animación y recreación en Cayude, Municipio Carirubana, Carirubana, Jadacaquiva y Villa Marina del municipio Falcón

SABERES Y HABERES • El gobierno de Falcón desde Incudef cumplió con formar en saberes y haberes a la población en talleres de Cuatro, percusión, elaboración de muñecas de trapo, teniendo como centro de enseñanza los sectores La Güinea, Curazaíto, Las Panelas, 480 años de la Velita V y Bobare en el municipio capital, gracias al trabajo de los promotores culturales Alexander Torres, Dorys Martinez, Hilcia Colina, Enna Zavala, además conversatorios del origen y el bautizo de

las muñecas de trapo tradicional como oficio ancestral. Juntos somos cultura… • Falcón fue escenario en la juramentación de la Comisión Bicentenaria Falcón 200 • Del Festival Cultural Carabobo 200 desde el Cine Miranda. • En Febrero continuo la Celebración Día Tradicional de La Muñeca de Trapo con exposiciones en los municipios Miranda, Colina, Carirubana y Piritu. • Excelente tertulia musical realizó el TRIO CHAMBERI MORUY en su aniversario 36 de trayectoria artística desde la Península de Paraguaná

RECREACIÓN DEL ARTE Y LA CULTURA • PROMOVIENDO EL ARTE Y LA CULTURA. El equipo multidisciplinario de INCUDEF se hizo presente en las actividades

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recreativas y culturales de Carnavales Bioseguros 2021 en Ciudad Federación del municipio Carirubana y municipio Falcón. • INTERVENCIONES URBANAS con murales de artistas falconianos, se recuperó e inauguró La Plaza Alí Primera de Bobare del municipio Miranda y en el municipio Carirubana. • JORNADA SOCIAL INTEGRAL, Capatárida Mcpio. Buchivacoa y en Dabajuro Mcpio. Dabajuro con despliegue de actividades culturales. • TRIBUTO. Al padre Cantor Alí Primera en La Marcha de Los Claveles Rojos en el Sector Ali Primera Mcpio Los Taques y en el Mcpio Carirubana de la Península de Paraguaná. • CONGRESO DE LOS PUEBLOS: Cultores elevaron propuestas en el marco del Congreso Bicentenario de Los Pueblos, ante el ejecutivo regional y nacional, debatieron en los 25 municipios de la entidad,

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con el fin de construir una ruta significativa para la conformación y la sistematización de propuestas del sector cultura, como parte de la política que lidera el presidente, @nicolasmaduro, orientadas en la entidad por el Gobernador Víctor Clark. • RECORDANDO ALÍ. Con el propósito de mantener el pensamiento, el canto, la música, y la acción solidaria del cantor del Pueblo se realizaron actividades culturales y deportivas en la casa museo Alí Primera, para conmemorar la siembra de Alí Primera • CINE PARA TODOS. Se abrió en el marco del gran festival cultural Carabob 200 el telón para el público en general para que disfrutaran de las grandes proyecciones de películas como: El White Tiger, Maraton La Casa de Papel • POR PRIMERA VEZ. Salió La Burra al grito del Carnaval en Coro una iniciativa nacida por La Agrupación folclórica

Ayé Cuero de la mano a los promotores culturales de la comunidad de este populoso sector de Curazaito el apoyo del @mculturafalcon , @incudef , @inticlarkboscan y @ culturasunearte. • Febrero cerró con la capacitación por parte de especialistas promotores culturales con talleres de Danza, Decimas, Formación de Promotores y Tradiciones Venezolanas...en Curazaito. En medio de La Pandemia, la cultura en Venezuela no se detiene • El equipo de promotores culturales se mantuvo a pesar de la Pandemia y cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, activados impartiendo talleres de: elaboración de muñecas de trapos, de elaboración de volantines, de formación de cuatro y conversatorios a cerca de las muñecas tradicional de trapo, donde beneficiadas las comunidades de Curazaito, 5 de Julio, Cruz Verde, Chimpire, y los adultos de la terce-


ra edad, del Juan Crisóstomo Falcón. • INTERVENCIONES URBANAS. Murales fueron realizados en Casa Julio Urrego del sector La Velita, en La Vela de Coro, homenaje a Tomasa Deroy, • Actividad Cultural/recreativa en el marco del Día del Síndrome de Down por parte del Gobernado de Falcón Víctor Clark • MUJERES DE LA CULTURA Y EL ARTE. Enmarcado en el día La Mujer en el Plan Carabobo 200 y porque la cultura está presente en nuestras vidas, con una hermosa velada realizada en la plaza Alí Primera del sector Bobare, el gobierno de Falcón desde INCUDEF reconoció a tres grandes mujeres, quienes han demostrado con su esfuerzo,

dedicación y trabajo, que nuestra identidad, costumbres y tradiciones, se deben resaltar a través de la cultura y el arte. Minerva Lugo de Solis, nativa del sector Curazaíto, promotora cultural y Directora de la agrupación Danzas CartujÍ, desde muy joven sintió inclinación por las artes escénicas, iniciando como bailarina, fundadora de danzas desde el Incudef, donde era instructora de este arte tradicional y logró fundar Siraba, Churuguara, La Asociación Civil José Leonardo Chirino, con más de 45 años de labor cultural. • Zoila Pachano Camacho: Heredó su pasión por el arte del baile y especial del tambor coriano de madre Olga Camacho, La Reina del Tambor Coriano y Patrimonio Cultural musical es licenciada en

educación mención cultura y directora de la agrupación tambor coriano la Camachera. • Evelia Inés Dirinot Pérez: Con más de 33 años haciendo vida cultural, es directora del grupo cultural parranda Bobareña y de danzas comunitaria Bobare, además es miembro de la directiva de la asociación civil cultural experimental maría chiquitín, su ha preparado en el mundo de la locución y de la producción de TV, realizó en el 2004 convenios con INCUDEF, impartiendo talleres a las comunidades de cuatro, tambor y muñecas de trapo tradicional. • Jornada Social integral en Tacuato Mcpio. Carirubana. ◙

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Gestión Cultural

Juntos celebramos los 101 años de la banda “Juan Crisóstomo Falcón”

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elebramos juntos los 101 años de nuestra Banda del Estado Juan Crisóstomo Falcón, Patrimonio Cultural de la región, comprometida a los cambios sociales, educativos, de excelente trabajo músico cultural, tanto dentro y fuera de la entidad falconiana. Este año, cumpliendo con las medidas de bioseguridad y con un gran concierto virtual,

se avivó para que sus músicos interpreten los temas siguientes: Sombra en Los Médanos, de Rafael Sánchez López “Rafuche”, La Viquina de Alberto Rubén, Paso Doble de Silverio de Agustín, Gallito de Santiago López y el Borrachón, así lo informó su director musical José Gregorio González y su director operativo César Ventura. Creada el 14 de enero de 1920 bajo la dirección musical del profesor Sinforiano Latre, durante el mandato del presidente de Falcón el General León Jurado y bajo la aprobación del presidente de la República Juan Vicente Gómez al Mariscal Juan Crisóstomo Falcón en su centenario, realizando sus primera presentación el 27 de enero del 1920. Hoy bajo la presidencia de Armando Linares, la banda está conformada por 28 músicos profesionales de reconocida trayectoria, académicamente comprometidos con promover la cultura musical en el país. ◙

Dinamización de la ciudad de Coro, Patrimonio Cultural de la Humanidad n importante grupo de estudiantes, amanU tes, aficionados, profesores, profesionales y periodistas, fijaron en imágenes la memoria his-

tórica –cultural de la Poligonal declarada por la

Unesco, Patrimonio Cultural de La Humanidad, en la primera Cayapa Fotográfica realizada en Coro-estado Falcón. Promoviendo así luego de la rehabilitación efectuada por el Gobierno de Víctor Clark, la dinamización de esta ciudad del viento y permitiendo enaltecer un legado cultural que perdura a través del tiempo, en sus edificaciones, casonas, esquinas, calles empedradas, plazas y museos. Incomparable. Fue la travesía cayapera, al ser sorprendidos por la representación de jóvenes al recrear estos inmuebles, casas y calles empedradas, con matronas y personajes de la época, rescatando así, la memoria cultural e histórica de Coro. Actividad desarrollada en el marco de los 200 años del Bicentenario de la Batalla de Carabobo y de la Ruta Bicentenario Cultural y bajo estrictos protocolos de bioseguridad para evitar la propagación del Covid -19 y de la nueva variante brasileña en la entidad. ◙

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Natalicio de la eterna reina del tambor coriano, Olga Camacho

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l tambor es la causa de mi vida, el tambor es la causa de mi muerte” así como una de tantas de sus canciones, se recuerda a Olga Camacho, nos lleva a la Corianidad y de un gran emporio cultura que legó en nuestro estado Falcón y más allá de las fronteras, con su música popular ancestral, como lo es el tambor coriano. Por tal motivo, desde el Barrio La Guinea en el municipio Miranda, estado Falcón, se unieron en una sola voz, para recordar que el 30 de mayo de 1928, nació hace 93 años la máxima exponente de una rica tradición “El tambor Coriano”. A ésta popular embajadora Cultural, le fue conmemorado su natalicio desde su casa de habitación, con actividades religiosas, presentaciones de danzas y al son del tambor. ◙

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FILVEN FALCÓN En Falcón la Fiesta Literaria 2021 se hizo presente Prensa: Incudef

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alcón recibió de manera exitosa del 15 al 20 de junio del 2021, desde la ciudad histórica de Coro a la ruta regional de La Feria Internacional del Libro Venezuela 2021 (FILVEN), en su 16ª edición, integrándose al Festival Cultural Carabobo 200, tributo a la celebración de la Batalla que en 1821 contribuyó a la independencia definitiva de Venezuela, el 24 de junio. En la Filven se rindió homenaje a: Earle Herrera, Aquiles Nazoa y Antonio Robles, escritores de gran trayectoria y constructores de la literatura venezolana, además se efectuaron recitales, conferencias virtuales, presentaciones de autores falconianos y nacionales. Para el titular de la cartera cultura en Falcón, Inti Clark, este encuentro con la literatura representó el disfrute de propios y visitantes cuyo escenario fué La Casa del Sol y el Club Bolívar con Stand de librerías del Sur, para continuar promoviendo la historia, a través de la lectura, desde el Pabellón Infantil se les dio participación a los niños, niñas y adolescentes en: Cuenta Cuentos, Pinta tú Patrimonio, hagamos bloques de adobe, Kirigami, talleres de Pintura, Deletreo y elaboración de muñecas de trapos, entre otras actividades culturales. Aprovechando así, espacios para promover la dinamización del Centro Histórico que impulsa el Gobierno de Falcón @vclarkb @ incudef @inticlarkb.

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FILVEN Falcón 2021

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pages 65-68

En Falcón la cultura es indetenible

6min
pages 58-62

Natalicio de la eterna reina del tambor coriano, Olga Camacho

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UNEARTE Falcón dice ¡Presente

6min
pages 56-57

La semilla del teatro. Entrevista con Alfredo Medina. Gabriel Jiménez Emán

7min
pages 53-55

Panorámica del tambor coriano Barrio La Guinea. Enzio Provenzano

13min
pages 43-48

La perplejidad transfigurada: una lectura de Luis A. Crespo. Gabriel J. Emán

4min
pages 49-50

La comedia del arte en la pintura de Alirio Sánchez. José Gregorio Noroño

4min
pages 51-52

Luis Bautista

4min
pages 41-42

El juego disparejo. Roberto Molinares

12min
pages 37-40

Poesía social y utopía en América Latina. Juan Calzadilla

10min
pages 12-15

Relatos de las Ánimas de Guasare. Pedro Chirino

5min
pages 35-36

El arte y la cultura en Falcón. Gabriel Jiménez Emán

6min
pages 6-7

Súbito y perplejidad de Coro. César Seco

11min
pages 8-11

Así la poesía. Miguel Márquez

6min
pages 32-34

Chabuca Granda, 100 años de la grande de América. Héctor Camacho Aular

3min
pages 30-31

Conversación con el poeta Darío Medina. María Elvira Gómez

10min
pages 27-29

Patrimonio y derecho a la ciudad. Inti Clark Boscán

4min
pages 4-5
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