abriendo LIBROS
El placer de REPENSAR LAS ARTES Martha I. Leñero Llaca
La autora de esta reseña nos hace evidente que la lectura de un libro es doblemente fructífera cuando a la importancia y el interés de su tema se aúna el gozo que nos produce la forma en que está escrito. Repensar las artes. Culturas, educación y cruce de itinerarios (coordinado por María Esther Aguirre Lora) es precisamente un libro que conjunta esas dos condiciones: por un lado, suscitar la reflexión sobre los nuevos “observatorios” desde los que podemos repensar el arte y, por el otro, disfrutar de una serie de textos cuya lectura puede ser placentera.
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sta antología, como toda reunión bien planeada e inspirada en compartir un momento o en festejar y celebrar un motivo o una coincidencia, se anuncia con una introducción que va fabricando la tentación de leer a través de lo que podríamos ubicar como palabras clave que dan sentido a lo que con esta obra se quiere comunicar. Así, y sin repetirse, van apareciendo en los primeros accesos al texto, las referencias a lo singular, lo poco atendido, lo no reconocido, lo marginado, lo eludido, las persistencias invisibles, lo relegado y lo desconocido, por citar sólo algunas expresiones que van situando a este proyecto en un lugar inesperado para construir otra historia de la educación artística y de la cualidad educativa de las artes, de todas ellas, o, por decirlo en términos de este libro, de todo lo que fue, es, y podría concebirse como arte en su inquietud y vocación por transmitirse.
CORREO del MAESTRO
núm. 211 diciembre 2013
Muy lejos de una estructura cronológica, esta historia se nos cuenta a través de tres puntos de observación, o tres observatorios –como los llama la coordinadora del libro– que conforman su estructura principal. En cada uno de ellos no sólo se entrecruzan el pasado, el presente y el futuro, sino también sujetos, métodos e ideas, en apariencia distantes y disímiles, pero que logran momentos de encuentro y coincidencia a través de los lenguajes propios del arte. Así por ejemplo, y a pesar de los muchísimos siglos transcurridos, desde el primer observatorio y leyendo a Pablo García Castillo, es posible que la armonía y el ritmo tan importantes para Platón en la formación del ciudadano, puedan dialogar de pronto y en el reciente siglo XX con Basquiat y el llamado “arte de la calle”, en el que, mediante el análisis de Anita Gramigna, descubrimos las otras formas de construir la pertenencia
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