LOS COLORES DEL CUARTO OBSCURO
VIH Y COVID-19: IGNORANCIA, MIEDO Y FOBIA
ULISES ALBORES SÁNCHEZ
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Una idea generalizada en los mexicanos es que mientras podamos cumplir con nuestros roles sociales, económicos y familiares, nos encontramos “sanos”, “saludables”.
Lo anterior se comprobó a través del estudio bajo la dirección del Dr. Othón García Silva, Hábitos y decisiones cotidianas: Percepciones y realidades socioculturales, funcionales y simbólicas en torno a la alimentación de la familia de clase media mexicana, que realizó Bitácora Social. Una frase de un participante resume y evidencia lo que piensa México: Para mí, si no te duele nada, significa que estás sano; lo demás, los problemas, se pueden resolver. Y es esta idea lo que produce que miles de mexicanos sufran enfermedades silenciosas, es decir, aquellas que existen pero que no muestran síntomas inmediatos y en etapas tempranas, para prestarles atención, como la diabetes, la hipertensión, la anemia, el hígado graso, el cáncer, entre otras. La mayoría de las enfermedades silenciosas son clasificadas como no infecciosas, es decir, su génesis se encuentra en problemas metabólicos y, en su mayoría, responden a los hábitos de quienes las padecen. Unas son de origen bacterial, como la hepatitis, la neumonía, la bronquitis o la faringitis; otras de origen viral, como el VIH/SIDA y ahora el COVID-19.
En ambos casos, un virus infectó a miles de seres humanos debido a su transmisión callada, pues el portador puede no mostrar síntoma alguno y, sin saberse infectado, transmitirlo. No obstante, sus diferencias son claras: el VIH se transmite por sangre, semen, líquido preseminal, secreciones rectales, vaginales y la leche materna. El coronavirus, como la mayoría de las enfermedades respiratorias, se transmite por gotículas procedentes de nariz o boca que se desprenden al toser, estornudar, escupir o al hablar. Otra clara diferencia entre ambas enfermedades es que el VIH se comenzó a transmitir entre una población específica: la comunidad queer (LGBT+), mientras que el COVID-19 ha tenido una transmisión generalizada. Además, una disimilitud sustancial es que la mayoría de los contagios por VIH se realizan por actividades sexuales, mientras que para el COVID-19 solo se requiere estar a menos de 2 metros de distancia de un portador. Actualmente, ambas enfermedades son consideradas como pandemias mundiales. En cada una, la discriminación fue un factor que potenció que se propagaran. En la década VIH Y COVID -19: IGNORANCIA, MIEDO Y FOBIA
