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FRANCESC TARONGÍ CEO GRUPO ENERTIKA, WWW.ENERTIKA.COM
El reto que representa el contexto energético actual, con un incesante aumento de los precios, con un incremento del 15% en los últimos doce meses sin ir más lejos, y un impacto cada vez mayor sobre el medio ambiente, hace tan importante la búsqueda de nuevas formas de generación energética no contaminante, como consumir eficientemente la energía disponible. Por ese motivo, la eficiencia energética en las organizaciones es sin duda, junto con la generación distribuida y el autoconsumo, los puntos clave del cambio de paradigma que permitirá acceder a un modelo energético basado en la gestión activa de la demanda con un papel relevante de la figura de los “presumers” (los consumidores-generadores de energía). Tradicionalmente la energía y su impacto en los negocios se ha visto como un asunto puramente de precio, resiliencia del servicio y el cumplimiento de la regulación técnica y administrativa de las instalaciones. Pero hoy en día las empresas innovadoras están empezando a mirar a la energía de una manera diferente, fijándose en como la forma de gestión de ésta pueden ayudar a sus negocios. Cada vez más la gestión de la energía se está convirtiendo en una prioridad y un elemento clave en las discusiones en los Comités de Dirección de las empresas. Aunque la mayoría de ellas lo toman desde el punto de vista de competitividad del negocio, algunas, especialmente las grandes corporaciones, lo plantean como una responsabilidad social corporativa voluntaria que impacta directamente en su imagen de marca. La energía puede ser un centro de beneficios si se gestiona correctamente. Empresas de todo el mundo están descubriendo que pueden reducir el consumo de energía mediante la inversión en proyectos de eficiencia energética y generación distribuida que pueden obtener una reducción de su demanda, aprovechar incentivos fiscales, crear nuevas líneas de negocio, y en muchos países como un activo negociable en los mercados financieros.
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POR QUÉ COMPRAR BARATA LA ENERGÍA NO BASTA En definitiva, si la energía es gestionada inteligentemente como un activo corporativo estratégico, contribuye sin lugar a duda a la reducción del riesgo empresarial, aumentando la rentabilidad para sus accionistas.
EL NUEVO REAL DECRETO LEY 15/2018 En esta línea, el reciente Real Decreto Ley 15/2018 anunciado por el Consejo de Ministros del pasado viernes 5 de octubre en el que incluye una lista de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, es un primer paso para contener el precio de la energía y facilitar la gestión inteligente y eficaz de la energía, Incluyendo medidas para favorecer el autoconsumo desapareciendo el “impuesto al sol” y facilitando los trámites administrativos, liberalizar la recarga de vehículos eléctricos así como el cambio de tarifas de alta tensión convirtiendo la 6.1b, consumidores conectados entre 30 y 36KV en Tarifa 6.2, con la consecuente reducción de los peajes de acceso, promocionando las energías renovables favoreciendo los contratos bilaterales PPA, limitando la especulación en la tramitación de puntos de conexión para nueva potencia y dando una prorroga a puntos de conexión actualmente en vigencia. Respecto a la reducción del término de energía en el cómputo total de la factura el Real Decreto 15/2018 favorece al gran consumidor conectado a alta tensión frente al pequeño y mediano ya que mientras los primeros disfrutarán de más de un 50% de, los segundos difícilmente alcanzarán un tercio con lo que el impacto en el precio será muy limitado. El Real Decreto también contempla algunas medidas fiscales, muy lejos de la reforma integral de la fiscalidad de la energía descrita en el Informe de la Comisión de Expertos, y que no van más allá de la eliminación del céntimo verde (impuesto especial sobre hidrocarburos) y de la re-
ducción temporal (durante seis meses) de los tipos a la producción de electricidad pasando del 7% al 0%.
DIGITALIZACIÓN Y EFICIENCIA ENERGÉTICA SON LA CLAVE Todas estas medidas ayudarán a contener ligeramente el precio de la energía pero desgraciadamente no permitirán la mejora sustancial de cuenta de explotación de las compañías. Si realmente una empresa quiere mejorar de manera importante su competitividad deberá abordar un plan exhaustivo de eficiencia energética que deberá iniciarse con una digitalización adecuada de sus instalaciones que le permita obtener información precisa de sus consumos energéticos (electricidad, gas, vapor, agua, aire comprimido, residuos orgánicos energetizables, etc).. Una vez esa información sea accesible será capaz de poder gestionar su demanda estableciendo kpi’s para poder medir y comparar, detectar sobreconsumos para actuar rápidamente, detectar discrepancias con las comercializadoras y lo más importante, empezar a identificar aquellos puntos clave a tacar de mayor impacto para plantear proyectos de inversión que se paguen con parte de los ahorros generados. Según nuestra experiencia en decenas de clientes, una PYME media del sector servicios o industrial puede llegar a ahorrar en una década más de dos años de su factura de energía con un buen plan que le permita combinar medidas de generación distribuida para su autoconsumo, eficiencia energética en sus sistemas consumidores principales y con la implantación de un sistema de gestión que le permita monitorizar y tener control sobre sus consumos. Si a esto le añadimos fórmulas financieras como las que plantean las empresas ESCO, la empresa podrá conseguir estos resultados con total garantía de los ahorros sin tener que adelantar un céntimo de la inversión.