Fiestas de las
Angustias
AYAMONTE2018
La Actividad Pesquera
Del libro inédito “AYAMONTE Y EL IMPERIO DEL ORO AZUL. 1700 – 1950” Desde principios del siglo XVIII llegan temporalmente desde el levante a nuestras costas cientos de personas, unas son simplemente pescadores, otros verdaderos artesanos de la salazón y otras comerciantes, que teniendo presente el nicho de mercado que suponía el abastecimiento de productos básicos de pescado a una gran población, llegan a esta fuente de riqueza pesquera. Inmensos bancos de sardinas, boquerones y jureles, entre otras especies, conforman el denominado “Oro Azul”, se trataba de capturar los peces y realizarles las transformaciones básicas de chanca y salazón que desde tiempos ancestrales se venían realizando. Se creó inmediatamente un comercio constante entre nuestra costa y los lugares de origen de estos “Fomentadores”. Los habitantes de Ayamonte no se quedaron simplemente aportando mano de obra, sino que también se integran en el sistema productivo, aunque no tanto en el comercial. Las almadrabas constituyeron otra de las grandes explotaciones pesqueras, requiriendo de gran cantidad de mano de obra.
Desde hace miles de años, la gran diversidad y riqueza de nuestra costa ha representado un recurso endógeno que siempre ha servido de base a dos actividades económicas, una es la propiamente extractiva, la pesca, y la otra es la transformadora. Las capturas representaban un modo de alimentación básico en las familias que vivían en las zonas de playa, a la vez que aprovisionaban las industrias y servían de intercambio con otros productos, generalmente agrícolas.
Épocas de grandes capturas se suceden con otras de escasez, llegando a ocurrir que durante el siglo XIX, los levantinos dejan de venir en la cantidad que lo hacían antes, oportunidad que aprovechan los emprendedores locales para ocupar sus huecos de mercado con la aparición de la primeras charangas locales, negocios que fundamentalmente tuvieron su origen en los barcos enviada de las jabegas que desde 1700 se dedicaban a trasportar desde las playas a puerto, las capturas de otros y, por supuesto, de las barcas de jabegas con las que tenían acuerdo,
Los yacimientos romanos localizados en Punta del Moral han puesto de manifiesto que ya entonces se elaboraban salazones y preparados de pescado como el Garum, aderezo culinario que se agregaba a la comida potenciando el sabor de la elaboración, siendo por tanto uno de los primeros productos alimenticios manufacturados industrialmente que se comercializaron en la historia.
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