Semana Santa 2018
La Línea de la Concepción
En representación de….
Recuerdo que alguien me dijo un día, que los abuelos en coordinación con los padres son los trasmisores de la fe a sus nietos ¡Que razón tenía!, pues gracias a ellos no solo me trasmitieron la grandiosidad de la fe sino también sus tradiciones. Una tarde recibo un mensaje del Sr. Presidente, donde me comentaba que escribiera mis vivencia, como vivía mi Semana Santa de antaño hasta nuestros días, por un momento no sabía que decir y por supuesto que escribir, pero en este mismo momento tuve un pensamiento, una frase: vengo en representación de…… muy utilizada antiguamente, pero tenía muy buena acogida, pues, aquel que la mencionaba tenía el privilegio de estar en la presidencia de la Hermandad que procesionaba en ese momento, es de-
102
cir estar muy cerca de Nuestro Señor y su Bendita Madre, y así vivir una Semana Santa más intensamente. Gracias a estas tradiciones desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo fui testigo del fervor popular, unas veces de monaguillo otras representando a la Hermandad del Medinaceli, pero siempre esperando con anhelo la llegada del Miércoles Santo, mi día grande, porque acompañaba al Cautivo, al Medinaceli. Por aquel entonces contaba con unos doce o trece años, recuerdo que semana antes mi madre preparaba todo para que no faltara ningún detalle, capirote blanco con la cruz trinitaria formada por dos cintas roja y azul, la túnica y la capa blanca y el cíngulo de esparto, realizado muy laboriosamente por mi padre, y como no podía olvidar y mencionar aquella vara, que puntualmente el viernes de Dolores, la recogía en la calle Jardines en el taller de Vespa de José Chancón, y una vez finalizada la Semana Santa la volvía a entregar. Ese día me acompañaba mi Madre que solía salir todos los años de promesa y mi Hermano Cefe que al ser el más pequeño solía colocarlo delante del Estandarte. Son grandes recuerdos muchas anécdotas, y la verdad sea dicha necesitaría muchas páginas para plasmar todos los recuerdos almacenado en mi mente. Pero quiero aprovechar al máximo estas líneas, para recordar aquellos momentos inolvidables, recuerdo cuando llegamos al Templo de la Inmaculada, el paso pie a tierra, el Cautivo siempre con su mirada al frente, Pepe Chacón realizaba su visita a la Patrona y una vez finalizada, el cortejo se disolvía moviéndose de un lado para otro, para reponer fuerza y seguir con nuestro recorrido de regreso, hoy día las cosas han cambiado, el cortejo continua su marcha ordenadamente, pero lo que verdaderamente identifica al nazareno es la fe que no cambia con el tiempo y sobre todo seguir aquel que dijo un día: “toma tu cruz y sígueme” Es una llamada a la entrega absoluta, con un