La Línea de la Concepción
Semana Santa 2018
Liturgia del Domingo de Ramos Comenzamos la Semana de Pasión con el Domingo de Ramos. La Semana Santa tiene dos partes: el final de la Cuaresma – desde el Domingo de Ramos hasta el Jueves Santo por la mañana- y el Triduo Pascual, desde la Misa Vespertina del Jueves Santo hasta el final del domingo de Resurrección. Es un tiempo especial, un tiempo imprescindible para la sociedad, la persona y los cristianos. Es un tiempo propicio para conocernos más a nosotros mismos en los acontecimientos que recordamos. Es un tiempo imprescindible para conocer mejor a Jesucristo, en los hechos que dicen quién es él: su amor entregado por nosotros en la cruz y su resurrección. Vivir la Semana Santa, hoy, no es fácil. Son muchas las ofertas con que trata de seducirnos y la sociedad consumista en que vivimos. Una semana que algunos nos hemos permitido frivolizar, porque la hemos identificado con vacaciones, con ocio o descanso y la hemos dejado sin sentido. Por ello, vivir hoy con seriedad y provecho espiritual estos días santos es más meritorio. Conviene prepararse bien para celebrar estos santos misterios con un corazón renovado. Hace falta que los cristianos no solamente recordemos lo que sucedió sino que seamos capaces de hacer presente de revivir, de actualizar, aquello que sucedió y que sigue sucediendo. Los días de la Semana Santa son una oportunidad para vivir intensamente unos acontecimientos que tienen mucho que ver con nosotros y que nos ayudan a profundizar en la verdad y la riqueza de nuestra vida. Recordad lo que Dios
ha hecho por nosotros nos hace descubrir con asombro nuestra propia dignidad y grandeza. Nacidos y crecidos en la tierra somos hijos de Dios y ciudadanos de una Patria eterna. Bien vale la pena dedicar un tiempo y un esfuerzo a revivir espiritualmente, en la Iglesia y con la Iglesia. La verdad profunda y permanente de estos hechos. Semana santa, la semana más grande del año, la más importante. (Comenzamos esta semana grande del cristianismo, y lo hacemos conmemorando la entrada de Jesús en Jerusalén. Es como el pórtico que nos introduce en esos días decisivos para la historia de la salvación. Para muchos de nosotros será todo menos vacaciones. Es posible que salgamos del lugar ordinario de vivir y estar más cercanos a la familia, pero no olvidemos que son días esenciales, en los cuales veremos, con claridad, todo el amor de Dios ha querido volcar en cada uno de nosotros, por la Pasión, Muerte y Resurrección de su Hijo. La Semana Santa comienza con una alabanza con el recibimiento majestuoso que le hacen a Jesús al entrar en Jerusalén. Esas mismas personas pedirán su muerte dentro de cinco días. Vamos a contemplar, un año más, los misterios de la muerte y resurrección de Cristo…Pero este año será diferente si tomamos parte en la muerte de Cristo situándonos junto a Él, en el bando solitario de la Victima que se ofrece por nosotros: compartamos sus dolores, ofrezcámonos con Él, tengamos por Madre a María al pie de la Cruz y muramos a su lado… Así- lo sabemos- resucitaremos con Él llegada la Pascua. 9