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Diabetes mellitus, su control y dispositivos de monitorización subcutánea en veterinaria Existen diversas causas que pueden ocasionar que las curvas de glucosa realizadas en la clínica sobreestimen o subestimen el control glucémico. Es por ello que la vigilancia domiciliaria es el método más eficaz para evaluar la situación glucémica del paciente. Laia Patricio Ebri1, Laura Gil Vicente1,2, Anna Vila Soriano1,2, Rocío Sáiz Álvarez1,2 Facultad de Veterinaria y Ciencias Experimentales. Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir 2 Servicio de Medicina Interna, Hospital Veterinario de Referencia UCV Imágenes cedidas por los autores 1

damentalmente, de una acción inmunomediada1,4,5. Se caracteriza por una hipoinsulinemia permanente, donde no se observa un aumento en la concentración de insulina sérica endógena después de la administración de un secretagogo, por lo que los perros tienen una dependencia absoluta de insulina exógena para controlar la glucemia2.

Gatos La diabetes mellitus (DM) es la patología más común del páncreas endocrino detectada en la clínica de pequeños animales, y aparece generalmente en animales de edad media o avanzada. Se caracteriza por la presencia de una hiperglucemia crónica como resultado de una ineficaz producción -o acción- de la insulina, una disminución de la sensibilidad insulínica en los tejidos, o ambas1,2. Como resultado, aparecen los signos clínicos clásicos de la enfermedad: poliuria (PU), polidipsia (PD), polifagia y pérdida de peso1. A medida que aumenta la concentración sanguínea de glucosa, esta no puede ser reabsorbida del filtrado glomerular por las células tubulares, y aparece glucosuria. En perros, esto ocurre con concentraciones de glucosa en sangre >180 a 220 mg/dL mientras que en gatos este rango es más variable, y va de 250 a 290 mg/dL1,2,3.

En gatos la DM se caracteriza por una insulinorresistencia junto a una disfunción o pérdida de la función de las células beta. Esto, en la mayoría de los casos, deriva en una amiloidosis en los islotes de Langerhans6.

Diagnóstico La anamnesis típica incluye los signos clínicos clásicos, donde la PU/PD es constante en animales con DM. Sin embargo, la polifagia puede no presentarse o estar disminuida debido a posibles enfermedades subyacentes que producen una falta de apetito, y la pérdida de peso puede no ser notable en animales que acaban de desarrollar la patología2. Además de estos signos clínicos, para establecer el diagnóstico es importante

En perros la DM se caracteriza por una hipoinsulinemia permanente, donde no se observa un aumento en la concentración de insulina sérica endógena después de la administración de un secretagogo. Etiología Hay que tener en cuenta que la etiología difiere mucho entre perros y gatos y es importante de cara al seguimiento y el tratamiento, que deben ser siempre individualizados.

Perros En perros la DM está ocasionada por una destrucción rápida y progresiva de las células beta a consecuencia, fun-

detectar la presencia de hiperglucemia persistente en ayunas, y de glucosuria. La presencia de hiperglucemia sin glucosuria no produce PU/PD, y hay algunas causas de hiperglucemia que no acaban en DM, como puede ser la hiperglucemia por estrés7. Por otro lado, también se puede detectar la presencia de glucosuria sin hiperglucemia asociada, lo que sugiere la existencia de problemas renales, como es el caso de la glucosuria renal primaria2,3.

Pruebas complementarias

Tratamiento

Después de llevar a cabo un examen físico completo, se debe realizar una evaluación analítica que incluya: hemograma, bioquímica (con electrolitos y triglicéridos), urianálisis (con cultivo y ratio proteína/creatinina urinaria), fructosamina, progesterona sérica en perras enteras, ecografía abdominal, presión arterial y tiroxina (T4) en gatos1. Los hallazgos típicos que encontramos en los análisis clínicos incluyen hiperglucemia, glucosuria, leucograma de estrés, además de un aumento en los valores de colesterol y triglicéridos1. La fructosamina es útil para conocer la concentración media de glucosa en sangre de las 2-3 semanas anteriores2. Este parámetro nos puede servir no solo de apoyo para la monitorización de la patología, sino para poder descartar las hiperglucemias por estrés8,9.

El tratamiento de la DM clínica se basa en dos pilares fundamentales: la administración de insulina exógena y la modificación de la dieta. La finalidad es llegar a controlar las concentraciones de glucosa en sangre cercanas al rango fisiológico (72 a <180 mg/dL) y que estas estén por debajo del umbral renal el máximo tiempo posible1,2.

Insulina Algunas de las insulinas más comúnmente utilizadas en clínica son la lenta porcina de acción intermedia1,2, la glargina de larga duración1,12 o la PZI (Protamine Zinc Insulin) de larga duración1. La administración de insulina se realiza por vía subcutánea (SC), y utilizando jeringuillas de insulina dependiendo de la concentración de la misma (U-40, U-100). Hoy en día existen en el mercado alter-

La fructosamina nos puede servir, no solo de apoyo para la monitorización de la patología, sino para poder descartar las hiperglucemias por estrés. Detección de insulinorresistencias La insulinorresistencia suele ser el resultado de un efecto antagonista de diversas hormonas sobre la insulina; además, puede agravarse por la presencia de una infección o inflamación2. Esta resistencia insulínica puede interferir en la efectividad del tratamiento con insulina exógena. Por ello, es muy importante realizar todas las pruebas necesarias para descartar la presencia de patologías concurrentes que puedan afectar o producir DM de forma secundaria, como son la pancreatitis, el uso de glucocorticoides, el efecto de la progesterona o una enfermedad endocrina concurrente (hipotiroidismo y Cushing en perros; acromegalia en gatos)2,3,10,11.

nativas a estas jeringuillas: dispositivos en forma de pluma, en los que se selecciona la dosis a administrar y se inyecta mediante la acción de un botón, de forma que el propietario evita la manipulación y dosificación de la insulina13.

Dieta En el tratamiento dietético la finalidad es que el animal llegue y se mantenga en su peso ideal, de cara a facilitar el control de la glucemia. Esta debe ser nutricionalmente completa, balanceada y altamente palatable2,14: • En el caso de los perros, para minimizar la hiperglucemia postpandrial la dieta debe ser baja en carbohidratos. También debe ser baja en grasa para evitar así colesterol, triglicéridos y ácidos grasos circulantes, ya que contribuyen

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Nadir ideal 80-150 mg/dl

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Insulina administrada en T=0

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■ Rango ideal canino Nadir aceptable

Tiempo (horas) Nº 237 • Abril 2022

Rango ideal 80-200 mg/dl

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Duración de acción suficiente

Concentración de glucosa en sangre (mg/ml)

Concentración de glucosa en sangre (mg/ml)

Figura 1. Curva de glucosa óptima en la especie canina y felina.

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Nadir ideal 80-150 mg/dl

Rango ideal 80-200 mg/dl

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Insulina administrada en T=0

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■ Rango ideal felino Nadir aceptable

Tiempo (horas)

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Duración de acción suficiente


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