Clima social
1. Afiche 9º Congreso Nacional de Agencias de Viajes y Turismo para el Gobierno de Mendoza (1981). Escarapela argentina y paleta de colores militares. En su eslogan insta a construir «un nuevo modelo». Diseño: Carlos Gómez.
2. Afiche 37º Aniversario para la uncuyo (1976). Énfasis en los símbolos patrios y emblemas institucionales. Impresión: Taller de Serigrafía, esa, uncuyo. Diseño: Carlos Gómez. 3. Afiche 39º Aniversario para la uncuyo (1978). Resolución tipográfica con recursos plásticos. Impresión: Taller de Serigrafía, esa, uncuyo. Diseño: Carlos Gómez.
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Mendoza, no ajena al turbulento escenario nacional de los 70, vive en 1972 el «Mendozazo», una insurrección popular desencadenada por el aumento del 300% del valor del servicio eléctrico. Catalizadora de un cúmulo de reclamos, en esta se enfrentan la Confederación General del Trabajo (cgt), las agrupaciones docentes, los estudiantes y los vecinos con la policía provincial, que asesina a tres personas. La revuelta se asimila a otras, como el «Cordobazo», ocurridas durante la «Revolución Argentina» (1966-1973), la dictadura que derroca al presidente Arturo Illia. El retorno de la democracia no calma las aguas y, tras la muerte del presidente Juan Domingo Perón en 1974, la convulsión política intensifica la violencia. El surgimiento de bandas parapoliciales de ultraderecha, como la Triple A, y de organizaciones armadas, como el Ejército Revolucionario del Pueblo (erp) y Montoneros, configura un panorama que se torna, día a día, más sombrío. En la provincia, a la destitución del gobernador Alberto Martínez Baca le suceden intervenciones federales que alientan la escalada represiva. El Comando Anticomunista Mendoza (cam) y el Comando Moralizador Pío XII, liderados por el jefe de la Policía, persiguen y matan a obreros, gremialistas, militantes, prostitutas y chilenos refugiados del régimen pinochetista. En el campo cultural, el arte y la literatura nuclean a los personajes más comprometidos con la coyuntura. Generalmente, es a través de proyectos colaborativos como declaran sus postulados. Tal es el caso de los colectivos de izquierda Grupo 70 y Cinco Para Todos y Algún Otro Más, que editan catálogos con textos críticos e ilustraciones. Por su lado, Iris Mabel Juárez, integrante de ambos, denuncia el clima reinante con sus pinturas pop, en las que priman las siluetas humanas y personajes populares como Salvador Allende. A tono con la cultura latinoamericanista, el lujanino Leonardo Favio lleva adelante desde Buenos Aires una prolífera filmografía de contenido social. El afán por acallar voces neutraliza las iniciativas disidentes. En 1974, el cam bombardea el Taller Nuestro Teatro (tnt), emprendimiento de Maximino Moyano, Hugo Kogan, Jorge Fornés, Pupi Ternavasi, Carlos Owens y Elina Alba, un emblema de las artes escénicas mendocinas. Hasta su destrucción, sus obras profundizan temas tabú como la homosexualidad y presentan los primeros desnudos masculinos. Son parte de sus exposiciones eximios artistas, como Julio Le Parc (1971), Joaquín Salvador Lavado (Quino, c. 1971) y Carlos Alonso (1972). Este último, quien sufre la desaparición de su hija Paloma en 1977, simboliza el horror en su impactante serie de pinturas Carne de primera (1972-c. 1980) y en la instalación Manos anónimas (1976). En la antesala de otra dictadura, la purga y la restricción de actividades en las universidades se refuerzan. La Universidad Nacional de Cuyo (uncuyo), la Universidad de Mendoza (um) y la Universidad del Aconcagua (uda) son intervenidas y docentes como los filósofos Enrique Dussel y Arturo Roig son cesanteados y deben exiliarse. «Señora, las Fuerzas Armadas han decidido tomar el control político del país y usted queda arrestada», le dice el general José Rogelio Villarreal a la presidenta Isabel Martínez de Perón. Son las tres de la mañana del 24 de marzo de 1976 y acaba de instaurarse en Argentina una nueva dictadura cívico-militar.