Haciendo fácil lo difícil
lectura. Por el contrario, los lectores menos buenos también han adquirido hábitos, siendo éstos su principal obstáculo para progresar en el mejoramiento de la lectura. Para adiestrarse en la lectura es necesario empezar por distinguir qué hábitos hay que cambiar.
Características de los buenos lectores
Los buenos lectores son lectores activos El lector activo trabaja buscando algo determinado. Antes de comenzar a leer considera lo que podría ser importante en esa lectura. Piensa antes en lo que le puede decir el autor. Ese proceso de consideración previa, una vez adquirido el hábito, sólo es cuestión de segundos. Al hacerla, queda mucho más claro lo que uno sabe y no sabe sobre el tema que se va a leer. El lector se hace preguntas y exige del autor que le responda a esas preguntas. Trata de encontrar en el texto esas respuestas, o al menos no las pasará por alto como el lector pasivo que espera inútilmente que sea el texto el que suscite el interés. En el caso de que el autor no responda a ninguna de las preguntas que el lector le hace antes, se pueden dar dos situaciones: le habrá ampliado la visión respecto a otras cuestiones, o sabe que ha de buscar en otra parte para satisfacer su objetivo.
Los buenos lectores se concentran La lectura es una actividad que no necesita toda la atención de la mente. Al igual que al conducir un automóvil se puede estar discutiendo sobre un tema, también se puede leer mientras se hacen a la vez otras actividades. La lectura, pues, es una "actividad colateral del pensamiento", ya que no es una función por sí misma. Concentración significa recogimiento en un punto. Por tanto, la concentración en la lectura es conseguir que todas las energías mentales converjan en esta actividad. El buen lector ha aprendido a considerar la lectura como una actividad que necesita atención exclusiva. Con la concentración crece el rendimiento y disminuye el tiempo empleado en el trabajo, siendo mucho mayor la satisfacción conseguida.
Los buenos lectores comprenden bien Pronto reconocen el mensaje que se expresa y son capaces de hacerse cargo en poco tiempo de la estructura de un texto; esto significa distinguir entre las ideas principales y las secundarias, captar las relaciones entre los conceptos sin perder el hilo del tema. En definitiva, realizan un procesamiento mental más profundo y completo.
Los buenos lectores hacen pocas fijaciones oculares Tienen un amplio campo visual y, por tanto, necesitan parar pocas veces sus ojos en cada línea. Al reconocer varias palabras a la vez llegan a la comprensión de las frases e ideas mucho antes y mejor. Los lectores normales efectúan de 6 a 7 paradas por línea, mientras que los buenos suelen hacer un par. Esto significa que los buenos lectores, aparte de comprender mejor, irán por término medio tres veces más rápidos que los lectores normales. 88