Haciendo fácil lo difícil
Efecto sobre la imagen de las palabras Pero no acaban aquí las posibilidades de nuestra mente. Aún hay otra capacidad mental con respecto al lenguaje escrito que debemos conocer y usar para completar esta primera etapa. Se trata de que no es imprescindible ver completo el grafismo de la letra para reconocerla; viendo la parte superior tenemos suficiente. Veamos un ejemplo:
Recordaba el momento exacto en que supo que llevaría a cabo su misión.
Lo que caracteriza la imagen de una palabra son los rasgos superiores de las letras. Cada palabra recibe su forma característica de esos rasgos superiores; por tanto, tampoco hace falta prestar una especial atención a percibir la totalidad de los grafismos de las letras o las palabras. Si has estado atento a estos tres puntos que hemos expuesto, habrás observado que cada vez le estamos quitando más dedicación mental al detalle formal que pueden proporcionar los órganos perceptivos, y dándosela a todos los mecanismos mentales de procesamiento lingüístico. Éste es un paso esencial para cambiar nuestro concepto de lectura y poder adiestramos en una nueva técnica más eficaz que nos capacite para leer mejor y más rápido. Concluyendo, que la falta de letras en una palabra, o la de palabras en una frase, no hace que el texto sea necesariamente incomprensible. Si conocemos el conjunto, podemos entender el sentido aunque falten detalles, con tal de que éstos no sean decisivos. Al lector con práctica le será suficiente posar la vista en la parte superior de las palabras para reconocer su imagen característica. Todo ello repercute en una agilidad muy superior a la normal, pero queda condicionada a que el lector disponga de un vocabulario amplio para conseguir un buen rendimiento.
Programa de entrenamiento Voy a presentar a continuación el desarrollo de un programa de adiestramiento para que en poco tiempo puedas llegar a triplicar tu velocidad de lectura con una comprensión elevada. Como todo tipo de adiestramiento, va a requerir por tu parte un trabajo sistemático, puesto que el objetivo a conseguir es un cambio de hábitos en cuanto a la lectura. Cuando menciono un trabajo sistemático me refiero a que realices una serie de ejercicios de lectura conforme a las directrices que voy a exponer y con frecuencia, si es posible a diario, durante algunas semanas. El programa consta de seis apartados diferentes para que el progreso pueda darse de forma integral. Es imprescindible contar con un registro de los resultados que vas consiguiendo en los ejercicios, para que puedas comprobar la evolución y detectar qué aspectos debes corregir. Junto con el registro es esencial que desarrolles una actitud psicológica de superación para no quedarte estancado. 96