LA MUÑECA. UN JUGUETE CON ALMA PROPIO Por Mercedes Pullman Entre las cosas que entran en nuestra vida cotidiana desde la cuna y luego nos acompañan a lo largo de nuestra vida, no hay, quizás, nada más obvio y famoso, y al mismo tiempo, más misterioso y paradójico que una muñeca. Su misma "humanidad", la cercanía a los vivos, la capacidad de reemplazar a una persona en formas de juego condicionales, de actuar en su función la distingue de los muchos objetos que nos rodean creando una especie de velo místico. Al coger una muñeca en nuestras manos, inconscientemente ya comenzamos un diálogo con ella, es decir, no es un objeto vacío y sin alma, sino el principio humano vivo que aparece en sus rasgos. Además, quizás es la experiencia milenaria de comunicarnos con la muñeca lo que nos permite dar las propiedades de los vivos a muchos otros objetos del mundo que nos rodea. En este sentido, la muñeca, aparentemente, se diferencia significativamente de otras vicisitudes que nos rodean, que, por regla general, tienen una aplicación
ANTROPOLOGÍA y TRADICIONES POPULARES
puramente utilitaria, es decir, "el estado semiótico más bajo". La muñeca siempre tiene un "segundo plano semántico" que, incluso cuando se usa como juguete de un niño, no le permite descender al nivel de la pala o pelota de un niño. La muñeca, como muchas otras cosas, adquiere el “estatus semiótico más alto” en los rituales, y este es el resultado de la combinación de semánticas “material” y “religioso-mitológica”. Es en las prácticas rituales y mágicas donde los rasgos característicos de la muñeca como fenómeno especial se manifiestan con mayor claridad. La muñeca en sus formas más diversas nos ofrece interacciones sociales y culturales, entre una persona y un muñeco como un objeto. Las funciones y papel de un muñeco en la ontogenia y la filogenia, los significados y simbolismos que se le atribuyen en diferentes culturas, así como la posibilidad de formar un sistema utilizando un objeto como construcción social, transmisión intergeneracional de valores y tradición. 76