Correspondencias invisibles: acompañamientos poéticos La escritura epistolar como resistencia al olvido “Esta es una carta que tal vez no llegue a su destino porque la pretensión es muy elevada, pero igual, la elevo al viento porque en ella, quiero que el anhelo del vuelo libre se acerque hasta ti, hermano o hermana mía secuestrada o secuestrado.”
Cartas a los secuestrados. Fundación Enfances 2/32. 2008
Frecuentemente al preguntarnos por la libertad, hacemos referencia al vuelo de las aves que surcan los aires, el planeo de sus alas a campo abierto sin límites, la ventaja del espacio aéreo inalcanzable por el ser humano y tan próximo al cielo, como una especie de consagración divina. La palabra libertad inmediatamente libera las cadenas, desata los nudos, eleva el cuerpo. Quizás también hemos escuchado bastante la expresión: “me han cortado las alas”, y esto, por lo anteriormente dicho, nos hace a la idea de la imposibilidad de llegar alto, de saltar, de salir, de navegar el espacio celeste, de cumplir los sueños. Cuando me invitaron a leer las Cartas de La Libertad, inmediatamente me hice a la idea de un ejercicio que estaba rompiendo las cadenas, las reglas, las normas. Las cartas escritas dentro de esta categoría, son cartas del recuerdo, cartas de la eternidad, cartas del mañana. En estos escritos epistolares nos encontramos a El Tiempo haciéndonos tic tac al oído, donde pasado, presente y futuro se entremezclan en la lectura; y con ello siento que al mismo tiempo se está mezclando para aquel a quien va dirigida: el secuestrado. La palabra “secuestro” pareciera una utopía en la contemporaneidad. Pero al permearlo por el concepto de libertad, quizá sea un poco más legible poder entender el verdadero significado de esta “condena”, como muchos de los escribientes manifiestan en sus cartas. Liberar. ¿Qué es liberar? ¿Hemos pensado en que en algún momento de nuestra vida también
Tema
Cartas a la libertad
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