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Introducción
José Gushiken
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2.- El Criterio Diferencial
fecta, pero que habrá por lo menos de servirnos de guía o a manera de pauta para que podamos analizar, circunscribiéndolos, los diversos fenómenos llamados religiosos. Porque como decía Durkheim, si es útil saber en qué consiste ésta o aquella religión particular, mayormente importa conocer qué es la religión en general . Naturalmente, cuando se adopta una definición, sea la que fuere, hay que ceñirse a ella y mantenerla a lo largo de toda la investigación que se realiza.
Lo profano es la esfera de lo cotidiano, el mundo de la rutina, de lo usual y ordinario. Respecto a este ámbito, la actitud del hombre es la de una aceptación insensible que se basa en una familiaridad común.
"Es probable -escribe Frazer- que no exista en el mundo asunto acerca del cual difieran tanto las opiniones como éste de la naturaleza de la religión; y componer una definición de ella que satisfaga a todos es ciertamente imposible. Todo lo que un escritor puede hacer es definir con claridad lo que entiende por religión y después emplear consecuentemente la palabra en tal sentido a través de toda su obra ".
Lo sagrado, en cambio, es la esfera de lo desusado, de lo extraordinario, de lo que no puede aceptarse casualmente; para decirlo con Otto, es lo completamente inaccesible a la comprensión por conceptos y lo absolutamente heterogéneo . Y las actitudes consiguientes que lo sagrado genera en el hombre son la de temor reverencial, sentido de misterio insondable, sobrecogimiento y circunspección extremada ante algo que nos resulta radicalmente incomprensible.
Ahora bien: como la definición es la delimitación o determinación de los límites conceptuales de un ente con respecto a los demás, el que la situemos al principio de una indagación no significa que con ella se exprese la esencia de la realidad de que se trata; en todo caso, como apunta muy bien Durkheim, su objeto es tan sólo ponernos en condiciones de llegar a dicha realidad posteriormente. No la explica cabalmente; "sólo proporciona el primer punto de apoyo necesario para nuestras explicaciones ".
Como lo sagrado es lo que se sustrae al uso común y se mantiene aparte, y como constituye además el aspecto esencial de lo religioso, cabe entonces definir la religión en los términos siguientes:
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Aislándolo mediante una delimitación, podemos comprender mejor aquello con lo que nos enfrentamos y que constituye el objeto de nuestro examen. De ahí la necesidad de una definición previa.
1.
Cf. E. Durkheim, Las Formas Elementales de la Vida Religiosa. Buenos Aires, Editorial Schapire, 1968, p. 10.
2.
J. G. Frazer, La Rama Dorada. México, Fondo de Cultura Económica, 1965, p. 76.
3.
E. Durkheim, Las Reglasdel Método Sociológico. BuenosAires, Editorial Schapire, 1965, p. 46.
El criterio diferencial que nos permitirá circunscribir el hecho religioso es la dicotomía sagrado-profano.
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La religión es un sistema de creencia, práctica y organización, que configura una ótica que se manifiesta en el comportamiento de sus adherentes. La creencia y la práctica se refieren a cosas sagradas, es decir, separadas. La organización, por su parte, define la pertenencia en la comunidad de creyentes y trata de mantener la tradición y reducir la disensión. Puede ser estrictamente jerárquica o estar basada en el sacerdocio de todos los creyentes, concepción que no sólo es privativa del protestantismo. Además, tribus, naciones, estados, clases sociales, grupos ocupacionales, pueden ser los portadores de religiones especiales o desarrollar sus propias variantes específicas en relación con un sistema más ampliamente difundido.
4.
Cf. R. Otto, passim.
Lo Santo. Madrid, Revista de Occidente, 1965, p. 16 p. 43, et