En la medida en que las unidades subnacionales adquirieron peso institucional en el sistema
político, nuevos actores partidarios avanzaron en la construcción política regional a partir de ciertas identidades y discursos públicos diferenciados, propios y particulares. Muchos de esos casos resultaron exitosos en términos electorales, lo cual generó un llamado de atención de los partidos políticos nacionales. Al entrar con fuerza en ciertas regiones específicas, los partidos más tradicionales quedaron relegados a lugares secundarios de la disputa política a manos de estos actores locales, situación que los volvió socios necesarios de cualquier coalición electoral que quisiera llegar a la presidencia de la nación.
Modelos de construcción: ¿qué actores arman coaliciones electorales? Con la información provista por las entrevistas y los casos específicos analizados, desarrollamos cuatro modelos de construcción de coaliciones electorales a partir de las características propias que tienen los partidos políticos latinoamericanos y del contexto político en el cual surgieron. Esta propuesta pretende ser lo suficientemente general como para poder aplicarla a la gran mayoría de los países de la región, como también incorporar la amplia diversidad de quienes construyen acuerdos electorales en América Latina. Al mismo tiempo, captura la complejidad de la fragmentación política que caracteriza al continente en este momento. También resaltamos ventajas y desafíos de cada modelo.
Modelo tradicional Este modelo de armado se caracteriza por la integración de partidos políticos que facilitaron el proceso de transición a la democracia en la región en la década del ‘80. En este sentido, son coaliciones que se armaron entre actores que tuvieron participación y actividad política con anterioridad a los quiebres democráticos de las décadas del ‘60 y ‘70. Motivados por los incentivos antes mencionados, estos partidos políticos buscaron socios y aliados entre aquellos que compartieron espacio político durante un largo tiempo. Entre las ventajas de este tipo de acuerdos se encuentra la presencia en el territorio político durante un largo tiempo, lo cual facilita el proceso de construcción coalicional con base a organizaciones partidarias bien extendidas y consolidadas. Esto puede considerarse un plus en este tipo de armados, a pesar de que muchas organizaciones partidarias vieron mermar su red de recursos políticos, militantes y dirigentes durante los procesos dictatoriales en numerosos países de la región. El retorno a la democracia puso a estos partidos políticos a reconstruir esas redes y recuperarse como organizaciones políticas fuertes.
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