Psycho Killer
Carlos Velázquez @Charfornication 45
A Bowie Celebration
T
oda la pandemia he proclamado la muerte del streaming, pero todos tenemos un precio. Y el mío se llama David Bowie. No importa cuántas veces me prometa a mí mismo dejar de ser un sentimental, hay cosas a las que no me puedo resistir. No lo niego, cuando Mike Garson anungo que nunca había meditado: versionar a Bowie no es nada ció el homenaje A Bowie Celebration, a cinco años de su sencillo. muerte, me emocioné desmedidamente. En una pantalla aparecieron Liz Halle & Lena Hall paAhora entiendo que no debí hacerlo. ra interpretar «Moonage Daydream» acompañados al piaEl lineup se antojaba flojón. Le faltaba presupuesto. Pero no por Garson. Tampoco me estremecí. Era el anuncio de como participarían varios ex músicos de Bowie me dejé tenlo que vendría: muchas de las canciones del programa entar. Carlos Alomar, Sterling Campbell, Mark Plati, Gail Ann fatizarían el músculo vocal. La bronca es que fueron deDorsey y Trent Reznor sí valían los seismasiadas y por momentos sonaría Achingá, un streaming dentro monótono. Darle un toque personal cientos varos que costaba el boleto. El día que Bowie cumpliría años, el 8 del streaming, pensé. ¿Y para a una rola de Bowie es un desafío. El de enero, conecté la compu a la pantalla esto tuvieron problemas téc- cóver vocal es agarrar el camino fácil. y me instalé en mi descascarado sofá con nicos? Aunque Simon le echó Tanto o más que respetar demasiado la una tella de tinto y unas cuantas chelas. original. ganas la neta es que su cóver versión Quince minutos después de la hora acorDespués vino la señora copetona de estuvo desabridón. Esperaba Billy Corgan. El mamón ya no quiere dada apareció Mike Garson para anunciar que el show se posponía veinticuatro horas. más por tratarse de Duran que le digan Billy, así que Mike GarDuran, sin embargo fue un No explicó el motivo claramente, se avenson lo presentó como William. Siamese tó una charra en la que atribuía el retraso a mero trámite. El espectáculo Dream es uno de mis discos favoritos los tiempos fatídicos que vivimos (es decir de los noventa, pero ahora no soporto duraría tres horas, así que jugó la carta del covid). Y ya sabrán lo que a Billy Corgan. Quién diría que aquel me relajé. Pero conforme ocurrió, tampoco es tan difícil de dilucidar: joven depresivo que escribió cancioavanzaban los minutos caí me tiré a la copa por puritito coraje. nes tan hermosas como «Spaceboy» El 9 de enero, a las ocho de la noche ho- en cuenta de algo que nunca terminaría en la portada de una revista había meditado: versionar a de mascotas con sus gatos. Y, bueno, ra del centro de México, repetí la misma ceremonia, predispuesto a pedir mi reemBowie no es nada sencillo. el original de Billy hizo una versión de bolso si volvían a salir con una mamada. «Space Oddity» acompañado por GarDe repente frente a mí apareció Simon Le Bon versionando son al piano. A estas alturas me quedó todo claro. No era un «Five Years». Aplaudí enajenado y me acomodé en los huehomenaje a Bowie, Garson estaba pasando la charola. Y si quitos del sillón. Segundos después me percaté de que los no aparecían estrellas de más peso era porque no tenía lana músicos no estaban en vivo. El único que ocupaba el estupara pagarles. dio Rolling Live era el tecladista. Duran Duran se encontraEl sonido era malérrimo. Aunque después corrigieron, ban fuera de Los Ángeles. Con una técnica parecida a la del pero yo escuchaba cómo se le movía la dentadura postiza holograma eran proyectados sobre el escenario. a Garson cada vez que hablaba. A continuación transmitieAchingá, un streaming dentro del streaming, pensé. ¿Y paron un video clip de «The Man Who Sold the World» en voz ra esto tuvieron problemas técnicos? Aunque Simon le echó de Perry Farrel, quien salió vestido como un guasón retro. ganas la neta es que su cóver estuvo desabridón. Esperaba Completamente prescindible. más por tratarse de Duran Duran, sin embargo fue un mero El primer momento estelar llegó con Anna Calvi. Se retrámite. El espectáculo duraría tres horas, así que me relajé. ventó «Bring me The Disco King» junto a Garson, un batePero conforme avanzaban los minutos caí en cuenta de alrista en otra pantalla y su lira eléctrica. El cóver hacía la rola casi irreconocible pero propositiva en extremo, una versión jazzerota, que hacía referencia al Bowie de Blackstar. Por fin comenzaba a sentir que mis seiscientas lanas habían valido la pena. De todo el programa es quizá lo que más me latió.