Libro:¿Qué comeremos mañana?

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¿Qué comeremos mañana? Ciudades y territorios liderando la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles


Agradecimiento Esta publicaciรณn no hubiera sido posible sin la participaciรณn activa de los socios y soporte de Rikolto en todo el mundo. Nuestro sincero agradecimiento a todos los representantes de consumidores, agricultores, empresas privadas, organizaciones internacionales, instituciones financieras, organizaciones de la sociedad civil, autoridades municipales, investigadores nacionales y otros que tuvieron la amabilidad de dedicar tiempo a responder nuestras preguntas y contribuir con su pericia a este ejercicio de documentaciรณn. La lista completa de las personas entrevistadas se puede encontrar al final de este libro. Esta publicaciรณn fue financiada por la Cooperaciรณn Belga para el Desarrollo.


Tabla de contenidos

Sobre los editores

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La alimentación como solución, ciudades como laboratorio

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El sistema alimentario

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El programa Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) de Rikolto

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Arusha - Tanzania

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Da Nang - Vietnam

34

Hanói - Vietnam

42

Tegucigalpa - Honduras

50

Lovaina – Bélgica

62

Gante – Bélgica

72

Jinotega - Nicaragua

84

Solo – Indonesia

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Quito – Ecuador

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Nueve ciudades, cuatro conclusiones

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Lista de personas entrevistadas

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Colofón

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Sobre los editores Rikolto Rikolto es una organización internacional en red con más de 40 años de experiencia en África, América Latina, Asia y Europa. Construimos puentes de confianza y comercio entre la industria alimentaria, los gobiernos, las instituciones de investigación, inversionistas de impacto y las organizaciones de agricultores, en torno a esta pregunta central: “¿Qué comeremos mañana?” Sembramos y cosechamos nuevas soluciones, y concebimos un sistema alimentario más transparente, para que sea más fácil para los consumidores escoger de forma sostenible. Para esto, Rikolto colabora en 9 ciudades, más de 70 empresas privadas y 105 organizaciones de agricultores, llegando a más de 102.000 familias entre agriculrores, ciudadanos y consumidores en 15 paises alrededor del mundo. Junto con ellos queremos cambiar la receta de nuestro sistema alimentario. Esta no es la primera colaboración entre Rikolto y Eos. En 2018 trabajamos juntos en “Food for the Future”, un proyecto co-creativo que buscaba soluciones para alimentar a la creciente población mundial de manera sostenible. Eos siguió las ‘rutas’ de la quinoa, las algas marinas y las legumbres y publicó el periódico especial “Food for the Future” (Alimentos para el futuro), en que destacaron algunas de las ideas e iniciativas más inspiradoras del proyecto. Cuando más tarde surgió la idea de hacer una publicación sobre el enfoque Food Smart Cities de Rikolto, EOS fue el socio lógico para asumir este desafío con nosotros. Charlotte Flechet Coordinadora del programa Food Smart Cities de Rikolto

EOS Tracé EOS Tracé es una plataforma digital en la que uno puede conocer la historia detrás de los alimentos cotidianos en el supermercado. En www.eostrace.be , se sigue el camino del producto, desde el cultivo, pasando por el procesamiento, el transporte y el consumo hasta el procesamiento de residuos. Puede leer sobre el efecto sobre el medio ambiente y su salud, así como sobre los aspectos sociales o el bienestar animal. Con la ayuda de la ciencia nuestros investigadores y periodistas separan los hechos de las fábulas, para que con una visión más amplia y más matices, elija lo que come. A diferencia de lo que te dicen la prensa, el marketing y los gurús, ¿Cuáles son las condiciones de los agricultores que, por ejemplo, cultivan el cacao o las piñas? Nuestra búsqueda de la historia detrás de los alimentos cotidianos que encontra-

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mos en el supermercado tiene como objetivo informar. Queremos ayudar a los consumidores a escoger de manera más consciente. Hasta ahora, EOS Tracé ha estado investigando la ‘ruta’ de más de 25 productos. Desde carne de pollo hasta salmón y desde agua envasada hasta chocolate. Entre tanto, nos atrevemos a llamarnos la base de datos por excelencia para el consumidor consciente. A primera vista, esa actitud neutral e informativa sobre las cadenas alimentarias es un punto de partida muy diferente al de Rikolto. Como ONG, ellos enfáticamente intentan mejorar el mundo. Interviniendo en estas cadenas, luchan por una producción y un consumo de alimentos más sostenibles y, por lo tanto, por un mejor ingreso para las familias de agricultores. Sin embargo, hay una superposición indirecta entre nuestros ideales. Con EOS Tracé también tenemos un ojo para los pioneros que quieren hacer la industria alimentaria más sostenible. Destacamos lo que hacen en artículos, videos y ‘podcasts’. Si se trata de un grupo de investigación que fabrica cuero sostenible con residuos de manzana. O un bioingeniero que cultiva los peces más sostenibles del mundo a través de un sistema de hidroponía. Miramos hacia el futuro y mostramos cómo podría ser un mundo más sostenible. Por lo tanto, nos intrigó la idea cuando Rikolto nos pidió que escribiéramos artículos sobre su nuevo proyecto mundial Food Smart Cities. Dentro del proyecto, las ciudades pioneras reciben apoyo en el inmenso desafío de proporcionar a sus habitantes alimentos sostenibles y asequibles ahora y en el futuro. ¿Qué pasos toman? ¿Qué contextos diferentes hay dentro de esas ciudades? Son preguntas a las que hemos buscado respuestas durante nuestras visitas. No fue sencillo el desafío que nos presentó Rikolto. Fuimos bombardeados con conceptos como resiliencia, negocios inclusivos, transición y procesos multiactor. Y en lugar de hablar con los científicos sobre sus resultados, ahora nos encontrábamos regularmente frente a responsables políticos explicando planes para el futuro. Lógico, por supuesto, para un proyecto que está iniciando. En cualquier caso, fue inspirador ver cómo agricultores, ciudadanos, docentes, funcionarios públicos, organizaciones de la sociedad civil, como socios comerciales, están preocupados por una alimentación segura y sostenible, no solo para sí mismos sino para todos. Los resultados se juntaron en este libro. En holandés, el idioma en el que hemos escrito los textos, pero también en otros seis idiomas. Para que ciudades puedan aprender unas de otras, para convertirse en la mejor versión de sí mismas. Marieke van Schoonhoven Coordinadora de EOS Tracé EOS Tracé forma parte de EOS Ciencia

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Introducción

La alimentación como solución, ciudades como laboratorio ¿Qué es una Ciudad por el Cambio Alimentario (Food Smart City, en inglés)? ¿Otro concepto de moda?, ¿o describe algo más allá? Por nuestra parte, se trata de esto último, y el libro en sus manos es prueba de ello. Una Ciudad por el Cambio Alimentario es una ciudad que utiliza los alimentos como palanca para resolver los problemas de nuestra época. Los alimentos están en la encrucijada de algunos de los desafíos más críticos: cambio climático, seguridad alimentaria, pérdida de biodiversidad, salud, empleo... Hoy, la industria alimentaria mundial emplea a más de 1,000 millones de personas y genera alrededor del 10 por ciento del PIB mundial. Desafortunadamente, la agricultura y la alimentación también son una de las principales causas del cambio climático: el IPCC (PICC - Panel Internacional sobre el Cambio Climático) estima que las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema alimentario mundial representan entre 21 y 37 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero humanos. Al mismo tiempo, la agricultura tiene el potencial de compensar y fijar alrededor del 20 por ciento de las emisiones anuales a través de técnicas mejoradas de manejo del suelo. En países de bajos ingresos, el gasto en alimentos en las ciudades puede llegar a dos tercios del gasto familiar. Como resultado, una de cada cuatro personas vive en una situación de inseguridad alimentaria moderada o severa. Todos estos son desafíos no se hacen más pequeños con el tiempo. Para 2050, el mundo tendrá casi 10,000 millones de personas, y dos de cada tres personas vivirán en ciudades. Son muchas personas que tienen que convivir en una superficie limitada, vivir, trabajar... y comer. ¿Y qué pasaria si usamos los alimentos como una solución a todos esos desafíos? ¿Y si las ciudades sirven como laboratorio para descubrir el sistema alimentario de mañana? Se espera que el 80 por ciento de todos los alimentos se consuman en las ciudades. La agricultura urbana solo podrá suministrar una cantidad limitada. Pero las ciudades pueden obtener mucha comida de las áreas circundantes: el 40 por ciento de la tierra cultivable del mundo está en un radio de 20 kilómetros de las ciudades. Las ciudades son más ágiles en la toma de decisiones y pueden actuar más rápido que otros niveles de gobierno para experimentar con soluciones innovadoras. Como pioneras, pueden influir en otras ciudades y actores para que sigan su ejemplo. Las ciudades están cerca de los ciudadanos y pueden involucrarlos en la toma de decisiones, lo que ofrece oportunidades para nuevas formas de participación en las que los ciudadanos se convierten en coautores de la política alimentaria urbana.

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Del potencial a la realidad ¿Estamos dando nuestros sueños por hechos? No, porque lo que describimos anteriormente se hace más real a diario. Entre marzo y agosto de 2019, tres periodistas de la revista Eos Tracé - Marieke van Schoonhoven, Dieter De Cleene y Melissa Vanderheyden - visitaron ciudades asociadas al programa Ciudades por el Cambio Alimentario de Rikolto, denominado Sistemas Alimentarios Sostenibles y Resilientes (SAS) en Latinoamérica. Descubrieron iniciativas que hacen accesibles al ciudadano alimentos más seguros, saludables y sostenibles. En cada visita se reunieron con una docena de actores: agencias gubernamentales, vendedores de alimentos, autoridades de mercado, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones sectoriales, procesadores de alimentos, empresas exportadoras, asociaciones de consumidores, investigadores, políticos y ciudadanos comunes. Este libro presenta las historias de nueve ciudades en Vietnam, Bélgica, Tanzania, Indonesia, Ecuador, Honduras y Nicaragua. En Vietnam, Marieke van Schoonhoven nos lleva a los mercados de alimentos tradicionales de Hanói, donde se venden verduras que no responden a ningún sistema de trazabilidad y que no cumplen con un estándar oficial. Basado en conversaciones con la ciudad y la cooperativa Dang Xa, investiga las posibilidades de un Sistema de Garantía Participativa (SGP) como una posible solución para llevar alimentos seguros y saludables a los mercados de Hanói. Luego nos lleva tras bambalinas en Da Nang para descubrir cómo la primera ciudad Vietnamita adoptó una estrategia de Ciudad por el Cambio Alimentario. En Bélgica, Dieter de Cleene nos lleva a un recorrido por Gante, la primera ciudad del mundo con un “día de verduras” oficial. Hace seis años, la ciudad adoptó una política alimentaria para ayudar a alcanzar sus objetivos climáticos. Desde entonces, la implementación de ese plan se encuentra bastante avanzado, como lo demuestran iniciativas como la de Foodsavers en Gante, que se centra en reducir el desperdicio de alimentos mediante la distribución a grupos desfavorecidos y escuelas en Gante. También nos da una visión general del programa GoodFood@ School, que apunta a una política alimentaria sostenible para todas las escuelas en Flandes para el 2021. En Lovaina, Marieke van Schoonhoven describe el nacimiento de Kort’om Leuven, una nueva plataforma que distribuye alimentos locales sostenibles a restaurantes y supermercados en la ciudad. En Honduras, Selene Casanova y Aäron De Fruyt, colegas de Rikolto, nos presentan al Consorcio Agrocomercial de Honduras, conformado por ocho organizaciones de agricultores que suministran alrededor del 90 por ciento de todas las verduras del supermercado local La Colonia. Este modelo no solo permite alimentar a un gran número de consumidores en Tegucigalpa con verduras confiables y seguras,

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sino que también es muy beneficioso para los agricultores, que entre 2014 y 2017 vieron aumentar sus ingresos en un 59 por ciento, en promedio. En Tanzania, investigaciones recientes han demostrado que la población está altamente expuesta a productos químicos agrícolas. Por ello el ayuntamiento de Arusha, la asociación de productores de vegetales de Tanzania, el Instituto de Investigación de Pesticidas, Rikolto y otros socios trabajan juntos en el Comité de Seguridad Alimenticia de Arusha. Dieter de Cleene explica cómo los socios están desarrollando un nuevo modelo que alienta a los vendedores del mercado a vender alimentos seguros de productores cercanos y al mismo tiempo garantizar precios justos para todos. En Indonesia, las autoridades se enfrentan a una paradoja bastante desagradable: hasta el 35 por ciento de los niños sufre de alguna deficiencia de nutrientes, mientras que el país es el segundo mayor productor de desperdicios de alimentos per cápita del mundo. Marieke van Schoonhoven comparte la historia de grupos cívicos y organizaciones de la sociedad civil en Solo, quienes establecieron un sistema para redistribuir y procesar los excedentes de alimentos de acuerdo con la antigua tradición de repartición de Indonesia. También nos presenta el programa para comedores escolares saludables, una iniciativa que se enfoca en promover hábitos alimenticios saludables en los niños. En Ecuador, Melissa Vanderheyden investiga cómo la estrategia alimentaria de Quito contribuye a la resiliencia de la capital ecuatoriana. Esta ciudad andina de 2,6 millones de habitantes depende en gran medida del resto del país para su suministro de alimentos. Con más de 3.600 huertos urbanos se considera que la agricultura urbana sería una solución para nutrir la ciudad de una manera sostenible, especialmente en situaciones de emergencia. En Nicaragua solo tenemos cinco años para salvar el lago Apanás en Jinotega. Un lago en cuyos alrededores se produce el 60% de los vegetales que alimentan a las principales ciudades del país y que, sin embargo, se encuentra amenazado por la sedimentación y la contaminación ambiental. Selene Casanova nos presenta la iniciativa MASLAGO, un grupo de 17 organizaciones que elaboraron un plan de acción para la sostenibilidad ecológica, económica y social del lago, y que lo implementan con un enfoque integrado de gestión del paisaje.

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Con esta publicación, esperamos inspirar a más ciudades y actores a comenzar iniciativas que mejoren la calidad y la sostenibilidad de los alimentos. Tal revolución no es sencilla; como muestran las historias en este libro, no existe un enfoque estándar. Cada ciudad es diferente y requiere un trabajo particular. El camino hacia sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos no es un proceso lineal y los obstáculos en nuestro camino a veces parecen interminables. Nuestra capacidad de aprender y adaptarnos a entornos complejos será decisiva. A través del ensayo y error, los exploradores de hoy sientan las bases para que la próxima generación garantice la accesibilidad de alimentos saludables y sostenibles para todos, hoy y en el futuro. Esperamos que disfrute leyendo estas historias, tanto como nosotros disfrutamos conociéndolas durante nuestro viaje de descubrimiento.

“Cuando soñamos solos, solo es un sueño. Pero si soñamos juntos, es el comienzo de una realidad nueva.” Friedensreich Hundertwasser

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El sistema alimentario Factores – actividades – actores – resultados

Prácticas agrícolas

Crecimiento

Fitomejoramiento

Cosecha

Insumos agrícolas

Investigación Industria de insumos Bancos de germoplasma

RE

Agricultores Pescadores Trabajadores

PRE PRODUCCIÓN

SU

LTA D

PRODUCCIÓN MANEJO DE PÉRDIDA DE ALIMENTOS SOCIOECONÓMICOS

• Oportunidad de emprendimiento • Creación de empleo • Beneficios para la salud

OS

Fuente: CIAT, 2017, www.ciat.cgiar.org

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SEGURIDAD ALIMENTARIA


FAC

CADENA DE SUMINISTRO DIRECTO

Mercados campesinos Mercados informales

CADENA DE SUMINISTRO CONVENCIONAL PROCESAMIENTO DISTRIBUCIÓN

ES

Preparación Alimentación

Almacenamiento

Transformación

Transporte

Empaque

Distribución al por mayor / detal

Procesadores de alimentos Distribuidores mayoristas y al detal

TO R

Hogares Instituciones Restaurantes

Compañías de alimentos Servicios de alimentación Medios de comunicación

CONSUMO

CADENA DE SUMINISTRO MANEJO DE RESIDUOS DE ALIMENTOS MEDIOAMBIENTALES

• Impactos potenciales sobre los servicios ecosistémicos • Emisiones de gases de efecto invernadero • Residuos

Y NUTRICIÓN

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El programa Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) de Rikolto En 2013, Gante fue la primera ciudad belga en adoptar una política alimentaria. Gent en Garde, como se llamó, contiene cinco objetivos estratégicos para sentar las bases de un sistema alimentario sostenible. Los objetivos estratégicos fueron el resultado de intensas discusiones entre una amplia gama de actores, facilitados por Rikolto y Levuur, y el punto de partida para formular un marco de políticas en 2016. Fue un enriquecedor proceso de aprendizaje y se convirtió en el primer paso del programa internacional de Rikolto que actualmente se está implementando y expandiendo en siete países, con un presupuesto anual de casi 2 millones de euros. En 2015, 137 alcaldes de ciudades se reunieron en Milán para discutir dos de los temas más apremiantes de nuestro tiempo: la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible. Al final de la conferencia, se firmó el Pacto de Milán para la Política Alimentaria Urbana. Con ese pacto, los alcaldes se comprometieron a desarrollar sistemas alimentarios sostenibles que sean inclusivos, resilientes, seguros y diversos. Entre los primeros signatarios había tres ciudades con las que Rikolto mantiene una larga historia de cooperación: Tegucigalpa (Honduras), Quito (Ecuador) y Gante (Bélgica). En octubre de 2016, la idea de una iniciativa internacional conjunta sobre Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) surgió de una discusión en los pasillos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III) en Quito. La semilla se plantó y el programa internacional Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) pronto se amplió para incluir nuevas ciudades y regiones: Da Nang (Vietnam), Solo y Depok (Indonesia), seguido de Arusha (Tanzania) y Lovaina (Bélgica). Unidas por un interés compartido en el desarrollo de sistemas alimentarios urbanos y rurales más sostenibles, estas ciudades trabajan con las oficinas regionales de Rikolto y otras partes interesadas para implementar políticas y prácticas que contribuyan a sistemas alimentarios justos, sostenibles y saludables para garantizar que la comida sana esté disponible para todos sus ciudadanos.

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El Programa Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) de Rikolto

El objetivo general del programa Food Smart Cities es apoyar a las regiones urbanas en la aplicación de políticas y prácticas que contribuyan a sistemas alimentarios sostenibles, justos y saludables. Para hacer funcionar eso, Rikolto y sus socios están trabajando en cuatro objetivos: I. Involucrar a los pequeños agricultores, mujeres y jóvenes en cadenas alimentarias urbanas sostenibles en condiciones de comercio justo. II. Aumentar la asequibilidad, disponibilidad y aceptación de alimentos seguros, sostenibles y saludables entre los habitantes de la ciudad. III. Reducir el impacto ambiental y aumentar la resiliencia de los sistemas alimentarios urbanos. IV. Establecer mecanismos de política participativa para los sistemas alimentarios urbanos. Para concretarlo, utilizamos un enfoque de tres niveles: • Nivel 1: Proyecto piloto con ciudades. Junto con nuestros socios, desarrollamos y difundimos prácticas innovadoras y escalables a nivel de regiones urbanas que contribuyen a sistemas alimentarios sostenibles, justos y saludables. • Nivel 2: Ciclo de aprendizaje. Acompañamos a las ciudades en la documentación, el intercambio de experiencias y el aprendizaje entre pares, entre ellas, en estrecha colaboración con aliados estratégicos. • Nivel 3: Influir en la agenda internacional. Compartimos la experiencia que adquirimos en el campo para mover la agenda política hacia sistemas alimentarios sostenibles y cadenas alimentarias inclusivas tanto para la ciudad como para el área rural. En particular, nuestro objetivo es contribuir a las discusiones en torno al Plan de Acción de Milán, la Nueva Agenda Urbana y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El Pacto de Milán para la Política Alimentaria Urbana (Milan Urban Food Policy Pact) El Pacto de Milán para la Política Alimentaria Urbana (MUFPP, por sus siglas en inglés) es un acuerdo internacional firmado por 202 ciudades de todo el mundo, que representa a más de 450 millones de personas. El pacto contiene un marco de acción que toca seis temas: gobernanza, dietas sostenibles y alimentación, igualdad de oportunidades sociales y económicas, producción de alimentos, suministro, distribución de alimentos y desperdicio de alimentos. Las ciudades que firmaron el Pacto de Milán se comprometen a evolucionar hacia sistemas alimentarios que sean inclusivos, resistentes, seguros y diversos, y que ofrezcan alimentos saludables y asequibles para todos, dentro de un marco basado en los derechos humanos. Es uno de los legados más importantes de la Expo 2015, con Milán como ciudad anfitriona y en torno al tema de alimentar al planet y energía para la vida (Feeding the Planet, Energy for Life) – 16 –


Junto con nuestras contrapartes llevamos a cabo proyectos piloto en cinco temas:

Consumo responsable

Alimentación sostenible en escuelas

Negocios inclusivos

Alimentos inocuos y sanos Politicas alimentarias urbanas y gobernanza

I. Ayudar a las ciudades a desarrollar y aplicar estrategias y políticas locales y establecer mecanismos innovadores de políticas para sistemas alimentarios sostenibles. II. Desarrollar modelos de negocios inclusivos entre minoristas urbanos y agricultores en las afueras de la ciudad, y promover vínculos más estrechos entre las zonas rurales y la ciudad. III. Permitir a las escuelas adoptar prácticas de alimentación sostenibles y promover una dieta saludable y sostenible en las escuelas. IV. Apoyar a las ciudades -regiones para mejorar la seguridad alimentaria y desarrollar mecanismos de seguridad alimentaria locales eficaces y atractivos. V. Proveer a los consumidores opciones alimentarias saludables y sostenibles.

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El Programa Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) de Rikolto

Visión global Da Nang: • Rikolto ayudó a la Autoridad de Gestión de la Seguridad Alimentaria en la redacción de su Estrategia de Ciudad por el Cambio Alimentario (Food Smart City), después de analizar el sistema alimentario y el entorno político. • 2017: Firma de un memorando de entendimiento por cinco años con el Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural para trabajar en un sistema alimentario seguro y sostenible. • 2019: Lanzamiento de tres proyectos piloto sobre Sistemas de Garantía Participativa (SGP) con miras a institucionalizar el sistema a nivel de ciudad.

Hanói: • Desde 2009 se apoyó el desarrollo de cadenas de suministro de alimentos seguros, lo que permitió a los consumidores acceder a productos certificados. Ahora se pueden rastrear productos alimenticios de siete provincias. • Desarrollo de una caja de herramientas de SGP con guías de capacitación sobre SGP, BasicGAP (Buenas Prácticas Agrícolas Básicas) y metodologías de capacitación participativa. • Colaboración con el Departamento de Protección Fitosanitaria de Hanói, para sensibilizar a las autoridades municipales sobre incluir los SGP en su cartera de políticas.

Tegucigalpa: • 2015: Inicio de la cooperación con el Consorcio Agrocomercial de Honduras (8 organizaciones de agricultores) para fortalecer el modelo de negocio con el supermercado La Colonia. • 2017: Creación de una plataforma multiactor, el Comité Inter-Institucional para un Sistema Agroalimentario Urbano que mejore el valor nutricional, las dietas y la sostenibilidad en el sistema alimentario. • 2019: Rikolto lidera un equipo técnico para desarrollar un diagnóstico del sistema alimentario de Tegucigalpa (metodología RUFSAT).

Jinotega: • 2017: Creación del grupo de multiactor MASLAGO, que tiene como objetivo gestionar de manera sostenible la subcuenca del lago Apanás por medio de la gestión integrada del paisaje.

Lovaina: • Rikolto organizó y acompañó discusiones sobre el desarrollo de la estrategia La comida conecta (Food Connects). • Desarrollo de una incubadora de iniciativas alimentarias para apoyar iniciativas incipientes en agricultura y alimentación sostenible.

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• Desarrollo de una plataforma local de distribución de alimentos (Kort’om) en Lovaina para conectar a los productores y alrededor de Lovaina con empresas en la ciudad.

Gante: • Rikolto organizó la consulta que condujo a la política alimentaria Gent en Garde. • Junto con nuestros socios, nuestro objetivo es garantizar que todas las escuelas flamencas tengan una política alimentaria sostenible para 2021, como parte del programa GoodFood @School. • Establecimiento del Consejo de Alimentación Escolar (School Food Council) de Gante, con partes interesadas de los sectores de educación y sostenibilidad.

Arusha: • 2018: Creación del Comité de Seguridad Alimentaria de Arusha, una plataforma multiactor que promueve el acceso a alimentos seguros para todos los habitantes. • 2019: Estudios básicos sobre tres elementos clave del sistema alimentario de Arusha: la economía local, la seguridad alimentaria y el acceso a los alimentos. • Apoyo a MUVIKIHO (organización de agricultores) en el desarrollo de un modelo de negocio inclusivo de vegetales seguros. Apoyo a los agricultores en la aplicación de buenas prácticas agrícolas y ‘climáticamente inteligentes’ y en la gestión de la calidad.

Solo: • Apoyo a siete comedores escolares para proveer alimentos saludables a los niños y preparar un estándar para comedores escolares saludables. • Rikolto conecta a compañías privadas, organizaciones de base y comunidades vulnerables para mejorar el acceso a la alimentación y reducir el desperdicio de alimentos. • Investigación sobre conocimiento, desperdicio y consumo de alimentos para alimentar los debates políticos.

Quito: • Rikolto es miembro fundador del Pacto Agroalimentario de Quito, la plataforma multiactor, y la estrategia alimentaria de Quito. • Apoyo en la creación de Yachik, una marca comercial con la cual pequeños agricultores venden sus productos agroecológicos en la ciudad. • Colaboración con UCCOPEM y CONQUITO para abordar la producción sostenible de hortalizas frescas localmente, mejorar la resiliencia climática de la agricultura local y crear oportunidades para mujeres y jóvenes.

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Dieter De Cleene (Eos Tracé)

Arusha - Tanzania

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Población: 416,000 habitantes.  Alimentos importantes: Ugali (maíz), frijoles, plátano, yuca, arroz, pescado, carne a la parrilla. Arusha se encuentra al pie del Monte Meru y al sur del Kilimanjaro.   Socios importantes: Consejo Urbano de Arusha, Asociación de Horticultura de Tanzania, ICLEI, AgriProFocus, Solidaridad, Trias, Oficina de Normas de Tanzania, Instituto Tropical de Investigación en Plaguicidas, MUVIKIHO. Principales desafíos: seguridad alimentaria, relaciones de mercado, aplicación de buenas prácticas agrícolas.

Alimentos más seguros para Arusha Proveer de alimentos seguros a una ciudad en crecimiento y recompensar a los agricultores por sus esfuerzos es el desafío que enfrenta Arusha. “Los pesticidas no son el problema, sino el uso incorrecto de los pesticidas”, así resume la situación Eric Mwesigwa. Él es coordinador de seguridad alimentaria en TAHA, la Asociación de Horticultores de Tanzania. TAHA es uno de los socios con los que Rikolto trabaja para ayudar a los agricultores de Arusha y de sus alrededores a producir alimentos mejores y más seguros. El objetivo: beneficio para el agricultor y el consumidor.

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Arusha - Tanzania

Andrea Absalum (21), Encargándose de su puesto en el mercado central de Arusha

Eric Mwesigwa

Shukuru Tweve

Arusha se encuentra al noreste de Tanzania, al pie del monte Meru, y es la base para escalar el Kilimanjaro y hacia los safaris en el Serengeti o una de las otras numerosas reservas naturales de la zona. La ciudad tiene alrededor de 400,000 habitantes, un número que aumenta anualmente en porcentaje. Las frutas y verduras para los habitantes de la ciudad provienen principalmente de las periferias. Para garantizar la calidad y seguridad de esos productos, en 2018, Rikolto y TAHA lanzaron la Iniciativa de Seguridad Alimentaria Arusha (Arusha Food Safety Initiative), dirigida por el ayuntamiento. Varias ONG e instituciones gubernamentales contribuyen. Cuatro veces al año, todas las partes involucradas se reúnen para discutir prioridades y soluciones. “Todos tienen sus propias fortalezas y experiencia”, dice Shukuru Tweve, coordinador del proyecto para el programa Ciudades por el Cambio Alimentario en Arusha. “Al hacer que todos trabajen juntos, aumentamos el impacto. El todo es más que la suma de las partes.”

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Kapelaka Jones

“No podemos prescindir de las frutas y verduras. Nuestra única opción es trabajar junto a los agricultores para una producción segura”.

Uno de los involucrados es el Instituto de Investigación de Plaguicidas Tropicales (TPRI, por sus siglas en inglés). La investigación realizada por el TPRI mostró que las frutas y verduras en ocasiones contienen concentraciones demasiado altas de pesticidas. “Algunos agricultores rocían hoy y cosechan mañana”, dice Mwesigwa. “La situación es alarmante”.

Poquito y demasiado Alrededor del ochenta por ciento de la población de Tanzania trabaja activamente en la agricultura. Las granjas son pequeñas — algunas hectáreas en promedio — y el rendimiento es bajo. Muchos agricultores no disponen de máquinas, riego, buenas semillas, fertilizantes o pesticidas. Quien usa productos para la protección de cultivos no siempre lo hace de la manera correcta. “Los agricultores a menudo no saben cómo usar los productos de manera segura”, dice Kapelaka Jones, quien investiga la exposición a pesticidas en el TPRI. Jones fue a ver los problemas más comunes con los agricultores. El uso excesivo es uno de ellos. “Productos específicos funcionan contra plagas específicas, pero a veces los agricultores mezclan dos o tres productos al azar. La mezcla puede ser más tóxica, pero también es posible que ya no sea efectiva. Para garantizar que sus productos permanezcan en buenas condiciones el mayor tiempo posible, los agricultores a menudo rocían justo antes de la cosecha.” Algunos agricultores son conscientes de los riesgos. “Son inteligentes”, sonríe Jones. “Reservan un pequeño pedazo de tierra para sus familias, en el que no rocían”. No obstante, esto no evita que los agricultores y sus familias se expongan a los pesticidas. “Generalmente son las mujeres quienes cosechan los productos recién rociados. Lo hacen sin protección y pasan mucho tiempo en el campo”, reconoce Jones. “Los niños juegan en el campo y entre los pesticidas. Los envases vacíos acaban en el entorno.” Jones investigó las concentraciones de pesticidas en la sangre de los consumidores y agricultores. “Hemos medido valores perturbadores en ambos grupos”. Los residuos de pesticidas no son el único problema. “Los alimentos también pueden contaminarse con bacterias a través del riego o el enjuague con agua sucia”,

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Arusha - Tanzania dice Mwesigwa. “Un camión puede transportar carne podrida hoy y mangos mañana. Por lo tanto, no solo se requiere atención a la seguridad durante la producción, sino también durante el almacenamiento y el transporte.” Los agricultores que exportan sus productos primero deben pasar por un proceso de certificación para demostrar que aplican las llamadas “buenas prácticas agrícolas” (Good Agricultural Practices, GAP en inglés). Es una extensa lista de reglas que deben seguirse en toda la cadena para garantizar condiciones de trabajo seguras, un impacto mínimo en el medio ambiente y un producto final de calidad y seguro. No existe tal código de conducta para los agricultores que solo producen para el mercado interno. La Oficina de Normas de Tanzania, Solidaridad, Rikolto y los socios locales trabajan juntos en el marco de un código local de buenas prácticas agrícolas. “No podemos prescindir de frutas y verduras”, dice Jones. “Nuestra única opción es ayudar a los agricultores a producirlos de manera segura.”

“Una ciudad no es una isla” Arusha firmó el Pacto de Milán en 2015. Este pacto quiere unir las ciudades que aspiran a trabajar juntas por un sistema alimentario sostenible. “Una ciudad no es una isla”, dice Rebecca Mongi, directora de agricultura del Consejo Rebecca Mongi Municipal de Arusha. “Al elaborar el Pacto de Milán, queremos aprender de otras ciudades cómo podemos establecer un sistema alimentario sostenible y resiliente.” Arusha está luchando con varios problemas, dice Mongi. “Los agricultores sufren cada vez más sequías prolongadas. Esperamos que esto no tenga un impacto en la seguridad alimentaria a largo plazo. Además, la ciudad se expande y la superficie agrícola se reduce. Se ven muchos anuncios para proyectos de construcción en la ciudad. Donde había una granja ayer, hoy puede haber una casona”. El ayuntamiento ha preparado un “Plan Maestro al 2035”, que define el espacio que debe permanecer reservado para la agricultura. “También queremos aumentar la producción con riego y cultivo en invernadero”, dice Mongi. Al centrarse en la agricultura urbana intensiva, la ciudad persigue múltiples objetivos al mismo tiempo. “Organizamos demostraciones y sesiones de capacitación para los jóvenes. Y brindamos préstamos asequibles para que aún las personas con poco capital puedan invertir en una pequeña empresa. De esta forma, no solo aumentamos la producción de alimentos, sino que también creamos empleo y ayudamos a las personas a salir de la pobreza “.

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¿Un mejor precio? Todos se benefician de la comida segura, pero ¿cómo se asegura que el agricultor sea recompensado por sus esfuerzos adicionales? ¿Están los consumidores dispuestos a pagar más por productos que cumplen con los estándares más altos? Esto no resulta obvio en un país donde más de la mitad del ingreso familiar se destina a la comida. Para muchas personas, su mayor preocupación es tener algo para comer. “Mis productos siempre son frescos y limpios”, dice Andrea Absalum, una vendedora de 21 años en el mercado central de Arusha. “Por eso la gente me compra. Pocos clientes hacen preguntas sobre el origen o la seguridad de lo que estoy vendiendo.” El mercado central es uno de los más grandes de la ciudad, con más de 3.000 puestos al interior y alrededor del edificio del mercado compiten entre sí por los consumidores. En estos y otros mercados importantes, Rikolto y sus socios desean probar un kiosco donde los consumidores reciban información sobre la importancia de los alimentos seguros y donde al mismo tiempo los agricultores que se adhieran a las GAP locales ofrezcan frutas y verduras. “Aquí todos pueden ganar “, dice Tweve. “Los agricultores que comiencen a producir de manera diferente podrán trabajar con mayor seguridad y ofrecer productos de mejor calidad, con menos pérdidas, con un mercado de ventas garantizado y mejores precios como resultado. Los vendedores del mercado también pueden beneficiarse de la mejor calidad y precios justos. Y los consumidores obtienen alimentos mejores y más seguros.” “Los productos en los quioscos tendrán un precio un poco más alto debido a los costos adicionales para el agricultor”, dice Mary Mkonyi, gerente-país de Solidaridad, una organización que lucha por lograr cadenas de producción sostenibles.

“Todo podría estar en pie o caer debido a un buen modelo de negocio. Trabajar de forma diferente cuesta más dinero.” Mary Mkonyi, Representante de país de Solidaridad

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Arusha - Tanzania “Todo depende de un buen modelo de negocio. Porque trabajar de manera diferente cuesta más dinero. Por ejemplo, los agricultores deben invertir en un buen almacenamiento y transporte. “ “El problema es que el proceso de certificación para las etiquetas de calidad actuales, orientadas a la exportación, es costoso”, reconoce Mkonyi. “Como resultado, los pequeños agricultores a menudo quedan afuera.” Los desafíos no son pocos. ¿Cómo se informa a los consumidores sobre el problema sin causar pánico? ¿Y cómo garantizar que los agricultores cumplan con las reglas? “Tal cambio lleva tiempo. No podemos rendirnos demasiado rápido. Finalmente, la gente entenderá que esto es importante.”

“Involucrar a las mujeres no es suficiente” Un sistema alimentario sostenible también significa buenas condiciones de trabajo para hombres y mujeres. Solidaridad, uno de los socios de Rikolto, está comprometido con esto. “Las mujeres a menudo hacen la mayor parte del trabajo en la granja”, dice Mary Mkonyi (Solidaridad). “Mucha gente piensa: si las mujeres están involucradas en el trabajo, está bien. Pero eso no es suficiente. Las mujeres deben poder tomar decisiones, y ahí es donde aprieta el zapato. Las mujeres trabajan en el campo, pero el hombre decide qué hacer con los ingresos, a discreción. Trabajar juntos también significa decidir juntos. Nos centramos en eso.” Los representantes de Solidaridad conversan con las familias sobre el papel de la mujer. “Debido a todo tipo de barreras culturales, las mujeres tienen muy poca confianza en sí mismas y tienen la impresión de que los hombres son superiores. Queremos que vean que son tan capaces como ellos de tomar la iniciativa. “ De igual importancia es involucrar a la juventud. “Los jóvenes no encuentran atractiva la agricultura. Ese es un problema serio. Tratamos de motivar a los jóvenes con proyectos piloto. La horticultura es particularmente adecuada para esto. Con frutas y verduras se gana dinero rápidamente. De esta manera, los jóvenes ven que la agricultura puede ser una forma atractiva de hacer negocios.” Shukuru Tweve, coordinador de Food Smart Cities en Arusha, confirma la importancia de trabajar con los jóvenes. “La mitad de la población de Tanzania tiene menos de 25 años. Esos jóvenes tienen dificultades para encontrar trabajo o iniciar un negocio. Al mismo tiempo, los sistemas alimentarios sostenibles requieren apartarse de “las viejas formas de hacer negocios”. Los jóvenes están mejor posicionados para encontrar soluciones nuevas e innovadoras y para garantizar que Arusha pueda cumplir con sus compromisos bajo el Pacto de Milán.”

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El comercio justo ayuda a crecer a los pequeños agricultores Con el apoyo de Rikolto, la organización campesina Muvikiho ayuda a los pequeños agricultores a unir fuerzas y ser emprendedores inteligentes. “No solía usar fertilizantes o pesticidas”. Mónica Ombeni se planta en su terreno ondulado y bonito, lleno de brotes de frijol. “Tampoco trabajé la tierra de manera correcta”, dice ella. “Ahora mantengo un registro minucioso de todo: cuándo siembro, cuánto fertilizo, qué y cuándo rocío”. En el terreno adyacente, Nathanael Eliona muestra sus plantas jóvenes de tomate. “Ahora los dejo crecer primero en un vivero, antes de ponerlos en el campo, con mejores resultados”, dice. “Y aunque solía rociar mis plantas por siacaso, ahora compruebo primero cuál es el problema.” Ombeni y Eliona se unieron a la organización de agricultores Muvikiho, abreviatura de Muungano wa Vikundi vya Kilimo cha Horticulture o Asociación de Grupos Hortícolas. La organización quiere unir a los agricultores para que puedan hablar con una sola voz y abordar los problemas juntos. El grupo comenzó en 2011 y ahora tiene 570 miembros. Rikolto apoya a Muvikiho para establecer relaciones comerciales justas e “inclusivas”. “En un modelo de negocio inclusivo, los pequeños agricultores son respetados y vistos Mónica Ombeni como socios con pleno derecho”, explica Charlotte Flechet, coordinadora internacional del programa Food Smart Cities en Rikolto. “Si los agricultores están seguros de que pueden entregar sus productos en condiciones favorables y a un precio justo, es un incentivo para invertir en sostenibilidad y seguridad. Sin mercado, no hay cambios. Y solo se obtienen relaciones de comercio justo cuando los agricultores están informados y organizados “. Muvikiho organiza, entre otras cosas, cursos de capacitación donde los agricultores aprenden a producir mejores alimentos y más seguros. Un agrónomo ayuda a los agricultores en el campo, con resultados. “Si los agricultores solían obtener una tonelada de frijoles en media hectárea, ahora son tres”, dice el presidente de Muvikiho, Peter Chuwa. La asociación invirtió con el apoyo de Rikolto en áreas de almacenamiento donde la cosecha se puede mantener fresca. “Como resultado, la pérdida cayó del cuarenta al cinco por ciento”, explicó Chuwa. Muvikiho ayuda a los agricultores con el acceso a mercados y créditos (véase: “¿Quién se atreve a prestar dinero a los pequeños agricultores?”). Gracias a la in-

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formación actualizada sobre los precios del mercado, pueden negociar mejor con los compradores. Aprenden sobre los beneficios de las ventas colectivas y cómo preparar un plan de negocios. Juntos son más fuertes, con mejores precios como resultado. “Debido a que ganan más, nuestros miembros pueden invertir en una casa y enviar a sus hijos a la escuela”, dice Chuwa. “Y producen mejores alimentos para su propia familia”.

Frijolitos para Bélgica Muvikiho funciona con diferentes subgrupos. Jeremiah Thomas Ayo lidera el grupo Kibiu, con ochenta miembros, y brinda testimonio sobre los beneficios de la asociación. “Los pequeños agricultores se convierten en empresarios”, dice Ayo. “Antes de ir a nuestro terreno, reconocemos lo que exige el mercado.” Ese mercado es, en primer lugar, el local. En 2018, los miembros de Muvikiho produjeron 60,000 toneladas de vegetales para consumo interno, pero también exportaron 2,000 toneladas a Europa. Los frijoles, los guisantes mollares y el maíz tierno salen por el aeropuerto del Kilimanjaro hacia Bélgica, los Países Bajos y el Reino Unido. Con el apoyo de Rikolto, los agricultores lograron la etiqueta Global GAP (“buenas prácticas agrícolas”) que garantiza productos seguros y es requerida para ello. Anteriormente, una empresa de exportación pagaba por el proceso de certificación. Por lo tanto, la empresa estaba en una posición de poder y podía imponer sus condiciones y precios a los agricultores. Ahora que poseen su certificado, los agricultores son más fuertes. Jeremia Thomas Ayo Sin embargo, el transporte aéreo está asociado

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con altas emisiones de CO2, y el transporte marítimo no es una opción porque las verduras son muy perecederas. Por eso es importante ayudar a los agricultores a transitar a nuevos mercados de alta calidad en la región de África Oriental. Mercados que dan buenos precios y a la vez reducen las emisiones del transporte. “El mercado internacional a veces es voluble, y el proceso de certificación por el que se tiene que pasar es costoso”, dice Ayo, quien cultiva frijoles. “Pero obtenemos un precio mucho mejor para nuestro producto”. A pesar del volumen limitado, el mercado de exportación funciona como un catalizador.” El conocimiento que los agricultores obtienen sobre cómo pueden cultivar productos de mayor calidad también es útil cuando producen para el mercado nacional”, dice Shukuru Tweve, coordinador de Food Smart Cities para Arusha. “Y vemos que los compradores nacionales también están comenzando a pagar mejores precios para competir con los exportadores.” Actualmente es difícil distinguirse en el mercado interno. “El consumidor no sabe

“Agricultores ayudan a agricultores” ¿Cuál es la mejor manera de cultivar ayote o maíz? ¿Cómo almacenar la cosecha de granos sin que se estropee? Los agricultores aprenden unos de otros en una reunión de tres días. Lo que está en el mercado en Arusha proviene en gran parte del distrito de Arumeru. Frutas y verduras de lugares cercanos, granos de lugares más alejados. La organización de la red Juwame reúne a todas las asociaciones de agricultores del distrito. “Nuestra misión es hacer que los agricultores pasen de la agricultura tradicional a la comercial”, dice Simon Ayo, presidente. La organización logra esto, entre otras cosas, organizando una reunión de tres días a la que acuden de 3,000 a 6,000 agricultores. Los especialistas de diferentes campos enseñan a sus colegas los trucos del oficio. Muvikiho envía una delegación que comparte experiencias con la horticultura y la exportación. Otros demuestran el cultivo de granos o crían pollos. “Todo se centra en los pequeños agricultores con pocos recursos”, dice Ayo. La organización también invita a las empresas a demostrar sus productos. “Como, por ejemplo, bolsas en las que puedes almacenar tu cosecha para que no se pudra, sin que haya que rociar pesticidas sobre ella.” Juwame también hace incidencia. “Así planteamos el problema de los plaguicidas de imitación”, dice Ayo. “Como resultado, el gobierno ahora lleva a cabo controles sobre los vendedores. Luchamos contra los impuestos injustos para los agricultores y las normas que prohíben las exportaciones. De esta manera, tratamos de eliminar todo tipo de obstáculos que dificulten el trabajo de los agricultores.”

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Arusha - Tanzania si uno trabaja mejor”, comenta Ayo. Por ello, los miembros de Muvikiho sienten curiosidad por el efecto que tendrá el nuevo estándar de producción de Tanzania (véase “Alimentos más seguros para Arusha”) y los intentos de sensibilizar a los consumidores nacionales sobre la importancia de los alimentos seguros. ¿Conducirá a precios más altos? La historia de Ayo ilustra cómo el mencionado estándar de producción puede, no solo beneficiar a las familias de agricultores, sino también impulsar a todo el sector agrícola. En un país donde las cosechas son muy bajas debido a la falta de conocimiento y buena tecnología, este no es un efecto superfluo. “Gracias a los ingresos adicionales de las exportaciones, pude enviar a mis hijos a la universidad. Como vieron lo que se puede lograr a través de una agricultura inteligente, quieren ingresar al sector ellos mismos. Estudiaron ciencias agrícolas y ahora ayudan a otros agricultores como asesores.”

“Cuatro cosechas en vez de una sola” Santaeli Solomon Kaaya, miembro de Kibiu, muestra sus tomates casi maduros, bajo la mirada de aprobación de su hijo quien recoge algunos en el camino. “Pronto sacaré mi cuarta cosecha del campo, antes solo podía cosechar una vez”, dice con satisfacción. Santaeli tiene un sistema de riego desde febrero de 2019. Una higuera frente a su casa indica la presencia de aguas subterráneas a poca profundidad. Gracias a la instalación de una bomba alimentada por paneles solares en el techo de su granja, Santaeli puede destinar esa agua para regar. “Estuvo excepcionalmente seca esta primavera, pero ahora ya no dependo de los caprichos del clima. Puedo ajustar mi producción a la demanda del mercado porque sé que habrá agua.” A medida que el cambio climático conduzca a más fenómenos climáticos extremos, este tipo de medidas cobrará mayor importancia. En este proyecto piloto, Rikolto reúne a empresas, prestamistas y agricultores, y ofrece apoyo financiero. De tener éxito, la idea es implementar la fórmula a mayor escala.

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“¿Quién se atreve a prestar dinero a los pequeños agricultores?” El hecho de que muchos pequeños agricultores no tengan fertilizantes, pesticidas u otras tecnologías ocurre a menudo porque no disponen de dinero para invertir en ello. Además, nadie está ansioso por prestar dinero a los agricultores, quienes trabajan en circunstancias muy inciertas. A menudo es un círculo vicioso: para obtener un préstamo, hay que poder presentar contratos con los compradores y para poder hacer un contrato, se necesita dinero para las inversiones. “Una de nuestras tareas es asegurar que los agricultores tengan acceso al crédito”, dice Shukuru Tweve. “Por un lado, debemos convencer a las instituciones financieras de que vale la pena prestar dinero a los agricultores y, por otro lado, ayudar a los agricultores para que puedan ofrecer las garantías necesarias a los bancos”. La organización de agricultores Muvikiho inicialmente estableció un sistema de préstamos interno, que desde entonces ha sido reemplazado por una cooperación con el Banco Nacional de Microfinanzas de Tanzania (NMB, por sus siglas en inglés), que se encuentra en buena parte en manos del gobierno de Tanzania y el Rabobank holandés. NMB no otorga préstamos a agricultores individuales, sino a grupos. “Hacemos esto para limitar el riesgo”, explica Arishard Msangi (NMB). “Para evitar que el dinero se gaste incorrectamente, no otorgamos grandes cantidades a la vez, sino que pagamos en cuotas, cuando se necesitan inversiones, como la preparación del campo o la siembra. O no damos dinero, sino que pagamos directamente, por ejemplo, al proveedor de fertilizantes.” Esto también parece una fórmula interesante para el banco. “Hay muchos pequeños agricultores. Esta es una oportunidad para que podamos acceder a un nuevo mercado”, dice Msangi. “Ya hemos llegado a más de 2,000 personas con este proyecto piloto. Si resulta bien, y es así por el momento, nos gustaría ampliarlo”

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Arusha - Tanzania

Iniciativa de seguridad alimentaria de Arusha • Consejo municipal de Arusha (liderazgo político) • Asociación de Horticultura de Tanzania (TAHA - organización del sector privado) • Consejo de distrito de Arumeru (gobierno local) • Oficina de Normas de Tanzania (organismo regulador nacional) • Administración de Alimentos y Medicamentos de Tanzania (organismo regulador nacional) • Rikolto (ONG internacional) • Instituto de Investigación de Plaguicidas Tropicales (TPRI - Instituto público de investigación) • MUVIKIHO (organización paraguas de organizaciones agrícolas) • Solidaridad (ONG internacional) • AgriProFocus (ONG internacional) • Trias (ONG internacional) ANÁLISIS de riesgos de inocuidad alimentaria en toda la cadena de hortalizas e identificación de puntos críticos para acción. Desarrollar una estrategia de COMUNICACIÓN basada en riesgo para el consumidor. Recomendar un PROTOCOLO para el gobierno sobre cómo lidiar con la seguridad alimentaria de hortalizas frescas. El desarrollo de un ESTÁNDAR nacional de seguridad alimentaria, liderado por Solidaridad y probado en Arusha. Aplicación del MODELO KIOSK (puestos de mercado en mercados locales donde se venden verduras seguras y donde también se hace concientización sobre la seguridad alimenticia). Asesoramiento sobre NORMATIVAS y políticas locales en materia de seguridad alimenticia. Desarrollo conjunto de un PROGRAMA para abordar los puntos críticos y asignar los roles para la implementación del programa.

Modelo INSPIRADOR para todo el país.

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Población: 1,230,000 habitantes.  Alimentos importantes: arroz, fideos de arroz, carne de cerdo, mariscos. Socios importantes: Autoridad de Gestión de la Seguridad Alimentaria, Unión de Asociaciones de Ciencia y Tecnología de Da Nang (Da Nang Union of Science & Technology Associations — DANUSTA), Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural, Departamento de Producción de Cultivos y Protección de Plantas de Da Nang. Desafíos clave: gestión de la seguridad alimentaria y articulación en las cadenas de valor.

Da Nang, la ciudad que se alimenta de manera inteligente ¿un modelo para todo Vietnam? Desde marzo de 2019, la ciudad vietnamita de Da Nang cuenta con una estrategia alimentaria. Para el 2030, el objetivo es hacer la transición a un sistema alimentario sostenible y seguro al interior y alrededor. Las ambiciones de una ciudad dinámica deben ser un ejemplo para otras ciudades importantes de Vietnam, como Hanói y Ho Chi Minh. Sin embargo, ¿cómo garantizar alimentos seguros si no se sabe de dónde provienen? – 35 –


Da Nang – Vietnam En una sala de reuniones ubicada en el quinto piso de un hotel en el centro de Da Nang, un grupo de personas se reúne para el taller “Estrategia de desarrollo de una Ciudad por el Cambio Alimentario para el 2020-2025 con visión al 2030”. Están presentes representantes de los servicios de Da Nang, de la Autoridad de Seguridad Alimentaria, científicos, propietarios de supermercados, el director de una cooperativa local de agricultores, el gerente de un mercado mayorista, el primer secretario de la embajada belga en Vietnam, representantes de Rikolto y un puñado de periodistas locales de prensa y televisión. El aire acondicionado está encendido, el intérprete está listo para traducir de vietnamita al inglés para los presentes, o viceversa. Hoy, 12 de marzo, deben tomarse decisiones importantes. Da Nang debe convertirse en una ciudad por el cambio alimentario, y necesita una estrategia y un plan de acción para eso. Fotos: Taller sobre la estrategia alimentaria de Da Nang.

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Desafíos para la ciudad de Da Nang “El 90 por ciento de los alimentos que se consumen en Da Nang no provienen de la región, sino que se importan de otras regiones o del extranjero. Esto hace que sea difícil rastrear de dónde provienen los alimentos frescos y si son seguros”, dice Quach Thi Xuan, jefa del Instituto para el Desarrollo Socioeconómico de Da Nang (DISED, por sus siglas en inglés). “Al mismo tiempo, los agricultores locales que producen alimentos seguros aún no encuentran un mercado suficiente en la ciudad. Por ello, lidian al mismo tiempo con un excedente y la escasez de alimentos”. Esto describe brevemente el desafío al que se enfrenta Da Nang al querer servir alimentos seguros y saludables a sus residentes, ahora y en el futuro. La ciudad portuaria, ubicada en el centro de la costa vietnamita, tiene aproximadamente 1,23 millones de habitantes. Es conocida por su ambiente limpio, sus playas y sus buenas instalaciones públicas. A menudo se refieren a ella como la ciudad más habitable de Vietnam. El área total de la región es de 1,285 kilómetros cuadrados, aproximadamente del mismo tamaño que la provincia de Brabante Valón. De ese total, en 2017 alrededor de 242 kilómetros cuadrados eran área urbana y 1,048 kilómetros cuadrados eran área rural. La agricultura local en Da Nang y sus alrededores se redujo rápidamente en las últimas décadas. De 1979 a 2009, el área agrícola en la región pasó de 12,048 a 7,294.7 hectáreas, disminuyendo en 4,800 hectáreas. Así, el área agrícola pasó de ocupar el 12.4 por ciento al 7.5 por ciento del área total de la región. Y parece que el área continuará reduciéndose debido al rápido crecimiento de la ciudad. A partir de 2006, el número de habitantes crece anualmente en 11 por ciento. La ciudad se expande al mudarse más personas del campo a la ciudad. La ciudad también crece como atracción turística. Se encuentra ubicada en una costa de 150 km de largo y cerca de ella se encuentran tres ciudades que figuran en la Lista del Patrimonio Mundial: Hue, la antigua capital de Vietnam; la Ciudad de las Luces, Hoi An; y las ruinas de My Son. A cierta distancia está el Parque Natural Phong Nha-Ke Bang, que también se encuentra en la Lista del Patrimonio Mundial. En 2015, Da Nang fue el ‘destino emergente’ número uno, según el portal web de viajes en línea TripAdvisor. Todos los residentes y turistas de estos lugares demandan comida segura. Sin embargo, Da Nang no puede producir tantos alimentos. Al menos el 80 por ciento de los productos animales son importados. Con solo 100 hectáreas de tierras de cultivo para hortalizas, el 90 por ciento de las verduras deben de provenir de otro lugar. Además, en la región solo existen tres áreas de producción que producen de acuerdo con los estándares de seguridad de VietGAP. Debido a la escasez de tierras agrícolas, se deben importar 140,000 toneladas de vegetales anualmente.

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Da Nang – Vietnam La gran mayoría de alimentos frescos se origina en provincias cercanas, no obstante, una parte también se origina en el delta del Mekong al sur de Vietnam, a una distancia similar a la que existe entre Bélgica e Italia. Una pequeña parte de los alimentos se importa del exterior del país. Todos estos productos pasan por diferentes puntos, lo que dificulta garantizar que los alimentos provengan de una fuente segura, y particularmente si fueron respetadas las disposiciones legales sobre trazabilidad y uso de agroquímicos. Para las verduras, el problema está principalmente en los pesticidas utilizados. En el caso de la carne, los problemas se presentan principalmente en lo que refiere a las microbacterias; sacrificio, almacenaje y distribución de producto en condiciones seguras. Diaramente, la mayoría de vietnamitas prefieren el mercado tradicional para sus productos frescos, y ahí la comida segura es una cuestión de confianza. Los vendedores del mercado compran a mayoristas y en consecuencia a menudo no saben de dónde provienen originalmente sus verduras. Como resultado se ve que, en los últimos años, cada vez más vietnamitas con alta capacidad de compra, eligen hacerla en un supermercado o en una “tienda de conveniencia” más pequeña. El precio es mucho más alto, sin embargo la garantía de alimentos seguros es también mayor. Supermercados como VinMart y MM Megamarket anuncian de manera llamativa las verduras con la etiqueta VietGAP, para hortalizas seguras. VietGAP es la abreviatura en inglés de “buenas prácticas agrícolas vietnamitas”. Supone la aplicación de métodos de producción para productos limpios y seguros, en particular hortalizas frescas. Los productos a menudo provienen de Dalat, una región a unos 700 kilómetros de Da Nang, donde se producen frutas y verduras seguras a gran escala bajo la etiqueta VietGAP: anualmente, 250 hectáreas producen 12,000 toneladas de hortalizas certificadas con VietGAP. A pesar de la creciente demanda de alimentos de alta calidad en Da Nang, la oferta está disminuyendo debido a la urbanización, el cambio climático y la contaminación ambiental. Además, difícilmente diversos actores de la cadena alimentaria adoptan un enfoque coordinado para aumentar el suministro de alimentos seguros. Finalmente, el panorama empresarial se encuentra muy fragmentado: la mayoría de las empresas son muy pequeñas y prefieren ganancias directas en lugar de invertir en seguridad alimentaria y sostenibilidad. Las hortalizas seguras de la propia región y de los agricultores de menor escala aún tienen dificultades para llegar a los ciudadanos en Da Nang. El Sr. Bui Dung, director de la Cooperativa de Verduras Seguras Tuy Loan, comenta: “Producimos alrededor de una tonelada de vegetales conforme el estándar de la VietGAP diariamente, pero a la fecha vendemos el 60 por ciento de nuestros productos en el mercado de productos frescos a un precio 30 por ciento menos que los vegeta-

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Estrategia de Food Smart City (Da Nang – Vietnam) La estrategia Food Smart City se centra en 7 áreas de intervención:

Desarrollar y promover la innovación y la tecnología para la gestión de alimentos

Completar la estructura organizativa del sistema de gestión de seguridad alimentaria y desarrollo de capacidades

Promover una cultura de producción sostenible y visión empresarial, fortaleciendo la competitividad de los actores en el sistema alimentario

Promover vínculos sostenibles en la cadena de valor mediante un enfoque en cadenas alimentarias cortas Promover un y seguras y un suministro entorno mejor organizado alimentario seguro desde otras Establecer en los establecimientos provincias programas educativos de alimentación tradisobre seguridad cionales mediante modernalimenticia y ización de los mercados nutrición Intercambio tradicionales y de los de información y puestos de comunicación sobre mercado seguridad alimenticia y sistemas alimentarios a través de una mejor gestión de datos y comunicación sobre cambios de comportamiento

les de la misma calidad en el supermercado. En los últimos 7 años, 40 miembros de nuestra cooperativa han utilizado los métodos para producir vegetales seguros destinando un total de 15 hectáreas, pero hasta ahora no han encontrado un mercado para sus productos. Lo anterior llama poderosamente la atención dado que Da Nang debe importar gran cantidad de verduras para satisfacer las necesidades de los consumidores.”

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Además del acceso a alimentos seguros para los residentes de Da Nang, el segun-


Da Nang – Vietnam do desafío más importante es involucrar a los pequeños agricultores de la región en las cadenas alimentarias seguras. El objetivo es aumentar los bajos ingresos — alrededor de 1,330 euros por año — de los agricultores en zonas cercanas a Da Nang. La etiqueta VietGAP es muy costosa y debería existir una forma más barata de garantizar la calidad de los alimentos. Según Quach Thi Xuan, la solución recae en el gobierno local. “Deben fortalecerse los vínculos entre las cooperativas agrícolas y los mercados de la ciudad, así como mejorar el control sobre el origen de los productos.”

Hacia alimentos seguros y sostenibles La estrategia alimentaria de la ciudad de Da Nang estuvo en discusión el 12 de marzo. Su objetivo es proporcionar a los consumidores comida segura de alta calidad, apoyar a los productores y comerciantes de alimentos y limitar el impacto negativo para el medio ambiente en el largo plazo. El ayuntamiento de Da Nang aprobó el proyecto de investigación sobre ciudades por el cambio alimentario en 2018, gracias al cual, se investigó la situación actual en Da Nang, con el apoyo de Rikolto, la Universidad Nacional Agrícola de Vietnam y el Fondo de Estudio y Consultoría belga-vietnamita (SCF, por sus siglas en inglés). Se identificaron desafíos y posibilidades para luego incluirlos de mejor manera en la estrategia alimentaria. Esta estrategia alimentaria debe garantizar que la atención de todos los involucrados (gobierno local, agricultores, empresas, universidades y consumidores) apunte en la misma dirección y que los objetivos sean claros para todos. La “Estrategia de desarrollo de una ciudad por el cambio alimentario para Da Nang 2020-2030, visión 2045” y un plan de acción (2020-2025) fueron finalmente aprobados en marzo. La estrategia desarrolla varios puntos, sin embargo se indica especialmente que para el 2030 cada residente en Da Nang tendrá acceso a alimentos seguros y, de preferencia, conocerá de dónde provienen (en 2019, el 9 por ciento de los alimentos frescos es seguro y rastreable por la Autoridad de Gestión de la Seguridad Alimentaria. Esto se logrará mediante innovación técnica en el área de la gestión de la seguridad alimentaria, entre otras. Los agricultores y los comerciantes también deben beneficiarse a largo plazo de estas cadenas alimentarias sostenibles, de modo que se reduzca el impacto sobre el medio ambiente. El sistema alimentario debe hacerse más resistente a crisis socioeconómicas, desastres naturales y cambio climático. Las nuevas generaciones deben tener conocimiento sobre seguridad alimentaria y alimentación sana y sostenible a través de programas educativos. Un conjunto muy ambicioso de acciones. La Autoridad de Seguridad Alimentaria de la ciudad de Da Nang juega un papel importante. Su responsabilidad es transferir el conocimiento sobre seguridad alimentaria a los productores y comerciantes, así cómo verificar y evaluar la calidad de los alimentos. Debe tomar suficientes muestras de alimentos, realizar controles y, al iden-

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tificar problemas, imponer multas a los comerciantes, propietarios de tiendas y restaurantes, e incluso a los vendedores de alimentos. Además, debe verificar que los productos alimenticios que ingresan a la ciudad desde otras provincias sean seguros y rastreables. Ello se encuentra en curso, aunque la capacidad de acción debe aumentar. “Ya hemos firmado contratos con otras provincias para que el suministro de alimentos sea más transparente. Debido a que los comerciantes van a diferentes fincas, compran y revenden, Nguyen Tan Hai, Departamento las condiciones son muy complicadas y a la fecha es imposide Seguridad Alimentaria ble saber exactamente de dónde proviene la comida.” Además, se está trabajando junto con el Departamento de Información y Comunicación en una base de datos de productos alimenticios seguros. Contendrá toda la información sobre los flujos de alimentos al interior y al exterior de la ciudad de Da Nang. Los residentes ayudarán identificando y proporcionando comentarios sobre la calidad de sus alimentos. Reciben códigos de identificación para los diferentes tipos de productos y sus orígenes, de modo que puedan identificar sus alimentos y tomar una decisión consciente. Sin embargo, los planes para este proyecto aún se encuentran en pañales. Para el logro de los objetivos de la estrategia alimentaria en Vietnam, Rikolto se centra en el rol de los agricultores locales de Da Nang: “asegurar que los pequeños agricultores estén involucrados en cadenas alimentarias seguras es nuestra prioridad al trabajar con la ciudad de Da Nang”, explica Hoang Thanh Hai, coordinador de Ciudades por el Cambio Alimentario y del Programa de Hortalizas para Rikolto en Vietnam. “Así nos enfocamos en vegetales seguros”. No importa cuán incipiente, el plan se encuentra listo y dando sus primeros pasos. En el año 2030 se sabrá si la ciudad de Da Nang ha logrado proporcionar a todos sus habitantes alimentos seguros y si puede servir como ciudad modelo. El Banco Mundial ya está alentando a la ciudad de Hanói a elaborar su propia estrategia alimentaria local, siguiendo el ejemplo de Da Nang.

“Volverse en una ciudad ‘por el cambio alimentario’ es un proceso. No es algo que se pueda lograr simplemente decidiéndolo. Con este proyecto esperamos sentar las bases de nuestra política sobre gestión de alimentos, una política en la que el consumidor ocupa un lugar central y se centra en el tema de la seguridad alimentaria.” Nguyen Thai Hai, Jefe de la Autoridad de Gestión de Seguridad Alimentaria de Da Nang

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Marieke van Schoonhoven (Eos Tracé)

Hanói - Vietnam

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Población: 7,780,000 habitantes. Alimentos importantes: arroz, fideos phở, carne de cerdo y pollo, lechuga. Socios importantes: Departamento de Protección Fitosanitaria (Departamento de Agricultura y Desarrollo Rural), CIAT, Universidad Nacional Agrícola de Vietnam.   Desafíos clave: gestión de la seguridad alimentaria, aplicación de buenas prácticas agrícolas.

Hanói demanda verduras en las que se pueda confiar En Vietnam, los problemas de seguridad alimentaria aparecen en titulares y en boletines de televisión con la regularidad de un reloj. En los últimos años, miles de personas han enfermado por comer vegetales envenenados. ¿Cómo asegurar que los agricultores usen menos pesticidas? ¿Y cómo hacer para que los vietnamitas elijan verduras seguras? El sistema de certificación alternativo (Sistema de Garantía Participativo o SGP) puede ofrecer una solución. – 43 –


Hanói - Vietnam Los olores penetran en nuestras narices mientras caminamos por los pasillos del gran mercado cubierto de productos frescos de Hanói, el “mercado húmedo” (wet market) en la lengua popular. El olor picante que desde temprano por la mañana se extiende por todos los puestos de carne, se alterna con el de la pasta de camarones fermentados Mắm tôm y el de hierbas aromáticas, que se mantienen frescas en bandejas de hielo. Encontramos nuestro camino con bolsas de plástico llenas a cuestas, entre scooters sobrecargados, carniceros fumadores y charlatanes visitantes del mercado. El aire está húmedo, los ventiladores suenan en los techos y, como turista occidental alto, miras alrededor con asombro. Estamos aquí para hablar con los vendedores y compradores sobre la seguridad de los vegetales. ¿Son conscientes de los problemas causados por la abundancia de pesticidas utilizados en el cultivo? ¿Les preocupa? ¿Y por qué los compradores eligen comprar en el poco transparente “mercado húmedo” en lugar de en los supermercados o en las tiendas de conveniencia que se han multiplicado en los últimos años? “Siempre compro las verduras frescas que preparo en los platos que vendo en mi tienda de fideos en este mismo puesto. No me importa si son seguros, siempre y cuando estén frescos. Eso es lo que quieren los clientes. No voy al supermercado porque está muy lejos y las verduras también son más caras que aquí en el mercado “, dice Le Van Tu (50). El Sr. Do Anh Thu (72) brinda una respuesta similar: “Vengo todos los días a comprar mis verduras, aquí son mucho más frescas que en el supermercado y en términos de seguridad no hay diferencia. En el supermercado venden vegetales que aparentan ser seguros, pero no es el caso. Confío menos en los supermercados que en los vendedores del mercado. Sé que las verduras que compro aquí en el mercado se cultivan en el distrito Dong Anh. Allí se aplican las normas para verduras seguras. Los vendedores del mercado también tienen que sobrevivir, así que prefiero comprarles a ellos que a los grandes supermercados.” La vendedora Van Thi Thu Ha (41) dice que compra sus verduras al mayoreo. “No conozco exactamente de dónde proceden originalmente mis vegetales. Tengo muchos clientes que vienen a comprar todos los días, pero también clientes que vienen una sola vez. La gestión del mercado realiza controles con regularidad. Verifican mi salud, pero no inspeccionan las verduras. Eso se hace especialmente con la carne. Tengo que mantener un registro de lo que vendo. No me preocupa la seguridad de las verduras o los pesticidas con los que fumigan. Supongo que está bien.” En la calle nos encontramos con la vendedora de verduras Chu Thi Nga (51): “Sígame por este callejón”, dice apresuradamente. “Temo que la policía me atrape si me ven en medio de la calle. En realidad, no se me permite vender desde mi bicicleta. Si me atrapan, me darán una multa de 150,000 dong vietnamita (5.70 euros, ed.).

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Eso es más de lo que gano en un día. Compro mis verduras en motocicleta, a 18 kilómetros de aquí. Estoy convencida de que las verduras son seguras porque confío en el agricultor de quien las compro. También cultivo verduras yo misma. Vendo a restaurantes conocidos, por lo que ellos también confían en la calidad de mis verduras. Vendo desde mi bicicleta porque es más flexible. Puedo trabajar hasta que haya vendido todo y luego voy a cuidar a mis hijos y mi hogar”. Realizamos un breve sondeo, sin embargo, los beneficios mencionados del “mercado húmedo” se repetían: es fresco, es barato, es un hábito y confío en la persona que cultiva las verduras (no así en las verduras certificadas del supermercado). ¿Tienen razón los compradores al confiar en su vendedor habitual? Las probabilidades son pocas. Las cifras de la Organización Mundial de la Salud muestran que el área del Pacífico Occidental, a la que pertenece Vietnam, es la segunda a nivel mundial en lo que se refiere a enfermedades transmitidas por alimentos. Algunos pesticidas prohibidos traspasan la frontera de contrabando desde China que luego se venden en el mercado local a precios muy baratos. Además, los agricultores vietnamitas son a menudo pequeños agricultores pobres. Por lo general, la parcela que cultivan es menor a una hectárea y la cosecha es solo una de varias fuentes de ingresos para su familia. Es difícil para estos agricultores tener acceso a información confiable sobre cómo usar los químicos de manera segura. Utilizan los recursos generosamente para garantizar que su cosecha no se vea afectada por las plagas. Como resultado, encontrará muchas verduras en el mercado que contienen niveles inaceptablemente altos de residuos tóxicos.

Certificar verduras seguras Le Thi Kim Oanh, jefe del Departamento de Protección de Plantas en Hanói, declara que desde 1990 existen planes para frenar el uso de pesticidas en el cultivo de vegetales. “Desde entonces, el porcentaje de agricultores que usan pesticidas menos tóxicos ha aumentado del 25 al 60 por ciento. Los agricultores también usan protección con más frecuencia Le Thi Kim Oanh cuando trabajan, por lo que se han vuelto más conscientes de los riesgos de los pesticidas. Además, desde 2009 nos enfocamos en la producción certificada de vegetales. Hoy, la ciudad tiene 200 hectáreas de hortalizas certificadas por VietGAP y 30 hectáreas de hortalizas orgánicas (VietGAP significa –’buenas prácticas agrícolas vietnamitas’)”. Esto parece mucho, sin embargo, sobre el área agrícola total para hortalizas de Hanói, 12.041 hectáreas no llegan al 2 por ciento. En todo Vietnam, esa proporción corresponde a 81,500 hectáreas de vegetales con un certificado VietGAP sobre un área agrícola total estimada en 735,000 hectáreas, o sea el 11 por ciento aproximadamente. A pesar del apoyo del gobierno vietnamita, el resultado de los últimos diez años

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Hanói - Vietnam puede describirse como bastante modesto. Esto se debe a que VietGAP es una certificación costosa, laboriosa y complicada. La certificación se basa en controles de un tercero, lo que hace que sea costoso obtener un certificado. La mayoría de los agricultores, con menos de una hectárea de tierra, no lo pueden pagar. Esto es evidente, por ejemplo, en una declaración de Nguyen Tuan Khanh, director de la cooperativa agrícola en Dang Xa, que pertenece al área rural de Hanói. “La cooperativa tiene 104 miembros, cada uno trabaja en su propia parcela en un total de 130 hectáreas de tierras cultivadas. En esas tierras se cultivan verduras, pero también frutas y arroz. Cada año se cosecha un total de aproximadamente 2.600 toneladas. Producimos para los consumidores en Hanói y exportamos una pequeña parte de nuestro repollo al Japón. Vendemos del 5 al 10 por ciento de las verduras que cosechamos para empresas privadas como, por ejemplo, empresas de catering escolar.” Los agricultores de la cooperativa han recibido capacitación desde hace mucho tiempo sobre cómo cultivar hortalizas seguras. “Nuestras verduras solían estar certificadas por VietGAP. El gobierno pagó los costos del certificado, pero desde 2014 han dejado de hacerlo. Por eso ya no tenemos VietGAP, es demasiado caro.” Sin embargo, los agricultores y la gestión aún se adhieren a los principios BasicGAP, que se basan en los puntos de control más importantes del VietGAP. Los agricultores Nguyen Tuan Khanh mantienen registros de lo que fumigan, cuándo cosechan y venden. La gerencia realiza un seguimiento de la condición del campo mediante análisis de agua de riego y suelo. Registran a los agricultores miembros de la cooperativa y lo qué producen. También son responsables de comprar el equipo de los agricultores y registran lo que venden a qué agricultor. Finalmente, verifican quién sigue qué cursos de capacitación. Para garantizar que se cumplan todos estos requisitos para BasicGAP, el SGP (Sistema de Garantía Participativo) es un buen mecanismo de certificación alternativo en lugar del costoso VietGAP. El SGP difiere de las certificaciones por terceros en varias formas. El nombre lo dice todo: los agricultores y los consumidores participan directamente en los controles, pero también los minoristas y el gobierno. Por lo tanto, los agricultores también se supervisan entre ellos, y esto se hace de manera confiable porque todos los miembros del grupo de agricultores obtienen la certificación, o nadie la obtiene. Además, es mucho más barato y conlleva una carga administrativa mucho menor. En la cooperativa de agricultores Dang Xa, cincuenta agricultores, divididos en tres

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Sistema de Garantía Participativa (PGS)

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1. AGRICULTORES: a. Producir alimentos de acuerdo con un estándar de seguridad alimentaria b. Comprometerse a cumplir con las reglas de SGP c. Participar en inspecciones 2. GRUPOS DE AGRICULTORES: a. Apoyar a los miembros en la aplicación del estándar b. Verificar si los miembros cumplen con la norma c. Realizar inspecciones mutuas y escribir informes sobre otros grupos 3. GRUPOS PARAGUAS (AGRICULTORES, GOBIERNOS, COMPRADORES Y, A VECES, CONSUMIDORES): a. Desarrollar planes de control mutuo y evaluación de informes de inspección b. Sancionar grupos que no cumplen con los requisitos c. Gestión de solicitudes de certificación 4. COMITÉ DE COORDINACIÓN LOCAL (LÍDERES DE AGRICULTORES, GOBIERNOS, COMPRADORES Y, A VECES, CONSUMIDORES): a. Realiza inspecciones y pruebas aleatorias b. Evalúa informes de inspección, otorga certificaciones c. Relaciones con el mercado.

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Hanói - Vietnam Nguyen Thi Nhi, Dang Xa

grupos, comenzaron con SGP desde el año pasado. “Al cabo de un año de trabajar con SGP, ya notamos una diferencia”, explica Nguyen Thi Nhi. “El vínculo entre los agricultores ha crecido, porque si una persona comete un error, afecta al resto del grupo. El rendimiento también ha aumentado. Los agricultores han aprendido técnicas en los talleres de SGP y también están más dispuestos a ayudarse mutuamente para aplicarlas. También trabajan juntos de acuerdo con un plan de producción basado en la temporada y la demanda de los clientes.” El Departamento de Protección Fitosanitaria también ve los beneficios de SGP. “Después de aprender sobre SGP, en 2018, junto con Rikolto comenzamos dos proyectos piloto, incluyendo el de Dang Xa”, dice Le Thi Kim Oanh. “SGP es ciertamente más adecuado para las cooperativas de pequeños agricultores que el VietGAP, porque hay muchos agricultores involucrados. A diferencia de una empresa agrícola grande, es difícil controlarlos a todos individualmente. “Notamos que la trazabilidad de las verduras en esos proyectos piloto aumentó y con ello la confianza de los consumidores que las comen. El número de empresas privadas que compran de estas cooperativas ha aumentado de 112 a 208, y la cantidad de verduras de 15 a 42 toneladas por día. Si los agricultores venden a las empresas a través de contratos, obtienen entre un 10 y un 20 por ciento más por sus verduras que por vegetales que no se cultivan conforme el SGP”.

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Mercados de importancia crucial para un cambio de comportamiento sostenible El SGP suena como la “panacea”, aunque todavía está empezando. Y eso significa también que sufre las dificultades propias de su etapa. Encontrar un mercado para esos vegetales seguros no es nada sencillo. Nguyen Thi Nhi: “Solo del 5 al 10 por ciento de las verduras se venden hoy a través de contratos con empresas. De esta manera, no dependen de los precios volátiles del mercado: durante algún tiempo pueden vender sus verduras a un precio fijo. Además, los agricultores - a menudo viejos - no tienen que llevar sus verduras a vender al mercado, sino que el comprador las recoge en su finca. Sin embargo, no es fácil para los agricultores producir de acuerdo con la demanda de estos clientes privados, ya que tienen que garantizar que la calidad sea siempre igual de buena.” Para la gran mayoría de verduras, aún no aplica el beneficio de contar con clientes fijos y los agricultores aún tienen que vender por su cuenta. Tienen que convencer a los clientes desconfiados de que sus verduras se producen de forma segura y que están certificadas según SGP. Y estos a menudo no saben qué es SGP. Las verduras tampoco están etiquetadas como tal todavía. Etiquetar las verduras constituiría un costo adicional que aumentaría más el precio, aunque ya son más caras que las verduras convencionales. El SGP tampoco está oficialmente reconocido por el gobierno como un mecanismo de certificación. Por lo tanto, para los agricultores, el valor agregado de sus vegetales a menudo no se ve reflejado en el precio que obtienen en el mercado. Le Thi Kim Oanh comenta al respecto: “Basados en los primeros resultados de los proyectos piloto que hemos realizado, tenemos la intención de expandir el modelo SGP en el futuro. En este momento hay 35 iniciativas en Hanói en la fase inicial, que aún no funcionan por completo acorde al SGP. Queremos asegurarnos que estas iniciativas obtengan acceso al mercado, mostrándoles a las empresas que existe una demanda de verduras seguras y convenciéndolas de dar el buen ejemplo. Para el 2020 queremos dar acceso a 50 cooperativas hortícolas, a comedores escolares, empresas de catering, supermercados y la industria hotelera, por ejemplo. Al mismo tiempo, aconsejamos al ayuntamiento que establezca cadenas SGP entre agricultores certificados y mercados. Si lo logramos, podemos continuar enfocándonos en la comunicación hacia los consumidores sobre este sistema de certificación y colocar al SGP en el mercado, para que la confianza aumente. Así esperamos aumentar la producción de vegetales seguros en la ciudad.”

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Aäron De Fruyt (Rikolto en Bélgica)

Tegucigalpa - Honduras

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ASOFAIL


Población: 1,157,000 habitantes.  Alimentos principales: tortillas de maíz, arroz, frijoles, plátanos, queso, huevos.  Del 30 al 40 por ciento de la población en Tegucigalpa compra comida del supermercado. Ciudad signataria del Pacto de Milán. Socios importantes: Oficina de la Alcaldía del Distrito Central, Consorcio Agrocomercial de Honduras, Asociación de Municipios Hondureños (AMHON), supermercados La Colonia, Escuela Agrícola Panamericana “Zamorano”, Fundación para el Desarrollo Empresarial Rural (FUNDER), FAO, Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).  Desafíos clave: gestión de residuos orgánicos, consumo de alimentos saludables, y aplicación de buenas prácticas agrícolas.

Comercio inclusivo entre ciudad y campo De Mi Tierra: el consumidor elige lo hondureño “El consumidor siempre tiene la razón”, comenta Abner Zúñiga. Estamos sentados en la mesa con dos representantes del supermercado La Colonia en Tegucigalpa, Honduras. Además de Walmart, es la cadena de supermercados más grande del país. Él continúa “solo el consumidor sabe exactamente qué precio pagaría por cada producto: compara con otros supermercados y con el mercado informal al mismo tiempo. En cada oportunidad, el consumidor está valorando si el precio es proporcional a la garantía de alimentos sanos y de calidad, el sabor, la forma y la textura del producto.”

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Tegucigalpa - Honduras

La Colonia

Miguel Arita

Cesar Maradiaga

Miguel Arita, responsable de compras de vegetales, asiente. “Solo los consumidores pueden decidir si quieren pagar este precio por un producto que proviene de Honduras. ¿Optan por la calidad y la seguridad o prefieren un producto importado?” Y ¿qué los diferencia? El consumidor hondureño elige productos de su propia tierra. La campaña “De Mi Tierra” lo enfatiza aún más. Por ello, les preguntamos sobre la colaboración especial que desde hace varios años ha sido un ejemplo brillante de “modelos empresariales inclusivos”; que en consecuencia ha logrado que el 90 por ciento de las verduras en los estantes de La Colonia provengan de agricultores hondureños. La Colonia tiene hoy 50 tiendas en todo el país. Para finales del año 2019, serán 55. Se estima que en Honduras, alrededor de tres millones de personas (un 30 por ciento de la población) hace sus compras en los supermercados. “Con un crecimiento de cinco a seis tiendas por año, La Colonia necesita abastecerse de productores que puedan seguirles este paso a largo plazo”, comenta César Maradiaga, gerente del Consorcio Agrocomercial de Honduras. “Como agricultores familiares, solo tendremos éxito con un plan de acción sólido. Al Consorcio le gustaría diseñar ese plan.”

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Más allá de la competencia, hacia la cooperación. Muchos pequeños... El Consorcio Agrocomercial de Honduras es una alianza de ocho PYME (pequeñas y medianas empresas) gestionadas por agricultores. Su objetivo es fortalecer conjuntamente la posición de los pequeños productores en el mercado nacional y — en menor medida — internacional. Las ocho cooperativas de productores de frutas y hortalizas son HORTISA, PROVIASA, La Meseta, Tropical Yojoa, ECARAI, APROLHF, Vegetales Lencas y VERYFRUP; y están distribuidos en todo el país. El Consorcio quiere ofrecer soluciones integrales a una serie de problemas de abastecimiento y calidad de productos que enfrentan las empresas. Los mercados formales (por ejemplo, el supermercado La Colonia) manejan mayores requisitos que el mercado informal. Esto ocasionaba un alto grado de rechazo de productos de las cooperativas: en La Colonia, por ejemplo, hasta un 40 por ciento de las entregas de hortalizas fueron rechazadas debido a problemas de calidad. Por tanto, el suministro proveniente de Honduras no presentaba la calidad requerida y era insuficiente para los supermercados: un estudio de 2006 muestra que más del 80 por ciento de las verduras consumidas eran importadas. Adicionalmente, hubo una gran inestabilidad (y por tanto, incertidumbre) para los productores por varias razones: los contratos eran a corto plazo con los mercados formales, existía una competencia intensa entre la multitud de organizaciones de agricultores con productos similares, demanda irregular de verduras durante el año, e incumplimiento de contratos por parte del comprador... Además, el retraso de los pagos (entre 1 a 2 meses) de parte de los compradores también causó incertidumbre y escasez de capital de trabajo para los productores. “Los agricultores familiares han enfrentado grandes desafíos durante años”, nos dice César Maradiaga. “No tienen acceso a fondos. A menudo están ubicados lejos de la ciudad capital e incluso entre ellos mismos. Debido a esto, esta peculiar colaboración fue esencial para implementar cambios a gran escala.” Además, invertir en la agricultura familiar hoy en día todavía se percibe como riesgoso para los bancos. Como resultado, una y otra vez los productores deben buscar inversionistas privados, que en su mayoría se rigen bajo sus propias reglas. “No olvides”, agrega gesticulando, “que antes las ocho empresas parte del Consorcio solían competir entre sí. Esto canibalizaba sus productos ocasionando que ofrecieran precios cada vez más bajos.” Además, los agricultores sospechaban que algunos clientes del mercado formal aprovechaban esto porque a menudo incumplían los contratos con el pretexto de recibir productos con una calidad baja, para luego poder recurrir a un competidor más barato. – 53 –


Tegucigalpa - Honduras … ¡Hacen uno grande! En 2012, por iniciativa de la Fundación para el Desarrollo Empresarial Rural (FUNDER), las 8 empresas convinieron en formar legalmente el Consorcio. En 2011, Rikolto, junto con el Consorcio, inició un proyecto piloto para el fortalecimiento de sus capacidades de producción, los procesos de cosecha y de post cosecha (con atención específica a la calidad y volúmenes requeridos por el mercado formal), mejora de las estrategias de comercialización colectiva y asesoramiento general en negocios, gestión y administración. Desde entonces, el Consorcio Agrocomercial de Honduras ha cosechado muchos logros. Hoy, la cadena de supermercados La Colonia es su cliente más importante. Debido a la mejora de sus procesos de producción y manejo de los productos, disminuyeron la tasa de rechazo del 40 al 5 por ciento. Se acordó una tarifa de precios fija que estabilizó los precios y los ingresos del Consorcio. Se abrieron nuevos mercados, como por ejemplo, a las tiendas de La Colonia ubicadas en la ciudad de San Pedro Sula. Se creó y registró una marca colectiva para sus productos: “El Agricultor”. Y la cantidad de vegetales importados en el supermercado disminuyó hasta un 90 por ciento. ¿Quienes ganan? El consumidor, el supermercado y el productor hondureño. “Ya que, en el mercado formal, el precio que recibe el productor fácilmente aumenta entre un 100 y un 200 por ciento”, confirma Maradiaga. “Y, sobre todo, los precios se mantienen estables.”

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Lencas


El supermercado, el consorcio, la ONG y... El banco Pero tal aumento de calidad, naturalmente, también requiere inversiones. Asi se encontró un tercer socio para esta colaboración única en FICOHSA, un banco de crédito. FICOHSA financia el 60 por ciento de las inversiones necesarias. Como banco, busca en primer lugar una inversión rentable y confiable, por lo que una colaboración entre el supermercado y el Consorcio logró el umbral de confianza del banco. “Para el banco, también es importante que se piense a largo plazo”, agrega César Maradiaga. “¡No olviden que los bancos también están buscando el valor social agregado de una inversión!” FUNDER y La Colonia también contribuyeron un 20 por ciento cada uno. Además, esta cooperación con una institución financiera actúa como un mecanismo de seguridad. Si La Colonia o el Consorcio, por cualquier razón, “quieren abandonar el barco”, FICOHSA no permitirá que suceda. La Colonia también invierte en personal. Actualmente, el supermercado emplea a cinco técnicos cuya función consiste en visitar a las organizaciones de agricultores y guiarlas hacia métodos de producción más eficientes y de calidad. “La colaboración con Rikolto, FUNDER y otros actores fue de gran importancia”, concluye Maradiaga. Rikolto se encargó de pagar a los asesores técnicos. Además, ayudó a establecer un sistema logístico, porque ¿cómo llevar todas esas verduras a la capital de manera eficiente?”. Finalmente, Rikolto también asesora regularmente al Consorcio en temas de comunicación, gestión empresarial y administración.

¿Y el ayuntamiento? “El ayuntamiento de Tegucigalpa no ha tenido una presencia directa en esta iniciativa”, nos comenta Annabell Guzman de Rikolto. Sin embargo, es un factor esencial para el establecimiento de modelos de negocios inclusivos (inclusive business) que impulsa Rikolto: “agricultores capaces” (el Consorcio), “compradores dispuestos “(La Colonia) y ... el “entorno habilitante” (políticas públicas). “Este ‘entorno propicio’, puede impulsarse de diferentes maneras”, nos dice Guzmán. En primer lugar, solo existe una plaza en Tegucigalpa que controla los precios de los productos agrícolas que llegan a la ciudad lo cual está limitando el poder de negociación de los productores. Entonces, a través del esfuerzo con la plataforma municipal donde participan diferentes actores público – privados, Rikolto se plantea trabajar con el ayuntamiento para garantizar que los precios a los productores sean más estables. Hoy, ninguna agencia pública aparte del mercado controla esto. La colaboración entre el Consorcio y La Colonia es un ejemplo de cómo se pueden hacer negocios de forma diferente. En segundo lugar, el desafío de la inocuidad en los alimentos también puede abordarse desde la ciudad. Esto, puede hacerse proporcionando sitios de almacenamiento de los productos en la ciudad, que garanticen su seguridad y manejo. El tercer desafío que enfrenta la ciudad es la dieta

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Tegucigalpa - Honduras de sus habitantes. “Honduras ocupa el segundo lugar en el mundo cuando se trata de alimentación poco saludable”, enfatiza Guzmán. “Con esta plataforma urbana también queremos enfocarnos en este tema en los próximos años”.

Lo que puede traer el futuro El futuro puede traer aún más para el Consorcio Agrocomercial. En el vecino país Nicaragua, se estableció una colaboración especial entre Subway y la unión de 4 organizaciones de agricultores. Actualmente, la unión de cooperativas abastece de verduras frescas a 24 tiendas de la franquicia de sándwiches en todo el país. Gracias al entusiasmo de Subway en Nicaragua y de La Colonia en Honduras, se están llevando a cabo discusiones entre el Consorcio Agrocomercial, Rikolto y Subway en Honduras para iniciar una colaboración en el futuro. Pero no solo en el mercado formal se venden las verduras del Consorcio. Nos encontramos con Abraham Silva en la Feria del agricultor, el mercado de agricultores en Tegucigalpa. Todos los viernes y sábados, productores de las diversas regiones de Honduras vienen a la capital para vender sus verduras, frutas, carne y pescado a los habitantes de la ciudad. Abraham es el hijo de Pasito, el presidente de la empresa de hortalizas HORTISA. Abraham estudia fisioterapia en la Universidad de Tegucigalpa y está aquí cada semana para vender las verduras de la empresa, pues también es miembro del Consorcio Agrocomercial. “Quien viene a comprar aquí está más preocupado por la seguridad alimentaria”, nos dice Abraham.

Abraham Silva

“Mira este tomate. Se ve bien y saludable, pero nadie puede detectar a simple vista cuántos productos químicos se han utilizado en su producción. Los supermercados requieren certificados de inocuidad y buen manejo de los alimentos, aquí en el mercado urbano no son tan estrictos. Sin embargo, nuestra empresa, y por extensión todas las empresas del Consorcio Agrocomercial, garantizan un producto seguro. Y la gente lo sabe.” Añade riendo: “¡Mis tomates son sabrosos y hermosos por dentro y por fuera!”

¿Una nueva generación de agricultores?

Reynaldo Julián Avila

Abraham cuenta con 24 años. “¿Si todavía me veo cultivando en diez años?” Abraham asiente con entusiasmo: “¡De hecho!” Nos explica que gracias a la agricultura es que ha logrado costear sus estudios. Una vez graduado, no abandonará el campo. “La agricultura es una hermosa ocupación. Estudio fisioterapia porque así es como quiero ayudar a las personas. Pero

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mi corazón se queda en el campo. Está en mi sangre.” Reynaldo Julián Ávila también piensa así. Es agricultor y asesor técnico de PROVIASA, otra empresa de hortalizas que es miembro del Consorcio. Nos refugiamos del sol de la tarde bajo un árbol, con una vista de la ciudad de Tegucigalpa. Reynaldo estudió mecánica automotriz en la capital. Sin embargo, debido a la crisis económica, no encontró trabajo en ese sector. “Por eso decidí regresar a mi pueblo”, cuenta Reynaldo. “No está lejos de Tegucigalpa: un viaje de dos horas y puedo visitar a mis amigos allí”. ¿Todavía sueñas con una carrera como mecánico de automóviles? Reynaldo parece muy decidido: “¡No, jamás! ¿Por qué renunciaría a este trabajo? Tengo total libertad, respiro el aire más saludable en el país y puedo ofrecer a mi familia un futuro seguro.”

Mujeres y niños Sin embargo, ve que pocos jóvenes a su alrededor hacen lo mismo. ¿Qué impide que los jóvenes elijan un futuro en el campo?. Por supuesto, no es el trabajo más sexy y probablemente no ayude que las ‘caras’ que manejan las organizaciones de agricultores a menudo son adultos mayores. Reynaldo lo experimenta personalmente: no tiene muchos colegas jóvenes en PROVIASA. Le preguntamos cómo podría cambiar esto. “En primer lugar, creo que los padres deberían enseñar más a sus hijos sobre la agricultura. Mi padre también es agricultor: él trabaja a pocos kilómetros de aquí. Sin embargo, cuando regresé de la ciudad al campo, tuve que aprender todo por mí mismo. De niño tienes una curiosidad natural: es una pena no usar ese interés para aprender todos los trucos de este oficio” Para las mujeres tampoco es fácil desempeñar un papel en la gestión de una organización de agricultores. “No olviden que el machismo sigue siendo fuerte en América Latina”, nos explica Annabell Guzmán de Rikolto, mientras conducimos en vehículo a través de un paisaje montañoso de café hacia una reunión de agricultores de la empresa de agricultores Vegetales Lencas, parte del Consorcio. “Sobre todo en las zonas rurales no es común tener una voz como mujer, y mucho menos

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Tegucigalpa - Honduras usarla”. Un grupo de mujeres de Vegetales Lencas ahora se está organizando en un comité para comercializar sus propios productos. Subway actualmente está en conversación con este grupo de mujeres. Y el interés se dirige principalmente a una técnica agrícola innovadora: la hidroponía.

¿Cómo enfrentan los agricultores un clima cambiante? Golpes fuertes Es muy necesario renovar la agricultura. El cambio climático ya está cobrando factura en HonduFelix Zelaya ras. Cuando nos encontramos con el productor Félix Zelaya, hacía un calor sorprendente. “Estamos aquí a una altura de 1,600 metros”, dice. “Antes, en esta época del año solíamos usar chaquetas y sombreros. Ahora estoy aquí en mi camiseta.” El hijo de seis años de Félix persigue algunas gallinas vestido de pantalón corto y camiseta. Los mosquitos nos molestan bajo el sol sofocante de la tarde. Pero los efectos del cambio climático se extienden más allá de la elección de vestimenta y las picaduras de insectos. La agricultura en particular resulta fuertemente golpeada. Nuevas plagas y enfermedades prosperan mejor en un clima más cálido. Honduras, el mayor productor de café en América Central, fue duramente afectado en 2012 por la enfermedad fúngica “roya del café” (Hemileia vastatrix). Además, los inviernos se están volviendo más duros, los veranos más cálidos y los agricultores se ven sorprendidos por lluvias fuertes. Los cultivos de Félix también sufrieron. “Cuando se destruyó el 70 por ciento de mi cosecha, me vi obligado a buscar otros horizontes. Un futuro en la agricultura parecía demasiado incierto en ese momento.” La historia de Félix no es un hecho aislado. En América Central en los últimos años, entre el 70 y el 80 por ciento de los cultivos básicos como el maíz y el frijol se han perdido. La migración debido al cambio climático se traduce principalmente en un éxodo rural. Los agricultores e inversores ven crecer los riesgos de la actividad y prefieren buscar seguridad. La gente prueba suerte en las ciudades. Pero una población en crecimiento y un mercado laboral limitado rara vez conducen a la prosperidad. El crimen y el desempleo van de la mano en Tegucigalpa. Actualmente, el 55.32 por ciento de la población hondureña vive en un entorno urbano. Cada año, la población en un contexto urbano aumenta en un 2.75 por ciento. Tegucigalpa representa el 22.73 por ciento de la población nacional. La caravana migratoria centroamericana hacia los Estados Unidos también tiene sus raíces en un sistema alimentario desbalanceado. Un estudio, por ejemplo, indica

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que uno de cada dos migrantes, que prueban su suerte para emigrar a los Estados Unidos, señalan que la inseguridad alimentaria influyó en su decisión. “Por lo tanto, debemos analizar de cerca nuestro sistema de producción si queremos que el suministro de alimentos en Tegucigalpa y el resto de la Honduras tenga un futuro”, dice Annabell Guzmán.

Invernaderos de esperanza Félix, sin embargo, regresó al campo. “Tenía que hacerlo. Este es el pueblo donde crecí: mi madre, mi esposa y mis hijos viven aquí.” Félix es socio de Vegetales Lencas, con sede en Marcala: tierra de café y de amistad. Las Crucitas, donde Félix cultiva un pedazo de tierra, está a unos 90 km de Tegucigalpa. Habla con entusiasmo sobre el proyecto piloto que vio desarrollarse en los últimos tres años: su propio invernadero con instalación hidropónica. Según él, la hidroponía podría contribuir al futuro del cultivo de hortalizas en Honduras. Se estableció una cooperación estratégica entre Rikolto, el Consorcio Agrocomercial y ADA, una sociedad luxemburguesa especializada en microfinanzas, que proporcionó el capital de arranque necesario.

¿Qué quiere decir Rikolto con Inclusive Business (Negocios Inclusivos)? Para esto, Rikolto utiliza los 6 principios de la metodología LINK, desarrollada por el CIAT

Colaboración dentro de la cadena:

Vinculos efectivos con el mercado:

Honestidad y transparencia:

cooperación efectiva entre los actores de la cadena que tienen un objetivo común.

nuevas relaciones entre todas las partes involucradas en la cadena, que conducen a un mercado estable y un suministro constante.

una política justa y transparente con precios justos y riesgos comerciales compartidos.

Acceso equitativo a los servicios:

Innovación inclusiva:

Medición de los resultados:

incluye crédito, soporte técnico en el campo e información de mercado.

no ‘para’ agricultores sino ‘con’ agricultores.

indicadores y planes de seguimiento concretos.

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Tegucigalpa “Es una forma radicalmente diferente de practicar la horticultura”, agrega Walter Pereira con entusiasmo. Walter trabaja como técnico asesor en Vegetales Lencas. “La gente ya no siembra las semillas en el suelo, sino en una estructura de tubos dentro de la cual fluye agua. El agua contiene todos los nutrientes que las plantas necesitan para producir hortalizas saludables y nutritivas.” Esto tiene muchas ventajas: el consumo de agua se reduce hasta en un 50 por ciento, el uso de productos químicos se reduce al mínimo, el ciclo de crecimiento se acorta, con lechuga hasta con 15 días. Pero, sobre todo, los cultivos están mejor protegidos contra el viento y el clima. “El término ‘hidroponía’ es un concepto genérico”, explica Germán Flores. Flores es ingeniero agrónomo y, como coordinador de proyectos de Rikolto, monitorea de cerca los proyectos piloto. Nos explica que hay dos sistemas de hidroponía. Ambos funcionan sin suelo, obteniendo sus nutrientes del agua corriente. Se puede cultivar de dos maneras: a base solo de agua o en un sustrato. Tal sustrato puede consistir en arena, fibras de coco, roca volcánica... Para las plantas más grandes como los tomates o los chiles, esto provee un soporte en el que pueden crecer raíces profundas. El sustrato sólo sirve de soporte, no aporta nada en términos de nutrientes. “Todavía estamos en pañales con esto”, nos dice Walter Pereira. “Pero aún así, somos los primeros agricultores familiares en Honduras en utilizar este tipo de instalación”. Los productores adquirieron conocimientos técnicos durante dos viajes inspiradores a Guatemala y a Bélgica (en colaboración con la provincia de Flandes Occidental). Durante estos viajes, organizados por Rikolto, los productores se sumergieron en el mundo de la hidroponía. “Ahora somos pioneros”, dice Pereira con orgullo. “Las ONG, las organizaciones de agricultores e incluso los académicos vienen a ver nuestros proyectos piloto”. “En La Colonia tenemos grandes esperanzas para la hidroponía”, dice Miguel Arita. Hay cultivos que son muy vulnerables a los efectos del cambio climático: la lechuga es un ejemplo de ello. A través de la hidroponía, el Consorcio nos asegura un suministro estable y no tenemos que preocuparnos de que los estantes de nuestras tiendas queden vacíos debido a cosechas malogradas. Además, ofrece muchas perspectivas de futuro. Actualmente, el 80 por ciento de las fresas son importadas de Guatemala. Las fresas son un producto perfecto para ser cultivado de esa manera. “Esperamos poder presentar pronto fresas frescas hondureñas a nuestros clientes”, concluye Abner Zúñiga. Annabell Guzmán asiente: “La hidroponía desempeñará un papel importante en el suministro de alimentos para una creciente población urbana en los próximos años: es eficiente, respetuosa con el medio ambiente y la seguridad alimentaria es inimitable.

El camino está allí, pero aún falta pavimentarlo Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer. “Por ejemplo, las semillas de fresa son difíciles de encontrar en Honduras”, dice German Flores de Rikolto.

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Afortunadamente, el Consorcio puede contar con la ayuda del mundo académico. Aquí entra la universidad Zamorano. Zamorano es reconocida internacionalmente como una de las escuelas agrícolas más especializadas del continente. La universidad está ubicada en Honduras y aspira a ser líder en innovación. La experiencia y el conocimiento técnico de la universidad son indispensables para hacer de la hidroponía una técnica exitosa. Como autoridad internacional, es mucho más fácil para la universidad obtener semillas de buena calidad. Además, pueden investigar si el suelo, el clima y las condiciones de Honduras son adecuadas y si se puede cultivar un producto final de alta calidad. “La colaboración con Zamorano es un regalo del cielo”, asiente Germán Flores. Internamente, el Consorcio Agrocomercial aún enfrenta algunos desafíos. “Estamos escribiendo una historia de éxito, eso es seguro”, nos dice César Maradiaga. “¡Pero el orgullo viene antes de la caída!”. La autosostenibilidad del Consorcio es uno de los mayores desafíos que las organizaciones de agricultores deben seguir enfrentando en los próximos años. Muy pronto habrá que establecer una estructura de gestión sólida y una operación administrativa fluida. Hoy, gran parte del financiamiento del personal del Consorcio todavía proviene de Rikolto. Un plan financiero sólido es esencial para alcanzar la autonomía completa. “Además, todos somos seres humanos”, agrega Maradiaga con una mirada viva. “¡Por eso es muy importante evitar sutilmente los problemas sobre relaciones de poder y las disputas internas y enfocarnos siempre en el objetivo final común!”. “Además, en lo que se refiere a la hidroponía, sería prematuro pensar que el objetivo ya se alcanzó”, asiente German Flores de Rikolto. “Todavía queda mucho trabajo por hacer”. Mediante pantallas de sombra se mejorará el manejo de la temperatura en los invernaderos. “Esta es la parte más delicada de la hidroponía”, dice Félix Zelaya. “Si la temperatura exterior aumenta repentinamente, por supuesto también ocurrirá dentro del invernadero. Eso puede ser desastroso para los cultivos.” El mayor desafío en instalaciones hidropónicas sigue siendo que algo puede salir mal en cualquier momento. Un corte de energía que pase desapercibido puede hacer que falle toda la cosecha. Annabell Guzmán mira positivamente hacia el futuro. “Siempre habrá desafíos en el camino”, asiente con la cabeza, “pero esta es realmente una historia de éxito.” Nueve de cada diez empresas en Honduras se hunden en sus primeros tres años, pero el Consorcio Agrocomercial de Honduras pronto celebrará su décimo aniversario. La producción con hidroponía ya demuestra que en los próximos años será una respuesta firme a las consecuencias de un clima cambiante y que podría alimentar a la creciente población urbana. “Para Rikolto, lo que se realizó en Honduras es un ejemplo de cómo queremos enfrentar el futuro de nuestro sistema alimentario: estableciendo colaboraciones con el sector privado, organizaciones de agricultores, instituciones financieras y de conocimiento, autoridades municipales y ONG juntos revitalizando al planeta”.

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Marieke van Schoonhoven (Eos Tracé)

Lovaina – Bélgica

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Población: 100,244 habitantes.  Alimentos importantes: pan, papas, carne de res y pollo, queso.

BELGIUM

Famosa por su universidad fundada en 1425.

BELGIUM

Socios importantes: Lovaina 2030, Levuur, KU Leuven, Ciudad de Lovaina, Provincia de Brabante Flamenco, Fair Trade Bélgica, Boerenbond, Riso Vlaams Brabant, EIT Food, UCLL, BoerEnCompagnie, Voedselteams, Innovatiesteunpunt.  Desafíos clave: neutralidad climática, consumo de alimentos saludables y sostenibles, distribución local de alimentos.

Lovaina se enfoca en la comida local para todos En la ciudad belga de Lovaina, se está elaborando una plataforma de cadena corta para motivar a su gente a comer más productos locales. Porque, ¿para qué traer los espárragos del Perú si también crecen en Haspengouw? Eso haría más sostenible la agricultura y para los productores significaría un mejor precio por sus productos. ¿Facilísimo? En realidad, no lo es. “Para que esto funcione a largo plazo, hay que lograr que todos se sumen.”

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Lovaina- Bélgica Tres hombres se sientan alrededor de una mesa de conferencias y miran una pantalla grande con una hoja de cálculo que contiene todo tipo de alimentos y cifras. “Todavía no tenemos suficientes tomates, con 300 kilogramos no nos basta. Tenemos más que suficientes manzanas y peras”. Comenta Patrick Pasgang, consultor del Centro de Apoyo a la Innovación y, con su experiencia en la puesta en marcha de varias iniciativas de cadena corta en Flandes, el hombre ideal para apoyar la plataforma local Kort’om Leuven. Los otros asistentes son Joris Aertsens, colaborador de Rikolto, institución que lidera el ambicioso proyecto, y Nick François de Boerenbond (asociación de agricultores). Nick: “Trato que la red Boerenbond sirva para motivar a los agricultores a participar en Kort’om Leuven.” Unos meses antes del lanzamiento de Kort’om Leuven, los hombres se reunieron para hacer un inventario y evaluar si hay suficiente oferta de los agricultores locales que desean compartir sus productos a los compradores locales a través de la plataforma.

Directo del agricultor al plato Aertsens aclara: “La intención de la plataforma es ser un punto nodal para los productos locales en un radio de 40 kilómetros de Lovaina y los compradores profesionales al interior y alrededor de la ciudad. Recogemos los productos de los agricultores y los entregamos a supermercados, tiendas locales, establecimientos de restauración y cocinas industriales, entre otros. Nos esforzamos por tener una gama diversa de productos: papas, verduras y frutas, lácteos, carne y carnes procesadas, pero también productos regionales Joris Aertsens como mermelada, galletas y pralinés. Tanto los productos convencionales como los orgánicos son bienvenidos, los de pequeños productores y los que vienen de grandes. Hasta ahora, 60 productores han indicado que están interesados en colaborar”. Gracias a Kort’om Leuven, los productos llegan prácticamente de manera directa al consumidor. Por eso la iniciativa abarca la cadena corta, un modelo de distribución que está en aumento en Flandes. Tiendas agrícolas, ferias de agricultores, empresas de agricultura apoyada por la comunidad (Community Suported Agriculture o CSA, por sus siglas en inglés), granjas comunitarias, suscripciones de verduras, equipos de alimentación. Todos se basan en el principio de cadena corta mediante el cual el agricultor o productor está en contacto directo con el comprador, el consumidor. Un informe del Centro Flamenco de Mercadeo para la Agricultura y Pesca (Vlaams Centrum voor Agro- en Visserijmarketing o VLAM, por sus siglas en neerlandés) de 2018 muestra que la participación en cadenas cortas aumentó en un 5 por ciento durante el 2017. Este aumento se debe principalmente a mejores

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ventas en los mercados de agricultores y granjas comunitarias. La facturación en las ferias de agricultores de Flandes aumentó un 6 por ciento en 2018 y se acerca a los 11 millones de euros. El 2017 también fue un año muy bueno para las ferias de agricultores. Por lo tanto, las ventas en cadena corta son una forma de expansión que está ganando importancia. Según los datos de Statbel, en el año 2016 unas 2,404 empresas (el 10 por ciento de todas las granjas) participaron en una o más formas de “ventas directas”. El 10 por ciento (234 empresas) solo vende directamente. Un 19 por ciento (446 empresas) vende entre el 50 y 100 por ciento directamente. Para el 72 por ciento, la importancia de las ventas directas en las ventas totales es inferior al 50 por ciento. Aunque está aumentando, la cuota de mercado de la cadena corta sigue siendo limitada. En comparación con otros canales de distribución de alimentos frescos, la cuota de mercado de la tienda agrícola es del 0.8 por ciento. Para la feria de agricultores, esta participación es solo de del 0.15 por ciento. En total, la participación de la cadena local se mantiene alrededor del 1 por ciento del total. Y ahí es donde entra Kort’om Leuven. “La meta es ampliar de escala la base de la cadena corta. De ese 1 por ciento queremos pasar al 5 por ciento de ventas en cadena local a nivel flamenco “, dice Aertsens. “Esa es también la razón por la que trabajamos con canales de distribución populares, como supermercados y restaurantes. Ahí hay un potencial para escalar. Este es un proyecto piloto con la idea de que también pueda interesarle a otras ciudades”. “En otras regiones también se ven iniciativas como esta, como Vanier en Gante, Lekkers de Pajottenland y Fresh From the Farm en Kempen. Ya funcionan bien y contribuyen a ese porcentaje más alto”, agrega Patrick Pasgang del Centro de Apoyo a la Innovación.

Una Lovaina más sostenible En resumen, Lovaina armoniza con su estrategia alimentaria (ver cuadro Comida que conecta). La estrategia se elaboró en 2018 con, la ciudad de Lovaina entre otros actores, y apoya el desarrollo de sistemas alimentarios alternativos como Kort’om Leuven con el objetivo de hacer que el sistema alimentario de la ciudad sea más sostenible. O como se lee en la estrategia: “La cadena alimentaria es transparente. Los beneficios y las cargas son divididas de manera justa entre todos los actores de la cadena. Existe una gran combinación de canales de distribución de alto rendimiento para productos de la región, tanto a través de la cadena corta como con comerciantes locales, hostelería, restauración y venta minorista. La comida local sostenible es reconocible y accesible en cada esquina y es asequible para todos”.

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Lovaina - Bélgica Kort’om Leuven puede contribuir de varias maneras a que el sistema alimentario en Lovaina sea más sostenible. “En principio, todos los productores pueden unirse, pero también comunicamos de manera muy transparente sobre cómo funciona la empresa”, explica Aertsens. “También nos gustaría desarrollar un sistema de puntaje para informar a los compradores y consumidores sobre la sostenibilidad de una empresa con base en una serie de criterios como el clima, el bienestar animal y el uso del agua. Con este sistema, queremos alentar a los compradores a optar por productos más sostenibles, lo que a su vez alienta a los agricultores a producir de manera acorde. Socios como el punto de apoyo a la innovación y los equipos de alimentación están allí para ayudar a los agricultores con ello. Según nuestra encuesta, la mitad de los agricultores interesados esperan que Kort’om Leuven pueda ayudarlos a hacer que su negocio sea más sostenible.” “De esta manera, Lovaina también trabaja con ‘Lovaina 2030’ un ambicioso plan para hacer que la ciudad sea amigable con el medio ambiente para el año 2050”, agrega Pasgang. “La agricultura también debe hacerse más sostenible, y eso significa más que solo reducir la cantidad de kilómetros que recorren los alimentos para llegar a su destino”.

Contrarrestar el desperdicio de alimentos Con respecto a la sostenibilidad, una cadena corta también puede evitar el desperdicio de alimentos, comenta Pasgang: “El mayorista generalmente trabaja con un ‘sistema AB’: por la noche, un restaurante tiene que ordenar antes de las 10 p.m., y la comida se entrega a las 5 a.m. de la mañana. Una cadena corta a menudo funciona a través de un ‘sistema AC’: si hace un pedido hoy, se cosechará mañana y pasado mañana recibirá el pedido. Eso es bueno para la calidad, porque significa que siempre se tiene un producto fresco. Con un ‘sistema AB’, un mayorista debe hacer un cálculo de lo que venderá, y en función a eso comprar en una subasta o con un agricultor. Como resultado, a menudo hay alimentos que se quedan en el refrigerador durante mucho tiempo. Después de una semana ya no están frescos y se convierten en desechos. En un sistema AC, se puede cosechar exactamente lo que se ha ordenado. No habrá desperdicio de alimentos en esa parte de la cadena. Eso también es una ganancia para el agricultor.”

Determinar su propio precio Otra ventaja importante de la plataforma es que los agricultores pueden determinar su propio precio. “Dentro de cierto margen”, Aertsens aclara. “Si cobraran más del 30 por ciento encima del precio que cobran por las ventas actuales, tendrían que explicar por qué. Si los productores realmente piden mucho más de lo que se pide a través de otros canales, existe el peligro de que nos saquemos a nosotros mismos del mercado. La mitad de los productores interesados indican que esperan obtener – 66 –


un mejor precio por los productos con Kort’om Leuven”. Y es que el precio que reciben hoy por sus productos es un problema del que se está hablando entre los agricultores belgas. “Un agricultor acepta los precios, no los fija. Por lo tanto, a menudo obtiene para su producto lo que le otorga un comprador, como el mayorista. En este proyecto, podemos ajustar un poco eso. Aunque una gran empresa probablemente no podrá vender todo localmente a través de una cadena corta”, dice Nick François de Boerenbond. “Ciertamente, sí hay un excedente en la producción; por ejemplo, en la temporada de tomate, los precios caen fuertemente. Los agricultores pueden al menos solicitar un precio a través de esta plataforma”, dice Aertsens. François agrega: “La carga de trabajo también se está convirtiendo en una actividad menor para los agricultores que ya están haciendo ventas de cadena corta. Ahora ya no tienen que hacer entregas a la industria hotelera, por ejemplo. Además del mayor mercado de ventas y el mayor margen que puede obtener en un producto, también se garantiza que sus ingresos se distribuyan. Es aconsejable no poner todos los huevos en una sola canasta, y generar ingresos a través de diferentes canales. Esto es bueno para la visibilidad del sector agrícola. Si puede asegurarse que el consumidor esté más cerca del agricultor, ello aumenta el respeto y el conocimiento sobre los alimentos, pero también aumenta la disposición a pagar un precio justo”.

Peligros Sin embargo, no hay una receta para establecer una plataforma funcional y lograr que una cadena corta florezca. La plataforma de distribución Vanier se lanzó en Gante en abril de 2018 y desde Lovaina podemos aprender de ella. Pasgang, quien participó en numerosas iniciativas de este tipo, explica: “En Gante, la plataforma tuvo que comenzar bastante rápido, a pedido del cliente, la ciudad de Gante. Como resultado, tenían un suministro relativamente pequeño en la primera fase, lo que significaba que ciertos productos que los clientes solicitaban no estaban disponibles. Si experimenta eso como comprador, es posible que no compre más. Por eso, en Lovaina nos tomamos más tiempo para prepararnos. De ahí las hojas de cálculo en las que estimamos si la oferta y la demanda coinciden”. No obstante, establecer un proyecto así es un desafío. Varios proyectos similares comenzaron y se vieron obligados a detenerse. Por un lado, porque no es fácil organizar la logística y, por otro, debido a la estructura de costos que hay detrás. “He visto ejemplos en los que, adicional al precio de un artículo, se cobra el 10 por ciento por logística, costeado por el agricultor”, dice Pasgang. “Eso no es factible en una cadena corta. En la distribución mayorista, hay un cargo adicional por logística entre el 3 y el 12 por ciento, pero en una cadena corta debe ser al menos el 20 por ciento. Esto se debe a que los volúmenes son mucho menores, por lo que no se necesita un camión grande, sino medios de transporte más pequeños.

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Lovaina - Bélgica Uno quiere evitar camiones medio vacíos circulando, porque entonces no resulta ni sostenible ni rentable. Por lo tanto, se necesitan suficientes clientes y suficiente demanda de los actores adecuados. No se logra solo con pequeños restaurantes, porque entonces son demasiadas pequeñas cantidades que hay que transportar, y los costos de transacción son relativamente grandes. Ciertamente, también necesitamos grandes compradores, como las cocinas industriales. Y podemos ofrecer valor agregado. Por ejemplo, para las tiendas de supermercados que se focalizan cada vez más en las compras locales y que reconocen que comprar a diferentes agricultores individuales no es fácil. Ya existe mucha demanda, desde ese punto de vista.” “Hemos recibido una subvención para ponerlo en marcha a través de Vlaanderen Circulair, pero después de dos años tenemos que ser autosuficientes”, dice Aertsens. “Necesitamos una facturación de alrededor de 12,000 euros por semana para esto. Con ello podrá pagarse a un coordinador, pero también una logística eficiente. Con el número de agricultores que demuestran interés, estamos muy por encima de eso. Estimamos que pueden entregar productos por un valor de 60,000 euros cada semana, pero aún tenemos que ver si todos esos agricultores permanecen unidos al comenzar la distribución. Y todavía vemos algunas brechas, como los tomates “. “También debe haber suficientes compradores. Sería bueno si pudiéramos comenzar con 6 supermercados, 25 establecimientos de restaurantes y algunas cocinas grandes “, dice Pasgang. “Es bueno que tengamos un subsidio para construir la plataforma, pero después que iniciaste algo bueno, debes ver si puede continuar existiendo, incluso sin subsidio. Por eso debes asegurar que todos los actores estén informados lo antes posible sobre Kort’om Leuven y que los incluyas en tu historia. Por lo tanto, debes poner mucho esfuerzo en la comunicación, la publicidad y un logotipo reconocible, por ejemplo. Tienes que crear una comunidad de agricultores, compradores y personas que quieran comprar localmente”. Según Aertsens, Kort’om Leuven se centrará definitivamente en la comunidad alrededor de la plataforma. “Queremos un intercambio y una dinámica positiva entre consumidores, productores y compradores, por ejemplo, organizando jornadas de granja abierta, una feria de degustación o un ‘día del restaurante emergente’ en una finca. Los consumidores y compradores interesados deben acercarse a eso y entrar en contacto con los agricultores y sus productos”. La plataforma se probará a partir de mediados de noviembre de 2019 y ahí quedará claro si los preparativos completos serán suficientes para que Kort’om Leuven sea un éxito. “No esperamos que corra a la perfección desde el principio, no será rentable en unos pocos meses. Pero el proyecto cuenta con el apoyo de diferentes actores: equipos de alimentación, Boerenbond, muchas otras organizaciones vinculadas al campo, la ciudad de Lovaina y su provincia. Si todos lo hacen público, hay una mayor posibilidad de éxito. Esperamos poder subirnos a la ola de entusiasmo que ahora existe, y escribir una historia de éxito en el largo plazo”.

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La comida conecta Desde el 2018, la ciudad de Lovaina tiene una estrategia alimentaria local, bajo el nombre “La comida conecta”. Michele Jacobs, colaboradora de “Leuven 2030”, es una de las fundadoras y autoras de la estrategia. Ella comenta la importancia de la estrategia alimentaria. ¿Puedes contar cómo se inició la estrategia alimentaria? “La estrategia se estableció a finales de 2014. Junto con Stef Steyaert, experto en participación en Levuur, organizamos la primera ‘reunión del sitio’ con Leuven 2030”. “Leuven 2030 es una organización fundada hace más de cinco años por ciudadanos, empresas, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos locales e instituciones de investigación. Juntos queríamos dar los próximos pasos hacia una ciudad climáticamente neutral. Se ejecutan diMichèle Jacobs ferentes líneas para alcanzar esa meta. Una de esas líneas es establecer patios climáticos. Estos son proyectos que crecen de abajo hacia arriba en torno a los diferentes temas que conducen a una ciudad climáticamente neutral: movilidad, edificios, comida... Notamos que había mucho dinamismo e interés en torno al tema de la comida. Fue entonces cuando se produjo una ‘reunión de vecindario’. Inicialmente queríamos establecer un ‘cerco de alimentos”’ alrededor de Lovaina, lo que nos haría más autosuficientes en términos de nutrición. Esto no despegó del todo, ya que no había un gran marco estratégico para Stef Steyaert abordarlo de manera estructurada, de acuerdo con los objetivos a largo plazo. Mientras tanto, ya se había desarrollado una estrategia alimentaria en Gante, Gent en garde, con socios como Levuur y Rikolto. Allí vimos el impacto que tal estrategia puede tener. Junto con alguien de Samenlevingsopbouw y Levuur, comencé a desarrollar una estrategia alimentaria para Lovaina. Rikolto se sumó rápidamente y también hemos establecido un vínculo con el gobierno local. Querían subsidiarnos en la gestión de procesos y contribuyeron con su vasta experiencia”. ¿Qué tiene de especial esta estrategia alimentaria en comparación con la de otras ciudades? “El hecho de que la ciudad tenga un papel tan específico en la estrategia es único en Flandes y Europa. En Lovaina, la estrategia cuenta con el apoyo de los demás actores: ciudadanos, empresas, organizaciones de la sociedad civil, hostelería, escuelas e instituciones de conocimiento. Eso es gracias procesos participativos que

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Lovaina - Bélgica

hemos experimentado. De esta forma, hemos tenido en cuenta los aportes de todos e impulsar que todos sean responsables. Esta movilización de actores es uno de los mayores méritos de la estrategia. Crea sentido de propiedad, participación y dinamismo. También nos hemos centrado en respetar el balance. Por ejemplo, no hemos optado por orgánico en lugar de convencional. De ahí que hayamos incluido a los principales actores en el grupo directivo, como Boerenbond (asociación de agricultores), la Universidad Católica de Lovaina (KU Leuven) y Ciudad de Lovaina. Al permanecer al centro y no escoger un lado, se puede hacer una conexión. El título de la estrategia alimentaria no fue elegido al azar. Todos los actores deben juntarse y ser más sostenibles paso a paso”. ¿Cuál es el objetivo de la estrategia? “Principalmente lo que queríamos hacer con esa estrategia es lograr que los actores se movilicen. No es un plan de acción concreto, pero sabemos en qué trabajar. Todas las necesidades de los diferentes actores se mencionan en la estrategia. Esto resulta en ideas concretas de varios socios para trabajar hacia esos objetivos estratégicos.” ¿Y ahora, qué debe hacerse? “Ahora la estrategia está ahí y la intención es que el ayuntamiento trabaje con los objetivos que contiene. Afortunadamente, el actual gobierno de la ciudad ratifica la estrategia y quiere implementarla. El papel de la ciudad ahora es proporcionar recursos y crear un contexto para implementar la estrategia alimentaria. Y para mí ese contexto es una organización en red, específicamente en torno a la nutrición. Debe haber una cantidad de personas al mando que se aseguren de que todos los actores necesarios en Lovaina se articulen en torno a ciertos temas de la estrategia, como un abastecimiento local o el desperdicio de alimentos. Y tienen que realizar cosas específicas. Pero no es solo responsabilidad de la ciudad dar los próximos pasos. También es el rol de los consumidores, los distribuidores, etc. implementar esa estrategia. Todos tienen su propia responsabilidad.”

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La comida conecta: La estrategia de Lovaina Con siete objetivos estratégicos muy claros, Lovaina deberá iniciar lo antes posible para hacer más sostenible el sistema agrícola y alimentario, y así contribuir a una ciudad climáticamente neutral. 1. Promover una alimentación sana y sostenible: la estrategia alimentaria de Lovaina se dirige a todos los habitantes de la ciudad. Juntos optamos por una alimentación sana y sostenible. Eso solo es posible si nos centramos en la educación y la construcción de consciencia. 2. Se debe acercar a los consumidores con los productores: al construir un puente entre producción, procesamiento, distribución de alimentos y ciudadanos, la estrategia alimentaria contribuye con la valoración de los esfuerzos de cada uno. 3. Hacer espacio para la producción de alimentos sostenible: la producción alimentaria local se estimula y los lovanienses reciben un buen acompañamiento para empezar por su cuenta. Al centro están la producción alimentaria con respecto para el ser humano, el medio ambiente y la sociedad. 4. Centrarnos en la agricultura sostenible: Lovaina valora a los agricultores en su papel de productores sostenibles. 5. Hacer los productos alimentarios sostenibles accesibles para todos: la alimentación es una fuerza articuladora para una mayor cohesión social. La estrategia alimentaria brinda una atención especial a las personas en posición social vulnerable. 6. Prevenir la pérdida de alimentos y reutilizar los excedentes: valorar la comida significa que reducimos más las pérdidas y el desperdicio de alimentos. 7. Estimular la innovación para la agricultura y alimentación sostenibles: todos experimentamos y así contribuimos a innovaciones para la agricultura y la alimentación sostenibles.

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Dieter De Cleene (Eos Tracé)

Gante - Bélgica

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Población: 261.483 habitantes.  Alimentos importantes: pan, papas, carne de res y pollo, queso.

BELGIUM

La segunda ciudad más grande de Flandes. Primera ciudad de Bélgica en adoptar — en 2013 — una estrategia alimentaria.  Socios importantes: Ciudad de Gante, Universidad de Gante, ILVO,Vanier, Foodsavers, EVA.  Desafíos clave: cadenas alimentarias cortas, desperdicio de alimentos, acceso a alimentos sostenibles y saludables.

Luchando por una alimentación sostenible Con su estrategia alimentaria “Gante en Guardia”, Gante quiere establecer un sistema alimentario sostenible. La ciudad da el mejor ejemplo posible. “Los sistemas alimentarios son un recurso importante para dirigir a nuestro planeta en la dirección correcta”, dice Katrien Verbeke, del Servicio de Medio Ambiente y Clima de Gante. “Las ciudades pueden desempeñar un papel importante en esto porque son flexibles y pueden adaptarse rápidamente”. En 2013, Gante lanzó su plan de política alimentaria Gent en Garde. Este plan presenta cinco estrategias para un sistema alimentario más sostenible. La lucha por una cadena alimentaria más corta y visible es una de ellas. “Con demasiada frecuencia, los

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BELGIUM


Gante - Bélgica alimentos son algo que simplemente consumimos sin considerar quién los produjo y cómo”, señala Verbeke. “Esa es la base de muchos problemas”. Hacer visible al productor tiene varias ventajas. “Pone a pensar al consumidor. Y el productor ve en el mercado cercano una alternativa al mercado mayorista y el mercado mundial. De esta manera queremos contribuir a una agricultura viable con precios justos”. La ciudad estimula las ferias de agricultores, ahora una docena, donde se reúnen consumidores y productores. Al apoyar la plataforma local de distribución de

“Tan transparente como sea posible” Facilitar las ventas de cadena corta para productores y operadores de catering, cocinas industriales o minoristas. Con ese objetivo en mente, Laurence Claerhout fundó la plataforma en línea Vanier en 2018. Esa plataforma hoy une a unos 30 productores de alimentos que establecen sus propios precios. Vanier se encarga de la administración y la logística por un margen del 20 por ciento. “En comparación con un país como Francia, las ventas de cadena corta en Flandes están un poco rezagadas”, dice Claerhout. “Hemos perdido algo del orgullo para con los productos locales”. Se da cuenta de que a la industria de la hostelería le gusta la idea, pero también que resulta difícil cambiar hábitos. “Ofrecemos productos completamente nuevos que a veces resulta difícil encontrar en otros lugares”, dice Claerhout. “Por otro lado, no siempre podemos ofrecer todo. Por lo tanto, se necesitan clientes con buena voluntad. “Vanier se esfuerza por ampliar su alcance involucrando a la mayor cantidad de proveedores posible. No hay (todavía) criterios específicos de sostenibilidad que los productores deban cumplir. “A largo plazo, estamos pensando en un sistema en el que se puedan seleccionar productos en función a criterios que usted considere importantes, como el bienestar animal, el medio ambiente o ser emprendimiento social. Por el momento, solo nos comunicamos de la manera más transparente posible sobre los métodos de trabajo de nuestros miembros. Esa es otra ventaja de la cadena corta: puede hacer preguntas a un productor que conozca”.

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SMAAK

BOMMEN

BEZET GEBIET Een meer zichtbare, kortere voedselketen

Sterkere sociale meerwaarde rond voedselinitiatieven Meer en sterkere contacten tussen lokale producenten en consumenten is ons eersteverbindt jong en oud, man en Duurzaam voedsel speerpunt. Door de tussenschakels tussen producent en consument zoveel mogelijk vrouw, arm en rijk.te Daarom neemt Gent volop elimineren, worden ze bondgenoten van elkaar. Landbouwers moeten makkelijker toegang het voortouw in een voedselsysteem dat sociale krijgen tot de lokale markt. Zowel aan de aanbod- als aan de vraagzijde willen we daarom meerwaarde creëert. strategische acties op touw zetten. Dit kunnen allianties zijn met bestaande afzetkanalen – Om iedereen te overtuigen zoals buurtwinkels of voedselteams – maar ook nieuwe kanalen begroeten we graag in ons om zich bij ons aan te sluiten, zullen we nieuwe voedselinitiatieven lanceren: verbond. mensen samenbrengen in gemeenschapstuintjes, Ook de consumenten worden betrokken bij onze missie. Bij hen willen wetewerkstelling landbouwers en lokale rond voeding versterken,… hun actieterrein in de schijnwerpers zetten. Ook stadsactiviteiten We en communicatie zullen mikken hierbij doelbewust op een sterkere sociale hieraan bijdragen. Zo steken consumenten ook heel wat nuttige kennis open over hunsociale voedsel. cohesie meer tewerkstelling.

Gent en garde: een strijdplan voor een duurzaam voedselsysteem Gent trekt ten strijde voor lekkere, lokale en duurzame voeding! Niet zomaar een charmeoffensief, maar een tactisch meesterplan om het voedselsysteem in Gent te verduurzamen. De stad mikt op overwinningen doorheen de hele lokale voedselketen: van productie over verwerking en distributie, tot consumptie en afvalverwerking. Tijdens onze opmars willen we de milieu-impact van het voedselsysteem drastisch terugdringen. Om onze troepenmacht verder te versterken, smeden we duurzame coalities met lokale producenten en consumenten. Ook fairtradeproducten uit het Zuiden zullen een prominentere rol in ons arsenaal krijgen.

Las cinco estrategias en la política alimentaria de Gante: Met de volgende vijf doelstellingen zijn we goed gewapend om de eindzege te behalen. Ten aanval!

POMPOENKEUKEN

KEUKEN BRIGADE

SMAAK

TROEPEN

BRIGADE

HOF

BOMMEN

KWARTIER

Una cadena alimentaria visible y más corta

Een meer zichtbare, kortere voedselketen

Duurzamere voedingsproductie en –consumptie Voedselafval terugdringen Gent wil haar landbouwers, inwoners en bezoekers actief betrekken bij haar strijdplannen. Twee Vandaag wordt ongeveer één derde van de geproduceerde tactische manoeuvres staan in de steigers. voeding weggegooid. Vooral aan het begin en het einde van de keten gaat nog veel voedsel verloren. Minder mooi Op het front van de productie staat een batterij aan duurzame stadslandbouwinitiatieven paraat. gevormde maar even lekkere groenten, bijvoorbeeld, delven Particulier, gemeenschappelijk of professioneel: ons streefdoel is een veilige en kwalitatieve te vaak het onderspit productie. Omdat het actieterrein in de stad beperkt is, moeten we de nog beschikbare ruimte slim en halen de winkelrekken niet. gebruiken. De oprukkende stadslandbouw verovert steeds meer daken, terrassen, straten en Daarom breken we een lans voor een efficiënter tijdelijke openbare ruimtes. voedselsysteem. Ook voor voedseloverschotten gaan we op naar nieuwe afzetmarkten en betere verwerking. Ten Bij de consument streven we naar een duurzamer consumptiepatroon.zoek Op dit terrein draait slotte willen we onze het vooral rond harten veroveren. De munitie: lokale, bio-, fairtrade-, seizoensproducten en inwoners mobiliseren om bewuster inkopen te doen, voedsel optimaal te bewaren en beter te vegetarische alternatieven. verwerken.

Producción y consumo sostenibles de alimentos

Sterkere sociale meerwaarde rond voedselinitiatieven

Duurzaam voedsel Meer en sterkere contacten tussen lokale producenten en consumenten is ons eersteverbindt jong en oud, man en vrouw, arm en rijk.te Daarom neemt Gent volop speerpunt. Door de tussenschakels tussen producent en consument zoveel mogelijk het voortouw in een voedselsysteem dat sociale elimineren, worden ze bondgenoten van elkaar. Landbouwers moeten makkelijker toegang meerwaarde creëert. krijgen tot de lokale markt. Zowel aan de aanbod- als aan de vraagzijde willen we daarom strategische acties op touw zetten. Dit kunnen allianties zijn met bestaande afzetkanalen – Om iedereen te overtuigen om zich bij ons aan te zoals buurtwinkels of voedselteams – maar ook nieuwe kanalen begroeten we graag in ons sluiten, zullen we nieuwe voedselinitiatieven lanceren: verbond. mensen samenbrengen in gemeenschapstuintjes, lokale rond voeding versterken,… Ook de consumenten worden betrokken bij onze missie. Bij hen willen wetewerkstelling landbouwers en mikken hierbij zullen doelbewust op een sterkere sociale hun actieterrein in de schijnwerpers zetten. Ook stadsactiviteiten We en communicatie cohesie meer tewerkstelling. hieraan bijdragen. Zo steken consumenten ook heel wat nuttige kennis open over hunsociale voedsel.

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Sterkere sociale meerwaarde rond voedselinitiatieven

La creación de valor social añadido en torno a las iniciativas alimentarias Duurzaam voedsel verbindt jong en oud, man en vrouw, arm en rijk. Daarom neemt Gent volop het voortouw in een voedselsysteem dat sociale meerwaarde creëert.

Om iedereen te overtuigen om zich bij ons aan te sluiten, zullen we nieuwe voedselinitiatieven lanceren: mensen samenbrengen in gemeenschapstuintjes, lokale tewerkstelling rond voeding versterken,… We mikken hierbij doelbewust op een sterkere sociale cohesie en meer sociale tewerkstelling.

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POMPOEN

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DE ONBEKENDE

Duurzamere voedingsproductie en –consumptie

Voedselafval terugdringen

Voedselafval terugdringen

Voedselafval maximaal hergebruiken als grondstof Vandaag wordt ongeveer één derde van de geproduceerde voeding weggegooid. Vooral Dat voedsel soms toch afval wordt, is onvermijdelijk. Collateral damage? Helemaal niet,aan het begin en het einde keten veel voedsel verloren. Minder mooi want dit afval kan ecologische meerwaarde creëren. Daaromvan wil de Gent noggaat eennog stap gevormde maar lekkere verder gaan om de inzameling en verwerking van afval te optimaliseren. Zo even ijveren we groenten, bijvoorbeeld, delven nog te vaak voor een betere inzameling van GFT-afval en willen we onderzoeken hoehet weonderspit zo slim en halen de winkelrekken niet. mogelijk met GFT-afval kunnen omgaan. Daarom breken we een lans voor een efficiënter

Evitar la pérdida de alimentos

Reutilizar el desperdicio de comida

Gent wil haar landbouwers, inwoners en bezoekers actief betrekken bijVandaag haar strijdplannen. Twee één derde van de geproduceerde wordt ongeveer tactische manoeuvres staan in de steigers. voeding weggegooid. Vooral aan het begin en het einde van de keten gaat nog veel voedsel verloren. Minder mooi Op het front van de productie staat een batterij aan duurzame stadslandbouwinitiatieven paraat. gevormde maar even lekkere groenten, bijvoorbeeld, delven Particulier, gemeenschappelijk of professioneel: ons streefdoel is een veilige en kwalitatieve nog te vaak het onderspit en halen de winkelrekken niet. productie. Omdat het actieterrein in de stad beperkt is, moeten we de beschikbare ruimte slim gebruiken. De oprukkende stadslandbouw verovert steeds meer daken, terrassen, straten en lans voor een efficiënter Daarom breken we een tijdelijke openbare ruimtes. voedselsysteem. Ook voor voedseloverschotten gaan we op zoek naar nieuwe afzetmarkten en betere verwerking. Ten Bij de consument streven we naar een duurzamer consumptiepatroon. Op dit terrein draait slotte willen we onze inwoners mobiliseren om bewuster het vooral rond harten veroveren. De munitie: lokale, bio-, fairtrade-, seizoensproducten en inkopen te doen, voedsel optimaal te bewaren en beter te vegetarische alternatieven. verwerken.

Heb je voorstellen, suggesties of zin om mee te werken aan een smakelijke en duurzame stad? Reageer via info@gentklimaatstad.be

voedselsysteem. Ook voor voedseloverschotten gaan we op zoek naar nieuwe afzetmarkten en betere verwerking. Ten slotte willen we onze inwoners mobiliseren om bewuster inkopen te doen, voedsel optimaal te bewaren en beter te verwerken.

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V.u.: Paul Teerlinck, stadssecretaris – Botermarkt 1, 9000 Gent - 2014

SALADE

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Dat voedsel soms toch afval wordt, is onvermijdelijk. Collateral damage? Helemaal niet, want dit afval kan ecologische meerwaarde creëren. Daarom wil Gent nog een stap verder gaan om de inzameling en verwerking van afval te optimaliseren. Zo ijveren we voor een betere inzameling van GFT-afval en willen we onderzoeken hoe we zo slim mogelijk met GFT-afval kunnen omgaan.

Voedselafval maximaal hergebruiken als grondstof Dat voedsel soms toch afval wordt, is onvermijdelijk. Collateral damage? Helemaal niet, want dit afval kan ecologische meerwaarde creëren. Daarom wil Gent nog een stap verder gaan om de inzameling en verwerking van afval te optimaliseren. Zo ijveren we voor een betere inzameling van GFT-afval en willen we onderzoeken hoe we zo slim mogelijk met GFT-afval kunnen omgaan.

V.u.: Paul Teerlinck, stadssecretaris – Botermarkt 1, 9000 Gent - 2014

Voedselafval maximaal hergebruiken als grondstof

V.u.: Paul Teerlinck, stadssecretaris – Botermarkt 1, 9000 Gent - 2014

alimentos Vanier, la ciudad de Gante quiere facilitar que los minoristas y la industria hotelera abastezcan de productos locales los estantes y lleguen a las mesas DE ONBEKENDE DE ONBEKENDE (véase “Lo más transparente posible”). Durante varios años, laSALADE ciudad también orSALADE ganizó una competencia de comida local. Entre los ganadores están Urban Smart Farm, una innovadora granja urbana que combina la piscicultura con vegetales y hierbas en contenedores, y el proyecto piloto VoedselTeams@home, que hace entrega de productos locales casa por casa usando mensajeros en bicicleta.“ También tratamos de proporcionar un espacio para la producción local de alimentos, proteger la agricultura alrededor de la ciudad y ajustarla a sus necesidades”, dice Verbeke. En el distrito de Gentbrugge, los miembros de la granja comunitaria Oogstgoed pueden ir y cosechar sus propias frutas y verduras. En Afsnee, el Centro Público de Bienestar Social (OCMW por sus siglas en flamenco) de Gante proporcionó diez hectáreas de tierra fértil donde una granja comunitaria y un lechero funcionaban juntos. Heb je voorstellen, suggesties of zin om mee te werken aan een smakelijke en duurzame stad? Reageer via info@gentklimaatstad.be groups/gentengarde

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Heb je voorstellen, suggesties of zin om mee te werken aan een smakelijke en duurzame stad? Reageer via info@gentklimaatstad.be groups/gentengarde

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Gante- Bélgica

Las cajas de fresas se ven tan bien que podrían venir de una tienda. La achicoria es perfecta. “La calidad de los productos que recibimos aquí es increíble”, coincide Gaetan Borgonie. Borgonie coordina el proyecto Foodsavers de Gante y nos muestra el espacio de almacenamiento. En 2018, 600 toneladas de excedentes de alimentos llegaron a personas en situación de pobreza a través de este depósito. Según la Organización Mundial de la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada 100 toneladas de residuos ahorrados sirven para evitar 256 toneladas de emisiones de CO2. Los yogures y pudines en el refrigerador aún no han expirado. Pero si se acerca demasiado la fecha de vencimiento, deben dejar la tienda. “Una vez que la fecha haya pasado, nosotros también dejamos de circular los productos, aunque en principio todavía sean perfectamente comestibles. No queremos dar a las personas de bajos recursos la sensación de que se les aplican diferentes estándares.” También hay algunos ramos de flores entre los alimentos. “La primera mujer que recibió flores se echó a llorar”, recuerda Borgonie. “Hace mucho que no recibía un ramo. Desde entonces hemos distribuido toneladas de flores cada año.” En 2017, la ciudad de Gante y el OCMW en Gante lanzaron la plataforma de distribución Foodsavers, que distribuye los excedentes de alimentos de supermercados y empresas a más de 100 organizaciones sociales. Así es como van a parar a familias en situación de vulnerabilidad, supermercados sociales y restaurantes. Colruyt, Delhaize y Danone son donantes importantes. La ciudad invirtió medio millón en espacios de almacenamiento refrigerado, camiones refrigerados y su propio sistema de software. La comida que se recupera anualmente vale seis veces esa inversión. Fiabilidad Borgonie se enorgullece en señalar una lista de proveedores, productos y compradores en pantalla grande. “Podemos visualizar de inmediato de dónde viene algo y hacia dónde va. Eso también es necesario: si alguien se enferma, la Agencia Federal de Alimentos nos obliga a rastrear el producto en cuestión de media hora.” Las iniciativas para distribuir los excedentes de alimentos en Flandes a menudo son a pequeña escala, son fragmentadas y funcionan con recursos limitados. Por tanto, la investigación de la Universidad de Gante muestra que las empresas son reacias a donar alimentos para evitar problemas con productos mal conservados. Foodsavers responde a esta preocupación y se esfuerza por ser tan profesional como las propias empresas. “La fiabilidad es un factor importante en nuestro éxito”, con-

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firma Borgonie. Las horas están contadas para ello. “Todos se dan cuenta de que el desperdicio ya no es una opción. Las empresas están felices de donar, aunque prefieren no depender de un tamaño exacto para sus excedentes.” Él también cree que sería demasiado fácil culpar a las empresas. Los clientes quieren productos perfectos y duraderos. “Creo que es terrible ver a algunas personas en la tienda seleccionando.” Además, evitar la pérdida de alimentos no es el único objetivo del proyecto, enfatiza Edwin Beaumon, del OCMW en Gante. Foodsavers ahora cuenta con 25 colaboradores. A cualquiera que tenga dificultades para insertarse en el mercado laboral regular por una variedad de razones, se le da la oportunidad de ganar experiencia. “Entre otras cosas, capacitamos a personas para el sector de la construcción, la industria hotelera y de catering, como fabricantes de muebles o reparadores de bicicletas”, dice Beaumon. “A través de Foodsavers, pueden ganar experiencia en distribución y logística.” El proyecto ha superado con creces las metas establecidas. Recoge más alimentos, emplea a más personas y sirve a más organizaciones de personas con menores recursos. “Ni siquiera existe una demanda más amplia de alimentos en este momento”, dice Beaumon. “Gante está saturado”. La gente de Gante ya recibió a observadores de los Países Bajos, Finlandia, Suecia y Corea. Kortrijk ya comenzó un sistema similar. “Es un mérito del gobierno de la ciudad haber visionado la magnitud de este proyecto y haberse atrevido a invertir en él”, dice Beaumon. “Esperemos que tenga muchos seguidores, porque lo que distribuimos aquí es solo una fracción de lo que se pierde.”

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“Lo difícil a menudo es divertido” En Brabantdam en Gante, en la esquina de Glazen Straatje, Arno De Mol dirige la casa de té y alimentos orgánicos Lokaal, que este año celebra su quinto aniversario. “Quiero abordarlo de la manera más sostenible posible”, dice De Mol. Él cocina principalmente Arno De Mol vegetales, con ingredientes locales. Provienen de granjas de auto-cosecha en Gentbrugge y Afsnee, y a través de la plataforma Vanier de la región de Gante. Eso es, por supuesto, más complejo que pedir todos sus ingredientes al mismo mayorista. “Me lo hago un poco difícil, pero difícil a menudo es divertido. Creo que es importante que el agricultor que cultiva mis ingredientes tenga un ingreso decente.” El menú de almuerzo para hoy es sopa de topinambo y un quiche de verduras. Según De Mol, ha recorrido un largo camino. “Crecí en el pueblo de Schellebelle”, dice. “Los domingos comíamos pollo con salsa de manzana y croquetas. Hasta hace poco, nunca había visto de cerca una remolacha o un topinambo.” Mediante una suscripción a un paquete semanal de vegetales orgánicos, aprendió a trabajar con vegetales locales de temporada. La campaña Días sin carne lo ayudó a tomar la senda vegetariana. “Este negocio ha sido un entrenamiento y creo que lo que hice al principio no fue tan bueno”, se ríe De Mol. “Es bueno que la gente haya seguido viniendo”. El joven empresario mantiene sus precios bajos a propósito. “Quiero mantenerlo lo más accesible posible”. Se queda con 1,000 euros netos cada mes. “Puede ser un poco más a largo plazo, pero estoy contento ahora. Vivo para esto y estoy satisfecho.”

¿Qué es sostenible? La lucha por la producción y el consumo sostenible de alimentos es más compleja de lo que parece. Porque, ¿qué es ser sostenible? La ciudad promueve el consumo de productos locales, orgánicos y de temporada, pero a veces lo que se vende cerca puede tener un mayor impacto ambiental que lo importado. ¿Cuándo llamamos a algo ‘local’? el valor agregado del cultivo orgánico también está abierto a discusión y depende de los criterios para medirlo. Verbeke es consciente de la complejidad. “Sin embargo, no queremos perdernos en horas de discusiones sobre lo que significa la sostenibilidad. Sabemos en qué dirección queremos ir y trabajamos por un sistema alimentario con un impacto mínimo en el clima y en el medio ambiente”. – 78 –


“Lo local a veces puede tener un mayor impacto ambiental que lo que se importa.” En 2009, la ciudad fue pionera en la iniciativa de los Jueves de Vegetales de EVA VZW, una organización que promueve una mayor alimentación a base de plantas. Los jueves, todos los restaurantes donde almuerza el personal de la ciudad y las escuelas de la misma sirven comida vegetariana estándar. Varias empresas de catering también ofrecen opciones vegetarianas individuales o extras. “Con la iniciativa, la ciudad quiere alentar a las personas a reducir su consumo de carne”, dice Verbeke. “Porque esta es responsable de gran parte del impacto climático de nuestros alimentos”. Mientras tanto, la iniciativa celebra su décimo aniversario y ciudades en el país y en el extranjero, desde Ciudad del Cabo hasta Nueva York, han seguido. “Al principio recibimos muchas preguntas sobre por qué se necesitaba tal cosa, pero hoy en día el concepto es completamente aceptado”. Para reducir el desperdicio de alimentos, Gante lanzó Restorestje en 2015, una caja en la que puede llevarse a casa lo que no se come en un restaurante. Más de 120 empresas de catering se sumaron a la carrera. La iniciativa Foodsavers, que entrega excedentes de minoristas y empresas a organizaciones sociales, ha ganado premios internacionales en varias ocasiones (ver “Foodsavers rescata la comida del basurero“). Lo que está en peligro de perderse se usa lo mejor posible, por ejemplo, como alimento para cerdos o caracoles comestibles. Por supuesto, el efecto de estas iniciativas a pequeña escala en el flujo de residuos de la ciudad es limitado. “Son iniciativas que unen a las personas y estimulan nuevos modelos de negocios”, dice Verbeke. “Ese es también uno de nuestros objetivos”.

“Practica lo que predicas” Las escuelas y guarderías de la ciudad de Gante sirven de 4,000 a 4,500 comidas al día, lo que equivale a alrededor de 150 toneladas de alimentos por mes. La ciudad se esfuerza para que el menú sea lo más sostenible posible. Las empresas de catering que desean ganar la licitación deben utilizar al menos un 15 por ciento de productos orgánicos. Cada porcentaje extra gana puntos de bonificación. Tamara Bruning “No porque lo orgánico sea la respuesta a nuestras plegarias”, aclara Tamara Bruning, jefa del departamento de logística de Gante. “Pero la etiqueta orgánica es concreta y verificable. Un concepto como la agroecología es más difícil de controlar.” En la actualidad, las comidas preparadas de Culinor consisten en 20 por ciento de ingredientes orgánicos. “También impulsamos el comercio justo tanto como sea posible, pero debe ser – 79 –


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“Por supuesto, las comidas sostenibles deben ser sabrosas y saludables al mismo tiempo.”

viable. Debido a que los alimentos deben seguir siendo asequibles para todos los padres, ello no siempre ocurre. No todos los ingredientes provienen del comercio justo.” Involucrar a los productores locales tampoco es fácil debido a los volúmenes requeridos. “Intentamos hacerlo tanto como sea posible en eventos de menor escala organizados por la ciudad.” Los peces deben ser capturados o criados de manera sostenible. “Pedimos pescado con la etiqueta MSC o ASC (Marine and Aquaculture Stewardship Council), o pruebas de que se han cumplido los mismos requisitos de sostenibilidad.” La carne no es orgánica debido a que es demasiado cara. “Podrías resolver eso comprando una res entera de una vez, pero eso implicaría un trabajo extra”. El jueves es, por supuesto, el Día de los Vegetales. Todos los días hay una opción vegetariana de todos modos. Alrededor del 10 por ciento de los niños usan esto. Para limitar el consumo de carne los demás días, se están realizando experimentos con productos híbridos, como hamburguesas hechas en parte de carne y en parte de hongos ostra, con platos que contienen legumbres, de modo que la porción de carne puede ser algo más pequeña. La ciudad también está tratando de combatir el desperdicio. “Es un desafío inmenso”, dice Bruning. “Hemos medido que el 36 por ciento de la comida termina en el basurero. Eso es como tirar 36 de cada 100 euros. Al ajustar nuestras porciones, ya hemos salvado 18 toneladas de alimentos del bote de la basura desde septiembre de 2018”. Por supuesto, las comidas sostenibles deben ser sabrosas y saludables al mismo tiempo. Los dietistas y un panel de degustación son responsables de eso. “También entrevistamos a estudiantes y responsables de comedores, y hacemos ajustes basados en eso”, dice Bruning. “Eliminamos del menú platos que realmente no ‘se venden’ o ajustamos la receta. Al mismo tiempo, nos aseguramos de que a los

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niños se les ofrezca un menú variado y que puedan probar tantos gustos como sea posible. Es por eso que es bueno cuando los maestros o la gerencia se unen y dicen que es sabroso. Un poderoso ejemplo ayuda enormemente”. La ciudad considera importante dar el ejemplo por su cuenta. “Ya no queremos licitaciones donde gane el más barato. La sostenibilidad es un criterio importante. Tenemos el lema ‘practica lo que predicas’ en alto.”

“Deseo de cultivar” “Ayer bajo tus pies, hoy en tu boca” es el eslogan de Groenselhof, una granja de cultivos en Lokeren, a 30 kilómetros de Gante. Gert Bracke cultiva achicoria, espárragos, papas, puerros, lechugas y varios tipos de repollo. Vende casi todo en la granja y a través de plataformas de cadena corta como Boeren & BuGert Bracke ren (Agricultores y Vecinos) y Vanier. Le da la oportunidad de colocar la calidad por encima de la cantidad. “El sabor es fundamental para nosotros”, dice Bracke en la tienda de su granja. Opta conscientemente por variedades de cultivos de buen sabor, incluso si resultan en una cosecha más pequeña. “El sabor de nuestros productos es nuestra mejor publicidad, por la cual los clientes están felices de pagar un precio adicional.” “Los precios que obtienes en la subasta son un desastre”, comenta Bracke. “Tienes la impresión de que nos quieren ahorcar a los agricultores con un salario bajo. Si calculas con centavos de euro, eliges la cantidad.” Los agricultores también se quejan de esto, pero Bracke sabe que están indecisos debido a los costos adicionales asociados a la membresía de una plataforma de cadena corta. “Decidí que uno tiene que tomar el asunto en sus propias manos si quiere que algo cambie”. Bracke se unió a Vanier para expandir su mercado de ventas. “Los particulares encuentran la salida en las ventas en cadena corta con mayor facilidad, pero es más difícil para la industria hotelera y de restauración y para la del comercio minorista”. Por la noche, Bracke lleva los productos a un centro de almacenamiento en las afueras de la ciudad y se entregan a la mañana siguiente. Tener mejores ingresos por la venta en cadenas cortas no es su única motivación. “En la subasta eres un número. Este es un trabajo duro de 24 horas: es bueno escuchar de los clientes que aprecian sus esfuerzos. Te hace querer seguir cultivando.”

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Alimentos sostenibles para los comensales del mañana Con el programa GoodFood@School, Rikolto, en colaboración con Fairtrade Belgium y Goodplanet Belgium, impulsada por una política alimentaria sostenible en todas las escuelas flamencas para 2021.

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El programa comienza en School Food Labs: las escuelas piloto crean buenas prácticas durante un programa intensivo de orientación de dos años que puede inspirar a otras escuelas a ponerse manos a la obra. Los principios rectores respecto a ello incluyen la lucha contra el desperdicio de alimentos, el consumo moderado de carne, la pesca sostenible, y las frutas y verduras de temporada producidas localmente y de forma sostenible. Además de estas escuelas piloto, Lovaina, Brujas y Gante también tienen un Consejo Escolar Alimentario (School Food Council), un grupo de trabajo donde múltiples actores desarrollan estrategias para alentar activamente a las otras escuelas a hacer lo mismo. En Amberes y en Hasselt, varios actores intentan articular esfuerzos para hacer lo mismo.

Sofie Vercoutere

La Nieuwen Bosch Humaniora en Gante y el Ateneo en Gentbrugge comenzaron un proceso de dos años. En Gentbrugge eligieron productos etiquetados como sandwiches orgánicos en la cafetería. La escuela tiene por meta estar libre de PMD (siglas para ‘botellas de plástico, envases de metal y de bebiUlrik De Roover das’ en inglés), instalar grifos de agua y ofrecer a los estudiantes botellas de bebida reutilizables. “Los desechos que no existen no deben limpiarse después”, señala la directora Sofie Vercoutere. En el colegio Nieuwen Bosch, los estudiantes ya andan con una botella entregada por la escuela. Es una de las pocas escuelas que todavía tiene su propia cocina. Cocinar con verduras locales y de temporada resultó ser un desafío, al igual que ofrecer platos vegetarianos que los estudiantes pudieran probar. Una formación en cocina vegetariana para cocinas industriales podría cambiar eso. El desperdicio de alimentos es un desafío identificado, pero aún no abordado. “Uno se enfrenta de inmediato a limitaciones financieras y prácticas, en nuestro caso principalmente por falta de mano de obra”, explica el subdirector Ulrik De Roover. “Todavía queremos intentar implementar cambios basados en lo que hemos aprendido durante el proceso. Pero una escuela es como un camión grande que no puede cambiar de rumbo con poco esfuerzo.” Cada vez más escuelas eligen una empresa de catering. El 30 de abril de 2019, las 8 empresas de catering escolares más importantes, la organización que agrupa a las asociaciones de padres, Horeca Vlaanderen, la Unión de empresas de catering belgas, el Instituto Flamenco para una Vida Saludable, Rikolto y diversas organizaciones educativas, junto con la ministra flamenca de educación, Hilde Crevits, prometieron impulsar comidas más saludables y sostenibles en la escuela. El ministro flamenco de Bienestar, Salud Pública y Familia, Jo Vandeurzen, también apoyó la carta. En una próxima fase, un grupo de trabajo con los signatarios bajo el liderazgo de Rikolto trabajará en un modelo de especificaciones con criterios de sostenibilidad para los platos escolares a través de licitaciones públicas. – 83 –


Selene Casanova (Rikolto en Nicaragua)

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Población: 123,000 habitantes.  Alimentos importantes: Maíz, arroz, frijoles, queso, cebolla, yuca. El lago Apanás fue declarado sitio RAMSAR en 2001 (área de agua de importancia internacional). Socios importantes: Organización “La Cuculmeca” junto a 17 instituciones, incluyendo cooperativas hortícolas, empresas privadas, organizaciones sin fines de lucro e instituciones de investigación.  Desafíos clave: Sedimentación, deforestación, gestión sostenible del paisaje.

Lago Apanás. El lago que alimenta a las ciudades de Nicaragua está desapareciendo. El 60% de las verduras que se consumen en las ciudades más importantes de Nicaragua se producen a orillas del lago Apanás, el tercer lago más grande del país. Sin embargo, la sedimentación, la deforestación sin control y prácticas agrícolas perjudiciales representan una amenaza para la supervivencia del lago en la próxima década. Se prevé que la escasez de agua cause desempleo y que la disponibilidad de vegetales se vea comprometida. Esto resultaría en una dieta menos sostenible y diversa entre los consumidores urbanos.

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Jinotega - Nicaragua Hace 15 años, los agricultores solían esperar a que las aguas del lago Apanás bajaran para poder cultivar en los bancos fértiles de sus orillas. Hoy el agua ni siquiera llega a esos lugares. “El lago se acabó”, comenta Azucena Navarro. Azucena es productora y residente de Sasle, una comunidad alrededor del Lago Apanás. Apanás se encuentra en el departamento de Jinotega, ubicado a tres horas y media en automóvil desde la capital, Managua, y es conocido por ser un depósito de agua que fue construido en 1964 para generar electricidad. Además, en 2001 fue declarado área Ramsar (área de agua de importancia nacional) por la UNESCO. Pero en los últimos 30 años, el entorno alrededor del lago se ha deteriorado tanto que el Lago Apanás podría desaparecer por completo en menos de 10 años.

Azucena Navarro

Azucena, una mujer pequeña de unos 60 años, dice con mirada firme y en voz baja: “Antes, nunca dejó de llover”. Azucena es vicepresidenta de COOSMPROJIN, una cooperativa hortícola compuesta por 77 productores de lechuga y repollo. De su finca genera el 30 por ciento de sus ingresos con el cultivo de verduras y el 20 por ciento de la leche, el ganado y la cría de cerdos, y complementa gracias a la ayuda de sus hijos. Las fuentes de ingresos de Azucena reflejan la realidad económica de las aproximadamente 25,000 personas que viven en las orillas del lago.

En Nicaragua, se estima que 350,000 personas viven de la agricultura. 15,000 de ellos cultivan vegetales y el 90 por ciento de estos productores tienen una pequeña empresa familiar, donde trabajan de 0.5 a 3.5 hectáreas. El 60 por ciento de ellos están activos en el departamento de Jinotega. En Apanás y sus alrededores, se cultivan el 60 por ciento de los vegetales que se consumen en las mayores ciudades del país, mientras que solo el 3 por ciento del suelo se usa para esto. Del total de seis millones de nicaragüenses, dos millones ya viven en la capital, Managua. El repollo en los estantes de los supermercados Walmart, la lechuga y los tomates en un Sándwich “Submarino” de Subway (Subway Submarine Sandwich); pero también las verduras que se encuentran en otras cadenas nacionales e internacionales, así como las PYME de comida rápida, provienen de cooperativas de agricultores que operan a orillas del lago. Con un total de 639 miembros, las cooperativas COOSMPROJIN, COOSEMPODA, SACACLÍ y TOMATOYA producen 4,000 toneladas de estos vegetales anualmente. La mayor parte es comprada por mayoristas y minoristas de la capital. Desde el comienzo de la colaboración con estas cuatro cooperativas en 2012, Ri-

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kolto envisionó el importante vínculo entre el suministro de alimentos de la capital y el sustento de las familias en Jinotega. “Las organizaciones tuvieron dificultades para comercializar sus productos a precios justos. Por eso queremos fortalecer la gestión empresarial y organizativa de las organizaciones y optimizar los métodos de producción. Así queremos garantizar alimentos saludables para los consumidores, menor impacto ambiental y una mejor calidad de vida para las familias campesinas “, comenta Guillermo Gutiérrez, coordinador del proyecto para Rikolto. El proceso de acompañamiento incluyó, entre otros aspectos, la introducción de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). Esta mejora de la calidad debe garantizar que las cooperativas tengan acceso a mercados mejores y más estables y que obtengan mejores precios. “Cambiamos nuestros sistemas de producción y aprendimos sobre alternativas comerciales”, dice Azucena sobre la colaboración con Rikolto. “Aprendí de otros productores en Honduras y Guatemala. Descubrí que enfrentamos los mismos problemas que nuestras contrapartes en la región centroamericana. Precios bajos, crisis climática, falta de apoyo gubernamental y acceso limitado a tecnologías y otros métodos para facilitar la innovación: no estamos solos en nuestra lucha. En la actualidad, tenemos grandes expectativas en COOSMPROJIN debido a la reciente legalización de la alianza comercial entre nuestras cuatro organizaciones. Esperamos que con esta alianza nos hagamos más fuertes, que podamos acceder a mercados nuevos y también encontrar formas de vender nuestros productos sin intermediarios.” Si bien el cultivo de vegetales es importante para satisfacer las necesidades alimentarias de la población nicaragüense, este sector se caracteriza por una falta de

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Jinotega - Nicaragua política y de normas a nivel institucional. Tal política debería de regular la calidad y los precios de los productos. “En Rikolto, apoyamos a las organizaciones de agricultores para que pongan a prueba nuevas formas de colaboración con sus socios agricultores y el mercado en un esfuerzo por crear condiciones más favorables para ellos mismos: los agricultores y sus familias. Aún más allá, les apoyamos para que se conviertan en actores activos en la cadena alimentaria para que puedan influir en los cambios a nivel de políticas, por ejemplo,” explica Guillermo.

MASLAGO: una visión de paisaje para salvar a Apanás El lago tiene seis afluentes principales: Jigüina, Jinotega, Mancotal, Arenal, San Gabriel y Sisle. Estos ríos provienen de las tierras altas y las colinas que bordean la mayor parte del área noroeste de Apanás, donde se concentra el cultivo de vegetales. Desde la granja de Azucena se despliega un panorama de colinas de cuentos de hadas, rodeando un lago grisáceo en varios tonos de verde y marrón. Desafortunadamente, esta hermosa geografía también hace que los ríos transportan desechos desde las laderas hasta el lago. Norvin Palma

En 2016, Rikolto comenzó a trabajar en un plan de acción y la constitución de un grupo de múltiples actores para promover la gestión sostenible del paisaje en la cuenca del lago: así nació MASLAGO. La plataforma utiliza el Enfoque de Gestión Integrada del Paisaje (Integrated Landscape Management), un método que une a los diversos sectores: agricultura, silvicultura, energía, pesca, ganadería, turismo y otros sectores. Esto es para lograr soluciones cooperativas e innovadoras aliviando la creciente presión sobre los recursos naturales. “En ese primer año, Rikolto identificó 22 organizaciones que tienen una influencia directa e indirecta en el área alrededor del lago”, explica Norvin Palma. Norvin coordina proyectos en La Cuculmeca, una organización no gubernamental dedicada a los derechos del niño y el medio ambiente. La Cuculmeca es parte del comité de coordinación de MASLAGO. Norvin define a MASLAGO como un grupo de organizaciones que se comprometen voluntariamente por un objetivo común: la protección y preservación del lago Apanás. “Es un espacio voluntario, abierto y seguro donde cada uno desde su propia pers-

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pectiva puede mostrar cuáles son los efectos en el lago y qué intervenciones podemos emprender juntos”, dice Palma. Actualmente, el grupo consiste en 22 actores que incluyen universidades, centros de investigación, las cuatro cooperativas de hortalizas, la comunidad indígena, empresas agrícolas y otras organizaciones con proyectos en el área. Con un sueño común, MASLAGO comenzó el viaje a finales de 2016. La ruta fue determinada por el enfoque integrado para la gestión del paisaje. En primera instancia, se mejoró el conocimiento del paisaje. En 2017, el grupo organizó un foro con todos los actores en el área para intercambiar información y resultados de sus respectivos proyectos y así permitir que todos los participantes en la plataforma compartan sus conocimientos sobre el problema. Posteriormente se elaboró un escenario del paisaje deseado, con la intención de crear una visión común entre los diversos actores. Luego se elaboró un diseño de las diversas intervenciones en el paisaje. Siguió la implementación del plan y el ciclo fue concluido con una evaluación.

“Primero comprende el problema antes de definir la solución. Con este espíritu, los miembros de MASLAGO identificaron las principales amenazas al lago: contaminación y sedimentación.” Se dice que es más importante conocer la gravedad del problema que tener una solución clara. Por ello, entre los diversos miembros de MASLAGO, se identificaron las principales amenazas: contaminación y sedimentación. La contaminación es causada, entre otras cosas, por el vertido de desechos sólidos como contenedores de plástico, latas de aluminio, aguas mieles de los cafetales, etc. Además, existe mucha contaminación por actividades agrícolas en las que se utilizan productos químicos. Los recipientes de plástico que terminan en el lago y los productos químicos que se filtran en el suelo pueden tener consecuencias muy graves a largo plazo para la salud de la población. “Otra práctica común es llevar ganado a las orillas del lago y hacer que beban allí. Eso causa contaminación del suelo con orina y excrementos”, dice Palma. La sedimentación es la segunda gran amenaza. Cada año, los ríos Sisle, San Gabriel, Tomatoya y Jigüina transportan 4,000 toneladas de sedimentos hacia el lago, prin-

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Jinotega - Nicaragua cipalmente como resultado de la deforestación y el uso intensivo de la tierra en las áreas de producción.

Más pescadores y menos peces Por las tardes siempre hay pescadores trabajando en Apanás. Cuando regresan a la costa con sus lanchas sin motor, atracan con redes vacías, ya que la captura del día se deja en una red que se fija en postes de madera clavados en el fondo del lago.

Lenner Hernández

“Los dejamos allí porque la temperatura del agua conserva mejor a los peces. En nuestras casas no tenemos las condiciones adecuadas para mantenerlos frescos”, dice Lenner Hernández, pescador y granjero. “Alrededor de 400 pescadores artesanales trabajan aquí. Desafortunadamente notamos que la población de peces ha disminuido en un 66 por ciento en los últimos cinco años debido a la sobrepesca”. Según Lenner, la alta tasa de desempleo es una de las razones. “Hace cuatro años trabajábamos con cinco personas en esta área, ahora puedes ver hasta 19 barcos trabajando. No tenemos reglas de pesca aquí”, dice. Los pescadores en Apanás también carecen de infraestructura para sus embarcaciones y no hay controles sanitarios. La demanda de alimentos aumenta con el crecimiento de la población, pero la cantidad de peces disminuye con la contracción del lago. “En un taller aprendimos que los lagos no se limpian como los ríos y que tenemos menos peces porque el lago se llenó de sedimentos”, continúa Lenner. Los peces respiran por las branquias y extraen dióxido de carbono. Con tanto sedimento flotante, sus branquias se obstruyen y en la edad adulta no alcanzan más de una libra de peso. Muchos ni siquiera llegan a su primera libra, el peso que los pescadores consideran el mínimo para atrapar y venderlos.

Todo cambio requiere educación Reducir la erosión y la contaminación que amenazan al lago son desafíos importantes. Sin embargo, las organizaciones miembros de MASLAGO ya están acostumbradas a problemas de esta envergadura y ahora tienen una carta ganadora: están unidas.

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Más cifras de Apanás •

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La vegetación boscosa alrededor del lago ha disminuido en un 26 por ciento. Esto significa una pérdida anual de 1.24 por ciento, o 190.22 hectáreas por año. El lago se encuentra a 944 metros sobre el nivel del mar y su cuenca cubre un área total de 641 kilómetros cuadrados, de los cuales 38 kilómetros cuadrados corresponden al plano de agua. Tiene una cobertura forestal de 7,003.82 hectáreas, compuesta por bosques caducifolios y coníferos. El país produce alrededor de 213,000 toneladas de vegetales al año: principalmente cebollas, pimientos, tomates, papas, zanahorias y repollo. El consumo nacional de estos productos es de aproximadamente 230,000 toneladas. Por lo tanto, hay un déficit de 17,000 toneladas de verduras.


Jinotega - Nicaragua La Asociación Nicaragüense de Productores y Distribuidores de Agroquímicos (ANIFODA) también es parte de la plataforma. “Cada año organizamos una campaña para reciclar los envases de productos agroquímicos vacíos”, dice Flor de María Rivas, Directora Ejecutiva de ANIFODA. “Con MASLAGO estamos ampliando el alcance de esa campaña gracias a organizaciones como La Cuculmeca, la comunidad indígena, la Asociación Infantil Tuktan Sirpi (una organización de derechos del niño) y empresas privadas que participaron en los últimos dos años. También trabajamos con escuelas y otros actores de la comunidad para recolectar no solo los envases, sino también papel, cartón y otros materiales contaminantes para el medio ambiente”. Según las cifras de la asociación que representa a la industria agroquímica - con empresas tanto nacionales como extranjeras - la seguridad alimentaria parece ser un problema importante en Nicaragua. Estiman que al menos el 70 por ciento de los agroquímicos utilizados en el cultivo de hortalizas están en una categoría entre lo que está permitido para el consumo humano y lo que es moderadamente dañino. Sin embargo, la asociación considera esto como un dato alentador. “Los agricultores necesitan más asistencia técnica”, continúa Flor. “Llevamos cinco años ejecutando dos programas en el área de Apanás: recolectar envases a través de centros de recolección en las cooperativas y capacitar a los productores sobre el uso correcto de las sustancias y equipos fitosanitaFlor de Maria Rivas rias”. Además, se les enseña a leer correctamente la jerga en las etiquetas de estos productos para evitar envenenamientos debido a un manejo inadecuado.” Estas campañas educativas y de reciclaje son parte de las acciones conjuntas de MASLAGO. Con el fin de conocer el nivel de los efectos de este desastre ecológico y alimentario a nivel nacional, también se están realizando estudios e investigaciones. Con cifras concretas se puede demostrar la gravedad de la situación al país y a sus habitantes. Así, el Centro para la Investigación y Recursos Acuáticos de Nicaragua (CIRA / UNAN-Managua), un miembro de MASLAGO, realizó un estudio para detectar residuos de pesticidas en las verduras más consumidas en Managua. Los resultados hablan por sí mismos. De las 44 muestras tomadas entre 8 especies de vegetales, el 82 por ciento contenían residuos de pesticidas. Y 36 por ciento de estos contenían más que los niveles máximos establecidos en el Codex Alimentarius y las normas de la Unión Europea. Estas cifras fueron presentadas a las cuatro cooperativas. La intención es que estos datos permitan a los agricultores de estas organizaciones usar y compartir esta – 92 –


información crucial. De esta manera, se dan cuenta de la necesidad de aplicar buenas prácticas agrícolas (BPA) en su producción para poder ofrecer alimentos saludables a la población.

Confiar en los agricultores y los jóvenes Otra acción para hacer posible este cambio es la puesta en marcha de siete granjas modelo en el territorio alrededor del río Sisle. El propósito de esto es aprender cómo se puede manejar de manera sostenible las microcuencas que alimentan a Apanás. Estas granjas modelo son ejemplos que muestran cómo la agricultura puede contribuir a la conservación del lago y al bienestar de la población de las ocho comunidades. Son ejemplos que otros agricultores pueden copiar. Los agricultores confían particularmente en otros agricultores cuando se trata de cambiar los métodos de cultivo. Si ven que algo funciona en la parcela del vecino, se animan a hacerlo ellos mismos también. La Facultad de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad Nacional de Agricultura (FARENA-UNA) lidera esta iniciativa. “Analizamos los problemas de los producMarcelo Villalobos tores y mapeamos las fincas para que sepan cuánta área poseen y cómo deberían de usarla. Para los caficultores, observamos cuánta cobertura forestal necesitan idealmente y el almacenamiento de carbono en su parcela”, dice Marcelo Villalobos, un estudiante de la carrera de Recursos Naturales. Marcelo y otros seis estudiantes realizan estos estudios junto con los productores. “Los estudiantes me recomendarán cómo puedo organizar mejor mi finca y calcular la cantidad de tierra agrícola que pierdo año tras año, porque todavía no he sembrado una barrera natural que estabilice la pendiente”, dice Azucena, quien participa en este proyecto piloto con su finca. Los sujetos de prueba también recibieron estufas ecológicas especiales para reducir el uso de leña y, por lo tanto, la tala de árboles. Estas estufas ecológicas tienen piedra pómez como aislamiento térmico. El exterior de la estufa está hecho de zinc o una mezcla de piedra pómez y cemento. Una chimenea debe evacuar el humo rápidamente. En el interior, la estufa está diseñada para que el humo circule, colocando pequeñas entradas de oxígeno. De esta manera, la placa de hierro, que está encima de la estufa, se calienta. “Con la estufa ecológica ahorro tiempo al cocinar,

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Jinotega - Nicaragua utilizo un 80 por ciento menos de leña y no hay más humo en la casa. ¿Qué más quiere una persona? “, dice Azucena con entusiasmo. Marcelo es de San Juan del Sur, una ciudad costera en el Océano Pacífico que se encuentra a seis horas en automóvil de Jinotega. Está muy entusiasmado con lo que aprendió de los agricultores del norte montañoso. “En Managua, los numerosos restaurantes, cadenas de comida rápida y consumidores privados necesitan vegetales todos los días. Sin embargo, esa dieta podría cambiar drásticamente debido a la escasez de agua. Los frijoles y el maíz, por ejemplo, requieren mucho menos agua que la lechuga y el repollo”. Si todos los agricultores cambiaran, esto tendría un impacto significativo en el consumo de vegetales como lechuga y repollo en nuestra capital.”

Golpes en el camino y sorpresas Desde el establecimiento de MASLAGO, involucrar al sector público ha sido un desafío. “Es crucial para nuestra misión involucrarlos, porque finalmente ellos son quienes determinan la política pública. Incluso si denunciamos alguna anomalía ambiental o alimentaria, como cooperativas, ONG o empresas privadas, no podemos hacer cumplir las normas”, dice Norvin Palma. “Esto ya era un desafío antes de abril de 2018 y las cosas obviamente no se hicieron más fáciles desde entonces”. En Nicaragua, desde abril de 2018 estalló una crisis sociopolítica que ha dividido la opinión pública entre los partidarios del partido gobernante, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, y un movimiento de oposición, representado por la sociedad civil. Después de varios meses de enfrentamientos, la protesta ha dado lugar a una serie de cambios legislativos y el aumento de los impuestos que han afectado a varios sectores económicos del país. El desempleo aumentó y el poder adquisitivo de la población disminuyó. “Si no vivimos de la pesca, vivimos de la agricultura”, dice Jenner. Según él, la pobreza y la necesidad de alimentar a las familias conducen a la aplicación de prácticas que no son sostenibles para la pesca o la agricultura. “En el caso de las verduras, los precios no son buenos en este momento. Los precios de los productos agroquímicos han aumentado en un 30 por ciento y el sector cafetero se ha deteriorado. Necesitamos alternativas porque sabemos que esta-

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mos comiendo el legado para nuestros hijos”, dice. Debido a este contexto incierto, Norvin Palma enfatiza que el proyecto MASLAGO no está destinado a resolver problemas entre uno u otro jugador. “Es una plataforma con un objetivo común: mejorar la situación del lago y del territorio”. A veces la ayuda viene de un lugar inesperado. Una de las sorpresas durante este proceso fue la participación de niños a través de los proyectos de La Cuculmeca y la Asociación Infantil Tuktan Sirpi. “Las dos organizaciones que están involucradas en la educación ambiental para niñas y adolescentes, están participando en campañas de reciclaje y trabajando en jardines agroecológicos en las escuelas. Pronto los invitaremos a escuchar cómo imaginan un paisaje en el que el lago Apanás puede ser sostenible, hoy y en el futuro “, concluye Palma.

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Marieke van Schoonhoven (Eos Tracé)

Solo – Indonesia

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Solo Población: 500,000 habitantes.  Alimentos importantes: arroz, chile, ajo, pollo, yuca, té, maní. También conocida como “Surakarta” (su nombre oficial).  Socios importantes: Fundación Gita Pertiwi, YLKI — Fundación de Consumidores de Indonesia, Perkumpulan Indonesia Berseru, Departamentos de Educación y Emancipación de Mujeres, Niños y Comunidades en la Ciudad de Solo.  Principales desafíos: desperdicio de alimentos, consumo de alimentos saludables, vínculos entre la ciudad y el campo, política alimentaria.

Comedores escolares en Solo con alimentos saludables para la niñez Más de un tercio de los niños en Indonesia sufre desnutrición, a menudo debido a una dieta desbalanceada. Las comidas escolares son un medio simple y efectivo para proporcionar a todos los niños alimentos saludables y de alta calidad.

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Solo – Indonesia

Diariamente se cocinan 900 almuerzos en la cocina de la escuela primaria islámica Muhammadiyah en Solo. “Todos los días compramos nuestros productos frescos a proveedores fijos. Por ejemplo, el arroz proviene directamente de una cooperativa de agricultores en Boyolali, una región cerca de aquí. Son los niños quienes tienen voz y voto en el menú semanal, en el marco de nuestra selección de platos saludables, por supuesto.” Habla un orgulloso profesor de inglés que nos da un recorrido por la pequeña cantina y la cocina de la escuela primaria privada. “Trabajamos en varios turnos, para que todos los estudiantes tengan su espacio en el comedor.” Nos muestra el muro con certificados.” Hemos reunido un total de 35, por diversos logros, como tener una cocina higiénica, una selección saludable y una cantina sin desperdicios. Fuimos la primera escuela en Solo que cumplió con los estándares de comedores saludables (healthy canteen standards). Según este estándar, los proveedores deben tener, por ejemplo, un certificado para probar que se abastecen de alimentos seguros. Cada tres meses tenemos a alguien aquí que toma muestras para verificar la calidad de los alimentos en un laboratorio y cada seis meses se verifica si la preparación de alimentos en la cocina es lo suficientemente higiénica.” Al llegar a la caja, otro maestro se muestra orgulloso al contar que la escuela trabaja con dinero electrónico (E-money). “Eso hace que todo fluya más rápido y también podemos monitorear que los niños no gasten más de los 15,000 rupias (EUR 0.95) diarios que los padres pagan por el almuerzo “.

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Normas para comidas escolares saludables para todos Muhammadiyah es un buen ejemplo de lo que puede ser un comedor escolar saludable. En Solo, es un caso excepcional. Un estudio reciente de la ONG Gita Pertiwi (2018) muestra que el 48 por ciento de la comida que se ofrece en los comedores escolares contiene comida chatarra, tales como alimentos fritos y nuggets de pollo. Además, no siempre se ofrecen platos calientes en las escuelas. A menudo, los niños llevan loncheras de la casa y en la escuela solo pueden comprar bocadillos ricos en carbohidratos y pocas frutas o verduras. Muhammadiyah es una de las diez escuelas que ahora Gita Pertiwi apoya en su conversión hacia comedores escolares saludables. “Nuestro objetivo es que todos los niños en Solo tengan acceso a alimentos saludables. La escuela es un segundo hogar para los niños, donde pasan al menos ocho horas diarias durante al menos nueve años. Comer y beber de manera saludable es esencial para sentirse bien y lograr un buen rendimiento”, dice Titik Eka Sasanti de Gita Pertiwi. Entre otras cosas, la organización brinda capacitación a los cocineros para preparar comidas saludables. También supervisa las escuelas en términos de impacto ambiental e higiene de acuerdo al estándar local de comedores saludables que han elaborado con el Departamento de Salud, el Departamento de Educación y la Oficina de Empoderamiento de la ciudad. Juntos van un paso más allá del estándar nacional, que solo tiene en cuenta los aspectos de salud e higiene.

“La escuela es como un segundo hogar. Los niños pasan ocho horas al día durante al menos nueve años. Una alimentación sana y sus bebidas son esenciales para sentirse bien y rendir bien.” Titik Eka Sasanti, Gita Pertiwi

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Solo – Indonesia

El doble problema en torno al déficit de crecimiento No en vano la comida saludable para todos está presente en la agenda de la ciudad de Solo. Hoy día, aún es una realidad lejana para esta ciudad de la isla de Java y otras ciudades de Indonesia. Según las últimas cifras (2018), el 36.4 por ciento de los niños menores de cinco años en Indonesia sufre de un crecimiento retardado. Esto coloca a Indonesia en el Top 5 de países con más niños diagnosticados con un déficit de crecimiento, o stunting en inglés. Stunting es la alteración del crecimiento y del desarrollo en los niños debido a una nutrición deficiente, infecciones recurrentes y estimulación psicosocial insuficiente. Un total de 8.4 millones de niños en Indonesia son excepcionalmente pequeños para su edad y sufren de desnutrición crónica. El verdadero problema no es el retraso en el crecimiento, sino el menor desarrollo cerebral que lo acompaña. El riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como la diábetes y enfermedades cardíacas también aumenta debido al retraso del crecimiento. A esta combinación de crecimiento y desarrollo anormales en niños y el alto riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles también se conoce como la ”doble carga” de la desnutrición. El gobierno indonesio es consciente de esto, por lo que el vicepresidente del país aprobó una estrategia nacional en el 2017 para intensificar la lucha contra el déficit del crecimiento mediante la diversificación de alimentos. Además, se está preparando un plan de cinco años para el periodo 2020-2024 que debe reducir el déficit del crecimiento en un 40 por ciento. Estos objetivos se han formulado en el contexto del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de las Naciones Unidas: Hambre Cero. Desafortunadamente, un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Unicef y otras organizaciones de ayuda reveló recientemente que la proporción de personas que no tiene lo suficiente de comer se mantiene en 11 por ciento desde 2015. En cifras absolutas, la cantidad incluso aumenta. Proporcionar comidas escolares se menciona como una de las medidas que resulta efectiva y relativamente simple de implementar para combatir la desnutrición.

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“El estándar aún no ha sido aprobado”, explica Hartoyo, del Departamento de Educación. Tuvimos que argumentar la versión preliminar con las autoridades de la ciudad y ahora están evaluando si se comprometerán a ello. Esperamos que esto suceda en el 2020. Creemos que darán su aprobación porque desde 2016 Solo se comprometió a convertirse en una ciudad amigable con los niños de acuerdo con la “Iniciativa de Ciudades Amigables con los Niños” de Unicef. Ella incluye alimentación saludable para los niños. Además, Hartoyo el alcalde de la ciudad, F. X. Hadi Rudyatmo, ha formulado una visión para hacer su “ciudad inteligente”. Esa iniciativa se llamó Waras, Wareg, Wasis. Que en javanés significa algo como “Sano, Inteligente y Satisfecho”. Los comedores escolares deben cumplir esos tres principios básicos.” “El concepto estándar que Gita Pertiwi ha elaborado junto con los departamentos de la ciudad consta de cinco pilares importantes”, explica Hartoyo. “El primero se enfoca en todo lo relacionado con ‘infraestructura’: las instalaciones que se necesitan en un comedor escolar saludable, como una cocina lo suficientemente grande con el equipo necesario. El segundo pilar se refiere a la ‘seguridad alimentaria’: ¿de dónde proviene la comida?, ¿quién es el proveedor? y ¿tiene los certificados necesarios? Luego está la ‘administración’: ahí se describe cómo un comedor escolar y una cocina deben administrarse de manera profesional. Esto incluye aspectos ambientales como la clasificación de desechos y la motivación a las familias para darles a los niños su propia lonchera y botella de agua. El cuarto pilar en el que se basa la norma es el ‘control de alimentos’, en particular que deben haber controles regulares, incluso con toma de muestras. La intención no es imponer sanciones si las cosas no están bien, sino enseñar al personal cómo mejorarlas. Finalmente, la ‘promoción’ es nuestra punta de lanza: se refiere a crear conciencia, entre el personal y entre los estudiantes, sobre la importancia de la alimentación saludable para los escolares.” En total, existen 15 escuelas en Solo que aplican el estándar nacional de comedores saludables, según Hartoyo, del Departamento de Educación de la ciudad. “De estas, 10 son privadas, con padres que generalmente tienen un ingreso por encima del promedio, y 5 son escuelas públicas, donde asisten niños con padres de bajos ingresos. Estas últimas escuelas reciben subsidios adicionales, así que el costo adicional para una alimentación sana y segura no recae en los padres.”

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Solo – Indonesia

“Tratamos de hacer que los alimentos saludables estén disponibles en la escuela para todo el mundo, utilizando productos locales e ingredientes asequibles.” Dyah Anggraini, Departamento de Salud, Solo

Dyah Anggraini, del Departamento de Salud, agrega: “Tratamos de hacer que las comidas saludables en la escuela sean accesibles para todos, utilizando ingredientes locales y asequibles como la yuca, la tapioca, el plátano y el coco. En las escuelas donde los niños no tienen mucho para gastar en sus comidas, por ejemplo, no damos un huevo entero por niño, sino un tercio de huevo. Y no proporcionamos jugo de fruta, sino agua, que es más saludable y más barato. En las escuelas privadas, se da agua mineral, que es más cara. Aplicamos las pruebas de laboratorio para evaluar la seguridad de los alimentos tanto en las escuelas públicas como en las privadas, pero las subvencionamos para las escuelas públicas.” Los socios que conjuntamente han establecido las pautas locales para comedores escolares saludables tienen un objetivo claro en mente: Dyah Anggraini “Si el ayuntamiento aprueba nuestro plan y proporciona más recursos para las 256 escuelas primarias, 83 escuelas técnicas y más de 100 escuelas secundarias en Solo, entonces podremos ampliar sistemáticamente el número de comedores que cumplen con el estándar de comedores saludables. Nuestro escenario ideal es tener una regulación legal al 2030 y que todos los comedores escolares en Solo ofrezcan alimentos seguros, saludables y de alta calidad.”

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Los comedores escolares son un mercado confiable para los agricultores locales “APOB es un acrónimo que significa Asosiasi Petani Organik Boyolali o Asociación de Agricultores Orgánicos Boyolali”, explica Murbowo, jefe de APOB. “La asociación consta de siete grupos de agricultores que cultivan juntos un área de 101 hectáreas de arroz. De estas, 30 hectáreas cumplen con el estándar nacional para arroz orgánico desde el 2013. En conjunto, mensualmente se producen 11 toneladas de arroz que vendemos a tres grandes compradores. Ello asegura que los agricultores que trabajan duro obtengan un precio justo por el arroz que venden. Así no necesitan un empleo adicional para obtener un ingreso viable. Desafortunadamente, solo podemos vender el 30 por ciento del arroz orgánico a esos tres actores. Para el 70 por ciento restante, todavía no hemos encontrado un mercado. Esto significa que los agricultores tienen que vender por su cuenta la mayor parte de su arroz, a menudo a un intermediario que no paga el precio adicional por el producto cultivado orgánicamente. Encontrar compradores para arroz orgánico no es fácil. Muchos indonesios no pueden pagar eso, y el arroz aún no cumple con los requisitos más estrictos del mercado internacional. Venderlo a un supermercado, donde se encuentran cada vez más productos orgánicos, significa que el agricultor no recibirá su dinero hasta dos meses después de la venta. En los hoteles es la misma historia: pueden pasar hasta tres meses antes de que procedan al pago. Todavía no tenemos el amortiguador (búfer) para cubrir ese período de espera. Las escuelas serían un buen mercado para APOB, porque están invirtiendo cada vez más en alimentos sanos y seguros y a menudo necesitan cantidades grandes. Por ello, estamos en consulta con Gita Pertiwi, Rikolto y el gobierno para establecer contratos con escuelas. Cuanto mayor se haga el mercado para el arroz orgánico, más hectáreas pueden transitar a orgánico. Mi sueño es que todos nuestros miembros produzcan arroz saludable, certificado u orgánico, de modo que con APOB podamos vender todo el arroz colectivamente y podamos asegurar que todos nuestros agricultores ganen un salario justo.”

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Solo – Indonesia Un modelo empresarial circular para la redistribución y procesamiento de alimentos desperdiciados Excedentes de alimentos producidos por supermercados y mercados locales.

Los excedentes de alimentos son recolectados por grupos de mujeres / jóvenes en sitios de actores privados.

Transformación alimentaria por grupos de mujeres y jóvenes • La comida se convierte en fertilizante orgánico. • El fertilizante orgánico se usa para jardines de la ciudad (uso propio) o se vende a agricultores. • Los alimentos producidos se venden en los mercados locales y en los supermercados.

Redistribución de alimentos por grupos de mujeres y jóvenes • La comida se cocina y procesa. • La comida se empaca. • La comida se redistribuye para los necesitados.

RESULTADOS: • Menos pérdidas de alimentos. • Mejora de la seguridad nutricional. • Diversificación de ingresos. • Menos emisiones de gases de efecto invernadero.

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La batalla de Solo contra el desperdicio de alimentos En Solo, la ciudad por el cambio alimentario mata dos pájaros de un solo tiro. Al recolectar los excedentes de alimentos y donarlos a personas de bajos ingresos, no solo se evita el desperdicio de alimentos, sino también el hambre. Para ello, la ciudad cuenta con el compromiso voluntario de sus generosos habitantes. Cada año, la ONG británica Charities Aid Foundation (CAF, por sus siglas en inglés) publica una lista de los países más generosos del mundo. En la última edición del llamado Índice de Donaciones Mundiales de CAF 2018 (CAF World Giving Index), Indonesia está al inicio de la lista. CAF mide la generosidad de un país sobre la base de tres comportamientos: donar dinero, ayudar a un extraño y hacer trabajo voluntario en el mes en que se realizó la encuesta. Con el 53 por ciento de los encuestados haciendo trabajo voluntario, Indonesia obtuvo el puntaje más alto del mundo. Donar dinero y ayudar a un extraño obtuvieron 78 y 46 por ciento respectivamente. Eso elevó el puntaje promedio del país al 59 por ciento. Le va levemente mejor que Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, que alcanzaron un promedio de 58 por ciento. La generosidad de la población indonesia puede explicarse parcialmente por la religión predominante, el Islam. Esta religión alienta a sus seguidores a donar. De hecho, uno de los cinco pilares del Islam es el zakat, la obligación de dar limosna a los pobres y así lograr una distribución más justa de los bienes. Y esa mentalidad generosa se puede encontrar en Surakarta, Solo en la lengua popular. La ciudad tiene aproximadamente medio millón de habitantes y está ubicada en el centro de la isla de Java. Visitaremos a Mooryati, quien abre su casa para preparar excedentes de alimentos y luego donar a los menos afortunados.

Donaciones de alimentos Es temprano en la mañana, casi las 4:30 a.m. y el sol aún no ha salido, solo el llamado a la oración de un imán resuena a través de un altoparlante. Estamos en la cocina de la organización de consumidores Konpasera, donde varias mujeres mayores ya se encuentran sumamente ocupadas cocinando. Se mueven de un lado a otro cocinando batatas, arroz y verduras. Envuelve el arroz en hojas de banano y las colocan en pilas en una meseta. El pollo ya se había preparado la noche anterior. Las mujeres reciben los alimentos de donantes. Estudiantes de la escuela superior les

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Solo – Indonesia han comprado las hojas de banano. En el pasado, era costumbre envolver alimentos en hojas de banano. Para evitar la contaminación con plásticos, la organización Gita Pertiwi ha revivido esta tradición. Mooryati es una de las colaboradoras de Konpasera. Ella explica: “Recibimos dos tipos de donaciones: alimentos crudos que procesamos en platos de comida y excedentes de alimentos. Por ejemplo, recibimos el arroz de una organización de agricultores en la cercana región de Klaten. Nos donan sus granos de arroz rotos porque no cumplen con los estándares para poder venderlos, pero en términos de valor nutricional no les falta nada. Con respecto a los excedentes de alimentos, ocasionalmente recibimos una llamada, por ejemplo, de un hotel en Solo, si hubo algún evento y sobra comida. Entonces podemos ir y recogerla.”

Mooryati

Ajhi Wicaksono

Las mujeres no recogen los alimentos ni distribuyen la comida a los menos afortunados después de prepararla. Para esto se trabaja con la organización juvenil Kala Canda. Ajhi Wicaksono, un joven inteligente de 29 años, también está presente desde muy temprano. Es el líder de la organización juvenil Kala Canda. “Distribuimos la comida una vez por semana en el vecindario donde viven nuestros miembros. Aproximadamente 100 personas vulnerables reciben un plato de comida en cada entrega. Principalmente se trata de personas sin hogar, de la tercera edad y familias monoparentales. Estas últimas, mayormente, son mujeres solteras con hijos. Reconocemos a esas personas de nuestro vecindario. También, una vez al mes, vamos a un centro de salud local para repartir platos de comida.”

Las comidas preparadas el miércoles por la mañana de nuestra visita, están destinadas a la donación mensual de alimentos en kampung Tipes, uno de los 54 kampungs o vecindarios en Solo. Este vecindario tiene 9,713 habitantes, de los cuales 112 son personas mayores que se reúnen hoy para una comida y un control de salud mensual. Esta última es una iniciativa del gobierno indonesio que tiene lugar en cada kampung. Un grupo de enfermeras y un médico controlan voluntariamente la salud de las personas vulnerables en el vecindario. La organización juvenil Kala Canda hace food sharing — compartir alimentos con otros, como ellos mismos lo llaman, desde 2017. “Se me ocurrió cuando vi en la televisión de Yakarta a una estrella pop indonesia que organizó una gran campaña de distribución de comida con excedentes de alimentos”, dice Ajhi. “Eso me inspiró a hacer lo mismo. También está en nuestros genes javaneses hacer algo por los de-

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más, todos los que me rodean hacen eso. Junto con un amigo encontré personas que quisieran donar dinero o comida para nuestro proyecto. Fue sencillo y cuando entregamos comida a personas sin hogar en nuestro vecindario, por primera vez, hicimos un video de ello. Se lo envié a todos mis amigos y al grupo WhatsApp que tiene 50 personas de mi vecindario. Entonces la pelota comenzó a rodar y rápidamente más jóvenes se unieron a nuestro colectivo. También nos contactó la ONG Gita Pertiwi que nos puso en contacto con la organización de mujeres. Todavía hacemos un video de cada donación, que luego llamamos, por ejemplo, “episodio 18”. De esta forma, intentamos llegar a la mayor cantidad de personas posible para apoyarnos y repetirlo”.

“Publiqué un video sobre la distribución de comidas en un grupo de WhatsApp de mi vecindario y de ahí, el asunto comenzó a fluir.” Ajhi Wicaksono, Kala Canda

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Solo – Indonesia

Una plataforma para donaciones de alimentos Gita Pertiwi es una ONG local que se compromete a lograr una alimentación saludable y accesible para todos, y colabora con Rikolto en marco del programa Ciudades por el Cambio Alimentario en Solo. Una de las colaboradoras es Fanny. “Con nuestra organización intentamos vincular a los proveedores con los grupos de mujeres y jóvenes que están comprometidos con Solo. Por ejemplo, nos hemos asegurado de que un criador de pollos done sus excedentes no vendidos y que un hotel se una a este esfuerzo. Además, estamos en conversaciones con cuatro supermercados, cada uno de los cuales puede donar 80 kilogramos de alimentos por día. Actualmente nos encontramos estableciendo una plataforma llamada Care Food, donde pueden alinearse mejor la oferta y la demanda. Consideramos importante que estas iniciativas surjan desde abajo hacia arriba, pero si realmente se desea tener un impacto, debe asegurarse de que las distribuciones de alimentos sigan los procedimientos estándar para que todo funcione de manera segura. Desarrollar dicho procedimiento es uno de los objetivos de la plataforma Care Food. También se desea ampliar la iniciativa y asegurarse de que sea apoyada, en el tiempo. Por tanto, además de los ciudadanos, también las autoridades locales y las empresas comerciales deben involucrarse en el proyecto. Somos los facilitadores en esta acción, reunimos a los diversos interesados.” Esto no siempre es fácil, como lo demuestra la renuencia de algunas empresas a donar alimentos, por temor a daños a su reputación y la atribución de posibles problemas de calidad en sus productos. Es por ello que Rikolto y Gita Pertiwi, de manera conjunta con la ciudad de Solo, desarrollan un convenio para alentar a las empresas privadas a donar. Esto también incluiría el procedimiento estándar para compartir alimentos que se está desarrollando actualmente dentro de la plataforma Care Food.

Grupo juvenil “Food sharing “ Kala Canda

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Indonesia, campeona en desperdicio de alimentos Con la plataforma que se está desarrollando, las diversas partes se esfuerzan por lograr un impacto estructural y mejorar la situación actual en Solo. El problema va más allá de las 500 personas de escasos recursos que Gita Pertiwi, junto con las organizaciones de mujeres y jóvenes, alcanza actualmente cada semana. Tanto el problema de la desnutrición como el de desperdicio de alimentos son inmensos. El 11 por ciento de la población en Solo vive por debajo del umbral de pobreza. Es decir, tienen un ingreso mensual menor a 401,220 rupias indonesias (25 euros), o Rp 11,000 (0.69 euros) por día. Según la Agencia Central de Estadística (BPS), la tasa de pobreza promedio en Indonesia fue del 9.8 por ciento en 2018, o alrededor de 25.9 millones de indonesios. Esa cifra es menos de la mitad de lo que era en 1999. Además, un grupo muy grande, 20.78 por ciento, se encuentra justo por encima de ese umbral de pobreza. Una línea de pobreza que, por cierto, se encuentra muy baja. Como resultado, siguen vulnerables a volver a caer en la pobreza, sin acceso a los servicios básicos. Con la reducción del número de personas viviendo en la pobreza, también ha disminuido el porcentaje de personas desnutridas en Indonesia. De una población total de 267 millones de personas, el porcentaje fue del 19.4 por ciento durante el período 2004-2006. En el período 2016-2018 se había reducido a 8.3 por ciento. El principal problema del retraso en el crecimiento de niños menores de cinco años tiene su origen en la falta de nutrientes a largo plazo, y aunque ha disminuido en los últimos años, esta condición continúa ocurriendo con frecuencia. Al 2012, el 39.2 por ciento de los niños menores de cinco años eran demasiado pequeños para su edad, y en 2018 el porcentaje aún era de 36.4 por ciento. “El gobierno indonesio está enriqueciendo el arroz con micronutrientes como el zinc y la vitamina A - que a menudo faltan en una dieta balanceada- para abordar el problema. Para el 2024, el número de niños con retraso de desarrollo debería de estar reducido en un 40 por ciento “, declaró Anang Noegroho, director de la Oficina del Plan Nacional de Desarrollo (Bappenas). A este escenario se enfrentan las cifras vinculadas al desperdicio de alimentos. Debido al crecimiento de la clase media — 135 millones para el 2020 — la cantidad de comida desechada también se encuentra al alza. Un estudio realizado por The Economist Intelligence Unit (2017) muestra que Indonesia es la segunda nación del mundo en liderar el desperdicio de alimentos. El indonesio promedio desperdicia 300 kilogramos de alimentos por año, únicamente por debajo de Arabia Saudita. En los hoteles de Solo, el 13 por ciento de la comida se tira a la basura, en los servicios de restauración es el 10 por ciento y en los restaurantes el 9 por ciento. Un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Bosques de Indonesia también muestra que

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Solo – Indonesia

El gobierno podría obligar a los restaurantes, hoteles, supermercados y agricultores a donar sus excedentes para evitar el desperdicio. Fanny, Gita Pertiwi

durante el período 2017-2018 un promedio del 53 por ciento de los desechos de un hogar en Yakarta eran alimentos, equivalente a 11,676 toneladas en total. Porcentajes similares también aplican en otras ciudades de Indonesia. Por ello, el gobierno indonesio ha lanzado una campaña dirigida a los consumidores para combatir el desperdicio de alimentos. Noegroho comenta: “Utilizamos a los líderes religiosos como influenciadores. Durante su servicio informan a las personas sobre las consecuencias del desperdicio de alimentos. También promovemos el consumo de raciones más pequeñas y el uso de platos más pequeños.” Los esfuerzos de Gita Pertiwi en Solo, junto con los jóvenes voluntarios y los ancianos, un hotel (hasta ahora), dos organizaciones de agricultores, una granja de arroz y un criador de pollos; parecen insignificantes en relación a las batallas que se están librando. Sin embargo, piensan que con sus acciones pueden tener un impacto. “Vemos el modelo con el que trabajamos ahora como un proyecto piloto”, explica Fanny. “Probaremos si funciona a esta escala y luego trataremos de convencer al gobierno de Solo para que lo expanda. Por ejemplo, podría obligar a restaurantes, hoteles, supermercados y agricultores a donar sus excedentes para que estos ya no se desperdicien.”

“Para combatir el desperdicio de alimentos, Rikolto presenta dos modelos que se enmarcan en la economía circular. El primer modelo se basa en cocinas comunitarias, donde los excedentes del comercio minorista se procesan y luego se donan o se venden a un precio bajo para los menos afortunados. El segundo modelo está dirigido a la producción de fertilizantes orgánicos a partir de desechos alimentarios, que luego se venden a productores de hortalizas para uso en la agricultura urbana. Para lograr esto, se deben juntar muchas piezas del rompecabezas: actores privados, autoridades municipales, comunidades locales y grupos vulnerables, en particular grupos de mujeres. Eso es lo que tratamos de hacer desde Rikolto.” Purnama Adil Marata, Rikolto en Indonesia

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Hotel – Mr Bambang (Gerente del Hotel Indah Palace) Indah Palace, un hotel con cuatro sucursales en Indonesia, y es uno de los primeros hoteles en Solo en esforzarse para prevenir el desperdicio de alimentos. “Desde 2013, nos hemos comprometido activamente a prevenir el desperdicio de alimentos, al principio sobre todo por razones financieras. Pensé que me beneficiaría financieramente si utilizáramos nuestras existencias de manera más eficiente. Hay un exceso de oferta de hoteles en Solo, por lo que en promedio tenemos una tasa de ocupación que apenas alcanza el 40 por ciento. Los precios de los alimentos también aumentaron fuertemente durante un tiempo. De todos nuestros costos, el 30 por ciento solía destinarse a la compra de alimentos. Ahora, seis años después, se trata solo del 25 por ciento. Es una diferencia significativa.” “Trabajamos con una existencia de alimentos mínima. Solo compramos lo que necesitamos por un día. Eso significa que solo podemos servir lo que está en el menú y no podemos responder a solicitudes especiales. Explicamos a los huéspedes decepcionados que lo hacemos por razones ecológicas, en este hotel regularmente se organizan eventos donde somos responsables de la restauración. En el caso de comidas tipo buffet tratamos de evitar los excedentes cocinando para 80 personas cuando hay 100 invitados. Si resulta insuficiente, cocinamos al minuto.” Tenemos aproximadamente un 10 por ciento de excedentes de alimentos por día, que distribuimos a través de tres canales. En primer lugar, tratamos de dar los excedentes a los invitados. Les explicamos cómo pueden almacenar mejor la comida en casa. Si aún así nos queda comida, la llevamos a personas sin hogar o con bajos ingresos. Hemos estado trabajando con Gita Pertiwi para esto desde 2017. Eso suelen ser alrededor de diez porciones por evento. En 2018 pudimos llegar a 800 personas de bajos ingresos con nuestros excedentes. La última opción es regalar los excedentes a nuestro personal.” “Gracias al acompañamiento de Gita Pertiwi, ahora sabemos mejor qué podemos hacer. Ahora también reutilizamos los excedentes. Si queda fruta cortada en el buffet después del desayuno, la usamos para hacer ensaladas o smoothies (batidos). También ofrecemos platitos más pequeños.” “Mientras tanto, yo mismo también he comenzado a considerar cada vez más el impacto ambiental de todos los alimentos que se deben producir para luego desperdiciarlos. En casa ya no desecho más comida. La comida es un regalo de Dios. No debería tirarse.”

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Melissa Vanderheyden (Eos Tracé)

Quito – Ecuador

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Población: 2. 7 millones de habitantes.  Alimentos importantes: Maíz, papas, plátanos, arroz y pollo.  Capital del Ecuador Ubicado al lado del volcán Guagua Pichincha, a una altitud de 2,800 metros.

ECUADOR

ECUADOR

Socios importantes: Conquito, Alcaldía de Quito, RIMISP.  Desafíos clave: Acceso a alimentos seguros y saludables, producción y distribución sostenibles de alimentos, relevo generacional, cambio climático.

Quito: Poniendo los alimentos en agenda A pesar de sus diferencias, los involucrados en el sistema alimentario de la ciudad de Quito están uniendo fuerzas por primera vez. Saben que el suministro de alimentos de la ciudad puede mejorar, si todos se ponen de acuerdo.

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Quito – Ecuador

Calles onduladas, hermosos edificios coloniales e iglesias lujosamente decoradas donde el dorado y el kitsch llaman la atención a la vista: así es el centro histórico de Quito, la capital de Ecuador. Vista desde Google Earth, verá que la ciudad se extiende entre altos volcanes con picos nevados. Más allá de la ciudad siguen los Andes, en una ruta que atraviesa Ecuador de norte a sur con 84 volcanes. Es un lugar de ensueños con una pizca de pesadilla, dado que si alguno de los volcanes de Quito entrara en erupción, traería la ruina a toda la ciudad. La amenaza de cenizas, deslizamientos de tierra e incluso trozos de glaciares son solo el inicio de ello. Una erupción también afectaría al suministro de alimentos. El 62 por ciento de los alimentos quiteños proviene del sur del país por la vía Tambillo. El camino por el que transitan los alimentos del campo a la ciudad queda a unos pocos kilómetros del cráter del Cotopaxi, un volcán que estuvo activo por última vez en 2016. Si un deslizamiento de tierra o lava destruye la carretera, la ciudad se quedaría sin alimentos en tan solo unos días.

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Una cadena de suministro que no considera la amenaza de volcanes circundantes es solo un ejemplo de los muchos puntos débiles del sistema alimentario de Quito. Este análisis se desprende de un estudio realizado por el Municipio de Quito y la fundación RUAF en 2016. El informe fue claro: poco más de un tercio de los terrenos agrícolas se usan de manera óptima, el rendimiento de los cultivos comestibles es bajo e incluso muy bajo, y el uso de pesticidas excedió ampliamente los límites internacionalmente aceptados. La ciudad depende en gran medida de las importaciones desde otras regiones porque Quito produce solo el 5 por ciento de los alimentos que necesita su población. Aún si se incluyen los cultivos del resto de la provincia, apenas llega al 12 por ciento. No es sencillo que lleguen los alimentos saludables a los platos. Además, 6 de cada 10 habitantes entre 25 y 59 años tienen sobrepeso, el 29 por ciento de los niños sufren de desnutrición. En los vecindarios más vulnerables, ese porcentaje se eleva hasta 46 por ciento. Al final de la cadena, se acumula una pila de desechos sin procesar, de los cuales más de la mitad consiste en material compostable.

Nuevas perspectivas Lo ideal es tener un sistema alimentario sólido y con poco desperdicio, que brinde a cada consumidor una alimentación saludable y al agricultor un precio justo. No obstante, entre el sueño y la realidad existe la ignorancia, los intereses en conflicto y la falta de políticas. Para abordar estos problemas, Rikolto trabajó con RUAF, el Centro de Desarrollo Rural en América Latina (RIMISP) y varios departamentos del Municipio de Quito.

Alexandra Rodríguez

¿El propósito? Articular a los distintos actores involucrados en el sistema alimentario para que trabajen juntos en lo que luego se convertiría en la Carta Alimentaria de Quito. “Después de examinar el sistema alimentario, nos quedamos con mucha información valiosa. La pregunta entonces era: ¿cómo pasamos del conocimiento a la práctica? Es por eso que invitamos a todos los que pueden desempeñar un rol en la ejecución de esas medidas. Académicos, representantes de agricultores, autoridades nacionales y provinciales, asociaciones de consumidores y empresas. Todos estuvieron representados” señala Alexandra Rodríguez, responsable del Programa de Agricultura Urbana Participativa de Quito (AGRUPAR). Ella fue parte del proceso desde el inicio, cuando se estableció la plataforma de trabajo. Más tarde se le denominó Pacto Agroalimentario de Quito (PAQ). “Me impresionó mucho la presencia de los diferentes actores. Todos entendieron que los problemas existentes requieren acción y por primera vez vimos los desafíos desde la perspectiva del otro.”

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Quito – Ecuador Sin embargo, las negociaciones no siempre se desarrollaron sin problemas. Ney Barrionuevo de RIMISP comenta. “No todos estuvieron de acuerdo sobre lo que el término ‘sistema alimentario’ incluye o no incluye. Los agricultores conocían poco acerca de la comercialización y el procesamiento de alimentos, por lo que la presencia de la industria les molestaba... Algunos consideran que solo la agricultura orgánica es sostenible, mientras que otros también consideran sostenibles los métodos bajo el paraguas de “buenas prácticas agrícolas” (BPA, según lo define la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, ed.), siempre que reduzcan el uso de pesticidas. Claramente había una falta de cultura del diálogo, muchos no estaban acostumbrados a discutir sus puntos de vista con la otra parte.” El objetivo final era preparar un texto que luego pudiera servir como base para una resolución a nivel municipal. Entonces, con suerte, se convertiría en ley. Barrionuevo fue responsable de redactar dicho texto, que eventualmente se llamaría Carta Alimentaria de Quito (Quito’s Food Charter). Durante el proceso, se redactaron no menos de 21 versiones de aquella carta. Alexandra Rodríguez también recuerda esas reuniones con lujo de detalles. “Una sola palabra, como ‘soberanía alimentaria’ podía provocar discusiones intensas”. La soberanía alimentaria representa el derecho a una alimentación sana y culturalmente apropiada, con alimentos producidos de manera sostenible y ecológicamente responsable, y el derecho a moldear el sistema alimentario y agrícola en sí. Desde el año 2008, la soberanía alimentaria ha sido parte de la constitución ecuatoriana, siendo además la única constitución en el mundo que otorga derechos a la naturaleza. Por ahora, todavía hay una brecha entre el papel y la práctica. Rodríguez señala: “Para los representantes de los consumidores, la soberanía alimentaria debía ser una parte esencial de la Carta Alimentaria. La industria, por otro lado, dijo: ‘No creemos en la soberanía alimentaria y si la carta lo menciona, no firmamos’. Cada palabra fue considerada y sopesada. La carta final es el resultado de compromisos y la búsqueda de acuerdos, a veces escasos. Esos matices son el alma de la carta. El documento no solo sirve a los intereses de la industria o los del consumidor. Es para todos”. Ney Barrionuevo también está satisfecho con el resultado final. “Tengo la impresión de que todos apoyan la carta y se sienten representados. Esta experiencia muestra que es posible reunir a partes opuestas para desarrollar una política. De esta manera, la aplicación final también será más fácil. El diálogo entre el sector público, el sector privado y los órganos rectores tanto a nivel provincial como nacional es realmente un paso adelante, dado el contexto ecuatoriano.”

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El poder del cucharón Sin embargo, el cambio no solo proviene de los responsables políticos y de los productores; las elecciones y preferencias de los consumidores también juegan un papel importante. Asi lo confirma Julio De la Calle. Él es director de proyectos, innovación y regulación en la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (ANFAB), una organización que también forma parte del PAQ. “La proJulio de la Calle ducción orgánica suena genial, pero localmente casi no hay mercado para alimentos sostenibles. Tenemos que ajustar nuestra producción a las necesidades del consumidor. Si las empresas invierten en una producción más sostenible, debe existir una demanda acorde, de lo contrario no recuperarán nada por su esfuerzo”, señala Paola Ramón, directora de la Secretaría de Productividad y Competitividad de Quito, quien también está de acuerdo en que “Necesitamos un gran movimiento de consumidores. Algo ya se está moviendo, pero la demanda del consumidor no es lo suficientemente alta.” Nadie cree más en el poder del consumidor que los radialistas Marcelo Aizaga y Eliana Estrella. En el PAQ, representan a quienes diariamente reciben las consecuencias de la política alimentaria. Si la industria considera que los consumidores son tan importantes, también debería informarles, dicen. “Nuestro programa de radio ‘El poder del cucharón’ es más popular que los de comedia o deporte. Esto muestra que estamos llenando un vacío de información. Basta con mirar los anuncios de radio y televisión, y los anuncios sobre comida. En nueve de cada diez casos, son pura publicidad. No existe nada educativo al respecto. ¿Cómo se espera que el consumidor sepa en qué consiste una la alimentación responsable?”, pregunta Aizaga. Durante años han brindado a sus oyentes información sólida sobre alimentos saludables y sostenibles, a través de la radio e internet.

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Quito – Ecuador Una encuesta demostró que sus oyentes son leales y realmente siguen los consejos de Aizaga y Estrella, quienes inspiran sobre hábitos alimenticios más saludables y sostenibles al aire. Un ejemplo de esto gira en torno a la compra de productos agroecológicos. La agroecología implica cultivar sin pesticidas químicos, mezclando cultivos. El agricultor imita un ecosistema natural, en el que los cultivos se refuerzan mutuamente, manteniendo a raya a ciertas plagas. Actualmente existen más de 70 tiendas agroecológicas en la ciudad: una verdadera explosión. Según Estrella, este es el resultado del aumento en la demanda de los consumidores. Para una alimentación sostenible, los mercados orgánicos en Quito ya no son la única opción, también se puede acudir a tiendas y restaurantes convencionales. Resulta prometedor la aparición de nuevas organizaciones de consumidores y la creciente popularidad de la agricultura comunitaria. Esta última es una colaboración entre agricultores y consumidores. Mucho antes de la época de cosecha, el consumidor contribuye a los costos de producción del agricultor, quien reserva una parte de su cosecha. De esta manera, comparten los riesgos que conlleva la agricultura, como el mal tiempo o los insectos codiciosos.

Precio e información determinan el menú “En 2008, Rikolto llevó a cabo un estudio sobre las tendencias vinculadas al consumidor. Este demostró que muchos de ellos están interesados en los alimentos orgánicos, incluso agroecológicos, pero que el término ‘agroecología’ aún es desconocido para muchos “, dice Estrella. Que el mercado de alimentos agroecológicos sea pequeño no significa automáticamente que no despierte interés. Muchos simplemente no disponen de suficiente información. Para la mayoría de los residentes de Quito, el precio es lo primero que determina el contenido del menú. No obstante, con una buena política, la comida sana y variada no ha de ser solo para aquellos que puedan pagarla o se encuentren bien informados. Por eso, Aizaga y Estrella como parte del PAQ apuestan por continuar trabajando por la defensa de los derechos de los consumidores en el futuro. Por ejemplo, esperan que la publicidad dirigida a los niños sea prohibida a largo plazo. “Las reuniones del PAQ son una excelente manera de mantener la atención de los diversos involucrados. Cada quien informa lo que está haciendo”, dice Marcelo. Al informar a los consumidores, el PAQ puede crear un efecto de empoderamiento de los consumidores, conscientes de que impulsan el cambio de abajo hacia arriba. Debido a cambios en el ayuntamiento, las reuniones del PAQ se han detenido por el momento. Rodríguez explica: “Queremos que la carta tenga un carácter oficial, pero ahora la situación política no es adecuada. Durante los dos años que trabajamos en la carta, la anterior gestión contribuyó. Finalmente, el alcalde ya no tuvo la oportunidad de firmar el documento. Así que tenemos que reconstruir esa relación con el nuevo Consejo Municipal.” – 118 –


Verduras limpias para todos En Quito, nuevas iniciativas acortan la distancia entre agricultores y consumidores. Aumentan el entendimiento mutuo y hacen la producción más sostenible, justa y resiliente. En la pendiente de una colina con vista al poderoso volcán Cotopaxi crecen, de lado a lado, repollos, lechugas y cebollas. El terreno en el que crecen se encuentra 37 kilómetros al noreste de Quito, en la provincia de Pichincha. La tierra absorbe su porción diaria de agua y nutrientes bajo la mirada de aprobación del agricultor Manuel Sánchez. Esto suena muy común, pero no lo es. Sánchez cultiva sus vegetales de manera diferente al agricultor ecuatoriano promedio, nutriendo sus plantas con un fertilizante orgánico mezclado, llamado bokashi. Este incluye estiércol de pollo, cenizas, minerales y una mezcla de microbios que fermentan el estiércol. Además, en sus campos no hay ni una gota de pesticida. “Mi esposa y yo solíamos trabajar en los viveros de rosas en Quito, ahí usan muchos productos químicos. En nuestra propia granja, somos nosotros quienes elaboramos el fertilizante, tal cual nuestros antepasados. En el pasado no había productos químicos ni problemas. Hoy, cada vez más agricultores rocían pesticidas, y están surgiendo enfermedades. Actualmente no cultivamos papas porque una enfermedad en la región impide que las plantas formen el tubérculo”, comenta Sánchez. Si bien es cierto, muchas técnicas son similares a las usadas antaño, lo que hace Sánchez también está inspirado en la escuela moderna de agroecología. A diferencia de la agricultura convencional, la agroecología no funciona con monocultivos. La idea es que un conjunto de plantas diversas funcione como un “agroecosistema”, de manera más ecológica que un terreno común. Por ejemplo, se agota menos el suelo. En Ecuador, este método de cultivo también supone un enorme beneficio para la salud, porque los agricultores convencionales rara vez se limitan al usar pesticidas. El lulo o naranjilla, una fruta típica ecuatoriana, recibe una cantidad de pesticida durante el cultivo que llega a ser hasta 28 veces mayor que el límite legal. La naranjilla no es la excepción. La dosis de ciertos pesticidas puede ser diez veces mayor que lo indicado en el caso de los tomates, cuatro veces mayor para las papas y siete veces más alta en el caso de las fresas. Esos son solo datos de cultivo en Pichincha. Los agricultores con terrenos cerca de la selva tropical luchan contra los insectos y hongos del bosque con una cantidad aún mayor de productos químicos.

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Quito – Ecuador

El corto camino del agricultor al plato Lo que llega a la mesa del quiteño promedio es más parecido a los cultivos excesivamente rociados que a los vegetales de Manuel Sánchez. Resulta difícil para él competir con los agricultores convencionales, quienes producen a un precio más bajo. Afortunadamente eso no es necesario. Sánchez y su esposa venden sus verduras en gran parte a través de Yachik, una red de comercialización apoyada por Rikolto. A través de ella, los productores de Yachik venden sus cultivos directamente al cliente, por lo que una mayor parte de las ganancias termina con el granjero. Es lógico, porque con el sistema normal, un producto a veces pasa por tres o cuatro intermediarios antes de llegar al mercado. Se dividen las ganancias. “Solía vender mis productos a menudo a través de un intermediario. Recibía 30 centavos por lechuga. Hoy en día obtengo cincuenta centavos por el mismo cultivo “, dice Sánchez. Una diferencia sustancial cuando se considera que en las zonas rurales el 40 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Yachik agrupa a unos 150 pequeños agricultores de la provincia de Pichincha, que se reúnen los jueves en el centro de recolección donde limpian sus cultivos para el mercado que se lleva a cabo en Quito todos los viernes. Además de ofrecer asistencia logística, Yachik también informa a los agricultores sobre nuevos métodos para mejorar sus cultivos. Además, Yachik registra semanalmente las cifras de ventas en el mercado, para que los agricultores puedan ajustar su cosecha en consecuencia. Este intercambio de información, en combinación con las ventas directas, contribuye a un vínculo más estrecho entre la ciudad y el campo. La venta directa también resulta ventajosa para el cliente. Los productos suelen ser más

Tres a cinco toneladas de alimentos recuperados El Banco de Alimentos de Quito es una organización activa en el PAQ. Demandan un enfoque institucional sobre el desperdicio de alimentos en la ciudad, dado que Ecuador es uno de los mayores derrochadores de alimentos en América Latina. Hasta que llegue ese momento, abordan los desafíos por su cuenta. “Desde el 2003 hemos comprado o recibido excedentes de alimentos de compañías privadas, mercados y supermercados. Algunos productos se acercan a la fecha de vencimiento, otros tienen un error en el empaque. Nuestros voluntarios procesan parte de los productos y los transforman en sopa o mermelada, por ejemplo. Gracias a ellos, proporcionamos alimentos a más de 9,900 personas “. Todo gracias a una visión y la perseverancia. “Nuestra fundadora, Alicia Guevara, tuvo que llamar a cierta compañía regularmente durante dos años antes de que comenzara a trabajar con nosotros. Finalmente, dijeron ‘sí’.” Cada semana, el banco de alimentos previene que tres a cinco toneladas termine en el basurero. – 120 –


baratos si los obtiene directamente del agricultor y la cadena es más transparente. El sistema de producción también se puede ajustar más rápidamente en relación a las sugerencias o preferencias de los consumidores. Roberto Guerrero enfatiza la importancia de un vínculo estrecho entre agricultor y consumidor. Junto con 14 fincas familiares, organiza la distribución de alimentos frescos a través de una tienda, ferias semanales y un sistema de venta de canastas. Las canastas incluyen productos básicos y su precio se determina en consulta con los consumidores y los agricultores. Todo esto con el objetivo final de acercar ambos extremos de la cadena. También con el de contribuir a crear mayor conciencia sobre la alimentación sostenible. “Este año, un estudiante de maestría hizo una encuesta en el vecindario. Demostró que, de las 280 familias encuestadas, casi el 17 por ciento sabía qué era la alimentación agroecológica. Casi la mitad de ellos había llegado a conocer la agroecología a través de nuestras ferias. Más de la mitad dijo que habían cambiado sus hábitos alimenticios porque la comida agroecológica se está volviendo más accesible a través de las ferias”, dice Guerrero. Además, casi todos los clientes habituales notan que su salud ha mejorado desde que comenzaron a comprar en la feria orgánica.

Amor por el repollo La existencia de agricultores en la ciudad acorta el camino entre el campo y nuestras bocas. Desde 2002, el municipio de Quito organiza el Programa de Agricultura Urbana Participativa AGRUPAR. Hasta ahora, existen al menos 1,400 agricultores urbanos. Algunos cultivan verduras y frutas en su propio jardín, otros comparten su terreno con un grupo. Quince de ellos incluso tienen una marca orgánica, aunque Dora Carrión todos producen de la misma manera. AGRUPAR los apoya y su vecina Margarita cuando comienzan con sus huertos y les enseña los trucos del oficio a través de talleres. Eso está dando fruto. Olivia Esperanza comparte su cosecha con su nieta y con su hijo discapacitado, que viven con ella. Además, ella proporciona a su segundo hijo y su familia frutas y verduras frescas. “Siempre comimos muchos vegetales, pero se nota que estos cultivos son más saludables que los de la tienda. ¡La salud y el ánimo de mi familia ha mejorado notablemente! Me molestaban las articulaciones, pero el dolor ahora ha desaparecido. Mi médico lo confirma.” La agricultora urbana Dora Carrión también se muestra satisfecha. “Es una fuente adicional de ingresos para mí. Vendo mi cosecha a personas del barrio. Me dicen que mis frutas y verduras son muy diferentes de lo que han comido antes. Detectan un color y un sabor más intenso. Además, las verduras se mantienen en buen estado por más tiempo. Para determinar los precios, utilizo la lista de precios de Conquito. A veces, esos precios son más altos de lo que normalmente se paga por vegetales no orgánicos, pero a mis clientes no

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Quito – Ecuador les importa. Estan de acuerdo con pagar un poco más por una vida útil más larga y mejor calidad”. Para los participantes del programa, la agricultura urbana significa más que una fuente de alimentos saludables. Los jardines urbanos son islas de vegetación en la ciudad gris. ¿Por qué Esperanza va al jardín compartido? Se arrodilla en la tierra y acaricia cariñosamente un gran repollo. “Me encanta estar afuera, amo las plantas, amo la tierra. Me gusta sentarme con las manos en el barro y el polvo. Si no tuviera que cuidar a mi familia, vendría aquí más a menudo.”

Resiliencia Los beneficios de una cadena corta van más allá de una fuente adicional de ingresos o socializar con el agricultor local de la ciudad. Según David Jácome, director del Programa de Resiliencia de Quito, el beneficio tiene que ver con ser una ciudad resiliente. “Con un sistema centralizado, donde todo se articula en ciertas partes de la ciudad, el riesgo también se concentra. Si ocurriera un desastre que destruyera exactamente esos lugares, toda la ciudad estaría en problemas. Por eso es importante distribuir el riesgo. Una forma David Jácome de hacerlo es transformando los mercados existentes en centros de alimentos (food hubs). En estos centros, la gente no solo vende alimentos frescos, sino que también hay espacio para el almacenamiento. La agricultura urbana ayuda a distribuir el riesgo, aunque de forma limitada. El objetivo es ser menos dependiente de la infraestructura física actual de la ciudad. Esta, a menudo, es vulnerable y si se rompe, la reconstrucción puede llevar mucho tiempo “. Jácome explica que la calidad y la resiliencia del sistema alimentario también influyen en el funcionamiento de otras áreas de la ciudad. “Tenemos una población muy joven en Quito. Si deseamos que obtengan buenos trabajos más adelante, hay que capacitarlos. Pero para aprender, deben estar saludables en primer lugar. Eso solo es posible si comen de manera saludable. Por lo tanto, el sistema alimentario está a la base de muchos otros sistemas, incluidos el sistema social y el sistema educativo. Los sistemas que funcionan bien son más resistentes después de un desastre. Si el sistema alimentario falla, también interrumpe los otros sistemas a través de esas interdependencias.” Un ejemplo de cómo una buena política puede contribuir a un sistema alimentario más resiliente es incluyendo el tema en la planificación espacial de la ciudad. El cambio también puede ser estimulado por subsidios. Los recursos financieros para mantener los mercados no son un lujo superfluo, ya que varios mercados en Quito están decayendo considerablemente. Para los pequeños agricultores, estos mercados son una fuente crucial de ingresos. Aunque existe una ley que obliga a los supermercados a obtener el 11 por ciento de sus productos de las fincas familiares, – 122 –


en la práctica, la compra generalmente se realiza a través de intermediarios. Hoy, la mayor parte de los subsidios para productores se destina a las grandes fincas alrededor de Quito. Cultivan principalmente brócoli y rosas, no específicamente productos que contribuyan al suministro local de alimentos. Entonces, resulta preferible la cosecha mixta del productor Manuel Sánchez. Él no va al mercado por sus verduras, sino que vive de los productos cultivados en su propio campo diversificado. Una persona no vive solo de rosas y brócoli, y él lo experimenta de primera mano.

La Carta La Carta de Agroalimentaria de Quito consta de diecisiete puntos acordados por los miembros del PAQ. Se construyen alrededor de 5 temas.

Disminuir el desperdicio de alimentos, tanto a nivel de producción como de consumo. Gestionar adecuadamente las fuentes de alimentos del futuro. Son, entre otros, la tierra y el agua.

Gobernanza participativa del sistema agroalimentario en una plataforma al interior del consejo municipal, donde los agricultores, transportistas, comerciantes y personas del sector de salud puedan formular ideas y ponerlas en práctica. – 123 –

Garantizar la seguridad alimentaria, la soberanía y la alimentación saludable para todos, a diario. Al respecto, se prefieren los alimentos locales, como impulso para la economía local.

Conectar la ciudad con el campo, y una economía alimentaria inclusiva. Apoyar el comercio directo y asegurar que los campesinos tengan voz y un salario justo.


Nueve ciudades, cuatro conclusiones En este libro, viajamos por nueve ciudades para descubrir cómo usan los alimentos en respuesta a los principales desafíos que enfrentan en términos de clima, convivencia, salud, empleo, etc. Aunque los contextos son muy diferentes, vemos cuatro conclusiones como resultado de nuestras experiencias.

Pensamiento sistémico: Creando nuevas conexiones Los desafíos en el sistema alimentario son complejos y tienen muchas caras. Por tanto, los cambios son el resultado del diálogo y la cooperación entre las diferentes partes interesadas: productores de alimentos, federaciones sectoriales, organizaciones de consumidores, servicios municipales, urbanistas, empresarios, políticos, autoridades reguladoras, organizaciones de la sociedad civil, etc. Las autoridades locales desempeñan un papel clave para crear un entorno propicio y reunir a diferentes actores en la mesa con el fin de trascender sus intereses individuales, a veces conflictivos, en experimentos concretos. La iniciativa Seguridad Alimentaria para Arusha (Arusha Food Safety) es ejemplar en ese sentido. No tiene sentido abordar la seguridad de los alimentos de manera aislada sin establecer el vínculo con los agricultores que producen los alimentos, su acceso al crédito, la organización de los mercados locales, la conciencia del consumidor y las regulaciones gubernamentales. En palabras de Shukuru Tweve, miembro de Rikolto en Tanzania: “Al hacer que la cooperación sea algo natural, aumentamos nuestro impacto. Porque todo el sistema alimentario es más que la suma de sus partes.” También en Bélgica, las experiencias sobre alimentos sostenibles y saludables en la escuela (GoodFood@School), la plataforma de distribución local de alimentos y el movimiento “Soy más que mi boleto de caja registradora” demuestran este énfasis: la necesidad de estar - por un lado - en el nivel institucional, trabajando con gobiernos y empresas, y - por otro lado - involucrando a ciudadanos-consumidores que refuerzan la demanda para hacer de lo “sostenible” la nueva norma. Los gobiernos y las prioridades políticas pueden cambiar con cada elección. Pero para salvaguardar el impacto a largo plazo, el espíritu de diálogo y cooperación debe formar parte del tejido social de una ciudad.

Enfoque en nuevos modelos de negocio para reforzar la sostenibilidad En Rikolto estamos convencidos de que los “modelos de negocio inclusivos” son una herramienta poderosa para poner en práctica este enfoque de sistema. El caso del Consorcio Agrocomercial de Honduras lo demuestra claramente. Si los agricul-

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tores tienen más certeza sobre los precios y las cantidades que tienen que entregar, pueden construir un negocio rentable. Al mismo tiempo, se sienten alentados a luchar por estándares de calidad más altos y garantizar un suministro estable de verduras a sus compradores. Si los beneficios y las cargas se distribuyen en forma equilibrada, los beneficios trascienden a los individuos involucrados. En el caso de Honduras, la relación inclusiva con el supermercado La Colonia contribuye a una reducción drástica de la importación de vegetales y a un aumento de la inversión en la agricultura local.

Poniendo a los jóvenes al volante Quienes se alimentarán de la comida del futuro son los jóvenes de hoy. Para preparar nuestros sistemas alimentarios para el futuro, el conocimiento y la creatividad de los jóvenes es crucial para abandonar caminos tradicionales y convertir ideas innovadoras en realidad. Si el grupo juvenil de Kala Canda en Solo (Indonesia) nos enseña algo, es que la próxima generación está lista. Los jóvenes en Solo ya están cambiando la forma en que se hacen los negocios y la forma en que las personas tratan los alimentos.

Experimentando para alimentar las discusiones sobre políticas Cierto es que muchas de las iniciativas discutidas en este libro todavía están en una fase experimental. Sin embargo, la dinámica de los resultados de hoy ya inspira discusiones en los niveles políticos más altos donde se discute el cambio del sistema. De esta manera, la agricultura urbana en Quito se convirtió rápidamente en un pilar importante para lograr que la ciudad sea más flexible. Los Sistemas de Garantía Participativa ya están en el radar del Departamento de Agricultura de Hanói. El Ministerio de Desarrollo de Indonesia ahora considera a las ciudades como actores clave para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre cero. Esto es necesario porque se nos acaba el tiempo. La escala en la que se aplican nuevas ideas y modelos debe ser acorde a los desafíos que enfrentamos. Por ello es tan crucial difundir nuevos conocimientos a través del intercambios entre ciudades, redes de aprendizaje y cooperación entre diferentes departamentos gubernamentales. Como explica el Sr. Nguyen Tan Hai de la Autoridad de Seguridad Alimentaria en Da Nang: La decisión de convertirse en una Ciudad por el Cambio Alimentario (Food Smart City, en inglés) es solo el primer paso de un proceso más largo.

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Lista de personas entrevistadas Vietnam Tran Thi Dinh

Universidad Nacional de Agricultura de Vietnam

Thai Thi Minh

Rikolto en Vietnam

Bui Dung

Cooperativa de Verduras Seguras Tuy Loan

Le Trung Chinh

Comité del pueblo de Da Nang

Nguyen Tan Hai

Autoridad de gestión de seguridad alimentaria de Da Nang

Nguyen Thi Nhi

Cooperativa Dang Xa

Nguyen Tuan Khanh

Cooperativa Dang Xa

Nguyen Van Manh

Cooperativa Dang Xa

Nguyen Thi Chung

Cooperativa Dang Xa

Le Thi Kim Oanh

Departamento de Protección Fitosanitaria de Hanói

Hoang Thanh Hai

Rikolto en Vietnam

Nguyen Duy Hong

Hanói Catering JSC

Diep Hoang Thong Anh

Mercado mayorista de Hoa Cuong

Quach Thi Xuan

Instituto Da Nang de Desarrollo Socioeconómico

Nguyen Dac Xung

Comité Popular del Distrito de Son Tra

Le Van Tu

Consumidor

Do Anh Thu

Consumidor

Van Thi Thu Ha

Vendedor del mercado

Chu Thi Nga

Vendedor ambulante

Tanzania Shukuru Tweve

Rikolto en África Oriental

Eric Mwesigwa

Asociación de Horticultura de Tanzania

Jones A. Kapeleka

Instituto de Investigación de Pesticidas Tropicales

Andrea Abaslum

Vendedor del mercado

Rebecca Mongi

Ayuntamiento de Arusha

Agrey James Mawule

Departamento de Alimentación y Agricultura de Arusha

Alli Simbula

Grupo de agricultores de Muvikiho

Ernest Thomas Likoko

AgriProFocus

Jeremia Thomas Ayo

Grupo de agricultores de Muvikiho

Kain Mvanda

Rikolto en África Oriental

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Magige Makuli

Mercado central de Arusha

Mary Mkonyi

Solidaridad

Mital Shah

Serengeti Fresh

John Ngunjiri

Serengeti Fresh

Mussa Muviengi

Home Veg

Monica Ombeni

Grupo de agricultores de Muvikiho

Peter Chuwa

Grupo de agricultores de Muvikiho

Santaeli Solomon Kaaya

Grupo de agricultores de Muvikiho

Arishard Msangi

Banco Nacional de Microcrédito

Kalist Lazaro

Alcalde de la ciudad de Arusha

Maulid Madeni

Director de la ciudad de Arusha

Simon Ayo

Juwame

Bélgica Beate Jost

Estudiante - Instituto Paridaens

Hannelore Tyskens

Rikolto en Bélgica

Myrthe Peijnenborg

Rikolto en Bélgica

Joris Aertsens

Rikolto en Bélgica

Katharina Beelen

Rikolto en Bélgica

Thibault Geerardyn

Rikolto en Bélgica

Jen Willems

Rikolto en Bélgica

Femke Van Vaerenbergh

Rikolto en Bélgica

Irene Salvi

Rikolto Internacional

Jan Wyckaert

Rikolto Bélgica

Peter Wallays

Instituto Paridaens

David Vierbergen

Stroom

Stef Steyaert

Levuur

Michèle Jacobs

Leuven 2030

David Dessers

Ayuntamiento de Lovaina

Michelle Hendrickx

Equipos de comida

Tamara Bruning

Ciudad de Gante

Ulrik de Roover

Humanidades Bosch

Sofie Vercoutere

Ateneo Gentbrugge

Eva Van Buggenhout

Ateneo Gentbrugge

Katrien Verbeke

Ciudad de Gante

Lieta Goethijn

Ciudad de Gante

Laurence Claerhout

VANIER

Gaetan Borgonie

Foodsavers Gante

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Lista de personas entrevistadas

Nick François

Asociación de agricultores

Patrick Pasgang

Innovatiesteunpunt.

Gert Bracke

Granja "Het Groenselhof"

Edwin Beaumon

Servicios sociales municipales (OCMW) de Gante

Arno de Mol

Restaurante local

Indonesia Purnama Adil Marata

Rikolto en Indonesia

Anang Noegroho

Bappenas (Ministerio de Planificación del Desarrollo)

Titik Eka Sasanti

Gita Pertiwi

Ajhi Wicaksono

Grupo Juvenil Kalacanda

Bambang Gunadi

Indah Palace Hotel

Bobby Wayong

Pueblo sensible al género

Budi Harsanto

Grupo de agricultores de Boyolali

Drastiana Nisa

Gita Pertiwi

Dyah Anggraini

Agencia de salud de Solo

Gunarti Hastuti

Grupo de agricultores de Boyolali

Hartoyo

Agencia de educación de Solo

Mooryati

Asociación de catering de Solo

Murbowo

Asociación de arroz orgánico de Boyolali - ABOB

Putri Handayani

Grupo de mujeres agricultoras urbanas

Suyatmi

Vendedor de verduras

Widdi Srihanto

Agencia de Empoderamiento de Mujeres, Niños y Comunidades de Solo

Winarsih

Muhammadiyah 1 Escuela primaria

Ecuador Alexandra Rodríguez

Agencia de Desarrollo económico CONQUITO. Programa de Agricultura Urbana Participativa (AGRUPAR).

Carlos Sanchez

Organización campesina UCCOPEM

Carmen Toapanta

Organización campesina UCCOPEM

Manuel Sanchez Cristian Medrano

Organización campesina UCCOPEM La Cleta Pizzeria

David Jácome

Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Secretaria de Planificación. Dirección de Resiliencia.

Dora Carrión

Granjero de la ciudad

José Luis Guevara

Banco de alimentos de Quito

Julio de la Calle

Asociación Nacional de Fabricantes de alimentos y bebidas (ANFAB)

Marcelo Aizaga

Minga por la Pachamama – 128 –


Eliana Estrella

Minga por la Pachamama

Margarita Baquero Olivia Balcazar

IICA Agricultora urbana

Neria Armijos

Agricultora urbano

Paola Ramón

Ciudad de Quito

Patrick Hollenstein

Universidad Central del Ecuador

Pere Ariza-Montobbio

Granja Agroecológica Inspira Red

Roberto Guerrero

Feria Agroecológica Madre Tierra

Christian Wahli

ANFAB

Ney Barrionuevo

Centro Latinoamericano para el desarrollo rural (RIMISP)

Liseth Barriga

Rikolto en América Latina

Nataly Pinto

Rikolto en América Latina

Honduras Abner Zuniga

La Colonia

Miguel Arita

La Colonia

Cesar Maradiaga

Consorcio Agrocomercial de Honduras

Annabell Guzman

Rikolto en América Latina

Abraham Silva

HORTISA

Reynaldo Julián Avila

PROVIASA

Felix Zelaya

Vegetales Lenca

Walter Pereira

FUNDER

German Flores

Rikolto en América Latina

Luis Angel Mejia

Vegetales Lenca

Alexis Garay

PROVIASA

Ramon Hernández Torrez

PROVIASA

Nicaragua Flol de Maria Rivas

ANIFODA

Norvin Palma

La Cuculmeca

Domingo Rivas

FARENA/Universidad Nacional Agraria (UNA)

Enrique Picado Gonzáles

COOSMPROJIN

Lenner Hernández

Pescador y granjero

Azucena del Carmen Navarro García

COOSMPROJIN

Ronald Cerro

RONAIX

Marcelo Villalobos

FARENA/Universidad Nacional Agraria (UNA)

José Maria Torres Talavera

COOSMPROJIN

Benita del Rosario Garcia Gutierrez

Comunidad Indigena

Ana Maria Herrera

Red Ecoclub – 129 –


Colofón Lovaina, Bélgica- Diciembre 2019. Esta publicación es una colaboración de Rikolto y EOS Tracé. La referencia a esta publicación es posible con la mención de: RIKOLTO, 2019. ¿Qué comeremos mañana? Ciudades por el Cambio Alimentario liderando la transición hacia la alimentación sostenible, 132 páginas Contacto: charlotte.flechet@rikolto.org Colaboraron para EOS Tracé: Dieter De Cleene, Melissa Vanderheyden, Marieke van Schoonhoven. Colaboraron para Rikolto: Charlotte Flechet, Selene Casanova, Aäron De Fruyt, Gert Engelen, Irene Salvi and Jelle Goossens. Fotografías: ARUSHA: Samson Kapinga y Selene Casanova DA NANG: Phan Chung HANOÍ: Nguyen Tien Chuong TEGUCIGALPA: Marco Vasquez y Selene Casanova LOVAINA: Tim Buelens (pour la ville de Louvain) y Irene Salvi GANTE: La ville de Gand (Gent en Garde), Gert Bracke y Irene Salvi JINOTEGA: Marco Vasquez, Selene Casanova y Gerard Sagas SOLO: Maria Serenade Sinurat QUITO: Natalia Palomino, Marcelo Aizaga, Selene Casanova y Eduardo Naranjo Edición final de la versión en inglés/neerlandés: Jo Vermeersch (Rikolto en Bélgica), Charlotte Flechet (Rikolto Internacional) Edición final de la versión en español: Natalia Palomino (Rikolto en PerúEcuador), Nataly Pinto (Rikolto en Ecuador) Diseño e ilustraciones: Bieke Olemans (BeoDesign). Un último agradecimiento a: Cada una de las ciudades y sus empleados, así como toda las personas entrevistadas - ver lista pg 126-129. .

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Hoy en día, más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas. Para el año 2050, alrededor del 80% de los alimentos será consumido en las ciudades. ¿Cómo aseguramos un suministro suficiente de alimentos asequibles para todos sus habitantes? ¿Y cómo hacerlo sin exceder la capacidad del planeta? Para enfrentar estos desafíos, debemos adaptar seriamente nuestros modelos de producción y distribución actuales. Ciudades alrededor del mundo están experimentando plenamente en este campo. Desde los actores involucrados, la atención se centra en las estrategias alimentarias urbanas. Según Rikolto (antes VECO), ahí existe una oportunidad para los agricultores de las áreas urbanas, suburbanas y rurales. Pueden alimentar a las ciudades en crecimiento, al tiempo que mejoran sus condiciones de vida, haciendo la producción y el consumo de alimentos más sostenibles – todo esto en un contexto de cambio climático. De esta manera, los consumidores tendrán un acceso más fácil a una alimentación sana y sostenible, y las empresas podrán construir modelos de negocios sostenibles e inclusivos. Entre marzo y agosto de 2019, tres periodistas de la revista EOS Wetenschap (EOS Ciencias) visitaron locaciones asociadas al programa Ciudades por el Cambio Alimentario de Rikolto. Este libro cuenta las historias de 9 ciudades en Vietnam, Bélgica, Tanzania, Indonesia, Ecuador, Honduras y Nicaragua; donde descubrieron iniciativas para producir alimentos más seguros, sanos, sostenibles y accesibles para los ciudadanos.

www.rikolto.org

www.eostrace.be


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