El programa Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) de Rikolto En 2013, Gante fue la primera ciudad belga en adoptar una política alimentaria. Gent en Garde, como se llamó, contiene cinco objetivos estratégicos para sentar las bases de un sistema alimentario sostenible. Los objetivos estratégicos fueron el resultado de intensas discusiones entre una amplia gama de actores, facilitados por Rikolto y Levuur, y el punto de partida para formular un marco de políticas en 2016. Fue un enriquecedor proceso de aprendizaje y se convirtió en el primer paso del programa internacional de Rikolto que actualmente se está implementando y expandiendo en siete países, con un presupuesto anual de casi 2 millones de euros. En 2015, 137 alcaldes de ciudades se reunieron en Milán para discutir dos de los temas más apremiantes de nuestro tiempo: la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible. Al final de la conferencia, se firmó el Pacto de Milán para la Política Alimentaria Urbana. Con ese pacto, los alcaldes se comprometieron a desarrollar sistemas alimentarios sostenibles que sean inclusivos, resilientes, seguros y diversos. Entre los primeros signatarios había tres ciudades con las que Rikolto mantiene una larga historia de cooperación: Tegucigalpa (Honduras), Quito (Ecuador) y Gante (Bélgica). En octubre de 2016, la idea de una iniciativa internacional conjunta sobre Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) surgió de una discusión en los pasillos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III) en Quito. La semilla se plantó y el programa internacional Ciudades por el Cambio Alimentario (Food Smart Cities) pronto se amplió para incluir nuevas ciudades y regiones: Da Nang (Vietnam), Solo y Depok (Indonesia), seguido de Arusha (Tanzania) y Lovaina (Bélgica). Unidas por un interés compartido en el desarrollo de sistemas alimentarios urbanos y rurales más sostenibles, estas ciudades trabajan con las oficinas regionales de Rikolto y otras partes interesadas para implementar políticas y prácticas que contribuyan a sistemas alimentarios justos, sostenibles y saludables para garantizar que la comida sana esté disponible para todos sus ciudadanos.
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