COMPOSTELA
Año 2020 2019
LAS COFRADÍAS DESPUÉS DE TRENTO, UN INSTRUMENTO DE REFORMA RELIGIOSA Y DE TRANSFORMACIÓN ESPIRITUAL PARA LOS FIELES (SIGLOS XVI-XIX) Domingo L. González Lopo Universidad de Santiago de Compostela Instituto Teológico Compostelano
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as asociaciones religiosas no serán una creación de la Reforma Tridentina, pero fue ésta la que estimuló su multiplicación en aquellas regiones que guardaron su fidelidad a Roma. Eran muchas las ventajas que ofrecían a los ojos de los eclesiásticos: aseguraban la difusión de la doctrina aprobada por los padres conciliares; garantizaban la participación de los fieles en los actos litúrgicos, de manera especial en las fiestas más destacadas del calendario religioso, ahora remodelado1; permitían la existencia de unas reservas económicas para solemnizar las ceremonias de la Iglesia y atender al decoro de los templos, al tiempo que servían para disciplinar y homogeneizar la piedad de los fieles —introduciendo hábitos devotos regulares en su existencia cotidiana—, y poniendo su control en manos de los párrocos. Todo ello justifica el fuerte estímulo que reciben de obispos, párrocos y religiosos de todos los institutos, hasta el punto de que algunos prelados ordenarán en las constituciones sinodales su creación obligatoria en las parroquias de sus diócesis. Pero también a los fieles les ofrecían importantes beneficios, de ahí su buena disposición para afiliarse a ellas. Seguridad ante los problemas de la vida cotidiana (protección espiritual y material de su celestial patrono) y el Más Allá (indulgencias, oraciones de los hermanos y celebración de sufragios al fallecer y de manera permanente a lo largo del año); además también garantizaban una mínima infraestructura funeraria con que solemnizar el velatorio, la conduc-
ción del cadáver y el entierro de los cofrades (cera, pendón, acompañamiento y, en ocasiones, el ataúd comunitario para traslado del cadáver). Al mismo tiempo contribuían a la cohesión de la comunidad, pues algunas obligaban en sus estatutos a hacer las paces a los hermanos enemistados, y también permitían el desarrollo de mecanismos de sociabilidad, como, por ejemplo, la celebración de la festividad del patrono, que además de aspectos espirituales, comportaba otros profanos —comidas y bailes— que contribuían a romper la monotonía y la dureza de la vida cotidiana. Estos factores, unidos a la buena coyuntura agraria que atraviesa Galicia durante el siglo XVII, nos explica que sea entre 1630 y 1740 cuando tenga lugar su mejor momento, produciéndose una auténtica explosión de hermandades2. Los datos que hemos podido recabar apuntan en esa dirección y están reflejados en la tabla siguiente, donde se recoge la distribución cronológica de una pequeña muestra de 555 cofradías de las diócesis de Santiago y Tui para las que hemos conseguido localizar su fecha de fundación3: Tabla nº 1. Periodo de fundación de cofradías. Diócesis de Santiago y Tui Período
Santiago
Tui
Total
1501-1550
5 (1,4%)
1 (0,4%)
6 (1,0%)
1551-1630
67 (18,9%)
40 (19,8%)
107 (19,2%)
1631-1740
235 (66,5%)
119 (58,9%)
354 (63,7%)
1741-1800
46 (13,0%)
42 (20,7%)
88 (15,8%)
Total
353 (100%)
202 (100%)
555 (100%)
REY CASTELAO, O.: A Galicia Clásica e Barroca. Vigo, 1998, p. 177 y GONZÁLEZ LOPO, D. L.: “Aspectos de la vida religiosa barroca: las visitas pastorales”, en Sémata. Ciencias Sociais e Humanidades, 7-8 (1996). Las religiones..., pp. 423 y ss. 2 Entre 1594 y 1750 en once de los dieciséis arciprestazgos de la diócesis de Santiago para los que contamos con información documental sistemática, se pasa de 154 cofradías a 815. 3 No siempre es posible cuantificar este dato, pues de muchas de las cofradías que funcionan en el siglo XVIII se ha perdido el libro más antiguo en que constaba el acta de su establecimiento. 1
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