Revista de la Archicofradía del Apóstol Santiago
Número 62
SALUDO-PRESENTACIÓN DEL PRESIDENTE DE LA ARCHICOFRADÍA UNIVERSAL DEL APÓSTOL SANTIAGO
E
s muy grato saludarles en nombre de la Archicofradía Universal del Apóstol Santiago, que tuvo en su momento la iniciativa de convocar este V Encuentro Mundial de Cofradías y Asociaciones del Camino. Hoy sentimos la enorme satisfacción de constatar que la llamada fue muy bien atendida: a pesar de las bajas de última hora, hay aquí gentes, santiaguistas, de prácticamente todas las partes del mundo. En todo caso hay representaciones de España y de muchas de sus Comunidades Autónomas; del Reino Unido, de Portugal, de Brasil, de Alemania, de Venezuela, de Francia, de Polonia, de Luxemburgo, de Italia, de Filipinas. Evidentemente, un poder así de convocatoria no podemos atribuírnoslo. Sin duda, ha entrado en juego la poderosa capacidad de atracción que posee y ejerce, hoy como desde hace muchos siglos, la figura del Apóstol Santiago. Se trata del misterioso atractivo que ya en su día se dejó sentir en nuestras propias vidas y nos impulsó a hermanarnos en torno a él y a asociarnos en pro del milenario camino que a él conduce. Y es que la capacidad impulsora que caracteriza a nuestro Apóstol es, precisamente, su poder de atracción. Esta portentosa capacidad suya de ejercer atracción es la misma que, en un determinado momento, a veces no sin cierta sorpresa por parte nuestra, nos mueve, como mueve a miles de miles de personas, a dejarlo todo (tierra, casa, familia, amigos, proyectos, compromisos) y poner pie en el camino y recorrerlo durante días, semanas, meses, años incluso, en épocas históricas, respondiendo a la irresistible atracción que ejerce desde su casa y su sepulcro en Compostela. Los filósofos griegos dejaron bien sentado que la fuerza de la atracción es el primordial de los factores causales que explican el decidir y el hacer en el ser humano. No hay acción, no hay operación, no hay ejercicio de actividad que no obedezcan a un objetivo, a un fin, a cuya atracción o reclamo respondemos, proyectándonos hacia él, poniéndonos en marcha. Los casos, patológicos a veces, de inacción o de grave abulia no se explican normalmente por falta de energía, por carencia de voluntad o fuerza de empuje en aquellos que los padecen, que debían
proyectarse, emprender y hacer y no lo hacen. La situación obedece casi siempre a un horizonte vital extremadamente pobre en atractivos, carente de alicientes, falto de metas capaces de atraer, de ilusionar y hacer, así, que la persona se impulse y movilice. A medida que en la Europa medieval fue llegando a todas las latitudes la buena nueva del hallazgo del sepulcro apostólico, fue dejándose sentir en todas las tierras del viejo continente la irresistible atracción que puso en camino hacia Compostela fieles cristianos de todas las naciones. Sus pasos fueron afirmando sobre el terreno la indeleble huella que es el camino de Santiago, un camino que, ciertamente, es de Santiago porque a Santiago conduce, pero que pertenece y es de todas las naciones, regiones y lugares sobre cuyos solares se perfila. La misma fuerza de atracción que hizo de muchos creyentes devotos peregrinos, a lo largo de los siglos, que hizo surgir el Camino, que hizo de nosotros mismos cofrades o miembros asociados en la tarea de promover y cuidar ese Camino es, repito, la que nos trae hoy aquí y nos reúne en las inmediaciones del sepulcro apostólico y bajo los techos de este edificio, que nació y ejerció, durante muchos siglos, como hospital de peregrinos y donde, con la finalidad de contribuir a atender a esos peregrinos, enfermos y necesitados, nació precisamente, hace cinco siglos, la Archicofradía del Apóstol Santiago. Este Encuentro tiene lugar en vísperas del Año Santo Compostelano 2021. No se trata de celebrarlo 5