CASIODORO y su circulo ´
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POR MIGUEL ÁNGEL PRADO
uando se pone en marcha la gran redada, 1557, contra los miembros de la llamada “iglesia chiquita”, aquella congregación de hombres y mujeres, laicos y del clero, en la ciudad de Sevilla, en pocos meses son detenidos y llevados a cárceles inquisitoriales unas ochocientas personas. Muchos de ellos eran compañeros de Casiodoro de Reina. En Sevilla Casiodoro tuvo un amplio grupo que compartían su compromiso con la verdad evangélica y la necesidad de una vida conforme a la voluntad de Dios, revelada en Su Palabra. Hacemos y presentamos un resumen del grupo con breves detalles. Juan Pérez de Pineda, natural de Montilla Córdoba, que había salido de España unos años antes movido por la detención del Dr. Egidio, evitando que le echaran mano a él. De la Catedral de Sevilla tres canónigos, el Doctor Vargas, Juan Gil (Dr. Egidio) y Constantino de la Fuente eran del círculo reformado y maestros del evangelio. Del Monasterio sabemos que lograron huir como una docena de frailes, parece que de dos en dos y con distintas justificaciones a fin de no levantar más sospechas, sus nombres: Francisco Farias prior del Monasterio. Fray Pablo, fray Antonio del Corro, fray Pelegrina de la Paz prior que fue de Éci-
ja, fray Casiodoro, fray Juan de Medina, fray Miguel Carpintero (fue detenido antes de lograr salir de España y en un auto de fe en 1559 fuer relajado), fray Alonso Baptista, fray Lope Cortés, fray Francisco Morcillo hijo de un platero de Sevilla (también sufrió la hoguera en el auto de fe del 24 de Septiembre de 1559), fray Juan de León. Mención especial hay que dar al maestro García Arias, llamado también el padre Blanco por ser albino, natural de Baena, Córdoba, y de ascendencia judía. Dice el Dr. Francisco Ruiz de Pablos en una edición moderna del controvertido libro “Artes de la Inquisición Española”: “[...] fue el primero que introdujo en el Monasterio de San Isidoro de Sevilla, mientras todos dormían hasta aquel tiempo el profundo sueño de la ignorancia en medio de aquella inveterada superstición, algunas chispas de la verdad con las que la parte principal de la comunidad, despertándose de su profundo sueño como en medio de una oscura niebla, empezó a limpiarse las legañas de los ojos y a desear, por fin, una mejor instrucción de la religión verdadera” García Arias fue detenido y entró en las cárceles del castillo de Triana el 12 de Agosto de 1558 y relajado con confiscación de bienes en el auto de fe celebrado en Sevilla el 28 de Octubre de 1562. Julián Hernández (Julianillo), enviado por Juan Pérez para visitar a los hermanos de la “iglesia chiquita” que estaba en
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