Ciudad nueva - Junio 2021

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Entrevista

Sociedad

Internacional

Opciones decisivas Antes del matrimonio

La nueva economía El “modelo Amazon”

La política y la distribución de las vacunas Táctica sin estrategia

Ciudad nueva URUGUAY | PARAGUAY Junio 2021 | Nº 6 | Año XLII

Chiara Lubich y la Política África

Mamás en tiempos de Covid Se vende.

¿O no?

Las familias están resistiendo también gracias a las madres y a las mujeres que cuidan a los niños y a las personas más frágiles, a costa de no pocos sacrificios


Sumario Nº 6 Junio 2021 Año XLII

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Ciudad nueva

Editorial Participación urgente y necesaria

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Revista mensual internacional editada por el Movimiento de los Focolares

Mens sana El valor de compartir desde pequeños

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Propiedad de la Asociación Civil Ciudad Nueva Ciudad nueva en el mundo: 36 ediciones en 22 idiomas. Fundada en 1956 en Roma por Chiara Lubich, con la colaboración de Pasquale Foresi.

Cultura El desafío de superar el dualismo Sociedad Mamás en tiempos de Covid

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Sociedad El “modelo Amazon”, nuestro posible futuro Entrevista Antes del matrimonio

Administración y redacción - Paraguay Independencia Nacional 1076 Asunción Teléfono: (021) 45 13 68 ciudadnueva@focolar.org.uy

Internacional Táctica sin estrategia

Presidente: Santiago Mampel Director de redacción: Silvano Malini

Zona de diálogo Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo”

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Cultura de la unidad Las preguntas de Dios Palabra de Vida Junio2021 “Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios permanece en él”

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Todos hermanos Pensar y generar un mundo abierto 15 Violencia intrafamiliar 28 Arte & espectáculo

Espiritualidad Hacia una nueva humanidad

Fotos de tapa: Pixabay

Ciudad nueva - Junio 2021

También en:

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Ciudad nueva

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Vida sana Correo electrónico con “e” de eco

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Redactor responsable: Dr. Raúl Gamarra Santa Cruz Pablo de María 1032, Montevideo rgamarrasantacruz@gmail.com Registro M.E.C. Nº 1923 No contribuyente

Los contenidos textuales pueden reproducirse total o parcialmente citando la fuente: Ciudad nueva. Este número se cerró el 31 de mayo de 2021.

Focolares Formando empresarios de comunión

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Palabra vivida Donde haya alguien a quien amar

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Editorial

Participación urgente y necesaria El concepto de cogobernanza es relativamente nuevo en nuestros países. Sin embargo, en otros, hace un tiempo es objeto de estudio por parte de investigadores, especialmente en el área de las ciencias políticas. Será el tema central de un congreso mundial promovido por el Movimiento de los Focolares que se realizará en octubre. Aunque el término en sí puede resultar extraño para algunos, cogobernanza se refiere a valores conocidos. Hablar de cogobernanza es hablar de un gobierno participativo (de un país, departamento, ciudad o incluso desde una organización), en el que todos los actores involucrados tienen algo que decir y hacer. Y se convierten en protagonistas, porque los mueve la convicción de que la fraternidad universal los une y los iguala en dignidad. Por actores, nos referimos no sólo a los líderes, sino a todas las personas involucradas. Como ciudadanos, conocemos nuestro compromiso de hacer nuestra parte para que la gestión de los asuntos públicos se realice de manera adecuada y justa. Muchos de nosotros incluso podemos sentirnos con la conciencia tranquila al respecto, porque creemos que estamos al día con nuestros compromisos con la sociedad. Puede ser. Pero si miramos a nuestro alrededor, nos veremos obligados a admitir que nuestra parte no ha sido suficiente. La crisis social, política, económica y de salud provocada por la pandemia del Covid-19 expuso aún más nuestras debilidades históricas como sociedad que, “en realidad”, hemos insistido en “barrer bajo la alfombra”. Por eso, la participación en los asuntos de interés público ha requerido actos generosos, comprometidos, incluso heroicos, como los que han hecho muchos profesionales de la salud y de la educación, solo por mencionar algunos de los

héroes que la lucha contra la pandemia ha puesto de manifiesto. La crisis sociopolítica generalizada exige más de cada uno de nosotros, aunque el esfuerzo que pide varía mucho de una persona a otra. (Sin duda, pide más a los menos vulnerables). Ante este complicado escenario, se necesita una participación más activa en el seguimiento y en el control a las autoridades públicas a todos los niveles. Sólo con participación es posible que la administración de las demandas, de las posiciones y de los distintos intereses en la sociedad, sea equilibrada y sea prioritario el servicio a los más vulnerables. La crisis en la participación pública —de características diferentes en cada país— que en términos generales ya era grave, en América Latina se ha agudizado. Ya casi ni llama la atención, por ejemplo, la desafección de los peruanos hacia la política. En las elecciones presidenciales de abril, uno de tres electores no fue a votar, y ningún candidato alcanzó siquiera el 20 % de los consensos. Es un caso emblemático: en el país andino, los últimos cinco presidentes de la República han sido condenados o indagados por la Justicia. En Paraguay, la pésima gestión gubernamental de la provisión de medicamentos y vacunas para hacer frente al Covid-19 ha desnudado completamente los vicios endémicos de la administración pública nacional y ha agotado la paciencia de los parientes de las personas infectadas. Eso ha llevado al ejercicio de la función de contralor de la ciudadanía por medio de protestas que han provocado la renuncia de cuatro ministros, y han logrado que las nuevas autoridades por lo menos se movilizaran con más decisión y celeridad.

Las posturas erráticas motivadas exclusivamente por intereses de poder indignan, y más cuando juegan literalmente con las vidas de millones de personas y provocan miles de muertes que se podían haber evitado. También indigna la irresponsabilidad de ciudadanos que con sus descuidos o su indiferencia provocan también muertes evitables. Esto evidencia aún más las carencias educativas de los hogares y de las escuelas, lo que a su vez demuestra que tampoco alcanzaría con tener una buena clase política. Por estas razones, la aplicación del concepto de cogobernanza nunca ha sido más pertinente y urgente. Se acabó el tiempo de relegar la tarea de gobernar sólo a los políticos. El caso chileno es un ejemplo de ello: la desigualdad de oportunidades provocó la necesidad de participación, y en junio 155 representantes elegidos del pueblo comenzarán a redactar una nueva Constitución. A medida que llevamos a cabo iniciativas de gestión más participativas, tenemos más oportunidades de hacer la diferencia y obtener resultados significativamente mejores. Para eso, todos debemos sacrificar un poco de nuestra comodidad, de nuestro egoísmo y de nuestra indiferencia, y ayudar a los otros a hacer lo mismo. Luis Henrique Marques y Silvano Malini Ciudad nueva - Junio 2021

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La columna de Gaspar Diálogo entre personas de diferentes convicciones

Acerca de

Enamorarse de la persona equivocada (I)

Finalizando el 2019, nos reunimos a escuchar temas de amor de Mina, la gran cantante italiana. Sin saberlo, nos estábamos preparando para el drama de amores desencontrados que se presentarían en el film La gaviota, basado en el texto clásico de Anton Chejov. Originalmente esta pieza se había estrenado en 1896 y aunque su primera puesta en escena en el estatal Teatro Aleksandrinski de San Petersburgo fue un fracaso rotundo, cuando Konstantín Stanislavski la dirigió en una posterior producción para el Teatro de Arte de Moscú, la obra triunfó. Y con el tiempo se convertiría en una de las joyas del arte ruso. La gaviota narra la historia de varios artistas que se reúnen en una casa de campo para descansar: Irina, actriz soberbia, tacaña y orgullosa; Boris Trigorin, escritor famoso y pareja de Irina; Konstantin Treplyov, hijo de Irina, aspirante a escritor, quien siempre ha luchado por la aprobación de su madre, y Nina Zarechnaya, hija de un terrateniente de la zona, enamorada de Konstantin y aspirante a actriz, que está dispuesta a dejarlo todo por cumplir su sueño.

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Esta es una obra donde poco acontece, por lo menos en el exterior, pero donde los sentimientos y reflexiones de los personajes van creando lentamente el desenlace. Chejov habla de amor, de arte, de melancolía, de aspiraciones, de cuestionamientos personales y de sueños irrealizables, de gente normal en sus rutinas. El texto es exquisito y muy bien representado por todos los actores. El film le imprime a la adaptación y a la acción una gran dinámica y poética. La película propone un espacio poco convencional, algo pequeño para semejante despliegue. La vestimenta es formidable y atractiva. El maquillaje y peinado también son muy adecuados a la época. Con una escenografía creativa e íntima, el espectador se sentirá partícipe de la obra. El montaje es rico: hay muchos primeros planos, virtuosas movidas de cámara y un toque muy propio de director de escena, que quiere dejar su impronta. Está muy presente el cello, que nos recibe y acompaña la obra, interpretado de manera impecable, lo que es fundamental para lograr una atmósfera que transportará al público al corazón del relato. En definitiva, es una historia de amores no correspondidos.

Como el resto de los dramas de Chéjov, La gaviota depende de un bien formado elenco de diferentes y bien desarrollados personajes. En oposición a muchos melodramas teatrales del siglo XIX, acciones escabrosas como el intento de suicidio de Tréplev suceden tras bastidores. Los personajes tienden a hablar en circunloquios alrededor de un tema en lugar de discutirlo expresamente —una técnica conocida como “subtexto”—. Finalmente, los personajes de La gaviota están insatisfechos con sus vidas. Algunos desean amor. Algunos desean el éxito. Algunos desean genio artístico. Sin embargo, nadie parece alcanzar la felicidad.

grupogaspar@gmail.com

*Valoración: Cinedebate

(3.89)

(Cinedebate del 07/12/19) Próxima columna: “Enamorarse de la persona equivocada (II)”.


Mens sana

Pedagogía Educo.org

El valor de compartir desde pequeños

Yulia Matvienko Unsplash

Compartir es el acto de dar, sin esperar nada a cambio, sólo por el placer de hacer feliz a otra persona. Sin duda, se trata de una habilidad social fundamental para las niñas y los niños. Sin embargo, como bien ya dijimos, todos sabemos que compartir en la teoría es una cosa y en la práctica, otra. ¿Te ha pasado alguna vez escuchar a tu hijo gritar “¡es mío!” y, acto seguido, empujar a otro niño? Se trata de un comportamiento totalmente normal y ¡súper habitual! Esto no significa que debamos pasarlo por alto y dejar que el niño haga lo que quiera. Hay que considerar que las niñas y niños pequeños (menores de 4 años) en general no comprenden exactamente qué significa compartir.

Muchas veces incluso llegan a pensar que si le dan un juguete a otro niño, éste no se lo devolverá. Y seamos sinceros: ¿cuántas veces sucede que el niño que ha recibido el juguete prestado se niega a devolverlo y monta una rabieta? Con cuatro o cinco años, los niños tienen la capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender la ida y vuelta del compartir. Es en ese momento, cuando debemos fomentar esta actitud. ¿Cómo enseñársela? Te ofrecemos algunos consejos: - Conversa con tu hijo. Dependiendo de su edad, podrás dar una mayor o menor explicación. Ten en cuenta que los niños pequeños no entenderán el

concepto de compartir ni sus implicaciones. Solamente dile que es lindo hacerlo y aliéntalo a compartir. Con los niños mayores ya puedes hablar sobre ponerse en el lugar del otro, sobre los sentimientos del otro niño o persona y adentrarte un poco en las implicaciones más profundas del compartir. - No te frustres. Es importante que no vivas el proceso con frustración. Aprender a compartir es un proceso largo, con retrocesos normales. ¡Ten paciencia! - No castigues. El camino para que tu hijo aprenda a compartir se basa en recompensas personales, no en castigos. - Evita las etiquetas. Decirle a un niño que es egoísta no ayudará a que comparta. Las etiquetas lejos de ayudar, empeoran la situación. Si repites a tu hijo que es egoísta, terminará creyéndolo y ¡eso es lo que deseas evitar! - Fomenta la empatía. Ayudando a tu hijo a entender los sentimientos y realidades de quienes lo rodean, podrás fomentar también el valor de compartir. - Favorece las reuniones en grupo. La manera de aprender para los niños es siempre lúdica ¡y práctica! Expón a tu hijo a reuniones con más niños (si hay niños mayores que ya sepan compartir, aún mejor). A través de la práctica y la imitación, tu pequeño aprenderá a compartir. - Da el ejemplo. ¡No puedes pretender que tu hijo comparta si tú no lo haces! Recuerda que eres el espejo en el que se miran tus hijos. - Participa de actividades solidarias. Comparte con otros un poquito de lo que tienes y haz a tu hijo partícipe de la situación. Explica a tus hijos que otros niños no tienen los mismos privilegios que ellos y que todos podemos poner un granito de arena para ayudarlos y cambiar su situación presente ¡y futura! Compartir es un valor fundamental que viene de la mano de otros valores troncales de la sociedad. Extracto del artículo titulado 8 consejos para enseñar a los niños a compartir gracias a las madres y a las mujeres, publicado en la página web de la ONG Educo.org. Ciudad nueva - Junio 2021

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Cultura

Psicología y fe / 1 Osvaldo De Piero*

El desafío de superar el dualismo Lo inmanente y lo trascendente son dos realidades de la persona humana, vastas y diversas. Ocupan establecimientos educativos separados y atañen a situaciones de vida que buscan diferenciarse, pero pertenecen al mismo sujeto

Intentaré presentar, después de algunas precisiones, los nudos conflictivos de “encuentros y prejuicios” entre estas dos realidades que atañen a la persona. Podríamos considerar como nacimiento de la psicología en tanto ciencia la fundación del primer laboratorio experimental del área, por Wilhelm Wundt (1879). No obstante su historia reciente, esta disciplina tiene un largo pasado. Desde hace muchos siglos, filósofos y teólogos incursionaban en ella. Luchó por ser aceptada en la comunidad científica, logro obtenido no obstante la calificación del conocido epistemólogo argentino-canadiense Mario Bunge (fallecido en 2020): “En las facultades de psicología, lo que se enseña es brujería”. Después nacieron mu-

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chas escuelas, pero más allá de éstas, todos tenemos una psiquis, y la tarea de lidiar con ella. Si habitualmente en la psicología prevalece la inmanencia como punto de referencia, la fe tiene en la trascendencia su fundamento. “Yo no creo en los curas”, me decía un joven. ¡Cierto! Teológicamente esto no tiene sustento (a lo sumo sí con significado moral), ya que el único objeto de la fe es Dios. La fe tiene en Él su única fuente, aparece como realidad inédita con Jesucristo, no puede estar en contradicción con la ciencia y a la vez es respuesta del hombre como posibilidad, ya que el “deseo de Dios” está inscrito en su corazón1. No debe confundirse con las creencias religiosas, aunque puede generarlas; éstas son como “sistemas de referencia parcialmente controlables, totalizadores, científicamente inasequibles” (lo que no implica falsedad)2. La fe tiene implicación personal, alberga la relación entre Dios y el hombre, es bilateral, reconocida, aceptada y deseada. Dios es reconocido de un modo real e inmediato, pero no objetivable. Las creencias retienen y fijan culturalmente; la fe interpela. Es la que da respuesta al sentido de la vida, su dirección y finalidad. La psicología libra de los condicionamientos, la fe propone qué hacer con la libertad obtenida. Implica adhesión intencional (del interlocutor y su contenido), asunción afectiva (integración teologal) y radicación existencial (es totalizante).

Críticas recíprocas y acercamiento mutuo Hasta aquí, todo parece bien: dos realidades diferentes, con finalidad, objeto y método propio, que podrían convivir en la misma experiencia humana sin mayores sobresaltos. Pero desde la aparición del psicoanálisis, los vínculos entre psicología y fe (particularmente en la configuración religiosa que tenemos de ella) se tornaron problemáticos. Fuertes críticas recíprocas, recelos, descalificaciones, que continúan hasta el día de hoy. Ciertamente mucho se ha conciliado y esclarecido, firmes creyentes acuden sin prurito a la terapia del diván y prestigiosos psicoanalistas profesan la fe de algún modo explícito. Sin embargo el recelo continúa, la falta de formación, mutuo conocimiento y experiencia no ayudan aún a tener una convivencia fructuosa. Freud desencadenó un torbellino para la época (que sumó la suya a las llamadas “heridas narcisistas” de la humanidad: el inconsciente, el hombre no es tan dueño y libre de sus actos; Copérnico: no somos el centro del cosmos; Darwin: estamos más emparentados de lo que parecía con los animales). Freud se apoya en la tesis de que la cultura impone al hombre la renuncia pulsional, de manera intolerable en muchos casos. La religión, dentro de la cultura, sigue el curso de nuestros deseos, a través de la ilusión que nos salva de la “indefensión”, nos reconcilia con la crueldad del destino y nos com-


pensa frente a las privaciones impuestas por la civilización; predice un nuevo estadio de la humanidad, donde el control del mundo pulsional deberá lograrse a través del advenimiento de la razón y de la ciencia para “abandonar el cielo a los gorriones y los ángeles”. El tema religioso casi transversaliza gran parte de sus obras —muchos escritos son dedicados en exclusiva— pero hay uno (El porvenir de una ilusión) que al ser leído por un gran amigo suyo produce un punto de unidad y encuentro, sólo como semilla, y da el puntapié necesario para el acercamiento (¿reencuentro?) entre psicología y fe. El pastor luterano Oskar

Pfister, de Zúrich, entrañable amigo de Freud, después de leer la citada publicación escribe La ilusión de un porvenir, y se lo envía con una carta adjunta: “Si tengo en cuenta que usted es mucho mejor y más profundo que su ateísmo, y yo peor y más superficial que mi fe, no tiene por qué interponerse un abismo tan tremendo...”, “Este mundo sin templos, sin arte, sin poesía, sin religión es a mi modo de ver una isla del demonio”. Muy crítico de esta disciplina, Pfister ve al mismo tiempo una gran posibilidad para superar esa incapacidad de la vieja teología, abstracta y escolástica, para responder a las angustias del hom-

bre moderno. Buscador de concordia e ingenuo, poco después se hace presente en la casa de Freud, ateo y pesimista radical. Nunca pudieron conciliar las diferencias, pero la amistad siguió de por vida. Este encuentro se puede considerar como el primero entre fe y psicoanálisis, una historia que continúa3. (continuará) *El autor es sacerdote y psicólogo. 1

Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 27, 153, 159. Cencillo L. Psicología de la fe, Salamanca (1997). 3 Morano, C. D. Apertura del año académico. Facultad de Teología, Granada, 2000.

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Sociedad

Impactos desiguales Sara Fornaro (desde Italia) y redacción

Mamás en tiempos de Covid Las familias están resistiendo también gracias a las madres y a las mujeres que cuidan a los niños y a las personas más frágiles, a costa de no pocos sacrificios

Keira Burton - Pexels

Valeria expuso su tesis de grado por videoconferencia hace unos días, desde la habitación del hospital donde está internado su hijo de un año y medio. Carla fue al psicólogo con su esposo. Pensaban que eran buenos padres pero, al quedarse en casa durante la cuarentena con su único hijo, después de constantes peleas decidieron pedir ayuda. En la ciudad de Forlì, frente a un quiosco, los clientes encontraron el cartel: “Silencio, estoy en la escuela”. Lo escribió el pequeño Eduardo, quien seguía la educación a distancia mientras su madre trabajaba. Mimma no ve a su hija desde hace meses. La niña tiene serios problemas y no puede encontrarla. En casa con ella está su hijo mayor, que es autista. Giulia, en cambio, trató de cuidar a los padres ancianos “desde la distancia”, dejando las compras y las medicinas fuera de la casa, haciendo largas video llamadas y tra-

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tando de estar cerca de ellos de alguna manera. Son historias de madres, historias de familias. Historias de dificultad, resiliencia y “heroísmo común” vividas en la época del Covid. “Las familias —escribió la socióloga Carla Collicelli, miembro del Consejo Científico del Atrio de los Gentiles, en el texto Pandemia y resiliencia del Consejo Nacional de las Investigaciones de Italia (CNR por su sigla en italiano)— están en gran dificultad, tanto donde padres cultural y económicamente equipados han transformado la casa en una escuela y un patio de recreo, como donde los escasos recursos han dado lugar a situaciones difíciles, con riesgo de repercusiones en el equilibrio psicológico y social de los sujetos más débiles”. Como las madres primerizas, según dos estudios de la Universidad de Granada, las que dieron a luz durante la pandemia sufrieron un estrés severo, lo que

resultó en un aumento del 15 % en los síntomas de depresión posparto. En cuanto al empleo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2020 se perdió el 8,8 % de las horas de trabajo globales, lo que equivale a 255 millones de puestos de trabajo. En el 71 % de los casos, el trabajo se perdió por inactividad, es decir, por la imposibilidad de hacerlo, debido a las medidas restrictivas tomadas a raíz de la pandemia. En esta situación, fueron las mujeres las que más perdieron (-5 % con respecto a los hombres), y especialmente las jefas de hogar. En Paraguay, el 16,4 % de las mujeres perdió el empleo frente al 3,9 % de los hombres (datos del Banco Mundial de octubre que confirman la tendencia de los de mayo y de agosto). Francesca, madre de dos hijos, trabaja a distancia, mientras su marido lo hace presencialmente. Dice: “Como persona me siento aniquilada. Trabajo sola todo el día. Cuando los niños regresan, ya no puedo distinguir entre el trabajo, sus tareas y mis otras actividades. Me parece que ya no tengo vida”. Según datos del Banco Mundial, antes de la pandemia las mujeres uruguayas dedicaban el 20 % de su tiempo al trabajo no remunerado, frente al 8,4 % que utilizaban los hombres, mientras en Paraguay, las mujeres ocupaban el 61 % de cada día a esas tareas y los hombres, el 25 %. Esta carga aumentó con la pandemia, con muchas madres que tuvieron que dejar el trabajo o reducirlo considerablemente para cuidar a los miembros frágiles de la familia. Y el teletrabajo, que ayudó y mucho, corre el riesgo de convertirse en una trampa, tanto es así que las Comisiones de Trabajo y Asuntos Sociales de la Cámara de Diputados italiana han reconocido “el derecho a la desconexión para la trabajadora y el trabajador


que realizan sus actividades de forma digital”, en el respeto del cumplimiento de los acuerdos laborales. Durante la cuarentena, con escuelas y servicios cerrados, se agudizaron los inconvenientes para las mujeres con hijos menores de 15 años. Pero, como explica Graziella Bertocchi, profesora de Economía en la Universidad de Módena y Reggio Emilia y presidente del Instituto Einaudi para la Economía y la Finanza, en el mundo del trabajo las dificultades para las mujeres —y para las madres en particular— ya estaban muy presentes antes de la pandemia, con “una brecha salarial mayor que en los demás países europeos y menos participación en el trabajo que los hombres y diferencias similares dentro de la familia”, en lo que respecta al cuidado de niños y ancianos y las tareas diarias. “Antes de la pandemia —aclara Bertocchi— la mujer se encontraba en una condición desfavorable, lo que representaba una desventaja para toda la sociedad y la economía en su conjunto, pues se perdía el aporte de más de la mitad de la población”. El Covid-19 tuvo efectos diferenciados por género muy diferentes en comparación con las crisis económicas anteriores, durante las cuales hubo una disminución mucho más marcada en el empleo de los hombres respecto al de las mujeres. “La novedad de esta crisis económica —subraya Bertocchi— es que en cambio son las mujeres las que pagan un precio más alto en el lugar de trabajo, porque están más representadas en los sectores más afectados por la pandemia” (enfermeras y docentes en particular, y más si son madres). Novedades también en la división de roles en la familia. “En Italia —agrega la presidente del Instituto Einaudi— las escuelas han estado cerradas más tiempo que en otros países y esto ha aumentado la carga de trabajo dentro de las familias que tenían niños obligados a seguir lecciones desde casa. Este fenómeno se ha estudiado y se ha visto cómo, en una situación ya desequilibrada, la carga de las madres ha aumentado aún más”. Una consecuencia que no es inevitable, ya que en otros países este deterioro no se ha producido. “Podríamos haber

Ketut Subiyanto - Pexels

esperado más colaboración por parte de los papás, pero esto no sucedió. Con datos más depurados, podemos ver un aumento en la colaboración de los papás —precisa la profesora Bertocchi—, pero no en el cuidado de los hijos”. La consecuencia fue que muchas mujeres decidieron dejar sus trabajos porque ya no conseguían desempeñar el doble rol. Una tendencia que debe revertirse lo antes posible, aunque no va a ser fácil. “El mercado laboral italiano no es muy flexible: si una mujer se retira en esta fase de emergencia del trabajo, no está dicho que pueda volver cuando termine la pandemia”. Lo mismo se puede decir de Paraguay y de Uruguay. En estos países, además, hay que sumar el importante incremento de la violencia de género registrado en la cuarentena. En los primeros dos meses de la llegada de la pandemia, las llamadas telefónicas de denuncia crecieron un 50 % en Paraguay y el 80 % en Uruguay. El de la desigualdad de oportunidades laborales es un fenómeno que corremos el riesgo de llevar con nosotros durante años, y es por esto que la docente enfatiza la necesidad de intervenciones cada vez más incisivas por parte de las instituciones respecto al incremento de la oferta de servicios para la infancia, que es, comenta Bertocchi, “la primera forma de apoyar a las mujeres en esta lucha desigual contra los efectos económicos de la pandemia en el trabajo y en el hogar”. La psicóloga Claudia Manzi y la socióloga

Sara Mazzucchelli, de la Universidad Católica de Milán, autoras del libro Familia y trabajo: entrelazamientos posibles, sugieren en el diario Il Sole 24 ore dejar de ver a las mujeres y a las madres sólo como “hogares de la familia” o sólo como trabajadoras. “Una mujer en Italia hoy no debería sentir que tiene que ‘sacrificar’ su vida extra laboral para mantener un trabajo y, a la inversa, no debería sentirse culpable por dedicarse a un desarrollo profesional si tiene una familia”. Y si Gigi De Palo, presidente del Foro de Asociaciones Familiares, escribió en el diario Leggo que “Italia es el último país de Europa por tiempo medio diario de un padre con un hijo, calculado en tan solo 13 minutos”, se puede entender —naturalmente sin generalizar— cuánto pesan las cargas familiares sobre las madres. Sin embargo, a pesar del aislamiento, de la soledad, quehaceres domésticos y “caos interior y emocional”, las mujeres a menudo han sido el “pegamento” que ha mantenido unidas a las familias. Pese a todo, la pandemia nos permitió redescubrir la centralidad de la familia y aumentó el tiempo total que los padres pasan con sus hijos. Ahora, todos tendrán que trabajar para garantizar un acceso más equilibrado al mundo del trabajo, a todos los niveles, y una mejor gestión de los deberes familiares, para hacer que nuestros países sean “aptos para mujeres, hombres y familias”, sin aplastar a nadie bajo el peso de las responsabilidades. Ciudad nueva - Junio 2021

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Sociedad

La nueva economía Carlo Cefaloni (desde Italia)

El “modelo Amazon”, nuestro posible futuro Preocupan las consecuencias para la sociedad entera de cierto modelo de economía en ascenso

En nuestras ciudades desertificadas por el coronavirus asistimos al rápido flujo de deliveries y repartidores comprometidos con la entrega de los productos pedidos con un clic de celular. Cada vez más, se trata de paquetes con el logo sonriente de Amazon, empresa de comercio online fundada en 1994 por el ingeniero Jeff Bezos en Seattle, Estados Unidos, a raíz de una genial idea que le permitió convertirse en 2021, según el ranking Forbes, en el hombre más rico del mundo. Todo empezó, como en el caso de Microsoft, de Bill Gates, en el famoso garaje transformado en taller. En un spot vemos a una mujer que, gracias a Amazon, capitanea una flota de camionetas ecológicas que entregan paquetes en los estrechos callejones de los hermosos pueblos italianos.

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Se trata del último tramo de un camino que, por otro lado, necesita de enormes almacenes a donde pueda llegar la mercadería que luego será empaquetada y enviada al consumidor en el menor tiempo posible. Amazon explica en su web que su logística está compuesta por centros de distribución “de aproximadamente 75 mil m², donde trabajan más de mil empleados” para la distribución de mercancías de pequeñas y medianas dimensiones. Para objetos más grandes, existen “centros de distribución de mercadería no clasificable” que “pueden alcanzar los 100 mil m2 y emplear a más de 600 trabajadores”. Existen, además, los centros y depósitos de clasificación, más pequeños, donde los repartidores reciben los paquetes para entregar. Todo está pen-

sado para funcionar en tiempo récord, gracias al uso de robots y estandarizando al minuto el trabajo en los almacenes y el de los repartidores. Es una organización científica regida por un mecanismo, el algoritmo, que se comunica con el trabajador a través del celular para asignar, por ejemplo, el número de paquetes diarios a distribuir según el itinerario planificado. En los almacenes el control de los empleados es estricto, también por razones de seguridad. Éstos deben respetar y continuamente mejorar férreos tiempos operacionales. El éxito de Amazon se explica por el hecho de que decide construir sus enormes almacenes en lugares deprimidos, como en el caso de Estados Unidos, donde ha desaparecido la clase media de las grandes fábricas que han cerrado para trasladarse al exterior. Es que se ha derrumbado el mito del obrero que podía comprarse una casa, un auto y enviar a sus hijos a la universidad. El expresidente Obama y señora financiaron un documental, American Factory, sobre la historia de un multimillonario chino que devuelve el trabajo a una ciudad empobrecida de Ohio que fue fabril mientras, detrás de las sonrisas, impone condiciones dignas de un estado totalitario. Y todo pasa porque, en Estados Unidos, los sindicatos sólo resisten en algunos sectores, pues, por ley, no pueden ingresar a las empresas sin un referéndum favorable entre los propios empleados. Una evidente paradoja, para un país donde los levantamientos obreros de Chicago por la conquista de las 8 horas de trabajo diario, en 1866, fueron el origen de la fiesta del 1 de mayo (que no existe en Estados Unidos). Los sindica-


Una peligrosa concentración de poder El centro de estudios Luigi Einaudi de Turín es responsable de un proyecto de investigación, coordinado por el profesor Pietro Terna, sobre la estrategia de Bezos de “construir un monopolio” que escapa “al control de la legislación actual sobre la competencia”. Bezos logró en poco tiempo conquistar una posición dominante en el mercado del comercio online enfocándose en precios bajos capaces de eliminar competidores. Como explica el investigador Daniele Ravasi, “los inversores de Amazon no compran acciones por una

tos se establecieron en la gran industria Ford sólo después de los violentos enfrentamientos de 1941 en Detroit. Martin Luther King fue asesinado en 1968 en Memphis, donde había ido a apoyar la huelga de los recolectores de basura sabiendo que no era suficiente para ganar los derechos de los negros sin democracia social. Hoy Bezos, un liberal atento a los derechos civiles y crítico hacia Trump, se opone abiertamente a la presencia del sindicato en sus empresas. En marzo de 2021, ganó el referéndum interno entre los 6.000 empleados del almacén de Bessemer, en Alabama, uno de los estados con mayor población negra y pobre de Estados Unidos. Se enfrentó al sindicato Rwdsu dirigido por Stuart Appelbaum, miembro del Jewish Labour Committee (Comité Laboral Judío) quien comparó esta lucha desigual con la historia bíblica de la liberación de pueblo judío de la esclavitud del faraón de Egipto. En este caso, incluso el apoyo del propio presidente de Estados Unidos fue inútil. Joe Biden y todo el Congreso saben que se enfrentan a un poder que ya no pueden controlar, debido a la ineficacia de las leyes antimonopolio (ver recuadro) y a la falta de una ley que imponga la presencia de representantes de los

distribución de beneficios a corto plazo, sino por la posibilidad de poseer una parte del futuro monopolista” que puede decidir las reglas del juego. El crecimiento de los consumidores que recurren a Amazon “empuja (de hecho, obliga) a aquellos que quieren vender en línea a convertirse en revendedores de Amazon” aceptando sus condiciones. Es un “paraíso para los consumidores, pero un infierno para los vendedores”. Para no hablar de los trabajadores. Otros estudios señalan, sin embargo, que muchas empresas pueden expandir sus ventas

trabajadores. En Italia, donde ha invertido desde 2010 unos 5.600 billones de euros en más de 40 ciudades grandes y pequeñas, para generar 9.500 puestos de trabajo más los 15.000 repartidores de empresas formalmente externas (pero que en el portero eléctrico responden “Amazon”), cuenta Marino Massuci, secretario de transporte de la región Lacio de la confederación sindical CISL, que cuando fue por primera vez a un almacén con 1.600 empleados en Passo Corese, en la provincia de Rieti, en-

gracias a Amazon. Todo depende del porcentaje de ganancias (del 15 al 50 %) solicitado por Amazon, que entre otras cosas, adquiere un conocimiento generalizado de los datos que puede explotar a su criterio. De hecho, muchos productos ahora llevan su marca. Según el profesor Terna, “en juego hay mucho más que la economía” cuando, “como individuos, nos convertimos en usuarios casi automatizados de un solo vendedor”. Es un peligro para la democracia misma, como ha señalado un informe de la Comisión de Justicia del Senado de Estados Unidos.

contró a personas intimidadas y que no querían hablar. Allí los afiliados al sindicato son minoría, pero el 22 de marzo organizaron un paro nacional contra una forma de organización laboral insostenible. Algo que sería inconcebible si fuera válido el criterio del referéndum vigente en EE.UU. y no el Estatuto de los Trabajadores italiano. Son dos modelos alternativos e incompatibles de democracia económica que configuran el presente y el futuro de todos nosotros.

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Entrevista

Opciones decisivas Giulio Meazzini (desde Italia)

Antes del matrimonio Voluntad, proyectos, conocimiento de sí mismo y del otro. Entrevista a la abogada rotal, Francesca Squarcia, quien acompaña a personas que procuran el reconocimiento de la nulidad de su matrimonio religioso católico -¿Cómo puedo saber si seré capaz de dejar espacio al otro? Planteándome tres preguntas. La primera es: ¿el matrimonio es algo bueno para mi vida, para el que soy como resultado de las experiencias vividas hasta ahora? La segunda: ¿encontré a la persona adecuada para compartir un proyecto conmigo? Finalmente: ¿qué queremos lograr?, ¿tenemos un proyecto? Tengo que responder las tres preguntas antes de llegar a la boda.

Francesca Squarcia es abogada de la Rota (tribunal de la Santa Sede) en las causas de nulidad matrimonial ante el Vicariato (“diócesis”) de Roma. Es autora del libro L’amore basta? (“¿Es suficiente el amor?”). -¿Cómo es la formación para convertirse en abogado rotal? Después de mis estudios jurídicos comunes, tuve un embarazo difícil que me obligó a llevar una vida más resguardada. En ese momento, por consejo de un sacerdote, participé en algunas lecciones de derecho canónico. Me apasioné, cursé un doctorado y luego los estudios en el tribunal de la Rota romana. Finalmente lo elegí como profesión. -¿En qué consiste? Acompaño a personas separadas o divorciadas en un camino de discernimiento personal. Llevamos a la atención de la Iglesia las dinámicas de su matrimonio para someterlas a juicio. Pero no se trata tanto de aplicar reglas como de llevar a las personas a un mayor conocimiento de sí mismas y de su experiencia.

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-¿No es suficiente amarse para decidir casarse? No. Los problemas de hoy son principalmente dos: la emotividad con la que se enfrentan las elecciones conyugales y la falta de planificación. El matrimonio se concibe como un sentimiento, se confía en las emociones que nos provoca el otro, se está bien mientras se está bien, pero luego no se sabe afrontar las primeras dificultades. -¿Qué se necesitaría, en cambio? Se necesita voluntad, compromiso, conocimiento de uno mismo, del otro y de lo que se está realizando juntos. El tiempo por sí solo no resuelve problemas. Antes de casarme tengo que saber a quién estoy por acoger en mi vida. En cambio, los jóvenes a menudo viven la vida de a dos como la satisfacción de sus necesidades. El matrimonio se convierte en una extensión de mí, que sigo viviendo mis necesidades y mis problemas. Pero la relación con el otro no durará si se confía únicamente a la espontaneidad.

-¿No es suficiente vivir juntos? No, no es suficiente experimentar la vida juntos. Debemos confrontarnos, decir quién soy y conocer quién es el otro, razonar acerca de lo que queremos hacer con nuestra relación. Hay parejas que, tras la nulidad, celebran un segundo matrimonio sin haber afrontado este camino. Caen inexorablemente en los mismos errores. La convivencia, de hecho, no resuelve los problemas que no se afrontan… -En un libro que escribió, habla de un inútil “recurso de la esperanza”. ¿A qué se refiere exactamente? Cuando no quiero abordar un problema o no sé por dónde empezar, espero que la situación cambie en el futuro. Es el último recurso, que sólo indica la incapacidad de abordar el problema enseguida. Es una forma de posponerlo, con todos los riesgos que eso conlleva. Si las cosas no se solucionan hoy, mañana podría ser mucho más difícil. -¿Responder a ciertas preguntas juntos hace madurar a la pareja? Sí, sobre todo si pensamos que con el matrimonio me tomo la responsabilidad de vivir al lado de otra persona, de aco-


gerla para hacerla feliz, vivir con ella, valorar lo que es, hacerla mejor. Y también de abrirme con ella para tener un hijo y mantenerme fiel a ella para siempre, exclusivamente. -¿Es importante la fidelidad? La fidelidad testimonia la voluntad de amar a una persona. De hecho, la tentación de escapar del compromiso matrimonial puede surgir por muchos motivos, no sólo los relacionados al enamoramiento de otra persona. Ciertos momentos difíciles sólo se pueden superar si la fidelidad se convierte en voluntad de amar. Entre otras cosas, un matrimonio duradero lleva a superarse a sí mismos, permite la maduración de la pareja, permite crecer saboreando juntos la vida y la novedad que aportan los hijos. Es una elección existencial que cambia la calidad de vida, con la dimensión de don y de la apertura. -¿También es importante para la sociedad? Un matrimonio logrado, una pareja estable y feliz es un gran recurso para la sociedad civil. Las familias armoniosas se convierten en protagonistas del progreso social. En estos contextos, los niños crecen amados y se les ayuda a desarrollarse. Un amor que se reduce sólo a la satisfacción mutua, está destinado a desvanecerse con el tiempo. -¿Es el matrimonio un camino a la felicidad? El secreto de la felicidad no está en elegir a la mejor persona según uno se la imagina. Es necesario, en cambio, conocer enseguida los límites del otro, para poder gustar lo que te puede dar. Esto te hará feliz, sin pretensiones que crean ilusiones y se convierten en tensiones lacerantes.

ferente del de los demás, porque la gracia debe descansar sobre una naturaleza sana, sobre una pareja madura que ha afrontado los retos antes mencionados. Sólo si se apoya en una humanidad madura, la gracia puede dar sus frutos. También porque los desafíos que habrá que afrontar en el matrimonio no se conocen de antemano. -Hay quienes critican la “vía de escape para ricos” que concede la Rota con la nulidad... Desde el pontificado de Juan Pablo II, la nulidad ya no es sólo una posibilidad para los ricos. Gracias a la figura del “patrono estable”, la Iglesia ofrece a cualquier fiel, casi gratuitamente, la posibilidad de discernir el propio estado de vida. No es una salida, sino un principio de justicia: el matrimonio es un sacramento indisoluble y, como tal, necesita presupuestos concretos sobre los que sustentarse, por lo cual, ante problemas graves se ofrece la posibilidad de no acabar en el martirio. Las situaciones son variadas: hay quienes ponen reservas al vínculo, quienes no quieren hijos, quienes no quieren permanecer fieles. También existen patologías psiquiátricas, adicciones al alcohol y a otras drogas, situaciones extremas que hacen difícil una vida matrimonial. No pueden considerarse vías de escape. Son actos de justicia.

-¿Cuál es el plus del matrimonio religioso? La gracia del sacramento.

-Siempre es posible mentir y engañar a la Rota… En los tribunales intentamos reducir este riesgo, utilizando varios métodos para cerciorarse acerca de la credibilidad de una persona. Pero al final todo queda a la conciencia de quienes se dirigen a la Iglesia. En los casos de conflictividad, el procedimiento es delicado porque las versiones de los hechos son opuestas. En cambio, cuando la pareja llega a la Rota después de un buen discernimiento, la situación se recompone con mayor facilidad.

-Pero también los cónyuges cristianos se separan... Sí. De hecho, el camino hacia el matrimonio sacramental no puede ser di-

-¿Cuánto tiempo suele durar un proceso? El proceso ordinario puede durar aproximadamente un año.

-¿Quién está involucrado en el proceso? Un abogado, un juez (generalmente un sacerdote, pero puede ser un laico), el defensor del vínculo (la parte pública) y un notario durante la fase investigativa. Para las problemáticas psicológicas, se puede solicitar la ayuda de un perito. La parte llamada a juicio también puede defenderse. La decisión final la toma un tribunal de tres jueces, no necesariamente todos sacerdotes. -¿Cuáles son las características indispensables para que un matrimonio se defina cristiano? Cuidar de la otra persona, sentirse responsables de su bienestar psicofísico, abrirse a la descendencia, comprometerse a la fidelidad recíproca y a construir el amor todos los días, para toda la vida. -Si uno de los dos no es católico, ¿qué pasa? El matrimonio cristiano es un vínculo natural, es parte de la naturaleza del hombre vivir en un contexto familiar. Sin embargo, es necesario distinguir el matrimonio entre católicos bautizados —aunque uno de los dos sea un no creyente— del matrimonio entre un bautizado y un no bautizado. Dado que estos últimos suelen ser portadores de valores distintos de los católicos, la integración entre los cónyuges puede resultar difícil. El choque a menudo no es tanto religioso como cultural. Otra cosa son dos bautizados, uno de los cuales no cree. En ese caso, con frecuencia las dificultades están relacionadas con la educación de los hijos. Estos son casos difundidos, que merecerían una evaluación cuidadosa antes del matrimonio. -A pesar de los problemas a los que se enfrenta en su profesión de abogada rotal, usted insiste en que el matrimonio es algo bueno... Lo que recibí gratuitamente de mi esposo y de mis hijos, incluso en las dificultades, es incomparable respecto a lo que hubiera logrado sola con mis certezas, en mi orden y en mi tranquilidad. Ciudad nueva - Junio 2021

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Otra mirada

Gebé y Doblevé

Novedad______________________

“América en diálogo”, los podcast de Ciudad nueva A partir del 19 de mayo, cada miércoles las ediciones de América Latina y el Caribe de Ciudad nueva pondrán a disposición del público una serie de micros radiales semanales (podcast), para seguir difundiendo el carisma de la unidad a través de nuevos medios. El primer podcast, producido por Ciudad nueva Uruguay-Paraguay, trata de ecología y ecoturismo. Los capítulos será alojados en la plataforma Anchor y se podrán escuchar por Spotify y además de nuestra página web. En ellos, hablaremos de los temas urgentes de América Latina como la paz, los derechos humanos, la sustentabilidad, la ecología integral y el diálogo para la fraternidad, desde la óptica del Evangelio y rescatando experiencias y buenas prácticas que surgen a lo largo y a lo ancho de la región. Impulsores de la iniciativa son las redacciones de Ciudad nueva de Argentina, de Colombia (edición andina-caribeña), y Uruguay-Paraguay y de Cidade Nova Brasil.

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Daniela Notarfonso*

Violencia intrafamiliar

“Siempre elijo al hombre equivocado” Ana llega a la entrevista en nuestra consejería familiar después de una larga lista de espera. Ya había venido en el pasado, cuando su familia de origen había necesitado apoyo por una crisis importante y también cuando ella misma, en su primer matrimonio, había solicitado la consejería de pareja. Cuando le pregunto por qué pide ayuda, se detiene un momento para reflexionar, luego dice: “Me gustaría entender por qué en mi vida de pareja siempre elijo parejas con problemas importantes. Mi exmarido, con quien conviví 14 años y con quien tuve dos hijas, era drogadicto, y con mi actual compañero hay muchos conflictos, que me hacen daño”. No le es fácil hablar, se ve que es algo que la hace sufrir. Poco a poco me cuenta lo que está viviendo y lentamente la situación va tomando forma: hace unos cuatro años que tiene una relación con un hombre, un profesional que vive en otra ciudad. Se ven unos pocos días por mes. La relación es bastante problemática: a menudo él se enoja, porque no comparte sus hábitos y sus métodos educativos. Cuando tiene esos excesos de ira, la trata mal, le grita, la denigra diciendo que no entiende nada, que es desordenada e incapaz y que él en su lugar sabría organizarse y hacer que sus hijas le obedezcan. A veces incluso le pone las manos encima. De vez en cuando se va, diciendo que su relación ha terminado, pero luego regresa. Recientemente, en medio de los gritos de una discusión, también le dijo que tarde o temprano la matará. El relato me alarma mucho, y le pregunto si lo ha denunciado, pero ella me contesta que nunca había pensado hacerlo. Ante mi insistencia al respecto, responde que nunca lo haría. Interpelada por mis otras preguntas, me habla de un hombre narci-

sista y más bien un peleador, que fue expulsado en varias ocasiones por estudios profesionales de los que era socio. Su exesposa lo dejó por su actitud autoritaria y autorreferencial. Me cuenta estas cosas tan graves casi sin expresión, con voz plana… De vez en cuando se seca una lágrima. Me impresiona descubrir ira en mí misma en lugar de compasión por lo que esta mujer vivió. Entiendo que hay dinámicas psicológicas muy profundas en juego y que será necesaria una psicoterapia. Sin embargo, es preciso ayudar a la señora a protegerse a sí misma y a sus hijas de un peligro que no parece tan improbable.

Cuando se trata de violencia intrafamiliar, en la base siempre existen relaciones complejas que se desarrollan y toman forma en tiempos largos, cuyas señales se manifiestan mucho antes de que ocurran los hechos más trágicos; lleva un tiempo desenredar estos enredos. Sin embargo, es prioritario que todos estén seguros, en primer lugar los más pequeños, y romper las cadenas que puedan llevar a gestos irreparables que lamentablemente, cada vez con más frecuencia, llenan las páginas de nuestros periódicos. * Médica especializada en bioética.

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Internacional

La política y la distribución de las vacunas Leidy Vargas y Pablo Mandrile*

Táctica sin estrategia Frente a la situación global en relación a la vacunación contra el Covid-19 de la población, resulta indispensable ampliar los marcos de reflexión política y ética para enfrentar un reto vital para la humanidad

Fernando Zhiminaicela - Pixabay

Cuando Antonio Guterres, secretario general de la ONU, denuncia que 10 países han cooptado el 75 % de las vacunas producidas en el mundo, el sentimiento que nos embarga a muchos es el de una profunda desilusión respecto del sistema político y la legislación internacional, los cuales parecen revelarse insuficientes o miopes ante el desafío vital que representa la pandemia de Covid-19. Las respuestas brindadas hasta el momento por la comunidad de naciones parecieran no estar a la altura del problema a afrontar, de manera especial en cuanto a la elaboración y distribución justa y equitativa de vacunas. Los acuerdos para las patentes de la Organización Mundial del Comercio 1994/2005, establece criterios base para la producción y distribución de estos fármacos (como de cualquier otro

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producto) se basa en principio que los “derechos de propiedad intelectual son derechos privados”. La mayoría de las fórmulas vacunatorias aprobadas hasta el momento han sido desarrolladas por laboratorios privados, que son los únicos propietarios de las patentes y, por lo tanto, los únicos autorizados a producirlos y a comercializarlos. Frente a la angustia y a la zozobra que provoca esta situación, se torna indispensable ampliar los marcos de reflexión política y ética habitualmente utilizados en el debate público, buscando nuevos conceptos y criterios, sabiamente realistas, para enfrentar este verdadero reto vital. Paradigmas obsoletos Tristemente asistimos durante los últimos meses a una verdadera carrera inmunológica entre Estados “soberanos” y

grandes empresas farmacéuticas (denominadas colectiva e informalmente Big Pharma) por la fabricación y/o aprovisionamiento de las ansiadas vacunas. Una lucha geo-sanitaria táctica —pero no estratégica— dominada por dos paradigmas de acción política que se revelan a todas luces obsoletos ante desafíos globales como la pandemia: el paradigma tecnocrático-economicista y el paradigma soberanista. En cuanto al primero, la carrera entre países por las vacunas pareciera obedecer exclusivamente a una lógica mercantil del tipo oferta-demanda, discurso tecnocrático-economicista al cual nos hemos acostumbrado en las últimas décadas que tácita o explícitamente relega o niega cualquier pensamiento o criterio de acción pública que no se oriente hacia la “eficacia” económica.


Por otra parte, uno de los conceptos más fuertemente cuestionados por el virus SARS-CoV-2 es el de fronteras estatales. La pandemia ha mostrado con descarnada crudeza lo insuficientes que pueden resultar las acciones netamente locales y ha evidenciado la imperiosa necesidad de acciones y dinámicas internacionales coordinadas que sepan conjugar de otra manera los ejes de distancia y tiempo, espacio y generaciones futuras. Ambos reduccionismos, además de no responder a la naturaleza global y transversal del problema (dejando en evidencia una verdadera crisis epistemológica1), se han agravado al convertirse las vacunas en verdaderos instrumentos de poder usados para la reconfiguración del escenario geopolítico mundial, donde las potencias disputan sus respectivas áreas de influencia. Frente a este escenario la incertidumbre se agrava al no reconocer institución o mecanismo internacional con el suficiente poder para gobernar estos eventos en favor de la humanidad. Pero tal vez, precisamente este vacío pueda favorecer un debate público tendiente a un imperioso salto cualitativo en el “cómo” las comunidades humanas se gobiernan y relacionan entre sí y con la casa común. Cooperar, la opción más realista (y efectiva) Cooperación y realismo político, términos que a priori parecieran antagónicos, se reclaman complementarios, quizás como nunca antes en la historia del género humano. Ya en mayo de 2020 un centenar de científicos, entre ellos varios premios Nobel, adhirieron a la iniciativa de la investigadora de neurociencias Catherine Belzung, firmando una solicitud de liberación de la patente para las vacunas (ver Cn de julio 2020, pág.7). Por su parte, el pasado 24 de febrero, el Comité Internacional de Bioética de la Unesco y la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología han emitido un pronunciamiento instando a que las vacunas se traten como un bien público mundial para ga-

rantizar que estén disponibles de forma equitativa en todos los países, y no solo para aquellos que hacen las ofertas más altas por ellas. En esta misma línea se inscriben también las reiteradas llamadas del Papa Francisco a promover esquemas de cooperación regidos por una ética acorde con un genuino internacionalismo de las vacunas, única forma de garantizar que todos tengan acceso a los tratamientos contra el coronavirus, especialmente las poblaciones y países más frágiles y marginales del sistema internacional. Como sostiene el politólogo argentino Andrés Malamud, la mejor estrategia para gestionar bienes “de red”, como son las vacunas, es la cooperación y no la competencia, pues esta clase de bienes suponen una ética del poder con otros: cuantas más personas los tienen, mejor para todos. Hacia una biopolítica del cuidado La crisis socio-sanitaria actual pareciera haber restituido a la política su núcleo fundante: la preservación y el cuidado

“No terminaremos con la pandemia en ningún lugar si no acabamos con ella en todas partes” Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general OMS

de la vida misma. De hecho, desde la disrupción generada por la pandemia asistimos a una profunda resignificación del concepto foucaultiano de biopolítica. Como sostiene el profesor y diplomático italiano Pasquale Ferrara, “el coronavirus ha producido un efecto directo e incisivo sobre la política. Por lo menos durante un tiempo esta ha dejado de referirse a cuestiones periféricas, procedimentales y tácticas, para centrar su atención en cuestiones verdaderamente estratégicas. La política siempre es biopolítica, porque puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”. De hecho, la disyuntiva central que enfrentamos como humanidad es de naturaleza civilizatoria: ¿qué priman, los derechos de tipo económico o una nueva ética política de la vida? Elecciones de tal envergadura exigen que la política haga nuevamente las cuentas con la condición humana. Y es dentro de este horizonte de sentido dentro del cual se debe enmarcar la urgente discusión por la redistribución equitativa de las vacunas contra el covid. 1

Epistemología: teoría de los fundamentos y métodos del conocimiento científico (Real Academia Española).

* Los autores son, respectivamente, docente de Filosofía política del Instituto Universitario Sophia de Loppiano (Italia) y politólogo y docente de la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires.

Hakan German

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Zona de diálogo

Capítulo 41

Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo”

Aaron Burden - Unsplash

Desde hace unos meses venimos publicando unas reflexiones de Jordi Illa, “amigo del diálogo” sin fe religiosa, en torno a la Palabra y su relación con lo espiritual y con la sabiduría. Es recomendable releer lo anterior para captar el alcance de las ideas que ahora se exponen. Espacio y tiempo en la Palabra. La Palabra no es patrimonio de una época o de una región particular, y ni siquiera de una religión. Esto está expresado de ma-

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nera muy precisa por Xavier Melloni — antropólogo, teólogo y fenomenólogo— en su libro Hacia un tiempo de síntesis, de donde cito: “Lo que hay en las religiones es sólo su inicio. Toda tradición ha escogido algunos escritos descartando otros y los ha depositado en un canon que se transmite de generación en generación. Esta delimitación es sabia y necesaria, pero tiene el peligro de quedarse estancada”. En la búsqueda de referentes, de seguridades, el hombre delega al pasado

lo que tendría que ser aventura y audacia. Así los textos sagrados tienen la tendencia a encerrarse herméticamente. Continúa Melloni: “De las tradiciones de los textos (judaísmo, islamismo, cristianismo) las Sagradas Escrituras son consideradas reveladas por el Espíritu Santo según el paradigma de la trascendencia, mientras según el paradigma de la inmanencia, tanto oriental como secular, se considera que proceden de la iluminación a la conciencia”. Sin embargo, no toda Palabra culmina en una tradición universal permanente. Debe haber otros elementos para que fragmentos de la Palabra se consoliden. Se podría pensar de una manera simplista, que es responsable de ello la no linealidad de la historia. Puede ser que hoy el hombre tenga los mismos instintos, deseos, capacidad física e inteligencia de diez mil años atrás, pero hemos dado pasos adelante en el conocimiento de la naturaleza, de nosotros mismos y en la accesibilidad de las informaciones. Conocimiento e información se difunden cada vez más y más velozmente. Esta es una diferencia fundamental con los tiempos anteriores en los que las grandes tradiciones se consolidaron. Hoy todo es más accesible pero también más efímero. También en tiempos recientes la Palabra se ha manifestado con una fuerza capaz de atraer, de durar, reinterpretando la Palabra ancestral o, como dice Melloni —entusiasta sostenedor del diálogo interreligioso—, haciendo surgir fuentes sagradas que no habrían podido nacer dentro de una misma religión. Jordi Illa (continúa)


Cultura de la unidad

Claves para la convivencia / 34 Jesús Morán

Las preguntas de Dios Hace unos meses, monseñor Daniele Libanori, obispo auxiliar de Roma, envió una carta a sus párrocos que fue publicada por La Civiltà Cattolica. Es un texto intenso, con un contenido de gran sabiduría. En mí provocó muchas reflexiones. Una de las cosas que más me llamó la atención es lo que dice sobre “las preguntas de Dios”. En tiempos como los que vivimos, solemos dirigir preguntas a Dios: “¿Por qué tanto sufrimiento? ¿Por qué no hablas? ¿Por qué no actúas?”. Al hacerlo, cerramos los oídos a Sus preguntas, que son el rostro de los muertos y de los enfermos, el abandono de los ancianos, las atroces desigualdades, la pobreza crónica de algunos sectores sociales, el orgullo del progreso técnico y material, la corrupción, el delirio moral. Estas son las preguntas de Dios. Por lo tanto, Dios no guarda silencio. Al contrario, nos está hablando. Y actúa a través de quienes lo escuchan y se mueven, hacen algo comprometiéndose, consolando, trabajando, entregándose. Dios nos invita —dice Mons. Libanori— a pensar de manera diferente y más profunda. Es más, nos anima a tener el pensamiento de Cristo, y un solo conocimiento: “No quise saber nada fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado” (1 Corintios 2, 2). Éste parece ser, para un cristiano, el único anuncio posible hoy, el único a la altura de de los tiempos actuales. El mundo necesita escuchar un mensaje serio y no exhortaciones edulcoradas, fácilmente asimilables por una sociedad desprovista de tensión hacia lo espiritual. Una parte magnífica de la carta es la dedicada a la Torre de Babel (Génesis 11, 4 ss.): “Según el relato bíblico, los hombres están representados de manera similar a los esclavos judíos en Egipto. Aquí construyen ladrillos para construir la torre; no fueron obligados a ello sino que, como los hijos de Abraham, deciden por sí mismos. El proyecto para el

Aleksandar Pasaric - Pexels

cual trabajan se refiere a la construcción de una torre para “perpetuar nuestro nombre”, es decir, para darse la estabilidad de un sistema bien articulado y eficiente. Los hombres hablan el mismo idioma y se ponen de acuerdo en torno a un proyecto. Se percibe que no es un pueblo sino una masa: han sacrificado la diversidad en favor de la uniformidad. Han buscado la unidad en la homologación y no en la comunión para sentirse seguros. Con el derrumbe de la torre, los hombres son devueltos al límite estructural de la condición humana, pero también a originalidades subjetivas. Perdiendo la unidad que habían pagado con el sometimiento a una sola cultura (lengua, proyecto), pueden recuperar la riqueza de sus diferencias y el espacio de la libertad. Los hombres podrán encontrar seguridad no en la sumisión, sino en la alianza entre ellos”. Para el autor, esa hazaña (la construcción de la torre) es el programa del progreso tecno-científico de las sociedades occidentales, con la esencial servidumbre de los sistemas políticos y financieros. La hazaña (la “torre”), también podría ser —en mi opinión— el proyecto global dirigido por las potencias hegemónicas del mundo que nos exige una

única manera de pensar y de vivir. Y bien, esa magnífica edificación se derrumbó de repente, o, al menos, mostró todos sus defectos. Es una oportunidad única para la alianza, la comunión y la verdadera unidad en diversidad y en la dignidad, sin marginados ni excluidos, sin poderes hegemónicos, que son invisibles pero son letales. Es un kairós (un “tiempo oportuno”) que no debemos desperdiciar. Hacia el final de la carta, el obispo Libanori afirma que en la prueba se perfilan y se revelan los pensamientos de los corazones. Necesitamos esos pensamientos más que nunca. Ellos surgen de una fe purificada en el proceso. Que es la de todos nosotros en este tiempo. La fe de los sencillos, de los pobres, de tantas personas que han muerto día a día sin hacer ruido. Los pensamientos del corazón son la sabiduría que deriva del amor vivido y compartido. Ahora que nos acercamos a la llamada “nueva normalidad”, conviene no olvidar las preguntas de Dios. Ellas nos mantienen alerta, no nos permiten acomodarnos, impiden lo que sería una auténtica catástrofe en la catástrofe: volver a vivir como antes, como si nada hubiera pasado. Ciudad nueva - Junio 2021

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Palabra de Vida

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“No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo”

(Mateo 7, 21)

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Esta frase del evangelio de Mateo forma parte de la conclusión del gran Sermón de la Montaña, en el que Jesús, después de haber proclamado las bienaventuranzas, invita a sus oyentes a reconocer la amorosa cercanía de Dios e indica cómo actuar en consecuencia: descubrir en la voluntad del Padre la manera más directa para alcanzar la plena comunión con él, con su Reino. ¿Pero qué es la voluntad de Dios? ¿Cómo podemos conocerla? De la siguiente manera Chiara Lubich compartía su descubrimiento: “La voluntad de Dios es la voz de Dios que siempre nos habla y nos invita; es un hilo de oro o, mejor, un divino armazón de oro que entrelaza toda nuestra vida terrena y más; el modo en el cual Dios expresa su amor, un amor que requiere una res-

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puesta para que él pueda realizar en nuestra vida sus maravillas. La voluntad de Dios es nuestro deber ser, nuestro verdadero ser, nuestra plena realización. Repitamos entonces frente a cada voluntad de Dios dolorosa, alegre o indiferente: ‘hágase’. Descubriremos que esta simple expresión será un impulso potente, un trampolín de lanzamiento, para hacer con amor, con perfección, con total dedicación lo que tenemos que hacer. Y compondremos instante tras instante el maravilloso, único e irrepetible mosaico de nuestra vida, la que el Señor desde siempre ha pensado para cada uno de nosotros. Dios solamente realiza cosas bellas, grandes, inmensas, en las cuales hasta la más pequeña parte, como un acto de amor, tiene sentido y resplandece, tal como

las minúsculas y variadas flores tiene su porqué en la infinita hermosura de la naturaleza”1. Según el evangelio de Mateo, la ley del cristiano por excelencia consiste en la misericordia, que lleva a su plenitud toda expresión de culto y de amor por el Señor. Esta Palabra nos ayuda a abrir nuestra relación con Dios, ciertamente personal e íntima, a la dimensión fraterna, a través de gestos concretos. Nos impulsa a “salir” de nosotros mismos para llevar reconciliación y esperanza a los demás. Un grupo de chicos de Heidelberg (Alemania) ofrece este testimonio: “¿Cómo hacer para que nuestros amigos puedan experimentar que la clave de la felicidad se encuentra en el donarse a los demás? De esta pregunta partimos para lanzar nuestra nueva acción titulada ‘Una hora de felicidad’. La idea es muy simple: se trata de hacer feliz a otra persona, al menos durante una hora al mes. Comenzamos por quien nos pareció que tenía más necesidad de amor y, dondequiera que ofrecimos nuestra disponibilidad vimos abrirse las puertas. En una plaza acompañamos de paseo a algunos ancianos en sillas de ruedas; en un hospital fuimos a jugar que unos chicos internados; en otra oportunidad, practicamos deportes con discapacitados. Todos ellos estaban muy felices pero, como lo prometía la iniciativa, nosotros lo estábamos más. ¿Y los amigos que invitamos a ir con nosotros? Primero estaban curiosos, pero ahora que probaron hacer felices a otros, están de acuerdo con nosotros: la felicidad que se dona, en el instante se experimenta”. Letizia Magri 1

C. Lubich, Conversación telefónica colectiva (Conexión CH) del 27 de febrero de 1992.


Palabra vivida

Donde haya alguien a quien amar Después de más de 30 años de trabajar como docente en un colegio secundario, esperaba ansiosa mi jubilación. Pero cuando al fin llegó sentí que ya no tenía más el lugar donde concretar y transmitir el ideal de fraternidad universal que había abrazado desde mi adolescencia. Sin embargo, pronto me di cuenta de que Dios me tenía preparado otro plan, un nuevo lugar donde hacer concreta esta tensión hacia el mundo unido. Durante casi cuatro años mi madre anciana con un importante deterioro cognitivo permaneció internada en un hogar, ya que no conocía, no caminaba y tampoco hablaba. Para mí fueron años muy difíciles. Me costaba mucho verla y no poder comunicarme. Cada día era un enorme esfuerzo. Pero poco a poco me di cuenta de por qué Dios me pedía esto. Al llegar al hogar yo siempre decía “por ti, Jesús”, y entraba dispuesta a amar cada situación que se presentase. Es así que, cuando el tiempo lo permitía, me sentaba con ella bajo los árboles y me llevaba a cuatro o cinco abuelos en sus respectivas sillas, los escuchaba, los asistía en alguna urgencia o estaba atenta para pedir asistencia cuando era necesario. Por ejemplo, había una abuela que lloraba siempre porque sus hijas no la visitaban, y como era italiana comencé a hablarle en su idioma y por un rato se divertía corrigiendo mis errores; otro abuelo tocaba la armónica, entonces le pedía que nos tocase algo y todos le hacíamos fiesta por cada pieza que ejecutaba. A otro se le rompió la radio, su único entretenimiento. Un grupo de amigos de mi esposo, con quienes comparte el deseo de crear un mundo más fraterno, inmediatamente se pusieron manos a la obra y consi-

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guieron una radio espectacular. Indescriptible su alegría. Cuando murió nos quedó la pena de no haberlo despedido ya que no estaban permitidas las visitas en el contexto de la pandemia. Sin embargo, teníamos la certeza plena de que el amor concreto que pudimos darle, no solo con el obsequio material, sino también con el tiempo que compartimos con él charlando de fútbol, de política, de su trabajo cuando era joven, etc., lo había hecho sentirse querido, acompañado y comprendido. Recuerdo que hace unos dos años se había formado una pareja en el hogar. Cuando me anunciaron que se comprometerían (con anillos y todo) decidí hacerles una torta. ¡Estaban felices! Pusimos una mesita en el jardín, invitamos a otros abuelos, brindamos con limonada y el abuelo de la armónica nos entretuvo con su música. Ella al poco tiempo falleció, pero me quedó

una inmensa paz. Estela (así se llamaba) no había pasado a mi lado en vano. Fueron muchas las experiencias de este tipo. Pude constatar que cuando no nos quedamos encerrados en nuestro dolor y, a pesar de todo, amamos a nuestros hermanos, la paz llega indefectiblemente. El 26 de agosto pasado, con casi 95 años, mi mamá partió a la casa del Padre. Han sido innumerables los mensajes recibidos de las chicas que la atendían: de consuelo, de agradecimiento, de familia. Mirando hacia atrás veo claramente que el estado de mi mamá tenía un porqué: pude salir de mí misma y de mi dolor para llegar a los hermanos, en este caso, los más vulnerables. También comprendí que mi lugar ya no es el colegio. Son todos los lugares donde haya alguien a quien amar. María del Carmen Bernal de Etcheverry Ciudad nueva - Junio 2021

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Focolares

#30EdC Antonella Ferrucci

Formando empresarios de comunión En el 30° aniversario de la Economía de Comunión, la autora recuerda de primera mano la historia de la amistad entre los empresarios y los jóvenes interesados por el proyecto

Es el 31 de mayo de 1991, y sólo han pasado dos días desde el lanzamiento de la Economía de Comunión (EdC). Chiara Lubich habla a los jóvenes brasileños de su idea y les encomienda una gran responsabilidad: para resolver el problema de la pobreza hace falta “la comunión de bienes” y ellos —jóvenes y generosos por naturaleza— están destinados a ser los protagonistas del proyecto que acaba de nacer. A ellos les corresponde la tarea de difundir el estilo de vida de la comunión (enseguida, por medio de tesis académicas y después, creando empresas), siendo verdaderos “revolucionarios de la comunión en la libertad”. Los empresarios de EdC y los jóvenes se han atraído siempre, como imanes.

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Conservo un recuerdo personal. En 1997, se celebraba en Castel Gandolfo (muy cerca de Roma) uno de los primeros congresos internacionales de la EdC, con la presencia de los primeros empresarios. En aquella época, yo tenía relación con los jóvenes que empezaban a escribir sus tesis de grado sobre la EdC. Muchos solicitaban entrar en contacto con los empresarios para entrevistarlos o realizar prácticas en sus empresas. En un tiempo en que la comunicación aún se realizaba por carta, inventé una especie de módulo con los datos mínimos necesarios para recoger las disponibilidades y comencé a buscar empresarios. De este modo tuve la oportunidad de conocer a muchos de los “pioneros”, con los cuales sigo teniendo amistad.

En 2003, el ofrecimiento de prácticas comenzó a adquirir una forma más organizada, sobre todo en Estados Unidos y en Brasil, por iniciativa del empresario John Mundell. La experiencia todavía continúa. Desde entonces han pasado por la empresa Mundell & Associates por un periodo de uno a seis meses unos 70 jóvenes de 15 países. Es una gran oportunidad, en sinergia con las escuelas de EdC, para formar a los jóvenes en la comunión. “Hemos tenido hasta cuatro jóvenes en prácticas a la vez”, cuenta John. “Trabajan en la empresa según sus competencias: comunicación, tics, marketing, ingeniería, economía... Desde el principio saben que tienen que imaginar la empresa que podrían poner en marcha con una


cultura al estilo de la EdC: darle un nombre, presentar un primer plan de negocio, desarrollar la misión y la visión y lanzar la actividad”. Pero esto no es todo. Durante las prácticas, los jóvenes tienen que cuidar las relaciones y colaborar con la comunidad: “Mientras están aquí, los jóvenes en prácticas participan en un evento comunitario que ayude a la ciudad en algún aspecto, y desarrollan relaciones locales fuera de la empresa. Además, proponen un proyecto que ayude a mejorar la empresa de EdC. Conocen a los empleados y a los otros jóvenes en prácticas y organizan cenas y encuentros de intercambio cultural. Aprenden a cocinar y a cuidar sus casas. Además, se les pide que trabajen en algunos proyectos para contribuir al desarrollo de la EdC global. Para muchos —concluye John— ésta es su primera experiencia laboral y por tanto no les resulta fácil al principio levantarse cada mañana y trabajar todo el día”. Esta formación deja huella. Muchos siguen en contacto después de terminar las prácticas. Escribe Raiana Lira, brasileña, una joven que hizo su práctica en 2015: “Esa experiencia definió mi vida. Me abrió los ojos y el corazón a la capacidad empresarial de cambiar positivamente el mundo. Después de aquello, orienté mi profesión hacia lo que se conoce como sector de impacto: un ecosistema de organizaciones no gubernamentales, gubernamentales y con ánimo de lucro que buscan dejar un impacto positivo en el mundo. Y la oportunidad de conocer la EdC, primero en Mundell & Associates y después en Anpecom, me abrió la posibilidad de vivir mi vida profesional con más propósito y significado”. Damos un salto en el tiempo y aterrizamos en la Mariápolis Piero de Nairobi (Kenia). Es el 31 de mayo de 2015. Han pasado 24 años desde ese primer encuentro de Chiara con los jóvenes de la EdC. Estamos en la última mañana del congreso internacional titulado “Digamos sí a una economía de comunión”. Junto a más de 300 empresarios de todo el mundo, están presentes 180 jóvenes de 27 países, que en los días previos han vivido una intensa escuela para jóvenes

de EdC, internacional y panafricana. De aquella escuela salieron 45 proyectos empresariales en los sectores más diversos, todos ellos inspirados en una necesidad concreta de sus comunidades. Vivir aquellos días juntos, jóvenes y empresarios —por un lado, los sueños y por el otro, la concreción— creó una mezcla explosiva. En África, cuando nace un niño, toda la comunidad lo cuida para que pueda crecer. Lo mismo ocurrió con los proyectos nacidos en aquella escuela. Aquella mañana, mientras se repasaban los proyectos, un empresario se levantó y se ofreció a acompañar dos de ellos; después una empresaria hizo lo mismo, y luego otro más. En los folios colgados de la pared florecieron tarjetas de visita y comentarios como “quiero ser tu hermano”, “me gustaría apoyar tu proyecto como amiga”. De este modo, inesperadamente y de forma espontánea, nació una colaboración que unió a empresarios de varias partes del mundo, en una ayuda recíproca, de hermanos. Veinticuatro años después del lanzamiento del proyecto, los “empresarios jóvenes” de los comienzos daban la mano a otros jóvenes. En aque-

lla ocasión se comprendió que era necesario crear “incubadoras” especiales de nuevas empresas de EdC. No sólo en África, sino en todos los continentes. Menos de un año después, nacía la incubadora de EdC EoC-IIN, que hoy cuenta con varios hubs de incubación en África, Europa y en todo el continente americano, de Norte a Sur, y cuyo desarrollo se dio a conocer durante el evento del 30º aniversario, este 29 de mayo. El congreso de Nairobi se cerró con un pacto especial firmado por todos los presentes, titulado “Una empresa no basta” que hoy vuelve a interpelarnos profundamente: “Prometo dedicar mi vida a ser apóstol de una Economía de Comunión y de este modo contribuir a un mundo más justo y fraterno, para que se realice el sueño más grande de Chiara (Lubich): ‘Que todos sean uno’”. Se comprende por qué “Una empresa no basta”1 fue también el título del segmento del evento para el 30º aniversario de la Economía de Comunión dedicado a los empresarios. 1

https://arc.edc-online.org/es/731-noticiario-edc/ es-n-41/10909-una-empresa-no-basta.html

El evento para los 30 años El evento del 30º aniversario de la Economía de Comunión fue un momento para reflexionar juntos sobre lo vivido en estos 30 años, a partir de nuestro origen en Brasil en 1991, para comprender qué camino emprender en el futuro. El punto de partida fue lo que muchas veces nos ha pedido Chiara: “No nos olvidemos de los pobres”, el primer y fundamental objetivo de la Economía de Comunión. Echaremos mano de la misma pasión que el Papa Francisco está poniendo en este objetivo, partiendo de los empresarios que han encarnado este sueño para centrarnos en “nuestra” manera de ver la pobreza: no se tra-

ta tanto de luchar contra ella, sino de “tocarla” y “abrazarla” para comprenderla de verdad. ¿Y quién nos dará la fuerza y el valor para hacerlo si no lo hacen los jóvenes? Ellos son capaces de profecía, y con ellos queremos imaginar los próximos 30 años. Como dice el Papa, “los jóvenes harán profecías si los viejos no pierden la capacidad de soñar”. El evento del 29 de mayo de 2021 se realizó y se emitió en directo por streaming desde Loppiano (Florencia, Italia), con participación activa desde todo el mundo. La grabación está disponible en el siguiente enlace: cutt.ly/5b3KzHs Fuente: edc-online.org/

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Todos hermanos

Una guía de lectura de Fratelli Tutti / 3 Vera Araújo

Pensar y generar un mundo abierto

Un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud “si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás” (párrafo núm. 62). Ni siquiera llega a reconocer a fondo su propia verdad si no es en el encuentro con los otros. (87) Desde la intimidad de cada corazón, el amor crea vínculos y amplía la existencia cuando saca a la persona de sí misma hacia el otro. (88) Nuestra relación, si es sana y verdadera, nos abre a los otros que nos amplían y enriquecen. (89) Las personas pueden desarrollar algunas actitudes que presentan como valores morales: fortaleza, sobriedad, laboriosidad y otras virtudes. Pero para orientar adecuadamente los ac-

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tos de las distintas virtudes morales, es necesario considerar también en qué medida estos realizan un dinamismo de apertura y unión hacia otras personas. Ese dinamismo es la caridad que Dios infunde. (91) La atención afectiva que se presta al otro, provoca una orientación a buscar su bien gratuitamente. (…) el ser amado es “caro” para mí, es decir, es estimado como de alto valor. (93) El amor implica entonces algo más que una serie de acciones benéficas. Las acciones brotan de una unión que inclina más y más hacia el otro considerándolo valioso, digno, grato y bello, más allá de las apariencias físicas o morales. El amor al otro por ser quien es, nos mueve a buscar lo mejor para su vida. Sólo en el cultivo de esta for-

ma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos. (94) El amor nos pone finalmente en tensión hacia la comunión universal. Nadie madura ni alcanza su plenitud aislándose. (95) También hay un aspecto de la apertura universal del amor que no es geográfico sino existencial. Es la capacidad cotidiana de ampliar mi círculo, de llegar a aquellos que espontáneamente no siento parte de mi mundo de intereses, aunque estén cerca de mí. (97) El amor que se extiende más allá de las fronteras tiene en su base lo que llamamos “amistad social” en cada ciudad o en cada país. (99) Todo ser humano tiene derecho a vivir con dignidad y a desarrollarse integralmente, y ese derecho básico no puede ser negado por ningún país. Lo tiene aunque sea poco eficiente, aunque haya nacido o crecido con limitaciones. (107) En el Nuevo Testamento se menciona un fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22), expresado con la palabra griega agazosúne. Indica el apego a lo bueno, la búsqueda de lo bueno. Más todavía, es procurar lo excelente, lo mejor para los demás: su maduración, su crecimiento en una vida sana, el cultivo de los valores y no sólo el bienestar material. Hay una expresión latina semejante: bene-volentia, que significa la actitud de querer el bien del otro. Es un fuerte deseo del bien, una inclinación hacia todo lo que sea bueno y excelente, que nos mueve a llenar la vida de los demás de cosas bellas, sublimes, edificantes. (112) Papa Francisco, encíclica Fratelli Tutti


Francisco comienza mostrando el camino de los caminos, aquel que abre, que señala, que penetra, que envuelve todos los caminos: es el don de sí mismos, es el encentro con el otro en la realidad que se llama amor-ágape. Porque la gran pregunta, la decisiva, que debemos hacernos, es: en el mundo actual, caracterizado por la fragmentación, por la desorientación, conflictos, fundamentalismos, secularización, ¿todavía existe, no digo una gramática pero al menos un fundamento universal, en el cual todos puedan encontrarse, conversar, dialogar para construir una convivencia más humana y más feliz? La globalización económica y mediática prometía un mundo totalmente abierto en el cual la comunicación tendría la función de unir y liberar a las personas y a los pueblos de toda y de cualquier limitación. En realidad, en pocas décadas, el sueño reveló todas sus equivocaciones y sus engaños. Muy por el contrario de un mundo abierto, nacieron y crecieron fundamentalismos, agregaciones exclusivas, se alzaron muros, se organizaron grupos cerrados. Fue una explosión de contraposiciones, contrastes, oposiciones, polarizaciones, conflictos. Y, en consecuencia, surgió un mundo cerrado, incapaz de aceptar y trabajar con las diferencias, de verlas como una oportunidad de crecimiento y de riqueza. Entonces, Francisco efectúa una operación espiritual y cultural sin precedentes.

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Él muestra y demuestra que sí existe un fundamento universal de convivencia, sí existe algo que todos puedan reconocer y aceptar como cimiento de la convivencia social. Es el amor-ágape, substancia de Dios y, de consecuencia, del ser humano, y que nos fue revelado plenamente en Cristo, en su figura viva, en su ser, en sus gestos y en sus palabras. Así, el Hombre de Nazaret inspira nuestra relación con el prójimo, con la creación y con el Absoluto. Él se vuelve sentido de orientación, de rumbo y de vida. El Papa está diciendo que la experiencia subjetiva —de cada uno y de todos—,

si es vivida con amor, es fundamento de comprensión del misterio y de la experiencia de Dios, independientemente del propio estado religioso. Es una invitación para toda la humanidad, creyente y no creyente, para encontrar la realidad y no los sueños, por medio de la mirada del amor vivido, del amor que se realiza en el encuentro con el otro y que incide en las instituciones y las estructuras. De ahí nace la fraternidad —“todos hermanos”— ¡y el mundo ya no está cerrado, sino que puede ser pensado y generado como un mundo abierto!

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Vida sana

Ecología en el día a día

Pablo Alcoleo

Correo electrónico con “e” de eco En cierta ocasión, preparando una proyección en clase, un alumno me hizo un comentario al observar un número que la aplicación de e-mail de mi notebook destacaba: “Profe”, me dijo. “tú también eres de los que no le haces caso al correo”. Mi respuesta fue un “Sí, pero no”. Lo que vio mi alumno fue una ingente cantidad de notificaciones de redes sociales, publicidad de tiendas electrónicas, ofertas y otras decenas de correo no deseado de una cuenta que utilizo exclusivamente para concentrar este bombardeo de envíos. Es una estrategia hasta la que hace muy poco no le he vuelto a prestar atención. Te explico por qué. El tráfico de datos por internet no es tan eco como nos lo pueden vender. Sí, se rebaja el consumo de papel, pero aumentamos las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Tanto en el envío de mensajes como para su almacenamiento se necesita gran cantidad de consumo de energía que alimente los servidores y los sistemas para refrigerarlos. Estos equipos informáticos alojan en sus discos duros tu mensajería electrónica, la copia de seguridad de tus fotos, los documentos que has guardado en “la nube”, las series que ves cuando te conectas a Netflix… Dada la tendencia, las grandes compañías tecnológicas intentan poner soluciones minimizando la huella ecológica de sus data center haciéndolos autosuficientes energéticamente para reducir emisiones de CO2, y nosotros podemos contribuir en este objetivo. ¿Cómo? Eliminando el contenido innecesario. Por ello, te propongo algunos consejos para poner tu granito de arena y así añadir la “e” de eco a tu cuenta de correo electrónico:

John Voo - Flickr

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• Lee y elimina. Como en la vida real, si una misiva no merece la pena o no debe guardarse, es mejor mandarla a la papelera. Lorena Farràs Pérez, del diario La Vanguardia, lo deja muy claro al hacerse eco de las palabras de la directora general del banco suizo Lombard Odier: “Al eliminar 30 mensajes de correo electrónico se puede ahorrar casi el equivalente a una bombilla de bajo consumo que se deja encendida durante un día”. • Elimina más correo creando etiquetas. Al clasificar el correo electrónico entrante mediante etiquetas te será más fácil identificarlo, seleccionar con un solo clic todos estos mensajes


y decidir su destino final (recuerda: la papelera). • Recupera gigas. Haz una búsqueda para deshacerte de todos los correos recibidos o enviados con archivos adjuntos pesados. Si olvidaste que los tienes ahí es que ya no los necesitas. Siempre puedes guardar los archivos adjuntos recibidos en algún otro dispositivo. • Date de baja de las subscripciones no deseadas. Si las clasificas como spam irán casi directas a la papelera, pero es mejor incluso no recibirlas para rebajar aún más el gasto energético. Servicios de correo electrónico como el archiconocido Gmail incluso

te ayudan a cancelar esa suscripción. Si no es así, generalmente hay un enlace en el mismo mensaje recibido para hacerlo efectivo. • Simplifica. Quienes gustan de añadir imágenes en los pies de firma de sus e-mails deben saber que, sin querer, están engordando el peso de los mismos y esto aumenta el tamaño del e-mail. Mejor repensar el diseño y hacerlo más liviano. • Racionaliza. Salvo que sea estrictamente necesario, evita enviar mensajes con respuestas rápidas. Si puedes prescindir de un “OK”, mejor que mejor: todo suma..

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Arte & Espectáculo por Claudio Larrique Cine ������������������������������������������������������������������������������������������������������������

Nomadland Estados Unidos, 2020. Drama. Dirección: Chloé Zhao. Con Frances McDormand y David Strathairn. 1 h 48’ Chloé Zhao es una de las cineastas más cautivadoras del panorama cinematográfico internacional. Sus películas evocan emociones que son difíciles de encontrar en el cine hoy en día, que van acompañadas de un excelente desempeño técnico. Nomadland representa un avance significativo en su carrera, que se inició hace casi una década con Songs That My Brothers Taught Me (2011). Se puede decir lo mismo sobre Frances McDormand, quien protagoniza esta historia y brinda una de las mejores interpretaciones de su carrera en el rol de Fern, una mujer viuda que lo pierde todo durante la Gran Recesión. Decidida a no darse por vencida, Fern convierte a su furgoneta en su nuevo hogar y se embarca en un viaje sin destino a lo largo y ancho de Estados Unidos.

McDormand y David Strathairn, los únicos actores profesionales de la película, vivieron en furgonetas junto a Zhao y el resto del equipo

Nomadland es una profunda y delicada reflexión que nos invita a meditar sobre nuestro estilo de vida y la prioridad de nuestros valores,

durante la filmación de la película. Tal vez eso haya contribuido en que ambos entreguen un naturalismo insólito en el cine de Hollywood, que Zhao pudo capturar con toda su esencia. No estamos solo viendo la película, la estamos viviendo.

ya sea en nuestros hogares con nuestras familias o sobre un remolque en la carretera abierta. Maximiliano Núñez (Muy notable)

Cine ������������������������������������������������������������������������������������������������������������

El misterio y la leyenda de Greta Garbo Cuando, en una clase sobre Anna Karenina, la icónica novela del gran escritor ruso Lev Tolstoi, se me ocurrió referir algunas de las películas que trataron el texto y señalar que Greta Garbo la había llevado a la pantalla primero en el cine mudo (1927) y luego en el sonoro (1935), percibí de inmediato que el nombre de la magnífica actriz sueca era desconocido para la mayor parte de la audiencia. Claro, formaba parte del lejano pasado de las primeras décadas del siglo XX. ¿A quién podría interesarle en la actualidad que “la mujer que no ríe” —como fue definida en su tiempo por sus excepcionales condiciones para el drama— hubiera

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dado con éxito el salto del cine mudo al sonoro, cuando otras estrellas allí sucumbieron? ¿Qué podía significar señalar que para la crítica especializada aún hoy su rostro es considerado quizás el más perfecto que haya pasado por la gran pantalla? El semiólogo francés Roland Barthes lo consideraba “un arquetipo del rostro humano” y afirmaba: “el rostro de Garbo representa ese momento inestable en que el cine extrae belleza existencial de una belleza esencial”. El actor mexicano, Ramón Novarro, que triunfó en Hollywood y fue su contraparte en el film sobre Mata Hari (1931), afirmó sobre ella: “Es todo lo que uno podría soñar. Además de hermosa, es seductora, llena de misterio, con una lejanía que sólo los hombres comprenden, porque esa es una cualidad que usualmente sólo se encuentra en los hombres”. Greta Garbo (Estocolmo, 1905 - Nueva York, 1990) se retiró de la actuación en 1941. En Estados Unidos filmó veinticuatro películas. Publicitada con el eslogan de “¡Garbo habla!”, en 1930 se estrenó su primera película sonora (dirigida por Clarence Brown): Anna Christie. Su papel en la come-

dia Ninotchka (1939), dirigida por Ernst Lubitsch, fue largamente elogiado. Su vida siempre estuvo rodeada de misterio. Se retiró a los treinta y seis años y pasó el resto de su vida casi recluida, evitando toda publicidad. Películas como Mata Hari, La reina Cristina de Suecia y Anna Karenina habían afianzado definitivamente su leyenda. Fue nominada como mejor actriz por la Academia Americana de Cine en 1930, 1932, 1937 y 1939, pero nunca recibió un Oscar, olvido que años más tarde la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas decidió enmendar con un Oscar honorífico en 1954 que rehusó ir a retirar, porque según sus propias palabras “no quería verle la cara a nadie” (ella decía que no quería que la molestaran, y que la dejaran tranquila). El trofeo le fue enviado a su domicilio. Una gama de exitosas películas como Grand Hotel, Camille y las mencionadas La reina Cristina de Suecia y Ana Karenina se asociaron a su célebre imagen. Mi generación había visto las proyecciones en cine clubs o en festivales. Hoy, la tecnología permite conocer sus obras, algunas remasterizadas con excelente fidelidad. José María Poirier (Cinéfilos: imprescindible concerla)


Libros �����������������������������������������������������������������������������������������������������������

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes Tatiana Tibuleac / Impedimenta / Madrid, 2020 / 256 páginas “Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea”. Así comienza, en la voz de Aleksy, de manera irritante y provocativa, esta novela de la periodista y escritora moldava Tatiana Tibuleac, un libro muy traducido y elogiado por la crítica. Pero superados los primeros capítulos narrados por este perturbado adolescente, cuando ya habían transcurridos muchos años de los hechos, el texto va cobrando poco a poco, y sin abandonar nunca cierta crudeza, un tono poético y una auténtica ternura. Está claro que se trata de una familia disfuncional (un padre violento que termina abandonándolos, una madre incapaz de superar sus traumas, una hermanita muerta a quien Aleksy quería con devoción, una abuela ciega). El chico estuvo internado, se sintió dejado de lado y sufrió graves problemas psiquiátricos. Parece odiar a todo el mundo. Sobre su madre dice: “alguien que me había apartado de un puntapié como a un perro cuando yo estaba dispuesto a ser un perro sólo por sus caricias”. Son de origen polaco y viven en Inglaterra. Pasan las últimas semanas en un pueblito francés, donde la madre quiso ir a descansar con su hijo. Tiene

muchos secretos que contarle y está gravemente enferma. Los sinuosos pensamientos del narrador y protagonista están presentados de manera descarnada pero al mismo tiempo con instantes de humor, lo que le da a toda la narración un estilo original que permite que el lector preserve cierta distancia. Carolina Esses escribe en su reseña en La Nación de Buenos Aires: “La novela cuenta la transformación de ese vínculo madre/hijo a la vez que narra el pasaje de la vida a la muerte: de lo que habla es de dos personas que esperan la muerte como si se tratara de un alumbramiento y que, a partir de esa espera, sin solemnidad, empiezan a reencontrarse”.

Las metáforas de Tibuleac no dejan de sorprender: “Los ojos de mi madre lloraban hacia adentro. / Los ojos de mi madre eran campos de tallos rotos. / Mi madre parecía una planta de interior sacada al balcón”. En el breve tiempo que pasan juntos pueden decirse lo más profundo de sus corazones. La madre le refiere sus limitaciones, le pide perdón y le confiesa su amor: “Aquella mañana mi madre parecía una araña joven que acababa de atrapar en su telaraña a su primera víctima. Nunca la había visto así por la sencilla razón de que nunca había sido así. Mi madre me miraba con amor”. Llega el momento en que ella puede decirle: “Te he querido, Aleksy, te he querido como he podido”. Él la cuida y la acompaña, quiere que sus atenciones sean “todos mis regalos por todos sus cumpleaños no celebrados”. El hijo descubre que su madre es muy inteligente, que es linda, que finalmente se viste con gusto. Un texto que nace de la pura imaginación, que no guarda relación alguna con las vivencias personales de la autora, tal como ella misma se encarga de aclarar en algunas entrevistas, y que transmite un increíble cariño descubierto en la última etapa de la relación. J.M.P. (Excelente)

Señalamos The Verdi Album Este trabajo reúne trece arias de Giuseppe Verdi grabadas por el tenor alemán Jonas Kaufmann, artista elevado hace tiempo a la categoría de estrella internacional tanto por la crítica como por el público. Kaufmann luce su fraseo, una textura amplia, oscura y agradable, con brío y seguridad, gracias también a la complicidad de la Orquesta de la Ópera de Parma dirigida por Pier Giorgio Morandi. Mario Dal Bello (Excelente)

Duets

No se trata de un disco nuevo, sino de una colección antológica en la que Sting cruza géneros y voces sin una lógica precisa. Una alternancia de 17 temas entre clásicos estándares memorables y canciones pop no siempre memorables, con un elenco de gran lujo: de Eric Clapton a Annie Lennox, de Herbie Hancock a Zucchero, de Charles Aznavour a Julio Iglesias. Franz Coriasco (Muy bueno)

Chemtrails over the country club El pop nostálgico de Lana Del Rey, la diva más atípica de escena musical estadounidense, reinventa los elementos estilísticos del folk y del country a su manera, envuelta en un aura oscura de melancolía minimalista. Está más atenta a no traicionar su identidad estilística que a ofrecer grandes canciones. F. C. (Irregular. Muy bueno para fanáticos)

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Focolares

Espiritualidad Sonia Vargas Andrade

Hacia una nueva humanidad En el siguiente texto, Chiara utiliza expresiones típicas de san Agustín. Él desarrolla una concepción lineal del tiempo que transcurre irreversiblemente desde el pasado hacia el futuro. La historia de la humanidad, dicho de manera condensada, es la historia de dos amores fundamentales que se dan en el tiempo y dan origen a todos nuestros actos en la sociedad: la cupiditas, que es el amor por sí mismo, el egoísmo, y la caritas, que es el amor de Dios y al prójimo hasta el desprecio de sí mismo. Estos dos amores dan lugar a dos ciudades: “la ciudad terrenal”, que se basa en la cupiditas y que está formada por los hombres egoístas, cuyas características son la violencia, la apropiación de los bienes ajenos, la división, el conflicto, el racismo, la marginación, la opreSabemos que el hombre lleva consigo, como una herida incurable, la nostalgia de lo sobrenatural. Lo divino lo atormenta, lo infinito lo persigue, lo eterno lo atrae. Sabemos que, aunque consiguiera renovar toda la humanidad, aunque llegara a construir realmente un mundo nuevo, su corazón no alcanzaría aún todo lo que anhela. ¿Por qué? Porque está hecho para una vida que no muere. De aquí la necesidad de subrayar también otra verdad: el hombre, construyendo la ciudad terrenal, puede desde ahora edificar algo que no pase, porque puede contribuir con su esfuerzo y su trabajo a la edificación de los “cielos nuevos y la tierra nueva”1, que lo esperan. En efecto, Cristo ha redimido, además del cosmos, también la actividad humana; más aún, ha redimido también las obras del hombre. El universo no

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sión... y “la ciudad de Dios”, basada en la caritas; es la ciudad de los justos, la caridad es servicio y esfuerzo por los demás, preocupándose por sus necesidades materiales y espirituales. Trabajar por la paz, el respeto y la concordia. Estas dos ciudades están mezcladas en la historia. Por ello, para san Agustín, una sociedad regida por el amor a Dios y al prójimo no puede darse nunca en esta vida. La historia camina hacia su fin, que es la separación definitiva de las dos ciudades en el juicio final: los ciudadanos del cielo gozarán de la paz de Dios, los egoístas serán apartados de esa felicidad eterna. Chiara con su carisma va un poquito más allá de san Agustín, mostrándonos que “la ciudad de Dios” la construimos ya, en cada momento presente, pues será destruido sino transfigurado. No habrá ruptura entre el más acá y el más allá, sino continuidad. Incluso los buenos frutos de la naturaleza y de nuestra laboriosidad –todo lo que vamos construyendo día tras día– no solo no desaparecerán, sino que volveremos a encontrarlos de nuevo purificados, iluminados y transfigurados2. Es una verdad apasionante. Es una visión reconfortante y sublime de la vocación del hombre llamado a transformar la tierra con su trabajo. Pero hace falta una condición para que todo esto se produzca. Las obras del hombre perdurarán si se edifican en el mundo según el mandamiento del amor3. Ahora bien, ¿quién nos garantizará que nuestro trabajo lo estamos haciendo de esta manera? ¿Quién nos dirá si estamos realmente construyendo sobre la roca del amor y nos asegurará que lo que ha-

cada acto en favor del bien común ha sido ya redimido por el amor inmensurable de Jesús Abandonado. Por tanto, somos constructores de una “nueva humanidad” que no necesita esperar el fin de los tiempos para gozar de la presencia de Jesús en medio de los hombres, cuando será plena y total, gozo infinito. cemos no va a morir? Jesús en medio de nosotros. Jesús en medio, que sublima toda sociedad pequeña o grande, que la hace ser al mismo tiempo célula de la ciudad terrenal y célula de la ciudad celestial, nos lo garantizará. Porque Él está plenamente presente donde el amor está vivo. Él es don de Dios y al mismo tiempo, fruto de esa caridad recíproca nuestra que debemos poner a la base de cada una de nuestras actividades. ¡Jesús en medio! En Él, pues, el proyecto de una humanidad nueva. En Él la garantía de que cuanto hacemos permanecerá. Chiara Lubich (Congreso del Movimiento Humanidad Nueva, Roma, 20 de marzo de 1983). Segunda carta de Pedro 3, 13. Cf. Gaudium et Spes N.º 39. 3 Cf. Ibid., N.º 38. 1 2


Un hecho en fotos

Inmigrantes colombianos se manifiestan contra su Gobierno en la concurrida Avenida Paulista de San Pablo (Brasil) el pasado 9 de mayo. En tres semanas de protestas en varias ciudades de Colombia —en las que se han producido decenas de muertes y varios gobiernos han denunciado abusos de parte de las fuerzas de seguridad— los sectores movilizados han logrado tumbar la reforma tributaria propuesta por la Administración del presidente Iván Duque y, recientemente, también la reforma a la salud, que pretendía privatizar una sanidad de por sí altamente tercerizada.

Roberto- Parizotti / fotospublicas.com Ciudad nueva Junio 2021 31


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