JUEGO MENTAL
CHRIS WARNER MATT WARREN
“
‘UN DÍA NORMAL’
Cada día es normal... hasta que no lo es”. Cuando el autor Bernard Cornwell empezó su novela Muerte de reyes con esa frase, se refería a la incertidumbre de la vida en la era de los Vikingos. Pero también vale la pena recordar esas palabras cada vez que vamos a volar porque contienen dos lecciones importantes. Primero, que pueden pasar cosas extraordinarias cuando menos lo esperamos. Y segundo, que muchos de nosotros asumimos con frecuencia que porque algo ha salido bien antes, o se siente bien en ese momento, seguirá siendo así. La autocomplacencia es peligrosa. Chris Warner es escalador y piloto experimentado. Pero en otoño del año pasado, en un día benigno y con cielos casi vacíos, chocó en vuelo con su esposa con sus alas superficie sencilla y cayeron en picada enredados sin paracaídas. Obviamente, ambos sobrevivieron. Pero su extraordinaria historia revela lo fácil que podemos obviar información vital - y cómo es experimentar un incidente casi mortal que sale de la nada. El día del incidente, Chris, su esposa y un amigo estaban haciendo escalada en el macizo del Mont Blanc. Habían escalado una gran vía de piedra y habían planificado despegar desde una ladera empinada de nieve en Petite Jorasses. Su amigo despegó primero y Chris y su esposa ambos con UFO de AirDesign - despegaron con minutos de diferencia. Las condiciones sobre el valle eran suaves y no había nadie - y la vista era espectacular. Todo parecía bien. “Pero quizás ahí es cuando surgió la autocomplacencia”, dice Chris. “Vi a mi esposa de lejos y la grabé con el teléfono. El Val Ferret [en la frontera suizo-italiana] es un valle tan grande que puedes desconectarte un poco y relajarte. No es como estar en una térmica de servicio con muchos parapentes. Pensaba que sabía dónde estaban todos y que mi esposa y yo estábamos a kilómetros. Simplemente pensábamos hacer un vuelo de relación tranquilo”. Pero de repente, todo cambió de forma catastrófica. “Mi esposa se había quitado los crampones y los estaba fijando a su arnés... cuando chocamos. Yo estaba un poco más abajo y la parte delantera de mi vela pasó sobre su cabeza, por lo que iba colgando de su cuerpo” Lo impresionante es que ninguno vio el impacto - incluso durante los segundos finales. De hecho, Chris pensó al principio que había tenido un colapso y cuando miró hacia arriba se dio cuenta de lo que había sucedido. “La vi envuelta con mi vela y después sentí que caíamos. Era un desastre. Mi primera reacción fue ‘Lanza paracaídas’, pero después me di cuenta que no tenía”. Pero la situación era aún peor para la esposa de Chris. El ala de Chris la envolvía y las líneas se habían enredado en su casco, por lo que caía de cabeza. Las líneas también habían quemado su chaqueta y lacerado sus brazos y cuello. “No tenía los frenos en las manos cuando chocamos”, cuenta Chris. “Puede que haya sido algo positivo
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ya que no frenó el ala de forma tal que empeorara la cascada”. Enganchados, la pareja cayó durante lo que Chris piensa que fueron 20 segundos - hasta que el casco de su esposa se zafó durante el forcejeo y el ala de Chris se liberó a unos 500m del suelo. “Pero todavía tenía su casco en las líneas de mi ala”, dice Chris, “así que solo podía controlar media ala. Mi esposa aterrizó bien, pero cuando fui a frenar, no pasó gran cosa e hice un surco por el terreno suave - ileso, afortunadamente”. Al ala de Chris se le dañaron 15 paneles y tenía muchas líneas rotas, pero ambos UFO devolvieron a sus pilotos sanos y salvos. “Estaba preparado para que la vela se rompiera en dos después del incidente”, dice Chris. “Pero me impresionó lo bien que siguió volando la vela superficie sencilla a pesar de todo el daño”. Pero, ¿qué hay de su mente? “Psicológicamente, me pareció interesante lo calmado que estaba. No estaba nada tenso. Estaba calmado y tuve mucho tiempo para pensar qué hacer. De hecho, la caída de ‘20 segundos’ fue probablemente de diez”. La gente dice con frecuencia que el tiempo transcurre más lento durante una crisis. Sin embargo, lo interesante es que una investigación - llevada a cabo durante una caída libre de 31m - sugiere que las funciones cerebrales no se aceleran durante una situación de este tipo. En cambio, el evento se recuerda posteriormente como si fuera más largo. De cualquier forma, tal y como Marc Wittmann dice en su libro La sensación del tiempo, el fenómeno es muy común. Y, ¿ahora les atormentan los recuerdos del incidente? “Definitivamente hubo euforia cuando se separaron las velas y aterrizamos - particularmente cuando vi a mi esposa aterrizar”, cuenta Chris. “Y no nos ha desanimado. Unos días después, volé con el ala de mi esposa y me sentí bien”. “Las veces que me he asustado más en mi vida ha sido en parapente, pero generalmente es cuando las condiciones son fuertes y hay que estar calmado mucho tiempo. Es mentalmente agotador. Pero este fue un accidente clásico. Puedes racionalizar lo que sucedió. Chocamos porque no estábamos prestando atención”. “No fue porque nos metimos en camisa de once varas. Es algo que podemos abordar en el futuro. Generalmente soy bueno para vigilar lo que sucede a mi alrededor, pero ahora estoy particularmente consciente de dónde está cada quien”. Por último, cada día es normal... hasta que no lo es. Pero teniendo eso en mente, podemos mejorar las probabilidades de evitar lo inesperado - y reducir las probabilidades de un posible accidente. En cada número, echamos un vistazo a la psicología del vuelo libre mediante entrevistas a pilotos de todas las disciplinas