Malaga Mayores Solera nº137 jul-ago 2020

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137* JULIO/AGOSTO ‘20 * MÁLAGA CON SUS MAYORES


137* JULIO/AGOSTO ‘20 * MÁLAGA CON SUS MAYORES

Editori�

Autor: Paco Olalla EDITA Excmo. Ayuntamiento de Málaga. Área de Derechos Sociales. Sección de Mayores

Esta revista le llega en pleno verano y con ella los días de descanso que aprovechamos para viajar, visitar otros lugares diferentes a los que solemos frecuentar y hacer otras actividades que nos sacan de la rutina. Atravesamos tiempos difíciles y no parece que sea, precisamente, el desánimo, los más aconsejable para salir adelante. Queremos llevarles desde Solera un mensaje de esperanza y seguridad en el futuro, porque :“Lo único que puede acabar contigo eres tú mismo.”

DIRECCIÓN Francisca Ramos Montero COORDINACIÓN Fernando Jiménez Salmerón DISEÑO Y MAQUETACIÓN

SUMARIO EQUIPO DE REDACCIÓN Francisca González Burgos Leonor Morales Calvo Lola Narváez Reyes Mari Carmen Pérez Pascual Mercedes Sophia Ramos Jiménez Ana Sola Loja Nono Villalta Isabel Pavón Paqui Pérez Báez Maritina Romero Ruiz EQUIPO DE REDACTORES GRÁFICOS Olalla, Paco Alvarez Valverde, Jose Antonio García Lupiáñez, Gabriel Gutiérrez Campoy, Alejandro López Fernández, José Sabín González, Nicanor Santiago Gómez, Antonio Sibera Bougaba, Abdelaziz IMPRIME Editorial MIC DEPÓSITO LEGAL E ISSN MA-1168-97 ISSN: 2171-0201

EVENTOS

Solera en la red

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COLABORADORES SOLERA

Recuerdos

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ENTRE LÍNEAS

Piel con piel

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CAMINANDO VOY

El olivo

08

Golondrina

09

Lágrimas mágicas

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Qué vendrá después de esta horrible crisis

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El orgullo de limpiar culos

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Un amigo camarero

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Ojén

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Ensalada de arroz con salmón/Merluza gratinada

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Casa restaurada en la calle Marqués

16

El regalo

17

La pobreza no habla

18

Bibiana Fernández, un sueño cumplido

19

Responsabilidad

20

Irresponsabilidad

21

La flor seca

22

Eso hago yo

23

Sobre las letras N y Ñ

24

Abecedario O y P

25

SALUD

Dolor crónico

26

AGENDA Y MURO

Libros / Uso de la mascarilla, SI o No, / Cine / Para reír

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PINCELADAS

MI MESA CAMILLA

LA MARMITA DE LOLA

DE TODO UN POCO

LA BRÚJULA

PORTADA Entrada a la Alcazaba PUBLICACIÓN, REDACCIÓN Y SOLICITUD DE EJEMPLARES GRATUITOS C. Concejal Muñoz Cerván s/n Módulo 3. 29003 Málaga Tel. 951 928 420 revistasolera@malaga.eu

DE ESTO Y AQUELLO

CONTRACOSTUMBRE

ABECEDARIO


EVENTOS

SOLERA � la red

Solera da el salto al mundo digital, se crea un nuevo taller para llevar a cabo la actividad de prensa en las redes digitales.

La revista Solera tiene una tirada en papel de 3500 ejemplares. Queremos llegar a más gente y eso nos lo puede permitir las redes sociales. El taller consistirá en la creación de una página en Facebook que llenaremos de contenido. Semanalmente subiremos al muro, recomendaciones, comentarios, enlaces, inquietudes, y todo lo relacionado con las personas mayores.

tavoces. Una buena potencia de Internet y muchas ganas de crear, investigar, descubrir. El comienzo del taller será en Septiembre, si no te apetece participar puedes buscarnos en Facebook con el nombre Solera en la Red para estar informado de todas las actividades relacionadas con las personas mayores que se lleven a cabo en Málaga, los miembros de Solera participarán activamente con sus escritos, comentarios, recomendaciones y pasatiempos.

El taller tendrá un encuentro virtual con los participantes una vez a la semana para poner en común una línea a seguir en cuanto a contenido y divulgación. Las redes sociales nos permitirá subir, aparte de escritos, videos, música, fotos, dibujos. Se abre una nueva dimensión en la que los protagonistas serán las personas mayores. Desde la revista Solera animamos a aquellos que quieran participar a inscribirse en el taller. Los miembros de Solera hemos bautizado este actividad como Solera en la Red. Es importante para todo el que quiera participar, tener un ordenador con cámara, micrófono y al-

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En esta nueva normalidad, el mundo digital está en alza, muchas personas mayores ya utilizan las redes sociales para comunicarse e informarse y nosotros queremos aportar nuestro punto de vista en este momento que nos toca vivir.

MAYORES

Será el portal de entrada y salida de todas las actividades y eventos que se realicen en Málaga donde la participación activa de los mayores sea protagonista.

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~Colaboradores solera~

Por Mercedes de la Torre Galeas

Mis recuerdos

El próximo mes de agosto, cumpliré 72 años, y resido en Barcelona desde hace 65. Salí de mi lugar de nacimiento con muy pocos años y entonces no sabía el significado de aquel largo viaje en el Sevillano por el que llegué a la que sería y es, desde entonces mi segunda ciudad: Barcelona. Aquí crecí, aprendí y trabajé. Al principio junto a mis padres y después, cuando me casé, formando con mi esposo una familia que es nuestro gran patrimonio de tres hijos y cuatro nietos. En este momento, creo necesario mirar y sobre todo ver el recorrido de mi vida. Nunca olvidé mi

lugar de nacimiento. Siempre que la ocasión era propicia dejaba constancia de ello y tengo varias anécdotas al respecto. He mantenido siempre el lazo afectivo, tengo una parte de mi familia allí, la comunicación es permanente y mantengo vivo el vínculo en mi vida diaria. Los recuerdos de mi corta infancia son pocos, pero imborrables. El escaso tiempo del colegio Jesús, Maria y José (justo al lado del colegio La Goleta) al que acudí, las monjas que me dieron clase y las que me prepararon para hacer la Primera Comunión, con un catecismo perfectamen-


EVENTOS

te aprendido (aunque no comprendido), la edad no daba para tanto. Después con los años, todo se amplió y gracias a Dios, hoy tengo más formación y entendimiento de eso y de muchas otras cosas, pero no olvido aquellos años que fueron la “base” sobre la que he construido toda mi vida. Afortunadamente, el cambio tan radical de residencia, no conllevó ninguno en la estructura fundamental; siempre tuve a mis padres a mi lado, gracias a ellos afirmé y crecí en unos valores que a día de hoy siguen rigiendo mi vida. También deje en Málaga a mi Madrina, hasta hace muy pocos años he mantenido el contacto con ella, primero en mis visitas, y siempre epistolar y telefónicamente mientras su mente se lo permitió. Me quedo con su recuerdo, y saber que ante mi foto de vez en cuando dijera: -mi ahijada- era para mí una gran alegría. Igual que cuando hablábamos y me dijo más de una vez: -Eres la ahijada que tengo más lejos, y la que está más cerca y pendiente de mí-. Y llevo su nombre porque así se lo pidió a mis padres. Pertenezco a la Hermandad de la Sentencia y recibo puntualmente su información, y aunque no pueda participar de sus actos me siento muy unida, y siempre en el recuerdo está mi querido padre, que fue hermano fundador de la misma. He visitado en varias ocasiones la ciudad y me he sentido orgullosa de ver su crecimiento y evolución, siendo un referente dentro y fuera, en cultura, desarrollo y turismo. Tengo mis raíces en los pueblos de Istán y Monda, donde nacieron mis abuelos maternos. Y en San Pedro de Alcántara, cuando sólo era una colonia perteneciente a Marbella, donde nació mi madre y donde su padre era el comandante de puesto de la casa cuartel de la

Guardia Civil. En el año 1979 hicimos una visita que fue para ella muy emocionante, nos pidió ir al cementerio. Me emociono al recordarla leyendo los nombres de muchos apellidos que reconocía, y fue el archivo vivo que me contaba muchas historias de unos tiempos donde no había tantos medios de comunicación y eran las personas mayores las que transmitían los recuerdos por haber sido testigos de muchos de ellos. Mi padre y su familia nacieron en la capital. En la iglesia de Santo Domingo fue bautizado, y después también allí se casaron y bautizaron a sus cinco hijos. Ya se pueden imaginar cuando en Semana Santa retransmiten por televisión el traslado del Cristo de Mena la emoción que supone para mí. Me siento muy afortunada, por tener tres grandes autonomías en mi historia personal, la andaluza, la catalana y también la castellana, pues desde que conocí a mi esposo, esas tierras también forma parte de mi ADN y por eso nuestros hijos se han beneficiado de esa cultura múltiple que tanto enriquece y da una amplitud más grande y fuerte del sentido de pertenencia. Pasó el tiempo de crecer y sembrar. Ahora es el de la cosecha, y cuando llegas a una cierta edad, tienes la necesidad de recordar todo lo que has vivido. Tener presente aquellas fechas y lugares que marcaron los momentos claves en la propia vida, y en el entorno familiar. Por eso quiero recordar la que ha sido para nosotros la más importante y resume toda una vida. El 28 de agosto de 2019 celebrábamos nuestras Bodas de Oro, en la Basílica de la Merced, patrona de Barcelona, de esta bonita ciudad, donde está prácticamente toda nuestra historia y nuestra vida. Y en esta frase se resume todo: “Somos porque fueron, serán porque somos”

Mi madre me recitaba esta bonita poesía de Málaga: Es tu cielo un manto azul, tu playa una mar tranquila Tu suelo un talle andaluz, bajo un mantón de Manila Gibralfaro te vigila, la Caleta te hermosea En tu playa el pez platea, la perchelera te incita Un cantar que nadie imita, Málaga canta y gorjea

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ENTRE LÍNEAS

~Entre líneas~

Por Maritina Romero Ruiz

Piл c� piл

Natalia se desliza hasta colocarse junto a la puerta del templo, está deseando salir pero tiene que esperar su turno. La gente comienza a moverse siguiendo un orden riguroso: primero los de la derecha, empezando por los que están más cerca del altar, luego los del centro y por último los de la izquierda.

La piel de Leo debe ser suave, sus mejillas cubiertas de vello castaño, ásperas. Su barba, rizada y espesa, debe poseer una cualidad diferente y se muere por tocarla. Y pasar los dedos por su frente, rozar sus labios, tocarlos con los suyos. Pero es muy peligroso, malo, pernicioso para la salud, impuro. Además es pecado.

La chica sonríe bajo la máscara, nadie lo notará a menos que observe sus ojos. Se ha fijado en las mujeres, todas llevan el pelo cubierto por un velo. Hace tiempo que no asiste a ninguna ceremonia y eso le sorprende. Al entrar, un hombre joven le ha pedido que se cubra. Natalia se pone el pañuelo que lleva al cuello y se sitúa atrás. Se siente incómoda, como si unos ojos escrutadores y severos la observaran, como si alguien pudiese adivinar sus pensamientos. Todo el ritual religioso le ha parecido más recargado y ostentoso que nunca y eso tampoco le gusta.

Debe estar enferma o loca por sentir lo que siente, por pensar lo que piensa. Tiene que hablar con la abuela y contarle lo que le pasa. Como siempre se miran con ojos cómplices y se saludan con gestos inventados que solo ellas dos entienden.

Ya en la calle busca la sombra de los árboles, de los edificios altos. La falda hasta los tobillos y la blusa de manga al codo le dan calor. Las jacarandas han perdido sus flores y la sensación de primavera se diluye en el aire cálido de junio. Se encamina a casa de Ana, su abuela. Hace mucho que no la ve y la echa de menos. Le parece tan sabia, tan serena, tan dulce. No como su madre.

Natalia trata de imaginar cómo sería ese tiempo salvaje en el que la gente se amaba con el alma y el cuerpo. Se tocaban, se besaban, se abrazaban. Los amantes, piel con piel, se entregaban por entero uno al otro sin barreras. La abuela tenía su misma edad cuando se enamoró del abuelo. Estaba embarazada de pocos meses cuando comenzó la pandemia en la que murieron millones de personas y el miedo se apoderó de todos. De todo.

Sube la pequeña cuesta, llama al timbre y espera a que la anciana le abra desde lo alto de la escalera. Cuando la ve, siempre le entran ganas de hacer lo que no se puede ni pensar. Porque es peligroso para la salud, malo, pernicioso, impuro. Le dan ganas de rodearla con los brazos y apretarla contra su pecho, de rozar sus mejillas arrugadas con sus labios. Deben ser suaves como la superficie pulida de la mesa del comedor, aunque cálidas; como las hojas de papel satinado donde escribe, como sus propias mejillas y el interior de sus muslos. Pero ella no ha besado nunca las mejillas de su abuela ni las de su novio: está prohibido.

Se sientan en el mirador del jardín y mientras toman una limonada, la abuela Ana la escucha. Sabe escuchar. Y sabe contar con su voz de terciopelo sin sombra. Le cuenta cómo era ella antes de que cambiaran sus vidas de golpe y para siempre.

—Cuando nació mi niña no pude tocarla ni darle de mamar —dice con los ojos empañados—. Me la quitaron y tuve que aprender a no abrazarla ni besarla, a tocarla con guantes y mascarilla. Por eso tu madre es tan fría —añade. Ana se levanta con dificultad, tiene mal la cadera, pronto necesitará ayuda y se la llevarán a cualquier Hogar para mayores. Ella no quiere. Siempre ha dicho que le gustaría morir en su casa rodeada de sus cosas; que prefiere morir sola antes de que la toquen esos robots especializados en cambiar pañales y dar papillas.


ENTRE LÍNEAS

Se dirige a las estanterías repletas de libros de papel, cajas de cartón y caracolas marinas. Le muestra fotos de su juventud, sin mascarillas, con pantalón corto, posando abrazada a otras chicas y chicos que sonríen con el mar al fondo. En otra foto está con el abuelo, los dos muy jóvenes. Él la tiene cogida por la cintura, los dos miran a la cámara que ella sostiene. Los ojos brillantes y en sus bocas que saben besar, sonrisas. Natalia piensa que eso es la felicidad, que merece la pena probar. El año pasado, durante las clases presenciales, escuchó rumores entre los compañeros de la universidad. Se habla de ciertos lugares donde la gente hace el amor y tienen hijos a la antigua usanza. Son zonas desconocidas, remotas, de las que nadie ha regresado. Pero se sabe que existen y alientan la esperanza. La idea que lleva tiempo rondándole, se cuela persuasiva en su mente. Hoy ya duda de todo. Se pregunta

abiertamente si no viven en una Gran Mentira diseñada para manejar a las personas como si fuesen borregos que caminan por donde conviene al pastor. El miedo a morir fue el detonante: es muy poderoso. La excepción se convirtió en regla, la regla en costumbre, en comodidad. Y se acabó por no cuestionar, por no pensar. Cuando se despide de la abuela tiene un plan. Tiene que proponérselo a Leo. Viajaran con Ana fingiendo llevarla al Hogar de los mayores. Cuando lleguen seguirán hasta las montañas del norte, hasta la aldea perdida donde nacieron sus antepasados. Allí cuidaran de la abuela y ellos podrán tener una oportunidad de amarse, de tocarse no solo con ojos y alma. Y si no pasa nada, vivir. Y si mueren, hacerlo habiendo vivido. La abuela estará de acuerdo. Seguro. Maritina Romero Ruiz

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CAMINANDO VOY

~Caminando voy~

Por Paqui Pérez

El �ivo De tu fruto sale el oro líquido de nuestra tierra mediterránea. Cuando te veo en los jardines con tu copa podada y tu tronco retorcido indicándome la larga historia de tu vida, no puedo evitar pararme para admirar tu gran belleza callada y oculta en el interior de todas esas rugosidades que el tiempo se ha encargado de hacer su labor pero al mismo tiempo visible para ser contemplada. Cuántos inviernos soportando las inclemencias de la lluvia, el viento, la nieve junto con la escarcha mañanera, las tormentas con sus rayos, y tú temiendo que alguno se posase en tus elevadas ramas. Han sido muchos los días que has sido apaleado para arrancarte de tus entrañas las aceitunas ya negras rezumando aceite. Has sido testigo de conversaciones que te las han arrancado en las distintas épocas de tu anciana existencia. En los primeros años de tu menudo y tierno tronco cimbreante, me imagino que temblarías, cuando en la camada paralela sentías los golpes del vareo de unos hombres rudos, pero al mismo tiempo afanosos por cumplir su tarea para ganarse el sustento y alimentar a la prole. Pasado esto, llegarían otros momentos de dolor, cuando cogían el hacha para acicalar tu cuerpo y se fuese robusteciendo cortando las ramas más débiles, que se llaman “chupones”. Te caracterizas por tener un tronco revestido de dureza pero con un interior lleno de savia y ternura; a través de ti se podrían escuchar los sonidos de las guerras, el odio de los hombres entre sí y las risas de la paz. Ahora en tu nuevo emplazamiento rodeado de jardines y parques infantiles, te estás acostumbrando a sentir las alegres risas de los niños correteando muy cerca de ti, siempre alegres. Y de la noche a la mañana sólo

escuchas el silencio, agudizas el oído pero no sirve de nada, porque nada se escucha; impaciente te preguntas: “¿Dónde están todos?”. Sigue el silencio, pasan los días y a unas horas determinadas sólo se escuchan aplausos que se van prolongando demasiados días, hasta que de nuevo se comienzan a escuchar algunas voces, pero como si tuviesen miedo, ahogando el dolor y la tristeza de lo que le está pasando a toda la humanidad. Las voces no las reconoces, es como si las personas tuvieran sus bocas tapadas, nunca a lo largo de tus cientos de años has sentido el miedo de la humanidad tal cual lo percibes ahora. Por ello, mi gran viejo amigo Olivo, voy a aclararte tu estado de incertidumbre; se trata de la expansión de un virus que se llama COVID-19, la nueva enfermedad de esta era. Actualmente, estamos en la desescalada tras un periodo de estado de alarma, se acabaron los tan preciados abrazos, las fiestas de los pueblos, los viajes sin miedo. Ahora todo son salidas tomando precauciones, y si alguien tose a tu vera, rápidamente vas a desinfectarte; eso es lo que nos pasa querido Olivo. Creo que estamos cambiando de civilización, y estamos tan dentro que casi ni nos damos cuenta de la importancia de vivir estos acontecimientos de dudas, sufrimiento y miedo a lo desconocido, pero te digo una cosa: “Por muy larga que sea la noche siempre amanece”. ¡Rezo porque todo vuelva a la normalidad querido Olivo!. Paqui Pérez


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CAMINANDO VOY

G����a

En una mañana en la que me encontraba muy triste, pues no me habían pasado cosas alegres y el día estaba con niebla y lluvia, de pronto, algo me hizo detenerme. Era como un ruido de aleteo y un piar de ave. Me asomé a la terraza y allí estaba una preciosa golondrina con un ala rota. Me impresionó su forma de piar y mirarme; me estaba pidiendo auxilio. Es como si nos hubiésemos compenetrado, ella con su ala rota y yo con el alma herida.

Me incliné y la cogí con mucho cuidado, examiné su problema para ver de qué forma podría ayudarla. No estaba grave y pude ponerle una venda con un trocito de palillo, para de esa forma, inmovilizarle el ala. Fue un encuentro en el que las dos nos hicimos el bien mutuamente; las dos estábamos heridas y nos necesitábamos. Ella se dejó ayudar por mí, y yo me dejé ayudar por ella. Le puse por nombre “Esperanza”. Fueron pasando los días y su recuperación era extraordinaria, nos entendíamos a las mil maravillas; aunque esto parezca imposible, yo podía conversar con un ave herida, la cual se dejó hacer lo que todo ser vivo necesita, como puede ser: la compañía, la amistad (y no lo digo en broma) su comida y su agua. Llegó el momento de quitarle el vendaje, todo fue muy bien. Lo primero que hizo fue andar y después, realizar unos vuelos cortos, como si se estuviera probando a sí misma su capacidad de aguantar el vuelo y salir por la ventana con toda la libertad por descubrir de nuevo, pero…no salió tan deprisa como yo pensaba. Esperanza levantó un poquito el vuelo acercándose a mí y posándose en mi hombro; yo me eché a llorar de emoción y ella no paraba de trinar. Creo que nunca lo había hecho de esa forma, fue impresionante, las dos estábamos emocionadas. Volvió de nuevo a arrancar el vuelo y se marchó. Pensé que no la volvería a ver más, pero para mi sorpresa, hizo su nido en el techo de la terraza. Cada mañana me

alegraba con sus trinos, yo le daba los buenos días y mi respeto por sus crías. Llegó el tiempo de la migración y se fue. Sobre finales de febrero del año siguiente, entró por la ventana en una preciosa tarde y se puso a trinar lo más fuerte que su cuerpecito podía aguantar. Restauró el nido y crió a sus polluelos. Esto lo hizo cada año durante cuatro años. Fue algo tan inexplicable y al mismo tiempo tan maravilloso, que puede que alguien piense que esto solo es una forma de contar una historia inventada como tantas otras, pero no fue eso, lo viví, lo experimenté y lo disfruté, ambas nos ayudamos. Esperanza, aún no he podido olvidar tu canto, está en mi corazón. ¡Cómo nos quisimos! Paqui Pérez


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PINCELADAS

~ Pinceladas ~

Por Ana Sola Loja

Lágr�� mágic�

Las lágrimas brotan del corazón, no del cerebro. Leonardo da Vinci

Photo by Aliyah Jamous on Unsplash

Un día en clase de Lengua, tenía yo 12 años, el profesor nos mandó leer el ejercicio de redacción que nos había mandado hacer. Yo escribí lo que había sentido al ver a nuestra gata, en el cesto que mi madre le había puesto en la cocina junto al fuego, dando de mamar y lamiendo sin cesar con ternura, a sus cuatro gatillos recién nacidos. Conforme lo leía y sin darme ni cuenta ni poderlo remediar, las lágrimas me resbalaban por la cara tratando de limpiármelas torpemente con las manos. Sentía vergüenza esperando las risas de mis compañeros al terminar de leer, pero no las podía evitar. Cuando balbuceante finalicé de leer el escrito, me quedé un tanto desconcertada, pues la clase estaba en un absoluto silencio y la voz del profesor me sonaba como a gran distancia: No te avergüences, me dijo temblándole la voz emocionado, esas “lágrimas mágicas” que hoy derramas sin poderlas contener, son “un bautizo” para tu alma. La numerosa clase formada por muchachos en su mayoría, lo escucharon conmovidos. Todos habréis observado que a través de las emociones provocadas por los sentimientos más profundos, sin ningún transfondo triste, a veces nos han hecho derramar esas “lágrimas mágicas”, dijo. Simplemente al escuchar una voz que te hace vibrar. Al oír una melodía que te trae dulces recuerdos. Al presenciar una escena de ternura…o escuchando las

tristes noticias de los que se ha llevado en silencio y a solas el actual virus. Y hablando de sonidos, nos contó un curioso relato que narra OSHO en uno de sus libros: “Había en la calle dos hombres peleando con tal saña, que peligraban sus vidas. En eso, pasó Pitágoras, y cogiendo su laud, tocó una nota. Al escucharla, uno de los hombres quedó paralizado y de inmediato salió corriendo. Aquel sonido les salvó la vida”. Hay también olores que nos impresionaron en algún momento de nuestra vida, y, por asociación de ideas, al volverlos a percibir, nos emocionan. A veces, a solas contigo misma, sientes que la vida tiene un sentido más profundo que la cotidianidad de lo diario, y entras en “un lugar” sólo tuyo, con sensaciones gozosas que te impulsan a ver todo de distinta manera, a sentir que hay algo más por lo que vivir, algo intangible, pero tan hermoso, que te supera y lloras, nos dijo emocionado. En esos momentos que pueden ser sólo segundos, aparecen las “lágrimas mágicas” que, sin tener un motivo aparente, te hacen bucear agradecido por los más profundo rincones de tu alma. Pienso con frecuencia, que nuestro ser es un milagro del que no somos del todo conscientes. Lo digo, porque a través de la piel, también podemos sentir y recordar sensaciones que, como me ocurre hoy, provoquen “lágrimas mágicas”. Hace tiempo escribí un sencillo poema dedicado a mi hijo que, precisamente hoy cumple años, cuya estrofa final dice: “Aún conservo en mis manos el calor de su cuerpo cuando al nacer del mío lo acaricié sin tiempo.” Ana Sola Loja


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PINCELADAS

¿Qué v��á des�� de esta h�ib� �isis? Qué vendrá si hay cuerpo que la resista, porque llevar tanto tiempo inmersos en ella, aunque dicen que ya vamos saliendo, es agotador física, espiritual y psíquicamente. Y como le decía aquel campesino al médico, yo pregunto: ¿Doctor, “a sus cortas luces” que cree usted que tengo? Remedando al Dr. Sabín en su último artículo en “Solera”, me lo pregunto yo también. La definición de crisis es sólo cambio. Cuando una persona está enferma, el médico siempre dice que cuando “haga crisis” puede haber una clara mejoría y posterior curación. Lo que pasa es que todos sabemos que las bacterias y virus nos enferman, pero amigos: ¡Vaya “virus” el causante de la dichosa situación actual! Se hablaba de la gripe asiática, pero ¿de qué país procede realmente, por qué y cómo esta “epidemia” tan persistente y rápida en su extensión como dañina? Siempre que ocurre algo en el mundo, beneficia a X sector: ¿A quién beneficia ésta, quién está sacando provecho de ella, hacia dónde van los vientos? Me gustaría tener una “veleta” milagrosa para averiguarlo. No se trata sólo de España, como estamos comprobando, es Europa y el mundo en su totalidad el que la padece. ¿Hacia donde están dirigidos algunos confusos mensajes? Yo me hago una pregunta cuya respuesta no me llega, pues aunque escucho las tertulias de periodistas y políticos, me pierdo, porque cada uno defiende que lo que se está haciendo es lo correcto para superarla.

Photo by Jordan Ladikos on Unsplash

Es más fácil dividir un átomo que acabar con un prejuicio. A.Einstein

Admiro y llevo en el corazón a todos los que han contribuido positivamente dando a veces hasta su propia vida para ayudar a los enfermos. Me pierdo ante esas cantidades astronómicas de millones de transacciones bancarias, de discursos en los que emplean términos para especialistas. ¿Por qué no nos explican la situación con un vocabulario coloquial que todos entendamos? Creo que todas las situaciones tienen solución y para bien, pero pediría un reparto equitativo de esta carga tan dolorosamente pesada. Este tiempo podrá servir para fomentar la creatividad, la investigación y para que ahondemos dentro de nosotros analizando cual ha sido nuestro comportamiento con el planeta en su totalidad, qué parte de culpa tenemos todos y cada uno de nosotros. Ciertamente vivíamos inadecuadamente sin ahondar en nuestros esenciales y verdaderos valores, demasiada prisa y aún más superficialidad. Es mi opinión.

Ana Sola Loja


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~ Mi mesa camilla ~

Por Nono Villalta

Tengo muy claro en mi memoria la primera vez que limpié un culo: yo tenía 28 años y el dueño del culo 10 días. Cerqué la zona como un desactivador de explosivos primerizo, “todo el mundo fuera —pensaba— que nadie se lleve a engaño y diga que no le advertí, atrás, atrás”. Conseguí que nos quedásemos los tres solos: el bebé, el culo y un servidor. Ocasiones las hubo más veces. Culos un montón. Pero en este quehacer rutinario y exageradamente repetitivo ocurre como en los cines antiguos: las butacas que están en lo más oscuro, huelen de otra manera y suele haber más gente, como en el día del espectador. Y es que realmente, la vida comienza, aproximadamente, la primera vez que te limpian el culo, con muchos espectadores entusiasmados a tu alrededor y arranca a decrecer cuando te lo limpian a solas y en silencio. En la actualidad es el pañal como puerta de entrada, aunque también de salida. En los tiempos que corren de influencers, hater, crush y másters, las auxiliares de enfermería han puesto en valor su trabajo de “limpiar culos”. Es cierto que hay trabajos mejor pagados, más brillantes, con más prestigio mediático, aunque ninguno le gana en importancia al de las auxiliares. Mi amiga Esther R. trabaja en una residencia de ancianos de Córdoba y se crió en las mejores manos: las de su padre anciano, que sostiene a su madre en el baño para ducharla, afectada de Alzhéimer. Me relataba Esther que hay residentes que —después de limpiarlos, darles crema, de hacerles y ventilarles la cama— desean besarle las manos.

Photo by Aliyah Jamous on Unsplash

El orgullo de limpiar culos

Son esas manos silenciosas las que hacen grande un país y no las que se ponen ceremoniosamente sobre una Constitución. Las manos mal pagadas que asean culos y no aprietan un interruptor rojo y fatal, no firman los ERTE, ni despidos, ni saben apretar un gatillo. Esas manos con olor a lejía que no delatan ni cierran bocas. Las manos que producen ese hechizo y esos milagros son esas manos que llegan muy justitas a final de mes. Y tienen los padrastros mordidos. Son manos como las de mi abuela Ana, blancas, arrugadas y casi desuñadas de tanto restregar en la tabla del lavadero. Ojalá supiéramos diferenciar que hay varios tipos de caca. Y que solo una apesta. Las líneas de la mano, los posos del té o el café y el tarot son las técnicas más habituales para descifrar el porvenir de cualquiera, pero... ¿y si en realidad el futuro está precisamente echando la vista atrás? Concretamente, al culo. Nono Villalta


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MI MESA CAMILLA

Un amigo

cam�ero

Cada edad se corresponde con la necesidad de tener amigos distintos. Un pediatra se echa de menos cuando nuestros hijos son pequeños. También un amigo mecánico con nuestro primer coche. No estaría de más un amigo abogado en ciertos momentos. Y con la edad más tardía un amigo técnico en prótesis dentales. Sin embargo un amigo camarero es tener un lujo a cualquier edad. Por supuesto que uno de los de antes, vamos de los de toda la vida. Este personaje del que hablo es el camarero que sirve para todo; te guarda las llaves, te comprende cuando le dices que este año te han vuelto a birlar el premio Planeta, permanece impasible escuchándote cuando le cuentas la mili cien veces. Un auténtico profesional que lo mismo te tiene la copa fría de la cerveza, que te pregunta por la suegra cuando te ve mala cara. Un lujo. Son tipos que charlan lo justo y nunca murmuran, escuchan con atención todo lo que le dices y callan como una tumba. Actúan igual que una madre que nada más verte la cara ya saben si necesitas un Gin-tonic o una infusión de manzanilla. El buen camarero y su bar son lo más parecido a la consulta de un siquiatra y su diván. Un lugar en el que te sientas en un taburete después de un mal día, aparece un tipo con un trapo al hombro que le pasa una bayeta húmeda al mostrador y se acerca hasta tu oído para susurrarte: «Qué, hoy estás jodido» y sin más dilación te sirve tu bebida preferida. La significación de un buen camarero no solo afecta a la amistad, el ocio, las tapas o el deporte, sino también al sexo. Y a veces a todas las cosas a la vez.

Cuentan de Di Stéfano que cuando jugaba el Real Madrid en casa, al terminar el partido acostumbraba a llevar a sus conquistas al mismo hotel. Pero solo porque allí tenía un amigo camarero, uno de esos hombres dispuestos a cualquier cosa para atender a su cliente a la más mínima señal. Sin este hombre las noches de alcohol y lujuria no habrían sido las mismas. La misión de este hombre consistía esencialmente en llamar a la puerta de la habitación dos horas después de haber sido ocupada por la pareja, dejaba una bandeja en la mesita con cerveza y medias noches y se llevaba a la acompañante hasta el taxi que le había preparado en la puerta. Asunto liquidado y hasta la próxima semana. Cuando llegó a oídos del presidente, don Santiago Bernabéu le reprochó la vida nocturna que llevaba, a lo que el jugador le contestó: «marcar goles es como hacer el amor, todo el mundo sabe cómo se hace, pero ninguno lo hace como yo, por eso tengo que entrenarme». Lo cierto es que aquel año la liga la ganó el camarero. Nono Villalta


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~ La Marmita de Lola ~

Por Lola Narváez

Ojén

De Konstantin - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=334864

Entre las sierras Blanca y Alpujata, en un lugar de gran riqueza hídrica, se localiza Ojén, pintoresca localidad entre el mar y la montaña de marcado sabor andaluz por la distribución de sus calles, la arquitectura popular y la abundancia de flores.

cuando las crónicas islámicas hacen referencia a esta villa, en la que un castillo, hoy destruido, pasó de unas manos a otras entre revueltas, rebeliones y conquistas. Fue repoblado por cristianos viejos del Valle del Guadalhorce.

El origen árabe del pueblo está reflejado en el trazado de sus calles y la arquitectura de sus viviendas que adornan la blancura de sus paredes con flores de bello colorido. Sus calles son estrechas y empinadas. El río Almadán atraviesa su núcleo urbano.

Ojén goza de las bondades y cercanía tanto de la costa cosmopolita como del interior agreste, ofreciéndoles estas opciones a los visitantes.

En el centro del pueblo encontramos la Fuente de los Chorros, mandada construir por Pedro Fernández, alcalde de Ojén en 1905. También encontramos la Parroquia de Ntra. Sra. De la Encarnación, de principios del siglo XVI, reconstruida en varias ocasiones. Podemos visitar el Palacio de Juanar, en Sierra Blanca, fue edificado por el marqués de Larios en el año 1906 como refugio de caza. Un invitado egregio fue el rey Alfonso XIII. En 1965 se habilitó como Parador Nacional y desde 1984 lo explota una cooperativa de trabajadores de Ojén. Las numerosas cuevas de su término municipal dieron abrigo a familias neolíticas, aunque es en el s.X

Sus fiestas, del 9 al 12 de octubre, feria y fiestas en honor a su patrón San Dionisio. El día 12 procesión de la virgen del Pilar. Festival Flamenco durante la última semana de julio o primera de agosto. Este festival se celebró por primera vez en el año 1975. Se ha convertido en la manifestación flamenca más importante de la Costa del Sol. En su gastronomía, sopa hervida o sopa de caldo cuyos ingredientes son el pan, ajos, cebollas, pimientos, tomates, aceite y sal. Chicharros con arroz o fideos, pipeao de habas, bolo de hinojos, potaje de castañas y gachas. En el Refugio de Juanar y en época de caza, faisán, ciervo, codornices y cabra montés. Lola Narváez


LA MARMITA DE LOLA

E�CON �ada de � oz SALMÓN Cocer 80 gr. de arroz basmati por comensal con sal y un chorrito de aceite de oliva. Escurrir. Unos 250 de salmón fresco cocido al vapor con un poco de sal 1 aguacate troceado y un poco de pimienta recién molida PARA LA SALSA DE MOSTAZA: 100 gr. de aceite de oliva 1 cucharada de mostaza de Dijon 1 cucharada de azúcar

1 cucharada de vinagre de vino 1 cucharadita de eneldo seco En un bol poner la mostaza, azúcar y vinagre e ir agregando el aceite batiendo para emulsionar, al final poner el eneldo y mezclar. Montar el plato poniendo el arroz, el salmón en trozos y sin espinas, el salmón ahumado y el aguacate poniendo por encima la salsa y un poco de pimienta Lola Narváez

M�uza grat�ada

CON MAYONESA A LAS FINAS HIERBAS omensal. rluza por c e m e d ja e ir 1 roda oco de sal p n u s e rl de Pone na fuente u n e s la o poniénd a buena as con un rl ri b u c , o ornear a horn onesa y h y a m e d d sto. cantida inutos y li m 15 s o d 180 gra IERBAS: S FINAS H A L A A S E MAYON 1 huevo liva ceite de o , 10 1 vaso de a rejil, 2 de albahaca e ep 2 ramas d o in ll o seco de cebo a de eneld it d ra a h c Media cu ón n Sal y limó ner sal, lim o p a s e n o ay finas. Hacer la m adas muy ic p s a rb y las hie

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~ De todo un poco ~

Por Paqui González

C�a resta�ada EN LA CALLE MARQUÉS

La inmortalidad existe, se llama conocimiento. Pregunta lo que no sabes y recuérdalo cuando te pregunten. Anónimo

En la esquina de la calle Marqués con Cintería, se encuentra un edificio del siglo XVIII, restaurado recientemente, que ha quedado precioso. Le afea un poco el haberle subido dos plantas, pero aun así se nota su elegancia y vistosidad. Se cree que entre los siglos XVI y XVIII, este edificio se construyó para un convento de las Religiosas Franciscanas de La Concepción-Clarisas. Dicho inmueble fue construido en el año 1518. Por sus pinturas murales, se ve que perteneció a alguien devoto, por sus representaciones de la Virgen Inmaculada y la Santísima Trinidad. No era muy común esa decoración, por lo que hace pensar que las religiosas Franciscanas fundaron su convento en el año 1518 en la calle Marqués y

fue en ese edificio precisamente donde lo hicieron, por la fisonomía de su construcción. Yo he conocido ese lugar, como tienda y taller de electricidad en los años 60, hasta bien entrado el 2000. Su propietario era jefe del taller y tenía su vivienda en el primer piso. Por cierto su esposa era gran amante de las plantas y siempre lo tuvo lleno de vistosas flores y geranios que daban una alegría especial a toda la calle. La gente iba expresamente a hacer fotos a sus balcones. Nuestra querida malagueña Celia Berrocal, supo plasmarlos en sus lienzos dando ese toque de color añejo, a su entorno y vida a sus flores. Paqui González. Fuentes: Wikipedia


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DE TODO UN POCO

El reg�o De todos los animales de la tierra, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir. John Steinbck el pobre animal cada vez estaba más asustado, hasta que cogiendo una escalera lo alcanzó cuidadosamente y lo puso en el suelo. Antes que este se diera cuenta ya había corrido como un cohete y se escondió tras un gran macetón que había a la entrada de la casa. Allí estuvo hasta que llegó la pequeña y lo tomo en sus brazos haciéndole mil caricias, mientras le decía: ¿Verdad que no lo vas a hacer más?, el gatito parecía comprenderla y le lamía la carita mientras ella se mondaba de risa por las cosquillas que le hacía aquella lengua pequeñita, y con un ronroneo se acurrucó entre sus brazos quedándose dormido.

Aquellos rizos dorados caían por su frente mojada por el sudor. Había corrido por el jardín persiguiendo a aquel gatito travieso que le regaló su madrina una tarde de domingo en aquel mercadillo donde se vendían toda clase de animales. El gato, como animal pequeño, se escapaba en cuanto la puerta se abría, y no había forma de parar su carrera, su padre le puso de nombre Cohete, aunque a la pequeña no le hacía ninguna gracia, ya que ella eligió el nombre de Lucero. Un día lo encontró el jardinero subido a un árbol del que no era capaz de bajar. El hombre buscó todas las formas y

Esta niña era más traviesa que el pobre animal al que hacía correr por el jardín tras su pelota o simplemente echaba carreras con él diciéndole: ¿A que llego antes que tú a la puerta? Y cosas así. Un día le puso al felino un vestido de gitana de una de sus muñecas y había que ver al pobre animal corriendo por el jardín tratando de quitarse aquello que lo aprisionaba y se le liaba entre sus patitas. Su padre al ver el espectáculo, aunque no podía contener la risa, llamó a la pequeña y le dijo unas palabritas que jamás olvidó. Hoy, después de muchos años, se sienta con su padre en un banco del jardín, bajo el árbol donde subió Lucero y ambos recuerdan con cariño a aquel pobre animal tratando de liberarse de aquellos ropajes. Esta niña de rubios cabellos estudió veterinaria y curó a muchos animales, siempre recordando a su gatito al que tanto quería y que un buen día después de muchos años acompañándola en sus fechorías y de mayor sentándose a sus pies mientras ella estudiaba… cerró sus ojitos y se marchó al cielo de los gatos… Paqui González


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LA BRÚJULA

~ La Brújula ~

Por Mercedes Sophía Ramos

La po�eza no habla

Las injusticias deben ser denunciadas colectivamente, pues nunca se sabe si algún día nos tocará sufrirlas. Ellos no hablan, están en hermético silencio, como si fuese delito su situación quedan abnegados y desérticos, mientras parte de la humanidad mira para otro lado las sirenas siguen cantando al ritmo que marca la globalización y toda su prepotencia, su dominio es tal que apabulla y excluye a esos cuatro millones de pobres que existen en nuestro país, nadie podría a pensar siglos atrás que la España imperial donde no se ponía el Sol y era la abanderada en casi todo el mundo iba a contar en la actualidad con esta lacra social y con el despilfarro de continuadas incongruencias a lo largo de los tiempos, así se ha generado esta triste realidad. Las leyes son creaciones e ideas que se instauran para el bien común, los mandatarios y politólogos son aquellos que obligatoriamente han de servir y promulgar la equidad con resoluciones efectivas cuyo rendimiento protegería a los más desprotegidos y vulnerables, las oportunidades no son movimientos al azar ellas deben ser constatadas por grandes ingenios de estado y grandes pensadores/as, de no ser así sumaremos más pobres a la lista, sin entrar en tecnicismos ni detalles, las cumbres, los protocolos y la cantidad de asesores y programas deberían servir para determinar objetivos concretos y efectivos, ante esta ferocidad los demás no podemos hacer nada salvo denunciar y alzar la voz, tal como está el panorama actual es de vital importancia que desde donde corresponda se estudiase un plan urgente y generalizado para impedir que esta gran iniquidad no sucediera más. Marco Aurelio, emperador de Roma, fue uno de los más importantes filósofos y sabios del Imperio romano, según el historiador Nadal, este emperador

quedó inscrito como uno de los mejores conductores de Roma, por tanto, habría que volver la mirada atrás para seguir su alto nivel y conocimientos para estructurar y guiar la base de un país y sus consecuencias, él dijo una frase contundente para gobernar a Roma, “Si no es bueno no lo hagas; si no es verdad no lo digas” , eso se remonta al año 161 y hoy estaría completamente vigente. Mientras tanto, los trapajosos/as y mendigos (como se les llama peyorativamente) siguen sin manifestarse, al menos nadie lo hace por ellos, nadie organiza una gran protesta tal y como se hacen por otras causas injustas, a veces, son personas que ingresan a ese fatal destino sin apenas darse cuenta, un día cruzan la línea y están dentro, muchos incluso sienten vergüenza por ello, optan por el silencio y por la discreción, creen que nadie les hará salir de ese lugar y apenas hacen ruido, los vemos pacientes en las colas de caridad y saben agradecer a todas esas instituciones y voluntariados que como haría Schindler todo le parecía poco para dedicarse a favorecer la existencia de otras personas. ¿Por qué ocurre esta desigualdad?, la respuesta sería porque no sabemos o no queremos gestionar la pirámide que sustenta a la Humanidad, quizás sería mucho más sencillo si aunáramos fuerzas todos juntos y derribáramos ese muro con supremas legislaciones y reglamentos que eliminaran para siempre a la pobreza de la faz de la Tierra. Sin duda eso ocurrirá si nos ponemos sin demora manos a la obra. Mercedes Sophía Ramos


LA BRÚJULA

Bibi�a Fern�dez, UN SUEÑO CUMPLIDO

Bibiana Fernández, nació en Tánger en al año 1954, con muy pocos años se trasladó a Málaga, ella se siente absolutamente malagueña, sus declaraciones elogian constantemente el amor que siente por su querida ciudad, recuerda cada rincón vivido a la luz de nuestro mar y se apasiona al mencionar nuestros maravillosos pueblos, entre ellos destaca Villanueva del Rosario, allí pasó una larga temporada de su juventud. Actriz, cantante y presentadora, ha sido y es una artista vibrante que define su personalidad arrolladora en cualquiera de sus facetas. Concisa y elocuente es muy considerada por sus opiniones en las frecuentes tertulias donde participa, sus variados perfiles ponen de manifiesto su amplia cultura, siendo su sabiduría doblemente valorada por ser plenamente autodidacta. Bibiana derrama desparpajo y naturalidad haciendo que nadie quede indemne ante su presencia. Su originalidad atrae la atención al inmensurable público que la admira. Películas, teatro y variedades avalan a esta polifacética mujer. Ella además, creó un antes y un después al exponer sin recato su trayectoria personal. Su extraordinaria valentía le hicieron reclamar públicamente la identidad que deseaba, así mismo, su peculiaridad enardeció a muchos provocando cierta polémica en años complejos para ese tipo de aperturas. En su momento minimizó un estado que posteriormente abrió caminos paralelos a todas las personas que se sentían igualadas a ella y que sufrían de su encierro, ciertamente se transformó y canalizó oportunidades impensables, por ello, quedará siempre patente el resultado de su innovación en la sociedad actual. Su metamorfosis y transversalidad la adecua con elegancia presentando a una mujer bellísima que se complementa con un carácter formado dentro del sentido común y la naturalidad. La primera regla de Bibiana es respetar y hacerse respetar, independientemente de las opiniones contrarias que nunca consiguen turbarla, ella moldeó un cambio diferente y sin complejos. Haciéndose segura y fuerte pudo conseguir al mismo tiempo enfocar con éxito su carrera profesional. Antes de ser popular Bibiana trabajó en distintos ramos, temporalmente vivió por la zona de Capuchinos,

siendo una persona discreta, sería y algo tímida. Por entonces nadie podía suponer que su sueño principal estaba entrelazado a querer ser artista, para ello tuvo que sortear suertes por variados caminos, no siendo demasiado fácil elegir el más adecuado. Entre las primeras ofertas que le ofrecieron tuvo dudas respecto a la posibilidad de equivocarse, en el mejor de los casos, antes de decidirse a aceptar estudiaba minuciosamente todas las posibilidades, ya muy joven era consciente de la incertidumbre y los vaivenes del mundo del espectáculo, sabía de sus riesgos y estaba perfectamente preparada para un fracaso trepidante. Por la situación que le asistía, prefirió ser prudente antes de subirse en cuadrigas que le pudieran desplazar de su sueño para siempre. Aún así, se introduce muy escalonadamente en círculos de teatro y variedades hasta lograr ser la estrella principal de la Cadena Ferrer de Barcelona. Más tarde, presentaría programas televisivos de gran audiencia, consiguiendo franjas “prime time”, ella saborea la explosión del éxito sin aspavientos, reafirmándose en su madera artística en cada una de las películas que ha realizado, Almodóvar, Aranda y Trueba entre otros directores de cine avalan sus buenas cualidades interpretativas, alimentando géneros y registros diferentes que ofrecen a su trabajo un crédito muy completo. En general, la figura que representa Bibiana resulta muy positiva y expectante durante toda su trayectoria. Para Bibiana no se ha repetido la historia, ella ha escrito un capítulo rigurosamente novísimo, ha circunscrito un episodio y ha sellado formalmente todas las bases, en esas normas se eliminaban todo tipo de caricaturas y sensacionalismos, siendo única en mantenerse al margen de exageraciones exacerbadas. Bibiana Fernández es un referente que pondera una estrella más entre los muchos personajes malagueños, su reconocimiento es valorado en muchas países del mundo donde se le desea una larga carrera y muchos éxitos por llegar. Mercedes Sophía Ramos

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DE ESTO Y DE AQUELLO

~ De esto y aquello ~

Por Leonor Morales

Responsabilidad

“Eres cómplice de lo que te sucede: la desgracia entra por la puerta que le has abierto” Alejandro Jodorowsky El precioso bebé de dos añitos está correteando por el comedor de la casa con un cochecito de juguete: “Rrrrrrrrrrrrr…” Corre a gatas embebido en la conducción y su cabecita choca violentamente contra una pata de la pesada mesa de caoba. Lloros, los brazos de la madre, besitos en la parte dolorida, curita sana… “No es nada, mi amor… ¡A ver, esta mesa mala, que le ha hecho pupa a mi niño…! ¡Toma, toma, mesa mala…!” Y la mamá pega a la pobre mesa, con gran regocijo de su criatura. Está muy bien que el bebé cuente en todo momento con la atención y el consuelo de su madre, su padre, sus abuelos… Sentirse atendido y querido es imprescindible para que su crecimiento emocional sea sano y positivo. Pero debe saber desde los comienzos de sus entendederas, quién es el responsable de sus caídas y golpes. Nada de mesa mala. “Mi amor, tienes que mirar por dónde vas mientras juegas, para que tu cabecita no choque contra los muebles. Tienes que tener cuidado…” Es igual que no lo entienda del todo. Acabará por entenderlo y por cuidarse. (Aunque no siempre, claro)

Lo importante es que está adquiriendo sentido de responsabilidad. No puede echar la culpa a nadie por sus descuidos, él mismo es el culpable de sus caídas y golpes. Es un principio. Posiblemente muchos de los individuos que van por la vida culpabilizando de todas sus desgracias a personas o circunstancias ajenas, empezaron así, con “mesa mala…” El primer núcleo humano de un niño, es la familia y en ella debe encontrar su puesto, con sus derechos y sus deberes. Estos no deben serle impuestos como una obligación, sino más bien como una adquisición: Está admitido como un miembro útil, capaz de aportar a esta pequeña sociedad su granito de arena. Cuando un niño pequeño pretende ayudar a un mayor, más bien es un estorbo, pero hay que hacerle ver que su ayuda es valiosa. Se espera de él que realice, como todos, sus tareas, como recoger sus juguetes y otras actividades domésticas y relacionadas con su aseo, que irán aumentando según vayan desarrollándose sus capacidades. No es una imposición, es que en esta sociedad cada cual tiene que hacerse cargo de sus responsabilidades. El niño que va al colegio con su responsabilidad familiar bien asimilada, adquiere e interioriza pronto las responsabilidades derivadas de su condición de alumno y compañero. Y lo que se aprende bien en la niñez, a poco que se incida en lo aprendido, durará toda la vida. Será un buen ciudadano, capaz de ser útil y responsable en la pandemia del Corona Virus. Leonor Morales


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DE ESTO Y DE AQUELLO

Irresponsabilidad

En la revista de enero comenzaba mi escrito “Año Nuevo” comentando que el recién empezado (veinte- veinte) parecía un año bonito, prometedor de cosas buenas para todos. Está visto que hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, sobre todo cuando está relacionado con el futuro, siempre incierto y sorpresivo. ¡Y cómo nos ha sorprendido! ¡Cuánto dolor por todas partes! Ha puesto al mundo entero patas arriba y hasta tenemos una “Nueva Normalidad” que ya no me atrevo a pensar si será para siempre o si algún día volveremos a la antigua: La de los besos y abrazos, la de las celebraciones familiares y sociales y la de las grandes concentraciones humanas.

Parece mentira que, sabiendo como sabemos cómo se las gasta el enemigo, haya tanto inconsciente (generalmente jóvenes) que no siguen las normas sanitarias y facilitan con su comportamiento la expansión del virus. ¿Cómo se puede obrar con tanta irresponsabilidad? ¡Con la que está cayendo! Es verdad que, como siempre, la inmensa mayoría nos comportamos correctamente; pero también, como siempre, es esa minoría irresponsable y estúpida la que echa a perder todo el trabajo y el esfuerzo de la mayoría consciente y responsable. ¡¡¡Y NO HAY DERECHO!!! Pero la irresponsabilidad parece una lacra imposible de erradicar del género humano. (¡Ni las multas acaban con ella! Tenemos un claro ejemplo en el tema de los conductores.) ¿Cuestión de educación? Pudiera ser. El caso es que hay una minoría con la que no va eso de arrimar el hombro al esfuerzo común, para lograr mejoras colectivas, o para terminar (como ahora ocurre) con un mal que nos atañe a todos. De momento todo está bastante confuso: Hay que vivir, claro; la “Nueva Normalidad” intenta que lo hagamos con el menor riesgo, pero el enemigo es imprevisible, no conocemos bien sus comportamientos ni por donde puede atacar. Razón de más para que usemos contra él las armas de que disponemos, aceptando y practicando las normas sanitarias que nos aconsejan.

De momento, y mientras no dispongamos de una vacuna, esto es lo que hay. Volver al caos o salir de él depende en gran medida de la responsabilidad personal de cada cual. Merece la pena aceptar las molestias, incomodidades y esperas que la “Nueva Normalidad” nos impone. Se puede disfrutar de reuniones familiares, asistir a conciertos y acontecimientos deportivos; se puede viajar… Pero guardando escrupulosamente las normas. Hay que acostumbrarse a vivir de otra manera para conseguir, más adelante, retroceder a la vida que añoramos y nos gusta. (Aunque quizás haya un “antes” y un “después de”) Esperemos que ese “después de” sea mejor para el planeta y sus habitantes. Esperemos que los inteligentes humanos hayamos aprendido algo de tan dura lección. (Excepto algunos políticos, claro. Los que están siempre tan en “lo suyo” que nunca se enteran de nada.) ¡¡ESPEREMOS…!! Leonor Morales


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CONTRACOSTUMBRE

~ Contracostumbre ~

Por Isabel Pavón

La flor seca

Para ti que, lejos de desilusionarte, siembras flores en el jardín de tu vida. Hacía un año que se habían mudado al campo y acababa de llegar la primavera. Si bien en las habitaciones del interior aún faltaban detalles, la zona exterior iba tomando cuerpo.

Llegó el momento en el que la anfitriona quiso enseñarle las novedades del jardín y comenzaron a pasear por la zona delantera. Celestinos, glicinias enredadas por las paredes, dalias, romeros, rosales, traídos estos el día anterior desde el vivero, las saludaban. A las plantas hay que hablarles, ¿lo sabías? y le explicaba la historia de cada una.

Durante varios meses la dueña trabajó con esmero en el jardín. Amigas y vecinas le regalaban esquejes, semillas que fue sem- Foto: Mari Carmen Fernández brando y, en aquel terreno que encontró un tanto infranqueable, había conseguido que las plan- Mientras la escuchaba, la invitada guardaba un protas explotasen en un sinfín de flores multicolores fundo silencio. Parecía que tanto color le dañaba en que aromatizaban el ambiente. Parecía un vergel de los ojos y se colocó las gafas de sol. los que admiraba en otras casas. Su deseo se había Los tonos se mezclaban. Por entre los diferentes tohecho realidad. nos verdes aparecían los inmaculados blancos, los roPor ser más espaciosa y digna de recibir visitas, la sas, los morados, los rojos y los amarillos. Un estallido nueva casa les había hecho ser más hospitalarios. de vida al que acudían con gusto las mariposas. Bajo el sol del invierno no habían faltado las barbacoas en el almuerzo, ni las cenas al aire libre en el pri- ¡Crear vida valía la pena! mer verano que estrenaron. Sin un hueco donde no apareciera una flor, el recorriIlusionada quiso invitar de nuevo a una persona es- do llegaba a su fin. Fue entonces cuando la invitada pecial para que viese el agradecimiento de la natura- abrió su boca para exclamar con cierto regusto, ¡ahí leza en sus parterres, una amiga de las que son como se ve una flor seca! ¡Fíjate, fíjate, está ahí mismo! ¿es hermanas de sangre, con las que se comparte hasta que no la ves? No conformándose con señalar el lugar, la llevó del brazo hasta posicionarse ante ella y los más ínfimos detalles. decirle ¡mira! Ahí la tienes, seca del todo. Llegó la mujer a la hora del almuerzo, cuando el carbón lucía entre rojo y anaranjado y la humareda as- La dueña de la casa le respondió, sí, se ve que es la cendía ondulante, como si danzase sinuosa al com- única que se ha marchitado, llevaba abierta varios pás de la música que les regalaba la radio. Buena días y..., ¿pero no te has fijado cómo florecen las detemperatura. Buen ambiente. Buena comida. Todo más? listo para el disfrute. La amiga, con los agujeros de la nariz tomando aire, Tras una copa de Sauternes servida para celebrar a tan abiertos como si no hubiese un mañana y con la la bienvenida, las chuletas de cordero comenzaron a mandíbula apretada, no quiso responder. cubrir la parrilla. Comieron, hablaron, rieron. El pastel Isabel Pavón estuvo acompañado por un cremoso café bombón.


CONTRACOSTUMBRE

¡�o lo hago yo!

En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas. Gabriela Mistral Cuando era pequeño, apenas con cuatro o cinco años, ya se sentía capaz de hacer cualquier cosa, fuese difícil o imposible. A mamá le hacía gracia esa valentía infantil del más pequeño de la casa de atreverse con todo.

El ejemplo que Luisito me daba con su repetida frase “¡eso lo hago yo!” me ha acompañado en forma de broche sobre la solapa de mis luchas. Me ha dado ánimos cuando me faltaban. Me ha infundido fuerzas. Me ha hecho rebelde.

—Luisito, ¿has visto los saltos que da ese deportista?

Cada día, “¡eso lo hago yo!” me empuja aún a seguir adelante cuando todo parece que va hacia atrás, o cuando parece que lo que se ha torcido no va a lograr enderezarse.

—¡Eso lo hago yo, mamá! –Y tan pronto como le era posible empezaba a practicarlos.

En el momento en que mis brazos Luisito oía cantar ópera e imitaba; se rinden y parecen gritarme que veía a los trapecistas en el circo y al ya no pueden sostener el mundo, el llegar a casa saltaba de sofá en sofá mío, el que me envuelve y me aby de silla en silla. Si papá le llevaba sorbe, me levanto y los alzo. Y he de a una exhibición de paracaidistas, repetirme, falta de inocencia a escon su imaginación en flor saltatas alturas en las que peino canas, ba de la cama al suelo imitando a “¡eso lo hago yo!”. Porque atreverse Luisito y Belén, la más pequeña. Foto Isabel Pavón aquellos héroes. Lo mismo hacía es el paso más importante. Arrandurante las olimpiadas, los campeocar con un proyecto es una quimera natos de fútbol que retransmitían los medios de a veces insoportable y a la vez ineludible. comunicación. Luisito probaba todo con la célebre frase que le servía de talismán: ¡eso lo hago yo!. Puerta que abre la vida hay que cruzarla. Puerta que cierra hay que respetarla, pero nunca aceptarNo se le resistía nada porque todo lo intentaba, lo sin haberse atrevido, aunque sólo fuese una vez, porque se veía capaz. Que lo consiguiera o no era a empujar para entrar, hubiese lo que hubiese al otro cantar, pero esa fuerza interior que le brotaba, otro lado. ese arranque ante la prueba la vencía sin miedo y no se la quitaba nadie. Todos somos capaces de buscar una frase que nos aliente y nos levante y nos conduzca a hacer lo que Aunque entre todos le cuidábamos, ser su herma- se nos presenta como cotidiano, al menos intenna mayor me llevaba a sentirme a la vez un poco tarlo con ganas e ilusión. Lo que importa es disfrumadre. Me gustaba observar su manera de soñar tar el proceso que dura ese intento. Porque eso que ante el televisor. Lo recuerdo como si lo estuviese pueden hacer algunos, también puedo hacerlo yo, viendo, canijo como él solo, guapo a rabiar, el pelo también puedes hacerlo tú, y si para ello nos alencastaño claro muy rizado, sintiéndose otra perso- tamos unos a otros, mejor que mejor. na, cariñoso con todos, viéndose adulto antes de tiempo y, sobre todo, vencedor. Isabel Pavón

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ABECEDARIO

~ Abecedario ~

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Nono Villalta e Isabel Pavón

N

Ñ

Estoy seguro de que fueron creadas para combinarlas y formar las palabras precisas, las más exactas y oportunas para nombrar las cosas, las sensaciones, las emociones y las ideas. Ese es el último fin de las letras.

Me gustas. Porque tu juventud (solo dos académicos te han grabado en su sillón) hace de ti que seas polémica y rebelde. Porque la informática —diosa madre de nuestra cultura— te pone en tela de juicio. Ya ves tú, nadie hablaba de la Ñ, siempre vulgar y ahora enseña de reivindicaciones electrónicas.

La que siempre me atrajo de una manera especial fue la N, a pesar de que con ella empiezan palabras poco alentadoras como nadie, nada, no, nunca o nicho; también otras muy queridas, nacimiento, naturaleza, noche, niña, niño, nieta, comienzan con esa consonante nasal y alveolar que ocupa el undécimo puesto del alfabeto y sobre la que siempre he apuntado que era la Ñ sin bigote. Y es que, cuando se sitúa en el último lugar de la palabra, su sonido se hace agudo, brusco y explosivo, haciendo necesaria la acentuación de la vocal que la acompaña. El canario Pérez Galdós contaba que la frutera que le atendía en su barrio le decía, al ser nombrado académico: «Me alegro mucho porque estará usted cómodo en la banquetita... La N mayúscula, en cambio, ¡qué incómoda debe de resultar para estar sentado ahí!... Ha tenido usted suerte.» Nada hay tan fonético como la letra N, acompañada de cualquier vocal abre un mundo de sensaciones que embellece el lenguaje: nácar, néctar, nido o nube, para terminar siendo violenta e impetuosa al convertir en aguda una palabra: explosión, tritón o aluvión. Nono Villalta

Tu virgulilla te ennoblece, te arropa y te distingue. Eres, en fin, una letra útil y necesaria que permite entender y entendernos en el idioma común de los hispanohablantes, la segunda lengua materna en el mundo y tercera en Internet. Han intentado hacerte desaparecer, pero nada sería igual sin ti. Por último, imagino cómo sería en el futuro expresarnos sin tu ayuda: «La seno ensenaba a los ninos a pelar castanas y a las ninas a peinarse el mono, sonando como se empanaban los cristales al llegar el otono“. Deprimente. Nono Villalta


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ABECEDARIO

O

P

Cuando éramos niños aprendimos a escribir la “o” sin ningún problema, antes incluso de saber que ese círculo era una de las letras del abecedario. La dibujábamos en el sol y en la luna llena. Practicábamos su hechura con las ruedas de los coches. Para muchos era la letra que más nos gustaba porque era fácil de hacer y pronunciar.

Para pronunciar la letra “p” hay que unir los labios y su repetición resulta simpática, por eso he escrito la historia de Perico con todas las que he podido.

Usamos la sencillez de la “o” para definir a los más torpes: no sabe hacer la o con un canuto. Si le anteponemos la “n” nos sirve como negación, porque decir que sí no es siempre bueno. Se utiliza además para expresar duda al tomar una decisión: no sé si quiero un bocadillo de jamón o de chorizo. Marifé de Triana la hizo posesiva en su canción María de la O, no María de la A, o de la D, ni de la F. Cuando algo nos causa sensación decimos “¡oh!”, y la adornamos con una hache que, aunque muda, dice mucho, y dos signos de admiración cuya postura resulta graciosa. La “¡oh! nos aviva el espíritu, nos da alegría. “¡Oh!” también sirve para sentir decepción. Es curioso que la misma expresión sirva para ambos estados de ánimo. En este segundo caso yo tengo mi propia iniciativa, consiste en poner los signos de admiración con los dos puntitos hacia abajo, así se vería claramente que muestra tristeza, porque parecerían dos lagrimones cayendo “!oh!” abajo. La letra “o” tiene un hermanastro que se llama cero y se escribe “o” también, pero no podemos confundirlos porque éste pertenece al alfabeto numérico. La “o” rueda por este texto, unas veces con acento y otras sin él. Isabel Pavón

Pablo despojó a Perico del poco parné que tenía. Perico se quedó de piedra y quiso compensarse pidiéndole pipas para preparar un potingue. Se opuso Pablo y porfiaron un poco. Perico, vestido siempre de pana, se apoderó de un buen puñado y salió corriendo. Ya en casa, como no podía pelarlas, se propuso ponerlas en la ponchera para que se ablandaran pronto. Después, en el rellano estuvo de palique con su prójimo de al lado, que estaba pellejoso y más canijo que un palo con pelos en el pecho, mientras le contaba que le había tocado una peculiar pedrea. Un pellizco es un pellizco, le dijo Perico a su prójimo. Palmetazo a palmetazo, Perico espantaba a las impertinentes moscas que empezaban a aproximarse. Y de pronto, pí, pí, pí, punzaba el pito previniendo que las pipas estaban a punto para el potingue. Entró de nuevo en casa y, cuando se acercó a verlas, una paloma peleona paladeaba las pipas dentro del pote para ocuparse la panza. Perico palideció. La emplumada paloma picoteaba. Empujó al perverso bicho sin lograr que se fuera. Entonces Perico espurreó pimienta sobre el ponche y la paloma echó a volar sin parar de estornudar. Isabel Pavón


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SALUD

~ Salud ~

Nicanor Sabín

D�or ��ico

Ya he escrito en alguna ocasión que la auténtica vocación del médico está en aliviar el sufrimiento humano, incluso medio en broma medio en serio añado que al final todos, menos los Médicos Forenses, “fracasamos”.

El concepto de dolor, como síntoma, ha estado presente y va acompañando a la evolución de la humanidad, expresado de formas diferentes según las diferentes culturas. En la ética Aristotélica el dolor era concebido como una forma particular de la emoción, afectaba a lo mas profundo del ser humano. Desde Descartes, edad moderna, el dolor es concebido como una disfunción de la mecánica corporal. El dolor pasó de ser una concepción íntima a una concepción mecánica, pura transmisión neuronal con receptores y emisores. Las investigaciones actuales demuestran que entre el estímulo doloroso y el dolor experimentado existen un montón de filtros que lo alteran, disminuyéndolo o aumentándolo. Nosotros, al igual que los animales, ante un estímulo doloroso, reaccionamos evitándolo, pero a diferencia de los animales podemos reflexionar sobre ese dolor, buscar las causas, comprender como funciona, darle algún tipo de sentido (si es que lo tiene). No estoy hablando solo del dolor físico sino también del sufrimiento psicológico y/o espiritual. No es lo mismo el dolor que nos provoca una quemadura que el dolor por la pérdida de un ser querido. Ante un mismo estímulo doloroso, cada persona reacciona a su manera, condicionada por distintos factores: psicológicos, fisiológicos, sociales, culturales... en algunos casos lleva a un aislamiento social, pérdida de amigos e incluso de la familia. En la sociedad actual está muy generalizado que todo dolor es inútil “Es un sinsentido absoluto”.

La medicina moderna concibe el dolor como algo cruel, una tortura innecesaria, que debemos eliminar a toda costa. Ya lo he dicho al principio y lo repito, el control del dolor es uno de los objetivos prioritario para lograr la calidad de vida de mis pacientes. Pero también es inevitable hacerse algunas preguntas: ¿Podrá la técnica médica conseguir la supresión total del dolor?. ¿No estaremos dando una imagen omnipotente, pero falsa, de la medicina?. ¿No estaremos creando una sociedad anestesiada?. ¿No estaremos mostrando una gran indiferencia por la vida?. ¿Abolir la facultad de sufrir sería abolir su condición humana?. ¿Despojar al dolor de todo significado supone dejar al ser humano sin recursos, haciéndole vulnerable?. Con un ejemplo quizá se entienda mejor: Sufrimos durante el parto, estamos dispuestos a dar la vida por nuestros hijos o por la persona amada, hay mucha gente que se sacrifica e incluso pone en peligro su vida por ayudar a los demás, es decir le estamos dando un sentido a ese sufrimiento. Si definimos la oscuridad como la falta de luz, el frío como la falta de calor, el mal como la ausencia del bien, también podríamos decir que el dolor es la falta de bienestar, podríamos concluir que el mejor camino para iniciar la superación del dolor es darle un sentido, y este no puede ser otro que el amor. Por tanto tratar el dolor crónico, conseguir un parto sin dolor, una muerte sin sufrimiento, eliminar los síntomas dolorosos que conllevan las enfermedades… por supuesto que sí, pero sin dejar a las personas desconectadas de medio y desprovistas de su dignidad. Recuerdo que mis profesores solían decir que la medicina es una ciencia y un arte. Y creo que es cierto: La ciencia tecnifíca y el arte humaniza. Nicanor Sabín González. Médico


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AGENDA

USO DE LA MASCARILLA SÍ ¿Cómo no estar a favor? Tras adoptarse las medidas de confinamiento y pasados los primeros momentos de confusión, queda claro que además del lavado de manos y la distancia social, las mascarillas son un elemento básico de protección ante el coronavirus. Está demostrado que el virus se expande a través de las gotitas respiratorias producidas cuando una persona infectada tose, estornuda, habla...Tras diversos estudios queda demostrado también que hay personas asintomáticas que pueden propagarlo y que otras pueden hacerlo antes de presentar síntomas. Por tanto la decisión de las autoridades en nuestra Comunidad Autónoma de hacer obligatorio su uso me parece muy necesaria para frenar la propagación del COVID-19. Por nuestra parte considero que es una responsabilidad moral protegernos a nosotros mismos y a los demás.

NO ¡Qué tiempos nos ha tocado vivir! A nuestra indumentaria tenemos que agregar un complemento nuevo “la mascarilla” ¡algo horrible! No me gusta nada. Que si llevamos gafas y, al ponerlas o quitarlas las patillas se nos enganchan y están a punto de caer. Las gafas se empañan y hay que andar intentando quitar esa capita de vapor que no nos deja ver. Con el calor te pones a andar y notas como la cara se te llena de sudor. La respiración la notas dificultosa, no entra suficiente oxigeno con ese trapo tapándonos media cara. Nuestras orejas se nos van a poner como las de Dumbo, alicaídas, de la presión de las gomillas. Y la sonrisa… ya no podemos dedicar una sonrisa de gratitud, amistad o cariño porque no se nos ve. Después de todo esto, no hay más remedio que llevarlas por nuestra salud y la de los demás y porque… nos puede caer una multa de aúpa si no la llevamos puesta.

CINE LA CHICA DANESA

Se estrenó en 2015. La vi sin conocer la trama y fue una gran sorpresa descubrir con cuánto respeto y cuidado se manejó la identidad de género. En su contenido podemos descubrir dolor, ilusión, esperanza, dulzura y fracaso, todo mezclado a la vez durante 120 minutos. La película nos muestra la historia real de Lili Elbe, una pintora danesa. Fue la primera mujer transgénero que se sometió a cirugía. Estuvo apoyada por su esposa a manifestarse tal y como era. Está dirigida por Tom Hooper y sus protagonistas son Eddie Redmayne, Amber Heard, Alicia Vikander y Matthias Schoenaerts.

Isabel Pavón

PARA REÍR El profesor de Literatura pregunta a un estudiante en clase: -¿Por qué le has puesto tilde a la palabra “calor”? - Es que he oído en la radio que estos días el calor se acentúa. Se encuentran dos amigos que no se habían visto durante todo el invierno. - Amigo, ¿este verano qué? - Tengo ganas de ir a París, como el año pasado. - ¿El año pasado fuiste a París? Y le responde - No, pero también tenía ganas.

Paqui Pérez

LIBROS Cicatriz Juan Gómez Jurado Edición: Ediciones B. Año: 2015 Calificación: muy buena Una historia de amor con algunas mentiras. ¿Conocemos de verdad a la persona con la que dormimos? Merece la pena meterse en sus páginas.

Paqui Pérez

Alegría. Finalista Premio Planeta 2019 Manuel Vilas

Editorial Planeta Temática: Novela contemporánea Desde el corazón de su memoria, escribe su historia, la de su generación y la de un país. Una historia que a veces duele, pero que siempre acompaña.

Paqui Pérez


Fotografía: Nicanor Sabín


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