S E M A N A S A N TA D E S A H AG Ú N · PAT R I M O N I O C O F R A D E
EJEMPLAR DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA
Semana Santa de Sahagún PATRIMONIO COFRADE • • •
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade, 2019 Ejemplar de distribución gratuita Edita: Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José de Sahagún © Textos: M. Carmen R. Rebollo Gutiérrez, María de Alaíz Franco, Rafael Domínguez Casas, Joaquín García Nistal, Javier Rivera Blanco © Fotografía: Estrella Andrés © de la edición: Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José de Sahagún Diseño de portada: Cesnatur, SAL Maquetación y Diseño: Editorial MIC Producción editorial: Editorial MIC · www.editorialmic.com DL: LE 711-2019’
Semana Santa de Sahagún PATRIMONIO COFRADE • • •
CATALOGACIÓN DEL PATRIMONIO COFRADE DE LA SEMANA SANTA DE SAHAGUN
Semana Santa de Sahagún PATRIMONIO COFRADE • • •
PRESENTACIÓN.................................................................................... 9 PRÓLOGO.............................................................................................. 11 A CAPILLA DE JESÚS Y L EL MUSEO DE LA SEMANA SANTA DE SAHAGÚN.......................15 EL RETABLO DE LA CAPILLA DE JESÚS NAZARENO.................21 LOS PASOS PROCESIONALES •E l Nazareno con el Cirineo.................................................................................. 29 • J esús en el Gólgota (“El majito barreno” o “El Rodapelo”)...........................32 •L as Tres Marías........................................................................................................37 •C risto Crucificado y Caballo de Longinos.......................................................... 41 •P aso del Descendimiento...................................................................................... 44 •P aso del Santo Sepulcro. “La Urna”................................................................... 48 •V irgen de la Soledad...............................................................................................53 •C risto Crucificado...................................................................................................57 •L a Oración en el Huerto........................................................................................ 61 •E cce Homo..................................................................................................................66 •V irgen de las Amarguras....................................................................................... 68 • J esús Nazareno, llamado “Jesús el Pobre”.......................................................... 71 •V irgen Dolorosa (“Soledad Pequeña”)................................................................74 ESCULTURA •C rucifijo gótico .......................................................................................................78 •C risto Crucificado .................................................................................................80 •T alla sin rostro de San Pedro (?).......................................................................... 82 •D os esculturas representando al Niño Jesús Triunfante.................................. 84 •P apones, tamborilero y trompeta........................................................................ 88 •P iedras con relieves arquitectónicos.................................................................... 90
PINTURA •F ranciscano .............................................................................................................94 • S an Francisco de Asís rezando arrodillado.........................................................96 •C uadro de las Ánimas y Virgen del Rosario...................................................... 98 • S alvator Mundi........................................................................................................100 •E ntierro de Cristo................................................................................................ 103 MOBILIARIO •A rmario empotrado ............................................................................................ 109 •B anco con escudo de armas cuartelado ........................................................... 110 •A rcón...................................................................................................................... 112 •A rcón grande......................................................................................................... 114 •B anco con respaldo y escudo de llaves de San Pedro .................................... 116 •C uatro bancos sin respaldo .................................................................................117 •P uerta de estilo Rococó....................................................................................... 118 TEXTILES •E standarte............................................................................................................. 120 •H ábitos de cofrades..............................................................................................123 ORFEBRERÍA Y ARTES INDUSTRIALES •A rma Chisti o instrumentos de la pasión ......................................................... 128 •C uatro velones de latón y una cruz de altar...................................................... 131 •C ruz procesional y varias varas ..........................................................................132 •D os trompas .........................................................................................................135 •F arolas.....................................................................................................................138 •D os cornetas..........................................................................................................139 • I nsignias de la Cofradía de Jesús Nazareno...................................................... 141 • I nsignias de la Cofradía de la Vera Cruz............................................................144 •V elón de hierro forjado .......................................................................................146 PATRIMONIO DOCUMENTAL • I mpreso con la traducción del Breve de Inocencio X .................................. 150
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................156 ÍNDICE DE AUTORES.......................................................................164
PRESENTACIÓN
Sahagún está caracterizado por su rico y variado patrimonio artístico del cual forma parte, el que la Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José ha ido reuniendo desde su fundación en el S XVI. Hemos trabajado en las últimas décadas en un extenso programa de de restauración y recuperación de todo nuestro patrimonio del que ahora, los hermanos de Jesús, estamos orgullosos y del que, espero, se sientan orgullosos todos los sahagunenses independientemente de sus creencias. Como culminación de este trabajo de conservación y puesta en valor de todo nuestro patrimonio cofrade, hemos procedido a encargar a un equipo de profesionales –todos ellos de Sahagún- la catalogación del mismo y el resultado es esta publicación que ahora tienes entre tus manos. Esperamos, los que dirigimos la Cofradía, que el esfuerzo realizado por ese equipo, sin cuya colaboración no hubiera sido posible presentar este libro, sirva para divulgar nuestro patrimonio, mejorar el conocimiento de nuestra Semana Santa y proyectar la misma hacia metas más ambiciosas que no dudamos conseguiremos. Para nuestra Semana Santa este es un gran paso pues, a partir de este momento, nuestro patrimonio cobra un nuevo valor social y cultural y enriquece, aún más, los 500 años que esta manifestación, tan arraigada en nuestra Villa, tiene. Me despido con la ilusión de que el esfuerzo de los colaboradores no será baldío y que la edición de este libro va a servir para que los hermanos de Jesús nos sintamos, aún más si cabe, miembros de una organización verdaderamente especial. A todos los que han colaborado para que este trabajo vea la luz, ¡Qué Jesús Nazareno se lo pague! Leandro Álvarez luna Apoderado de las Cofradías de Sahagún Sahagún, mayo de 2019 9
PRÓLOGO
La Cofradía de Jesús del Nazareno y San José presenta en este trabajo un estudio sobre el catálogo y el inventario de las obras completas de la organización que representa la manera en que han ido acumulando sus hermanos bienes muebles e inmuebles artísticos desde su origen en el siglo XVI. Se manifiesta, asimismo, su voluntad de perpetuidad y su interés patrimonial en tres vías que insisten permanente en presentar unas posesiones culturales intangibles y físicas constituidas por: 1. Conservar las manifestaciones de patrimonio inmaterial sumadas a su acervo desde su origen y que contienen costumbres, usos, liturgias, cantos, músicas, ropas de las dos hermandades (Nazareno y Vera Cruz), tales como la Isa, las rondas poéticas, los productos temporales (el pan bendito, el aguardiente, el puerro, las aceitunas negras, el pimentón, el escabeche, las agujas de la Virgen, las flores, los cánticos religiosos y populares, etc.), pues constituyen la esencia que desde tiempos inmemoriales define la singularidad de las procesiones y de la Semana Santa de Sahagún y la distinguen de otras leonesas, castellanas y aun españolas. 2. Custodiar, restaurar, conservar, difundir e investigar el rico Patrimonio inmueble que posee, como la propia Capilla de Jesús, sede de los pasos y de la cofradía, en la que desde el siglo XVII, en que se erigió, y que fuera restaurada varias veces desde entonces hasta el presente, los abades se esfuerzan en conservarla en el mejor estado posible y en enriquecerla, con la mayor autenticidad, sin alterar su significación histórica, simbólica, artística y arquitectónica, por ser una construcción de ladrillo, tapial y madera, característica de las tipologías religiosas del territorio. La capilla es asimismo espejo de los modelos tipológicos de otras capillas del territorio y un ejemplar plausible de la arquitectura tradicional y etnológica característica de la Tierra de Campos. 3. El patrimonio mueble, conformado por el conjunto de objetos que la cofradía ha venido reuniendo desde sus orígenes y que incluye piezas artísticas de extraordinario valor, como los pasos procesionales, e imágenes que se distribuyen por el interior de la Capilla de Jesús, y otras, que no caben en ella, que se conser-
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
van todo el año en diferentes iglesias de la villa, como San Lorenzo o San Tirso. También forman parte de este patrimonio otros objetos artísticos e históricos de gran valor, como el retablo de la capilla de Jesús (con relieves del siglo XVI del gran escultor de la escuela renacentista juniana Juan de Angers y con armazón de madera ensamblada del siglo XVIII, en el más puro estilo barroco exaltado), así como numerosos cuadros, pinturas y esculturas, relieves, etc., ubicados en las paredes y nichos de los diferentes muros de la capilla. Finalmente hay otra gran colección de objetos de menor valor artístico pero de gran interés histórico y etnográfico, los apoyaderos de los pasos, las cruces de plata y de hierro, las cruces de madera, los limosneros, las varas de insignias o sencillas, las ropas de los hermanos (de color morado las de la Vera Cruz, negras las del Nazareno), tambores, trompetas... Finalmente, la cofradía posee muchos objetos de valor usuario para la realización de la Semana Santa que también se citan en este libro blanco. Con todo ello cumple el mandato de la defensa de la tradición, el espíritu y la letra de la Constitución Española que ordena conservar el patrimonio y enriquecerlo, y las disposiciones de la Ley de Patrimonio Histórico de Castilla y León. La piezas más notables e importantes por sus valores artísticos, históricos, materiales o simbólicos son estudiadas una a una en fichas que indican el título o la denominación o advocación de la figura representada, el autor cuando está documentado (en caso contrario se significa «anónimo»), la época y el siglo (la fecha cuando hay constancia de una concreta), la ubicación dentro de la misma capilla o en otras iglesias y la procedencia (si es original de la cofradía, si procede de otras iglesias, etc.), el material con el que está construida (hierro, madera, policromada, etc.), el estado de conservación y las medidas. Se consigna también la función que la pieza tiene o representa en la cofradía, en la procesión y en la Semana Santa de Sahagún. Finalmente hay apuntes con la descripción del objeto y se mencionan las restauraciones, si se tiene constancia o documentación de las mismas. Cierra la ficha la relación de la bibliografía, tanto escrita en papel como, si existe, en medios informáticos, redes o internet. El modelo seguido es típico de las estructuras académicas a las que pertenecen los autores de las sucesivas fichas.
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PRÓLOGO
Es preciso destacar que estos autores de las fichas son especialistas licenciados/graduados todos en la carrera de Geografía e Historia, especialidad de Historia del Arte; todos estrechamente vinculados con la villa de Sahagún porque han nacido en ella, residen o han vivido durante muchos años, y siempre han colaborado con la villa/ciudad y de manera más concreta con la cofradía publicando en su revista, atendiendo o participando en sus pregones, aportando documentación y asesorando siempre que se les ha demandado. El presente catálogo ha sido coordinado por el que suscribe (Javier Rivera Blanco, cofrade de Jesús, catedrático de Teoría e Historia de la Arquitectura y de la Restauración de las universidades de Valladolid y Alcalá y subdirector general del Ministerio de Cultura y responsable del Instituto de Patrimonio Cultural de España de la Dirección General de Bellas Artes), con la valiosa intervención de Rafael Domínguez Casas, profesor titular de la Universidad de Valladolid; Joaquín García Nistal, profesor titular de la Universidad de León; María de Alaiz Franco, licenciada en Historia del Arte; y María del Carmen Rebollo Gutiérrez, licenciada en Historia del Arte. Cada uno de ellos firma con su nombre y apellidos los trabajos que les pertenecen. Me resta agradecer en nombre de todos los que constituimos estos estudios la generosa oferta de participar en este proyecto de la cofradía que busca y merece la Declaración para la Semana Santa de Sahagún de Interés Turístico Nacional. De manera muy especial, un agradecimiento a su presidente, Leandro Álvarez Luna, y a todo su equipo de colaboradores y miembros de la dirección de la cofradía, sin los cuales la institución habría desaparecido hace muchos años o viviría en estado latente sin renovación ni brillo. Pues gracias a ellos hoy, sin duda, es una de las mejores insignias de la cultura, el arte y las tradiciones sahagunenses. Javier Rivera Blanco Cofrade de Jesús Nazareno. Catedrático de las Universidades de Valladolid y Alcalá. Subdirector General del Instituto de Patrimonio Cultural de España (Ministerio de Cultura)
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LA CAPILLA DE JESÚS Y EL MUSEO DE SEMANA SANTA DE SAHAGÚN Javier Rivera Blanco
• Autor y cronología: Desconocido, Siglo XVII (166-). •U bicación y procedencia: En el lado occidental de la iglesia de San Lorenzo de Sahagún. •M aterial, estado de conservación y medidas: La mayor parte en buen esta, algunas zonas de los muros occidentales con pon fuertes empujes y hendiduras y resquebrajaduras importantes. •F unción: Sede de los Hermanos y contenedor de los Pasos.
Sahagún tiene una gran fortuna al contar con una hermosa capilla para custodiar la mayoría de sus Pasos de Semana Santa y otras obras de arte importantes de la villa, como el extraordinario retablo de Trianos. Construida en tapial y ladrillo en el siglo XVII, en el austero arte barroco-clasicista su disposición a los pies de la iglesia mudéjar de San Lorenzo, es la sede de la Cofradía de Jesús Nazareno, en la que también se custodian algunas piezas de la extinguida cofradía de la Vera Cruz. Parte de los “pasos” de ambas cofradías se guardan también en la iglesia de San Tirso de la misma localidad. Allí celosamente los cofrades facundinos protegen, estiman y fomentan su amor por la Semana Santa, excepcional muestra de fervor religioso y sentimiento 15
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popular tradicionalista que convierte a la del lugar, por el entusiasmo de sus gentes, la valía de sus imágenes y el decoro de sus procesiones cada día más buscado y valorado, en una representación singular y única en las tierras castellanas y leonesas. Es una verdadera manifestación de carácter patrimonial inmaterial. El origen de la Cofradía de Jesús Nazareno se sitúa generalmente, pues no existe documentación explícita al respecto salvo un documento que la referencia en 1586, sobre 1600 o a comienzos del siglo XVII de forma más genérica. El hecho de poseer pasos de fecha anterior permite sospechar que tuviera su origen en la centuria anterior, como tantas cofradías leonesas o castellanas, pues, en efecto, hay referencias documentales de su existencia como Cofradía, así como de la de la Vera Cruz en el siglo XVI. De 1652 se conserva un Decreto de Inocencio Y concediendo indulgencias, por lo que su funcionamiento entonces era normal. Según Albano García Abad (p. 14) en el quinientos podría tener su sede en el entonces existente Hospital del Dulce Nombre de Jesús, “que era obra y estaba asistido por la Cofradía de Jesús Nazareno”. Construida en el siglo XVII y restaurada la capilla y bien conservados sus valiosos y especiales pasos es uno de los lugares ineludibles para conocer la villa, su historia y el carácter de sus habitantes. Su estilo es austero, construida con verdugadas de ladrillo y de adobe según los modos de la zona que tanto prestigio han otorgado a los alarifes y albañiles de la comarca, a los que falta un homenaje, una estatua o una placa en nuestras plazas o calles. La fachada es proporcionada y noble, capaz de entablar un diálogo con la vecina iglesia mudéjar formando una continuidad con diferentes alturas y volúmenes de su pórtico. La portada de la capilla se rehízo en el año de 1775 (como consta en la piedra del vértice del frontón de la espadaña y base del bolardo que la corona) y empezó a placarse en piedra, allá por los mismos años del siglo XVIII en puro y austero estilo neoclásico en correspondencia con el movimiento estético imperante entonces, pero, afortunadamente (pues hubiera creado un fuerte contraste del color blanquecino de la caliza con respecto al del rojo ladrillo cocido), no hubo medios económicos suficientes y quedó plana en el color térreo que la emparenta con su antecesora y con el entorno creado por el templo parroquial. Es una buena fachada, de tratado clasicista, cuadrangular en sus proporciones, con gran puerta de arco de medio punto para permitir cómodamente la función de entrada y salida de los pasos. Éste enmarcado por un gran listón plano a la altura de los riñones y que se dobla al recorrer la cornisa, en cuyos extremos se yerguen dos pináculos con bolas. Se corona con la espadaña de un cuerpo que recoge en su hueco de medio punto la campana que convocaba a los vecinos y a los cofrades a los distintos ritos procesionales con su voz de bronce. Por remate un frontón un tanto 16
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desvaído que tuvo bolas herrerianas en los tres vértices, y ahora solo conserva la del más alto y central. Una cruz de hierro forjado cierra la cima. El acceso se verifica por una gran puerta de dos hojas de madera que permite la entrada a un vestíbulo cuyos laterales se decoran con labores mudéjares realizadas en el siglo XX (años de 1991 a 1995) bajo la dirección del gran Maestro albañil y hermano cofrade Julio Cumplido “el andaluz”, que llevó a cabo todos los trabajos con otros compañeros de la misma organización (Ángel Pérez, Juan Luis Ferreriro y José Modroño Bermejo, además del citado en primer lugar y el Abad Leandro Álvarez, en la obra de albañilería; Antonio García y César Campillo en la electricidad y Juan Carlos Escudero, como pintor). Destacan los frisos de esquinillas, arcos ciegos pequeños de medio punto que flanquean a uno central agudo. En los muros lampadarios y cruz de hierro forjado. En el pavimento se aprecia una roseta realizada en canto rodado y ladrillo (A. García Abad, 1996, 92-95). El interior presenta una nave de estilo barroco, de la época de la construcción del conjunto, con reformas posteriores y restauraciones de los referidos años 1994/1995. Se cubre con cuatro tramos, tres de bóvedas de yesería, la cuarta con cúpula vahida, y las paredes están encaladas o vistas en ladrillo. Todo el espacio y paredes están ocupado por los “pasos”, por cuadros, esculturas y diversos objetos de las dos cofradías. Al final de la nave, en el tramo del presbiterio que ocupa el retablo de Trianos (con los tableros renacentistas de Juan de Angers), se abren a cada lado dos espacios o mal llamadas capillas que contienen la del oeste el 17
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Paso de la Urna, y el contrario otro de la Virgen ante la Cruz. En las hornacinas reconstruidas con recercados de ladrillo viejo, con ventanas ciegas de arco de medio punto a norte con esculturas de Niño Jesús, y al lado opuesto, ventana ciega apuntada con Cristo gótico, sin cruz. Desde esta sala se prolonga y por un angosto pasillo se comunica hasta la parte posterior de la iglesia de San Lorenzo, donde se encuentra una portadilla para acceso doméstico de los hermanos cofrades desde la calle del Arco. Todo el edificio está construido con el sistema habitual en la comarca en la Edad Moderna, tapial, ladrillo, entramados de madera, cubierta abovedada en la nave y de madera en las capillas. Los documentos del archivo de la cofradía prueban que la capilla poseía más terreno en su lado occidental y los cofrades luchan ahora por recuperarlo. Allí se conserva con amor un documento que trata del poder otorgado y la concesión de escritura pública al clérigo de Sahagún D. Leonardo Pérez de Vega, el día 31 de julio de 1661, con la autorización del Abad del monasterio de San Benito, para vender por 800 reales de Vellón un Corral grande, otro pequeño, un osario y un callejón tejado, a los pies de la iglesia de San Lorenzo, propiedad hasta entonces de esta parroquia, por su cura y representantes para construir una Capilla con su sacristía y la propiedad permanente de la misma. En efecto, el documento refiere que los parroquianos declaran: “Y desde luego nos apartamos por nos y en su nombre del derecho de posesión propiedad dominio y señorio que es al dicho fuero de 5 reales en cada vn año Corales Callejón tejado y sitio de Osario tenia y teniamos y podra tener y pertenecer asi de hecho como de derecho y todo ello pleno y a(ho)ra lo çedemos renunciamos y traspasamos en el dicho Licenciado Leonardo Pérez de Vega y en dicha capilla se ha de edificar en dichos sitios para cuyo efecto dicho es y no para otro se lo vendemos...”. Se levantó inmediatamente la capilla, pero no en toda su extensión y ahora se pretende recuperar sus espacios originales para su ampliación y mejora del museo. En otro documento del mismo año el capellán adquiere derechos plenos para la cofradía sobre la capilla de manera que se consigna que ésta había de tener puerta independiente a la calle por donde entrar a decir misa para que nunca estorbasen los parroquianos de San Lorenzo o su cura. Este celo prueba que ya en su origen el hecho de cómo los cofrades defendieron con uñas y dientes sus propiedades y hay que agradecerlos que tras tantos años hoy sigan notablemente mejoradas, como demuestran estos estudios que se están realizando.
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LA CAPILLA DE JESÚS Y EL MUSEO DE SEMANA SANTA DE SAHAGÚN
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Otros documentos antiguos de 1803, 1826 y 1844 insisten en la necesidad de la Cofradía de Jesús Nazareno de recuperar los terrenos de su costado occidental, según prueban constantemente ser dueños por escrituras públicas. Esta situación aún hoy no resuelta se volvió a plantear incluso en el Ayuntamiento de la villa, pues en 1902 hasta la misma corporación tuvo la valentía de afrontar el asunto y defender a los cofrades. La colección de pasos de Sahagún no cabe toda ella ahora en este lugar, unificadas y desaparecidas otras cofradías antiguas. Sin embargo, la capilla es un referente extraordinario de la cultura y la identidad de los sahagunenses. Bastaría con recordar que la Urna, el Majito Marreno, las Tres Marías, el Crucificado, el Nazareno, etc., hoyan cada año y desde hace siglos todas las Semanas Santas y a hombros de los cofrades y los vecinos los suelos que pisaron nuestros padres y abuelos, nuestros antecesores, y que hoy constituyen un legado único e irrepetible que merece el mayor de los esfuerzos para garantizar su conservación y su seguridad, para mantener la pureza de nuestras tradiciones seculares, para recordar a nuestros hijos en el futuro que el pasado es su referencia y la explicación del porvenir. El Patrimonio, del que Sahagún debe enorgullecerse como ningún otro lugar por sus espléndidos tesoros antiguos y modernos, no sólo es un germen de significación de nuestra historia, sino, bien gestionado, también una inagotable fuente de recursos sociales y económicos. Un bastión en el que fundar parte del desarrollo de la villa que le permita mejorar su calidad de vida y promover beneficios y empleo.
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RETABLO DE LA CAPILLA DE JESÚS NAZARENO Joaquín García Nistal
•A utor y cronología: mazonería: anónimo/ año 1730. relieves: Juan de Angés o Juan de Angers (antigua mazonería Guillén Doncel)/ años 15451546. •U bicación y procedencia: cabecera de la capilla de Jesús Nazareno/ capilla de doña Isabel del Quiñones en el convento dominico de Santa María de Trianos •M aterial y técnica: mazonería: madera de pino albar/ tallado, policromado, dorado y bruñido de acabados marmóreos. relieves: madera de nogal/ tallado, policromado, estofado, bruñido, pulimento. •D imensiones: 7,40 x 5,20 mts. (alto x ancho). •E stado de conservación: bueno. •R estauración: Mariano Nieto Pérez (año 2003).
El actual retablo de la Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún es el resultado de la singular fusión entre una mazonería barroca del siglo XVIII, en la que se incorporan varias esculturas de bulto redondo en el remate del cuerpo principal, y un conjunto de ocho bajorrelieves del siglo XVI procedentes del retablo que doña Isabel de Quiñones, hermana del conde de Luna don Claudio Fernández de Quiñones, encargó al imaginero Juan de Angés y al entallador Guillén Doncel en 1545 para adorno de su capilla familiar sita en el cercano convento de Santa María de Trianos. La estructura arquitectónica, en madera de pino policromada y dorada, es una notable labor barroca que Manuel Gómez Moreno, en su Catálogo Monumental 21
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de la provincia de León, recogió indicando: “llevando su retablo la fecha de 1730”. Aunque estas palabras invitan a pensar que pudo observar alguna inscripción que le permitiese fijar una cronología tan precisa, hasta el momento no se ha hallado ninguna. Si bien, no debe descartarse esta opción, ya que las características estilísticas de la talla y policromía, así como la morfología de los diferentes elementos que la componen, evidencian que la obra se ajusta a las realizaciones del primer tercio del siglo XVIII. Esta mazonería está compuesta por un sotabanco independiente, un banco o predela, un cuerpo principal tetrástilo dividido en tres calles y un ático. El sotabanco está formado por tres cuerpos independientes: ocupando el centro, una mesa de altar resuelta a modo de estructura arquitectónica clásica con un frente liso policromado a imitación de las superficies marmóreas –en cuyo centro se aloja un tondo con relieves de los instrumentos de la pasión (corona de espinas y tres clavos)– y flanqueado por dos parejas de columnas de orden toscano rematadas con un entablamento liso. Por su parte, los extremos son ocupados por dos cuerpos idénticos e independientes, de perfil bulboso y decorados con policromías de acabados marmóreos y una rocalla dorada en el centro. La predela, rematada con entablamento, se compartimenta en tres calles mediante cuatro ménsulas que sirven de apeo a las columnas del cuerpo superior y están decoradas con putti y testas de querubines que emergen de una abundante hojarasca dorada. Estas ménsulas generan un espacio central rectangular y dos cuadrangulares en los extremos, que se enmarcan con sartas de flores y frutas y láureas, respectivamente, y en los que se alojan los relieves del siglo XVI de San Marcos, el Entierro de Cristo y San Mateo, como detallaremos más adelante. Sobre el entablamento de la predela se asienta el cuerpo principal, divido en tres calles mediante cuatro columnas de orden corintio y fuste estriado, en las que se tallan cabezas de serafines, jarrones, instrumentos de la pasión, telas colgantes y hojarasca dorada. La calle central, más amplia, está formada por una caja enmarcada por pilastrillas talladas con cabezas de querubines y sartas de frutas que sirven de asiento a un arco trilobulado enmarcado por cabezas de putti alados y cuyo intradós está decorado, a modo de arco triunfal, con casetones de motivos vegetales. Esta caja, que durante años contuvo en su interior la imagen de Jesús Nazareno, alberga hoy el Cristo de los entierros, una talla barroca posiblemente de principios del siglo XVIII, que se procesionaba sobre un cinturón durante las procesiones del Viernes Santo y también presidía las ceremonias de difuntos o sepelios de los hermanos de la cofradía, motivo que dio origen a su nombre. Por su parte, en cada una de las calles laterales del cuerpo principal, más estrechas, se abre un espacio inferior rectangular y otro superior circular enmarcados por sartas de frutas y flores y láureas, que albergan nuevos relieves del siglo XVI. 22
RETABLO DE LA CAPILLA DE JESÚS NAZARENO
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Todo este primer cuerpo remata en un entablamento que sirve de apeo al ático, cuyo centro, quebrado, está ocupado por una tarja dorada con talla de los tres clavos de la Pasión. Apeado sobre un basamento con plintos policromado a imitación de acabados marmóreos y jaspeados, el ático incluye en sus extremos las imágenes sobre peana de san Pedro, portando las llaves, y San Pablo, blandiendo una espada y, sirviendo como transición con el cuerpo central, una hojarasca calada, a modo de voluta, en cuya parte superior se disponen dos ángeles con lanzas. En el centro del ático se eleva un cuerpo flanqueado por columnas de orden corintio estriadas y decoradas con tallas vegetales y cabezas de querubines que alberga en su interior un relieve del Descendimiento del siglo XVI y remata en frontón curvo avolutado, cuyo tímpano aloja el relieve barroco de la Flagelación. Este último, en medio relieve y de pequeñas dimensiones, representa a Jesús atado a la columna, en el momento en que es flagelado por dos esbirros o verdugos que se sitúan a ambos lados de su cuerpo. Por último, todo el conjunto culmina en la parte superior, sobre el frontón, con una corona sobre cabeza de querubín y cuatro “ángeles en gloria” a sus lados. Si bien no existe constancia documental de los ejecutores de la mazonería de este retablo, sus características invitan a atribuirlo a un taller vallisoletano próximo al círculo de Francisco Díez de Tudanca, los hermanos Sierra, Blas Martínez de Obregón o de Antonio Vázquez, todos ellos activos escultores del siglo XVII y XVIII, que trabajaron en el entorno próximo y que ejercieron una enorme influencia en su tiempo, generando una amplia nómina de seguidores. Más información, en cambio, ofrecen los relieves del siglo XVI, cuyo perfecto acoplamiento a los espacios abiertos en la mazonería barroca permiten sugerir que esta última fue realizada ex profeso para albergarlos, probablemente sustituyendo, por razones de cambio de gusto, a la primigenia estructura renacentista del retablo situado en el convento de Trianos, entre cuyos bienes aún se recogía la existencia de un retablo “de Jesucristo crucificado con su efigie y otros atributos de la pasión” en marzo de 1836. Sea como fuere, los ocho bajorrelieves conservados actualmente formaban parte del retablo que doña Isabel de Quiñones, hermana del conde de Luna, contrató por un total de 140 ducados al entallador Guillén Doncel y al imaginero Juan de Angés el 25 de agosto de 1545 para su capilla familiar situada en el citado convento leonés. No se conoce el paradero de la estructura del retablo que debió realizar Guillén Doncel –dado el título de entallador con que se denomina en la escritura notarial–, pero afortunadamente se ha conservado la mayor parte de los relieves que el maestro de Angers, en calidad de “imaginero”, debió elaborar íntegramente, a excepción de “un Dios padre de medio cuerpo arriba” y “los 24
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escudos de armas” de la promotora, que se incluían en la relación de condiciones e “historias” a ejecutar y cuyo paradero se desconoce, y el Crucificado de bulto redondo que actualmente se halla en la iglesia parroquial de Villamol. Aunque estos relieves no mantienen hoy la ubicación concreta que les correspondía en el retablo primigenio, dadas las características de la nueva mazonería, aquélla se preservó en gran medida. Del mismo modo, en todos ellos se advierte la evidente mano, de clara raigambre francoborgoñoña e influencia juniana, del maestro de Angers, que imprimió a sus figuras un carácter realista, marcada corpulencia y expresiones de calma interior, destacando asimismo la habilidad de su gubia en la elaboración de ensortijados cabellos y barbas y en el tratamiento de pliegues de gran naturalismo. Así, en el centro de la predela del actual retablo se halla el bajorrelieve policromado y estofado con la representación del Entierro de Cristo, en el que el yacente, que ocupa el primer plano, es introducido en el sepulcro sobre la mortaja o sudario, cuyos extremos son sujetos por José de Arimatea (junto a la cabeza de Cristo) y Nicodemo (próximo a sus pies). En segundo plano, María Magdalena besa la mano inerte de Cristo y porta el pomo de los ungüentos y, en el fondo, se representa al apóstol Juan y a la Virgen María –a la izquierda del espectador– y María Salomé y María de Cleofás, a la derecha. En los extremos de la predela se disponen los relieves circulares de los evangelistas san Mateo (en el lado de la Epístola y con una inscripción pintada sobre su evangelio que reza: seqvencia/ san[c]ti eva[n]geli[i] /secv[nd]vn ma/tev[m]) y san Marcos (lado del Evangelio), ambos en busto, de anatomía corpulenta y ajustada al marco, escribiendo su evangelio sobre atril y acompañados de su correspondiente símbolo del Tetramorfo, en este caso el león y ángel, respectivamente. El primer cuerpo del retablo aloja, en su parte baja, el relieve de La oración en el huerto (lado de la Epístola) Jesús con la cruz a cuestas (lado del Evangelio) y, sobre ellos, los relieves circulares de los evangelistas san Lucas y san Juan, respectivamente. El relieve de La oración en el Huerto o La oración en el Monte de los olivos está compuesto por la imagen de Jesús, situado en un fondo rocoso y arrodillado como orante y que, siguiendo el modelo de la estampa de Lucas van Leyden de la serie La pequeña pasión, viene acompañado por la figura del apóstol Santiago Zebedeo, próximo a él y sumido en un profundo sueño, y las imágenes de Pedro y Juan; el primero dormido y sujetando un sable –en recuerdo a su episodio con Malco– y el segundo con la cabeza apoyada sobre sus rodillas. En el lado opuesto se sitúa el relieve de Jesús con la cruz a cuestas, inspirado en el grabado homónimo de Alberto Durero de 1522 y en el que Jesús, sobre un fondo pictórico, con un gesto de dolor contenido y ataviado con una larga túnica, porta con la cruz sobre su hombro izquierdo camino del calvario. Sobre ambos relieves 25
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se sitúan los medallones de san Juan evangelista, que acompañado de su símbolo zoomorfo del águila sostiene su evangelio, y san Lucas, en actitud de escribir y acompañado por el buey. Por su parte, el cuerpo central del ático está ocupado por el relieve del Descendimiento, muy semejante al realizado por el maestro Juan de Juni para la fachada del antiguo convento de san Marcos de León. La estudiada composición piramidal del mismo está articulada en torno a un eje central formado por la cruz immissa y el cuerpo suspendido de Cristo y la imagen de María Magdalena situada a sus pies y con los brazos en alto. A la derecha de Cristo, José de Arimatea, de espaldas y sobre una escalera, sostiene el cuerpo inerte y, bajo él, Juan apóstol asiste a una Virgen María desvanecida, mientras en el lado izquierdo Nicodemo sustenta al yacente con un largo paño de lino y en la parte inferior María Salomé y María de Cleofás expresan gestualmente su dolor. Todos estos relieves, de enorme calidad artística y destacada relevancia dentro de la producción escultórica del Renacimiento español, tuvieron como fuente de inspiración varios grabados del norte y centro de Europa como los contenidos en las series La pequeña pasión de Alberto Durero y Lucas van Leyden o los de la serie Los cuatro evangelistas de este último, que también trascendieron dentro de otras realizaciones del maestro de Angers y del círculo de Juan de Juni, como en la fachada y sillería coral del convento de san Marcos de León o los retablos de las iglesias del Salvador en Valencia de don Juan, de Carbajal de la Legua y de Palanquinos.
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PASOS PROCESIONALES
EL NAZARENO CON EL CIRINEO Javier Rivera Blanco
•A utor y cronología: Anónimo. Primera mitad del siglo XVII. •U bicación y procedencia: Capilla de Jesús, imagen titular de la Cofradía de Jesús Nazareno. •M aterial, estado de conservación y medidas: Buen estado, 1,62 cms (el Nazareno), 1,65 cms. El Cirineo y 1,60 cms. el sayón. •F unción: Titular de la Cofradía y procesionada por el gremio de los Hortelanos y Labradores de la villa. Salía en la procesión de Semana Santa el Viernes Santo por la mañana abriendo el desfile y en otras festividades civiles y religiosas de su gremio.
La cofradía tenía dos imágenes titulares con las que salía en procesión en la Semana Santa y en festividades religiosas y civiles, pues pertenecía al gremio de los Hortelanos y Labradores, representaban al Nazareno y otra a San José. El origen de la cofradía se remonta a la época del renacimiento (siglo XVI), aunque la imagen actual ya pertenece a la primera mitad del siglo XVII. Su devoción fue intensa en toda España, de manera que el Nazareno, representando a Jesús, como natural de la ciudad de Nazaret, vestido con túnica morada y portando la Cruz (llevándola a cuestas) en la que va a ser crucificado poco después en el monte Gólgota. Se trata de una escultura o imagen de vestir, lo que quiere decir que solo tiene labradas la cabeza y las manos y su característica fundamental es que va coronado con las espinas, taciturno, y vestido con la túnica de terciopelo morada/azul oscuro de tela real, con bordados de oro en las bocamangas y bordes del cuello 29
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y ajustes frontales del cuerpo. Es pieza de interés, aunque no una obra maestra pero atractiva dentro de la imaginería de la época. La cabeza está orientada hacia el frente, mirando al horizonte bajo, pensativo y con ojos saltones y doloridos. Los cabellos de la testa y de la barba son similares a los tallados en la escuela castellana con amplios rizos, de volumen marcado en guedejas señaladas y bien visibles, como si estuvieran mojadas por el sudor. Es policromada con las encarnaciones bien trabajadas y en las que se representan en relieve gotas de sangre corriendo por la frente, por la cara y por el cuello como resultado de las heridas producidas por las espinas de la corona. Esta, también denominada rodapelo, se ajusta al contorno de la cabeza recordando que a Cristo se le colocó como Rey de los judíos. Las manos son poco expresivas y escasamente logradas, con los dedos largos y abiertos en exceso para recoger en las plantas de las manos el madero de la Cruz que lleva en las espaldas. El conjunto ha sido restaurado varias veces debido al gran deterioro que en ocasiones acumuló. La cabeza y manos son de distinto origen, del XVII aquella y de madera de pino, mientras que el mazo que forma el cuerpo, las manos los y brazos, según el padre Albano, son de madera de chopo y modernos. La restauración más reciente se llevó a cabo por la munificencia de la benefactora de la cofradía doña Teresa Baíllo Escudero. Acompaña a Jesús otra imagen, del Cirineo, detrás de él ayudándole con la Cruz, y un sayón con trompeta. Estas son piezas de menor calidad que el rostro indicado. Las dos son también obra del siglo XVII, y comunes al estilo castellano. El Cirineo con rostro que sigue los modelos de Gregorio Fernández, aunque de muy inferior calidad, pero con el mismo tipo de cabellos y barba larga de abundantes y voluminosos mechones. Va cubierto con Túnica de terciopelo que habitualmente cubre su cabeza. Las manos también con dedos largos y abiertos para recoger el madero en su brazo largo. Todo muy bien policromado. El sayón, del mismo momento, está erguido y vuelve la cabeza hacia el Cirineo, aunque es una talla mucho más torpe y también, como aquél, de vestir. Este con telas de terciopelo azul con bordados dorados en las bocamangas y abotonadura de chapa también dorada. En la mano diestra porta una trompeta, mientras que la izquierda cierra los dedos ligeramente. La cabeza se cubre con un gorro. Tiene cabellos cortos y bigote a la moda de la época. Rostro un tanto caricaturesco, como para mostrar bajeza en el personaje y falta de sensibilidad ante la trascendencia del momento y del personaje del que es testigo de su próxima crucifixión. 30
EL NAZARENO CON EL CIRINEO
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JESÚS EN EL GÓLGOTA (“El Majito Barreno” o el “Rodapelo”) María de Alaíz Franco
•A utor, época y siglo: Autor desconocido. Escuela Castellana. Época Barroca. Finales del siglo XVII. •U bicación y procedencia: Se encuentra ubicado en la nave de la Capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno a la izquierda, detrás del paso del Cristo de los Entierros. •M aterial, medidas, estado de conservación: Madera policromada. Actualmente se encuentra en buen estado de conservación. Medidas: Imagen de Jesús: 1,65 m. Sayón de la barrena: 1,20 m. Sayón de la porra: 1,60 m. •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Este paso es llevado a hombros en procesión la mañana del Viernes Santo en la conocida como “Procesión de los Pasos”. Sale en segundo lugar, siguiendo al paso de “El Nazareno y el Cirineo”. Todos los pasos de esta procesión en un principio fueron porteados por personas de determinados gremios. Este paso concretamente era llevado por el gremio de los carpinteros, la razón es por el sayón del conjunto conocido popularmente como “El Majito Barreno”, que está representado con una barrena, elemento que hace alusión al oficio de los carpinteros. Actualmente, este paso es uno de los que despierta mayor interés entre hombres y mujeres que voluntariamente se prestan a llevar el paso. •D escripción y restauraciones: Se desconoce la existencia de documentos y del contrato de esta obra, en el cual constaría la descripción y las características que debía tener.
Este paso procesional representa una de las escenas de la Pasión de Cristo “Jesús en el Gólgota “, escena narrada en un pasaje del Evangelio de Nicodemo. El paso representa los preparativos previos a la Crucifixión de Cristo y sigue 32
JESÚS EN EL GÓLGOTA
el modelo iconográfico del primitivo paso de “El Despojo” de la Cofradía de Jesús Nazareno de Valladolid de principios del siglo XVII, el cual no se conserva, pero al igual que otros muchos pasos vallisoletanos, sirvió como modelo para numerosas copias que se hicieron en Castilla. La escena se compone actualmente de tres figuras, la imagen de Jesús y dos sayones. Las figuras están colocadas formando una escena completa para crear esa teatralidad tan característica del barroco .La composición, está pensada para que el paso pueda ser contemplado en la calle desde distintos puntos de vista, por eso la asimetría del conjunto. La imagen principal es la de Jesús, que aparece representado desnudo cubierto solamente por el paño de pureza, de pie, ligeramente flexionado hacia adelante ,la cabeza levemente inclinada hacia la derecha y los brazos extendidos hacia adelante como si justo le acabaran de arrancar la túnica. La pierna derecha está adelantada y ligeramente flexionada al igual que la izquierda. La composición de la figura da sensación de movimiento, una de las características del barroco. La talla, de buena calidad, muestra la anatomía de Jesús, los músculos y las venas ondulan la superficie proporcionando a la imagen ese naturalismo que se buscaba representar en el barroco. Con respecto a la policromía, con la encarnación se ha conseguido el color de la piel y reflejar los padecimientos que sufrió Jesús mediante la sangre y las heridas que son visibles por todo el cuerpo, sobre todo en la zona de los codos y de las rodillas, dando a la imagen ese dramatismo y realismo tan característico del barroco y de la Escuela Castellana, que se ve acentuado mediante la expresión del rostro que refleja el sufrimiento de Jesús. Mirada hacia arriba, boca entreabierta, pómulos ligeramente marcados y manchas de sangre sobre su rostro consecuencia de las heridas causadas por la corona de espinas .En la imagen, se puede apreciar la influencia que tuvo Gregorio Fernández en los escultores de finales de siglo: los cabellos están tallados formando mechones que dan la sensación como si estuvieran húmedos, en el lado izquierdo el cabello aparece retirado de la cara mostrando una oreja y la barba ondulada se abre en dos puntas. Para acentuar el naturalismo de la imagen, se han empleado elementos postizos como los ojos, hechos con pasta vítrea y los dientes. El paño de pureza, anudado al lado derecho, está compuesto por pliegues muy quebrados y angulosos que generan un claroscuro muy característico del barroco. Este paño anguloso que da sensación de pesadez, es el que consigue pausar el movimiento de la figura generando un ritmo calmado y naturalista propio del siglo XVII. Desde el año 1995, lleva una corona de espinas postiza, anteriormente llevaba una corona tallada en madera con forma de rueda ceñida a la cabeza, de ahí que al paso procesional se le conozca también popularmente con el nombre de “ 33
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El Rodapelo”. La imagen representa a Jesús en el momento en que ya ha sido despojado de las vestiduras y espera el momento de su crucifixión mientras que uno de los sayones le sujeta mediante la soga que lleva al cuello. En otros pasos procesionales en los que también se representa este tema iconográfico, el Cristo también recibe el nombre de “El Redopelo” haciendo alusión al violento tirón con el que fue despojado Jesús de sus vestiduras. Está colocado sobre una peana al tratarse de una imagen sagrada. Cuando finalizaban las procesiones de Semana Santa los pasos solían ser desmontados y las imágenes sagradas solían ser colocadas en algún altar para rendirles culto aunque se desconoce si este también era el caso. Se puede apreciar una mayor calidad en la ejecución y en el acabado para resaltar ese carácter sagrado y diferenciarlo de las otras dos tallas que componen el paso. En la parte delantera del paso a la derecha de Jesús está representado el sayón conocido popularmente con el nombre de “El Majito Barreno”. Está agachado, con la rodilla izquierda apoyada en el suelo y con una barrena en la mano derecha, representando el momento en el que se dispone a hacer los agujeros en la cruz donde va a ser crucificado Jesús. La cruz arbórea es de época posterior y sustituye a una anterior que había más sencilla. Está colocada en el suelo, entre los dos sayones ligeramente elevada por dos tacos en los que se apoyan los brazos. El sayón está representado con tez oscura, pelo negro, ojos claros nariz prominente y sin barba. Aparece vestido con indumentaria militar característica del siglo XVII: capacete español de color gris con arista longitudinal formando una cresta en la parte superior de color dorado al igual que el elemento decorativo de la parte derecha del casco, botas altas negras con solapa marrón también talladas y vestido con tabardo y calzón realizados en tela. Aunque los rasgos físicos son más suaves que los del otro sayón que compone la imagen, en el rostro se refleja la maldad con esa pequeña sonrisa burlesca. Aunque este personaje era de los más populares en la escultura castellana no era algo novedoso, ya había aparecido representado anteriormente en pinturas y grabados que sirvieron de inspiración a los imagineros castellanos , como el grabado de la Crucifixión de Durero o “ El Expolio “ de El Greco. El otro sayón se encuentra situado en la parte delantera a la izquierda de Jesús. Aparece de pie, en frente del “Majito Barreno”, con la cabeza inclinada hacia su derecha donde está Jesús pero ligeramente girada hacia la izquierda con mirada desafiante. Brazos ligeramente flexionados, pierna izquierda adelantada y pierna derecha atrás con la rodilla un poco flexionada .En la mano derecha lleva una especie de porra y sobre el otro brazo la soga con la que le sujeta a Jesús. Este tipo de elementos son frecuentes y característicos en la representación de este tipo de personajes. Este sayón, presenta rasgos judaicos más característicos y similares a los sayones de otros pasos procesionales de la escuela castellana: pelo negro 34
JESÚS EN EL GÓLGOTA
ondulado, tez morena, nariz corva y barba. Al igual que el otro sayón aparece representado con rasgos muy marcados y exagerados para reflejar esa maldad hacia Jesús que querían representar los imagineros. La fealdad en aquella época estaba ligada a la maldad, de ahí la rudeza de los rostros. También aparece vestido con la indumentaria propia del siglo XVII, en este caso con zapatos negros y medias calzas talladas hasta las rodillas de color naranja, no ajustadas a la pierna que muestran el reverso en color gris y que eran muy características de la gente de campo del siglo XVII. Al igual que el otro sayón también viste tabardo y calzón realizado en tela. El empleo del elemento postizo de las telas en los dos sayones acentúa el naturalismo que se buscaba representar en el barroco y disimula las partes de la madera no talladas. La razón por la que aparecen representados con la indumentaria de la época y no con la de los tiempos de Cristo, es porque lo que se pretendía con estos pasos siguiendo con los postulados que marcaba la Contrarreforma, era adoctrinar a las gentes del pueblo, y esta era una forma de 35
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hacer más comprensibles las escenas. Esta vestimenta, también marcaba la diferencia con respecto a las imágenes sagradas, que en este caso aparece como ya he explicado anteriormente con el paño de pureza. Los trajes de los sayones a lo largo de los años han sido renovados en varias ocasiones variando los colores. La última renovación de la vestimenta fue en el año 2014 y fue confeccionada por hermanas de la cofradía. El majito está vestido con un tabardo de rayas de diversas tonalidades rojizas y calzones de terciopelo en color rojo al igual que cuellos hombreras y puños del tabardo con detalles en pasamanería de color dorado igual que los botones de las mangas. El otro sayón, tabardo a rayas en tonos amarillos y marrones, calzones de terciopelo en color marrón al igual que el cuello, puños y cinturón con detalles en pasamanería dorados igual que los botones. Esta vestimenta que sustituyó a las telas anteriores, lisas y de colores más sobrios da a la obra un mayor colorido y vistosidad .Aunque se desconoce por falta de documentos, pudiera ser que el paso estuviera compuesto por algún sayón más, puesto que Jesús aparece representado justo en el momento en el que ha sido despojado de sus vestiduras y no hay ningún sayón representando esta acción. Con respecto a las restauraciones, se han realizado a lo largo del tiempo intervenciones no documentadas como repintes y añadidos. En 1.995 el paso fue restaurado por el Taller vallisoletano de Mariano Nieto y la restauración fue pagada íntegramente por Doña Teresa Baíllo. El paso se encontraba bastante deteriorado, la madera estaba degradada por el ataque de xilófagos y por los daños sufridos a causa de los hierros y clavos de intervenciones anteriores a esta restauración. Se procedió a la limpieza de las tallas eliminando los barnices y repintes que cubrían el original y las intervenciones posteriores. Se hizo una desinsectación total y se consolidó la policromía original descubierta y la madera que había sido atacada. Las zonas escultóricas desaparecidas fueron reintegradas como el brazo izquierdo de “El Majito Barreno”, una parte de la zona izquierda del paño de pureza de Jesús, y parte de los dedos de la mano izquierda, empleando para ello la misma madera que el original. También se realizó una reintegración de la policromía que estaba perdida o dañada. El proceso de restauración finalizó con una protección final que se le dio a toda la obra. Las andas del paso fueron restauradas durante los años 92 y 93 por el taller de carpintería de la Escuela Taller de Sahagún. Realizadas también en madera se caracterizan por su sencillez y funcionalidad, constan de dos listones horizontales y paralelos que sobresalen en la parte delantera y trasera. En cuanto a la decoración, el perímetro del tablero presenta una decoración de formas curvas y en la parte delantera y trasera se repite el mismo esquema decorativo: motivo de tipo floral en el centro y a cada lado una flor. 36
PASO DE LAS TRES MARÍAS Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: anónima, siglo XVIII? •U bicación y procedencia: Capilla de Jesús •M aterial (estado de conservación y medidas): Madera de castaño? emsamblada y tallada policromada // tamaño natural •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Paso procesional. •D escripción (y restauraciones): Componen el paso de Las Tres Marías de la cofradía de Jesús Nazareno tres imágenes de vestir colocadas en círculo ante una cruz vacía de la que pende un sudario. Se trata en primer lugar de la Virgen, ataviada con manto negro decorado con bordados dorados, al igual que la puntilla que ribetea el borde, sobre saya blanca y toca del mismo color, como corresponde al momento de luto por la reciente muerte de Jesús que representa la escena; acompañan a la Virgen, una María vestida con túnica naranja y San Juan de túnica azul también sobre camisa blanca, de las que asoma la puntilla que las ornamenta de forma similar en ambas figuras. Del trabajo de talla, como suele ser en las imágenes de vestir, solo se dejan ver rostro y manos; el resto, también realizado en madera, está trabajado de forma muy somera y basta, sin ningún tipo de detalle, lo suficiente para dar consistencia a los vestidos. El calzado está pintado, se trata botas sin ningún detalle para la figura femenina que acompaña y sandalias de tipo romano para la figura de San Juan.
El paso sale en la procesión del Viernes Santo por la mañana, llamada de Los Pasos, actualmente lo portean los jóvenes de la villa que en ese año cumplen la mayoría de edad. La obra no muestra una gran calidad artística, sin embargo debemos reconocer el esmero en imprimir a los gestos cierto dramatismo a través de la boca entreabierta, y la torsión del cuello, si bien es con las manos con la que más expresividad se consigue; la Virgen, con ellas abiertas, nos transmite su sentimiento de 37
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
dolor, al igual que sus acompañantes que con los brazos extendidos y la tensión con la que se representan los dedos ayudan a dar coherencia a la escena. La composición conseguida es cerrada, a la disposición de los cuerpos en torno a la cruz y la postura de los brazos, moderadamente elevados, se suma la inclinación hacia el centro de las tres imágenes, ayudando a dirigir la atención del espectador en sentido ascendente hacia la cruz, que sobresale de entre el conjunto, creando un efecto en forma de espiral, muy acorde con la escenografía de época barroca. El tradicional título del paso, Las Tres Marías, hace referencia a una iconografía tan tradicional como problemática, pues la difícil precisión en los evangelios respecto a la presencia de múltiples mujeres de nombre María, acompañando a la Virgen en los últimos momentos de Jesús, aquí resulta aún menos explicable desde el momento en que se identifica a uno de los personajes con un varón. Es entonces cuando debemos redirigir el origen de esta iconografía hacia la primitiva representación de Calvarios o de la Deesis románica medieval, que a través del tiempo llega a la época barroca con su exuberancia característica, transformando la composición frontal propia del medievo con formas más complicadas y enriqueciendo el relato con otros personajes. En el paso de Sahagún debemos pensar que las tres imágenes corresponden a María, madre de Jesús, acompañada por a San Juan Evangelista, el discípulo amado de Jesús, dada la identificación de uno de las imágenes con un varón, joven a juzgar por un exiguo bigote casi inapreciable, a quien Jesús, desde la cruz, encomienda el cuidado de su madre y por María Magdalena dado su creciente protagonismo con el paso del tiempo en la representación cristológica y pasional. La obra fue restaurada en el año 2013 por la empresa Pátina. Restauración escultórica. La intervención consistió, como suele ser preceptivo en estos casos, en el tratamiento de las patologías producidas por insectos xilófagos propias de estas obras, deterioros estructurales a causa de su función procesional y deterioros cromáticos, estos últimos tratados mediante reintegración con regatino. Además en el caso de San Juan también se restauró un ojo que estaba casi perdido, en este caso se hizo una reconstrucción con una técnica distinta del original y totalmente reversible y que consiste en una policromía imitativa del ojo recubierta de una capa vítrea. Con dicha intervención también saldrían a la luz detalles que, si bien no enriquecen la calidad artística de la obra, si aportan datos curiosos sobre la propia historia de una imagen con tanto apego en el imaginario popular facundino como es el caso de este paso. Una de los aspectos más curiosos descubiertos a lo largo de la restauración, al que ya hemos hecho referencia, tuvo lugar concretamente durante lo que fueron las labores de limpieza, cuando se descubrió que una de 38
PASO DE LAS TRES MARÍAS
las llamadas Marías lucía un exiguo bigote por lo que en realidad se correspondía con la imagen de un hombre joven, lo que llevaba a identificarlo con San Juan, dato que concuerda muy bien con la interpretación iconográfica de la escena. Pero lo más significativo fue el poder deducir que estamos ante una escena escultórica compuesta a partir de imágenes reaprovechadas de otras obras. Dos de ellas, el San Juan y la figura que corresponde a la mujer que acompaña a la Virgen, son bastante similares, tal vez procedentes de un mismo trabajo. No se sabe si pudieron haber formado parte de otro paso, pero cabe advertir que la imagen femenina no parece haber sido realizada en un principio para procesionar, pues no tenía la parte trasera de la cabeza y el cuello tallados, lo que indica que, en principio, se hizo para ser observada desde una única posición frontal. A esto podemos añadir que la imagen de la Virgen María tiene una ejecución distinta, además parece que en su origen correspondía a la figura de un hombre y que habría sido adaptada posteriormente para servir de Virgen. Efectivamente, despojada de su vestido, se puede apreciar cómo, a diferencia de las otras dos que tienen el cabello tallado, esta figura tiene el pelo pintado haciéndose más fácil la identificación de la imagen con el aspecto de un varón. 39
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Es lógico que un encargo de este tipo carezca de cualquier tipo de documentación, por lo que establecer una cronología resulta difícil, dadas las características de este tipo de arte tan popular, creado para una función sin claras aspiraciones estéticas y artísticas, a lo que se suma la diferencia de fecha entre la composición final y la talla de las figuras. Podríamos pensar que el paso fue compuesto para satisfacer una necesidad funcional surgida en un momento concreto y en relación a la procesión en la que tenía intención de participar. Actualmente este paso es porteado por los jóvenes de la localidad. Hoy en día, desde la abolición de la llamada mili, corre a cargo de aquellos que cumplen la mayoría de edad dentro del año, anteriormente correspondía a los mozos que acababan de ser tallados para incorporarse al servicio militar o quintos, pero al parecer a esto se llegó continuando una costumbre que ya se practicaba en 1767, en tiempos de Carlos III, haciéndose cargo del paso los miembros del destacamento de milicia provincial de la localidad. Esta imagen procesional es la única que participa el Viernes Santo por la mañana de la que no se hacía cargo un gremio, como sí sucede con las demás imágenes, por lo que tal vez surgió la necesidad de integrar este paso para ser llevado específicamente por miembros de la milicia y para ello se tuviese que improvisar una imagen iconográficamente coherente con el conjunto de pasos ya existente, pero que permitiese incluir la participación de este colectivo militar. Incluso podríamos pensar que, dada la escasa calidad artística y el reaprovechamiento de unas tallas tan poco destacables, pudo tratarse de un encargo a algún taller local menor, contrastando con los otros pasos del viernes por la mañana, que sin duda conforman un conjunto muy destacable ligado a los talleres vallisoletanos y riosecanos.
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CRISTO CRUCIFICADO Y CABALLO DE LONGINOS Javier Rivera Blanco •A utor, época y siglo: Escuela castellana, finales del siglo XVII. •U bicación y procedencia: Capilla de Jesús, propiedad original de la Cofradía de Jesús Nazareno. •M aterial, estado de conservación y medidas: madera policromada, miden Longuinos 2,38 cms., el Crucificado 1,65 cms. Y el sayón 1,70 cms. •F unción: paso procesional el día del viernes Santo, en la mañana.
La figura más emblemática y popular es el caballo que porta un jinete llamado Longinos, el caballero ciego que erguido sobre el animal y en lo alto del Gólgota dio la lanzada en el pecho a Jesús, ya en el Calvario, ya Crucificado, para garantizar que se produciría su muerte. Él solo da nombre a todo el paso llamado de Cristo Crucificado o de El caballo de Longinos. El conjunto tiene tres figuras, el caballero, Cristo en la Cruz y un sayón que dirige la lanza mientras piensa en sus fatales efectos. Repite una escena similar con alguna figura más de otro paso de la Semana Santa de Medina de Rioseco, éste obra del imaginero local Tomás de Sierra, prestigioso escultor castellano barroco del siglo XVII, seguidor del gran maestro de origen gallego Gregorio Fernández, que desde su taller de Valladolid irradió con sus modelos a todas las cofradías de Semana Santa de Castilla la Vieja, Galicia, Castilla la Nueva y otras regiones. La figura ecuestre es lo más notable de todo, de gran calidad estética y muy bien labrada, con un animal estudiado razonablemente en sus medidas y actitud, de consumado peso, volviendo ligeramente la cabeza su izquierda, hacia el público que ve pasar la representación, recurso que hace que entre en la figuración 41
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teatral, y las figuras bien trabajadas. Agradable el Longinos, con sus ojos vacíos pero abiertos hacia el rostro del Señor. Con su brazo izquierdo doblándose sobre su pecho. Con barba y con tocado que cubre su cabeza. La imagen de Cristo Crucificado ya muerto con la cabeza sobre su pecho, mostrándose así después del último suspiro. La sangre saliendo a borbotones de su costado recién herido por la lanza rematadora. La imagen del sayón con el brazo izquierdo caído sobre su costado correspondiente, el derecho también volviéndose sobre el pecho como mostrando remordimiento al señalar su corazón. La cabeza elevada con el mentón desafiante y mirando fijamente a la imagen del Salvador. Estas dos imágenes llevan ropas con plegados típicos barrocos, abultados, mostrando calidades diversas de las telas, con los habituales redondeos, la dureza y los quebrados de la escuela castellana. El jinete con capa sobre un hombro. El sayón cubierto con gorro y con los bombachos típicos de la moda de la Edad Moderna en España. De iguales valores los pliegues del paño de pureza, del Crucificado, en el que destacan un poco la desproporción de las costillas y el tórax, así como la cabeza un tanto grande para la totalidad del cuerpo. Interesa mucho destacar el valor y calidad de la policromía, tanto en las encarnaciones pulidas y brillantes del alanceado como las ropas y sus diversos coloridos de las dos figuras restantes, que señalan muy bien los elementos diferentes de la vestimenta, o los matices marrones del caballo. Se trata de un conjunto realizado entero a finales del siglo XVII y el P. Albano aventura una posible relación con los talleres de los Sierra, de la citada población vallisoletana de Medina de Rioseco, que durante tres siglos fue un lugar de gran ebullición y calidad de la escultura tanto de la imaginería como de la retablística, con maestros de fuerte prestigio en toda la región, y que inspiró sus modelos en los prototipos creados por Gregorio Fernández para la procesión vallisoletana, como el mismo paso que tuvo de Longinos, hoy desaparecido. De aquí también la importancia del modelo conservado en Sahagún, como referencia para los que marcaron el origen de la Semana Santa barroca en el norte de la península. El paso fue restaurado durante los años de 1992/1993 por Mariano Nieto, restaurador vallisoletano, en su taller castellano, autor de otras labores de conservación en otros pasos y en el retablo renacentista/barroco de la Capilla de Jesús, éste con apoyo personal económico del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que acudió a su salvación gracias a las solicitudes que realizamos personalmente Manuel Fuentes, miembro de su gabinete de gobierno, y yo mismo, cuando trabajaba como profesor en la universidad de Valladolid. Este paso, con el de la Urna, es el más difícil de portar, según prueba personal que he realizado en varias Semanas Santas, por lo que goza de un gran prestigio entre los hermanos para procesionarles en la mañana del Viernes Santo, con sus distintos 42
CRISTO CRUCIFICADO Y CABALLO DE LONGINOS
movimientos y bailes y con la subida difícil por las calles empinadas de la villa y ciudad de Sahagún (especialmente por las calles de la plaza de Santiago).
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PASO DEL DESCENDIMIENTO Rafael Domínguez Casas
•A utor, época y siglo: anónimo, fines del siglo XVII. •U bicación: Capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno, Sahagún. •M ateriales: madera policromada, armazón metálico y vestiduras textiles. • Función: procesión matinal del Viernes Santo. •M edidas: base: 5 x 2,30 m. con brazos; 3,58 x 2,30 m. sin medir brazos. Altura: 3,10 m. •R estauraciones: Mariano Nieto Pérez, escultor-conservador, Valladolid, 1992-1993.
En la Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz de Valladolid se conserva el paso procesional del Descendimiento que fue esculpido por el escultor gallego Gregorio Fernández en 1623-1624, cuando la teatralidad barroca sublimaba la profunda devoción popular. Se compone de siete figuras de madera policromada. Representa el desenclavo de Cristo, cuyo cuerpo inerte comienza a descender, sostenido por José de Arimatea y Nicodemo. Ante la cruz se sitúan María Magdalena, con una mano en el pecho, y San Juan Evangelista, que avanza alzando los brazos: acompañan entristecidos a la Virgen María, que mira a su Hijo con gesto de profundo dolor. Un sayón vestido a la moda militar del siglo XVII se aproxima por detrás de la cruz con un martillo, para desenclavar los pies de Cristo. Desfiló este soberbio paso por primera vez en 1625 en la procesión del “Jueves de la Cena” y tal era su peso que en 1741 aplastó a un costalero, ganándose el apodo de “el reventón”. La imagen de la Virgen María fue sustituida en 1757 por una copia tallada por Pedro León Sedano, colocándose la original en el retablo mayor de la iglesia de la Vera Cruz. Sale en la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor de la tarde del Viernes Santo, sobre una carroza de ruedas 44
realizada en 2002 que empujan desde su interior catorce cofrades, debido al gran peso del conjunto (3,5 toneladas). Es el paso titular de Cofradía El Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte de Valladolid, con sede en la parroquia de san Miguel y San Julián, pero desde su origen es propiedad de la Cofradía de la Vera Cruz. El éxito logrado por el paso vallisoletano se reflejó en copias que con mayor o menor fortuna imitaban el original. Tal es el caso del Paso del Descendimiento que fue realizado en 1663 por el escultor Francisco Díez de Tudanca, vecino de Valladolid, para la Cofradía de la Quinta Angustia y Soledad de Nuestra Señora de Medina de Rioseco. En el contrato de obra se especificó que dicho paso se hiciese “a imitación del que tiene la Cofradía de la Santa Vera Cruz” de Valladolid, “que hizo Gregorio Fernández”. Salieron como fiadores de Tudanca su suegro Francisco Ezquerra y los estofadores y doradores Pedro Mondragón y Lucas de Ávila. Manuel Ordóñez restauró en 1694 los brazos de San Juan; Tomás de Sierra restauró en 1697 la imagen de la Virgen y le añadió un ojo de cristal; su hijo Francisco de Sierra arregló en 1725 los dedos de las esculturas y en 1768 los escultores Tomás Riesgo y Manuel Benavente retocaron esculturas y policromías. 45
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
Puso colofón a este historial el escultor vallisoletano Mariano Nieto Pérez, quien en 1970 restauró el grupo escultórico y en 1985 le añadió la nueva imagen de la Virgen María, pues la original se había perdido a fines del siglo XVIII. Para hacerla se inspiró en la original vallisoletana de Gregorio Fernández, a la que nos referimos anteriormente. En 2003 Natalia Martínez de Pisón restauró el Crucificado y Mariano Nieto retocó su imagen de la Virgen María. El Paso del Descendimiento de Sahagún es de menor calidad artística, pero compone con los antes citados un conjunto único en la estatuaria procesional castellano leonesa. Si el de Rioseco se inspira abiertamente en el vallisoletano de Gregorio Fernández, en el de Sahagún se observan algunas diferencias. Cristo, con paño de pureza de angulosos pliegues de madera, presenta un buen estudio anatómico. El equilibro se guarda con las dos escaleras opuestas y apoyadas en los brazos de la cruz, pero tanto estas como las imágenes de José de Arimatea y Nicodemo invierten su posición respecto al original vallisoletano: el primero se encarama a la cruz por la derecha y sujeta el brazo izquierdo desenclavado, mientras Nicodemo, que sube por la escalera izquierda, sujeta el otro brazo y trata de sostener con su diestra el cuerpo inerte de Cristo. Visten ropas con faldón hasta la rodilla, ceñidas en la cintura, y se cubren con turbantes de gusto oriental, todo ello realizado en madera policromada. Observando la escena se encuentran cuatro imágenes de vestir, con manos y rostros inspirados en sus modelos vallisoletanos: ante la cruz, a la izquierda, se postran la Virgen María, con toca y manto azules y extendiendo los brazos hacia su Hijo; San Juan Evangelista, que se adelanta hacia la cruz, y un caricaturesco sayón que alzando un martillo se dirige a desenclavar los pies de Cristo. Por detrás de la cruz se encuentra María Magdalena, con cabello largo, quedando desplazada respecto al lugar preponderante que ocupaba en los pasos vallisoletano y riosecano: ello puede deberse a alguna reforma posterior que intercambió su posición con la que ahora ocupa el sayón. Las vestiduras actuales se inspiran en sus modelos vallisoletanos de madera policromada. La ausencia de documentos ha motivado varias propuestas de autoría, comenzando por la atribución a Tudanca, cuyo estilo no corresponde al grupo escultórico de Sahagún, pese a que trabajó en Boadilla de Rioseco y Villada entre 1652 y 1654. García Abad probó documentalmente que “oficiales de Tudanca y otros escultores” estaban trabajando en Sahagún en 1677 y 1678. Otra posibilidad apuntaría a la presencia de escultores trasmeranos en la obra de la fachada de la Portería del Real Monasterio de San Benito de Sahagún, para la que Miguel de Agüero y Dionisio de Pumera, vecino de Camargo, hicieron tres escudos y tres esculturas de piedra, con la posible asistencia de Francisco y de Juan de la Serna, “vecinos del lugar de Oz, en la junta de Riba Montán”, que en 1679 figuran como fiadores en el subcontrato del maestro cantero Juan del Campo y Peña, vecino del
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PASO DEL DESCENDIMIENTO
valle de Hoz. Concertó dicha obra escultórica Miguel de Agüero en 7.000 reales de vellón y carga y media de trigo, mientras Pumera tenía contratada la decoración de la panda suroeste del claustro del Real Convento de San Marcos de la ciudad de León en 3.800 reales. Pero la propuesta más factible sobre la posible autoría del paso de Sahagún se centra en el escultor berciano Tomás de Sierra Vidal (h. 1654-1725) y, más bien, en su taller especializado de Medina de Rioseco, de donde pudo salir el paso de Sahagún. Su hijo José de Sierra trabajó en Sahagún y su comarca, y su nieto Rafael de Sierra, hijo de José, talló en 1751 una imagen de San Miguel para el Colegio Seminario de San Francisco de Sahagún. El paso del Descendimiento de Sahagún fue restaurado en 1992 por el escultor vallisoletano Mariano Nieto Pérez, que le devolvió su esplendor original. De gestionar la restauración se ocuparon la Diputación Provincial de León y el Ayuntamiento de Sahagún. También se contó con donaciones de particulares. Es el más pesado y complejo de los que componen el conjunto de pasos barrocos de Sahagún. Sale en procesión en la mañana del Viernes Santo, en la “Procesión de los Pasos”, llevado por veinticuatro braceros que antaño pertenecían al gremio de los pastores y que siguen al de Longinos. Pertenece a la Cofradía de Jesús y Patrocinio de San José y se guarda en la capilla de Jesús, situada a los pies de la iglesia de San Lorenzo.
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PASO DEL SANTO SEPULCRO, “LA URNA” Joaquín García Nistal
•A utor, época y siglo: anónimo/último tercio del s. XVII. • Ubicación: brazo occidental de la capilla de Jesús Nazareno •M aterial y técnica: madera de pino/policromado, dorado, estofado, bruñido, pulimento, vidrio plano/soplado, hierro/fundido •D imensiones: yacente: 160 cms. largo x 175 cms. ancho (con brazos extendidos); sepulcro: 247 x 170 x 115 cms. (largo x alto x ancho) •E stado de conservación: bueno. • Función: Acto del Desenclavo y procesión del Santo Entierro (Viernes Santo) • Restauración: año 1992-1993. Restauraciones Castilla (financiada por la Junta de Castilla y León)
El paso del Santo Sepulcro de la cofradía de Jesús Nazareno, conocido popularmente como “La Urna”, está formado por urna sepulcral realizada en madera de pino policromada y dorada, que está destinada a albergar a un Cristo yacente articulado de la misma época. De autor desconocido, sus características estructurales y estilísticas permiten adscribir ambas piezas a las producciones escultóricas que durante el último tercio del siglo XVII se llevaron a cabo en el ámbito castellano, especialmente emanadas del foco vallisoletano a partir de la mano de escultores como Andrés de Oliveros, Pedro Salvador “el joven”, Antonio Vázquez o Francisco Díez de Tudanca, entre otros. El origen de estos conjuntos escultóricos está íntimamente relacionado con el auge que el Santo Sepulcro alcanzó tras el Concilio de Trento y el fervor popular 48
con el que fueron acogidas, ya desde la Edad Media, algunas ceremonias del teatro de los Misterios como la del Descensio Corporis Christi o Descendimiento, en la que este tipo de tallas se antojaban fundamentales a la hora de materializar la dramatización de este pasaje la Pasión. Una dramatización, de extraordinario valor para el Patrimonio inmaterial, que se ha mantenido en la Semana Santa de Sahagún sin alteraciones y que tiene lugar en el interior de la iglesia de san Lorenzo tras los oficios del Viernes Santo, en el conocido como acto del Desenclavo con el que se da inicio a la procesión del Santo Entierro. La urna, propiamente dicha, está formada por una caja de base rectangular que adquiere progresivamente un perfil bulboso hasta la base de la cama sepulcral y está realizada mediante tablas de madera de pino ensambladas a junta plana con 49
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el auxilio de tarugos de doble cola de milano. A la altura de la cama, la forma sinuosa de la caja se repliega para ofrecer una nueva base rectangular sobre la que apea otra caja, esta vez en forma de paralelepípedo, que se abre mediante vanos ovalados (en el frente y parte posterior) y arcos escarzanos y mixtilíneos (en los laterales); todos ellos cerrados por planchas de vidrio que permiten la visibilidad del yacente. Sobre esta última caja se sitúa una tapa troncopiramidal cuya superficie está calada por vanos acristalados y aloja en la parte superior cuatro aldabas de hierro circulares para permitir su apertura durante el acto del Desenclavo. La base de la primera caja está formada por una moldura sencilla en la que se abren cuatro arquillos escarzanos –en los laterales– y que originariamente servían para situar las manguetas con las que se procesionaba este paso. Policromada con acabados marmóreos, esta primera superficie de la caja está adornada, en el centro de cada cara, con una cartela de hojarasca y roleos dorados que aloja en su interior una inscripción pintada en rojo. En el frente, a los pies del yacente, la inscripción epigráfica reza: “Passvs svb/ Pontio Pila/to”; a la izquierda del yacente: “Crvcifi/xvs”, en la parte posterior (bajo la cabeza del yacente): “Mortv/vs” y a la derecha del yacente: “Et sepvl/tvs”, es decir “padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado”. De esta forma, el sepulcro de Sahagún recoge la parte del Credo de los Apóstoles o “Credo corto” dedicada a la Pasión de Cristo. Sobre esta línea de inscripciones, la superficie de la caja adopta una forma bulbosa dividida por volutas rematadas en candeleros para alojar velas y que generan en los laterales dos amplios espacios donde se sitúan sendos medallones envueltos en tarjas doradas que alojan en su interior la imagen de los evangelistas con su correspondiente símbolo del Tetramorfo. Los situados a la izquierda del yacente contienen los bustos de san Mateo y san Lucas, ambos con el evangelio en sus manos, acompañados del ángel y el buey, respectivamente, y dotados de una rica indumentaria de acabado naturalista. Con semejantes características, en el lateral situado a la derecha del yacente se representan las imágenes de san Juan y san Marcos, esta vez con el correspondiente símbolo zoomorfo del águila y el león, de forma que con ellos se completa la alusión a los autores de los principales textos canónicos en los que se relata el Enterramiento de Cristo o Santo Entierro (Mt. 27: 57-61; Mc. 15: 42-47; Lc. 23: 50-56 y Jn. 19: 38-42). Más complejos e interesantes se presentan los programas iconográficos del frente y parte posterior de la Urna. El centro de esta última está ocupado por una cartela dorada con la inscripción: “Vexilla Regis/ prodevnt”, que puede traducirse como “avanzan los estandartes del rey” y que está tomada de un himno de origen medieval dedicado a la cruz de Cristo que probablemente se cantaba durante las primeras dramatizaciones del Desenclavo. Sobre la inscripción, e invadien50
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do la superficie de la caja acristalada superior, dos ángeles tenantes portan una nueva cartela dorada en la que aparecen diferentes Arma Christi o instrumentos de la Pasión. A saber: formando un eje vertical, la Cruz de Cristo con la vera icona o paño de la Verónica, el Santo Sepulcro con el Santo Sudario, la Santa Túnica y tres dados con que los soldados la echaron a suerte y el pomo de los ungüentos o perfumes para embalsamar el cuerpo de Jesús. A ambos lados de este eje, las tenazas, el martillo y la escalera del Desenclavo, la lanza del centurión Longino, la caña del portaesponja, una mano negra en alusión a Simón de Cirene, la jarra sobre jofaina con la hiel y el vinagre (o bien en alusión al lavatorio del prefecto Poncio Pilato), la columna y flagelum de la Flagelación, el gallo asociado a las negaciones de Pedro y las treinta monedas de la traición de Judas. Por su parte, en el frente de la Urna, a los pies del yacente, aparece la inscripción “Mortem nostram/ morie[n]do destrv/xit” (“muriendo destruyó nuestra muerte”). Esta frase, que se pronunciaba en el prefacio de la misa del tiempo pascual y fue usada en los diálogos de algunos autos sacramentales como “El divino Orfeo” de Pedro Calderón de la Barca (1663), permite descifrar el enigmático tema iconográfico superior. En el interior de una cartela dorada se representan, de media figura, una imagen femenina y un personaje masculino que se puede identificar con Lucifer, ambos con un grillete en su cuello y situados en torno a un orbe de aspecto tenebroso. Los visibles huecos existentes en grilletes y orbe invitan a pensar que en origen ambos elementos estaban enlazados con cadenas metálicas. Dadas las características de esta imagen y de la epigrafía anterior, no cabe duda de que se trata de una inusual representación de la Anastasis, un tema que aquí se materializa mostrando a Satán y a una mujer encadenados al Limbo. Esta última simboliza los cautivos justos que fueron rescatados por Cristo en su descenso a los infiernos, mientras el primero refleja el apresamiento de Satanás. Dado que estos acontecimientos, según la tradición, tuvieron lugar a lo largo de los tres días en que Jesús se mantuvo en el sepulcro, su inclusión en este paso procesional fue un acierto por parte del artista y/o teólogo instructor. Sobre la cama de este Santo Sepulcro, dotada de almohada con borlas, se sitúa la figura independiente y articulada del Cristo yacente. Una excelente talla de bulto redondo barroca, adscrita al último tercio del siglo XVII, en la que Cristo, de tres clavos y cubierto por un perizoma de profundos y sinuosos pliegues, es tratado con un enorme realismo que se potencia gracias a la apertura de la boca y la representación de los estigmas, entre otros recursos. El cuerpo denota la destreza de su ejecutor a la hora de retratar una anatomía de gran verismo, a la que se ha dotado de suficientes ingredientes para incrementar su potencial dramático. Sus rodillas se flexionan y elevan, su torso cae ligeramente hacia delante y su rostro se ladea sobre su hombro izquierdo, siguiendo un modelo habitual dentro de la producción escultórica del momento. 51
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
Destaca el tratamiento de esta última parte de su cuerpo, con el que se retrata al Crucificado tras sucumbir a la muerte con los ojos levemente abiertos, boca entreabierta con un correcto acabado de los dientes, largo cabello de mechones ondulados con crencha al medio y poblada barba. Esta expresión naturalista se acentúa con la excelente aplicación de policromías, en especial las carnaciones de pulimento de tono rosáceo. Una de las características más singulares de la pieza, no obstante, son sus brazos articulados, una propiedad que se incluyó por el afán de dotar al yacente de un aspecto más realista para su uso durante el acto del Desenclavo. La forma de realizarlo, siguiendo uno de los métodos más habituales, fue mediante el sistema o mecanismo de galleta, es decir, a través de un cilindro de madera que se incrusta en el hombro y que se ajusta con un perno a los extremos de los brazos, que han sido rebajados a modo de horquilla o quijada para el ensamblaje. Con todo, este yacente articulado y la correspondiente dramatización del Desenclavo deben ser considerados en un sentido más amplio, ya que el auto sacramental de la Pasión al que estuvieron asociados desde su origen comenzaba con la Adoratio Crucis, en la que el Crucificado se exhibía y veneraba en el interior de la iglesia, continuaba con el Desenclavo, la ceremonia de la Depositio (introducción del Cristo yacente en el sepulcro) y finalizaba con la procesión del Santo Entierro, tal y como aún se mantiene hasta la actualidad. Además, todo este ritual debió acompañarse originariamente de una serie de cánticos, oraciones e himnos –a los que se hace referencia en las inscripciones de la Urna– con los que se completaba una conmovedora y realista reproducción de uno de los episodios centrales de la Pasión.
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VIRGEN DE LA SOLEDAD Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: anónima, siglo XVII •U bicación y procedencia: Capilla de Jesús •M aterial (estado de conservación y medidas): madera de frutal? emsamblada y tallada policromada // tamaño natural •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: PASO PROCESIONAL • Descripción y restauraciones: El paso de la Soledad de Sahagún consiste únicamente en la imagen de una virgen de las llamadas de vestir ante la Cruz vacía. Se trata de un tipo de figura de la que solo se deja ver el rostro y las manos. El busto, que es un simple macizo de madera, tiene marcada cierta forma anatómica y reposa sobre un bastidor, el cual consiste en una estructura troncocónica hecha con unos listones y aporta el volumen necesario para poder dar forma a la vestimenta. Los brazos son ligeramente articulados, pero sin mecanismo para dirigir el movimiento y, aunque pudo haberlo tenido, no queda rastro alguno, por lo que parece indicar que su función sea facilitar la tarea de vestir y desvestir a la Virgen. Este tipo de imágenes son conocidas como vestideras, de bastidor o de candelero.
El paso de la Soledad está presente en los oficios de Viernes Santo, cuando, tras el acto del Desenclavo, los penitentes le presentan a la madre su hijo muerto y seguidamente sale acompañando a la Urna con Cristo yacente en la procesión llamada del Silencio o del Santo Entierro. Es porteada a costa de los que ajustan el paso en la subasta durante la tarde del V Domingo Cuaresma llamado de Lázaro o Tortillero María, representada como una mujer mayor, aparece vestida de luto, al modo de viuda castellana de los siglos XVI y XVII, luce manto negro decorado con cenefa dorada recorriendo el borde, sobre saya blanca con el monograma de 53
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Jesucristo bordado en dorado, las mangas con abotonadura por la parte interior, con motivos de estrellas, también doradas hacia los puños, y rematados éstos con amplias puntillas. La ropa interior de la Virgen consiste en unas enaguas sobre un corpiño de cordones antiguo. La toca consiste en un paño blanco que rodea el rostro y vuelve sobre el hombro izquierdo. Lleva cíngulo, también dorado, y un rosario blanco al cuello; la diadema es radiante alternando rayos ondulantes y rayos rectos terminados en estrellas de doce puntas y en la parte superior rematada con una cruz; el arco de apoyo sobre la cabeza se completa con los atributos de la Pasión. Solo se deja ver la cara y las manos. Está arrodillada, posición en la que se detecta cierta desproporción entre cuerpo y piernas, y que indica una anatomía demasiado alta a tenor de la postura. Tiene los brazos extendidos, suplicantes, el rostro elevado y la mirada puesta en la cruz con un rictus de dolor expresado por unas cejas arqueadas, aunque sin llegar a fruncir el ceño, y la boca entreabierta, lo que crea un gesto de cierto patetismo que las lágrimas ayudan a potenciar. El atuendo de estas imágenes suele tener que renovarse cada cierto tiempo por los deterioros que les provoca la propia función procesional. En este caso manto y vestido han sido renovados en los años 2005 y 2006 respectivamente y elaborado por Dolores Cañizo Mayorga. La mantilla es antigua, donación de la familia Medina. La restauración de la talla fue acometida por la empresa Pátina. Restauración escultórica en el año 2010 y consistió en un tratamiento curativo de eliminación de insectos xilófagos, limpieza y reintegración cromática parcial aplicada a base de regatino muy diluido para la cara y con técnica imitativa en las manos. La intervención también sirvió para confirmar la calidad de la obra y deducir su técnica de ejecución. La madera, posiblemente de frutal, fue cubierta con una especie de fina aspillera estucada, unos mínimos restos delatan que ésta capa estaría forrada a su vez con otra tela estampada que daría dignidad a la imagen, aun sin estar vestida, y que confirman la calidad de la obra y el cuidado en su realización. Los ojos son de vidrio y al parecer conserva los originales. El bastidor, seguramente haya sido sustituido, y no sea el que tuvo en un principio, comprensible, siendo la parte estructural que más sufre su uso procesional. Pese a no contar con pruebas documentales que atribuya el encargo de esta obra a la cofradía de Jesús Nazareno, dado que este tipo de trabajo considerado de bajo coste no requeriría la formalidad que otro tipo de empresas, la evidente función procesional de imágenes devocionales como ésta que nos ocupa no deja dudas de que fuese encargada por dicha hermandad. Es más, el mayor gasto que estas figuras suponen para la institución son el mantenimiento y la renovación de su vestimenta, aspecto al que ya hemos hecho referencia y al que mayor atención se le presta, hasta el punto de que su cuidado precisa, no solo de la dedicación al tejido y los atributos, si no de un ceremonioso protocolo que se irá transmitiendo 54
VIRGEN DE LA SOLEDAD
a través del tiempo de forma tradicional, conservando ciertos tintes cortesanos y que está ligado a la propia iconografía de la tipología mariana a la que se corresponde. El origen de este tipo de representaciones piadosas se remonta a la Stabat Mater de los Calvarios, Piedades y Planto de época medieval inspirados en las visiones sobrenaturales de Santa Brígida de Suecia o San Buenaventura. Sin embargo, será tras el Concilio de Trento y aún con mayor intensidad con la llegada del Barroco, cuando se potencie toda la expresividad capaz de transmitirse a través de imágenes como esta Virgen de la cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún. Los Siete Dolores de María constituirán uno de los principales motivos de meditación recomendados, que como resultado se materializará en una estatuaria devocional que desemboca en la iconografía de la Virgen de las Angustias, la Virgen de los Dolores o la Virgen de la Soledad, muy apropiada para la función procesional que en este momento se desarrolla con fuerza. Para comprender el caso concreto de la imagen de la Virgen de la Soledad y la estética que la caracteriza debemos remontarnos a tiempos de Felipe II y al relato que cuenta como su esposa, la reina Isabel de Valois, trajo de Francia para su devoción personal una pintura con la historia de las Angustias y la Soledad de María de la que era muy devota. Con la intención de conseguir una imagen inspirada en aquella, se encargó una escultura solo tallada de cara y manos, es decir, de vestir, para el convento de la orden de San Francisco de Paula, los mínimos, a 55
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
la que pertenecía el confesor real. La ejecución del encargo habría sido propuesto al escultor Gaspar Becerra, quien logró transmitir a la figura la expresión de tristeza que al parecer también mostraba la pintura. En medio del relato aparece la Condesa de Urueña, camarera de la reina, quien se encargó de ataviar a la figura y a quien se le atribuye la idea de vestirle con la indumentaria que usaban las viudas: hábito blanco de lino y manto negro, y que algunas fuentes aseguran fue donación de la propia Condesa ya viuda, entendiéndose por tanto la imagen así, vestida de luto cortesano. La difusión de esta devoción mariana se atribuye a la orden de los mencionados monjes mínimos y, con ello, la creación de cofradías y pasos procesionales dedicados a la imagen que se extendieron profusamente ya desde el siglo XVI. No se conserva la imagen original que supuestamente se relaciona con el relato, pues se perdió durante el incendio de la catedral de San Isidro, antigua iglesia de los jesuitas, donde se conservaba, en los primeros días de la sublevación del 36. La Virgen de la Soledad de Sahagún es una imagen que disfruta de una especial devoción en la localidad y desde antiguo se la venera con dicha advocación, sin embargo su representación no corresponde exactamente con la iconografía pasionista de la talla madrileña en la que se supone nace esta tradición devocional. Si bien, el atuendo sí concuerda, siendo el de una virgen enlutada según el modo de la dama viuda castellana, la postura y gesto de la Virgen facundina no coincide con la del encargo destinado al convento de los mínimos en tiempos de Felipe II y destruida al comienzo de la Guerra Civil. La talla original inspirada en la pintura que poseía Isabel de Valois y que Gaspar Becerra realizó a partir de ésta aparece de pies, es la imagen de una mujer joven y se caracteriza por su recogimiento, tiene las manos entrelazadas en postura orante, la cabeza inclinada ligeramente y con los ojos hacia el suelo, con un evidente gesto de aflicción que, según el relato, fue uno de los requerimientos hechos al artista para satisfacer el gusto de la reina, quien llegó a rechazar hasta dos modelos anteriores por no considerar que transmitían el debido desconsuelo. En cambio, como ya hemos advertido en este caso de la Soledad de Sahagún, la Virgen tiene los rasgos de una mujer entrada en años, que muestra su dolor con un gesto menos comedido, con una carga más dramática, transmitiendo más su angustia y menos la resignación. Mira a la Cruz con los labios entreabiertos, extiende los brazos, y en ello se asemeja más a una Virgen Dolorosa. Por tanto podemos interpretarlo como un caso de iconografía particularmente ecléctica, en la que por un lado hay que considerar la tradicional advocación de esta Virgen, como de la Soledad, ataviada de luto a la manera que la original de Gaspar Becerra y por otro, la patética postura en que se representa la imagen, y aunque en lo que respecta a su advocación y vestido no sabemos si siguen el modelo original, nada indica que pudo ser de otra manera, dado que en la villa facundina así se tiene por costumbre. 56
CRISTO CRUCIFICADO Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: anónimo, finales siglo XVI-principios siglo XVII •U bicación y procedencia: Museo de Semana Santa de Sahagún, Capilla de Jesús •M aterial: madera de nogal y policromado •D imensiones: 120X115 cm •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Escultura adaptada a paso procesional •D escripción (y restauraciones): Dentro de la valiosa colección de escultura procesional que conserva la Cofradía del Jesús Nazareno de Sahagún, una de las tallas de mayor valor por la calidad de factura y la pureza de estilo es el que hoy conocemos como Cristo de los Entierros, designación reciente para esta obra y con la que, anteriormente, ya se ha denominado a otros crucificados de la cofradía.
Se saca el Miércoles Santo por la tarde en el Vía Crucis, porteado por los hermanos cofrades, y el Viernes Santo por la tarde en la Procesión del Silencio llamada también del Santo Entierro, en ésta procesión a costa los que consiguen la puja en la subasta del V Domingo de Cuaresma llamado de Lázaro o de Tortillero. La obra fue intervenida en el año 1993 en los talleres del restaurador D. Mariano Nieto y tratada de distintas patologías y deterioros. El proceso consistió principalmente en la desinsectación de xilófagos, consolidación y reintegración escultórica de material escultórico, además de limpieza, consolidación y reintegración de material pictórico. 57
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
Se trata de una escultura de canon esbelto, anatomía proporcionada, el tórax y vientre en reposo, sin distensiones mortuorias, su vigorosa musculatura transmite una atlética masculinidad. En armonía con todo esto la postura del cuerpo es sosegada y simétrica, sin curva serpentinata marcada, tan solo muestra un tenue contrapposto conseguido a partir del giro de las piernas y la inclinación de la cabeza, lo que rompe ligeramente el equilibrio dominante enfatizado en brazos y manos, dada la idéntica disposición en el gesto de fijarlos al patibulum de la cruz, no muy por encima de la altura de la cabeza. Una sólida corona de espinas forma un mismo elemento escultórico con el ondulado cabello. Los trabajados mechones, que caen hacia el pecho por ambos lados, dejan ver la oreja izquierda y junto con la rizada y afilada barba enmarcan el rostro de Cristo, sereno, con los ojos cerrados bajo unas arqueadas cejas en un gesto de reposo final. Los labios son gruesos, la nariz recta y los pómulos enjutos debido a la flacidez de una anticipada muerte. El perizonium se dispone atado con lo que deja ver la cadera derecha y cae formando unos sencillos y blandos pliegues en forma triangular que acentuan el carácter simétrico y dan coherencia a la composición. No hay exceso de sangre, algunos hilos debido a las heridas de la corona de espinas escurren hasta el pecho, algo más abundante brota de la lanzada del costado, al igual que de las manos y los pies clavados, también resbala por la ingle bajo el paño de pureza, y finalmente aparece en las magulladas rodillas. El trabajo está ejecutado en un naturalismo sin estridencias, sin el dramatismo que tan elocuentemente caracterizó el estilo manierista de Juan de Juni y sin el patetismo que alcanzará la obra ya barroca de Gregorio Fernández unas décadas más tarde. El autor del Cristo crucificado de la cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún optó por la atemperación de las características del estilo juniano con el que se ha venido relacionando tradicionalmente. Las talleres castellanos de escultura de la órbita vallisoletana que acapararon el panorama artístico de la segunda mitad del siglo XVI y a los que, a falta de uno propio, perteneció el entorno de Sahagún, efectivamente vienen ligados a la incuestionable personalidad de Juan de Juni, sin embargo no faltaron otras influencias que adoptaron algunos maestros incluyendo rasgos romanistas procedentes de la obra de Gaspar Becerra, de las labores derivadas de la andadura vallisoletana de Juan de Anchieta o de Esteban Jordán, que sirvieron de inspiración y renovación a otros artistas que por razones cronológicas también se vieron en contacto con la inmediata obra de Gregorio Fernández. La ya advertida falta de talleres escultóricos propios del entorno sahagunense en un momento en que se emprenden proyectos de la importancia de los retablos encargados a Juan de Nates para el convento franciscano o en el caso de San Benito, comprometiendo al propio Gregorio Fernández, y abundando en ello, en la cercana villa de Grajal, señorío de los Vega, en la iglesia anexa al palacio que se 58
CRISTO CRUCIFICADO
encomiende el retablo al taller de los Bolduque, obliga a buscar referencias fuera, y serán los talleres vallisoletanos con sede en la capital y en Medina de Rioseco a los que principalmente recurran los promotores de esos encargos. En el panorama artístico facundino de este momento, en lo que al mundo de la talla y la escultura se refiere, ya advertido ese carácter foráneo de los trabajos retablísticos, a la luz de los documentos se confirma, además de la presencia de artistas de incuestionable calidad como los ya mencionados, la de algunos otros como la figura del palentino Pedro Torres, a quien se recurrió en un primer momento para la realización del retablo de San Benito, caracterizado por un ecléctico estilo a caballo entre la influencia de Juan de Juni y el romanismo becerriano, quien aunque no llegó a concluir la empresa encomendada, también pudo ser cauce de recursos formales e influencias. De entre la obra de todos ellos queremos llamar la atención de forma particular sobre el conjunto de crucificados salidos del taller de los Bolduque. Se trata éste de un taller familiar de considerable recorrido que estará liderado siempre por sus miembros más representativos desde su fundación en los años cuarenta del siglo XVI. Destacamos el maestrazgo de Pedro Bolduque a partir de 1570, 59
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
del que constan colaboraciones con Juan de Juni, y posteriormente de su sobrino Mateo Enrique de Bolduque, a quien también encontramos incluido en el contrato que firma la orden benedictina con Gregorio Fernández para la realización del retablo de San Benito de Sahagún a partir de 1616. La relación circunstancial de este taller y su círculo de influencia con Sahagún también puede confirmarse con la permanencia en la villa de uno de sus mayores colaboradores, nos referimos al ensamblador Gaspar de Umaña, a partir de 1577. El Cristo de la cofradía de Jesús Nazareno con su estilo atemperado, de rotunda anatomía, en un sosegado reposo y de sobrio gesto recuerda algunos de los rasgos formales de las tallas salidas de este taller bolduquiano. El más próximo en términos geográficos es el Cristo que corona el retablo de San Miguel de la cercana villa de Grajal, obra de Mateo Enriquez, el más joven de los Bolduque, con quien contará el maestro Gregorio Fernández como colaborador para el encargo benedictino en Sahagún. Se trata de una obra continuadora de una misma serie donde ya su tío Pedro de Bolduque destacó con otras figuras de igual tipología como son El Cristo del convento de la Concepción de Cuéllar, el Cristo del Humilladero de San Agustín de Capillas, que culmina con el Cristo de la Clemencia de Medina de Rioseco, y que completa el sobrino con, además de este de Grajal, con el de la Paz, también riosecano, por mencionar algunos de los numerosos que les son atribuidos. La semejanza entre estas obras y la de Sahagún está en la composición y la postura, en todos los casos comedida, sin estridencias dramáticas, buscando un equilibrio y simetría solo alterados ligeramente por un tenue contraposto, cuya modulación coincide acentuado por la propia anatomía del crucificado, que obedece también a un estudio similar en todas ellas; lejos de dramatismos, todas destacan por su gesto de sosiego, un rictus serio, pero lejos de patetismos venideros, transmitiendo en el caso sahagunense más descanso que dolor; la corona de espinas aparece entrelazada y tallada con el cabello como en la mayoría de los casos; finalmente el paño de pureza se dispone de forma parecida, atado dejando ver la cadera y con unos pliegues de apariencia blanda, describiendo formas triangulares en muchos de los casos. Si bien no se puede asegurar la mano y el taller del que procede el Cristo de la cofradía de Jesús Nazareno, nos inclinamos a pensar que fue realizado en este mismo ambiente ecléctico, creado a partir del ingenio y pericia del autor pero también del intercambio de influencias y rasgos formales que continuamente se reinventan, deudores de los grandes artistas del momento, con los que sin duda colaboraron sus artífices en otros encargos, hoy muchos de ellos expoliados y de los que solo nos quedan restos, testigos de la gran actividad promotora en una época de transición y cambio. 60
LA ORACIÓN EN EL HUERTO María de Alaíz Franco
•A utor, época y siglo: Autor desconocido. Escuela castellana. Época barroca. Siglo XVII. •U bicación y procedencia: actualmente se encuentra ubicado en la Iglesia de San Tirso, a los pies de la nave del evangelio. Pertenece a la Cofradía de la Vera Cruz que anteriormente tenía su sede en una casa ermita aledaña a dicha Iglesia donde se guardaban los pasos. En 1940 debido al derrumbe que sufrió el tejado y capillas de San Tirso la sede de la cofradía y de sus pasos pasó a ser la Iglesia de San Lorenzo. Desde el 23 de Abril de 1994 la Cofradía de la Vera Cruz pasa a formar parte de la Cofradía de Jesús Nazareno. • Material, estado de conservación y medidas: imagen de vestir .Madera policromada. Actualmente se encuentra en buen estado de conservación. Medidas: Jesús: 1,30 m. Ángel: 65 cm. •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Es uno de los primeros pasos de la Cofradía de la Vera Cruz y de la Semana Santa de Sahagún aunque no el más antiguo .Este paso es llevado a hombros la tarde del Jueves Santo y es el que actualmente abre la procesión conocida como “La Oración del Huerto”.
Según una escritura existente de 1639 hecha ante el escribano de Sahagún Juan de Villafrades, esta procesión inicialmente partía de la casa ermita propiedad de la cofradía haciendo estación en cada uno de los conventos e iglesias de la villa finalizando en la iglesia de San Tirso. Cuando fue cerrada al culto en el año 1940 la procesión partía de San Lorenzo, de donde parte también actualmente, finalizando en la plaza de dicha iglesia. Este paso cumple una función muy importante en la Semana Santa de Sahagún puesto que junto con el paso conocido popularmente con el nombre de la Do61
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
lorosa Pequeña, representa una de las dramatizaciones más populares de nuestra Semana Santa, que es el acto conocido con el nombre de “La Despedida”. Acto que hace alusión al momento en el que la Virgen vio a Jesús por última vez antes de su camino al calvario y posterior crucifixión. Encontramos referencias de este momento de la Despedida en algunas de las canciones del repertorio popular musical de Semana Santa que se conservan .Actualmente el acto se realiza al finalizar la procesión tomando como escenario las ruinas del Real Monasterio de San Benito. Durante los años en los que la Iglesia de San Tirso estuvo cerrada al culto, el acto tenía lugar en la plaza de la Iglesia de San Lorenzo. Los porteadores de ambos pasos acercan y posicionan la imagen de Jesús en frente de la imagen de la Dolorosa Pequeña. La imagen articulada de Jesús ejecuta con las manos un movimiento hacia arriba y hacia abajo simulando el gesto del adiós a su madre la virgen. Este movimiento lo realiza de forma manual uno de los cofrades que porta el paso tirando de la cuerda que activa el aparejo de resortes que está instalado en el interior. A la representación del acto le acompaña de fondo la música de la Banda Municipal de Sahagún. Una vez finalizado el acto, los pasos pasan a ser encerrados en la Iglesia de San Tirso. Esta dramatización es de gran interés etnográfico al ser la única manifestación de este tipo que se conserva en la Semana Santa de la provincia de León. DESCRIPCIÓN Y RESTAURACIONES: Paso procesional que representa una de las escenas de la Pasión de Cristo “La Oración en el Huerto de los Olivos”. El paso muestra el momento en el que Jesús está orando solo en el Huerto de Getsemaní y un ángel se le aparece para reconfortarlo tal y como lo relata el evangelista Lucas (22,39, 46). La composición es una de las más básicas de este tema de la Pasión. Se limita solamente a la representación de Jesús y el ángel. Las dos tallas están representadas en dos niveles que dan a la escena aspecto ascensional. En el primer nivel está Jesús, imagen de vestir o bastidor articulada. Antes de la restauración en el 2013, la estructura del cuerpo que constituía la base del textil, se componía de un maniquí anatomizado resultado de una serie de intervenciones anteriores a su restauración, (en vez del tradicional candelero que se empleaba como armazón en este tipo de imágenes) con brazos adosados de madera articulados y pies adosados a la base del maniquí también de alguna intervención anterior. Jesús aparece orando de rodillas con los brazos flexionados hacia adelante y con la mirada hacia el cielo en actitud de plegaria. La cabeza y las manos que son las partes visibles y más importantes en este tipo de imágenes de vestir, son las que están talladas y policromadas tal y como constaba en los contratos de encargo de este tipo de imágenes, aunque en este caso no se conserva. La cabeza de Jesús con cabellos ondulados y barba está ligeramente elevada, la dirección de la mirada 62
LA ORACIÓN EN EL HUERTO
crea una diagonal con respecto a la talla del ángel. El rostro de Jesús refleja la angustia que vivió mientras oraba en el huerto de Getsemaní. Aparece representado en su aspecto más humano, en el momento en que está asumiendo su sacrificio y todo lo que iba a ocurrir. Esa angustia se ve reflejada mediante la expresión del rostro: mirada hacia arriba, boca entre abierta que deja ver el elemento postizo de los dientes que da a la imagen un mayor naturalismo y mediante la policromía, gotas de sangre que le corren por el rostro representando el momento en que Jesús sudó sangre a consecuencia de la agonía que estaba sufriendo. En este tipo de imágenes de vestir, tiene gran importancia la vestimenta, que es la que engrandece la imagen. Anterior al año 2015 la imagen estaba vestida con una túnica de terciopelo de color morado, color que hace alusión al sufrimiento y a la penitencia, cíngulo y detalles de pasamanería dorada en las mangas y en el bajo de la túnica. El hecho de vestir a Jesús con estas ricas telas, aparte de para engrandecer el paso, en el barroco se empleaban siguiendo los postulados de la Contrarreforma, para adoctrinar a las gentes, mostrando la imagen de Jesús como un triunfador a pesar del sufrimiento que estaba padeciendo. En el 2015 se renovó completamente la vestimenta de la imagen de Jesús dándole una mayor 63
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
vistosidad. La túnica que viste está confeccionada en raso de un tono azulado sustituyendo al tradicional terciopelo morado lo que le da un aspecto mucho más brillante. Cíngulo dorado al igual que los detalles de pasamanería de las mangas y de la zona del cuello, donde destaca el encaje de blonda blanca que también se ha utilizado para las bocamangas. Sobre los hombros, un manto de color granate. Esta vestimenta que ha sido confeccionada por hermanas de la cofradía, es mucho más vistosa y recuerda a las imágenes de vestir de la zona de Andalucía. En los años 90 se realizaron algunas intervenciones en el paso por parte de la Cofradía de Jesús Nazareno como algunos repintes y mejoras en el bastidor de la imagen. En el 2013 la imagen de Jesús fue restaurada por el restaurador de Sahagún Jesús Román Sanz. Realizó un cuerpo de madera de pino y pies de nogal, respetando la articulación de los brazos. Este nuevo cuerpo proporciona a la imagen un aspecto más voluptuoso. También a esta restauración pertenece la mano izquierda, tallada en madera de haya y policromada. La mano anterior que tenía el paso era femenina, perteneciente a otra imagen y consecuencia de alguna intervención anterior. El restaurador le ha dado a la mano ese aspecto envejecido que actualmente tienen las partes originales (rostro y mano derecha) para que lo nuevo no resalte del original. Este tipo de imágenes de vestir, aunque fueron más comunes en Andalucía, también se dieron en Castilla, sobre todo en los núcleos rurales. Siendo esta además, una de las pocas que se conservan y únicas de uso público devocional en la Semana Santa de la provincia de León. La otra figura que compone el paso es la de ángel consolador que se le apareció a Jesús para reconfortarlo en ese momento tan duro que estaba sufriendo .Este ángel que solo aparece en el evangelio de Lucas , según la tradición apócrifa recibe el nombre de Egudiel que significa “La Penitencia de Dios”. En este tema de la pasión que en los evangelios solo se habla de la representación de un solo ángel, ha habido bastante libertad entre los autores a la hora de representarlo. En este caso está representado con aspecto infantil, desnudo, con la cabeza ligeramente elevada e inclinada hacia el lado izquierdo, con el cabello castaño claro y ondulado y las mejillas sonrosadas. La serenidad de su rostro se contrapone a la expresión de angustia de Jesús. Actualmente aparece en posición sedente sobre el capitel de una columna cubierta de ramas que representa el olivo sobre el que se le apareció a Jesús .La pierna derecha está flexionada y la izquierda está ligeramente suspendida. Esta postura un poco inestable junto con las dos alas blancas todavía desplegadas, significa que acaba de bajar a la Tierra y le da sensación de movimiento, una de las características del barroco. Las alas están talladas simulando plumas y conservan parte del dorado de la policromía. En cuanto a la disposición de los brazos, el izquierdo está flexionado con la palma de la mano 64
LA ORACIÓN EN EL HUERTO
abierta y el brazo derecho aparece elevado y flexionado hacia adentro como en actitud de dar consuelo. En otros pasos en los que se representa este tema es frecuente ver al ángel portando el cáliz con el cual según los evangelios confortó y tranquilizó a Jesús. Por falta de documentación no podemos saber si este ángel también lo portaba. En la última restauración del paso, al ángel no se le hizo ninguna intervención, solo se ha sustituido el soporte sobre el que estaba apoyado por la columna que hay actualmente. Las andas que componen el paso, realizadas también en madera se caracterizan por su sencillez y funcionalidad. Se componen de tablero con una pequeña plataforma que realza la imagen de Jesús y dos listones horizontales y paralelos que sobresalen en la parte delantera y trasera. En cuanto a la decoración, destaca la pequeña balaustrada sobre el perímetro del tablero y un motivo decorativo de tipo floral en la parte delantera y trasera. Para la iluminación del paso se han dispuesto cuatro faroles, uno en cada esquina de la andas con estructura de metal y cristal en parte de las caras con motivos decorativos de tipo vegetal y floral. Las andas de este paso fueron realizadas a mediados de los años 90 por hermanos de la Cofradía de Jesús Nazareno.
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ECCE HOMO Javier Rivera Blanco
•A utor, época y siglo: Anónimo. Escuela popular de Gregorio Fernández. Siglo XVII. • Ubicación y procedencia: Iglesia de San tirso. Procedía de la Cofradía de la Vera Cruz. •M aterial, estado de conservación y medidas: Buen estado. 1,30 cms. •F unción: Sale en la procesión de la tarde el día de Jueves Santo.
El Ecce Homo o paso de la Flagelación de Cristo representa a Jesucristo atado a la columna con el cuerpo ensangrentado y cabizbajo, pensando en su propia Pasión ya que pronto llegará a la tragedia de su muerte. Sale en la procesión de la tarde del Jueves Santo de la iglesia de San Lorenzo, aunque antiguamente lo hacía de la de San Tirso, que era la sede, y también la organizadora de esta celebración la Cofradía de la Vera Cruz cuyos hermanos también sacaban en esta tarde otros pasos como el de La Oración del huerto de los olivos, La Soledad, Cristo con la cruz a cuestas y Nuestra Señora de las Amarguras, según el P. Albano García Abad, que tan bien estudió nuestra Semana Santa. Probablemente esta es la cofradía más antigua de Sahagún, ya documentada en el siglo XVI (a partir de 1543), pero con referencias que pueden alargar su existencia a finales de la Edad Media. Ahora está unida a la de Jesús Nazareno, aunque se mantienen algunas de sus costumbres, ropas, etc. En los siglos XVI y XVII tenía casa y ermita cerca de “la iglesia parroquial de Nuestra Señora La Nueva”. Hoy se custodian sus pasos en la iglesia de San Tirso, junto a las ruinas del monasterio benediction de San Benito o Domnos Sanctos. La talla es de tamaño natural ligeramente inferior, de madera policromada, obra de mediados del siglo XVII, de un seguidor del imaginero vallisoletano 66
TÍTULO CAPITULO
Gregorio Fernández. Está bien conservada, con las carnaciones pulimentadas y el paño bien estofado. Borbotones e hilos de sangre cubren toda la superficie del cuerpo, resultado de los latigazos recién aplicados con feroz saña. El cuerpo tiene buenas proporciones, bien estudiada la anatomía y la musculatura, así como las manos, con proporción mesurada. La cabeza, con el rostro ensimismado, presenta buena factura, con los cabellos largos y barba y bigote profusos mojados por la humedad del sudor y de la sangre. Mira hacia abajo, con los párpados entrecerrados. Está maniatado a la columna, una esbelta pieza de orden toscano con fuste liso y capitel de este estilo, toda ella de color oscuro, que sobrepasa un poco la altura de la cabeza. 67
VIRGEN DE LAS AMARGURAS Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: Manuel Galiano Delgado, siglo XX, anterior a 1940 •U bicación y procedencia: Iglesia de San Tirso •M aterial (estado de conservación y medidas): terracota y madera •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Se procesiona el Jueves Santo por la tarde y la mañana del Domingo de Resurrección •D escripción (y restauraciones): Nuestra Señora de las Amarguras es una imagen procesional que consiste en la representación de María, vestida de luto, de pies, con los brazos extendidos y gesto suplicante, un pañuelo en la mano derecha, con el que enjugarse las lágrimas, abunda en su gesto de dolor. Viste manto y mantilla negros con ribeteados dorados sobre saya y toca blancas, al estilo de viuda castellana, algo que contrasta con la estética de la figura, de estilo andaluz, escuela a la que pertenece, pues se trata de un encargo personal de un natural de Sahagún residente en Sevilla al taller de Manuel Galiano Delgado.
Al parecer estamos ante un artista más dedicado a labores de orfebrería, dorado, estofado o pintura y sobre todo restauración, que al de imaginería en sí. Nacido en 1892, su labor al frente del taller abarca el periodo que va desde mediados de los años veinte, cuando termina su oficialía y se decide a establecer de forma independiente, hasta los años cuarenta, muriendo de forma un tanto prematura en 1958. Tan solo podemos mencionar hasta el momento siete imágenes atribuidas al artista, todas ellas dentro de la escultura religiosa procesional, de las que cuatro son vírgenes de candelero entre las que se encuentra la Virgen de las Amarguras de Sahagún. También se le atribuye un Nazareno con la cruz a cuestas igualmente destinado a la cofradía facundina de la Vera Cruz de Sahagún y que lo mismo que la Virgen se conserva en la iglesia de San Tirso. Todas las imágenes marianas de Galiano guardan unas características similares, 68
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de fina y sensual fisonomía, representan unas vírgenes bellas y jóvenes pese al sufrimiento que trasmiten con su gesto y la suplicante postura. La semejanza formal se hace aún más evidente entre la de los Desamparados de la Hermandad de San Esteban y la de las Amarguras de Sahagún. El conjunto sirve como un buen ejemplo de la estética típica de la escuela sevillana del momento, si bien, en la virgen facundina queda muy mitigada desde el momento que los ostentosos atuendos propios de las vírgenes andaluzas se sustituyen por un austero enlutado en blanco y negro, y el aparatoso trono con palio queda simplificado en unas sencillas andas, tal y como corresponde a un decoro más acorde con la Semana Santa de estilo castellano. La imagen facundina está realizada en terracota y madera, una técnica que abarata y aligera la obra resultante debido al material, menos costoso, y el ahuecado de su interior, lo que es interesante dada su función procesional. Aunque, por 69
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
otro lado, dificulta algunos aspectos del acabado como es el añadido de postizos, o permiten una menor movilidad a la figura, lo que obliga a que algunas partes, inevitablemente se tengan que realizar en madera. Se le considera una técnica menor, en comparación con la talla completa en madera. Por otro lado, cabe advertir que la tradición barrista en Sevilla tiene una continuidad secular, habiendo sido utilizada en todas las épocas. La Virgen de las Amarguras de San Tirso fue encargada para la Cofradía de la Vera Cruz en los años treinta del siglo XX por don Licinio Mediavilla García, natural de Sahagún, pero que desde los años veinte residía en Sevilla, con cuya Semana Santa sin duda estaba muy comprometido. En 1926 cofunda la Hermandad de San Esteban, de la que sería primer presidente de la Junta organizadora, al tiempo que primer Hermano Mayor hasta 1928. Sus desvelos por la institución le sirvieron para ser nombrado mayordomo a título perpetuo. Sin duda no le faltan méritos, pues don Licinio resulta estar relacionado con obras tan relevantes como la adquisición de imágenes para poder ser procesionadas a cargo de la Hermandad, así es el caso del conocido como Paso del Señor comprado a la Hermandad de la Santa Expiación de Triana, aunque será el encargo de la figura de Nuestra Madre de los Desamparados, imagen titular de la cofradía que presidía, la que para nosotros sin duda sea la más relevante, pues sirve de argumento para explicar la filiación entre ésta obra y la Virgen de las Amarguras de Sahagún, estableciéndose un curioso pero estrecho vínculo entre liturgias tan distintas y lugares tan distantes, de lo que sin duda don Licinio es el principal responsable. Podría haber sido mientras desempeñaba algún tipo de trabajo administrativo en el Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla cuando el facundino tomó un primer contacto con el artista, pues al parecer Galiano, hombre de salud quebradiza, pasaría largas temporadas de convalecencia en dicha institución, con lo que es fácil imaginar las circunstancias que pudieron facilitar el encargo de las imágenes al escultor por parte del facundino. Sin duda el arraigo a su tierra natal de don Licinio, Sahagún, donde la Semana Santa también disfruta de tanta devoción y tradición, le llevó a que, después de encargar la imagen para la Hermandad de San Esteban, Galiano fuera contratado para ejecutar la Virgen de las Amarguras para la cofradía de la Vera Cruz de su pueblo, en similares circunstancias en las que también se contrató el paso de Jesús Nazareno, conocido como Jesús el Pobre, aunque el encargo de la Virgen se considera una obra de patronazgo personal y por lo tanto más íntima. Ambas imágenes fueron trasladadas a la villa leonesa recién terminada la Guerra Civil, no antes de que fueran fotografiadas en el patio de la casa sevillana del mismo don Licinio, testimonio de su compromiso en el encargo de las obras. 70
JESÚS NAZARENO, LLAMADO JESÚS EL POBRE Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: Manuel Galiano Delgado, siglo XX, anterior a 1940. •U bicación y procedencia: Iglesia de San Tirso. •M aterial (estado de conservación y medidas): madera y terracota. •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Se procesiona el Jueves Santo por la tarde y el Domingo de Resurrección. •D escripción (y restauraciones): El paso del Nazareno, conocido como Jesús el Pobre, pertenece a la cofradía de la Vera Cruz y se custodia en la iglesia de San Tirso, por ser este templo considerado sede de dicha hermandad. Representa a Jesús con la cruz a cuestas camino del Monte Gólgota. Está ejecutado con la cara y los pies en terracota y los brazos en madera, esto posibilita la articulación de los brazos para poder ajustarlos a la postura de cargar con el madero. Va descalzo y viste túnica morada como es preceptivo del Jueves Santo, día en que sale por la tarde en la llamada Procesión del Encuentro, se adorna con ribetes y cíngulo dorados, todo ello sobre camisa blanca. La pierna izquierda se adelanta para compensar la postura del cuerpo. La cabeza ligeramente inclinada se remata con una enmarañada corona de espinas a lo que en otro tiempo se sumaban las potencias originales, que hoy custodia la cofradía. El rostro es de dolor, con el ceño fruncido y la boca entreabierta, pero de elegantes rasgos.
La imagen fue encargada, junto con la imagen de la Virgen de las Amarguras, al imaginero sevillano Manuel Galiano Delgado, ambas para la cofradía de la Vera Cruz, no se sabe con certeza si en este caso del Cristo a expensas de la hermandad o como encargo personal de don Licinio Mediavilla, natural de Sahagún y residente en Sevilla, que parece en ese momento ejercía como comerciante de ob71
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
jetos religiosos, y quien sí se habría comprometido de forma personal con la obra de la Virgen. Las dos imágenes habrían llegado juntas a la villa sahagunense en los años posteriores a la del final de la Guerra Civil, aunque su ejecución sería de algún tiempo anterior, dado que la obra atribuida al artista se documenta a finales de los años veinte y la década de los treinta. Efectivamente, el estilo es muy similar al de otras obras realizadas por el mismo taller sevillano para la Hermandad de San Esteban de la que don Licinio Mediavilla habría sido cofundador a finales de la década de los veinte, quien sería por tanto el responsable de la presencia de esta imagen de clara ascendencia andaluza en la villa leonesa estableciendo un vínculo, con toda seguridad pretendido, entre la cofradía hispalense por él fundada y la de la Vera Cruz de su localidad natal. Al parecer, la llegada de ambas imágenes a su destino debió ser un tanto accidentada, pues por entonces acababa de ocurrir el derrumbe de la torre de San Tirso, donde la hermandad de la Vera Cruz residía y donde lógicamente tendrían que haber albergado la obra, lo que obligó a buscar otro lugar, que por un tiempo debió de ser, para disfrute de los vecinos, el escaparate de uno de los pujantes comercios sahagunenses. La imagen de Jesús con la Cruz a cuestas o simplemente Jesús Nazareno representa a Cristo camino del Calvario y conlleva una carga simbólica a la vez que piadosa muy apropiada para las celebraciones procesionales y paralitúrgicas propias de la Semana Santa. Si bien, Jesús cargando con la cruz ya aparece en el arte paleocristiano, la representación del Nazareno con la pretensión de dejar patente el sufrimiento no se encuentra hasta el gótico para, desde entonces, continuar presente en los sucesivos periodos artísticos, intensificándose a partir de los dictámenes trentinos y culminando en el barroco, donde los principales maestros imagineros definen de forma definitiva la iconografía de esta imagen devocional. La notoriedad que tomó la Semana Santa andaluza en época barroca justifica que de sus talleres salieran obras que constituirían un modelo a seguir, como los son Nuestro Padre Jesús de la Pasión atribuido a Juan Martínez Montañés o, aún con un tono más dramático, la de Jesús del Gran Poder, obra de Juan de Mesa y Velasco, dos ejemplos paradigmáticos que crearían escuela y se distancian de la producción de los talleres castellanos liderados por Gregorio Fernández con mayor preferencia por una estética más sobria y patética. Ambas tendencias, que ya hemos presentado como modelo para los innumerables encargos posteriores de escultura procesional, presentan evidentes diferencias tanto en lo estético y formal como en lo funcional, dando como resultado dos formas de manifestación paralitúrgica bien diferenciadas, la Semana Santa Andaluza de gran monumentalidad frente a la Semana Santa Castellana de solemne austeridad, y que se han venido manteniendo así a lo largo del tiempo. La ejecución de esta imagen de Jesús camino del Gólgota sería coetánea a la de la Virgen de las Angustias, considerándose como un encargo de los años treinta 72
JESÚS NAZARENO, LLAMADO JESÚS EL POBRE
del siglo pasado, y su llegada a Sahagún pudo haberse visto retrasada hasta el final de la Guerra. La presencia en Sahagún de esta imagen, junto con la Virgen de las Amarguras, conecta plenamente con esa estética andaluza y dota a la Semana Santa de la villa leonesa de cierto carácter ecléctico, debido al contraste que presentan estas figuras con el resto de comitiva procesional que, por otro lado, entroncan plenamente con una estética más sobria como es la castellana. La imagen ha sido cedida en distintas ocasiones a otras cofradías para ser procesionada en la Semana Santa de sus localidades, como así sucedió cuando participó con la Hermandad del santo Cristo del Despojo de Valladolid en 2006. 73
VIRGEN DOLOROSA (SOLEDAD PEQUEÑA) Rafael Domínguez Casas
•A utor, época y siglo: anónimo, finales del siglo XVII. • Ubicación: Iglesia parroquial de San Tirso, Sahagún. • Materiales: madera policromada, armazón metálico y vestiduras textiles. •F unción: procesión matinal del Encuentro, Domingo de Resurrección. •M edidas: las andas tienen de base: 3,10 x 1,59 m. con brazos; 1,90 x 1,59 m. sin medir brazos. Imagen arrodillada: 1,20 m. de altura. Corona: 0,15 m. • Restauraciones: corona restaurada por Joyería Sixto, Sahagún.
En la Procesión de la Oración en el Huerto, en la tarde del Jueves Santo, salen de la iglesia de San Lorenzo los siguientes pasos escultóricos a hombros de los penitentes de la Hermandad Penitencial de la Santa Vera Cruz: la Oración en el Huerto, el Ecce Homo (Cristo atado a la columna), la Virgen de la Soledad pequeña, Jesús con la Cruz a Cuestas (“Jesús el Pobre”) y la Virgen de la Amargura. La banda de música interpreta en la Plaza Mayor las marchas de la “Virgen de las Amarguras” y de “Jesús Nazareno”. Se llega al anochecer hasta el Arco de San Benito para seguir hasta la plaza de San Tirso, donde las imágenes de Cristo de la Oración del Huerto y de la Virgen de la Soledad se despiden emotivamente, levantando sus brazos articulados. En la tarde del Viernes Santo se asiste a los Oficios en la iglesia de San Lorenzo. A continuación, tiene lugar en el presbiterio el Desenclavo del Cristo articulado del siglo XVII, que es depositado en su espléndida Urna barroca. Comienza la Procesión del Santo Entierro compuesta de los siguientes pasos, que son llevados a hombros por los cofrades de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José: el Santo Cristo de los Entierros, la Urna del Santo Sepulcro con el Cristo iluminado en su interior, la Virgen de la Amargura, la Virgen Dolorosa (Soledad pequeña) y la Virgen de la Soledad. Llegada esta procesión a la Plaza Mayor de la villa, se interpretan con ban74
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da sinfónica, coro y solistas, las emocionantes marchas del “Cristo de la Urna de Sahagún” y de la “Virgen de la Soledad”, con letra y música de los hermanos Jesús Francisco y Juan Blasco. Termina la procesión caída la noche, con el regreso de la Urna del Santo Sepulcro y demás pasos a la capilla de Jesús Nazareno. La Virgen de la Soledad es imagen de vestir, con brazos articulados y gesto de tristeza que impele al recogimiento. Tiene rostro y manos de madera policromada con carnación brillante, propia del barroco tardío. Está arrodillada. El manto negro con cenefas doradas y el vestido blanco adornado con las iniciales “MA” coronadas y bordadas en oro fueron confeccionados por Mari Campillo, con apoyo económico de Doña María del Piñal Luna. Lleva en su mano izquierda un rosario de plata que fue donado por Doña Dolores del Corral Herrero, y en la diestra un pañuelo blanco de fino encaje. Enmarca la cabeza de esta sagrada imagen una corona radiada de plata con una cruz patada flanqueada por doce estrellas de ocho puntas, la cual fue restaurada en la Joyería Sixto de Sahagún. Las andas actuales se adornan en las esquinas con cuatro faroles de vidrio tallado. Bajo ellas se lee la siguiente inscripción manuscrita: “AÑO 1997. TEODORO TOCINO COMO MAESTRO. LEANDRO ÁLVAREZ, JUAN LUIS FERREIRO / JOSÉ RUIZ. ESCUELA TALLER”. 75
• • •
ESCULTURA
CRUCIFIJO GÓTICO DETERIORADO Javier Rivera Blanco
•A utor, época y siglo: anónimo, estilo gótico, siglo XV, escuela y seguidores de Alejo de Vahía. •U bicación y procedencia: En el espacio lateral nordeste de la cabecera de la capilla de Jesús, procedencia iglesia de San Tirso. •M aterial (estado de conservación y medidas): madera policromada, muy mal estado de conservación, con pérdida de elementos, brazo izquierdo, dedos de la mano derecha, pérdida de carnaciones y policromías. Mitad del tamaño natural. 1,32 mts.
Es una pieza que ha cambiado varias veces de ubicación y que rescató para la Capilla de Jesús el Hermano Mayor Leandro Álvarez Luna y los hermanos de la Cofradía de Jesús Nazareno, pero cuyo origen se remonta a alguna de las parroquias que tuvo Sahagún en la Edad Media. Ahora está colocado en una hornacina de ladrillo con arco apuntado que se encuentra en la dependencia del costado este de la cabecera de la nave. Se trata de una imagen tallada en madera típica de finales del siglo XV representando a Cristo Crucificado, todavía vivo con la cabeza un poco levantada hacia su costado derecho mirando a Su madre. Porta largos cabellos que le caen por delante del cuerpo, barba amplia y el rodapelo tallado en la misma madera de la testa. En la cara una parte muestra, al estar limpia de la costra de las velas y del paso de agentes patológicos, las carnaciones originales. La otra está oculta y negra. 78
CRICIFIJO GÓTICO DETERIORADO
Típicos de esta época son la musculatura poco señalada con el tronco menos desarrollado que la parte inferior, el paño de pureza muy plano y lineal, la actitud del conjunto, todo siguiendo los hábitos de este momento. Salió del cincel de un escultor no malo seguidor de Alejandro de Vahía, pero muy lejano de su habilidad y finura, como se aprecia al compararlo con las numerosas piezas conservadas en las vecinas provincias de Palencia y Valladolid. 79
CRISTO CRUCIFICADO Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: anónimo, siglo XVII •U bicación y procedencia: Capilla de Jesús •M aterial (estado de conservación y medidas): Madera tallada y policromada
Colgada en el penúltimo tramo del muro de la Epístola en la capilla de Jesús Nazareno luce la imagen de un Cristo crucificado de un tamaño de mediado tamaño ejecutado en madera policromada. Tiene perdido parte del pie izquierdo. Es un Cristo de tres clavos, de una cuidada y proporcional anatomía realizada con realismo, sin estridencias en la postura. Se representa muerto, con los ojos cerrados y la boca ligeramente entreabierta en un gesto compungido que ayuda a configurar el arco de unas cejas tenuemente caídas. Inclina la cabeza hacia la derecha, del mismo lado por el que cae un mechón del cabello del mismo color que la afilada y partida barba. Le falta parte de la corona de espinas que justificaría la sangre que resbala por el rostro, aunque los distintos tonos y matices de la pintura podrían indicar la realización de lo que parecen repintes y que se repiten en la sangre que resbala desde las manos y escurre por los antebrazos, la del costado y las de las desolladas rodillas. En todos los casos están presente dos tonos muy diferentes, un rojo vivo y un tono marrón; con el color más oscuro se consigue un efecto más detallado, a base de gotas dibujadas que siguen un recorrido más creíble, mientras que con el tono más rojizo la sangre se finge de una manera más burda, a partir de trazos sin ningún detalle. El paño de pureza se representa atado con una cuerda sobre la que se vuelve la tela bajo el vientre y anudado a la derecha, de donde el paño cuelga con cierto volumen. 80
CRISTO CRUCIFICADO
Llama la atención como los maderos de la cruz o están ensamblados en ángulo o a posteriori, con el cepillado, se ha invertido su orientación, lo que obliga a una forzada fijación de los clavos que sujetan las manos y los pies de Jesús tanto en la stipe como en el patíbulum, clavándose en la arista misma de ambos travesaños, al igual que los que fijan el letrero por encima de la cabeza de Jesús, el cual se representa parcialmente enrollado por su extremo derecho y tiene las letras del INRI muy perdidas. Los brazos de la cruz así como la parte superior del madero vertical están rematados con el mismo tipo de motivo, una moldura acabada en bola. Se trata de una talla que por su medida podría haber pertenecido a una obra de mayor envergadura, tal vez completando un retablo, incluso acompañado de otras figuras formando parte de un calvario y que era frecuente que apareciera en la parte alta del aparato retablístico, pudiendo constituir el remate o ático. 81
TALLA SIN CARA DE SAN PEDRO? Javier Rivera Blanco
•A utor, época y siglo: anónimo, siglo XVIII. •U bicación y procedencia: Vestíbulo de entrada a la capilla de Jesús. Encima de la cornisa de ladrillo sobre la hornacina del muro oeste. Procedencia de alguna capilla o iglesia antigua de la villa de Sahagún rescatada por el presidente de la hermandad para la .cofradía de Jesús Nazareno. Procede de los almacenes de la iglesia. •M aterial, estado de conservación y medidas: Madera policromada, mal estado de conservación. Le faltan gran parte de la cara, los brazos y manos y otros numerosos detalles de pérdidas en rodilla izquierda y en diferentes partes de los manteos con que se viste. Mide aproximadamente 1 m. •F unción: Ninguna, decoración de la Capilla de Jesús.
La imagen representa a un hombre, al parecer mayor, sentado sobre piedras y nubes, con túnica oscura y esclavina encima, ésta dorada. Podría representar a San Pedro, por la actitud, pues tiene las manos abiertas, quizá para hacer la bendición o llevar en una mano las llaves. Pero podría ser, de la misma forma, cualquier otro santo o el mismo Dios Padre con una mano, la derecha, abierta para bendecir, y la izquierda portando la bola del mundo. El carecer de la cabeza (formas de los cabellos, rostro, etc.) y de las manos nos impide estudiar mejor la obra, pues por los pliegues puede ser de finales del siglo XVII o comienzos del siglo XVIII, a lo que contribuiría también las características de la policromía, bien aplicada. Parece, igualmente, obra que estuviera en origen adosada a un retablo, pues tiene la espalda sin labrar, plana. 82
TALLA SIN CARA DE SAN PEDRO?
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DOS ESCULTURAS REPRESENTANDO A NIÑO JESÚS TRIUNFANTE Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: anónimas, siglo XVII o XVIII? •U bicación y procedencia: Capilla de Jesús •M aterial (estado de conservación y medidas): Madera policromada •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Decorativa // devocional
Ambas esculturas representan la imagen de Jesús Niño como Salvator Mundi, también conocida como Niño Triunfante y a la que popularmente se alude como Niño de la Bola. Muy semejantes en tamaño y tipología, los dos casos consisten en la representación de un niño de pies, desnudo, en posición frontal, que con una mano sostiene la esfera y con otro bendice a la vez que porta una cruz, muestran cierto contrapposto al apoyar su peso sobre la pierna izquierda desviando un poco la cadera y marcando el pliegue inguinal. Su rolliza y pueril anatomía muestra un vientre ligeramente abultado acorde con los rasgos del rostro, de sonrosados y regordetes carrillos. En este caso no se conservan ropajes, pero, en ocasiones, este tipo de figuras poseían lujosos atuendos para ser vestidos al menos en ciertas festividades en las que incluso podían ser procesionados. Suelen estar colocados sobre una peana, como sucede en este caso. En ambas imágenes se aprecian pequeños deterioros, tanto en la escultura, principalmente en las manos con la pérdida de parte de los dedos, como en el 84
DOS ESCULTURAS REPRESENTANDO A NIÑO JESÚS TRIUNFANTE
material cromático, con el craquelado de gran parte de la superficie pictórica y pequeñas lagunas cromáticas, aunque para nada interfieren en la lectura de las obras. La difusión por España y el Nuevo Mundo de este tipo de imágenes fue tal que para su ejecución en serie se llegó a recurrir a una técnica de vaciado en peltre, una mezcla de zinz, plomo, estaño y antimonio, por lo que en ocasiones se aludía a este tipo de obras como niños de plomo y estaño. Pero aparecen ejecutados de muy diversos materiales, alabastro, terracota, marfil o, como en este caso, realizados en madera tallada y policromada. Deducimos, por lo tanto, que se trata de una imagen que se hizo muy popular a partir del siglo XVII. Su origen está en los dictámenes de Trento y la conveniencia, que desde los planteamientos más ortodoxos de planteaba, de buscar la emotividad a través de las imágenes, para lo que las figuras infantiles se presentaban muy adecuadas a la hora de transmitir ternura, piedad y devoción. El modelo iconográfico surge con la imagen que Martínez Montañés ejecuta en 1607 85
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
para la Hermandad Sacramental del Sagrario de Sevilla que posteriormente otros escultores versionarían como fue el caso de Alonso Cano o Juan de Mesa, éste último, su seguidor más destacado, imprimirá a la imagen cierto dinamismo en la postura con el niño apoyado ligeramente en la pierna izquierda, algo más rollizo que el del maestro y con un rasgo característico, que será la solución del cabello que se muestra con cierto agrupamiento de mechones en el centro, un rasgo que podemos observar claramente en uno de los dos niños que aquí se presentan. En este caso, el más moreno tiene la postura del cuerpo más marcada y presenta el cabello tal y como se describe en las obras de Juan de Mesa. La otra imagen de cabello dorado es de rostro menos realista, con menos matices cromáticos, sin la misma calidad en las carnaciones y con el pelo trabajado de forma más convencional a base de idealizados mechones con un efecto mucho menos convincente. Iconográficamente nos encontramos ante la adaptación infantil del Salvator 86
DOS ESCULTURAS REPRESENTANDO A NIÑO JESÚS TRIUNFANTE
Mundi, tal como muestran los atributos que portan ambos infantes y que explican su iconografía. La cruz que le presentan como Cristo Salvador y la bola, que en época medieval representaba la esfera celeste y que desde época moderna pasa a ser la imagen del mundo, en donde crece la cruz como árbol de la vida. Precisamente la bola está perdida en uno de los niños, ambos sin embargo conservan la cruz, que en el caso del niño rubio se trata de una cruz estandarte, y que por el color, semejante al del cabello, en los dos podría indicar que son las originales. En este caso las peanas muestran unos motivos únicamente decorativos, en otras ocasiones llevan labrados algún tipo de monstruo o bestia simbolizando el poder de Jesús sobre el mal. La historia de la Cofradía de Nuestro Señor Jesús Nazareno y Patrocinio de San José no es indiferente a este tipo de imágenes infantiles. La imagen del niño no le es extraña a la institución que va estrechamente ligada a la del patrocinio de San José y cuya imagen, siempre de la mano del Niño Jesús, se procesiona en el tercer Domingo de Pascua. 87
PAPONES, TAMBORILERO Y TROMPETA Javier Rivera Blanco
•A utor, época y siglo: Jesús Román. Año 2010. • Ubicación y procedencia: En el interior bocetos en escayola, pintados en negro. En el exterior, junto a la puerta de la capilla de tamaño natural (1,75 cms) en bronce pintado de negro. • Material, estado de conservación y medidas: Bronce. •F unción: Representan dos de las imágenes más populares de la Semana Santa de Sahagún y de León y de Castilla.
Los bocetos y las esculturas de bronce fundido muestran estas dos figuras de las Semana Santa, el tamborilero y el trompetero, erguido y en paso activo caminando en la procesión. Este mismo autor, vinculado con Sahagún por el origen de parte de su familia, es también el autor de la pequeña imagen de San Juan de Sahagún que ocupa la hornacina de la fachada de la capilla del santo en la localidad (realizada en 2008). Su autor es un joven escultor nacido en León en 1982, formado en Palencia y licenciado en Bellas Artes por la universidad de Salamanca y Técnico Superior de Artes Aplicadas a la Escultura de Valladolid. La imágenes se muestran vestidas con la larga túnica que les alcanza hasta los pies, llevan cintura y se cubren la cara sin el capirote o cucurucho, que también caracteriza las procesiones y la figura de los cofrades característicos de esta tierra. Ente las dos esculturas, en el suelo una orla del mismo material indica este tex88
PAPONES, TAMBORILERO Y TROMPETA
to: “COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO Y PATROCINIO DE SAN JOSÉ. EN EL AÑO DEL SEÑOR DE 2012 SE HACE ESTE MONUMENTO EN HONOR A LA SEMANA SANTA DE SAHAGÚN SIENDO PRESIDENTE DE LA COFRADÍA: D. LEANDRO ÁLVAREZ LUNA. ESCULTOR JESÚS ROMÁN SANZ. TALLER DE FUNDICIÓN: ESCULTURAS DE BRONCE”. En la puerta convocan a los vecinos, a los cofrades y a los peregrinos y visitantes de Sahagún a entrar en la capilla y disfrutar de este hermoso museo de la imaginería barroca castellana y leonesa. Las dos esculturas muestran gran realismo y son de atinada calidad, con un estudio esmerado de los ropajes y de las actitudes de los dos hermanos que también motivan sustos en la noche por su presencia bien lograda que parecen auténticas figuras en la plaza de San Lorenzo. 89
PIEDRAS CON RELIEVES ARQUITECTÓNICOS María de Alaíz Franco
•A utor, época y siglo: Escuela taller Puente Canto de Sahagún (Taller de cantería) Época contemporánea. Finales del siglo XX. (Años 1997-1999) •U bicación y procedencia: Proceden de la Escuela Taller Puente Canto de Sahagún. Actualmente se encuentran ubicadas en el pórtico de entrada de la Capilla de Jesús Nazareno. Están colocadas en el suelo apoyadas en cada una de las paredes. •M aterial y estado de conservación: Piedra arenisca. Actualmente se encuentran en buen estado de conservación aunque con algún desgaste y rotura en la zonas de las esquinas. •M edidas: Piedra lado izquierdo: 48cm. x 29cm. x 14,5 cm. Piedra lado derecho: 59 cm. x 62 cm. x 13 cm. Piedra lado izquierdo de la puerta de entrada: 31,5 cm. x 48 cm. x 14,5 cm. Piedra lado derecho puerta de entrada: 26cm. x 26 cm. x 25,5 cm. • Función: Cumplen una función decorativa.
Cuatro piedras labradas que presentan diversos motivos decorativos empleados en arquitectura y realizados en bajo relieve. •P iedra situada en lado izquierdo: Forma de paralelepípedo rectangular con
un motivo vegetal decorativo de tallos entrelazados enmarcado por una orla también en relieve.
•P iedra situada en el lado derecho: Forma de paralelepípedo cuadrangular con
un rosetón inscrito.
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PIEDRAS CON RELIEVES ARQUITECTÓNICOS
•P iedra situada en lado izquierdo de la puerta de entrada: Forma de paralelepípe-
do rectangular con motivo decorativo vegetal tipo palmeta.
•P iedra situada en el lado derecho de la puerta: Moldura mixta tipo talón con
una franja en la parte superior con decoración de roeles, en el centro un motivo circular con una flor en relieve inciso.
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PINTURA
FRANCISCANO María de Alaíz Franco
• Autor, época y siglo: Anónimo. Época barroca. Siglo XVII. • Ubicación y procedencia: Actualmente el cuadro se encuentra ubicado en el lado derecho del transepto de la capilla colgado en la pared arriba a la izquierda. Fue encontrado en una de las dependencias de la Iglesia de San Lorenzo, se desconoce su procedencia. •M Aterial, estado de conservación y medidas: Pintura al óleo sobre lienzo. Medidas: 94 cm. x 74 cm. con marco. Actualmente se encuentra en buen estado de conservación. •F unción en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: El cuadro cumple una función decorativa dentro de la cofradía.
La pintura representa a un franciscano de medio cuerpo en posición de tres cuartos, con tonsura a la romana y con el hábito de color marrón característico de la orden franciscana. Está representado meditando, con la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante, ojos cerrados, brazos elevados en actitud de oración mostrando la palma de su mano derecha y sujetando con la mano izquierda una calavera, elemento muy frecuente en este tipo de representaciones iconográficas en la pintura barroca, que simboliza el rechazo de lo material y perecedero de la vida para dedicarse a enriquecer la espiritualidad. Representado sobre un fondo neutro, destaca el contraste de luces y sombras como si hubiera un foco de luz en la parte derecha fuera del cuadro que ilumina levemente parte de la cabeza y del rostro, la mano derecha y parte de las vestiduras y de la calavera en contraste con las zonas que están más oscuras, creando cierto dramatismo que se buscaba representar en el barroco. En el rostro se mezclan los rasgos físicos con la espiritualidad y serenidad del retratado. Destaca la amplitud del hábito que da sensación de pesadez con sombras que rellenan las cavidades de los pliegues. El fondo oscuro le da a la obra un carácter intimista. 94
FRANCISCANO
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SAN FRANCISCO DE ASÍS REZANDO ARRODILLADO Rafael Domínguez Casas
• Autor, época y siglo: Anónimo, fines del siglo XVII. • Ubicación: capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno, Sahagún. • Procedencia: monasterio de San Francisco, Sahagún (La Peregrina). • Materiales: óleo sobre lienzo. • Función: decoración de la capilla. • Medidas: 1 m. x 0,76 m.
Procede este cuadro, casi con total seguridad, del Monasterio de San Francisco de Sahagún. Representa al Santo titular orando y meditando de rodillas ante un altar sobre el que tiene un crucifijo y una calavera. Hacia la derecha se esboza un paisaje indeterminado. Es una obra de carácter conventual que invita al sereno recogimiento. San Francisco, vestido con austero hábito, se entrega a la meditación y al diálogo con Cristo. La calavera simboliza el abandono de lo terrenal y la opción por la vía espiritual. El anónimo pintor pudo inspirarse en algún grabado con la imagen del Santo. Seguramente este cuadro decoró las desaparecidas dependencias claustrales.
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SAN FRANCISCO DE ASÍS REZANDO ARRODILLADO
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CUADRO DE LAS ÁNIMAS Y VIRGEN DEL ROSARIO Javier Rivera Blanco
• Autor, época y siglo: Firmado por Pastrana fecit, Valladolid, 1766 (Pastrana Ft. Valld. A 1766). Siglo XVIII. • Ubicación y procedencia: Capilla de Jesús (muro este). Procedencia de las parroquias de la villa. Quizá en origen de un convento o devoción dominica. • Material, estado de conservación y medidas: Lienzo de tela al óleo y marco de madera estofada y dorada. La pintura ofrece un regular estado de conservación. Es obra de limpieza reciente, pero tiene la tela destensada. El marco muy deteriorado, con pérdidas y con el dorado muy mal conservado. El lienzo mide1,70 por 1,25 cms. • Función: Decoración de la capilla de Jesús y sin relación con la Semana Santa ni con la Cofradía.
El marco, muy dañado, con pérdidas importantes en la parte superior e inferior. Es obra Rococó de mediados de siglo XVIII. Presenta una abundante decoración de rocallas talladas en madera, estofadas y enyesadas con bol y doradas con pan de oro encima. La pintura representa la escena de la redención a través del rezo del rosario mostrando en un rompimiento de gloria a la Virgen del Rosario sobre una nube rescatando con su mano izquierda un alma del infierno y portando en la derecha el rosario de su advocación. Se viste con los colores habituales de la pureza, azul, blanco y rojo. Presenta aura de divinidad coronándola. A su derecha San Miguel Arcángel cubierto con yelmo y portando en su brazo izquierdo la balanza que pesa las almas mientras que en el otro ostenta una
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CUADRO DE LAS ÁNIMAS Y VIRGEN DEL ROSARIO
espada para impartir la justicia. En el lado contrario aparece Santo Domingo de Guzmán vestido de dominico con el hábito blanco y la cruz de la orden religiosa y un ramillete de azucenas blancas como símbolo de la pureza de la Virgen. Encima de este grupo, también sobre nubes y entre figuras de medio cuerpo de personas que están en el cielo advirtiendo la escena aparecen en el centro el Espíritu Santo en forma de paloma del que salen rayos de luz y en los laterales Jesucristo con la Cruz y el Padre Eterno con la bola del universo y el cetro del poder sobre el mundo. En la parte inferior aparecen varios cuerpos de personas desnudos entre llamas simbolizando las Ánimas en el infierno, con algunas de ellas condenadas a padecer las llamas durante la eternidad, por su posición sumisa, y otros, con esperanza, elevando el brazo para llegar al de la Virgen para conseguir ser salvados. Se trata de un cuadro de composición muy barroca con una estructura piramidal en el centro y ejes inclinados en los laterales prolongados entre las figuras extremas de la Trinidad y los santos Miguel Arcángel y Domingo. Todo de grato colorido bien utilizado y calidad intermedia, de escuela local. 99
SALVATOR MUNDI Joaquín García Nistal
• Autor, época y siglo: Anónimo. primera mitad del siglo XVIII • Ubicación y procedencia: brazo oriental de la capilla de Jesús Nazareno • Material y técnica: óleo sobre lienzo: lino, pigmentos vegetales y aglutinante. • Marco: madera/ moldurado y dorado • Dimensiones: 95 x 77 cms. (alto x ancho) • Estado de conservación: deficiente. El marco presenta numerosos daños estructurales derivados de la acción de xilófagos y el lienzo contiene varios rasgados, especialmente en la zona central y superior, además de una importante acumulación de suciedad sobre la superficie del lienzo.
Óleo sobre lienzo anónimo, enmarcado con marco moldurado y dorado, en el que se representa a Cristo como Salvator mundi con unas características plásticas que lo aproximan a las producciones de la primera mitad del siglo XVIII. Marco y lienzo tienen diversas patologías y daños, el primero está afectado por varias desintegraciones causadas por la acción de xilófagos y el segundo acumula numerosas capas de residuos y rasgados que se concentran en la parte central y superior de la tela. Cristo, retratado con un tamaño ligeramente superior al de medio cuerpo y monumentalizado en primer término, ocupa la práctica totalidad del lienzo, cuyo fondo neutro y oscuro enfatiza tanto la omnipresencia del Salvador como su ubicación en un marco atemporal. Adoptando el estereotipo iconográfico de Salvator Mundi, se presenta con cuerpo frontal y rostro ligeramente ladeado hacia su izquierda, bendiciendo con su diestra y sosteniendo el orbe con los extremos de los dedos de su mano izquierda. 100
SALVATOR MUNDI
Su rostro sigue el tipo cristológico oriental o siriaco, dotado de amplia barba partida, cabello largo de color castaño, con crencha en medio, que se prolonga hacia su espalda y ligeramente sobre sus hombros. Está nimbado mediante la aplicación de veladuras que confieren a este elemento un aspecto etéreo, dorado y luminoso y que se refuerza con potencias aplicadas a punta de pincel sobre su coronilla y laterales de la cabeza para indicar su condición crucífera. El rostro es sereno y majestuoso, levemente inclinado hacia su izquierda frente a los tradicionales retratos frontales fijados desde el siglo XV en las producciones flamencas, y dotado de una penetrante mirada que se dirige hacia el lugar que ocupa el espectador. Las carnaciones están realizadas mediante suaves gradacio101
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
nes tonales con las que se insinúan sutiles sombras en el cuello, párpados y zona inferior de los ojos, creando así un rostro empalidecido salvo en los pómulos, en los que se han aplicados tonos rosáceos. Sus arcos supraciliares forman una curva poco pronunciada para favorecer la majestuosidad del retrato y alejarlo de componentes dramáticos o excesivamente expresivos. Su nariz es prolongada y recta, pero no afilada, y su oreja derecha –única visible– y labios son carnosos, acercándose de este modo a un retrato más humanizado que idealizado. Por otra parte, su cuerpo, recortado sobre el fondo neutro, adquiere una presencia monumental en el lienzo, especialmente debido al excesivo volumen que se dota al torso y hombros. Frente al rostro, de ejecución anatómica más correcta, se advierten ciertas desproporciones que vienen fomentadas por la inmensa volumetría que adquiere la indumentaria y por la elevada situación de la cadera insinuada por el pliegue de la túnica. Esta última es de color púrpura en alusión a la naturaleza humana y regia de Cristo –perteneciente a la estirpe de David–, mientras que su manto es de azul añil para simbolizar su naturaleza divina o condición celestial. La mayor parte de los esfuerzos volumétricos se concentran en la primera, que está definida a través de pinceladas aplicadas en capas finas, una paleta cromática reducida y unos pliegues tratados con escaso naturalismo y generados por transiciones de luces y sombras que revelan una modesta habilidad plástica por parte del artista. El manto, por su parte, cubre el tercio izquierdo delantero del cuerpo y se hace visible en el lateral derecho de la espalda del Salvador. Su tratamiento es sencillo, con escasas gradaciones tonales y claroscuros que no favorecen la tridimensionalidad de la prenda. Más interés para esta tipología iconográfica adquiere el tratamiento de sus manos. La derecha mantiene extendidos los dedos índice y corazón y ligeramente replegados el anular y meñique, que se aproximan al dedo pulgar. De esta forma se reproduce el tradicional gesto de la benedictio latina o gesto ritualizado de bendición en el que ambos dedos elevados representan simbólicamente la doble naturaleza humana y divina de Cristo. Un simbolismo que, como analizamos arriba, reitera el expresado por la dualidad cromática de su indumentaria. Por último, en condición de redentor del mundo, los extremos de los dedos de su mano izquierda sostienen el orbe o pomum, que aquí adquiere una forma transparente y cristalina gracias a la aplicación de veladuras y está rematado en su parte superior por una cruz dorada. La forma esférica de este atributo evoca al orbe terráqueo que protege y gobierna Cristo como soberano y que, como el color de su vestimenta, remite a su condición regia. Su inclusión, no en vano, es fundamental en la iconografía del Salvator mundi en tanto que regalia insignia tomado de los retratos imperiales definidores del poder. 102
ENTIERRO DE CRISTO Carmen Rebollo Gutiérrez
• Autor y cronología: Anónimo, siglo XVII/XVIII? • Ubicación y procedencia: Capilla de Jesús (Muro Este). • Material (estado de conservación y medidas): Óleo sobre lienzo con marco de madera parcialmente estofada y dorada. Muy mala conservación. 147X170cm • Función en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Decorativa.
Destacamos desde un principio el importante inconveniente que supone el deficiente estado de conservación para cualquier aportación que pueda hacerse sobre esta pintura, en la que se representa la Deposición de Cristo en el sepulcro siguiendo de forma fiel el modelo iconográfico del taller del artista veneciano Tiziano Vecellio a partir de una de las variaciones que el artista realizó en distintas ocasiones. La obra adolece de grandes lagunas pictóricas distribuidas por toda la superficie, en algunas de las cuales llega a aflorar el soporte textil, dado que se han perdido en su totalidad la estratigrafía pictórica e incluso la capa de preparación; los barnices y colores están altamente alterados, principalmente por la oxidación de los pigmentos y del aglutinante oleoso; además las capas de suciedad se superponen hasta ennegrecer gran parte de la tela, que tiene al menos cinco importantes desgarros y está sujeta al bastidor de forma muy precaria. No se descarta alguna intervención, pues se ha comprobado rastro de algún tipo de repinte, y no han de faltar ciertas aplicaciones de barniz con 103
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
una intención profiláctica, lo que posiblemente habrá incrementado el color pardo-negruzco que evidencia el cuadro. Además hay que añadir la presencia de xilófagos en el bastidor, que por otro lado no parece el original. La descripción y análisis de la escena está muy condicionada por las razones expuestas anteriormente. En ella aparecen siete personajes. Con un mayor protagonismo, en primer plano, componen el grupo central Nicodemo y Juan de Arimatea introduciendo el cuerpo muerto de Jesús, el primero sujetando por los brazos y el segundo por los pies, en un sarcófago pétreo, del que cuelga parte del sudario hacia el mismo lado que caen inertes el brazo derecho y la cabeza de Cristo. La disposición del paño y la caja mortuoria, a modo de altar, junto al cuerpo de Jesús centran la composición. Acompañan la escena la imagen de una doliente Virgen, enlutada y sujetando el brazo de su hijo, gesto que no consta en los evangelios, pero del que se encuentra un antecedente en los frescos de Cortemaggiore de Pordenonne, de clara influencia postrentina, muy afín a la sensibilidad de Felipe II que, siguiendo las preferencias de su padre, el emperador Carlos, continuó la intensa relación patrono-artista con el maestro italiano. Al lado de la Virgen, como es costumbre, aparece María Magdalena, quien extiende sus brazos, adquiriendo la misma postura con que Sansovino la representó en el relieve de la puerta de la sacristía en la veneciana basílica de San Marcos hacia 1550, gesto que ayuda a subrayar la perspectiva en diagonal de la escena y que se acentúa con la posición oblicua de la caja sepulcral. Al fondo más que se ve, siguiendo intuitivamente la obra del maestro veneciano al que tan de cerca se sigue en toda la representación, se presupone la figura de una mujer, posiblemente se trata de María de Betania con las manos entrelazadas en gesto suplicante. En el margen izquierdo del espectador, podría estar representado el apóstol San Juan enjugándose las lágrimas, el estado de conservación complica enormemente la descripción de este personaje. La dificultad es superior a la hora de describir el entorno, sin poder concretar si se trata de una especie de caverna o un paisaje agreste. En cuanto a la calidad y su posible autoría cabe destacar la polémica surgida en torno a esta obra que los expertos califican de copia mediocre, mientras otras valoraciones menos eruditas insisten en ver una obra auténtica salida del taller del mismo Tiziano. La cuestión llevó a encargar un análisis técnico realizado por Arte Lab en el año 2017 que abalara o descartara alguna de las opiniones encontradas, un análisis que no ha resultado concluyente, dado el amplio arco cronológico que abarca el uso de los materiales que se utilizaron para su ejecución y que reclama un análisis formal y estilístico, pero que debido el estado de la obra resulta tan comprometido como difícil de justificar.
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ENTIERRO DE CRISTO
Por otro lado, el informe realizado en 2010 por personal experto del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Simancas coincide en considerar a la obra de una menor calidad y de una factura considerablemente más deficiente que las obras producidas por el taller del veneciano. Como datos técnicos dictamina que la capa de preparación sobre la que se aplica la estratigrafía cromática es más simple de lo que correspondería a una obra de Tiziano; el soporte textil, en cuanto a urdimbre y trama, conforma una estructura que, igualmente que en el caso anterior, resulta más sencilla y menos consistente que la utilizada para los encargos del taller veneciano; finalmente la estratigrafía cromática también resulta más básica. Sin un juicio concluyente, el informe del Centro de Simancas data la obra del siglo XVII, de lo que, sin otras pruebas que lo desdigan, se deduciría que se trata de una de tanta copias que se derivaron de las versiones originales producidas por el taller del maestro italiano.
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MOBILIARIO
ARMARIO EMPOTRADO Carmen Rebollo Gutiérrez
• Autor, época y siglo: Anónimo, siglo XVII • Ubicación y procedencia: Capilla de Jesús • Material (estado de conservación y medidas): Madera de pino • Función en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Depósito de ajuar procesional
Cerca de los pies en la pared del lado del Evangelio de la Capilla de Jesús hay un armario empotrado que consiste en una oquedad en el muro con sus puertas batientes de madera. Es en éste elemento donde reside el mayor interés de la obra, pues a la compleja labor de carpintería se suma un menudo pero interesante trabajo de talla que consiste en una muy completa representación en miniatura de los Arma Christi. El armario con forma apaisada se compone de dos partes, una superior de dos metros de ancho por noventa de alto, que es donde se representa un entramado de cruces y los mencionados Instrumentos de la Pasión, y una parte inferior, casi a ras de suelo, más simple y que consiste en sencillos casetones. Se conserva en buen estado, tiene muestras de haber sido reparado, los herrajes han sido parcialmente reforzados y sustituidos por otros y únicamente queda un tirador, aunque pude verse la marca de otro hoy perdido. La labor de carpintería con que se ejecutó esta obra responde a las características tradicionales de la técnica castellana, mediante el uso de cepillos de moldurar para el cajeado y el ingleteado, y las gubias y los formones para la talla y ajuste de piezas. Se trata de un complicado entramado de tablas ensambladas mediante espigos y cajeado, donde unas piezas desempeñan una función estructural y
ARMARIO EMPOTRADO
otras, además de servir de cerramiento, constituyen la parte decorativa y están trabajadas a inglete o como casetones, y que contienen en su centro el pequeño pero significativo trabajo de talla ya aludido. En la parte superior, la más esmerada, el modelo decorativo que presenta consiste en un esquema compositivo cruciforme, de cuatro cruces que se encuentran en sus stipes, a partir de lo que se crean unos huecos moldeados de forma cuadrada, semejantes a casetones, y que en su centro tienen tallado, a un reducido tamaño, los distintos Instrumentos de la Pasión. Están ejecutados con detalle y conforman un grupo muy completo formado por las lanzas, la corona de espinas, los clavos, el martillo, los dados con que los soldados se jugaron la túnica de Jesús, la escalera del Desenclavo, las tenazas, la bolsa de la traición de Judas y la vasija de la posca o vino agrio. La iconografía, muy adecuada a la función de la capilla, indica que podría haber sido encargado por la cofradía de Jesús Nazareno cuando ésta se hizo cargo de la capilla, aunque tampoco habría desentonado con la función funeraria original del lugar.
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
BANCO CON ESCUDO DE ARMAS CUARTELADO Rafael Domínguez Casas • Autor, época y siglo: Anónimo, siglo XVII. • Ubicación: capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno, Sahagún. • Materiales: madera de nogal. • Función: asiento. • Medidas: 2’58 m. de largo x 0,31 m. de ancho x 0,85 m.
En la capilla de Jesús, hacia el muro izquierdo, se conserva un banco que tiene tallado en su respaldo un escudo de armas. Sus cuarteles primero y cuarto llevan seis escaques; el segundo lleva un castillo de tres torres y el tercero tiene el campo de veros. La ausencia de colores hace difícil su identificación, pero parece que se trata de la versión simplificada de un escudo de piedra que adornaba la fachada de ladrillo de una casona de mediados del siglo XVI que estuvo situada al otro extremo de la plaza de San Lorenzo, hacia el alto de la calle de la Alhóndiga y frente a la iglesia parroquial. Dicha casa, que tenía bodega subterránea, caballerizas en planta de calle y habitaciones en la noble, fue derribada hacia 1969. Aquel escudo de piedra no tenía policromía, pero conocemos sus esmaltes. Era un cuartelado: 1 y 4 en campo de oro siete escaques de gules (Cabeza de Vaca); 2 en campo de sinople un castillo de plata aclarado y masonado de sable y bordura de azur con trece bezantes de oro (Castrillo), y 3 en campo de gules cinco leones rampantes de oro en sotuer y bordura de plata cargada con ocho robles de su color natural (Villasimpliz). Fuera del campo y sobre el primer cuartel iba esculpida una cabeza de vaca de rasgos naturalistas, alusiva al linaje principal de la familia propietaria que posiblemente donó el banco de madera que nos ocupa. Perteneció dicha casa a Hernán Cabeza de Vaca y Castrillo, natural y vecino de Sahagún, que obtuvo carta ejecutoria de su hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid el 30 de abril de 1550. Vivía con su esposa Políxena de Evia en dicha casa, 110
donde un testigo vio reposteros con “las armas de los Vacas que son unas cabeças de Vaca e un castillo de los castrillos”. Sus padres fueron Pedro Cabeza de Vaca y Villasimpliz de Quiñones (+h.1525), natural de León y vecino de Sahagún, e Isabel de Castrillo (+h.1530), natural de Sahagún, que era hija del temible regidor Martín de Castrillo y sobrina de San Juan de Sahagún. Sus abuelos maternos fueron Juan González de Castrillo, natural de Sahagún, y su esposa Sancha Martínez, natural de Cea. Sus abuelos paternos fueron Hernán Cabeza de Vaca y de Vega, tesorero y canónigo de la Catedral de León, arcediano de Saldaña y VII señor de Fuentehoyuelo, Oteruelo y parte de Villahamete, y su amante Inés de Quiñones (h.1435-h.1520), vecina de León y esposa de Alonso González de Villasimpliz (+h.1485), II señor de Villaquilambre y vecino y regidor de León, que tenía sus casas principales en la calle de la Rúa. Sus bisabuelos paternos fueron Nuño Cabeza de Vaca (+h.1463), vecino de Mayorga y VI señor de Fuentehoyuelo y Oteruelo, Gordaliza de la Loma, parte de Villahamete y Macudiel, y Brianda de Vega (+h.1460), señora de la mitad de Valparaíso e hija de Fernán Gutiérrez de Vega, I señor de Grajal, y de María Rodríguez de Escobar. El tesorero y canónigo Hernán Cabeza de Vaca fue asesinado a cuchilladas en 1478, en el palacio episcopal de León, por orden del obispo don Rodrigo de Vergara. Heredaron sus bienes los tres hijos que tuvo con “su mançeba pública” Inés de Quiñones, que fueron Francisco, Diego y Pedro Vaca, reconocidos por carta de legitimación del rey don Enrique IV de Castilla. La herencia de Alonso González de Villasimpliz se repartió entre su hija legítima Teresa de Villasimpliz de Quiñones y los tres hermanos susodichos. De Francisco Cabeza de Vaca, vecino y regidor de León, descendieron los marqueses de Fuentehoyuelo; Diego fue, por matrimonio, señor de la mitad de Villamizar, y el tercer hijo, Pedro Vaca, fue quien se casó hacia 1495 en la iglesia de San Lorenzo de Sahagún con Isabel de Castrillo, siendo padrino su hermano Diego Vaca, vecino y regidor de León. Pedro e Isabel fueron padres de Hernán y de Bernal Cabeza de Vaca y de una hija que casó con un Peñalosa. Tenían arcosolio funerario en el ábside de la Epístola de la iglesia de San Lorenzo. Los veros del cuarto cuartel del escudo a que nos referimos parecen aludir veladamente al linaje de Quiñones, pues su escudo era de gules con siete escaques de veros. 111
ARCÓN Joaquín García Nistal
• Autor, época y siglo: Anónimo. Siglo XVII-XVIII • Ubicación y procedencia: capilla de Jesús Nazareno • M aterial y técnica: madera de nogal/ desbastado, ensamblado hierro / cincelado • Dimensiones: 170 x 62 x 60 cms. (largo x ancho x alto) • Estado de conservación: bueno (contiene una reparación en la parte alta del fondo
Arcón de madera de nogal con estructura de caja rectangular formada por dos gualderas, un frente, fondo, base y una tapa plana, todas ellas de planchas enterizas. La parte superior de la plancha del fondo o trasera ha sido sustituida por una tabla de pino de cronología posterior al mueble, que seguramente se incluyó para reparar algún daño ocasionado en esta parte. El frente y trasera están unidas a las gualderas mediante un ensamble de cola de milano con endentados estilizados en estas últimas, que se refuerza, en los intersticios entre gualderas y fondo y frente, con cuatro cantonerías de hierro forjado y recorte sencillo. Ambas gualderas integran sendos tiradores de manillar en hierro, abatibles y con extremos rematados a modo de garra, que posibilitaban el transporte del mueble. Por su parte, la tapa es plana y de plancha enteriza, es abatible gracias a tres sencillas bisagras que sustituyen a otras tantas más antiguas, cuya forma a modo de alguaza aún es perceptible en las hendiduras del interior de la tapa y la trasera. En su interior tiene inscrito, a grafito, la cifra: “76”. Esta tapa, junto con el frontal del arcón, contiene el mecanismo metálico de cierre del mueble. Mientras el fren112
ARCÓN
te aloja en su parte central superior la caja de cerraja, el extremo de la tapadera tiene claveteada la pieza de condenar. La caja de cerraja es de sección cuadrangular y está embutida y claveteada en la parte superior y central del frente. Contiene el bocallave y la ranura en que se introduce la armella de la pieza de condenar. Esta última, de hierro cincelado, se ancla sobre el extremo interior de la tapa, está articulada por una bisagra y tiene forma de vástago alargado con base recortada y extremo rectilíneo en el que se incluye la citada armella. En el interior del arcón, los extremos del frente y trasera tienen aplicados unos rebajes de dado o media madera a fin de introducir tablas y compartimentar el arcón. Aunque sólo se ha conservado la tabla del extremo izquierdo, en el derecho se perciben las ranuras que permitían generar un nuevo compartimento de menor tamaño que el anterior y que actuaba a modo de cajón elevado. Con todo, la morfología de este arcón, de líneas sencillas y tapa plana abatible, así como las características del ensamble de cola de milano y la forma de la caja de cerradura y pieza de condenar, nos remite a las producciones de este tipo de mueble elaboradas entre los siglos XVII y XVIII. Como era habitual entonces, el arcón sirvió como guardarropa, es decir contenedor de piezas textiles tales como túnicas u otro tipo de indumentarias, además de objetos diversos, pero también se utilizó como asiento gracias a la solidez de su tapa.
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ARCÓN GRANDE María de Alaíz Franco
• Autor, época y siglo: Anónimo. Siglo XVIII. • Ubicación y procedencia: Se encuentra ubicado a los pies de la capilla en la esquina de la derecha. Se desconoce su procedencia. • Material, estado de conservación y medidas: Madera de castaño y hierro forjado. Se encuentra en buen estado de conservación aunque con algunas grietas y desgaste originado por la humedad y el paso del tiempo. Medidas: 180 cm. x 62,5 cm x 74 cm. Tapa: 189 cm. x 66 cm x 3 cm. • Función: Actualmente se utiliza para guardar diversos enseres y utensilios de la cofradía.
Arcón en forma de gran cajón prismático sin patas cuya parte superior se cierra con una tapa. Es un tipo de mueble contenedor que fue muy usado en las zonas rurales para guardar todo tipo de enseres. Presenta la peculiaridad de tener tres cerraduras, este es un aspecto característico de los arcones que pertenecían a alguna cofradía o institución como es el caso, actualmente no se conserva ninguna de las llaves. Las cerraduras están realizadas en hierro forjado y son típicas del siglo XVIII. Está decorado solamente en su parte frontal con motivos geométricos. La disposición de la cerradura central traza un eje decorado por una cenefa con decoración de líneas horizontales que divide el frontal en dos rectángulos decorados en los extremos con una cenefa igual que la del el eje central. Pequeñas incisiones discontinuas hechas a golpe de gubia decoran los otros lados de los rectángulos al igual que el aspa que se inscribe en cada uno 114
ARCÓN GRANDE
de ellos. En el centro a ambos lados del eje central hay un elemento decorativo geométrico en forma de sol. Este tipo de decoración era muy característica en el arte popular sobre todo en la zona norte de España. Las cantoneras, que son las molduras dotadas de dos alas de hierro que se disponen en las esquinas del arcón como sistema de refuerzo y como elemento decorativo, también están realizadas en hierro forjado al igual que las asas de los laterales, elemento que solían tener los arcones de la zona de León, cuya función era la de facilitar el transporte. En el interior del arcón en el lado izquierdo hay un pequeño cajón o depósito con tapa que solía utilizarse para guardar pequeños objetos y era muy característico de los arcones de la zona de Asturias y el País Vasco. 115
BANCO CON RESPALDO, Y ESCUDO DE LLAVES DE SAN PEDRO Rafael Domínguez Casas
• Autor, época y siglo: Anónimo, siglo XVIII. • Ubicación: iglesia de San Lorenzo, Sahagún. • Procedencia: posiblemente de la desaparecida parroquia de San Pedro. • Materiales: madera de pino, barnizada. • Función: de asiento en la iglesia. • Medidas: 2,36 m de largo x 0,32 m de ancho x 0,77 m de alto.
Este banco con respaldo, de diseño sencillo, tiene como principal elemento decorativo un escudo de armas que lleva en su campo las Llaves de San Pedro puestas en sotuer, bajo lo que parece una corona, dentro de un escudo de dinámico barroquismo. Este símbolo hace sospechar que quizá proceda de la desaparecida iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, que se hallaba en el barrio homónimo de Sahagún.
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CUATRO BANCOS SIN RESPALDO Rafael Domínguez Casas
• Autor, época y siglo: Anónimo, siglo XVIII. • Ubicación: Capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno, Sahagún. • Procedencia: monasterio de San Francisco, Sahagún (La Peregrina). • Materiales: madera. • Función: de asiento en la cofradía. • Medidas: 2,05 x 0,24 m. cada uno.
Pegados a los muros de la capilla de Jesús se distribuyen cuatro bancos de madera, sin respaldo y con extremos de bordes curvos, que sirven de descanso a los cofrades en el agotador tiempo de procesiones. Tiene cada uno tres soportes abalaustrados sobre sus pies correspondientes. El frente principal de dos de ellos compone la siguiente inscripción: “ESTAS FORMAS Y EL FACISTOL LAS HIZO F. JOSEF GONZALEZ HIJO DE ESTE CONVENTO / SIENDO PRIOR EL P. MAESTRO F. FELIPE ORTIZ. AÑO DE 1808”. Proceden del Monasterio de San Francisco de Sahagún y fueron realizados en el trágico año de 1808, cuando se levantó en armas el pueblo español contra el invencible ejército napoleónico. 117
PUERTA DE ESTILO ROCOCÓ Rafael Domínguez Casas
• Autor, época y siglo: Anónimo, siglo XVIII. • Ubicación: capilla de la Cofradía de Jesús, Sahagún. • Procedencia: Monasterio de San Francisco, Sahagún (La Peregrina). • Materiales: madera. • Función: decoración en la capilla del Paso del Santo Entierro. • Medidas: 2,68 x 2,25 m.
En la pequeña capilla que acoge el paso de la Urna del Santo Entierro, en la pared del fondo, se encuentra una la puerta de dos batientes con dieciséis encasamientos que llevan como adorno rocallas de composición ovalada, todas ellas diferentes entre sí. Se cree que procede de las dependencias claustrales del antiguo convento de San Francisco de Sahagún, del que sobrevive la iglesia de “La Peregrina”. Es un buen ejemplo de arte mueble del periodo barroco tardío en su variante “rococó”, además de un testimonio material de la riqueza que se albergaba en las dependencias conventuales. 118
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TEXTILES
ESTANDARTE Carmen Rebollo Gutiérrez
• Autor, época y siglo: Anónimo, siglo XIX • Ubicación y procedencia: CAPILLA DE JESÚS • M aterial (estado de conservación y medidas): Textil bordado y pintado • Función en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Acompaña en las procesiones que participa la Cofradía
El estandarte de la cofradía de Jesús Nazareno es un paño morado ribeteado en dorado que pende de un travesaño sujeto al mástil que culmina en cruz, se remata por su parte inferior con una onda completa en el centro y dos medias ondas a cada extremo terminando en flecos. Sobre esta tela aparecen el corazón de Jesús bordado en el reverso y la imagen de Jesús Nazareno en el anverso, ejecutada en técnica mixta, pintada sobre tela y bordado a cordón, todo ello ribeteado y decorado por unos profusos bordados florales. La tela que soporta el aparato decorativo fue renovada en 2008 cuando se restauró en el taller de textiles de las Madres Benedictinas Carbajalas de León, conservando la parte ornamental original que fue trasladada a este paño nuevo. La escena del anverso representa a un Jesús imberbe, nimbado, con corona de espinas y túnica morada, que carga con la cruz sobre su hombro derecho camino del Calvario, a lo que se añaden unos sencillos detalles paisajísticos que consisten en la representación de plantas y flores y que dotan a la imagen de cierto realismo y tridimensionalidad, lo que también se intenta en la representación de la cruz y en la de la propia túnica, ambas realizadas con cierta perspectiva. Una rica orla floral rodea este motivo principal en una variada gama de colores verdes, morados, rosas y dorados describiendo tallos, hojas y flores de distintos tipos. Los 120
ESTANDARTE
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
modelos florales han estado muy presentes desde siempre en la decoración de textiles con toda su carga simbólica y frecuentemente asociando las flores con la fiesta, por lo que en este caso podría ser una alusión a la celebración de la resurrección, aunque algunos tipos concretos como las flores de cardo, que también podríamos identificarlas en algunas figuras de las que aparecen en este estandarte de la cofradía sahagunense, irían más ligadas al sacrificio y a la penitencia asumida por los pecados de los hombre. En el reverso aparece la iconografía del corazón Jesús, rodeado de la corona de espinas, atravesado por un clavo, la lanza y del que brota una cruz con lo que se hace referencia directa a los sufrimientos de Cristo, se trata de un diseño muy difundido en el siglo XIX y que será adoptado con gran aceptación por muchas cofradías con advocación a Jesús Nazareno como ésta de Sahagún.
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HÁBITOS DE COFRADES Rafael Domínguez Casas
• Autor, época y siglo: Anónimo • Ubicación: Capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno, Sahagún. • Materiales: algodón, seda, plata. • Función: vestimenta procesional. • Medidas: en torno a 1,70 m.
Los hermanos de la Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José visten hábito talar de paño negro con tablas, capirote alto y cónico del mismo color y fajín satinado negro que se anuda hacia el costado derecho dejando caer los dos extremos. En el brazo izquierdo se lleva el emblema de la Cofradía, de fondo negro y ribete morado, con la imagen bordada en colores de Jesús Nazareno con la cruz a cuestas y rodeada por la leyenda, en letras blancas: “COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO Y PATROCINIO DE SAN JOSÉ. SAHAGÚN”. Cuelga del fajín de satén negro, hacia la izquierda, un rosario plateado de cuentas facetadas negras con un crucifijo y un pequeño medallón que lleva en el anverso el rostro en colores de la imagen titular y en el reverso la invocación: “Ruega por nosotros”. El collar es de cordón de doble trenzado negro y morado. De su extremo inferior pende un medallón plateado que lleva en el anverso el rostro de la imagen procesional de Jesús Nazareno coronado de espinas y en el reverso su imagen completa con la cruz a cuestas, rodeada por una estilizada corona de espinas circular y por la leyenda: “COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO Y PATROCINIO DE SAN JOSÉ / CDXXV ANIVERSARIO SAHAGÚN / FUNDADA EN 1586”. El perímetro de la medalla se dispone a modo de corona de espinas, naturalista y calada. Un par de guantes de algodón blanco realza la prestancia del conjunto. 123
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
Los hermanos de la Cofradía de la Veracruz tenían su sede en la parroquia de San Tirso. Visten hábito talar de paño morado con tablas, capirote alto y cónico del mismo color y cíngulo de doble trenzado dorado, con borlas en los cabos, que se anuda del mismo modo que el de la Cofradía de Jesús Nazareno, cogiendo hacia la izquierda de la cintura el extremo superior del rosario. El collar es de cordón de doble trenzado morado y negro, con el mismo medallón colgante que el anteriormente descrito. También se completa el conjunto con guantes blancos de algodón. Con este hábito salen los penitentes de la Vera Cruz en la procesión del Jueves Santo. En la solemne procesión del Encuentro, que tiene lugar en la mañana del Domingo de Resurrección, llevan la Virgen de la Amargura los cofrades de la Vera Cruz vistiendo su hábito morado, pero los de Jesús Nazareno, a cargo de la imagen de Cristo Resucitado, vestida ahora de blanco, ciñen simbólicamente sus negros hábitos con alegres cíngulos blancos de doble trenzado. Resumen estos colores el significado de la Semana Santa: el morado es símbolo de preparación espiritual a la Pasión, el negro lo es de duelo y respeto ante la muerte de Cristo en la cruz y el blanco simboliza su victoriosa Resurrección, que se refleja en el cambio de manto en la imagen de la Virgen María. Fray Juan de Gayangos, abad del Real Monasterio de San Benito de Sahagún, visita en 1639 la “cofradía, casa y ermita” de la Vera Cruz, y ordena “que la procesión de disciplina que se ha de hacer el Jueves Santo del presente año… y las demás que se hicieren, salgan de la ermita a mano izquierda y vaya a la iglesia de San Tirso, por decir es hijuela de ella, y de allí vaya a la iglesia de dicho real convento de San Benito, por ser matriz, debajo de ciertas penas pecuniarias y censuras que nos fue notificado en cabildo general”. Contra esta decisión arbitraria interpuso un pleito la Cofradía de la Vera Cruz, pues alteraba las “costumbres antiguas”. El alcalde y los cofrades, reunidos en cabildo general, notificaron que era costumbre antigua “que la procesión de disciplina del Jueves Santo y las demás salgan de su casa y ermita a mano derecha… primero a la iglesia parroquial de Nuestra Señora la Nueva, prosiguiendo su estación por las parroquias y conventos hasta acabar en la parroquia de San Tirso”. Otorgaron poder a Francisco de Sorriba, procurador de la Real Chancillería de Valladolid, para que en nombre de la Cofradía de la Veracruz solicitase al Abad de San Benito que conservase la costumbre antigua “de que la procesión de disciplina del Jueves Santo y todas las demás votivas salgan de la casa ermita de la dicha cofradía a mano derecha y vaya a la parroquial de Nuestra Señora la Nueva y allí prosiga su estación por las demás iglesias y conventos vía recta como les tocare conforme a sus sitios”. Nada se dice en estos documentos sobre vestimentas de los penitentes, pero las actuales tienen su antecedente en los lutos utilizados en ceremonias fúnebres desde el siglo XVI, que eran de paño negro y se componían de loba con falda larga, capuz sobre los hombros y capirote en la cabeza, del cual colgaba por la espalda la chía puntiaguda. 124
HÁBITOS DE COFRADES
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ORFEBRERÍA Y ARTES INDUSTRIALES
ARMA CHRISTI O INSTRUMENTOS DE LA PASIÓN (Titulus Crucis, dos martillos y tres clavos) Joaquín García Nistal 1. Titulus Crucis con la inscripción “I.N.R.I.”. 2. tres clavos de hierro pintados en negro. 3. dos martillos de madera.
• Autor, época y siglo: 1. Titulus Crucis: anónimo/ finales del siglo XVII. 2. clavos: finales s. XVIII 3. martillos: siglo XVIII-XIX • Ubicación y procedencia: Capilla de Jesús Nazareno • Material, técnica y dimensiones: 1. Madera de pino y punta de hierro/ tallado, dorado y pintado, fundido (30 x 24 cms. ancho x alto). 2. Hierro/ fundido, roscado y pintado en negro/ 40 cms. largo (pies) y 21 cms. largo (manos). 3. Madera de pino/ tallado y pintado en negro (27 x 27 ancho x alto). • Estado de conservación: bueno • Función: Instrumentos de la Pasión empleados en el acto del Desenclavo. Procesión del Santo Entierro. Viernes Santo.
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ARMA CHRISTI
Las Arma Christi o instrumentos de la Pasión son aquellos objetos que se utilizaron desde el momento del Prendimiento hasta el Entierro de Cristo y que desde fechas muy tempranas gozaron de una enorme popularidad y veneración entre los fieles. Su número, variable, se incrementó paulatinamente y su iconografía alcanzó un amplio uso en la heráldica, como puede observarse en la mazonería barroca del retablo de la Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún. Los que aquí analizamos fueron algunos de los instrumentos que se reprodujeron con mayor asiduidad por ser los que estuvieron en contacto directo con Cristo o más próximos a su cuerpo. A saber: el Titulus Crucis o elogium situado sobre el stipe de la cruz con la inscripción “I.N.R.I.”, los clavos con que fue crucificado y los martillos con que se clavaron. Estos se emplean durante la teatralización del Desenclavo, acto que tiene lugar en el interior de la parroquia de san Lorenzo tras los oficios del Viernes Santo y sirve como preludio de la procesión del Santo Entierro, de manera que su cronología, al menos la del primer elemento, puede adscribirse al contexto en que se ejecutan la Urna y el yacente. El Titulus Crucis es una tarjeta o cartela barroca de perfiles apergaminados, pintada en negro y con un óvalo dorado en el centro que contiene la inscripción 129
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
“I.N.R.I.”, acrónimo de la frase latina “Iesvs Nazarenvs Rex Ivdaeorvm” que según el evangelista Juan (19: 19-20) escribió Poncio Pilato en hebreo, griego y latín para situar sobre la cruz. En su parte inferior tiene una punta de hierro con la que se ancla sobre el stipe o asta de la Cruz “grande” cuando esta última se sitúa tras el altar durante los oficios del Viernes Santo por la noche. A la finalización de los mismos se procede a su retirada en el acto del Desenclavo y antes de desenclavar al yacente. Los tres clavos atienden al número establecido por la tradición iconográfica a partir del siglo XIII, con los que se logró incrementar el dramatismo de los crucificados y sustituir los de cuatro clavos anteriores. Son de hierro, con pico en forma de punta de lanza y extremo posterior roscado para permitir acoplar una tuerca de mariposa. El de mayor tamaño se introduce en la Cruz “grande” para sostener los pies cruzados del yacente, mientras los dos menores sustentan sus manos. Se retiran por los mayordomos de la Cofradía durante el acto del Desenclavo, después de haber quitado el Titulus Crucis y la corona de espinas. Por último, los dos martillos de carpintero, que durante la citada ceremonia se exhiben sobre un almohadón, están realizados en madera y pintados en negro. Su uso, a diferencia de los atributos anteriores, tiene un papel exclusivamente simbólico y están formados por un mango que se ensambla a una cabeza de cara plana y dos orejas.
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CUATRO VELONES DE LATÓN Y UNA CRUZ DE ALTAR Rafael Domínguez Casas • Autor, época y siglo: anónimo, siglo XIX. • Ubicación: Capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno, Sahagún. • Materiales: latón dorado. • Función: ornamentos situados en la mesa de altar. • Medidas: base triangular: 19 cm. de lado. Altura de velón: 75 cm. Altura de la cruz: 93,5 cm.
Este conjunto de cuatro velones y cruz de altar de latón dorado, de fabricación industrial, comparte un mismo modelo de peana triangular apoyada en garras de león de estética ligeramente modernista, en cuyos frentes se reproducen bustos en relieve de Cristo, la Virgen María y San Pedro. La cruz central tiene superficie lisa, bordes moldurados, veneras en los extremos, rayos en los cantones y una bella imagen de Cristo. Tiene cada velón su columnilla atornillada, de fuste estriado, que remata en una arandela para recoger la cera y en el cañón de encajar la vela. Componen un buen ornato para la mesa de altar y el retablo mayor de la Capilla de Jesús. 131
CRUZ PROCESIONAL DE PLATA DE MENESES Y VARIAS VARAS DE MADERA CON DIFERENTES INSIGNIAS Joaquín García Nistal 1. Una cruz procesional de plata de Meneses. 2. Tres varas de madera con insignia del Sagrado Corazón de Jesús. 3. Dos varas de madera con cruz latina inscrita en orla.
• Autor 1. Leoncio Meneses (marcado en la base de la cruz: “L. MENESES” y “M. BLANCO” con marco de ráfagas) 2. y 3. Anónimo • Cronología: 1. ca. 1890-1910 2. primera mitad del siglo XX 3. siglo XIX • Ubicación y procedencia: capilla de Jesús Nazareno/ probablemente las varas numeradas con el 3 proceden de la cofradía de la Vera Cruz • Material y técnica: varas: madera/ desbastado, torneado, pintado 1. cruz: plata/ cincelado 2. y 3. insignias: latón y otras aleaciones metálicas/ fundido, cincelado y pintado • Dimensiones: 1. 171 cms. alto. 2. dos varas de 153 cms. alto y una de 163 cms. de alto 3. 157 cms. alto
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CRUZ PROCESIONAL DE PLATA DE MENESES
• Estado de conservación: bueno. • Función: Las dos varas con insignia del Sagrado corazón de Jesús del mismo tamaño se utilizan por los hermanos cofrades que realizan la Subasta de los Pasos.
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
Cruz procesional de plata del taller madrileño de Leoncio Meneses (ca. 18901910) y diferentes varas procesionales de madera torneada que rematan en insignias de diferentes características y cronología. 1. La primera de las varas tiene cruz de plata del tipo latina e immissa. Está elaborada en plata en su color y compuesta por un cañón o enchufe cilíndrico, liso y hueco que se estrecha con una escocia para dar paso a la macolla. Esta, de perfil periforme poco acusado e invertido, tiene baquetón en su parte más gruesa y sobre la misma se sitúa un juego de pequeñas molduras cóncavas y convexas con las que se resuelve el enmangue de la cruz. El árbol es de brazos rectos y planiformes con terminaciones trilobuladas, en cuyas intersecciones se incluyen potencias biseladas de diferente longitud. En la base del stipe de la cruz están grabados los punzones de “L./ MENESE[S]” y “M. BLANCO” (Leoncio Meneses/ metal blanco), junto con la característica marca de la fábrica de Meneses formada por una “M” con marco de ráfagas o haces de luz con que se remite a la inicial de su apellido. Estas marcas permiten concretar que se trata de una pieza de platería realizada por el taller madrileño de Leoncio Meneses hacia 1890-1910, y que se adscribe la producción de objetos religiosos de platería que alcanzaron enorme popularidad desde la segunda mitad del siglo XIX. 2. Tres varas de madera pintadas en negro que rematan en insignia del Sagrado Corazón de Jesús sobre cruz con titulus crucis (I.N.R.I.) pintado. Presenta numerosos repintes que dificultan su datación, pero el motivo iconográfico deriva de la emergente devoción que desde el siglo XV surgió por el Sagrado corazón de Jesús y que motivó la representación de corazones aislados y asociados a otros atributos o instrumentos de la pasión, como sucede en este caso. as dos varas que tienen igual tamaño son utilizadas por los hermanos coL frades que realizan la tradicional puja o Subasta de los Pasos y que se celebra anualmente el Domingo de Pasión por la tarde. 3. Dos varas de madera que rematan en sendas insignias de aleación metálica plateada. Están formadas por un regatón liso y hueco que se introduce en el extremo de la vara para fijar la insignia o galleta. Esta se compone de una cruz latina inserta en una orla esquemática y aplanada de extremos en forma de asas y parte superior a modo de corona con pequeña cruz de remate. Su tipología se ajusta a las insignias de las cofradías de la Vera Cruz, de donde probablemente procedan, y sus características responden a los modelos elaborados a lo largo del siglo XIX. 134
DOS TROMPAS María de Alaíz Franco
• Autor, época y siglo: Autor desconocido. Época contemporánea. Siglo XX. • Ubicación y procedencia: Se encuentran ubicadas en el muro de la izquierda de la Capilla, colocadas en diagonal una a cada lado de los clavos de la cruz. Las dos trompas fueron un regalo a la cofradía de dos vecinos devotos de Sahagún. Según consta en las inscripciones de cada una de ellas la de la izquierda fue un regalo de Victor Altier y la de la derecha fue un obsequio de Francisco Montero. • Material, estado de conservación y medidas: Latón lacado. Actualmente se encuentran en buen estado. Medidas: Trompa colocada en el lado izquierdo: 51 cm. Trompa colocada en el lado derecho: 50 cm. • Función: Este instrumento cumple una función importante en la Semana Santa de Sahagún. Desde 1963 se subasta como si se tratara de un paso más y recibe el nombre de “El paso de la Trompa”. Se utiliza como acompañamiento en el viacrucis del Miércoles Santo además de los toques del bombo y la carraca. También se usa para el tradicional y conocido como “Toque de la Trompa”, el Jueves Santo a las doce de la noche desde la Torre de San Tirso y desde la Torre de San Lorenzo, suenan unas campanadas lentas y se escucha el sonido de la trompa como una tradicional llamada y anuncio de la Pasión de Cristo. Antiguamente este toque simbolizaba el relevo entre la cofradía de Jesús Nazareno y la Cofradía de la Vera Cruz para velar al Santísimo. Es un toque muy simple y austero de una sola nota que se basa en el mantenimiento de un solo sonido durante el máximo tiempo posible y es alternado con otros que reproducen esquemas rítmicos más cortos. Este toque tan característico se ha convertido en una de las manifestaciones etnomusicales más populares de la Semana Santa de Sahagún y de la provincia de León. Durante las procesiones del Viernes Santo, sobre todo en la de la mañana conocida como la Procesión de los Pasos, también podemos escuchar los tradicionales toques de la trompa entre las músicas de las bandas que acompañan a las procesiones.
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
La trompa es un instrumento perteneciente a la familia del viento metal. La que está colocada a la izquierda, se compone de boquilla y un tubo muy estrecho de sección cónica con pabellón acampanado. Presenta un motivo decorativo de pequeñas formas circulares en el tubo y en la parte superior e inferior del pabellón donde tiene una inscripción “Regalo de Victor Altier”, no aparece ninguna fecha pero el regalo debió efectuarse a principios del siglo XX. Esta trompa es la que se subasta y la que se utiliza para el tradicional toque y en los demás mo-
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DOS TROMPAS
mentos de la Semana Santa. La trompa colocada en el lado derecho, también se compone de boquilla y tubo de sección cónica con pabellón acampanado pero mucho más pequeño que el de la otra trompa, carece de decoración y en la parte inferior del pabellón tiene una inscripción “Obsequio de Francisco Montero en 1971”. Esta trompa es de similares características a la que porta uno de los sayones del paso del Nazareno también conocido como “El de la Trompa”.
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FAROLAS Carmen Rebollo Gutiérrez • Autor, época y siglo: Empresa Pripimar / siglo XX • Ubicación y procedencia: Museo De Semana Santa De Sahagún, Capilla De Jesús • Material: PLATA • Función en la Cofradía y en la Semana Santa de Sahagún: Junto con la Cruz encabezan las distintas procesiones que organiza la Cofradía
Se trata de par de farolas con sus varas encargadas recientemente por la cofradía a la empresa extremeña Pripimar. Están realizadas en plata tienen y forma troncopiramidal invertida de base hexagonal, que se rematan por la parte superior con una estructura calada en forma de corona y por su parte inferior se unen a la vara mediante una estructura bulbosa. Sus respectivos mástiles están labrados con un motivo a modo de cenefa dispuesta en forma longitudinal. Encabezan las procesiones en las que organiza la cofradía y se acompañan de una cruz procesional que generosamente cede la parroquia de San Lorenzo. 138
DOS CORNETAS María de Alaíz Franco • Autor, época y siglo: Autor desconocido. Época contemporánea. Siglo XX. • Ubicación y procedencia: Se encuentran ubicadas en el transepto derecho de la capilla, en la hornacina de la pared de la derecha, una a cada lado entre los pies de un cristo crucificado y las esculturas de dos papones. • Material, estado de conservación y medidas: Latón lacado. Se encuentran en buen estado de conservación. Medidas: 38 cm. • Función: Estas son dos de las cornetas que formaron parte de la banda de cornetas y tambores creada por la cofradía en 1987 como acompañamiento musical en las procesiones. En el otoño de 1993 se formó de nuevo la Banda de música Municipal de Sahagún pasando a sustituir en 1995 a la banda de cornetas y tambores en las procesiones de Semana Santa. Actualmente las dos cornetas cumplen una función decorativa.
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Estos dos instrumentos pertenecen a la familia del viento metal. Constan de un tubo metálico de forma recta y ovalada que se compone de las siguientes partes: tudel, tornillo mariposa, alojamiento del tudel, pabellón caña superior, argollas, caña inferior y cavacote. A las dos cornetas les falta la boquilla, elemento que hace más flexible el instrumento y permite tocarlo durante largos periodos de tiempo. Al no tener pistones, a este tipo de cornetas se les conoce con el nombre de corneta natural o de banda de guerra. Emite sonidos graves que se logran a partir de la presión y posición de los labios en la boquilla, se tocaban acompañadas por tambores.
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INSIGNIAS DE LA COFRADÍA DE JESÚS NAZARENO Joaquín García Nistal 1. Dos insignias o “galletas” doradas con imagen de Jesús con la cruz a cuestas. 2. Dos insignias doradas con imagen de San José con el Niño. 3. Dos insignias con el cristograma “JHS”.
• Autor: Anónimo • Cronología 1. 1900 2. año 1931 y 22/05/1994 3. siglo XXI • Ubicación y procedencia: capilla de Jesús Nazareno • Material y técnica: aleación metálica/ fundido y dorado • Dimensiones: 1. 14 cms. alto 2. 17 x 10 cms. alto x ancho 3. 20 x 17 cms. alto x ancho • Estado de conservación: bueno. • Función: son portadas, con sus respectivas varas, por las autoridades de la Cofradía de Jesús Nazareno en las siguientes procesiones y ceremonias: procesión de Las Palmas (Domingo de Ramos), procesión del Vía Crucis (Miércoles Santo), procesión de La oración en el Huerto (Jueves Santo), procesión de Los Pasos (Viernes Santo), procesión del Santo Entierro (Viernes Santo), procesión del Encuentro (Domingo de Resurrección), festividad del Patrocinio de San José y otros actos y ceremonias litúrgicas.
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Insignias o “galletas” de aleación metálica, dorada y diferente cronología, que sirven de remate a sus correspondientes varas plateadas de sección circular. Las de cronología más antigua son dos insignias con la imagen de Jesús con la cruz a cuestas o Jesús camino del Calvario en las que se representa a Jesús como Nazareno, vestido con larga túnica y cíngulo y portando sobre su hombro izquierdo una cruz latina, de manera semejante al tipo iconográfico establecido en el relieve del retablo de la Cofradía. Esta imagen está situada sobre una base cilíndrica en la que están grabadas dos inscripciones. En una de las insignias se lee: “1900/ José del Corral” y en la otra: “1900/ Víctor Olea”, en referencia a los nombres de dos antiguos hermanos de la Cofradía y el año en que encargaron la elaboración de estas piezas. Ambos aparecen registrados en el “libro de relación de hermanos”, el primero con fecha de ingreso de 21 de abril de 1907 (ocupa el cargo de mayordomo en 1908-1909 y 1928-1929) y segundo, sin fecha de entrada, ocupando el cargo de mayordomo en el año 1908-1909 y el de oficial en 1901-1902. Las siguientes dos insignias contienen la imagen orlada de san José con el Niño, con el primero representado de cuerpo entero y vestido con amplia túnica, sujetando a Jesús niño sobre su diestra y portando en la izquierda la vara florecida con la que se alude al pasaje de los pretendientes de la Virgen María narrado en algunos evangelios apócrifos y la Leyenda Dorada de Jacopo de la Vorágine. Esta imagen se inserta en una orla ovalada compuesta por motivos vegetales, arriñonados y dos querubines superiores, todos ellos ejecutados a imitación de los de estilo barroco. Las antiguas varas metálicas de estas insignias aún se conservan en las dependencias de la Cofradía de Jesús y tienen un extremo superior metálico dorado, de sección cónica y con inscripciones grabadas. Una de ellas reza: “Demetrio Martínez/ año 1931” y la otra: “Candelas Martínez/ 22.5.94”, en alusión a los hermanos donantes de las insignias y datación de las piezas. El primero ingresó en la cofradía el 19 de marzo de 1929, fue mayordomo en 19331934, oficial en 1934-1935 y abad durante los años 1935-1936 y 1958-1959. Las dos últimas insignias, de reciente adquisición, están formadas por una corona de espinas rematada con una corona real superior, que contiene en su interior las iniciales “JHS”. Estas últimas remiten al antiguo trigrama de Cristo o cristograma “IHS” con el que se abreviaba el nombre griego de Jesús (ΙΗΣΟΥΣ) o latino (IHESUS en sustitución de IESUS), aunque también han sido analizadas como un acróstico cuyas iniciales componen la frase latina “Iesus Hominum Salvator” o Jesús Hombre Salvador. Estas insignias, con sus correspondientes varas, son procesionadas por las autoridades de la Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de san José durante diferentes actos y ceremonias religiosas y en la totalidad de las procesiones. Por orden de descripción, las primeras son portadas por los mayordomos (designados anualmente por estricto orden de inscripción), las segundas por el presidente y abad de la Cofradía y las últimas por los oficiales. 142
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INSIGNIAS DE LA COFRADÍA DE LA VERA CRUZ Joaquín García Nistal 2. Dos insignias doradas con imagen de San José con el Niño. 3. Dos insignias con el cristograma “JHS”.
• Autor y Cronología: inicios del siglo XXI • Ubicación: capilla de Jesús Nazareno • Material y técnica: aleación metálica/ fundido y dorado • Dimensiones: 1. 22 x 14 cms. alto x ancho. 2. 19 x 13 cms. alto x ancho • Estado de conservación: bueno. • Función: son portadas con sus varas por hermanos de la cofradía de Jesús Nazareno en representación simbólica de las autoridades de la antigua cofradía de la Vera Cruz. Salen en las siguientes procesiones y celebraciones: procesión de Las Palmas (Domingo de Ramos), procesión del Vía Crucis (Miércoles Santo), procesión de La oración en el Huerto (Jueves Santo), procesión de Los Pasos (Viernes Santo), procesión del Santo Entierro (Viernes Santo), procesión del Encuentro (Domingo de Resurrección), festividad del Patrocinio de san José y otros actos y ceremonias litúrgicas.
Insignias de aleación metálica dorada que rematan sus correspondientes varas plateadas de sección circular. Dos de ellas están integradas por una cruz latina immissa, con stipe y patibulum de sección romboidal, que se elevan sobre una base realizada a modo de capitel de orden jónico de extremos avolutados. La insignia restante, también de aleación metálica dorada, está formada por una orla circular que reproduce la corona de espinas y aloja en su interior una 144
INSIGNIAS DE LA COFRADÍA DE LA VERA CRUZ
cruz immissa con sudario entrelazado en su patibulum y alzada sobre un promontorio rocoso con el que se alude al Gólgota. Estas insignias, con sus correspondientes varas, fueron adquiridas por la Cofradía de Jesús Nazareno para perpetuar en la memoria la existencia de la Cofradía de la Vera Cruz y mantener, simbólicamente, su protagonismo dentro la Semana Santa de Sahagún, ya que era la encargada de la organización de la procesión del Jueves Santo. El origen de esta cofradía se remonta, al menos, a finales de la Edad Media y existen testimonios documentales desde el año 1542. 145
VELÓN DE HIERRO FORJADO María de Alaíz Franco
• Autor y cronología: Escuela taller Puente Canto de Sahagún (Taller de forja). Época contemporánea. Principios de siglo XXI (años del 2.002 al 2.004). • Ubicación y procedencia: Se encuentra ubicado al final de la nave de la capilla detrás del paso del Descendimiento. Procede de la Escuela Taller de Sahagún. • Material, medidas y estado de conservación: Hierro forjado. Se encuentran en buen estado de conservación, con pequeñas pérdidas del color dorado en algunas zonas. Medidas: 1,80 m. Diámetro cuerpo circular grande: 50 cm. Diámetro cuerpo circular pequeño: 42 cm. • Función: Función decorativa dentro de la capilla.
Velón cuya base se compone de cuatro pies con forma de volutas. El barrote vertical de forma cuadrada, presenta un motivo decorativo formado por cuatro volutas y tiene dos niveles, cada uno con cuatro brazos también con forma de volutas y un cuerpo circular (el superior de mayor tamaño que el inferior) con cuatro portavelas que tienen forma de flor con seis pétalos. En la parte exterior de los dos cuerpos circulares, entre cada portavelas, hay un elemento decorativo también en forma de flor. Destaca el torneado que se alterna con zonas lisas en todas las volutas y en el barrote. El velón presenta un baño de color en tono dorado y la parte superior está rematada con una bola de metal dorada. 146
VELÓN DE HIERRO FORJADO
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PATRIMONIO DOCUMENTAL
IMPRESO CON LA TRADUCCIÓN DEL BREVE DE INOCENCIO X DE 1652 Joaquín García Nistal
• Autor y cronología: Fray Antonino Pando. año 1786 (traducción del Breve de 15 de diciembre de 1652) • Ubicación y procedencia: capilla de Jesús Nazareno •M aterial y técnica: marco: madera/ calado, tallado; impreso: papel/ impreso. • Orla: papel/ repujado y dorado •D imensiones: marco: 98 x 83 cms. (largo x alto); impreso: 51 x 37 cms. (largo x alto) •E stado de conservación: bueno. Partido aproximadamente en su parte central
Documento impreso sobre papel del año 1786 con la traducción del Breve Apostólico concedido por el Papa Inocencio X a la Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de san José de Sahagún el 15 de diciembre de 1652 y en el que se otorgaban diferentes indulgencias. Está enmarcado con marco rectangular de madera calado y tallado con roleos, cees y palmetas esquemáticas e inscrito en una orla rectangular de papel que contiene motivos vegetales bruñidos y dorados. El documento traduce, del latín al castellano, el Breve que por orden del Papa se escribió en la iglesia de Santa María la Mayor de Roma en el noveno año de su Pontificado, y permite establecer un terminus ante quem (1652) para la celebración de procesiones por parte de la Cofradía. Dicha traducción, tal y como se indica en el extremo inferior derecho del impreso, fue realizada en el año 1786 por el misionero F[ray] Antonio Pando “in 150
IMPRESO CON LA TRADUCCIÓN DEL BREVE DE INOCENCIO X
hoc S[ancti] P[atris] Francisci colegio”. De esta última información, que puede traducirse como “en este colegio del Santo Padre Francisco”, se infiere que Antonio Pando fue un fraile franciscano, aunque más difícil se antoja precisar a qué comunidad franciscana pertenecía, si era misionero en la ciudad de Roma o, más probablemente, si formaba parte del colegio misionero que desde 1683 acogía el convento de san Francisco de Sahagún, después de ser trasladado desde el convento de Nuestra Señora de la Hoz (Segovia). Como práctica habitual entre este tipo de hermandades, la Cofradía de Jesús debió solicitar un privilegio de indulgencias al Papa como reclamo para garantizar la permanencia de los Hermanos y el ingreso de otros nuevos, ya que este privilegio espiritual se hacía extensivo a la totalidad de los cofrades sin tener que ser comprado, como sucedía en caso de solicitarse individualmente. Así, en el caso que nos ocupa, Inocencio X otorgó indulgencia plenaria a los fieles de ambos sexos, durante el día que accedían a la capilla, siempre y cuando se hubieran confesado y comulgado; un beneficio con el que la hermandad se aseguró un mayor acercamiento de los piadosos a su sede. También concedió indulgencias plenarias a los Hermanos que invocasen el nombre de Jesús y a los que anualmente visitaran la capilla e hiciesen los correspondientes ruegos durante la festividad de 151
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
Pastor Bono, y siete años y siete cuarentenas de perdón a aquellos cofrades que la visitaran en las festividades de San José (19 de marzo), Anunciación (25 de marzo), Asunción (15 de agosto) y la Purificación de Nuestra Señora (2 de febrero), más conocida como La Candelaria. La transcripción del documento analizado, que incluimos aquí de forma completa y sin adaptación a las normas ortográficas actuales para preservar el sentido y connotaciones originales, es la siguiente: “INOCENCIO PAPA DECIMO/ PARA PERPETUA MEMORIA. HABIENDOSENOS REPRESENTADO, QUE EN LA YGLESIA DE S./ Lorenzo de la Villa de Sahagún, Nullius Dioecesis, Provincia de Santiago, está canonicamente instituida Cofradía piadosa y devota de Fieles de Christo para todo/ genero de Personas de uno y otro Sexo, bajo la invocación de JESU-CHRISTO NAZARENO, y Patriarca S. JOSÉF, mirando a los maiores diarios aumentos/ de esta Cofradía, confiados en la misericordia de El Omnipotente Dios, y autoridad de sus Apóstoles San Pedro, y San Pablo, concedemos Indulgencia Plenaria a todos los Fieles de/ Christo de uno y otro Sexo, que en lo subcesibo éntren en dicha Cofradía en el día de su entrada, estando verdaderamente contritos, y haviendo confesado, y comulgado. Igual/mente concedemos Indulgencia Plenaria a todos los Hermanos, y Hermanas de esta Cofradía, así a los que á el presente son, como á los que por tiempo fuesen, que estando/ verdaderamente arrepentidos, haviendo confesado, y comulgado, ó no pudiendo, contritos á lo menos, invocasen devotamente en el articulo de la muerte con la voca, si pudiesen,/ ó a lo menos de corazon el nombre de Jesús. Igualmente concedemos misericordiosamente en el Señor Indulgencia Plenaria, y remisión de todos sus pecados á todos los Her/ manos y Hermanas de esta Cofradía, que al presente son, y por tiempo fuesen, que verdaderamente arrepentidos, haviendo confesado, y comulgado, visitáren devotamente cada año la/ Iglesia, Capilla, o Oratorio de dicha Cofradía, rogando a Dios piadosamente por la concordia de los Principes Christianos, extirpación de las herejias, y exaltacion de la Santa/ Madre Iglesia, el día de la Festividad de Pastor Bonus, que es el Domingo segundo después de la festividad de la Pascua, desde las primeras visperas hasta ponerse el Sol. Ade/más, concedemos siete años, y siete quarentenas de perdón a todos los Hermanos y Hermanas, que veneradamente arrepentidos, haviendo confesado, y comulgado, orando, visi/táren la Iglesia, Capilla, ó oratorio de dicha Cofradía en cada una de las festividades de San Josef, Anunciacion, Asuncion y Purificacion de la Gloriosa Virgen María. Además,/ quantas veces dichos Cofrades asistieren a las Misas, y otros Divinos Oficios, que se han de celebrar, y rezar en dicha Iglesia, Capilla, ó Oratorio, ó asistieren a Cabildos publicos, ó/ privados, ó dieren posada a Peregrinos, reconciliáren á Enemistados, cuidáren, ó procuráren pacificarles, asistieren á entierros así de Hermanos, y Hermanas Difuntos, como de otros, o/ asistieren a qualesquiera
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IMPRESO CON LA TRADUCCIÓN DEL BREVE DE INOCENCIO X
procesiones de Cofradía que se tuviesen de celebrar con licencia de el Ordinario, ó acompañasen al Santisimo Sacramento de la Eucaristia qua[n]do se lleva en/ procesion a los Enfermos, ó por qualquiera otro motivo, ó estando impedidos á el sonido de la campanilla rezaren una vez las oraciones de el Padre nuestro y Ave Maria, ó las rezaren/ cinco veces por las almas de los Hermanos, y las Hermanas Diguntos, ó convirtieren á qualquiera pecador, ó enseñáren a los ignorantes los mandamientos de la Ley de Dios, y demás ne/cesario para salvarse, ó egercitáren qualquiera óbra de caridad, ó piedad: tantas quantas veces en dichas obras se egercitáren, les redimimos ó perdonamos en la forma que la Iglesia/ acostumbra sesenta dias de Penitencias impuestas, ó por qualquiera titulo devidas, }son sesenta dias de Perdon} quedando firmes, y valederas las presentes Letras en tiempos venideros, y/ para siempre. Pero es nuestra voluntad, que si alguna otra Indulgencia estubiere por Nos concedida perpetuamente, ó por tiempo que hasta ahora no haia concluido, para dichos/ Hermanos, ó Hermanas, que egecutasen lo en este Brebe prevenido, de el todo sean nulas. Asimismo es nuestra voluntad, que si dicha Cofradia se haia unido, ó en lo subcesi/vo se agrrégue, ó por otra qualquiera razon se úna a otra Cofradia, ó de otra qualquiera manera se instituia fundandose de nuebo, qualesquiera Letras Apostolicas de ningun/ modo sufrágen á dichos Cofrades, si bien por lo mismo las presentes sean nulas. Dado en Roma en Santa María la mayor, bajo el anillo de el Pescador, dia quince de Dici/ embre, de mil seiscientos cinquenta y dos: año nóno de nuestro Pontificado. G Gualterio. Pasado por el Consejo de Cruzada. Agustín Rodriguez de Gala./ Copia fielmente traducida de el Breve Apostolico concedido por la Santidad de Inocencio Decimo a los Cofrades de Jesús Nazareno, año de mil seiscientos cincuenta y dos”. F. Antonius Pando Misionarius in hoc S. P. Francisci colegio scripsit Anno 1786 [en el margen inferior derecho]1.
1. El encorchetado es del autor
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•M ARTÍN GONZÁLEZ J. J. “La policromía en la escultura castellana” Archivo español de arte (Pag. 295). • CUENCA COLOMA, J.M. “Sahagún, monasterio y villa” Editorial: Estudio Agustiniano. Valladolid, 1993. • S umma Artis , Tomo XXVI” Espasa Calpe, 2ª edición Madrid 1983. •G ARCÍA ABAD A. “Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún”. Ediciones Lancia S.A. León. •R EAU L., Iconografía del Arte Cristiano, Iconografía de la Biblia Nuevo Testamento, Ediciones del Serbal, 1996. • S UAREZ PÉREZ H. L., “La desconocida Semana Santa de la provincia de León” Fundación Monteleón, 2012
ECCE HOMO
•C ALVO, Aurelio, Semanas Santas leonesas. León y la Inmaculada. Dos conferencias pronunciadas por el autor ante el micrófono de Radio León en sus emisiones culturales; y avaloradas con gran número de notas histórico-biográficas y con fotografías alusivas, León, 1937-1938. •C UENCA COLOMA, Juan Manuel, Sahagún. Monasterio y villa (1085-1985), Valladolid, Estudio Agustiniano, 1985, pp. 262. •G ARCÍA ABAD, Albano, La Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, Ediciones Lancia SA, 1996, p. 65. •A rchivo de la Cofradía de Jesús Nazareno, Libros y actas de cuentas de la Cofradía de Jesús (diversos años). •w ww.jnazarenosahagun.com •h ttp://www.joseluisluna.com/index.php?option=com_content&view=article&id=518:historia-de-la-semana-santa-en-sahagun&catid=31 •h ttps://es.wikipedia.org/wiki/Semana_Santa_en_Sahag%C3%BAn •h ttp://www.villadesahagun.es •h ttps://www.templete.org/2012/03/la-semana-santa-de-sahagun.html •h ttps://tabernacofrade.net/web/museo-semana-santa-de-sahagun/ • t urismo@villadesahagun.es •P ACHO REYERO, Félix (Guión, s. año), Semana Santa en Sahagún, Declarada de Interés Turístico Provincial, Devoción Alma y Cultura en la Villa Central del Camino de Santiago, CESNATUR TV. Patrocina: Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José de Sahagún. Colabora: Centro de Iniciativas Turísticas de Sahagún.
VIRGEN DE LAS AMARGURAS
•A LBANO GARCÍA ABAD, La cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, 1996. •B oletín Hermandad de la Candelaria, n. 44, (enero-2008), pp. 14-15. • J OSÉ LUÍS LUNA BORGE, “El regreso de Licinio Mediavilla”, Revista Nexo, (2019), pp. 24-26. •V V. AA., Las cofradías de Sevilla en el siglo XX, Sevilla, 1999, pp. 269-272.
JESÚS NAZARENO, LLAMADO JESÚS EL POBRE
•A LBANO GARCÍA ABAD, La cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, 1996. •B oletín Hermandad de la Candelaria, n. 44, (enero-2008), pp. 14-15. • J OSÉ LUÍS LUNA BORGE, “El regreso de Licinio Mediavilla”, Revista Nexo, (2019), pp. 24-26. •V V. AA., Las cofradías de Sevilla en el siglo XX, Sevilla, 1999, pp. 269-272. •N orte de Castilla, 3 de marzo de 2006, (https://www.elnortedecastilla.es/pg060303/prensa/noticias/Valladolid/200603/03/VAL-VAL-028.html)
VIRGEN DOLOROSA (SOLEDAD PEQUEÑA)
•C ALVO, AURELIO, Semanas Santas leonesas. León y la Inmaculada. Dos conferencias pronunciadas por el
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
autor ante el micrófono de Radio León en sus emisiones culturales; y avaloradas con gran número de notas histórico-biográficas y con fotografías alusivas, León, 1937-1938, pp. 68-69. •G ARCÍA ABAD, ALBANO, La Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, Ediciones Lancia SA, 1996, pp. 64-65, 79-81.
CRUCIFIJO GÓTICO DETERIORADO
•w ww.jnazarenosahagun.com •h ttp://www.joseluisluna.com/index.php?option=com_content&view=article&id=518:historia-de-la-semana-santa-en-sahagun&catid=31 •h ttps://es.wikipedia.org/wiki/Semana_Santa_en_Sahag%C3%BAn •h ttp://www.villadesahagun.es •h ttps://www.templete.org/2012/03/la-semana-santa-de-sahagun.html •h ttps://tabernacofrade.net/web/museo-semana-santa-de-sahagun/ • t urismo@villadesahagun.es •P ACHO REYERO, Félix (Guión, s. año), Semana Santa en Sahagún, Declarada de Interés Turístico Provincial, Devoción Alma y Cultura en la Villa Central del Camino de Santiago, CESNATUR TV. Patrocina: Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José de Sahagún. Colabora: Centro de Iniciativas Turísticas de Sahagún.
TALLA SIN CARA DE SAN PEDRO?
•C ALVO, Aurelio, Semanas Santas leonesas. León y la Inmaculada. Dos conferencias pronunciadas por el autor ante el micrófono de Radio León en sus emisiones culturales; y avaloradas con gran número de notas histórico-biográficas y con fotografías alusivas, León, 1937-1938 •w ww.jnazarenosahagun.com •h ttp://www.joseluisluna.com/index.php?option=com_content&view=article&id=518:historia-de-la-semana-santa-en-sahagun&catid=31 •h ttps://es.wikipedia.org/wiki/Semana_Santa_en_Sahag%C3%BAn •h ttp://www.villadesahagun.es •h ttps://www.templete.org/2012/03/la-semana-santa-de-sahagun.html •h ttps://tabernacofrade.net/web/museo-semana-santa-de-sahagun/ • t urismo@villadesahagun.es •P ACHO REYERO, Félix (Guión, s. año), Semana Santa en Sahagún, Declarada de Interés Turístico Provincial, Devoción Alma y Cultura en la Villa Central del Camino de Santiago, CESNATUR TV. Patrocina: Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José de Sahagún. Colabora: Centro de Iniciativas Turísticas de Sahagún.
PAPONES, TAMBORILERO Y TROMPETA
•h ttps://jromansanz.wordpress.com/2013/12/29/581/https://jromansanz.wordpress.com/escultura/religiosa/#jp-carousel-267 (consultado: 23/03/2018) •C ALVO, Aurelio, Semanas Santas leonesas. León y la Inmaculada. Dos conferencias pronunciadas por el autor ante el micrófono de Radio León en sus emisiones culturales; y avaloradas con gran número de notas histórico-biográficas y con fotografías alusivas, León, 1937-1938. •w ww.jnazarenosahagun.com •h ttp://www.joseluisluna.com/index.php?option=com_content&view=article&id=518:historia-de-la-semana-santa-en-sahagun&catid=31 •h ttps://es.wikipedia.org/wiki/Semana_Santa_en_Sahag%C3%BAn •h ttp://www.villadesahagun.es •h ttps://www.templete.org/2012/03/la-semana-santa-de-sahagun.html •h ttps://tabernacofrade.net/web/museo-semana-santa-de-sahagun/ • t urismo@villadesahagun.es
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BIBLIOGRAFÍA
•P ACHO REYERO, Félix (Guión, s. año), Semana Santa en Sahagún, Declarada de Interés Turístico Provincial, Devoción Alma y Cultura en la Villa Central del Camino de Santiago, CESNATUR TV. Patrocina: Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José de Sahagún. Colabora: Centro de Iniciativas Turísticas de Sahagún.
PIEDRAS CON RELIEVES ARQUITECTÓNICOS
• VV. AA., Guía práctica de la cantería. Escuela taller de restauración. Centro histórico de León, León, 1993.
FRANCISCANO
•P ÉREZ SÁNCHEZ A. Pintura barroca española 1600-1750 (Manuales Arte Cátedra). Cátedra Madrid 1992. • Summa Artis volumen XXV: Pintura española del siglo XVII. Editorial Espasa-Calpe. Madrid 1.978.
ENTIERRO DE CRISTO
• I nforme sobre el lienzo “El Entierro de Cristo” depositado provisionalmente en el Museo de León. NGR: 324/ LE realizado por el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, Simancas, febrero de 2010. • I nforme técnico del estudio de materiales del cuadro Entierro de Cristo de la Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún realizado por Arte Lab, Madrid, junio de 2017. • VERÓNICA VIÑAS, “Un célebre cuadro de Tiziano perdido puede estar en Sahagún”, Diario de León, (septiembre-2009), pp. 42-43. • IDEM, “El Tiziano de Sahagún sale del cuartelillo y viaja al Museo de León”, Diario de León, (septiembre-2009), (edit. dígital: https://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/tiziano-sahagun-sale-cuartelillo-viaja-museo-leon_479707.html ) • IDEM, “Simancas admite por primera vez que el Tiziano de Sahagún puede ser auténtico”, Diario de León, (septiembre-2009), (edit. dígital: https://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/simancas-admite-primera-vez-tiziano-sahagun-puede-ser-autentico_508881.html )
BANCO CON ESCUDO DE ARMAS CUARTELADO
•A rchivo de la Real Chancillería de Valladolid, Sala de Hijosdalgo, Caja 44,5: Valladolid, 15441546; y Registro de Ejecutorias, Caja 705,39: Valladolid, 30 de abril de 1550.
ARCÓN GRANDE
• Summa Artis, vol. XLV. Madrid, Espasa Libros, 1999. • S ÁNCHEZ SANZ, Mª Elisa, Maderas tradicionales españolas, Madrid, Editora Nacional, 1984. •P IÑEL, Carlos, El Mueble en la tradición rural, Zamora, Caja España. 2000.
HÁBITOS DE COFRADES
•G ARCÍA ABAD, Albano, La Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, Ediciones Lancia SA, 1996, pp. 80-81. •L LAMAZARES RODRÍGUEZ, Fernando, “Sahagún: procesión desde tiempo inmemorial”, en VV. AA., La Semana Santa en Castilla y León, León, Ámbito, 1993, pp. 131-132.
DOS TROMPAS
•W ADE–MATTHEWS, Max, Atlas ilustrado de la música y los instrumentos musicales, Madrid, Susaeta ediciones, 2014. •G ARCÍA ABAD, Albano, La Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, Ediciones Lancia SA, 1996.
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
DOS CORNETAS
•W ADE–MATTHEWS, Max, Atlas ilustrado de la música y los instrumentos musicales, Madrid, Susaeta ediciones, 2014. •G ARCÍA ABAD, Albano, La Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, Ediciones Lancia SA, 1996.
VELÓN DE HIERRO FORJADO
• SÁNCHEZ VIDIELLA, Alex, Atlas ilustrado Hierro y Forja, Madrid, Susaeta Ediciones, 2011. • KÜHN, Fritz, Manual de forja artística, Barcelona, Gustavo Gili, 1972.
IMPRESO CON LA TRADUCCIÓN DEL BREVE DE INOCENCIO X DE 1652
•C UENCA COLOMA, Juan Manuel, Sahagún. Monasterio y villa (1085-1985), Valladolid, Estudio Agustiniano, 1985. • GARCÍA ABAD, Albano, La Cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, Ed. Lancia, 1996.
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AUTORES
Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
M. Carmen R. Rebollo Gutiérrez. Licenciada en Historia del Arte y Licenciada en Filosofía y Letras, División Geografía e Historia, Especialidad Geografía, ambas por la Universidad de León. Profesora de Enseñanza Secundaria, IES Los Sauces de Benavente (Zamora). Su labor investigadora se ha venido desarrollando principalmente en el campo de la pintura mural correspondiente a los siglos XV y XVI, de cuyo trabajo se derivan numerosas publicaciones tales como el reciente artículo “El obispo Don Pedro Fernández Cabeza de Vaca: el patronazgo artístico de un canónigo sevillano en la mitra legionense”, Obispos y Catedrales. Arte en la Castilla Bajomedieval, León, 2018. Asimismo es autora de informes técnicos de relevantes obras del entorno leonés entre los que destaca el “Informe histórico-artístico del conjunto pictórico parietal de la Cámara de Doña Sancha de la Real Colegiata de San Isidoro de León”, Memoria-Informe de restauración realizada para la empresa Granda, Marzo, 2018. María de Alaíz Franco. Natural de Sahagún, es Licenciada en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid en el año 2003 y Diplomada en Empresas y Actividades Turísticas por la Escuela Superior de Turismo de Palencia en el año 2007. Ha trabajado en la Fundación Instituto Europeo Camino de Santiago con sede en Sahagún durante los años 2009 y 2010 realizando y organizando diversas actividades dirigidas a la promoción del Camino de Santiago. Dentro de la labor de difusión y fomento de la Ruta Jacobea, ha dado charlas en Institutos de Educación Secundaria enfocadas a explicar a los alumnos el significado y la importancia del Camino de Santiago. También participó como ponente en el ciclo de conferencias “Patrimonio y Paisaje en el Camino de Santiago” celebrado en Sahagún en el año 2010. Rafael Domínguez Casas. Doctor y profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid. Está especializado en el arte, la ceremonia cortesana, la heráldica y la emblemática de los Reyes Católicos y de los Austrias, temas sobre los que ha publicado varios libros y numerosos artículos en libros colectivos y en revistas especializadas de varios países: España, Bélgica, Francia, Portugal, Italia, Inglaterra, EEUU, etc. El
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ÍNDICE DE AUTORES
más importante de sus libros sigue siendo Arte y Etiqueta de los Reyes Católicos, edificios, jardines y bosques, Madrid, Alpuerto, 1993, editado a partir de su tesis doctoral. Ha participado en seminarios, cursos y mesas redondas internacionales y ha presentado ponencias por invitación en congresos nacionales e internacionales: (Universidades de Lisboa, Colonia, New Hampshire, Minnesota, etc.). Es académico extranjero de la Académie Royale d’Archéologie de Belgique (Bruselas) y participa en las publicaciones y actividades de esta institución. Es miembro del Grupo de Investigación Reconocido (GIR) de la Universidad de Valladolid Arte, Poder y Sociedad en la Edad Moderna. Ha participado y participa en numerosos proyectos de investigación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, de la Junta de Castilla y León y de la Academia Real de Arqueología de Bélgica. Ha participado en la organización logística y en los estudios de obras de las exposiciones de Las Edades del Hombre. Ha publicado estudios en catálogos de exposiciones nacionales e internacionales sobre el arte y la época de los Reyes Católicos y los Austrias mayores. Actualmente investiga sobre la elaboración del teatro ceremonial de los Austrias: retrato de aparato, órdenes de caballería, banquetes, torneos, funerales, etc. Joaquín García Nistal. Doctor en Historia del Arte, es Profesor en el Departamento de Patrimonio Artístico y Documental de la Universidad de León, donde imparte docencia en los Grados de Historia del Arte e Historia y en el Máster en Cultura y Pensamiento Europeo. Es miembro del Instituto Universitario LOU de Humanismo y Tradición Clásica, del Grupo de Investigación “Humanistas” (HUMTC) y del Grupo de Innovación Docente Id-Arte y ha sido profesor invitado en el Institut VII. Romanistik de la Univerität de Bonn (Alemania). Su trayectoria investigadora, abalada por más medio centenar de artículos científicos y capítulos de libros, ponencias en numerosos congresos nacionales e internacionales, participación en proyectos nacionales de investigación y estancias en la Università degli Studio di Torino (Italia) y Palermo (Italia), se ha centrado principalmente en el estudio del arte mudéjar y la carpintería histórica, destacando algunas monografías como El oficio de la carpintería de armar en la ciudad de León (2007), que obtuvo el primer premio en la VIII edición de premios de la Fundación Carolina
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Semana Santa de Sahagún. Patrimonio Cofrade
Rodríguez, La carpintería de lo blanco en la ciudad de León (2007), La carpintería de lo blanco en la Vía de la Plata a su paso por Castilla y León (2014) o Carpintería de lo blanco en La Moraña (2015). Coautor de las guías Sahagún (Edilesa, 2003) y Adescas. El encanto del sur leonés (2012), ha llevado a cabo otros numerosos estudios relacionados con su villa natal, como “La capilla-iglesia de San Juan de Sahagún”, capítulo del libro San Juan de Sahagún: su capilla y su herencia universal (2004), fichas de catálogo como “San Juan de Sahagún” para las Edades del Hombre celebradas en Toro (2016) y varios artículos publicados en la revista Nexo de la Cofradía de Jesús Nazareno y Patrocinio de San José. Javier Rivera Blanco. Lcdo. y Doctor en Hª del Arte. Catedrático de las Escuelas de Arquitectura de Valladolid y Alcalá. Premios: Extraordinario; Fray Bernardino de Sahagún; Restauración Castilla y León; Arquitectura de la FyL de Guadalajara (México); de la Unión Internacional de Arquitectos/UIA como codirector Anales, otros premios internacionales. Autor de 450 libros y artículos de arte, Hª y patrimonio. Director de Departamento, subdirector de Facultad, Vicerrector, Director de infraestructuras universitarias y otros cargos. Miembro de Academias nacionales y extranjeras. Redactor principal de la Carta de Cracovia 2000 (Europa y América), supervisor de Patrimonio Mundial, Subdirector General del Instituto de Patrimonio Cultural de España, de la junta directiva de Hispania Nostra, Academia del Partal y otras, correspondiente de San Fernando, de la Academia Nal. Portugal, de UNESCO-ICOMOS, patrono del Museo Nal. de Escultura de Valladolid y de otros centros, CRUSA, Fundación General de Alcalá, et.
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S E M A N A S A N TA D E S A H AG Ú N · PAT R I M O N I O C O F R A D E
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