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¿Por qué es tan importante hablar de la tos de las perreras? Queremos dar respuestas a algunas consideraciones clínicas sobre la “tos de las perreras” desde un punto de vista principalmente clínico, no epidemiológico. Es importante valorar si hay nuevos agentes etiológicos implicados, así como conocer las actualizaciones sobre las pautas vacunales y la efectividad de las pautas terapéuticas. Milagros Benito Doctora en Veterinaria Departamento Medicina y Cirugía Animal. Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera mbenito@uchceu.es Imágenes cedidas por la autora
La tos de las perreras, también conocida como traqueobronquitis infecciosa canina o complejo respiratorio infeccioso canino (CIRDC o canine infectious respiratory disease complex) es un síndrome muy común, de distribución mundial, que cursa con signos respiratorios agudos. Puede ser causado por una amplia variedad de patógenos virales o bacterianos entre los que se encuentra Bordetella bronchiseptica, que cobra especial importancia por su potencial zoonótico, detectándose en humanos incluso casos de coinfección con el virus SARS-CoV2. No obstante, gracias al desarrollo de las técnicas de biología molecular, en los últimos años se han identificado nuevos patógenos involucrados en el CIRDC (Miranda D. Vieson et al., 2012).
Agentes etiológicos Los agentes tradicionalmente implicados son Bordetella bronchiseptica, virus de la parainfluenza canina y adenovirus canino tipo 2. Pero este complejo no es estático, no siempre intervienen los mismos agentes. Pueden ser diferentes no solo en el tiempo
Figura 1. Radiografía de tórax de un perro de 7 meses infectado con B. bronchiseptica que muestra una fuerte opacificación pulmonar intersticial y alveolar (Nafe, 2014).
sino también entre las distintas colectividades que las presentan (ver cuadro). La verdadera importancia de la tos de las perreras viene de su alta contagiosidad, su clínica y su capacidad de provocar síntomas graves.
Diagnóstico El periodo de incubación varía de 2 a 10 días. Los signos clínicos más frecuentes son secreción nasal mucopurulenta, estornudos y tos. Se han informado formas más graves con depresión, disorexia y fiebre (Bemis et al., 1977). El diagnóstico se basa en tres pilares fundamentales: epidemiología, signos clínicos y pruebas laboratoriales.
Agentes infecciosos implicados en la tos de las perreras
Diagnóstico epidemiológico Factores de riesgo: • Edad del animal: <2 años. • Forma de vida: perros adoptados recientemente, o que asisten a clubes o eventos caninos. • Estancias ocasionales en perreras. No se encontró que el género o la estación fueran factores de riesgo significativos (Augustin, 2014). La mayoría de los agentes tienen tiempos de incubación de menos de dos semanas, por lo que saber si el paciente ha entrado en contacto con otros animales que muestran signos respiratorios o ha estado en un área con una alta densidad de perros puede indicarnos que estamos ante un caso de tos de las perreras (Reagan y Sykes, 2020).
Diagnóstico clínico
Agentes infecciosos principales
Bordetella bronchiseptica (Bb)
Bacteria aerobia cocobacilo gram -
Virus parainfluenza canina (CPIV)
Paramyxoviridae, Rubulavirus
Adenovirus canino tipo 2 (CAV-2)
Adenoviridae, Mastadenovirus
Agentes patógenos secundarios Herpesvirus canino tipo 1 (CHV-1)
Herpesviridae, Alphaherpesvirus
Reovirus mamífero (MRV)
Reoviridae, Orthoreovirus
Virus del moquillo canino (CDV)
Paramyxoviridae, Morbillivirus
Otras bacterias (Streptococcus canis, Pasteurella spp,. Pseudomonas spp., Staphylococcus spp., Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae)
El diagnóstico se basa en un examen físico completo del animal: tos seca grave, secreción ocular, secreción nasal y estornudos son los signos clínicos más comunes. Generalmente se mantienen el apetito y el estado general. Un síndrome febril con letargia y disorexia u otros signos más graves, que pueden conducir a la muerte del paciente, puede ser consecuencia de una infección bacteriana secundaria. Este examen clínico cuidadoso puede complementarse con exámenes radiográficos
para demostrar la opacificación pulmonar de tipo bronquial, intersticial y/o alveolar (figura 1). Se puede realizar un hemograma para buscar un cambio en la fórmula leucocitaria. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el diagnóstico de tos de las perreras no es etiológico porque los signos clínicos respiratorios no son específicos (Reagan & Sykes, 2020).
Diagnóstico laboratorial En los casos en que los signos clínicos sean más graves, prolongados, contagiosos o que haya un empeoramiento es interesante realizar un diagnóstico etiológico. Los exámenes microbiológicos se pueden realizar con hisopos nasales, orofaríngeos, lavado broncoalveolar o aspiración transtraqueal. Estas muestras pueden someterse a un cultivo bacteriano seguido de un antibiograma para hacer un uso óptimo de la terapia antibiótica y no promover las resistencias. El diagnóstico por técnica de biología molecular, en particular el basado en PCR, se ha vuelto mucho más accesible y su utilidad será mayor, siempre y cuando se realicen a diferentes ejemplares en caso de colectivos.
Tratamiento Sintomático
Para los signos clínicos de baja intensidad presentes durante menos de una semana
Importancia de la tos de las perreras
Agentes patógenos emergentes
Streptococcus equi
Bacteria coco gram +
Mycoplasma cynos y Mycoplasma canis
Bacterias Mollicutes intracelulares
Virus influenza canino (CIV) H3N8, H3N2
Orthomyxoviridae, Influenzavirus
Coronavirus respiratorio canino (CRCoV) Coronavirus pantrópico canino (CCoV)
Coronaviridae, Betacoronavirus Coronaviridae, Alphacoronavirus
Bocavirus canino (CboV) y Buffavirus canino
Parvoviridae
Pneumovirus canino (CnPnV)
Pneumoviridae, Orthopneumovirus
Hepacivirus canino
Flaviviridae, Flavivirus
Picornavirus canino
Picornaviridae, Picornavirus
Modificada de Doux, A. (2020); La toux de chenil: étiologies connues et moyens de lutte en place. Thèse Doctorat Vétérinaire. Paris. ENVA.
+ Al ser una causa posible de anosmia en perros, su control y prevención es aún más importante en perros de detección olfativa, en los que la vacunación se hace prioritaria. + En perros de deporte es causa de exclusión en competición, por su alta contagiosidad. Además, cualquier causa que aumente la cantidad o viscosidad del moco traqueobronquial o produzca cualquier cambio en el diámetro de vías respiratorias provoca: fatiga, tos e intolerancia al esfuerzo y, por tanto, pérdida de rendimiento, que puede prolongarse en el tiempo, según el estado inmunitario del animal. + En perros con patologías cardiorrespiratorias asociadas o con riesgo de padecerlas, exacerbará su clínica. + Cuando no realizamos una buena desinfección de tubos endotraqueales empleados en anestesia inhalatoria, ponemos en riesgo a los pacientes que vienen a cualquier cirugía.